Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital


LA HIDROFOBIA: UNA EXPERIENCIA PRACTICA
Olaia Abadía1, Mayte Aumente2, Alfonso Salguero3 y Concepción Tuero4
Instituto Nacional de Educación Física de Castilla y León (España)


Resumen
La hidrofobia o miedo al agua es un handicap que el individuo puede padecer cuando entra en contacto por vez primera con el medio acuático. Generalmente a que el adulto proyecta su propio miedo sobre el niño lo que produce la huella educativa, por la cual el sujeto desarrolla unos pensamientos irracionales y ansiógenos en relación al medio acuático. La progresión en la pérdida del miedo al agua en los adultos es mucho más lenta que en los niños y esto se manifiesta principalmente en la excesiva tensión muscular que mantienen durante su estancia en el agua
Palabras clave: Hidrofobia. Medio acuático. Miedo al agua. Metodología de enseñanza.



Introducción
El ámbito de este trabajo está vinculado a nuestra experiencia personal como profesionales, desde hace varios años, en la enseñanza y la práctica deportiva en el medio acuático.

Prácticamente todos los autores de este trabajo llevamos más de una década vinculados con la natación. Esto nos ha permitido tener una visión del agua densa, extensa en el tiempo, quizás en un principio condicionada por lo deportivo, aspecto éste que hemos tratado de ampliar hacia otro tipo de actividades, hacia otros planteamientos de gran utilidad y mucho más enriquecedores desde la perspectiva motriz del individuo, sea niño, sea adulto.

Otra motivación que nos ha permitido ampliar la visión de la piscina desde su consideración como espacio deportivo, ha sido el estudio, análisis, debate, ..., de los planteamientos didáctico-pedagógicos que se han empleado en la enseñanza y desarrollo de las actividades acuáticas. Asistimos desde hace unos años a la modificación e innovación de lo que se ha podido considerar como cerrados, directivos e inflexibles planteamientos de enseñanza, encaminados mayoritariamente hacia el terreno deportivo. También ha sido ampliada la oferta de actividades, la diversidad de grupos captados para la práctica de éstas, la disponibilidad de un mayor número de piscinas climatizadas, la facilidad de acceso a éstas, e incluso la progresiva concienciación de la necesidad de realizar ejercicio físico para el bienestar del sujeto.

Sin embargo, a pesar de todos estos aspectos que favorecen la práctica de actividad física en el agua, aún hoy se manifiesta uno de los obstáculos más significativos y peculiares para dicha práctica, es el MIEDO, el miedo al agua coloquialmente hablando o la hidrofobia, término utilizado por los estudiosos de la materia. Es este el tema que trataremos a lo largo de esta exposición.

Ya hemos reseñado que este trabajo se fundamenta principalmente en nuestra experiencia que explicaremos a continuación, sin embargo antes de diseñar nuestro estudio, revisamos los posibles factores originarios de la hidrofobia, sobre todo en un momento en el que se dan una serie de factores que minimizarían dicha manifestación, como ya hemos comentado.

La hidrofobia o miedo al agua es un handicap que el individuo puede padecer cuando entra en contacto por vez primera con el medio acuático.

Durante estas primeras etapas de exploración, descubrimiento y adaptación nos encontramos con un comportamiento que podíamos calificar como reacio o remiso hacia el agua.

Para algunos estudiosos el miedo al agua es un miedo arcaico, aprendido desde el origen del hombre, y, por tanto, adquirido (Calamia, 1993). A pesar de que el medio acuático en muchas ocasiones resulta atractivo, enriquecedor, fuente de vida y salud, curativo (hidroterapia),..., para muchos sujetos se transforma en un factor ansiógeno.

Calamia (1993) agrupa en dos bloques los aspectos que podían ser considerados como las causas originarias del miedo al agua:


Hasta tal punto se asocia el miedo a los primeros contactos del individuo con el medio acuático que en la pedagogía tradicional de la natación era considerado como un estado emocional particular, por tanto específico del agua: el miedo acompaña necesariamente el o los primeros contactos con el agua durante el aprendizaje del nadador; el educador asume que "el niño tiene miedo porque es novato", "el novato tiene miedo por su condición de novato", por tanto lo incluyen como un estado dentro de su naturaleza, y se habla de la hidrofobia no sólo como una evidencia sino como una generalidad (Catteau y Garoff, 1988).

Frente a estas posturas es necesario reconducir la situación hacia las afirmaciones relativas al atractivo del agua: El colectivo de Rosa Sensat afirman que los niños tienen un interés intrínseco al agua y a las nuevas y variables situaciones que ella ofrece, y que el líquido elemento es una fuente incalculada de placer y de nuevas experiencias enriquecedoras.

Otros estudios, aún partiendo del entorno del niño caracterizado por la novedad, la extrañeza, la agresividad potencial o presumida, presuponen que esto crea en aquél un poder de atracción mezclado con temor (Azémar, 1990). Este autor se ha centrado particularmente en analizar los procesos psico-fisiológicos que presiden en desarrollo afectivo-motor del niño durante una situación de riesgo creada en los primeros contactos del niño con el agua. Azémar (1990) relaciona tanto las consecuencias ansiógenas como los efectos fisiológicos (bradicardias,…) manifestados por el niño con la relación de éste con sus progenitores: …la riqueza de las interacciones niño-medio está condicionada por la calidad de las relaciones padres-niño, especialmente por la relación madre-niño.

Teniendo en cuenta que las fases de exploración y adaptación al medio acuático son imprescindibles en la iniciación a la natación deportiva, es necesario retomar los datos, aportados por los estudiosos, relativos a los comportamientos manifestados por el niño o el sujeto que se acerca por vez primera a la piscina.

Objetivos del trabajo

Metodología
Para realizar este estudio hemos valido de una muestra de 105 alumnos con edades comprendidas entre 6 y 66 años. Para llevar a cabo la elección de los sujetos de la muestra hemos considerado únicamente dos aspectos:

  1. no saber nadar o no estar demasiado familiarizado con el medio.
  2. estar dispuesto a participar voluntariamente.

Para llevar a cabo la recogida de datos hemos elaborado uno cuestionario el cual ha sido rellenado con una frecuencia semanal por el monitor encargado de cada grupo. La interpretación de los datos recogidos nos ha permitido establecer una serie de conclusiones.


Conclusiones


Bibliografía


Notas
1. Alumna Instituto Nacional de Educación Física de Castilla y León.
2. Alumna Instituto Nacional de Educación Física de Castilla y León.
3. Alumno Instituto Nacional de Educación Física de Castilla y León.
4. Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y Deporte. Profesora del Instituto Nacional de Educación Física de Castilla y León.


Lecturas: Educación Física y Deportes
Revista Digital

http://www.efdeportes.com/
Año 3. Nº 11. Buenos Aires, Octubre 1998.