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Bases para la Iniciación al Deporte en Silla para niños y adolescentes
Daniel Germán Zucchi

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 52 - Septiembre de 2002

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    Al mismo tiempo cuanto más valores tenga el alumno en el tronco y las piernas, mayor será el trabajo sobre la zona coxofemoral. Sobre este último punto debemos establecer los parámetros entre la buena y la regular estabilidad sedente, estos parámetros están dados por dos factores: a- El equilibrio tónico entre flexores y extensores, aductores y abductores de piernas. b- La fuerza de apoyo que el tren inferior tenga sobre el apoyapié. Cuanto mayor sea la funcionalidad de las piernas mejor será el punto de fijación de estas sobre el apoyapié, y de esta manera el trabajo del tronco y miembros superiores será más efectivo. Esto lo observamos en un lanzamiento de bala o jabalina, en la toma de un rebote en el básquetbol en silla, o en un drive cerca de la red en tenis de mesa. La mayor funcionalidad de las piernas transmitirá mayor estabilidad al cuerpo ante el cambio en el centro de gravedad. Además de la funcionalidad de los miembros inferiores no nos debemos olvidar del apoyo correcto de los pies. Si existen deformaciones en los mismos debemos buscar ortesis o adaptaciones casera para que el apoyo sea correcto.

    Una observación aparte debemos hacer con los alumnos amputados. ¿Conviene o no el uso de las prótesis para realizar un deporte en silla? Siempre hablando sobre alumnos que forman parte de este grupo y que por supuesto el deporte lo realizan en una silla de ruedas. Si bien los alumnos con amputación simple o doble (AK ó BK 4 ) de su/s miembro/s inferiores tienen un mayor giro y movilidad en la silla debido a la disminución o la falta de peso en los apoyapiés, pero también esto le hace perder la estabilidad en sus desplazamientos.

    Dentro de los objetivos de este plan de Iniciación al deporte adaptado se encuentra la facilitación de las transferencias motoras hacia el futuro deporte exclusivo que el niño o joven se encamina, según las característica, cualidades y preferencias del mismo. Es por esto que si bien la/s prótesis de los amputados le van a dar un apoyo de peso en el apoyapié, no existirá una transferencia efectiva ya que ningún deporte de nivel competitivo que se realice en silla de ruedas los deportistas utilizan prótesis.

    Con respecto a las habilidades manipulativas se descartarán todos aquellas que se realicen con los pies dada su obvia imposibilidad. Se deberá distinguir dos tipo de alumnos, aquellos que no evidencian afectación en sus manos y/o antebrazos, y aquellos que presentan una leve a moderada afectación. Debemos acordarnos que en este grupo el niño debe ser capaz de propulsar la silla de una manera suelta y rápida, que pueda realizar cambios de dirección y de ritmo.

    Nosotros proponemos que el trabajo sobre las habilidades manipulativas parta de la liberación del hombro, con trabajos de coordinación, movilidad y estiramientos, para luego hacer efectivo un eficiente manejo de los objetos a través de sus miembros superiores.

    Este punto lo ilustraremos con un ejemplo de un alumno con una patología de secuela de Charcot-Marie (disminución funcional sólo en sus piernas), cuyo contacto con el objeto era brusco, sin elasticidad y con pequeños e indeseados movimientos en la recepción. Este alumno de 15 años en su momento no evidenciaba trastornos neurológicos visibles desde nuestra evaluación, que pudieran afectar sus miembros superiores y tronco. Entonces nuestro trabajo consistió fundamentalmente en el desarrollo perceptivo-motor de toda la cintura escapular. Esto dentro de un entrenamiento acorde nos llevó a una mayor movilidad y elasticidad con una simultanea mejora en el uso de los objetos a través de sus manos. Se empezó a notar mejoras en la toma, el lanzamiento pero especialmente en la recepción de los objetos.

    En relación a la maduración del sistema nervioso y a la evolución de las capacidades coordinativas el alumno de este grupo desarrollará las cadenas motoras, que no son más que la unión de dos o más habilidades motoras, a diferencia del grupo 1 estos alumnos tienen un acople normal en relación al volumen de acción de su tronco y brazos.

    En este grupo son muchas las cadenas motoras que conjugan técnicas de desplazamientos. Ej.: remar y girar, remar y frenar, ó remar, girar y frenar, etc. También toman importancia la combinación de las técnicas de desplazamiento y las habilidades manipulativas. Ej.: Remar y lanzar, remar y recepcionar, etc. En un segundo plano, sin dejarlas de lado, encontramos las habilidades no-locomotivas unidas a las habilidades manipulativas. Ej.: balanceo y lanzamiento, rotación y lanzamiento, etc. A través del desarrollo de las habilidades motoras también desarrollaremos la aptitud física. En primer lugar se mejoramos las condiciones físicas de la fuerza y la flexibilidad, luego las cualidades condicionales son la velocidad y la resistencia.

    El trabajo de fuerza en todas sus variantes (fuerza/resistencia, fuerza/total y potencia) es de suma importancia, ya que existe un sobreuso de los grupos musculares de la cintura escapular y abdomen. Este sobreuso está dado por la constante exigencia de los mismos durante el uso de la silla de ruedas o elementos ortopédicos (muletas, canadienses, etc.) en las actividades de la vida diaria, sumado al trabajo físico específico del deporte adaptado que realiza. Para disminuir una inevitable fatiga muscular es necesario una mejora de la fuerza resistencia y de la elasticidad de los músculos involucrados.

    Debemos tener en cuenta que tanto en el manejo del objeto (pelota, bala, jabalina, raqueta, palo, bate, paleta, etc.) como en el desplazamiento (remadas) de la silla de estos futuros deportistas utilizan sus miembros superiores y tronco de una manera continuada. En cuanto a la velocidad toman un papel importante los cambio de ritmos y velocidad de reacción ante estímulos auditivos y visuales. La mejoría en el cambio de ritmo no sólo le ayudará a desarrollar su capacidad de velocidad sino también a perfeccionar la relación de su cuerpo con el espacio y el tiempo. En cuanto a la velocidad de reacción, además de ser importante en la anticipación en los deportes de cooperación/oposición, también mejora la atención y concentración en niños y jóvenes que en general son apáticos o con atención dispersa.

    Cómo se observa dejamos la capacidad de resistencia para el análisis final. Es sabido que la resistencia aeróbica es la base de todos el trabajo posterior del entrenamiento físico de cualquier deportista. Dijimos que los alumnos del grupo 1 deberán trabajar sobre la tolerancia al esfuerzo. En el grupo 2 los alumnos aparecerán con mayores experiencias motrices dentro de los cuales se incluirá la más importante: "el desplazamiento autónomo” sin asistencia. Es por eso que usando el “desplazamiento autónomo” de la silla podemos trabajar la resistencia con estos niños. El desplazamiento puede ser continuo o fraccionado y la resistencia aeróbica o anaeróbica. Si proponemos un trabajo de remada continua entre 5´ a 7´ (en niños entre 9 y 13 años), vamos a encontrarnos que entre los 2.30 a los 4 minutos sobreviene un cansancio muscular y posterior dolor en hombros y brazos. Esto nos ayuda a pensar sobre la diversidad de ejercitación, y si bien es importante el trabajo de remada continua, también utilizaremos apoyos y juegos como variantes. A través de un trabajo combinado de resistencia aeróbica/anaeróbica y fuerza vamos a ir logrando con el tiempo remadas continuas de 5', 10' y 15' de duración a un ritmo equivalente al 60% de la velocidad máxima posibles con una frecuencia cardiaca que fluctuará entre 110 y 150 pulsaciones por minuto (menor que en personas que se desplazan con sus piernas).


Desarrollo de los contenidos del Grupo nº 3

    Los alumnos de este grupo pueden tener disminuciones variadas pero siempre sus desplazamientos serán realizados sin la utilización de la silla de ruedas y de ningún elemento auxiliar (bastón, canadienses, etc.). Estas variadas disminuciones pueden darse por afecciones en brazos, tronco/cadera y/o piernas. Los desplazamientos como la marcha, el trote y la carrera, así como también los posicionamientos que se utilizan en el deporte como el fútbol se verán afectados por un apoyo deficiente, ya sea por alguna deformidad en los pies, piernas y/o cadera o por la utilización de prótesis en la pierna/s faltante/s. Este apoyo deficiente traerá aparejado un equilibrio inestable y una disminución notable de su coordinación ojo-pie.

    Si bien el trabajo sobre la capacidad coordinativa del equilibrio y la coordinación ojo-pie son muy importantes debido a que estos alumnos podrán ser futuros atletas o jugadores de fútbol, también deberemos trabajar la combinación de las habilidades motoras manipulativas como golpear (tenis de mesa) y lanzar (atletismo-pista) con las habilidades motoras básicas no locomotivas, ya que estas últimas están relacionadas con la estabilidad y la postura.

    Como ya hemos dicho anteriormente las habilidades motoras crecen en relación con las habilidades perceptivas, constituyéndose las dos en una unidad firme. En este grupo vamos a tener una gran cantidad de niños y adolescentes con parálisis cerebral, ambulantes, que como todos aquellos con esta patología se le dificultará realizar con éxito tareas de coordinación dinámica general, debido a sus movimientos involuntarios (C.P.6), espasticidad, ataxia y rigidez que traen aparejados trastornos en la percepción.

    Este es el único grupo de los tres en el cual los alumnos utilizarán la coordinación de brazos/piernas para ejecutar habilidades y técnicas de juego.

    Anteriormente cuando hablamos de habilidades locomotivas enumeramos: caminar, trotar, rolar, correr, pero debemos agregar el salto a esta categoría, el cual es sólo realizable por alumnos de este grupo.

    En relación a las cadenas motoras las combinaciones son de una variedad mayor que en los grupos anteriores. Esto deja en claro la importancia del acople y la ritmización en los encadenamientos de las praxias.

    El desarrollo de las capacidades condicionales en estos niños y adolescentes, y al igual que los niños y adolescentes sin discapacidad, se inicia con una mejoría de la capacidad de resistencia, y a través de la carrera. Este trabajo a través de carrera también nos será útil para mejorar el gesto motor de la misma. Weineck (1977) nos dice “La carrera como gesto motor se encuentra en diversas formas técnicas y mecánicas de ejecución en la mayor parte de las disciplinas deportivas”. Esto ocurre exactamente en el grupo 3. La capacidad de resistencia y la carrera como gesto motor intervienen en la mayoría de las disciplinas deportivas que estos alumnos están iniciando.

    Dentro del desarrollo de la resistencia la base será aeróbica. El tiempo o la distancia de la carrera continua o fraccionada dependerán especialmente del grado de afectación del tren inferior, aunque también la carrera se ve modificada por alteraciones en el tronco y/o brazos, o la falta de miembros superiores.

    Luego de la resistencia la fuerza y la movilidad articular toman importancia. Lograr movimientos fuertes y en el máximo del rango articular es una expectativa de logro que siempre se deberá tener en cuenta. Existen tres puntos que también deberíamos tener en cuenta cuando realizamos un trabajo de fuerza:

    En un principio esta capacidad se trabajará a través de las habilidades motoras y con la sobrecarga del propio cuerpo.

    El trabajo de fuerza de fuerza será distribuido entre los miembros superiores, tronco y miembros inferiores. Diferencia con los otros dos grupos.

    Para los alumnos con Parálisis cerebral que se encuentren en este grupo, debemos desmitificar que el trabajo de fuerza aumenta la espasticidad. Damiano y Abel (1997) nos dicen en la conclusión de un proyecto de investigación que “la capacidad de fortalecimiento de los músculos en adolescentes con P.C. es relativamente normal”, y agregan que “no existe un aumento de la espasticidad como resultado del entrenamiento de la fuerza”.

    Damiano (1997) también nos dice que “un trabajo de fuerza a corto plazo disminuye las diferencias de fuerza entre niños y adolescentes con P.C. y aquellos sin discapacidad”. En estas investigaciones científicas se extrajeron pequeños muestreos de niños y adolescentes con Parálisis Cerebral: hemipléjicos y cuadripléjicos ambulantes.


Conclusiones

    Si bien esta clasificación en tres grandes grupos nos va a ayudar a iniciarlos al deporte según el tipo de discapacidad y grado de afección, nunca nos debemos olvidar que sólo lo podremos aplicar cuando tengamos como meta el deporte exclusivo y como apunte “guía” para los profesores, que en sus clases de educación física dentro del sistema escolar se encuentran con un alumno con discapacidad. Entender que los alumnos encuentren satisfacción en el movimiento mismo y poder plantearnos como dice P.J. Arnold (1997) “objetivos educativos considerando la actividad valiosa por si misma”, no descarta el lado utilitario cuando trabajamos con alumnos con discapacidad. Estos objetivos utilitarios serán instrumentos o medios para lograr “algo más allá de los ejercicios mismos”. Debemos considerar ese “algo más” a los logros de tipo social, psicológicos y terapéuticos. Este punto de vista puede o no ser compartido, pero nos ayudará a defender nuestra postura sobre el deporte como parte del proceso de rehabilitación en la persona con discapacidad motora.


Notas

  1. Se le llama deporte exclusivo a aquel deporte que es exclusivamente practicado por un grupo de deportistas con discapacidad de afección similar, divididos por categorías individuales o por una suma de puntaje en caso de los deportes de equipo. Estos deportes son siempre de carácter competitivo.

  2. Es importante realizar la siguiente aclaración: trabajar el “cuerpo + silla” como un todo significa estar trabajando con un alumno que no tiene otra forma de realizar la actividades de la vida diaria y la actividades deportivas de otra forma que no sea con la silla de ruedas. En este caso el esquema corporal suma la silla de ruedas al cuerpo. De más está decir que si los fines son educativo-terapéuticos buscaremos en el alumno trabajar también el esquema corporal sin la silla de ruedas (ej.: bajándolo a un colchoneta)

  3. Este paradigma busca ampliar el concepto de habilidades motoras y de acople motor para que estos contenidos puedan ser trabajados en alumnos que tienen tanto grado de afección. Diremos que el acople motor variará según el grado de maduración del sistema nervioso, pero nunca estará ausente.

  4. AK: Amputación sobre rodilla. BK: Amputación debajo de rodilla.


Bibliografía

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  • Ríos Hernández, Mercedes. Libro: “El juego y los alumnos con discapacidad”. Capitulo: El juego y la diversidad” .Editorial: Paidotribo. Año: 1999.

  • Toro, Salvador y Zarco Resa, Juan Antonio. “Educación física para niños y niña con necesidades educativas especiales”. Ediciones Aljibe, 1995.

  • United States Cerebral Palsy Athletics Association, Editor: Jeffery A. Jones. Libro: “Training Guide to Cerebral Palsy Sports”. Editorial: Human Kinetics Books. Año: 1988

  • Zuhrt, Renate. Libro: “Educación del movimiento y del cuerpo en niños discapacitados físicamente”. Editorial: Médica Panamericana. Año: 1998.


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