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La repercusión económica del deporte:
marco teórico y problemas prácticos
Prof. Dr. Klaus Heinemann

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 43 - Diciembre de 2001

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    Por otro lado, también podría ocurrir que se incrementaran los precios de los terrenos y los alquileres en esa zona porque ha ganado atractivo, de forma que los propietarios de terrenos sin esfuerzo adicional alguno disfrutarían del incremento de valor de sus tierras; también podría suponer un nuevo campo de ganancias para otras empresas, por ejemplo para las empresas de artículos deportivos, de actividades turísticas, etc.; el Estado obtendría así mayores ingresos fiscales con los que financiar proyectos que beneficiaran a todos. En resumen: de las actividades econónimcas de iniciativa individual resultan gastos y beneficios para consumidores, empleados, propietarios de capital y para un conjunto de individuos que va mucho más allá de lo incluido en un cálculo de economía individual que afecta también a personas que no tienen una relación de mercado directa con los causantes de estos efectos.

Figura 6. Estructura de la demanda deportiva y flujos de dinero
Struktur der Sportnachfrage und Geldflüsse

    En la figura 6 vemos los diversos efectos externos con los que hay que contar. Aunque en la figura no se ve claramente la compleja diversidad de posibles efectos externos, no es posible presentar una imagen completa sin que se produzca un caos ininteligible. Así aparecen efectos externos del consumo no siempre iguales que fueron mencionados en la figura 6, que se tratan únicamente como efectos colaterales de la producción y sobre la producción; los efectos colaterales producidos por el mercado se pueden considerar tanto efectos colaterales del consumo como de la producción. Al estudiar la figura 6 no debe olvidarse que

  • No todos los efectos colaterales aparecen de la misma forma y con la misma importancia en todas las actividades deportivas relevantes económicamente.

  • La aparición de los efectos externos es un proceso temporal, es decir que muchos efectos aparecen después de un período de tiempo más o menos lejano del momento de la inversión inicial - un caso típico es el de los daños medioambientales o los daños a la salud;

  • Algunos de estos efectos son implícitos pero otros aparecen como efectos no implícitos que no estaban previstos entre los objetivos de los actuantes;

  • Entre los distintos efectos externos existen ciertas interdependencias que pueden provocar la aparición de otros efectos distintos, pero que los efectos también pueden compensarse entre sí. Los efectos externos se distribuyen en cierto modo de forma "jerárquica".

    Este esquema deja clara otra nueva dificultad. Los efectos externos pueden ser tanto positivos como negativos. Qué efectos son positivos y cuáles negativos es cuestión de valoración, por parte de los afectados, de los actuantes y también de los distintos grupos de interés o partes interesadas, y en algunos casos, de valores e ideologías camuflados tras estándares económicos. Este tipo de valoraciones no suelen ser unitarias; es más, pueden llevar a conflictos entre las distintas valoraciones de los efectos externos realizadas por los distintos grupos de afectados, de actuantes y del estándar comercial existente. En este esquema se representan los efectos colaterales de forma neutral, por lo que se habla por ejemplo de ruidos y no de molestias causadas por los ruidos o de la reducción de ruidos, al hablar de efectos externos con influjo en el mercado se habla de modificación de la ocupación y no de paro o de nuevas posibilidades del mercado de trabajo.

    Son significativos en este contexto dos nuevos fenómenos. Por un lado, que puedan aparecer a la vez efectos externos calificados de positivos y de negativos, y por otro, que estos efectos calificados como positivos o negativos pueden afectar a distintos grupos de personas; es decir, que el deporte puede por sus efectos externos producir efectos de redistribución. Se plantea pues además la cuestión de la redistribución, es decir una carga por los efectos negativos y un beneficio por efectos positivos que afecta a distintos grupos de personas o a diversas regiones. Un ejemplo de estos efectos positivos es el efecto sobre el empleo. Las inversiones y los gastos de consumo influyen sobre el aprovechamiento de toda la capacidad, y por tanto también sobre el empleo. A menudo se producen precisamente por ello en una situación de baja tasa de empleo.

    Un bonito ejemplo de redistribución local de ventajas e inconvenientes de una instalación deportiva se encuentra en Bale (1993, 104). Calculó por un lado la distribución de los ingresos adicionales obtenidos gracias a los gastos de los visitantes en tiendas, restaurantes y kioskos cercanos, aparcamientos, empresas de transporte y vendedores de entradas dependiendo de la distancia a un estadio; por otro lado, evaluó los daños y perjuicios producidos por los fans, el ruido del tráfico y los atascos, los problemas de aparcamiento, el vandalismo, los controles policiales, etc. que debían soportar los residentes también dependiendo de la distancia que les separaba del estadio. Como resultado: las molestias no son superiores a las ventajas; se distribuyen además de forma distinta según su localización: las molestias se concentran más en la zona circundante al estadio mientras que las ventajas se extienden a un área más amplia

    Por tanto, puede que los que se benefician sean personas distintas a las que sufren (a su vez) las molestias. Esto puede tener como consecuencia una redistribución regional, como la que describe Bale, y también una redistribución entre los distintos grupos de personas, por ejemplo, grupos en función de los ingresos. Esta redistribución puede ser involuntaria e incluso no deseada. Hay que preguntarse en este caso si los usuarios están dispuestos, están en posición o tienen la intención de compensar las pérdidas. La redistribución puede ser, no obstante, deseada, por ejemplo cuando se trata de la construcción de un puerto de recreo subvencionado por el Estado tiene como finalidad el fomento económico de alguna región debilitada. Una redistribución de este tipo se justifica por el hecho de que grupos de personas con menos poder adquisitivo, o regiones débiles, obtengan un mayor aprovechamiento de esta medida de fomento que los costes correspondientes a los que deben hacer frente regiones más fuertes o mejor desarrolladas económicamente.

    En resumen podemos decir pues que las actividades deportivas generan unos costes y unos beneficios para consumidores, trabajadores, propietarios de capital y para un grupo restante de personas que va mucho más allá de los productores y deportistas. Los efectos colaterales externos representan por tanto costes e ingresos de la producción o del consumo, que no afectan directamente de la empresa productora o al hogar consumidor sino que benefician o cargan a terceras (Heinemann 1998).

    Esta intrincado panorama debe tenerse en cuenta pero no puede incluirse de forma sistemática en el análisis. A continuación explicamos, teniendo en cuenta esta premisa, los efectos colaterales representados en la figura 6:


4.2. Efectos colaterales relacionados con el mercado

    Debemos clasificar los efectos colaterales según sean producidos por el mercado o fuera del mercado, es decir por agentes externos. Así los efectos colaterales de las repercusiones económicas del deporte pueden transferirse de unos mercados a otros. Distinguiremos entre los siguientes casos:

    La construcción de un centro deportivo, un puerto deportivo, por ejemplo, con instalaciones adicionales, la construcción de un astillero, la instalación de comercios pueden producir modificaciones de precios en diversas áreas del mercado. Por ejemplo, la demanda de terrenos puede elevar sus precios porque la localización es gracias al complejo deportivo ahora más atractiva; por el contrario, puede ocurrir que bajen los precios porque los ruidos, el tráfico, etc. hace la zona menos atractiva para los compradores.

    Al construir un centro deportivo (como un puerto deportivo por ejemplo) se produce un demanda adicional de bienes y servicios complementarios. Se establecen comercios de artículos de vela, mantenimiento, reparación, almacenes de invierno, nuevos restaurantes y asimismo los comercios ya existentes pueden contar con nuevos clientes; se fomenta el turismo. Así empresas individuales que no participan en la inversión se benefician de nuevas posibilidades comerciales; pero también el Estado puede alegrarse de obtener nuevos ingresos procedentes de los impuestos5.

    Si estas inversiones aumentan el atractivo del deporte de la vela, lo hacen más sencillo, cómodo y seguro de practicar, cada vez más gente se animará a convertirlo en su actividad de tiempo libre, lo que significa a su vez, a gastar su dinero en la zona, con lo que se modifica la demanda de otras ofertas alternativas. Mientras se practica la vela no es posible dedicarse a otras actividades; quien gasta su dinero en un velero costoso no dispondrá de fondo suficiente para comprar un coche mejor. Probablemente descenderá la demanda de otros bienes de consumo, restaurantes museos, conciertos y otras ofertas de tiempo libre y vacaciones. Esto implica a su vez una serie de repercusiones. Los precios de las ofertas alternativas, en otras zonas de recreo por ejemplo- se reducirán, pero también sus beneficios. Esto afectará a su vez al empleo en este sector y por ende a los ingresos fiscales del estado. Al mismos tiempo la reducción de precios repercute en las ofertas de la competencia de las nuevas instalaciones.

    Estos mismos efectos se detectan cuando por ejemplo una comunidad construye una piscina cubierta, o una asociación ofrece subvenciones en forma de ayudas, créditos a bajo interés o ventajas fiscales para la construcción de pistas de tenis o similares. Generalmente esto provoca que los precios de aprovechamiento de esa instalación sean más económicos que los de una instalación similar de financiación privada. Así los usuarios necesitan menos dinero para dedicarse al ocio de baño o de tenis y se benefician de ello puesto que disponen de más dinero ahorrado para comprar otras cosas, o con el dinero previsto pueden ir más a menudo a bañarse o a jugar al tenis. El propietario privado tendrá que rebajar sus precios, o quizá incluso cerrar su negocio, porque ya no es competitivo. Son estas repercusiones colaterales de una nueva instalación de natación o tenis: ventajas para los deportistas que utilizan las instalaciones públicas, costes económicos que corren a cargo de los bolsillos de los contribuyentes y finalmente pérdidas de beneficios para los propietarios particulares de instalaciones similares.


4.3. Efectos colaterales del deporte ajenos al mercado

    Otro tipo de efectos colaterales se refiere a las repercusiones ajenas al mercado. En la figura 7 se distingue entre repercusiones del consumo y repercusiones de la producción, sabiendo que tanto los efectos descritos anteriormente como los recogidos en este capítulo puede traducirse a la vez en efectos del consumo y también en efectos de la producción. Los efectos externos de la producción son aquellas consecuencias que se derivan de la producción y la venta de bienes y servicios del deporte, los efectos colaterales del consumo se producen al consumir dichos bienes, por ejemplo al practicar deporte o al realizar un desplazamiento hacia el complejo deportivo.

    Entre los efectos del consumo destacan sobre todo aquellos que suponen una modificación de la situación social existente. Son muestras de este tipo de modificaciones de contexto y estructura por ejemplo, los conflictos entre la gente de la zona y los visitantes o turistas, la destrucción de la cultura y la forma de vida tradicional y también cambios en la cultura y la tradición de una especialidad deportiva.

    Como ejemplos de efectos externos de la producción se mencionan en la figura 6 sobre todo las repercusiones sobre el medio ambiente, por ejemplo por una disminución del nivel de ruidos y de la polución debido a la fabricación de nuevos motores, cambios en el estado de las aguas marinas debido a nuevas pinturas (más o menos nocivas) para la protección de los barcos. No hay que olvidar tampoco las consecuencias que una popularización forzada, conseguida gracias a las innovaciones técnicas, de un deporte relacionado con la naturaleza puede tener sobre la salud y también sobre la relación con la naturaleza y la técnica.

    A veces es imposible resolver el problema de la valoración de costes y beneficios no monetarios puesto que no pueden evaluarse en precios de mercado. El valor de los problemas de salud producidos por la contaminación del aire, las molestias en el descanso dominical por los ruidos producidos por los jugadores de tenis o la imposibilidad de bañarse en aguas limpias, es tan subjetivo como el valor de las culturas de vida tradicional, etc.

    Mi aportación únicamente ha podido ofrecer una primera visión de la diversidad y el intrincado entramado de repercusiones económicas del deporte. Traducir esto en análisis empíricos es una tarea dificultosa pero muy rentable. Estos resultados demostrarían no sólo que el deporte es un factor económico significativo con peso propio en la economía nacional (en Alemania es similar a la aportación de la industria química) sino que, lo que es más, podría servir para indicar criterios de eficacia para la correcta utilización de los medios económicos aportados, por ejemplo por el Estado. Además aportaría a la economía importantes datos sobre las posibilidades de mercado que se abren en este sector y por último podría indicar las posibilidades para el mercado de trabajo que ofrecen los distintos sectores del deporte.


Notas

  1. Véase Weber, 1995

  2. Las cantidades presentadas en esta conferencia se encuentran, por un lado, en un estudio "El impacto macroeconómico de los JJ.OO. de Barcelona" del Gabinete Técnico de Programación, Ajuntament de Barcelona 1991 y de un "Dossier de Prensa" 1992. Me referiré también a datos recogidos por Brunet (1992). Además comentaré costes derivados de Juegos Olímpicos y que no provienen de cálculos realizados en Barcelona. En cierta forma también se realizaron estos análisis para Seul (véase Ritchie/Brent 1988).

  3. El multiplicador es un factor que indica en cuánto se han modificado en total los ingresos de un país o una región cuando los gastos de consumo o inversión aumentan/disminuyen en una unidad. En su representación gráfica el multiplicador indica que los gastos de unos suponen ingresos para otros, después de nuevo gastos, éstos de nuevo ingresos, éstos de nuevo gastos, etc. Que este proceso no se repita indefinidamente se debe a que una parte de los ingresos se destina al ahorro, otra parte se gasta en el extranjero. Supongamos que el multiplicador se eleva a 2,7. Si por ejemplo se gastan 1000 Pts. más, esta reacción en cadena provocará un ingreso más por valor de un total de 2700 Pts. de forma que el incremento total de los gastos se eleva a 3700,-- DM.

  4. La planificación preveía que en Barcelona se crearían por los Juegos Olímpicos aproximadamente 32.000 nuevos puestos de trabajo.

  5. Merecería un estudio por si mismo la diversidad de las "micro-modificaciones sociales, económicas, etc. de una zona, que están causadas por la construcción de un puerto deportivo: agricultores que habilitan sus establos y después se animan a construir alguna nave para guardar los barcos durante el invierno; las ventas de accesorios, los fabricantes de velas, el servicio de motores, el comercio de productos electrónicos, el mantenimiento de mástiles, y además los restaurantes, tiendas de alimentación etc., que se establecen en la zona y pueden cambiar drásticamente el aspecto de una pequeña comunidad.


Bibliografía

  • Alonso, J. Ruesga, S. Sáez, F. Vicens, J.: Impacto económico del deporte en Espana. En: Revista de Investigación y Documentación sobre las Ciencias de la Educación Física y el Deporte. Madrid 18 (1991).

  • Andreff, W. Weber, W. : Economy. In: Committee for the Development of Sport (ed.): The significance of sport for society - health, socialisation, economy.Council Europe Press 1995.

  • Bale, J.: Sport, Space and the City. London/New York 1993.

  • Brunet, F.: Economia de los Juegos Olimpicos Barcelona '92. Barcelona 1992.

  • Heinemann, K.: Introducción a al economía del deporte. Barcelona: Paidotribo 1998.

  • Heinemann, K.: Sociología de las orgamizaciones voluntarias. El ejemplo del club deportivo. Valencia: Tirant lo Blanch, 1999

  • Heinemann, K. Puig, N.: Clubs deportivos en España y Alemania: Una comparación teórica y empírica. In: Apunts - Educación Física y Deportes 49/3 1997.

  • Martínez del Castillo, J. Navarro, C. Fraile, A. Jiménez, P. Martínez, J./ de Miguel, J.: Deporte, sociedad y empleo. Proyección del mercado deportivo laboral en la Espana de los noventa. En los sectores de entrenamiento, docencia, animación y dirección. Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia. Consejo Superior de Deportes 1993.

  • Meyer, B. Ahlert, G.: Die ökonomischen Perspektiven des Sports. Schorndorf: Hofmann 2000.

  • Ritchie, J. Brent, F.W.: The Souls Olympics as a Tourism Management: Understanding and Enhancing the long term Impacts. Paper to Korean National Tourist Organization 1988.

  • Weber, W. u.a.: Die wirtschaftliche Bedeutung des Sports. Schorndorf: Hofmann 1996.


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