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Los ejercicios en el agua y el mejoramiento de la calidad
de vida de los enfermos reumáticos

   
Profesor Nacional de Educación Física
Especializado en Medicina y Ciencias Aplicadas a los Ejercicios y Deporte
Director del Centro de Actividades Físicas.
General Roca - Río Negro (Argentina)
 
Carlos Alberto Godoy
info@sakengua.com
Sakengua

 

 

 

 
    El artículo refleja datos estadísticos de las Enfermedades Reumáticas en la Argentina y de los beneficios que tiene los ejercicios en el agua para estas personas. Las actividades acuáticas se están constituyendo un medio muy eficaz como complemento terapéuticos en las enfermedades reumáticas. Las distintas posibilidades de movimiento que ofrece este medio, como las propiedades físicas que tiene el agua, permiten a las personas que padecen esta enfermedad mejorar su calidad de vida, a través de movimiento no traumáticos. Pensar que las personas que padecen enfermedades del metabolismo óseo deben realizar una vida sedentaria, con la consiguiente disminución de la actividad física y el aumento de la discapacidad, es un gran error. Puesto que los ejercicios en el agua siempre van a facilitar la calidad de los movimientos y llevarlos al límite, ayudando además a que estas personas sobre todo mejoren su autoestima y autoindependencia.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 44 - Enero de 2002

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    Las enfermedades reumáticas representan en la actualidad una de las preocupaciones centrales de los organismos de salud ya que se han convertido en la principal enfermedad que padecen los argentinos.

    Diversos estudio demuestran que provocan más dolor y discapacidad que ningún otro grupo de afecciones. Sobran razones para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya declarado el período 2000-2001 como la década del hueso y la articulación. En la Argentina, se calcula que entre el 80 y el 90 % de los mayores de 65 años tienen alguna manifestación de artrosis, lo que representa en la Argentina unas 2.200.000 personas y se estima que son más de 500.000 los argentinos los que padecen artritis, que afecta a entre 1 y 2 % de la población mundial. Además, se calcula que dentro de una década, la artritis será causante de discapacidad laboral entre el 51 y el 59 % de los casos. Si bien éstos datos son de preocupación, es importante saber que frente a esta enfermedad es de capital importancia que la persona realice una actividad física adecuada y no traumática que le permita mantener una funcionalidad de movimientos para su vida diaria.

    Cuando estamos lesionados o enfermos, tendemos naturalmente a cambiar el ritmo de vida, reduciendo nuestras actividades habituales para dedicar más tiempo al reposo. Y por regla general, ésa es la actitud más inteligente, aunque en el caso de las enfermedades reumáticas, en los problemas más conocidos como la artritis, la artrosis, la espondilitis un exceso de reposo puede resultar aún más fatal.

    Nuestra estructura corporal está diseñada para mantener una actividad física a lo largo del día, realizando diferente movimiento que tiene que ver con la vida cotidiana.

    Precisamente las personas que padecen estas enfermedades reaccionan eliminando de una manera drástica el ejercicio.

    Los signos y síntomas comunes de los problemas reumáticos son el dolor, disminución de la capacidad funcional de movimiento, fuerza, tono y flexibilidad muscular, la amplitud de la movilidad articular, también se ve limitada y los huesos se hacen más delgados aumentando la descalcificación ósea y las deformaciones, mientras que el cartílago pierde consistencia y se debilita. Cuando esto sucede pareciera que la enfermedad reumática progresa con mayor rapidez, aumentando la discapacidad por lo tanto se origina un círculo vicioso reflejo que se establece entre el dolor y la incapacidad funcional debido a las contracturas y actitudes defensivas que se influyen mutuamente.

    Como tratamiento complementario las Actividades Acuáticas Terapéuticas (ejercicios en el agua) realizada en una piscina climatizada pueden resultar un medio muy útil para el enfermo reumático.

    Dentro de los efectos terapéuticos, el calor del agua en la que está inmersa la persona, le ayuda a aliviar el dolor y facilita la relajación. A medida que el dolor disminuye, la persona es capaz de moverse con mayor comodidad y de incrementar la amplitud de movimiento articular. El calor del agua también dilata los vasos superficiales e incrementa el riego sanguíneo de la piel. La tonicidad muscular también mejora a través de los ejercicios contra la resistencia del agua en forma isotónica e isométrica. Debido al principio de Arquímedes, nuestro cuerpo pierde en el agua aproximadamente un 90% del peso corporal, esta liberación de la fuerza de gravedad hace que disminuya la presión sobre las articulaciones, columna vertebral, cadera etc. , favoreciendo además la relajación muscular.

    Si bien existe diferentes enfermedades reumáticas y teniendo en cuenta la etapa evolutiva de la enfermedad, en términos generales las Actividades Acuáticas Terapéuticas tendrá como objetivo: Ø Reducir el dolor. Ø Recuperar la máxima movilidad articular. Ø Conseguir una mejor irrigación sanguínea. Ø Recuperar el tono muscular. Ø Recuperar la coordinación de las unidades motrices.

    Bien ha quedado demostrado la importancia que tiene el movimiento en el tratamiento de las enfermedades reumáticas como la artritis, la artrosis, ya que combate los efectos debilitantes de la enfermedad.

    En primer lugar haciendo que el líquido sinovial fluya entrando y saliendo del cartílago, de manera que lubrica y nutre el constante movimiento del líquido, dentro y fuera del esponjoso tejido que forma el cartílago, lo cual mantiene húmedo, sano y bien nutrido. Pero sin la presión que ejercen el movimiento y el ejercicio, el líquido sinovial dejaría de fluir y el cartílago se resecaría y se haría más delgado, como si se tratara de un pedazo de cuero viejo, perdiendo con ello su elasticidad. Esto explica en parte por qué las personas que padecen artritis a menudo sienten más molestias tras un período de inactividad, la articulación ha pasado cierto tiempo sin ser nutrida adecuadamente.

    La segunda manera en que el ejercicio combate los efectos debilitantes de la artritis, es fortaleciendo las estructuras de soporte (músculos, tendones y ligamentos) e incrementando la amplitud de movimiento, la capacidad de amortiguación y la flexibilidad de las articulaciones. Un buen tono muscular, tendones y ligamentos fuertes pueden resistir el impacto que supone el movimiento para las articulaciones, además de contribuir a que los huesos soporten más fácilmente el peso del cuerpo.

    Definitivamente pensar que una persona que padece artritis,, artrosis u otra enfermedad del metabolismo óseo, tiene que llevar una vida sedentaria con la consiguiente disminución de la actividad física, y el aumento de su discapacidad sería un gran error, ya que con los ejercicios en el agua siempre va existir la posibilidad de realizar movimiento no traumáticos.


Bibliografía

  • BALLARIN J. M. P. (1974) Enfermedades Reumáticas. Edit. Marin. Barcelona España.

  • DIARIO RIO NEGRO (2000) Suplemento de Salud sobre la Enfermedades Reumáticas. General Roca, Argentina

  • DUFFIELD M.H. (1985) Ejercicios en el Agua. Edit. Jims. Barcelona España.

  • GAINES M. P. (1998) Actividades Acuáticas. Edit. Paidotribo, Barcelona España.

  • GODOY C. A. (2000) Programa de Actividades Acuáticas para Personas Reumáticas. Experiencia Piloto. General Roca, Río Negro y Prov. de Neuquén - Argentina.

  • THEODOSAKIS J., ADDERLY B., FOX B. (1998) Como Curar la Artritis. Edit. Urano. Barcelona España.


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