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ISSN 1514-3465

 

Natación para bebés (de 6 a 24 meses). Beneficios y propuesta de sesiones

Swimming for Babies (from 6 to 24 Months). Benefits and Proposed Sessions

Natação para bebês (dos 6 aos 24 meses). Benefícios e proposta de sessões

 

María Isabel Sánchez Jorge*

isasanchezjorge@gmail.com

Manuel Ordóñez Castro**

manutetute@gmail.com

 

*Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (Universidad de León)

Diplomada en Magisterio en la especialidad

de Educación Física (Universidad Pontificia de Salamanca)

Entrenadora Nacional de Natación

**Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (Universidad de León)

Diplomado en Magisterio en la especialidad

de Educación Física (Universidad Pontificia de Salamanca)

Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas

(España)

 

Recepción: 25/04/2020 - Aceptación: 29/12/2020

1ª Revisión: 12/04/2020 - 2ª Revisión: 30/11/2020

 

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Cita sugerida: Sánchez Jorge, M.I., y Ordóñez Castro, M. (2022). Natación para bebés (de 6 a 24 meses). Beneficios y propuesta de sesiones. Lecturas: Educación Física y Deportes, 27(289), 172-189. https://doi.org/10.46642/efd.v27i289.22000

 

Resumen

    En este artículo se desarrolla una progresión compuesta por 8 sesiones de clases para bebés en el agua acompañados de un adulto. Durante las sesiones, se ha desarrollado un método, en el que progresan en desplazamientos con diferentes agarres, buscando una experiencia lúdica y positiva en el medio acuático para el bebé, además de compartirla con el acompañante.

    Palabras clave: Natación. Bebés. Autonomía. Medio acuático.

 

Abstract

    In this article is developed a progression consisting of 8 sessions of classes for babies in the water accompanied by an adult. During the sessions, we have developed a method, in which progress in movements with different subjections. Looking for a playful and positive experience in the aquatic environment for the baby. In addition to sharing it with the adult.

    Keywords: Swimming. Babies. Autonomy. Aquatic environment.

 

Resumo

    Este artigo desenvolve uma progressão composta por 8 sessões de aulas para bebês na água acompanhados por um adulto. Durante as sessões, foi desenvolvido um método, no qual progridem em movimentos com diferentes pegadas, buscando uma experiência lúdica e positiva no ambiente aquático para o bebê, além de compartilhá-lo com o acompanhante.

    Unitermos: Natação. Bebês. Autonomia. Ambiente aquático.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 27, Núm. 289, Jun. (2022)


 

Introducción 

 

    Las clases para bebes menores de dos años acompañados de adultos, no son clases para que los bebés aprendan a nadar, sino que son actividades que buscan la estimulación sensorial, utilizando el medio acuático como recurso didáctico por medio de una serie de juegos. Estas clases le permiten, junto a su progenitor, disfrutar del agua juntos y hacer de este medio un lugar lúdico y especial. Mediante las orientaciones del técnico encargado, la natación puede ser una actividad familiar ideal por la diversión, el efecto masaje en la piel y la sensación de seguridad. Uno de los mejores momentos ofrecidos al bebé es la alegría de nadar y el placer de jugar en el agua. Es una habilidad que los niños tendrán toda la vida y con gusto compartirán. (Amelia, 2012)

 

    Las indicaciones técnicas que se deberán dar son:

  • Temperatura del agua elevada. Moreno, Abellán y López (2003), afirman que debe estar entre 28 y 32ºC. Por otro lado, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) en 2019, estima que lo ideal es entre 30 y 34ºC.

  • La piscina donde se realiza la actividad ha de tener poca profundidad, para que los adultos hagan pie. Según Mestre (2010), no más de 1,06 metros.

  • Para Moreno, y De Paula (2005) lo ideal sería que la piscina fuese utilizada solamente para esta actividad.

    Se deberá, además, tener en cuenta la hora de realización de la sesión. Se recomendará a los acompañantes, según Moreno (2003), ubicar las sesiones en las franjas horarias “menos traumáticas” en el sentido de evitar meter al niño recién levantado por mañana o de la siesta, así como recién comido. Por tanto, y como cada niño es un mundo en lo que a hábitos se refiere, los padres han de incorporar unas costumbres durante toda la semana para que el niño se encuentre activo para la sesión de natación.

 

    Además de la importancia de la estimulación acuática en bebés, Moreno (2003) indica que esta práctica sobrepasa la mera actividad física, ya que se extiende a la relación entre el acompañante y el bebé. Las principales relaciones que aparecerán en la actividad son:

  • Relación acompañante-bebé. Los acompañantes pueden ser los progenitores o familiares, normalmente una persona que conozca bien al bebé y en quien este deposite su confianza. Moreno, y De Paula (2006) indican que el acompañante tiene que ser siempre la misma persona. Deberán transmitir seguridad y serenidad en su comportamiento y en las diferentes actividades propuestas. Tendrán que mantener el estado de paciencia para que sea el bebe quien tome las decisiones y no se sienta obligado a hacerlas. Además de esto, también incitarán al juego y estimularán al bebé. "El hecho de que la actividad acuática temprana se desarrolle siempre junto un acompañante convierte al agua en una herramienta vincular privilegiada: mucho más allá́ de las habilidades acuáticas, es un campo de aprendizaje socio-afectivo, terapéutico y psicomotor del que participa el grupo familiar”. (Sanz, 2017, p. 62)

  • Relación bebé-agua. El agua además de estimular los receptores de la piel, que harán que sea un medio de impresiones sensoriales, es también un medio de actividades donde el movimiento, el juego y la estimulación de patrones motrices logrará satisfacer necesidades. Asimismo, se puede trabajar en diferentes planos y ejes corporales; y como consecuencia, también en variaciones en el centro de gravedad.

    Los ejercicios en el medio acuático son completamente beneficiosos y apropiados para el bebé desde la edad más temprana. Como resultado de la investigación de Rangelova (2019), se establece que, a través de los ejercicios de natación, el pecho del niño se desarrolla significativamente más, lo que mejora el funcionamiento del sistema respiratorio, los pulmones y el corazón.

 

    A estos beneficios se le añade, más concretamente, en la natación a estas edades (Hernández, 2003):

  • Desarrollo psicomotor.

  • Fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio.

  • Ayuda al sistema inmunológico.

  • Aumenta el coeficiente intelectual.

  • Inicia la socialización sin traumas en un ambiente lúdico y recreativo.

  • Desarrolla las habilidades vitales de supervivencia.

  • Ayuda al bebé a relajarse.

  • Ayuda al bebé a sentirse más seguro.

    Además, según Salar (2020) como beneficio hay que añadir, dentro de diferentes áreas y en especial en el área de la atención temprana, el carácter terapéutico del agua.

 

    Los objetivos del programa son: “Desarrollar su motricidad acuática. Incrementar su repertorio de movimientos. Fortalecer el tono muscular. Mejorar el equilibrio. Mejorar la postura. Adaptar la respiración al medio acuático. Ayudar a la toma de decisiones. Aumentar la autoestima. Adquirir autonomía. Incrementar sus relaciones sociales. Aumentar la confianza y seguridad en sí mismo”. (Moreno, Arias, Caravaca, Del Castillo, Pinto, y De Paula, 2010, p. 6)

 

    Según García Márquez (2010), en los primeros meses de vida del recién nacido, la motricidad pasa del movimiento reflejo al movimiento voluntario. Las manifestaciones reflejas del bebé, muchas de ellas presentes hasta el primer año, desaparecen durante los diferentes procesos madurativos, ya que el SNC se va corticalizando, dejando paso a acciones de carácter voluntario. Autores como Moreno, y De Paula (2006), recomiendan la iniciación temprana debido a que la estimulación de los reflejos que posee el bebé, éste podrá construir respuestas motoras voluntarias.

 

    Si hablamos de las manifestaciones reflejas del bebé que se pueden encontrar en esta actividad son según Cirigliano (1989) citado por García Márquez (2010):

  • Reflejo palpebral: se da hasta los 2 años y consiste en mantener los ojos abiertos en el medio subacuático.

  • Reflejo tónico cervical simétrico: Sirve para mantener la cabeza erguida. Favorece el mantenimiento de las vías respiratorias fuera del agua en la posición prona.

  • Respuesta de Jerónimo: Aparece del 5º al 9º mes, en algunos bebés, provoca un impulso a arrojarse al vacío. Favorece la zambullida.

  • Reflejo del paracaídas: Aparece a los 6 ó 7 meses, protege la entrada de cabeza al agua y ayuda a la propulsión en la zambullida.

  • Reflejo de gateo: Se extingue en torno al cuarto mes de vida transformándose en acción voluntaria. Favorece la propulsión del estilo “perrito” por similitud de coordinación.

  • Reflejo de apnea: Desaparece hacia el 6º mes de vida si no se ejercita, aunque se puede mantener hasta el año de vida. Consiste en el bloqueo de la glotis y de la respiración cuando el agua humedece las vías respiratorias externas.

  • Reflejo de chapoteo: Es decir la Reacción de Baüer o "marcha automática en el agua". Consiste en la agitación del bebé al reconocer el medio líquido y patalear.

    Por otra parte, existen tres dimensiones que según Del Castillo Obeso (2001), van a giran los contenidos de los programas relacionados con el medio acuático:

  • El patrón motor, es decir el movimiento que adopta el niño en el agua.

  • La habilidad acuática, y en particular, las siguientes habilidades básicas acuáticas:

    • Equilibraciones y flotaciones: Es decir, la habilidad de mantener el cuerpo en una posición. En este caso, utilizando la ayuda del material auxiliar y del acompañante.

    • Giros: Diferentes rotaciones. En el bebé se ponen de manifiesto muy pronto, como respuesta a estímulos externos.

    • Desplazamientos: Son los movimientos que trasladan al sujeto. Puede darse con diferentes grados de autonomía.

    • Manipulaciones: Son las interacciones con los objetos que se va a encontrar el bebé en el agua.

    • Zambullidas: Es importante que exista intencionalidad en las mismas.

    • Trepas: A pesar de que no es una habilidad específicamente acuática, se trabajará como avance hacia la autonomía en el medio.

  • El grado de autonomía con el que el bebé ejecuta esa habilidad acuática, diferenciado por la utilización de ayuda externa.

    Además, Del Castillo Obeso (2004) añade que es importante diferenciar la madurez del bebé, es decir, el grado madurativo alcanzado, la experiencia acuática previa y, por último, analizar la influencia del adulto.

 

    Según Abadía, Aumente, Salguero, y Tuero (1998), durante las primeras etapas de exploración, descubrimiento y adaptación, puede darse un comportamiento calificable como rechazo al agua. Según Calamia (1993) el miedo al agua es un miedo arcaico, aprendido desde el origen del hombre y, por tanto, adquirido. Puede darse por dos causas: una primera en donde el adulto refleja su miedo al agua y lo proyecta sobre el niño, es decir, es producto de una huella educativa y, por otro lado, el sujeto ha tenido una situación estresante relacionada con el agua, es decir, un traumatismo vivido.

 

    Se ha observado, que cuando el bebé tiene miedo en esta actividad, es probable que se deba a una proyección del acompañante. Se ha dado el caso que en algunas actividades el adulto no se atreve a realizar una tarea concreta y cede el bebé al docente para que realice las propuestas con él, como por ejemplo en las zambullidas. Se considera importante que los acompañantes acudan a las clases convencidos de lo que hacen y convencidos de los beneficios de la actividad, además, con suma confianza en el o la docente y en las propuestas que va a realizar. Según Esesarte-Pesqueira, Campero-Cuenca, Villagómez-Chávez, Ramírez-Avendaño, y Moctezuma-Torre (2017), es importante conocer la relación que tiene el acompañante con el agua, ya que esta persona es un facilitador de la actividad. Por tanto, durante las mismas se deberá abrir el espacio de diálogo para asegurar la confianza y que los acompañantes puedan exponer sus dudas. Por ello, también será trabajo del docente, transmitir esa seguridad y confianza que los adultos necesitan.

 

    Seguidamente se va a desarrollar una propuesta de 8 sesiones para bebés de 6 a 24 meses. Son sesiones basadas en los desplazamientos, buscando la casi total autonomía del niño, no teniendo como objetivo la suelta absoluta, sino intentando llegar a reducir el contacto entre acompañante y bebé a lo mínimo imprescindible. No hay que olvidarse de continuar experimentando con las diferentes flotaciones según los agarres y las ayudas externas, como son los cinturones o los flotadores cilíndricos. Dichas sesiones también están basadas en la pérdida del miedo a salpicarse o a las pequeñas zambullidas, muchas veces promovidas por los adultos que acompañan al bebé en esta actividad. Los acompañantes han de atreverse, pero no tienen que forzar si un bebé tiene reacciones negativas a la actividad, ya que en ese caso será mejor esperar un tiempo antes de volver a intentarlo.

 

    Las sesiones han de estar basadas en el principio de individualización por encima de todo. Además, han de estar basadas en una práctica de ocio compartido con el protagonista, el bebé, en un medio diferente y divertido.

 

    La metodología de las sesiones según Moreno et al. (2010), ha de ser:

  • Activa: Fomentando la respuesta del bebé.

  • Progresiva: Respetando el aumento progresivo según las características individuales del protagonista.

  • Placentera: Se ha de crear un clima positivo de trabajo.

  • Intencional: Se deben indicar los objetivos a los acompañantes, para que la colaboración sea la correcta.

  • Lúdica: El juego ha de estar presente en las sesiones.

  • Significativa: Se parte de lo que el infante conoce y domina para llegar a nuevas situaciones.

    Las sesiones se realizarán una vez por semana, aunque según Moreno et al. (2010), pueden llegar a dos sesiones semanales.Y tendrán una duración aproximada de 40-45 minutos. El tiempo de duración de las actividades es orientativa, ya que dependerá del desarrollo de las mismas, teniendo en cuenta el principio de individualización.

 

Sesiones

Sesión 1 

 

    La primera sesión será una presentación del responsable del curso, ya que, como se ha comentado anteriormente, es importante que los acompañantes tengan confianza en el técnico. La presentación de la actividad estará enfocada a la explicación de los objetivos del curso y un pequeño resumen de las diferentes sesiones (duración 10 minutos).

 

    Todas las sesiones tendrán el mismo inicio y el mismo final. Primeramente y antes de unirse al grupo, según Barbany (2007), los acompañantes y los bebés pasarán por la ducha como hábito de higiene, que será el primer punto a tener en cuenta, siendo conscientes de la temperatura y la cantidad de agua. Será un primer momento para ver la reacción del bebé. Una vez esté el grupo completo, la sesión comenzará con un saludo que se realiza mediante una canción, y finalizará con una despedida a través de otra diferente. Lo que se intenta es conseguir que los bebés relacionen esas canciones con el agua. La canción elegida puede ser del ámbito popular, para que así los acompañantes colaboren activamente en ese momento de la sesión. Por ejemplo, la canción de saludo: Cinco lobitos tiene la loba, cinco lobitos detrás de una escoba, cinco tenía y cinco crio, y a todos ellos la leche les dio.

 

    Tras pasar por la ducha, según van llegando los participantes se van colocando con el bebé encima, en el borde de la piscina o en las escaleras internas en caso de que tuviera. Realizan el saludo y cantan la canción de inicio. Primeramente, utilizarán el diferente material del que disponen, como pueden ser: muñecos para la bañera, vasos de plástico, regaderas, esponjas, cualquier material que les permita jugar y mojar al bebé al mismo tiempo, con el objetivo de motivarles a que toquen el agua. Tratarán de que poco a poco entren en el agua por iniciativa propia. En esta parte se dará al bebé todo el tiempo que necesite, hasta que se encuentre cómodo (10 minutos).

 

    Una vez dentro del agua, se desplazan por el espacio utilizando el agarre axilar (Imagen 1). Bebé mirando al acompañante y este le sujeta con las manos por debajo de las axilas). (5 minutos).

 

Imagen 1. Agarre axilar

Imagen 1. Agarre axilar

Fuente: Autores

 

    Cuando el bebé tenga confianza, realizarán los siguientes movimientos e irán cambiando de ejercicio, dependiendo siempre de las reacciones que tenga (6 minutos):

  • Le separan del cuerpo y le acercan.

  • Realizan balanceos laterales.

  • Si está confiado, intentan hacer el agarre axilar por la espalda (Imagen 2), que consiste en el mismo agarre que están haciendo, pero esta vez, el adulto y el bebé miran en la misma dirección.

Imagen 2. Agarre por la espalda

Imagen 2. Agarre por la espalda

Fuente: Autores

 

    Para terminar con la primera sesión, se colocará por la piscina muestras de los diferentes materiales que se van a utilizar en el curso: colchonetas, esponjas, juguetes, cinturones, flotadores cilíndricos, para que lo exploren libremente (10 minutos).

Finalmente, la despedida con la canción: Adiós, adiós, me despido ya me voy. Adiós, adiós, un besito yo te doy (1 minuto).

 

Sesión 2 

 

    Comienzan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Para la entrada al agua utilizan esponjas, muñecos y regaderas (5 minutos).

 

    Una vez estén todos los bebés en el agua, pasarán a la primera parte de la sesión, es decir, trabajo con agarres. Primeramente, se desplazan con agarre axilar de los acompañantes, quienes irán realizando (10 minutos):

  • Con cambios de velocidad, por todo el espacio.

  • Realizan saltos dentro del agua.

  • Se desplazan de bordillo a bordillo.

    El siguiente ejercicio lo realizarán con el agarre axilar por la espalda, realizando saltos dentro del agua. Se colocan en un gran círculo y con agarre axilar por la espalda, realizarán (8 minutos):

  • Saltos.

  • Balanceos adelante atrás.

  • Balanceos laterales.

    Posteriormente, trabajan con agarre de antebrazo (Imagen 3) en el que el acompañante coloca el antebrazo en el pecho del bebé por debajo de las axilas. En este agarre se usa un solo brazo del acompañante, el otro queda libre. Se desplazan por la piscina (5 minutos).

 

Imagen 3. Agarre antebrazo

Imagen 3. Agarre antebrazo

Fuente: Autores

 

    En la siguiente parte de la sesión, van a realizar un circuito, en el que hay varias zonas para realizar los diferentes agarres (15 minutos). En cada zona habrá material para que lo trasladen de una zona a otra.

  • Zona 1: Se desplazan caminando/gateando.

  • Zona 2: Desplazamiento axilar. El técnico echará agua desde arriba con una de las regaderas.

  • Zona 3: Desplazamiento antebrazo.

  • Zona 4: Desplazamiento axilar por la espalda.

Imagen 4. Zonas para los diferentes desplazamientos

Imagen 4. Zonas para los diferentes desplazamientos

Fuente: Autores

 

    Finalmente acaban la clase con la canción de despedida (1 minuto).

 

Sesión 3 

 

    Empiezan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Comienzan con la entrada al agua utilizando esponjas, muñecos y regaderas (5 minutos).

 

    Una vez estén todos los bebés en el agua, pasan a la primera parte de la sesión, es decir, los agarres (12 minutos). Se desplazan con:

  • Agarre axilar.

  • Agarre axilar por la espalda.

  • Agarre antebrazo.

  • Con agarre antebrazo, tratan de hundirle el trasero y les motivan para que se muevan y vuelvan a posición de tumbado.

    Seguidamente se colocan en el borde para que el bebé explore con los flotadores cilíndricos. El acompañante tiene que incitar al bebé para que trate de tomarlo y se introduzcan en el agua, por iniciativa propia (5 minutos).

 

    Colocan el flotador cilíndrico debajo de las axilas y se comprueban las diferentes respuestas del bebé. Nunca le dejarán solo, pero tratarán de ayudarle lo menos posible según sus respuestas (5 minutos).

 

    Como juego final, se colocan unos cuantos flotadores cilíndricos a un lateral de la piscina y, al otro lateral, unos brazaletes que encajen en dichos flotadores. Tendrán que colocar todos los brazaletes en los flotadores cilíndricos con el desplazamiento que los adultos quieran, dejando al bebé la iniciativa (12 minutos).

 

    Finalmente acaban con la canción de despedida (1 minuto).

 

Sesión 4 

 

    Empiezan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Comienzan con la entrada al agua utilizando esponjas, muñecos y regaderas. Una vez que estén todos los bebés en el agua, pasan a la primera parte de la sesión (5 minutos).

 

    Se desplazan con los agarres (12 minutos):

  • Axilar.

  • Axilar por la espalda.

  • Antebrazo.

  • Triángulo (Imagen 5). Este agarre es parecido al axilar, con la diferencia de que las manos se entrelazan en la espalda del bebé, con el objetivo de tener el mismo control sobre él, pero un menor contacto, e ir aumentando la confianza.

Imagen 5. Agarre triángulo

Imagen 5. Agarre triángulo

Fuente: Autores

 

    A continuación, van a trabajar giros con el bebé. Se colocan con agarre de antebrazo y realizan giros en el eje transversal, para pasar de dorsal a ventral (4 minutos).

 

    Una vez experimentado con los giros, sientan al bebé en el borde de la piscina y el acompañante, desde dentro, le anima a que entre. Si lo consiguen, le llevan a la otra orilla dando saltos (4 minutos).

 

    Pasan a realizar el mismo ejercicio, pero esta vez con el flotador cilíndrico por debajo de los brazos, para que se acostumbre a esa flotación (4 minutos).

 

    Seguidamente van a realizar una actividad de desplazamientos libres. Por el agua habrá varios círculos de corcho y con diferentes agarres, los bebés tendrán que ir colocándolos en una colchoneta que está flotando en el medio de la piscina. Cuando hayan pasado unos minutos, y para motivarles más, comenzarán a utilizar el tobogán cada vez que dejan un círculo en la colchoneta (15 minutos).

 

    Finalmente, la sesión termina con la canción de despedida (1 minuto).

 

Sesión 5 

 

    Empiezan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Utilizan esponjas, muñecos y regaderas para acceder al agua. Una vez estén todos los bebés en el agua, pasan a la primera parte de la sesión (5 minutos).

 

    Utilizan los siguientes agarres para desplazarse (15 minutos):

  • Axilar.

  • Axilar por la espalda.

  • Antebrazo.

  • Antebrazo haciendo giros trasversales.

  • Triángulo.

    Una vez practicados los agarres, se colocan en el bordillo y animarán al bebé a que entre en el agua. Esta vez tienen que realizar una pequeña zambullida, observando su reacción (6 minutos). Según Passamonte, y Pretelli (2006), la inmersión es un momento crítico para los acompañantes, y por ello se ha de comenzar progresivamente, primero mojando con la mano la cabeza del bebe, y después su cara. Seguidamente, han de realizar la inmersión propiamente dicha. Cada vez que el bebé hace una inmersión se le felicitará, para animarle. Los movimientos han de ser ascendentes y descendentes, suaves, controlados y poco profundos para no producir desequilibrios en el niño. Según Pansu (2010), las inmersiones no han de ser acciones obligatorias ni tienen que realizarse en un momento preciso. Por ello, deben realizarse valorando la predisposición que tenga el bebé. De esta forma no se creará en los bebés un rechazo hacia ellas y los padres las realizarán con una actitud más relajada. Además, añade que en las primeras inmersiones los acompañantes las realicen a la vez que los bebés, ya que abren los ojos debajo del agua (reflejo palpebral) y esto hará́ que se sientan acompañados.

 

    Seguidamente, lanzarán una pelota al bebé y tendrá que ir a por ella (5 minutos).

 

    Una vez terminado el juego de la pelota, se colocarán en un círculo con agarre axilar y realizarán desplazamientos hacia el centro hasta que todos los bebés se junten (“que te pillo”) (5 minutos).

 

    A continuación, realizarán un circuito en el que hay varias zonas señaladas para realizar los diferentes agarres. En cada zona, habrá material para que lo trasladen de una zona a otra (zonas sesión 2) (10 minutos).

  • Zona 1: Se desplazan caminando/gateando.

  • Zona 2: Desplazamiento axilar. El técnico echará agua desde arriba con una de las regaderas.

  • Zona 3: Trasladarán unas pelotas hasta el otro lado donde hay una canasta, y lo harán de la manera más autónoma posible.

  • Zona 4: Desplazamiento axilar por la espalda.

    Finalmente, con la canción de despedida, termina la sesión (1 minuto).

 

Sesión 6 

 

    Empiezan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Comienzan con la entrada al agua utilizando esponjas, muñecos y regaderas. Una vez estén todos los bebés en el agua, pasan a la primera parte de la sesión (5 minutos).

 

    Utilizan los siguientes agarres para desplazarse (15 minutos):

  • Axilar.

  • Axilar por la espalda.

  • Antebrazo.

  • Antebrazo haciendo giros trasversales.

  • Triángulo.

  • Cabeza-hombro (Imagen 6): En este agarre, el bebé está tumbado de cúbito supino, y apoyando la cabeza en el hombro del acompañante pueden sujetarle por la cintura, utilizando una mano o las dos.

Imagen 6. Agarre cabeza-hombro

Imagen 6. Agarre cabeza-hombro

Fuente: Autores

 

    Se colocan en círculo y cantan la canción “El corro de la patata” (El corro de la patata, comeremos ensalada, lo que comen los señores, naranjitas y limones, a chupé, a chupé, sentadito me quedé). En la parte final de la canción (a chupé) realizan pequeñas zambullidas, dependiendo de la respuesta del bebé a las mismas (4 minutos).

 

    A continuación, se le coloca un cinturón de flotación y para desplazarse por el espacio, el acompañante agarrará al bebé más o menos según sus repuestas. Hay bebés que con el cinturón son capaces de mantener la cabeza fuera y otros que necesitan más ayuda. Podrán darles las manos, o colocarles un flotador cilíndrico (15 minutos).

 

    Comenzarán con variaciones en el trabajo con el cinturón:

  • El acompañante tirará a un metro un juguete, para tratar de que el bebé tenga la iniciativa de ir a por él.

  • En lugar de tirarle el juguete en la misma dirección de su mirada, se lo lanzarán a la espalda, para que comience a realizar giros.

  • Le ofrecerán una pelota, para que la agarre con las dos manos y tratarán de que se mantenga en equilibrio con el cinturón y la pelota.

    Finalmente termina la sesión con la canción de despedida (1 minuto).

 

Sesión 7 

 

    Empiezan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Comenzarán con la entrada al agua utilizando esponjas, muñecos y regaderas (5 minutos).

 

    Una vez estén todos los bebés en el agua, pasarán a la primera parte de la sesión. Comienzan con los agarres (15 minutos):

  • Axilar.

  • Axilar por la espalda.

  • Antebrazo.

  • Antebrazo haciendo giros trasversales.

  • Triángulo.

  • Cabeza-hombro.

  • Con el flotador cilíndrico por debajo de las axilas. Si el bebé tuviera suficiente equilibrio tratarán de colocarle el flotador cilíndrico a modo de caballito.

    Cuando hayan trabajado todos los desplazamientos, se ponen en círculo y cantarán la canción “El corro de la patata” (3 minutos).

 

    A continuación, van a trabajar colocando un flotador cilíndrico debajo de las axilas del bebé (5 minutos):

  • El acompañante se coloca de frente y el bebé agarra los dedos al acompañante y se desplaza con ese agarre.

  • Si se tiene éxito en el ejercicio anterior, el acompañante sujetara el flotador cilíndrico, por la parte de la espalda, sin que el bebé note ningún contacto con él.

    Seguidamente colocarán unas cuantas colchonetas en un borde, y en el opuesto distribuirán diversos materiales con el objetivo de que los trasladen a las colchonetas. El desplazamiento será de la manera que los acompañantes quieran, siempre y cuando sea la manera más autónoma posible para los bebés (10 minutos).

 

    Al terminar esta actividad, subirán a cada bebé en una colchoneta y lo desplazarán por la piscina. También podrán utilizar el tobogán (5 minutos).

 

    Por último, finalizan con la canción de despedida (1 minuto).

 

Sesión 8 

 

    Empiezan sentados en el borde de la piscina. Se saludan y cantan la canción de inicio. Comienzan con la entrada al agua utilizando esponjas, muñecos y regaderas (5 minutos).

 

    Una vez estén todos los bebés en el agua, pasan a la primera parte de la sesión. Se desplazan con los agarres (15 minutos):

  • Axilar.

  • Axilar por la espalda.

  • Antebrazo.

  • Antebrazo haciendo giros trasversales.

  • Triángulo.

  • Cabeza-hombro.

  • Con el flotador cilíndrico por debajo de las axilas.

  • Con el flotador cilíndrico por debajo de las axilas, agarre por los dedos.

  • Con el flotador cilíndrico por debajo de las axilas, el acompañante agarra dicho flotador por la zona de la espalda.

  • Con el flotador cilíndrico a caballito.

    Una vez terminados los desplazamientos, se colocan en círculo y cantan la canción de “El corro de la patata” (3 minutos).

Seguidamente, se colocan en un círculo con agarre axilar y se desplazan hacia el centro hasta que los bebés se junten (“que te pillo”) (3 minutos).

 

    Es la última sesión, de tal manera, que van a utilizar todo el material y los juguetes con los que se cuenten. Pueden ser colchonetas, flotador cilíndrico, etc. Estarán colocados por el borde de la piscina, para que los acompañantes y los bebés escojan el que quieran. Se animará a los adultos a que se socialicen con otros bebes y compartan juguetes(18 minutos).

  • Coche.

  • Pizarra.

  • Tobogán.

  • Flotador cilíndrico.

  • Balones y canastas.

    Finalmente, cantarán la canción de despedida (1 minuto).

Conclusiones 

 

    Como se ha comentado a lo largo de este artículo, estas clases tienen como objetivo la estimulación del bebé, buscando que los acompañantes compartan una experiencia diferente. Será fundamental que el bebe este cómodo en el medio, ya que, si no fuera así, la actividad no tendría sentido. No se ha de caer en el error de forzar ninguna situación.

 

    Además, según Tumanova, y Rangelova (2017), se ha demostrado que los niños y niñas acostumbrados al medio acuático cuando eran bebés, aprenden más fácilmente a nadar. Según Ruiz-Pérez (2017), desarrollar la competencia acuática ha sido uno de los principales objetivos desde la más tierna infancia. No hay que olvidar que, desde hace décadas, se han demostrado los efectos que se producen en el organismo infantil. Por tanto, se puede confirmar la necesidad de incluir actividades acuáticas en las experiencias que todo ser humano ha de tener.

 

    Para terminar, hay que considerar que el éxito de las clases dependerá de la implicación de los acompañantes, ya que, es fundamental que asuman su rol y estimulen al protagonista de esta actividad, el bebe.

 

Referencias 

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 27, Núm. 289, Jun. (2022)