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Nuevas tendencias deportivas: Deportes de Sliz.
Kiko León Guzmán y Manuel Parra Boyero

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 30 - Febrero de 2001

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  • Hay una unión entre el cuerpo y el artefacto. Una creativa unión entre tecnología y naturaleza pone al alcance del hombre contemporáneo la posibilidad de penetrar en unos campos de acción y sensación imposibles e inimaginables para nuestros antepasados. Permite ampliar las posibilidades de relacionarse con el entorno, de sentirlo mejor.

  • El peso del deportista o practicante a de ser mayor salvo en contadas ocasiones que las del artefacto. Con esta premisa partimos como generalidad, si bien la posibilidad de notables excepciones nos impide plantearlo como norma.

  • Las evoluciones se efectúan en un entorno cambiante, donde el espacio natural y urbano se convierte en espacio deportivo.

  • Cuantos más grupos musculares estén implicados en el control del deslizamiento mayores serán las sensaciones obtenidas. (La "cantidad o porcentaje de deportista implicado en tal control) No es lo mismo ni requiere le mismo esfuerzo, manejar el timón de un barco mediante una flexo extensión del codo, y cómodamente sentado, que el aparejo de una tabla de windsurf.

  • Las prácticas motrices, o de ocio, en las que se produce un desplazamiento en el que no hay posibilidad de controlar el mismo, estarían evidentemente excluidas. Así ciertos "arrastres" sobre el agua ("bus bobs, "aros inflables", "parascending", etc.) no podrían incluirse como "práctica deportiva de Sliz" sí bien son innegables las sensaciones de diversión que pueden obtenerse con los mismos.

    Por lo tanto, las características del objeto sobre el cual o en el cual se produce el desplazamiento, definen claramente la inclusión de una práctica motriz como modalidad deportiva de Sliz.

    En ocasiones, el desplazamiento se consigue o produce sin objeto alguno ("barefoot", "caída libre", "base Jump", etc.) haciendo más complejo y limitado el control del desplazamiento pero sin perderlo.


Medio, entorno

    Como se ha comentado, a lo largo de los años han venido surgiendo deportes en los que se consiguen desplazamientos controlados en cualquiera de los entornos "normales" y generales de la materia. Así contemplamos una mayoría de actividades realizadas sobre terreno sólido y más o menos duro. Ya se trate de asfalto, hielo, arena o tierra, el material necesario para conseguir el desplazamiento es adaptado a las necesidades del entorno.

    Es importante destacar el papel que juega el invento de la rueda en muchos de estos deportes. Las características en cuanto a los diseños y materiales estarán en función de las especificidades técnicas del deporte en sí y del contexto en el que se desarrolle. En ocasiones no aparece rueda alguna y en otras, estas son sustituidas por cuchillas o esquíes.

    Dentro de las disciplinas más clásicas y asumidas como proporcionadoras de sensaciones conseguidas al desplazarse deslizando, están las realizadas sobre la nieve. A medias entre lo sólido y lo líquido, presenta unas características de rozamiento, dureza y habitual situación en terreno inclinado, o con pendiente, ideales para actividades motrices de este tipo.

    Hemos preferido incluirla dentro de la categorización de entornos sólido debido a la similitud, en cuanto a la utilización de la gravedad como medio propulsivo ("bajada de cuestas"), de las modalidades más populares.

    Otro gran medio es el agua. Gran parte del planeta está cubierta por ésta y toda la evolución cultural del hombre está vinculada a ella.

    El desplazamiento por el mar gracias a la fuerza natural del viento se viene realizando desde las primeras civilizaciones, pero también y en algunas culturas concretas, la fuerza de las olas ha sido tradicionalmente utilizada para el desplazamiento.

    Podemos considerar el "Surf" ("bajar la pendiente de agua formada en una ola") como la práctica deportiva originaria de esta filosofía de las "sensaciones". La sencillez de la infraestructura junto con la complejidad técnica hacen de esta modalidad una de las más gratificantes en sensaciones, y de los más añorados de los deportes de Sliz, manteniéndose como referencia constante de los mismos.

    Posteriormente, la adaptación de los conocimientos de vela ligera adaptado a este tipo de desplazamiento, propició la aparición del "Windsurf".

    Por otra parte, el arrastre o remolque de objetos por parte de los barcos a motor, dio pie a la idea de ser una persona quien sufriese, o disfrutase, ese arrastre. Adaptando las ideas obtenidas con la práctica del esquí en nieve, surgió el esquí acuático. Más recientemente, la utilización de este arrastre con tablas de surf dio origen al "Wakeboard" (Tabla de estela).

    En cuanto al aire, tenemos las modalidades enmarcadas dentro del conocido como "vuelo libre", que utilizan las fuerza aerodinámicas producidas por la circulación del aire sobre un "perfil aerodinámico" diseñado en la construcción de las alas (en Parapente, velas). Esta interacción del aire con el perfil provoca la aparición de unas fuerzas de sustentación que hacen que el desplazamiento en horizontal sea mayor que el vertical posibilitando el descenso controlado desde una altura con la consecución de un avance notable sobre el terreno. Todo esto en unas condiciones de aire estable y viento nulo. Si a ello le sumamos los movimientos ascendentes de las masas de aire, bien por corrientes térmicas o dinámicamente al chocar éste con un relieve orográfico, el tiempo de permanencia en vuelo y, por tanto, de desplazamiento controlado proporcionador de sensaciones, se alarga sobremanera.

    No sucede lo mismo con las modalidades realizadas en "caída libre" en las que la ausencia de fuerzas aerodinámicas hace que la tasa de caída (metros avanzados por metros perdidos) sea significativamente menor y que, una vez más, sea el rozamiento del sujeto o aparato con el medio, el origen del control del desplazamiento. La presencia de una tabla fijada a los pies ("skyboard" o "skysurf") hace que aumenten estas fuerzas de rozamiento y por tanto un mayor y más variado control del desplazamiento.

Organización

  • No están sujetas a reglamentación fija. Es más se resisten a la institucionalización, ya que se considera incompatible con la esencia de unos deportes o prácticas en la que los valores de libertad y lúdicos se valoran por encima de todo.

  • No están sujetas a horarios.

  • Su forma de práctica, su intensidad, su modo, su ritmo puede variar a gusto del usuario. Ofrecen por tanto una proyección de futuro sin límite de edad.

  • El componente de aventura es esencial. Todas estas prácticas tienen un ingrediente de conquista que les propicia emoción y aventura.

  • Hay una especie de mitología de retorno y contacto con la naturaleza. Este elemento naturalista, está relacionado con el papel que la naturaleza juega en estos deportes, puesto que constituye el medio que los hace posibles y brinda la energía necesaria para practicarlos.


Propulsión externa

    La velocidad de desplazamiento y las fuerzas propulsivas se consiguen, en la mayoría de los casos, aprovechando las energías libres de la naturaleza (eólica, olas, mareas, gravedad, humana, animal, etc.).

    Al estudiar las características del entorno en el que se practican estas modalidades bajo el prisma conceptual del "Sliz", nos encontramos con varias modalidades históricamente relacionadas con las aquí comprendidas, pero que por algún motivo, no cumplen las especificaciones propuestas en la definición.

    De esta forma, a excepción del "kayak de olas" y quizá el "rodeo en aguas bravas", todas las modalidades del piragüismo basan su existencia en una "propulsión interna" para conseguir el desplazamiento. La acción del deportista se hace imprescindible en todo momento para conseguir el desplazamiento por lo que no fueron incluidas.

    Por otra parte y tratando de encontrar una posibilidad de inclusión de las mismas, se estudiaron las actividades de piragüismo desarrolladas en "aguas blancas o bravas", es decir, corrientes descendentes de agua, encontrando una vez más que el control del desplazamiento se consigue a partir de propulsiones internas.

    Este mismo razonamiento fue utilizado para excluir la "aerostación" como modalidad de Sliz, ya que el piloto controla el desplazamiento vertical del globo a partir de un quemador (control "No directo"), y el desplazamiento horizontal con respecto a la tierra, se controla a partir de la elección de la "capa de aire" que se desplaza en la dirección elegida.

    La propulsión por medios naturales excluye también, a gran parte de las modalidades deportivas realizadas sobre bicicletas. En el momento en que se utilizan los pedales para avanzar, se falta a las premisas de la definición. Sin embargo y volviendo a la vivencia de sensaciones, el descenso sobre una bicicleta estaría contemplado claramente como modalidad de Sliz.

    Así mismo, cabía la posibilidad de utilizar una propulsión interna para romper el estatismo y generar una inercia, momento en el que se ejecutan las correspondientes técnicas específicas ("tricks"). Esto sucedería no sólo con ciertas bicicletas, sino también en todas las modalidades de patinaje, sobre ruedas o hielo, en las que llegar el primero a un punto no sea el objetivo que define la modalidad en cuestión, sino la realización de figuras, las cuales se ejecutan en la fase de deslizamiento sin propulsión.

    Faltarían pues, las modalidades deportivas ejecutadas a partir de un "arrastre" producido por un medio externo ajeno al deportista. Esta propulsión puede ser de origen mecánico o animal. El ejecutante se sitúa al final de una línea de contacto (cuerda, cable, cabo,...)a partir de cuya tracción se desliza controladamente, realizando en alguna de las disciplinas, múltiples figuras. El "esquí acuático" o el "wakeboard" como principal baluarte de este grupo y cualquier otra combinación de vehículo o tabla sobre nieve, tierra o hierba, podrían ser incluidos.


Sensaciones

    En opinión de Laraña, E. (1989a) la meta o la motivación del deportista está contenida en el propio ejercicio físico, y en las sensaciones que produce su práctica, son actividades que no necesitan otra justificación que la propia satisfacción que produce su práctica. Las motivaciones son las de "sentirse bien con la propia piel" y la satisfacción del placer cumplido. No requieren dominar a un contrario, imponerse en un partido o ajustarse a unas marcas. El cuerpo del deportista no es un medio sino un fin en sí mismo, ya que tanto el cuerpo como la mente disfrutan de la actividad.

    Es importante destacar una vez más la clave definitoria de este tipo de práctica deportiva, el nexo de unión de todas ellas, lo que ha hecho que se conviertan en un fenómeno social y lo que realmente las incluye o no como "Deporte de Sliz". Estamos hablando de las sensaciones que se experimenten con la simple práctica de los mismos. Pero sensaciones es un término demasiado amplio, demasiado impreciso. Es una forma coloquial de expresar los sentimientos experimentados por los practicantes de Sliz. Son sensaciones placenteras en primera instancia, pero a la vez son de inestabilidad, de inseguridad y de satisfacción y autoafirmación por lograr vencer tal inestabilidad. Son sensaciones de progreso, de mejora y aprendizaje continuo ya que una de las características es que el nivel de maestría que puede lograr alcanzarse es altísimo y las sensaciones se obtienen cada día y en cada nivel, desde el primer momento.

    La presencia del riesgo que supone el choque, la caída, la detención súbita de tal desplazamiento, es indudable que favorece la producción de sensaciones, De emociones. La velocidad estará en función del nivel del ejecutante para que tales sensaciones sean placenteras o de pánico.

    Suponen una incertidumbre, desequilibrio, vértigo, libertad, que generan grandes cantidades de adrenalina. El riesgo viene marcado, en muchas ocasiones, por factores meteorológicos y climáticos. Éste se controla y hay un juego en torno a las sensaciones de riesgo. De esta forma, y por citar un ejemplo de aplicación de la definición, es indudable que un paseo en un gran barco de vela produce sensaciones placenteras y, que se tiene el control sobre el desplazamiento en un medio acuático propulsado por el viento, pero es fácil deducir que estas "placenteras sensaciones" distan mucho de las obtenidas con la práctica del Windsurf, durante la cual se produce un similar desplazamiento controlado sobre el agua y propulsado por el viento.

    La identidad proviene de su dimensión imaginaria o simbólica. Tienen un ingrediente de conquista de alguna acción impensable antes de realizarla, o difícil de conseguir, y cuando se supera entras a formar parte de los "elegidos".

    Tienen un carácter esencialmente lúdico, no instrumental, Sus metas son la diversión, la adaptación y el juego con la naturaleza, no su conquista. La relación con el entorno es puramente lúdica.

    ¿Por qué en todos los parques infantiles encontramos la presencia de un "tobogán"?; ¿Qué es lo que aporta la utilización de estas "pendientes resbaladizas" para que todas las personas lo hayan experimentado alguna vez en su vida?

    ¿Por qué el primer impulso al encontrarnos por primera vez con una montaña nevada es el de buscar "algo que resbale" y deslizarnos pendiente abajo?

    Probablemente no nos hayamos planteado estas cuestiones con anterioridad asumiendo este proceder como el más natural. Tenemos constancia de que esto sucede en todas partes y culturas del mundo y desde tiempos inmemoriales.

    Haciendo un rápido recuento podríamos preguntarnos cuántas son las actividades lúdicas, recreativas o de ocupación del ocio basadas en "sensaciones" experimentadas tras el deslizamiento. Los parques acuáticos, las "montañas rusas", los grandes toboganes ondulados o "castillos flotantes" son alguno de los ejemplos de centros o aparatos diseñados específicamente para proporcionar estas sensaciones y, en muchos casos, a cambio de una compensación económica facilitando la aparición de florecientes negocios, como es el caso de los parques temáticos.

    Y cuántas veces hemos llegado al borde de una superficie pulida y brillante sobre la que nos hemos lanzado, tras unos pasos previos, tratando de mantener una posición equilibrada mientras avanzábamos fruto de la inercia conseguida con el impulso inicial.

    Es innegable que deslizarse es divertido, pero... ¿por qué?

    Esta y otras preguntas de índole psicológica es lo que están tratando de descubrir en la Universidad de Extremadura dentro del grupo de investigación de los Deportes de Sliz. La Dra. Margarita Gonzalo es la responsable del área de psicología y actualmente se encuentra coordinando la investigación en este campo.

    Aparejado a las sensaciones experimentadas y unidos por todas ellas surgen "tribus" de practicantes de las diferentes modalidades, en las que sus conversaciones giran reiteradamente en torno a tales sensaciones, a los nuevos trucos logrados o las condiciones meteorológicas reinantes y decisiva para la práctica de muchas de estas modalidades.

    Se sienten identificados entre sí, afortunados y diferentes. Han logrado vencer el rechazo inicial que la complejidad técnica e inestabilidad física inherente, en la mayoría de las modalidades supone, lo que les hace sentirse vencedores.

    Desde ese instante se crea una parcela en la que se sienten bien consigo mismo y, ante la cual, muchos se quedan para siempre.

    La pertenencia a cualquier colectivo conlleva unas señas de identidad, "unos colores", una imagen y, en el caso que nos ocupa, está íntimamente relacionada con la idea de rebeldía, de alternativo, de ausencia de reglas,...

    De ideas y tendencias completamente actuales, la música, la moda, las formas de expresión plástica y el conocimiento y manejo de las nuevas tecnologías, son características definitorias de los grupos de practicantes de deportes de Sliz. Los "graffittis", el "hip hop" o el "hardcore", los "videojuegos" o "internet" son temas recurrentes en las conversaciones habituales.

    La filosofía de las sensaciones y la ausencia de reglamentación que "encorsete" la práctica de estos deportes, hace que el atractivo aumente sobremanera. Esto lo vieron muy pronto las casas comerciales, principales impulsores y defensores de este tipo de práctica deportiva. El fenómeno aumenta cada año a ritmo vertiginoso. El deporte tradicional en el que un reglamento estricto define cada modalidad y, en el que la "preparación para" es lo que le da sentido, está dejando paso a una práctica deportiva sin reglas, en la que el entrenamiento y preparación son divertidos, siendo medio y fin simultáneamente, y en la que los "adversarios" se convierten en compañeros de fatiga comparando su destreza.

    Valores medioambientales y ecológicos y enfrentamientos generalizados a la idea de competitividad son también considerados signos de identidad.

    Al igual que en la vertiente psicológica, se está profundizando en el estudio de este fenómeno sociológico, tratando de definir la "cultura surf".


Buscar sensaciones

    Cada vez, son más abundantes las investigaciones que relacionan la práctica de actividades arriesgadas con la búsqueda de sensaciones, definida ésta como "la necesidad por la variedad de sensaciones y experiencias nuevas y complejas y la predisposición para asumir riesgos físicos y sociales por el puro placer de sentirlos." Zuckerman (1979), (citado por Gutiérez Sanmartín, M. y González de Martos, M., 1995). Este autor lleva más de 25 años investigando sobre la búsqueda de sensaciones, y elaboró una escala para medir éste rasgo de la personalidad. La escala de búsqueda de sensaciones (SSS) está integrada por cuatro subescalas que las describió del siguiente modo (1983):

  • Búsqueda de Emociones y Aventura. Para encontrar en ellas sensaciones no usuales.

  • Búsqueda de Excitación. Para encontrar una estimulación a través del pensamiento y los sentidos.

  • Búsqueda de desinhibición. Es la más relacionada con las características biológicas. Suponen la búsqueda de emoción a través de las relaciones con los demás, el juego, las drogas, la variedad sexual.

  • Susceptibilidad al aburrimiento. Cuando se muestra una cierta aversión a las experiencias repetitivas.

    En los numerosos trabajos de investigación en que se han utilizado la búsqueda de sensaciones como rasgo característico entre los participantes de ciertos deportes de riesgo destacan las llevadas a cabo por Heyman y Rose (1980). Bouter y Cols (1988) Biron (1990). Cronin (1991), Goma y Puyarné (1991), Goma (1991), Straub (1992), Farré (1993), Gutiérrez y González (1993), (citados por Gutiérrez Sanmartín, M. y González de Martos, M., 1995) se concluye una relación positiva entre la búsqueda de sensaciones y la implicación en deportes caracterizados por elevados niveles de riesgo.



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