EL DEPORTE COMO POLITICA DE ESTADO (PERIODO 1945-1955) 1
María Graciela Rodríguez (Arg.)
maria@daggs.sicoar.com

Entre 1945 y 1955, la Argentina vivió una época que puede considerarse de "fiesta deportiva". Junto a la gestión peronista se produjeron una serie de éxitos deportivos que aun hoy se recuerdan: el triunfo en 1950 del seleccionado argentino sobre Estados Unidos en la final del Mundial de Básquet; los Campeonatos Sudamericanos de Fútbol de 1946 y 1947; la medalla de oro ganada en la maratón por Delfo Cabrera en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948; el triunfo de Domingo Marimón en el mismo año en la competencia automovilística "América del Sur" entre Buenos Aires y Caracas; la espectacular performance de Juan Manuel Fangio en Europa, quien en 1951 y 1954 obtiene por dos veces el campeonato mundial de Automovilismo; los Juegos Panamericanos de 1951 (foto); los triunfos del "Mono" Gatica; los campeonatos de box ganados por Pascual Pérez y Rafael Iglesias en sus respectivos pesos; los resultados en las pistas automovilísticas de los Hermanos Gálvez; el torneo mundial de Ajedrez de Copenhague ganado por Oscar Panno; el triunfo en 1950 del equipo de Polo de Venado Tuerto sobre un combinado estadounidense, etc.

Estos logros que fueron leídos como producto de una nacionalidad casi épica, todavía se rememoran y pasaron a formar parte del repertorio histórico de la Argentina. Como también se recuerda la inversión y la gestión estatal que puso énfasis en la contribución al desarrollo del deporte comunitario a través de la promoción de los Torneos "Evita" y la construcción de complejos deportivos 2.

Aunque la opinión que pese sobre ellos es variada y se ofrece como un eje conflictivo de interpretación, lo que es un dato indudable del período es que, por primera vez en la historia, el Estado opera sobre el área, creando una modalidad de intervención innovadora respecto a las anteriores administraciones gubernamentales.

DEPORTE Y EDUCACION FISICA
Si con la Reforma Educativa del '49, en el área del sistema escolar el deporte fue (¿nuevamente?) excluido de la Educación Física escolar 3 , de algún modo las políticas deportivas no-escolares se han dado forma como un espacio intermedio de negociación entre la sociedad civil y la administración peronista. Es de destacar, además, que las intervenciones de la gestión peronista se dieron cita en un contexto económico y político que favorecía el desvío de fondos estatales hacia políticas sociales cuyos destinatarios esenciales eran un 62% de población recientemente urbanizada y en un 20% sindicalizada 4, sector que, por otra parte, se vio beneficiado por la nueva legislación social de 1949, entre cuyas medidas se incluyen el aguinaldo anual, las vacaciones pagas, la indemnización por despidos, el régimen de jubilaciones y seguros, etc.

Por lo tanto las políticas de Estado del período sobre el deporte deben inscribirse en el marco global de la ampliación de la intervención estatal de la época expresada en políticas sociales macro que apuntaban a operar en varias dimensiones: la salud, la educación, la promoción de la mujer, los beneficios sociales, la distribución de los bienes culturales, etc. Insertas en este marco, las intervenciones del peronismo sobre el ámbito deportivo pueden considerarse innovadoras, toda vez que por primera vez en la historia el Estado designa organismos para organizar, promocionar y controlar las actividades deportivas.

Antes del período a ser estudiado estas actividades caían bajo el ámbito de asociaciones civiles y no del Estado (Scher, A. y Palomino, H., 1988; Aisenstein, 1994). Esta separación de ámbitos de pertinencia en nuestro país, tiene antecedentes históricos que pueden relacionarse con los debates que se dieron en el momento en que se institucionalizan las actividades físicas como tarea escolar tomadas a cargo por el curriculum de la Educación Física y se expanden las prácticas deportivas en la comunidad. Estos debates echan sus raíces en la toma de postura de la sociedad política hacia una u otra de las dos vertientes hegemónicas de las actividades físicas provenientes de los países centrales: la vertiente de los "sports" británicos (cuyo exponente más popularizado es el "football", luego castellanizado fútbol) y los sistemas de gimnasia centro-europeos (alemán, suizo, sueco, austríaco, danés, etc.).

Si bien esta divergencia de perspectivas puede parecer trivial o poco sustantiva, estas opciones concebían de diferente modo las intenciones educativas de las actividades físicas, tema que viene a complementar la necesidad más englobadora de consolidar el proyecto político de la modernidad en los primeros años de este siglo. Optar por alguna de ambas vertientes implicaba optar por distintos modelos de actores sociales 5. Haber optado por la línea "racionalista" para el marco educativo 6, significó que el deporte (es decir la vertiente de los "sports" británicos) se haya consolidado en nuestro país por fuera de la escuela pública, dejándolo en manos de asociaciones civiles y/o escuelas privadas.

Más allá de que en la reglamentación de 1949 podría leerse una nueva renuncia del sistema escolar a incluir en sus currícula a la vertiente deportiva, lo cierto es que en el circuito comunitario, el Estado peronista se hizo cargo de aquella zona de las actividades físicas tradicionalmente tomadas por las instituciones privadas. ¿Qué significó esta operación? ¿Una división de tareas al interior del Estado? ¿Un "doble disciplinamiento" por absorción de aquellas prácticas que la escuela dejaba afuera? ¿O una marca de continuidad en la tradición de la Educación Física escolarizada?.

[sigue]

Lecturas: Educación Física y Deportes. Año 2, Nº 4. Buenos Aires. Abril 1997