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Introducción del entrenamiento psicológico en un equipo de natación
Francisco Javier de Miguel Muñoz, Antonio Hernández Mendo,
David Bueno Martín, Laura García Chica, Daniel Ruiz Santiago, Manuel Aguilar Blanco y Rafael Vertedor Sánchez

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 45 - Febrero de 2002

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    La misma interpretación cabe dentro del análisis de los parciales de 25m. Aunque todos los nadadores consiguieron realizar el tercer parcial más rápido, en algunos casos estos tiempos apenas fueron menores que el del cuarto parcial, pero si fueron inferiores con respecto a la línea base. Al revisar los tiempos en 100m libres en una etapa de entrenamiento similar, se comprobó que habían sido casi un segundo más rápido en ese parcial. Por otro lado, los nadadores al ser capaces de ir a una velocidad de nado más acorde con los anteriores parciales en el tercer largo de la prueba, bajaron el ritmo en el cuarto debido a que las demandas físicas para llevar un ritmo adecuado en este parcial no pudieron superarlas. Esto, para el entrenador fue un punto clave a la hora de la planificación de las cargas de entrenamiento y del trabajo físico para posteriores pruebas, ayudándolo a ajustar más los entrenamientos. El entrenamiento psicológico ayudó a superar la barrea del tercer parcial pero al no estar preparados físicamente no mantuvieron el nivel en el cuarto parcial de la prueba. Una vez más se hace patente la necesidad de coordinación entre los factores y planificaciones que intervienen en el rendimiento.

    Por último, la utilización del POMS en su versión abreviada (Balaguer, Fuentes, Meliá, García-Merita, y Pérez-Recio, 1993) con el objetivo de conocer el estado de ánimo con el que afrontaban la prueba los nadadores, ofreció dos perfiles iceberg bastante definidos. El resto de los perfiles aunque predominaba la escala de vigor no eran tan claros. Los dos nadadores que obtuvieron estos perfiles bajaron sus marcas anteriores, quedando, uno de ellos, campeón en su categoría. No se obtuvieron perfiles que indicasen la necesidad de una intervención adicional.

    Con los resultados anteriormente expuestos el entrenador propone introducir el trabajo psicológico en la siguiente temporada adaptándolo a la planificación deportiva. Hay que destacar que las intervenciones reseñadas son estrategias localizadas en el tiempo que ayudan a los deportistas en determinadas circunstancias y momentos de la competición. Es necesario distinguir estas intervenciones de la implementación de un programa de entrenamiento psicológico donde el uso de estas estrategias esta cronológicamente reglada, individualizada y argumentada de acuerdo a una planificación deportiva. La planificación del entrenamiento psicológico requiere una serie de consideraciones de ajuste parecidas a cualquier intervención adaptada a su inclusión dentro de una planificación deportiva anual.

    En nuestro caso, optimizamos las tareas conforme al tiempo del que disponíamos. Esto impidió un tratamiento adecuado de los objetivos que podrían ser enfocados de forma más adecuada, como por ejemplo:

  • Enseñar el autoconocimiento de nivel de activación y saber evaluar su rendimiento de forma objetiva, usando diarios de entrenamiento por ejemplo. Esto permitiría incrementar la fiabilidad de la autoevaluación que los deportistas realizaron. La autoevaluación del nivel de activación y de otras experiencias internas son procesos que requieren un aprendizaje más riguroso.

  • El uso de las respiraciones para reducir el nivel de activación en las situaciones reales de afrontamiento debe de seguir unas fases (de entrenamiento y de aplicación de la estrategia). Las circunstancias de la intervención impidieron que se realizarán de la forma más adecuada.

  • El entrenamiento en el cambio de estilo atencional sigue también un proceso: delimitación del comportamiento atencional, ensayar el comportamiento mediante la práctica en imaginación y practica en vivo. Las circunstancias de tiempo obligaron a actuar de una forma menos estandarizada.

    Por último, reflejar el carácter pragmático de este trabajo, con todas las limitaciones metodológicas que conlleva su realización. Es muy difícil asignar el porcentaje de mejora asociado al entrenamiento psicológico. En nadadores ya consolidados los efectos de la intervención psicológica es más acusado que en nadadores noveles (siempre que con los primeros se apliquen correctamente las estrategias psicológicas) ya que un deportista consolidado tiene las habilidades físicas y técnicas muy desarrolladas. Si la introducción del entrenamiento psicológico incrementa su rendimiento, podemos constatar -con los medios de evaluación psicológica necesarios- que el entrenamiento psicológico es adecuado, efectivo y eficaz. Por lo tanto, la interpretación de los resultados debe tener un carácter global a todas las variables que están presentes en el rendimiento deportivo (física, técnica y psicológicas).


Notas

  1. El entrenador es Francisco Oliva Molina, Entrenador Superior de Natación (pisco32@hotmail.com).

  2. Cuando la prueba se realiza en una piscina de 50m (piscina larga) el recorrido total son dos largos, mientras que si se celebra en piscina de 25m (piscina corta) el recorrido total es de cuatro largos.

  3. Para que los nadadores aprendan a distribuir su esfuerzo a lo largo de la prueba, se realizan series donde intervienen los sistemas de energía de la prueba del nadador con el objetivo de mejorar su eficiencia y su capacidad para metabolizar la energía de la forma más económica posible (Navarro, Arellano, Carnero, y Gosálvez, 1990).

  4. Giro que se realiza al finalizar el largo para iniciar el siguiente.

  5. Frecuencia de ciclo: Número de ciclos que realiza por unidad de tiempo expresado tanto en ciclos por segundo como en ciclos por minuto(Navarro, F., Arellano, R., Carnero, C. y Gosálvez, M., 1990).


Bibliografía

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