LOS NOMBRES DE LOS CLUBES DE FUTBOL...
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Cuadro Nº 1 Los nombres de clubes existentes. 1907.
Fuente: Sección deportiva del diario "La Argentina"
NombrePorcentaje
"Argentino/s" 6 %
"Unidos", "Defensores", "Unión" 8 %
"Estudiantes", "Estudiantil", "Juniors", "Juventud" 15 %
Deporte, competencia 6 %
Nombres ingleses 9,6 %
Nombres ni ingleses, ni argentinos 8 %
Fechas patrias y personajes de la historia argentina 19 %
Lugares 25 %
Religión, Política, "Porteño", "Central", "FFCC", "Buenos Aires" 3,4 %

Cuadro Nº 2. Los nombres elegidos a través del tiempo.
Fuentes: Historias del fútbol argentino25. Diarios: El Diario, La Nación y La Prensa.

  1. Próceres nacionales
  2. Nombres extranjeros no ingleses
  3. Inglés
  4. Gimnasia y Esgrima
  5. Buenos Aires
  6. El...
  7. Establecimientos educativos
  8. Juniors
  9. Estudiantes
  10. Política
  11. Defensores
  12. Unión
  13. Unidos
  14. Argentinos

3. RAZON SOCIAL
De acuerdo al diccionario "razón social" es "nombre y firma de una casa o compañía de comercio". Aquí lo usamos para definir la palabra o frase que encabeza el nombre propiamente dicho del club, aunque éstos fueron sociedades sin fines de lucro y no comercio. La serie o la palabra que integran esta categoría de "razón social" define de alguna manera los objetivos de la institución, por ejemplo el de ser un Club Atlético. Los cuadros que se perciben despliegan la información recabada sobre el tema.

Cuadro Nº 3. Razón social: evolución en el tiempo de las distintas fórmulas.
Fuentes: Historias del fútbol argentino, Diarios: El Diario, La Nación y La Prensa.

Cuadro Nº 4. Razón social de los clubes en 1907.
Fuente: Sección deportiva de "La Agentina".

En principio interesa acercarnos a estos usos. Nos encontramos con el "Athletic Club" de los clubes ingleses que remite directamente al espíritu "sportivo" y al "fair play" con el que nacieron los deportes modernos. En líneas generales fue elegido por los clubes vinculados a la colonia inglesa. Más tarde apareció con fuerza el "Club Atlético" y, naturalmente, interesa definir el porqué de esta adopción durante la primera década del siglo XX, teniendo en cuenta que la mayor parte de los que lo eligieron pueden asociarse a clubes nacidos del seno de los sectores populares. Caben aquí dos hipótesis: por un lado, como castellanización del "Athletic Club" inglés expresando así la influencia del modelo con el que llega aquí adherida la práctica del fútbol. Sobre todo, y tal vez yuxtapuesto a la anterior explicación, se puede suponer su uso como la influencia del discurso oficial (escolar) promotor del atletismo, del higienismo y de la actividad física. El "Club Atlético" está atestiguando la presencia de una corriente discursiva explícita en el modelo del "fair play" sumada a la del curriculum escolar. 26

Sin embargo, los "Clubes Atléticos" de hecho no eran más que equipos de fútbol en su más abrumadora mayoría en la primera década del siglo XX, hecho que debe sumarse a la ya corroborada tendencia a alejarse del sistema ético del fair play en su práctica competitiva concreta. Es decir, en el acto fundacional los jóvenes llamaron C.A. a sus clubes de fútbol al estilo del "sportman", en un movimiento que suena más a solución de compromiso que a embanderamiento.

Sea como fuera, este nombre es el usado por los clubes fundados por los sectores populares en la primera oleada fundadora de clubes de fútbol y mayoritariamente de la Capital Federal.

A pesar de confirmar lo dicho arriba, es curioso lo sucedido con "Football Club". Su uso no se castellaniza. No hubo "Club de Fútbol River Plate", mientras que sí existió el "Independiente Football Club". "Football Club" se usó durante casi todo el período estudiado, aunque muy especialmente en la primera década, y manifiesta abiertamente la intención de los fundadores: fundar un club de fútbol. O sea, seguramente esto se relaciona con que eran equipos de fútbol sin aspiraciones de involucrarse en el fomento de las actividades atléticas y/o sociales como sería el caso del "Club Atlético". La elección por el F.C. fue común a todos los grupos sociales.

Sin embargo, presenta más interés contrastar "Club Atlético" elegido durante la primera década, con "Sportivo" usado en un segundo momento, desde 1910 y mayoritariamente desde 1920; y como ya fue expresado, sumado al nombre de localidades generalmente del Gran Buenos Aires 27. "Sport" es usado como sinónimo de deporte -el "sport". Así llegó a estas playas nombrado el juego y calificado el sistema ético unido él. Así se titulaban las secciones deportivas de los diarios a partir de fines de siglo XIX.

"Sportivo" nacería en la castellanización del "sport" inglés, pasando a designar a la institución que se dedicaba a las actividades sportivas o deportivas. "Deportivo" parece ser el uso nativo de la palabra extranjera. No hay dudas respecto de los tiempos: primero se usó Sportivo y luego Deportivo.

Otro de los interrogantes es por qué no seguir llamando a los nuevos clubes "Club Atlético"? ¿Por qué desde 1915 la amplia mayoría preferirá "Sportivo"? Una hipótesis -ya usada para otros casos- es la de ver a "Club Atlético" como un nombre usado en la práctica sólo por clubes de fútbol, sin atender el resto de los deportes, mientras que con "Sportivo" se tendería a englobar al conjunto de la actividad física. Lo que significaría abarcar a otra porción de la sociedad -por ejemplo, la participación de la familia-. Tal vez "C.A." y Sportivo intentaban designar lo mismo: el desarrollo de las actividades físicas en su conjunto. Pero con "C.A." no se hace realidad lo denotado: en su gran mayoría fueron sólo clubes de fútbol, por lo menos hasta 1915.

También podría considerarse que para estos años la fórmula "Sportivo" sumada al nombre del lugar es la elegida como reflejo más fiel de una firme intención: sólo significar que es la institución deportiva de ese lugar, sólo esa y sin rival en la misma localidad aunque sí en la estación vecina, más apartada espacialmente que lo que podían estar dos barrios en la capital. Tal vez llamarse "Sportivo" significara aunar a toda la localidad y atraerla a la práctica de los deportes. En un primer momento (hasta el año 1915 aproximadamente) otros cortes, no sólo el del lugar, motivaron variantes en la elección de los nombres.

4. FECHAS DE FUNDACIONES
Existen evidencias -a través del anecdotario incluido en la historia tradicional del fútbol- que en muchos casos los fundadores elegían formalizar el nacimiento de la institución en determinado día, demorando el acto que ya había sido acordado. Esto induce a pensar el valor con que se buscaba dotar al acto de fundación, a pesar de los pocos casos con los que contamos.

En el análisis de los datos aparecieron con insistencia fechas de efemérides patrias coincidentes con fechas de fundación de algunos clubes.

En un primer orden aparecen cuatro clubes que nacieron un 25 de mayo (día de la Revolución): River en 1901, Platense en 1905, Defensores de Belgrano en 1906 y Huracán en 1907. Hacer coincidir la fecha de fundación con el 25 de Mayo implicó dotar de un peso simbólico extra al acto iniciático. Quienes así eligieron eran jóvenes, adolescentes.

Estas fueron en sus orígenes instituciones vinculadas con los sectores populares. Lo curioso y el fenómeno a develar es que esto aparece en la primera década, justo en el momento en que -como hemos visto- no son frecuentes las elecciones de nombres vinculados a próceres o a personajes salientes de la historia nacional. Realmente parece apresurado extraer conclusiones sobre este particular ya que la información respecto de las fechas completas de fundación (día y mes) es escasa y no permite evaluar el peso relativo en todas las épocas de este tipo de elección. Sin embargo, si el efecto de la educación parece afirmarse desde la segunda década, las prácticas escolares están presentes junto a toda la gama de celebraciones patrias más cercanas a los efectos de los despliegues militares.

Tenemos el caso de Chacarita Juniors, fundado el 1º de mayo de 1906. Su significación política y social es explícita. Es sintomática la elección del 1º de mayo ya que en este caso no esperaron al 25 de mayo para formalizar el nacimiento del club. Habrá que ligar esta fecha con la tradición contestataria asociada a los sectores populares y a la primera década del siglo XX.

5. NOMBRES ALTERNATIVOS PROPUESTOS
Deslizándonos desde el análisis cuantitativo al cualitativo nos introducimos de lleno en el momento que los jóvenes fundadores elegían el nombre de su club. Cuando se reunían con la intención de formar un equipo y a la vez de fundar un club, solía generarse un espacio de discusión en torno a una serie de pasos a seguir entre los que se encontraba la elección del nombre. Podemos conocer algunos de los nombres que se barajaron y que finalmente no fueron elegidos. Esto surge del testimonio de los participantes en el acto fundacional ante el requerimiento de los primeros historiadores del fútbol, hacia fines de los años veinte y principios de los treinta 28. Por supuesto, son historias relatadas y transmitidas sobre el acto inicial en la vida de algunos de los clubes que con el tiempo serían los más populares y cuya historia se consideraba necesario contar.

Clubes éstos vinculados con los sectores populares y creados durante la primera década del siglo XX.

De estos testimonios surge un primer elemento interesante: dentro del conjunto de posibles nombres fueron deshechados los que se relacionaban con particularidades o con elementos de la competencia que no estaban vinculados al fair play. Estos se referían a la rivalidad-enemistad. Según los míticos relatos, fueron los nombres que emergieron en un principio y con mayor naturalidad.

El ejemplo más elocuente es el del club San Lorenzo de Almagro. Es el caso que incluye más elementos para analizar. La anécdota dice que los jóvenes fundadores debatían la elección del nombre entre estas opciones: Forzosos (o forzudos) de Almagro, Cestos y Canastas, El centinela de Quito, El Almagrense, Olimpia, El triunfador (o vencedor o el invencible), Peñarol, El ariete, Alumni de Almagro, Río de la Plata. Se advierte que hay cinco que se relacionan con el vecindario (Almagro y Quito, que es el nombre de una calle ubicada dentro del barrio), uno con la ciudad (Río de la Plata) y cinco cuyos nombres remiten a la competencia, pero muy especialmente a elementos relacionados con la demostración de poderío, fuerza y éxito, o sea lejanos al fair play.

Ante la iniciativa de los jóvenes, el Padre salesiano Lorenzo Massa, direccionalizó la iniciativa, ayudando al nuevo club a conseguir un terreno propio. El aporte del Padre Massa también se vincula con el nombre que finalmente adoptará el club. Ante las opciones que presentaban los fundadores, el cura los convenció de que el nombre más apropiado era el de un santo, sumado al del vecindario. Es justamente esto lo que el Padre Massa impuso: unió a los jóvenes sobre la base de lo religioso sumando la referencia del lugar, por qué no llamarse sólo "San Lorenzo"?

Así puede advertirse que los nombres vinculados al juego tal como ellos lo entendían fueron los que no lograron pasar el tamiz de la crítica, no fueron aprobados por los padrinos adultos. Se percibe en los nombres elegidos finalmente la defensa del lugar sin ofensas a adversarios. Tal vez pueda entenderse esta variante como una forma de contemplar la conflictiva convivencia entre el discurso y la práctica del fair play junto con la enemistad barrial. Los nombres elegidos parecen denotar la presencia de un "fair play vergonzante" o "rivalidad oscurecida". Sin embargo, la práctica competitiva parece haber privilegiado las enemistades y los exitismos por sobre el juego caballeresco.

La mención al juego entre nombres alternativos y definitivos permite observar algunas de las conexiones emergentes en el momento de la elección. Es decir, podrían percibirse operaciones de ocultamiento y de negociación.

Sin embargo será difícil acercarnos a alguna conclusión si no tenemos en cuenta los ejes valorativos con que los sectores populares adoptaron la práctica del fútbol. En líneas generales es necesario decir que la tendencia fue al abandono del fair play y a la formación de una rivalidad que concebía a todos los adversarios como cuasi enemigos 29.

Retomaremos un caso visto en la nómina de nombres elegidos. Es el de la "Asociación Atlética y Futbolística Argentinos Unidos de Villa Crespo", más tarde acortado al actual "Asociación Atlética Argentinos Juniors". Se "asocian", en una explícita versión del clima asociacionista reinante en la época. El nombre nos dice que se han unido jóvenes argentinos que habitaban el vecindario de Villa Crespo. Como se vio, esto parece expresar un intento de diferenciarse de los habitantes de Villa Crespo no argentinos. Aquí no estamos autorizados a hablar de "argentinos" por oposición a lo inglés (como sí ocurrió con Argentinos de Quilmes); así, la definición remite a un intento de distanciarse del universo inmigrante.

Además, aparece la razón social "Asociación Atlética y Futbolística". El aditamento de "futbolística" será abandonado y no casualmente. En realidad, y en relación al ocultamiento de referencias abiertamente opuestas al fair play, toda mención al hecho de ser un club de fútbol, sólo de fútbol y no con fútbol es opacada.

La tendencia general apuntó a opacar, a desechar toda referencia a un localismo extremo, ofensivo y también toda alusión a la competencia disociada del fair play y sus elementos (por ejemplo "El ariete" para San Lorenzo). Todas estas variantes se abandonaron. Quedaron nombres más o menos neutros, frecuentemente relacionados con la historia de la propia fundación del club, como por ejemplo Platense, o con el lugar de residencia.

El caso de Chacarita Juniors es interesante. En 1906, la opción que también manejaban los fundadores fue "Defensores de Villa Crespo". En 1919 el club se reorganizó y aparecieron quienes deseaban cambiarle el nombre. Se mencionaron como posibles alternativas: Jorge Newery, Defensores de Maldonado, General Soler y Carlos Pellegrini. A diferencia de 1906, próceres y personajes históricos emergieron con peso significativo, aunque el viejo nombre ya identificaba a sus miembros y que finalmente no se modificó.

O sea, siguiendo la tendencia vista arriba, la presencia de la historia patria fue más perceptible desde 1910.

6. ALGUNAS IDEAS A MODO DE CONCLUSION
La potencia con la que se generó el fenómeno del fútbol estuvo ligada al encuentro de dos fenómenos simultáneos: la formación de los sectores populares modernos y la adopción de la práctica futbolística. Es decir, buena parte de su arraigo habría que ubicarla en la fuerza con la que quedó asociado a los lazos forjadores de vínculos identitarios, en el mismo momento original. Una de las primeras rupturas que pueden verse es la falta de elección hacia nombres vinculados al universo inmigrante, a diferencia de la gran cantidad de asociaciones étnicas que desde fines del siglo XIX existieron en la ciudad. Repetimos que hemos recogido la evidencia que permite atestiguar este fenómeno muchas veces afirmado pero nunca demostrado. En este trabajo se puede ver con claridad la decisión de esos jóvenes hijos de inmigrantes de separarse del mundo simbólico asociado a las lejanas patrias paternas.

No está demás destacar que los vínculos identitarios asociados a destrezas corpóreas suelen ejercer gran atracción y apego. Estas fuerzas han sido muchas veces incomprensibles a los ojos de quienes sólo perciben la acción de la razón. Sin embargo, una vía posible de entrada a la comprensión de estos fenómenos es la de observarlos como series de acciones y de sus consecuentes afectos en las que se pone en juego la propia existencia -aunque ésta adquiera la forma de representación escénica en el deporte moderno-.

Si el vínculo identitario no quedó asociado a las colectividades nacionales, sí primó el sentimiento y la razón de la defensa del pequeño espacio local, vecinal, de cuadra o de esquina. Sumado a este aparecerá desde 1910 un recurrente apego a la simbología patria emblematizada en los próceres nacionales. Es decir, este desacople temporal entre la fundación de la tradición patria de fines de siglo XIX y comienzos del XX y su plena adopción tal vez nos remita al pasaje de la formación del discurso patrio y a su recepción, en este caso vehiculizada en el fútbol.

Por último, y sin intención de agotar el tema, puede advertirse la compleja relación que existió entre el proceso de adopción de la práctica del fútbol por los sectores populares y la incorporación -junto con el juego- de los valores que lo acompañaban desde su nacimiento. Los nombre elegidos por los clubes de los sectores populares no hacían mención de relación alguna con el fair play. Aunque sí es preciso analizar lo sucedido con la elección de la razón social. Aquí pueden observarse dos líneas de valores cruzadas y en conflictiva convivencia: por un lado el fair play fundado sobre el modelo de "sportman" de muchos de los jugadores de la liga oficial en la primera década, y por otro lado sobre el estímulo emanado desde la escuela que incentivaba la fundación de "Clubes Atléticos". Sin embargo, esta tendencia tuvo una convivencia contradictoria con lo que puede observarse del estilo dado a la práctica competitiva por aquellos mismos fundadores de "Clubes Atléticos" 30. Si los fundadores declaran explícitamente sus deseos de fundar un club para practicar los ejercicios físicos o atléticos, acto seguido, aparecen en la lista de desafiantes en términos que por lo menos hacen dudar de sus intenciones sportivas. 31


Lecturas: Educación Física y Deportes, Año 1, Nº 2. Buenos Aires. Setiembre 1996.