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Orígenes de la Política Deportiva
en Costa Rica (1887 - 1942)

  Historiador
(Costa Rica)
Chester Urbina Gaitán
chesterurbina@costarricense.com

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 34 - Abril de 2001

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El autor agradece los comentarios ofrecidos por los M.Sc. Carlos Hernández y Juan José Marín.

    Para el jueves 22 de setiembre de 1921 el periódico La Tribuna publicaba un artículo titulado "Ayudemos el sport" donde señala lo siguiente:

"Ya es tiempo que las personas directoras del país pongan atención sobre el importante problema del sport. En Costa Rica, antes se hacía por los gobiernos más esfuerzo en este sentido, y de la Administración González Víquez, en adelante se suprimieron en los colegios y escuelas las lecciones de cultura física. Hace mucho tiempo no se cultivan estos ejercicios en los niños de las escuelas, como lo hacían los profesores Castro y Michaud, con programa, disciplina y buena organización; y en lo tocante a señoritas, no se han vuelto a dar lecciones de la cultura física de la mujer."1

    El mismo artículo también indicaba que la "ociosidad es madre de todos los vicios" y que uno de los medios más naturales para evitar esos males, era la práctica de deportes. Además, recalcaba que un problema de tanta magnitud no podía dejarse a la iniciativa individual, antes bien, debían las autoridades tomar cartas en el asunto y hacer obligatorio el deporte en el servicio militar y en la enseñanza primaria.2

    La crítica anterior es muy interesante ya que matiza el papel intervencionista del Estado Liberal en la sociedad costarricense de principios del siglo XX. Como bien afirma Steven Palmer:

"(...) Debemos mantener de vista que el concepto (Estado Benefactor) sólo surge después de la Segunda Guerra Mundial y que, la Reforma Social de Calderón Guardia apenas inició el proceso de establecer un Estado de Servicios Sociales. El verdadero Estado coordinador de beneficios sociales, de regulaciones industriales y de políticas Keynesianas para intervenir en el mercado - características definitorias del Estado Benefactor - sólo encuentra una distante aproximación en las décadas posteriores."3

    Al igual que Palmer, sostengo que a pesar de la pobreza económica del Estado, los liberales costarricenses construyeron una red de instituciones en campos como la salubridad, la educación y la beneficencia con el fin de "civilizar", supervisar y controlar a los sectores populares, los cuales no estaban circunspectos dentro de su ideal de progreso.4 El Estado durante los años analizados invirtió gran parte de sus recursos en obras públicas y ferrocarriles,5 fomentando un proceso de unificación económica donde fue cristalizándole el establecimiento de un sistema de control social.6

    Empero, este proyecto de dominación de la clase política dominante se vio limitado económicamente - principalmente por la fragilidad que representó el monocultivo y su dependencia de los precios del mercado mundial - produciendo de esta forma que el Estado nacional fuera débil y vulnerable a nivel fiscal. A nivel general, la hacienda pública se mantenía con renta provenientes del tabaco, licor y aranceles aduaneros. Además, el Estado al no gravar a su clase detentadora, se sustentó con la percepción de exiguos ingresos obtenidos de la tributación indirecta.7

    Inmerso dentro del marco anterior, es que el presente artículo tiene por objetivo estudiar el nacimiento de la política deportiva en Costa Rica. El período de estudio comprende desde la fundación del Liceo de Costa Rica en 1887 - primer centro educativo en contar con un plan de educación física - hasta la promulgación del primer programa de Educación Física para las escuelas primarias en 1942, hecho que pretendía la propagación de la práctica de esta materia a un nivel mayor.


1. El fútbol y la apropiación masiva del deporte en Costa Rica

    Los primeros clubes deportivos costarricenses se fundaron entre 1873 y 1899 y se dedicaron a la práctica de diversas disciplinas como las carreras de caballos, el béisbol, el ciclismo, la esgrima y el fútbol. Estas asociaciones tuvieron un carácter exclusivo, ya que sus miembros eran personas pertenecientes a las principales colonias extranjeras y a la burguesía nacional, los cuales disponían del suficiente tiempo libre, el dinero para importar implementos deportivos y la preocupación por la salud y apariencia física, factores todos que les permitieron sostener sus centros deportivos.8

    El nacimiento del fútbol en 1899 marca un hito en la historia deportiva nacional, debido a que inicia la apertura de un espacio para la práctica del deporte entre los sectores subalternos, alcanza primero el nivel de representación nacional, les concede a los jóvenes el acceso al deporte, así mismo es el primero en adquirir una proyección social al utilizarse para fines benéficos, amén de complementar el sentido de identidad comunal del costarricense.

    En 1921, el país obtiene el primer campeonato centroamericano de fútbol, triunfo que permite a esta disciplina culminar un proceso en el que se consolida como deporte principal. La victoria anterior se reforzará en 1941 con la conquista de Costa Rica como anfitrión en forma invicta del V Campeonato de Fútbol Centroamericano y del Caribe.9

    La fuerte promoción de los clubes deportivos obreros y el patrocinio de la Iglesia y de algunos entusiastas permitieron que la mayoría de los centros deportivos fundados a partir de 1899 se dedicaran casi absolutamente a la práctica del fútbol. Esta exclusividad dio origen al acaparamiento de esta disciplina del tiempo libre del costarricense, convirtiéndola en sinónimo de recreación y de educación física.

    Fundamentado en todo lo anterior, es que se explica el hecho de que, los políticos de la época vieran en el apoyo al fútbol una forma excelente de impulsar la práctica del deporte y de hacer buena imagen política.


2. En búsqueda de una "Política Deportiva"

    Con base en el análisis del trabajo titulado: "La educación costarricense en el período liberal: Liceo de Costa Rica - Colegio Superior de Señoritas 1885 - 1940" , se concluye que en lo referente a planes de estudios, ambas instituciones contemplaban un curso de gimnasia y ejercicios militares para los hombres y de calistenia para las mujeres.10

    Para el caso del Liceo la enseñanza de ejercicios militares se justificaba con base en la necesidad de formar soldados que defendieran la patria del enemigo. Es evidente que la educación secundaria - y por ende la educación física impartida en estas instituciones - se caracterizó por ser una educación fundamentalmente elitista, ya que para acceder a estos centros era necesario contar con cierta capacidad tanto académica como económica. Esto provocó que gran parte de los secundarios provinieran básicamente de sectores acomodados del Valle Central y de sus alrededores.11

    Con respecto a lo anterior, Steven Palmer y Gladys Rojas señalan que entre las categorías ocupacionales de los padres de los estudiantes, más específicamente la de jornaleros, estos a pesar de su pobreza, hicieron esfuerzos por educar a sus hijos en esta institución, al aceptar las becas que el gobierno ofrecía.12

    En el nacimiento de la política deportiva costarricense, la promoción gubernamental en la publicación de libros sobre la enseñanza del deporte y la adecuación de lugares para su práctica por parte de las municipalidades desempeñaron un papel fundamental. La primera obra impulsada en ese sentido fue la de Benjamin de Céspedes y Santa Cruz titulado: Higiene de la Infancia en Costa Rica impreso en San José, en el año de 1900 por la Tipografía Nacional. Básicamente el autor se refería a las reglas que debían observarse en la educación física, principalmente en la gimnasia. Además, explicaba las bases de la educación física que debían prevalecer en las escuelas, sobre todo en aspectos relacionados con juegos, gimnasia, paseos, baños y piscinas. 13

    Posteriormente, en 1915 Francisco Cordero Quirós en Lecciones de Higiene analizaba la relación entre la práctica del ejercicio y la salud. Estudiaba temas relacionados con su necesidad y placer, su clasificación en naturales y artificiales, sus ventajas y beneficios sobre los aparatos del organismo humano. Por último, concluía analizando disciplinas como el remo, la natación, la lucha y la gimnasia, amén de tratar los peligros que puede ocasionar una práctica inadecuada del deporte.14 Dentro de la política deportiva estatal de principios del siglo XX, las municipalidades fueron las dependencias estatales que prestaron mayor interés en la adecuación de sitios para las prácticas deportivas. Así, por ejemplo se tiene que para 1904 la Municipalidad de San José - presidida en ese entonces por el Lic. Cleto González Víquez - quería convertir a La Sabana en un verdadero lugar de recreo, campo de prácticas deportivas y sitio de paseo para equitadores y carruajes.15

    Otro caso importante lo constituyó el de la corporación municipal de Heredia, la cual para el miércoles 28 de diciembre de 1904, conocía un informe de los trabajos que se realizaban por encargo suyo, entre los que sobresale la compra de una plaza en esa localidad. Éste sitio llevaría el nombre del Dr. Juan J. Flores y sería utilizado para las corridas de toros, juegos deportivos y otras entretenciones.16

    Con respecto a la posición de los gobernantes en torno al fomento de prácticas deportivas, se tiene la que asumió don Cleto González Víquez durante su primera administración (1906-1910), donde sobresalió su ofrecimiento en 1908 para las fiestas de fin de año, de premiar todos los ejercicios del concurso atlético que no recibieran de la prensa medallas de oro fabricadas en Nueva Orleans.

    También obsequiaría un escudo de bronce para el partido de béisbol del segundo día de fiestas y once medallas para los ganadores del encuentro de fútbol del tercer día.17

    La actitud asumida por don Cleto con respecto al deporte era de esperarse, ya que fue uno de los elementos utilizados por los gobernantes nacionales de principio de siglo, con el fin de desviar la atención hacia la práctica de juegos de azar y del indisciplinamiento laboral, amén de evidenciar una postura de los políticos por fomentar los espectáculos y diversiones públicas que elevaran el nivel moral y la higiene de los sectores populares.

    Esta preocupación de los gobiernos por mejorar la condición física del costarricense radica en su formación alrededor del ideal civilizador del positivismo radical, el darwinismo social, la terapéutica y la jurisprudencia, asumiendo por ende principios tales como la pureza racial, la honestidad y la automigración.18

    En este sentido, a modo de ilustración se tiene que, a raíz de la celebración de los Juegos Olímpicos Centroamericanos de 1924, el Presidente Lic. Ricardo Jiménez Oreamuno se vio en la necesidad de edificar un estadio. La Ley N° 17 del 6 de noviembre de 1924 estipulaba que por el término de cinco años se autorizaba la construcción y explotación del Estadio Nacional en La Sabana, cuya administración estaría a cargo de una Junta Nacional de Cultura Física.

    El Poder Ejecutivo otorgaría una fianza de cincuenta mil colones para cubrir los gastos de construcción. Los fondos que el Estado percibiera en virtud de los espectáculos públicos que en él se verificaran, serían destinados a cubrir los gastos de la edificación, al arreglo y embellecimiento de La Sabana y mantenimiento de sus calles adyacentes, y al fomento de los deportes, proporcionando a todos aquellos lugares que por carecer de recursos no pudieran adquirir los aparatos y demás enseres necesarios para su práctica, dándose preferencia al pedido e instalación de play - grounds escolares en las principales escuelas.19

    Cabe destacar que entre las personas que integraron esta primera Junta de Cultura Física sobresalen algunos destacados profesionales, políticos e higienistas al servicio del Estado, tales como: Eduardo Garnier, José María Pinaud, Manuel Rodríguez, Lesmes Suarez, Francisco Meléndez, Alberto Brenes, Francisco María Núñez, Charles White, Dr. Alejandro Vargas Araya y Dr. Ricardo Moreno Cañas.20

    Otras medidas de apoyo al deporte fueron las emitidas durante la segunda administración de don Cleto González Víquez (1928 - 1932). La primera se relacionaba con la introducción en el Programa de Educación Cívica de Cuarto Año, de un artículo relacionado con el aseo corporal. En este punto se analizaba lo referente a una higiene completa, principalmente lo relacionado con el ejercicio físico y los deportes.21

    Por otra parte, en los Planes de Estudios para las Escuelas Primarias se indicaba que la educación física debía hacerse, siempre que fuera posible, en el patio del centro educativo o en la plaza ubicada frente a ella. Debido a que no existían locales techados para la práctica deportiva, los ejercicios debían realizarse al aire libre y bajo el sol. No se harían ejercicios para exhibición de conjunto, por el contrario, debía de darse libertad para que el niño se moviera un poco más y se desarrollará mejor. No se debían preparar grupos que se movieran a compás, más bien se debían de desarrollar los músculos, poniendo en mayor actividad el torrente sanguíneo.22

    Aparte de esta legislación, los gobernantes promocionaron las competencias deportivas a nivel de secundaria. En 1932 se realizaron los primeros Juegos Intercolegiales de atletismo, contando esta competencia con la participación de atletas del Liceo de Costa Rica, el Colegio Seminario, el Instituto de Alajuela, el Colegio San Luis Gonzaga, la Escuela Normal y la Escuela de Agricultura. Estas justas fueron creadas por el Ministro de Educación Pública de ese momento, Lic. Teodoro Picado. Más tarde en 1933, se establece que los juegos debían celebrarse el 12 de octubre de cada año. Las competencias se realizaron hasta 1934, clausurándose por falta de árbitros y el poco apoyo de la mayoría de los directores de los centros participantes.23

    A principios de julio de 1933 se creó la Junta Superior de Cultura Física, entre cuyas funciones destacaban el fomento de la cultura física en general y los deportes en forma científica, la organización de juntas de educación física en las cabeceras de provincia, a efecto de que, funcionaran con el carácter de juntas auxiliares y la resolución de consultas que hicieran particulares o instituciones deportivas referente a educación física o deportes. Esta junta estaría integrada por cinco miembros que designaría la Secretaría de Educación Pública.24

    Debido a las crisis económicas por las que atravesó el país con motivo de la Gran Depresión de 1929 y el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945), esta junta tuvo un accionar casi nulo.

    Dentro de la trayectoria de la política deportiva estatal es destacable que, en 1937 durante la administración del Lic. León Cortés Castro (1936 - 1940) se creía que era conveniente armonizar la tarjeta de calificaciones de las escuelas primarias con los programas en vigencia y las actuales prácticas docentes, por lo que se decretó que las actividades de los alumnos serían apreciadas en un Plan Pedagógico donde se incluiría la educación física.25

    Luego, a mediados de diciembre del año en mención, se autorizó al gobierno para tomar del Tesoro Público la suma de tres mil dólares, para auxiliar a los seleccionados nacionales que participarían en los IV Juegos Centroamericanos y del Caribe que se celebrarían en febrero de 1938, en Panamá.26

    Según se evidencia, a partir de la crisis político - ideológica por la que atravesó el país, al final del período de estudio, principalmente a partir de la fundación del Partido Comunista (1931), es que los gobernantes comenzaran a impulsar más fuertemente la actividad deportiva.27

    Lo anterior explica el hecho de que en 1942 se aprobara el primer Programa de Educación Física para las Escuelas Primarias de Costa Rica. En este programa se señalaba que la obligación del profesor de Educación Física correspondía a seguir y vigilar el correcto crecimiento del niño, así como su fortificación. Según este programa la mayoría de la población escolar costarricense era anémica, con músculos que habían perdido su elasticidad o su fuerza y con disminución de la talla. Por otra parte, debido a la pesantez y debilidad de los músculos extensores del tronco, el niño no podía mantenerse erguido, experimentaba un desequilibrio biológico, amén de que asumía posiciones falsas.28

    También, debían ponerse en práctica ejercicios correctores de estas desviaciones, que influyeran directamente sobre las capas musculares y que, por ende, tuvieran una influencia correctiva sobre el esqueleto. La enseñanza de la Educación Física debía ser recreativa y pedagógica.

    Debía producir en los alumnos una excitación cerebral acompañada de alegría, lo cual ayudaría a fortificar el organismo. Los ejercicios se seleccionarían de acuerdo con la estructura anatómica y las condiciones fisiológicas del escolar, tomando en cuenta sus cualidades psíquicas.

    En las lecciones de gimnasia infantil figurarían ejercicios cuya característica fueran la alegría, actividad y esfuerzo moderado, además, de ser activadores de las funciones del organismo y muy especialmente de la respiración, la circulación sanguínea, la capacidad vital, la intensificación de la ventilación pulmonar y la oxigenación de la sangre. Así mismo, enfatizarían el trabajo muscular en las paredes abdominales y asegurarían el desarrollo de los músculos extensores del cuello y fijadores de los omoplatos, del dorso y de la piernas, para corregir así las desviaciones de la columna vertebral, sin olvidar la ejecución de los ejercicios correspondientes.

    Para que la escuela pudiera constatar los progresos que se alcanzaran en las clases de Educación Física y Deportes, el médico escolar llevaría el control individual de los alumnos mediante la ficha antropométrica correspondiente y los datos del estado de salud. Todos los alumnos debían presentarse a las clases con el uniforme especial aprobado por la autoridad correspondiente. Era indispensable que el maestro de esta asignatura usara traje y calzado especial durante la clase; éste debía ser liviano, amplio y cómodo para permitirle así mostrar la forma correcta de los ejercicios. Las clases debían desarrollarse preferentemente en las primeras horas de la mañana, procurando los directores de las escuelas que las clases de gimnasia de los diferentes grados fueran a la misma hora, a fin de que pudieran trabajar secciones clasificadas por edades.29


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