efdeportes.com

A propósito de la salud en el fútbol femenino: inequidad de género y subjetivación
Luz Elena Gallo Cadavid y Luis Alberto Pareja Castro

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 33 - Marzo de 2001

2 / 2


    Las mujeres están negando los límites de su situación e intentan abrirse los caminos del porvenir (Beauvoir.1989, 410), y pareciera entonces, que las mujeres futbolistas, están dotando de nuevos significados el ser mujer, es decir, están ampliando el horizonte y se proyectan rompiendo con la monótona repetición de vida y dirigiéndola hacia nuevas finalidades.

    En este sentido las mujeres futbolistas3 expresan:

"… El sueño mío cuando era adolescente, era colocarme una camiseta de la selección Antioquia, para mí eso era el sueño .

".. Me gusta parecerme a Pacheco porque él también es muy buen jugador, si me gustaría parecerme a él, y salir adelante y estar en un mundial, me gustaría".

":.. Una mujer que juegue fútbol me parece la más calidosa del mundo entero, por la misma condición que la cultura nos impone"

"… El fútbol en mi vida fue mi primer amor, mi primera pasión, y para mí significa mucho… yo sí podría asegurar que yo si he ganado con el fútbol como mujer porque yo puedo trabajar con el fútbol y entonces a partir de eso me di la carrera, incluso ha sido pues como un trampolín para mí a nivel académico, a nivel profesional ha servido mucho, entonces para mí el fútbol significa mucho".

    Estos argumentos dan cuenta que las mujeres deportistas se están afirmando como sujetos sociales porque amplían las potencialidades de desarrollo como grupo social, y ante la sociedad se atreven a traspasar los límites establecidos por la cultura patriarcal, aunque a cambio hay cierto sufrimiento, pero a partir de ésto se ganan nuevos espacios, se crea otro discurso sobre el deporte, el cuerpo, las capacidades y potencialidades humanas en la perspectiva de género y en camino a la construcción de un contexto mas solidario, mas equitativo, a partir de entendernos en medio de la diversidad hacia una expresión mas satisfactoria en la vida humana.

    Además, esta sociedad impone a las mujeres una idea de feminidad definida de modo artificial por los vestidos, las modas y los ideales de cuerpo, y pareciera que algunas mujeres futbolistas rechazaran los atributos femeninos porque no deben sus encantos y oportunidades al tocador y sus bellezas, y por ésto son tratadas de marimachos, de parecerse a los hombres, aunque dice Beauvoir (1989, 472) que al rechazar estos atributos femeninos no significa que adquieran atributos masculinos.

    Mas aún, cuando las mujeres se sustraen a un código establecido, como por ejemplo el modelo femenino, se convierten en rebeldes y se les señala:

"... A veces me dicen que camino raro, que hablo raro, yo no se si por el tono y a mí el cuerpo no me preocupa, también me preguntan hombres y mujeres que si soy lesbiana o me pueden tratar a veces de marimacho porque me ven rara y porque no me pongo vestidos y yo les digo que no, que tal vez soy una mujer diferente".

"… Mujeres con peinados estilo hombres, les dicen marimachos porque se rapan a los lados y se dejan la cola, porque utilizan jean y billetera atrás y llavero, porque utilizan botas, porque utilizan un lenguaje supremamente soez; y porque también les gusta las otras mujeres, porque a mí me puede gustar otra mujer, pero igualmente ser femenina".

"… Si las muchachas realmente lograran conservar un poco más la imagen femenina, porque realmente para la gente es desagradable ver a una mujer que juegue fútbol pero parezca un hombre, que la gente diga, ve aquella tan delicadita, o aquella tan bonita y juega muy bien, entonces ya hay un complemento, pero se cambia la imagen corporal si uno juega fútbol".

    Sin embargo, para ser individuos mas armónicos, tanto para los hombres como para las mujeres, es necesario que la mujer tenga acceso al mundo masculino, como los hombres al mundo femenino; que se tengan igualmente acceso a las diversas posibilidades de la vida y esto permitiría una mejor construcción como sujetos, unas mejores relaciones intergéneros, y un contexto quizás mas cálido y equitativo.

    Con respecto a la libertad como condición de la felicidad, plantea Marta López (1999, 21), que si la ética es el arte de vivir bien y dignamente, vale la pena preguntarnos que tan lejos estamos de la acción que valida ese modo soberano de vivir, que nos conduce a la búsqueda de la felicidad y la libertad como apuesta estética, porque parecería que sin un estilo de vida profundamente estético, es imposible congraciarnos con nosotros mismos y con los otros. Propone además, que cuando la ética nos pone a prueba al respecto de lo que somos, es preciso establecer tres modos de relación: consigo mismos, con los otros y con los bienes materiales.

    La relación consigo mismos "implica un orden de confrontación no precisamente con nuestra interioridad, sino ese estar atentos al acontecimiento que implica la irrupción de lo nuevo" (Marta López, 1999,22). De modo que cuando una persona emprende nuevos caminos se encuentra ante una nueva búsqueda del yo, ante una construcción de identidades, como es el caso de las mujeres futbolistas que experimentan un proceso de afirmación del yo, y esta constatación del yo las lleva a resaltar diferencias con respecto a los demás, surgen nuevas caras del sí mismo e implícitamente se reconocen a partir de la diferencia.

    Un individuo se convierte en sujeto si asocia en sus com-portamientos el deseo de la libertad, la pertenencia a una cultura y la apelación a la razón, y para que aparezca el sujeto, es preciso que el individuo reconozca en él la presencia del sí mismo, así como la voluntad de ser sujeto. El sujeto significa el paso del ello al yo, el control ejercido sobre la vivencia para que haya sentido personal, para que el individuo se transforme en actor o sujeto social que se inserta en las relaciones sociales a las que transforma, es además, la voluntad de un individuo de obrar y de ser reconocido como actor (Touraine, 1994, 207).

    Agregando a lo anterior, con respecto a la transformación del individuo en sujeto y donde el individuo se plantee la libertad como condición principal de su felicidad, es importante señalar, cómo esta libertad es limitada en las mujeres futbolistas, dado el señalamiento a los cuales se ven sometidas por enfrentar lo nuevo.

    También es cierto que algunas mujeres futbolistas en su necesidad de expresarse y afirmarse, van encerrando en sus corazones muchas decepciones, humillaciones, penas, resentimientos y sufrimientos por haberse mezclado en una irrisoria aventura y es el de estar accediendo a un escenario no propio para mujeres, y estas sensaciones displacenteras no se encuentran - por lo general en los hombres -. Después de todo, afirma Beauvoir (1989) que: "siempre es duro ser recién llegado que intenta abrirse camino a través de una sociedad hostil, o por lo menos despreciativa". Sin embargo, también representa para algunas mujeres su necesidad de emprender la práctica de la subjetividad en la decisión de construirse como seres humanos capaces de autorrealizarse autónomamente.

    A manera de ilustración, algunas expresiones de mujeres futbolistas4:

…" Entre los once y los dieciocho era la censura de los noviecitos o como que te aceptan porque tu eres la chica que les gusta, pero no les gusta esa otra parte de ti, que es que a ti te gusta jugar fútbol, igualmente recibía muchas críticas de profesores ".

…"En los adultos, después de los años que he reflexionado sobre eso, había como un sentido como que les parecía raro que una mujer jugara fútbol, y que lo hiciera tan bien, entonces era entre la burla y la admiración".

"… Me ha costado unos cuantos trasnochos por ahí de vez en cuando, de pensar en el dilema de si sigo o no sigo jugando fútbol y a nivel psicológico es un temor a que de pronto la gente me rechace, porque si hay un cierto temor, sobretodo últimamente, al principio a mí eso no me importaba, porque yo siempre decía: qué me importa qué piensen de mí los que no me conocen".

"… Si lo puede afectar a uno un poquito jugar fútbol porque ah, que a uno lo estén chiflando y que lo estén jodiendo, eso es muy maluco, uno como que se siente maluco".

"… Siempre he tenido un rechazo familiar, de los hermanos que cómo era posible que yo jugara fútbol, que tenía que jugar muñecas, casi se avergonzaban de mí porque yo jugaba fútbol, y mi mamá muchas veces quiso cohibirme que jugara fútbol, por eso me gane muchas pelas porque jugaba fútbol pero yo realmente no alcanzaba a vislumbrar qué de malo tenía jugar fútbol , como que se avergonzaban todos de mi".

    Estas declaraciones demuestran nuevamente que existen unos condicionantes o premisas fundamentales que alteran la salud y la calidad de vida de las mujeres futbolistas, porque la calidad de vida de la que depende la salud está permanentemente amenazada por: discriminación, rechazo, censura y señalamiento, que en suma, son procesos destructivos para la vida y la salud.

    El planteamiento de la libertad como condición principal de felicidad, lleva a una relación dialéctica a las futbolistas, porque si bien se propicia un espacio de emancipación, a su vez, esta construcción de hacer vida social las coloca en desventaja frente al control de poder que sobre ellas se ejerce, coartando de ese modo el desarrollo de nuevas potencialidades humanas y creando una "descompensación sicológica que aparece como enajenación" (Klapp,1972) y puede ser éste el motivo por el cual algunas futbolistas restituyen su identidad y construyen nuevos sentidos o ideales simbólicos posibles de investir de significado el ser mujeres.

    Con relación al reconocimiento de los demás como sujetos, es preciso que el sujeto se afirme reconociendo al otro como sujeto, aceptar ver en el otro y en nuestra relación con el otro la presencia del ser (Touraine, 1993, 286).

    Para el caso del fútbol femenino sería útil que la misma sociedad haga un reconocimiento a las mujeres futbolistas5, y se empiece redefinir ciertas expresiones y modos de vida que tradicionalmente se han negado para las mujeres. De igual modo expresa Beauvoir (1989, 470) que "la estructura social no ha sido profundamente modificada por la evolución de la condición femenina; el mundo que ha pertenecido siempre a los hombres, conserva aún la fisonomía que le han impreso" y es necesario entonces, empezar a romper estas limitaciones que han impedido a la mujer ser para sí misma, para que a partir del otro, el nosotros logre mas tranquila y libremente afirmarse como sujeto.

    Este reconocimiento de los demás permite una afirmación del yo y fortalece la estructura personal, porque se le reconoce a partir de las propias potencialidades.

    Estas son algunas manifestaciones de mujeres futbolistas6 :

"… Jugaba bien desde niña y usted sabe que cuando a uno de niña juega bien y la gente le dice que juega bien y si lo escogen a uno y se lo guerrean a uno para que este en este o aquel equipo, uno se siente grande y entonces más ganas tiene de seguir jugando…"

"…Para mí jugar fútbol en mi infancia y en mi adolescencia fue riquísimo, eso me permitió socializarme y permitió que elevara mi autoestima porque me reconocían, de hecho yo era una chica muy tímida, muy introvertida, campesina, académicamente nunca fui brillante, entonces, tuve la facilidad de que motrizmente tuve un buen desarrollo y jugaba bien, entonces eso permitía que cuando habían competencias en la escuela o en el colegio o en el pueblo, la gente quisiera que yo jugara en su equipo porque era líder y era buena…"

"… Habían amigos que me decían que uf! tan rico que juegues, es que usted juega muy bien, otros se reían como irónicamente, ya para uno eso era desmotivante, otros lo apoyaban a uno me invitaban a jugar, esos eran los que le hacían sentirse a uno importante…"

"… El mayor apoyo que tuve fue el de mi novio, el primer novio que tuve, él si, el era el que me llevaba, el que me alcahueteaba, me decía como jugaba, y siempre que él iba a jugar, me llevaba a jugar. Que otro estímulo… En el colegio, los profesores si, algunos, siempre me apoyaban vea vamos a jugar fútbol o microfútbol, venga que vamos a jugar, de los entrenadores, buen estímulo también, la llamada constante para ir a entrenar, para ir a jugar, si uno iba, le pasaban, por ahí hubo buena motivación y todo esto lo hacía sentir a uno bien como mujer…"

    Sin embargo, en tanto predominen monopolios de poder en la humanidad, se seguirá manifestando de manera poco saludable la vida humana, y como una urgencia de asumir la defensa de lo humano, el reto fundamental de toda lucha contra la subordinación es la construcción de un nuevo mundo.


Notas

  1. En ciertos pasajes de la dialéctica, en los cuales Hegel define la relación entre el amo y el esclavo, se aplicarían mucho mejor a la relación del hombre con la mujer. El privilegio del Amo - dice - proviene de que él afirma el Espíritu contra la Vida por el hecho de arriesgar su vida; pero, de hecho, el esclavo vencido ha conocido el mismo riesgo, mientras que la mujer es originalmente un existente que da la Vida y no arriesga su Vida; entre el macho y ella nunca ha habido combate; la definición de Hegel se aplica singularmente a la mujer. (Beauvoir. El Segundo Sexo. Tomo I, 1989, 89).

  2. Según entrevistas realizadas por Luz Elena Gallo & Luis Alberto Pareja a mujeres futbolistas durante junio de 1999 y junio del año 2000.

  3. Según entrevistas realizadas por Luz Elena Gallo & Luis Alberto Pareja a mujeres futbolistas durante junio de 1999 y junio del año 2000

  4. Según entrevistas realizadas por Luz Elena Gallo & Luis Alberto Pareja a mujeres futbolistas durante junio de 1999 y junio del año 2000

  5. Por ejemplo que sean noticia los resultados de torneos de la liga femenino al igual que es noticia diaria, en nuestro medio el fútbol masculino.

  6. Según entrevistas realizadas por Luz Elena Gallo & Luis Alberto Pareja a mujeres futbolistas durante junio de 1999 y junio del año 2000


Bibliografía

  • AMORÓS, Celia. Hacia una crítica de la razón patriarcal. Barcelona : Anthropos. 1985.

  • BREILH, Jaime. El Género Entrefuegos: inequidad y esperanza. Quito: CEAS, 1996.

  • DE BEAUVOIR, Simone. El Segundo Sexo. Tomos I y II. Buenos Aires: Siglo Veinte. 1989.

  • GADAMER, Hans Gerog. El estado oculto de la salud. Barcelona: Gedisa, 1996.

  • GARCIA FERRANDO, Manuel. Aspectos sociales del deporte: Una reflexión sociológica. Madrid: Alianza deporte. 1990.

  • GÓMEZ, Elsa. Introducción En: Género, mujer y salud en las Américas. Organización Panamericana de la salud. Publicación Científica 541. Washington, 1993.

  • ELIAS, Norbert & DUNNING, Eric. Deporte y ocio en el proceso de civilización. México: Fondo de Cultura Económica, 1995. ISBN 968-16-4687-8

  • KLAPP, Orrin E. La identidad: Problema de masas. México: Pax - México. 1972.

  • LAGARDE, Marcela. Democracia Genérica. México: REPEM. 1994.

  • LÓPEZ, Marta. Etica y afección. En: Nova & Vetera. N° 35, Mayo - Julio de 1999.

  • MENA, José Lorite. El orden femenino : origen de un simulacro cultural. Barcelona : Anthropos. 1985.

  • SZASZ, Ivonne & LERNER, Susana. Para Comprender la Subjetividad. México : El colegio de México, 1996.

  • TOURAINE, Alain. Crítica de la Modernidad. Madrid: Temas de hoy. 1993. ISBN. 84-7880-302-5.

  • TURNER, Bryan. El cuerpo y la Sociedad. México : Fondo de cultura económica. 1984.

  • VELEZ, Beatriz. Macroproyecto de investigación: La puesta en escena del género en el fútbol. Hermenéutica de la masculinidad y la femineidad en Colombia. 1999.

  • WEINSTEIN, Luis. Salud y Autogestión. Montevideo: Nordan y Buenos Aires: Tupac ediciones, 1978


| Inicio |


Otros artículos sobre
Género y mujer | Actividad Física y Salud | Fútbol

  www.efdeportes.com/
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
   

revista digital · Año 6 · N° 33 | Buenos Aires, marzo de 2001  
© 1997-2001 Derechos reservados