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Fontanarrosa: la pasión desbordada por el deporte
Jesús Castañón Rodríguez

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 43 - Diciembre de 2001

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    Un segundo bloque recoge diversas exageraciones. La tradición de poner al niño más gordo en la portería aparece en "El 'Chancho Volador'", con un arquero que del barrio saltó a Vélez y a la Selección Nacional y que se entrenaba para ensanchar su cuerpo comiendo hasta que en una final contra Brasil logró llegar a un balón que se colaba por la escuadra. Murió a causa del esfuerzo de intentar volar como un avión hércules. Retumbó el suelo al caer su cuerpo y fue sacado entre 500 personas. Los delanteros dan origen a la superación del dolor y a la exaltación de la capacidad goleadora. En "El 'Loro' Gabrielli" se registra la situación de un delantero que no puede jugar el segundo tiempo por culpa de una uña encarnada. Ante la insistencia de la directiva y el entrenador se le hace una cura de urgencia: se le amputa la pierna y salta al campo con una muleta. Con el tiempo, perdió la titularidad pero recobró su velocidad y juego a base de tesón hasta que en una entrada le rompen la muleta como si se tratara de una fractura de tibia y peroné. Y en "Olfato de gol", se sitúa el origen de esta expresión en Victorino Lonco Peulén un chacarero que con mezcla de intuición y fortuna hizo 143 goles en 12 partidos. En los momentos previos a los partidos, olía la cancha propia como si fuera un perro perdiguero y en la cancha rival olisqueaba alguna prenda del arquero del equipo contrario hasta quedarse fijo en los sitios donde había marcado para luego convertir los tantos. Era una estrategia que funcionó hasta el encuentro para el ascenso frente al Arsenal el árbitro obligó a cambiar de casaca al portero rival por parecerse a la de Talleres. Se desorientó a pesar de que fue estimulado con LSD y esa tarde decisiva no pudo captar el gol, que según Fontanarrosa huele a pólvora, cuero, soga, humo y transpiración.

    Diversas recreaciones insólitas comprenden las dificultades del arbitraje y el negocio posible con las futuras estrellas del fútbol en edad juvenil. En "Un adelanto formidable" presenta la situación insólita del Duisburg Stadium de Oberhausen con una central computerizada de control desde la que se arbitra un encuentro gracias a 127 pantallas de televisión, cables, sensores electrónicos, filamentos inalámbricos y terminales computerizadas. Esta torre del referato alejada del griterío de público permitía un arbitraje aséptico que no era fiable en la aplicación de la ley de la ventaja o la intencionalidad de las manos dentro del área. Y en "El pibe de Tamburini", un joven hace una prueba en un encuentro donde hay ojeadores de para River. Le sale un mal partido y se frustra un posible contrato, pero al al final se hace negocio: compran al chico una pareja sin hijos.

    Una de la aportaciones más llamativa es la reinterpretación mágica y legendaria llevada a cabo en "Caipirinha" y "La maldición de Charasca". La primera historieta cuenta la desventura de un arrogante portero de 15 años que tenía como novia a la más guapa del pueblo. Un día cayó un aeroplano averiado del cielo y la chica se enamoró del piloto, que era casi un ídolo en la aldea. El portero, herido en su corazón, se adentró en la selva para lamentar su dolor y tras varios años volvió al poblado. En un partido detuvo en vuelo todo tipo de balones hasta que en una caída se hizo daño y al sacarse la camiseta se le vieron las alas y el plumaje que estaba desarrollando, según la leyenda, en su intento por elevarse en pos de su amada al cielo. Ante su hermoso aspecto le volvió la vanidad al ser comparado con las aves más bellas, momento que los rivales aprovecharon para colarle un balón entre las piernas. Este desdichado incidente le obligó a volver al monte y desde entonces todos los años hay un concurso de caza para acabar con Caipirinha

    "La maldición de Charasca" destaca la vivencia del partido Uruguay-Brasil a cargo de los brujos de Bahía que practican ritos especiales vendando los ojos del portero rival, atando con tripas de gatos las piernas de los delanteros para que fallen. Al final, los brasileños celebraron un gol como si fuera un carnaval y una escuela de samba hasta que el zaguero celeste Charasca les echó una maldición para el partido de vuelta en el estadio Centenario mientras una rayo rasgaba el cielo. Esa señal y maldición fueron interpretadas como una derrota en el partido y como una señal de riesgo para sus vidas por lo que recurrieron a un sacrificio humano para conjurar todo peligro. El miedo atávico se conjuró aunque los brasileños perdieron por tres tantos a cero.

Patinaje sobre hielo

    El patinaje sobre hielo aparece en "Juegos Olímpicos de Calgary" donde, tras relatarse la eliminación de la delegación argentina en esos Juegos de Invierno, se desentrañan las circunstancias de la desaparición de una patinadora artística al caer en un agujero sobre el hielo. Con el registro de situaciones tan delirante como que del agujero salen una foca y un oso que se ponen a bailar el tango con otro de los patinadores rusos, el periodista cree reconocerla en un reportaje sobre esquimales editado en una revista aunque ya sin la mirada llena de tristeza que tenía en Calgary.

Pesca deportiva

    "'Moroco' Mendizábal" presenta las insólitas peripecias de un multimillonario pescador deportivo, capaz de capturar anguilas de 3 cabezas con una de ellas de vaca, erizos de mar con facturas o un surubí que lo felicita tras haber sido pescado. En una nueva aventura, se mete en un tornado en pos de un pez espada malherido que por efecto de las vueltas del aire acaba atravesándole el corazón en un increíble lance del destino.

Tauromaquia

    "Manuel Lunares Socorro 'El Horchatas'" relata una historia sobre la superstición de un diestro que cancela una gira porque le hicieron un vaticinio de riesgo junto al mar. En su huida monta una corrida en un pueblo de montaña donde es cogido al entrar a matar al morlaco Popeye. Se despistó pensando que tenía alguna relación con el mar y con el enorme chorro de su sangre ahogó a todos los asistentes a la plaza.

El deporte de la vida

    Un caso peculiar es el enfoque antropológico de culturas exóticas presentes en algunos de sus relatos hasta convertir la vida en un deporte, en un juego. Así, en "El desafío olmeca" sitúa en México un eclipse solar que es consecuencia del desafío de un olmeca que, tras perder un ojo, promete como venganza clavar al sol su lanza entre los ojos. Y en "Bonsái rítmico" plantea un torneo de ruleta rusa en Saigón entre un norteamericano y un vietnamita con el curioso desenlace de que, tras volarse la tapa de los sesos, el norteamericano no tiene dañado ningún centro vital.


II
Literatura de creación

    Fontanarrosa ha sido también un creador de la palabra. Una persona vinculada a la literatura en su doble vertiente de autor de creación y antólogo de textos literarios.


2.1. Autor de creación

    Como autor literario, Fontanarrosa ha creado novelas y relatos llenos de guiños populares, perdedores felices y hazañas delirantes.

Novelas

    En novelas, Fontanarrosa abarca fútbol y polo damasquino. Así en El área 18 refleja todo el delirio, la brillantez y las situaciones más insólitas y disparatadas del fútbol y de la fiesta social surgida entorno a él en sus más variadas expresiones. El polo damasquino aparece en el capítulo VII de Best seller con su ambiente de petardos, morteros, bombardas, bengalas y fuegos de artificio para celebrar la embocadura de los hoyos. Es una modalidad llamativa por la belleza de los movimientos de los caballos y en ella destaca el choque entre jinetes y el control de las pasiones y de las tensiones de miradas sostenidas entre los personajes de Séller y Zabul Najrán.

Relatos

    En las narraciones cortas, Fontanarrosa despliega todo un juego de fantasía para cuatro disciplinas deportivas de las que tres tendrás su correspondiente versión gráfica: atletismo, boxeo, fútbol e hípica.

Atletismo

    El atletismo registra la historia de "El récord de Lauven Voeglio", ya comentada en su transformación a historieta gráfica.

Boxeo

    El boxeo recoge cinco historias, de las que tres presentan versión gráfica: "Edmundo 'Cachín' Medina", "El preferido del general Mc Arthur" y "La mayor desgracia".

    "Regreso al cuadrilátero" cuenta la pelea entre el novato Inolfo Soroeta, de dura pegada, y el veterano púgil Félix Durán Iguri que narra sus glorias y antiguos combates frente a grandes estrellas. Persigue con su relato al rival hasta su rincón y rompe a llorar de nostalgias cuando descubre que se enfrenta al hijo de un rival antiguo. Es el momento mágico para relatar las aventuras vividas con su padre y otros correligionarios del ring.

    Una historia de amor rocambolesca es el motivo de "Semblanzas deportivas". En un intercambio de golpes, Héctor Casiano Gómez pierde la memoria y no recuerda la dirección de una chica con la que había acordado una cita tras el combate. Se deja golpear para recordar los detalles y la dirección completa. Al finalizar la pelea se acerca a casa de ella, le comenta que la conoció en el autobús y que habían quedado.

    Ante la cara desfigurada del púgil, ella le dice que no le reconoce y le cierra la puerta para su desolación.

Fútbol

    Muy numeroso es el conjunto de relatos que dedica al fútbol. Trata diferentes temáticas que se pueden agrupar en los siguientes bloques: los árbitros, los jugadores, los dirigentes, los hinchas, los periodistas, los encuentros y las situaciones de fantasía.

    Los avances en el arbitraje aparecen en "Fútbol y Ciencia", relato que cuenta con su versión como historieta gráfica con el título de "Un adelanto formidable".

    En el caso de los futbolistas, Fontanarrosa centra su atención en el arquero, en el carácter y en los recuerdos. En "El pichón de Cristo", el Independiente se queda sin portero el día anterior a un encuentro y tiene que recurrir a un chico de apariencia frágil y engañosa, apodado "El pichón de Cristo", y que logrará sacar el partido adelante parando de todo. El miedo de los jugadores a lanzar el penalti es analizado en "La pena máxima", relato donde se desatan los miedos colectivos a patear, la angustia personal ante el fallo, el miedo por la familia. Al final un jugador lo lanza pero por la angustia acumulada no se enteró ni de cuando entró el balón en la red. El carácter pacífico y excesivamente perfecto de un ídolo se ve roto en "Lo que se dice un ídolo" al agredir bárbaramente a un defensa rival tras ser atacado en su honor por un supuesto amorío con una cabaretera. Los recuerdos de un extremo en los partidos Boca-River se registran en "Memorias de un wing derecho" hasta llegar a la conclusión de que el fútbol constituye una verdad imprevisible, un continuo regate a la vida, una dinámica de lo impensable no sujeta a raciocinio ni a medidas con máquinas.

    Los excesos de los dirigentes deportivos están presentes en "Chatarra", una parodia de los descartes del fútbol en un estercolero al que acuden los directivos para sacar provecho a jugadores tratados como si fueran juguetes rotos entre harapos y chapas oxidadas.

    Los hinchas se convierten en un ramillete de características de pasión irracional, orgullo, amistad y gran capacidad de charla. Y Fontanarrosa hace especial hincapié en la vivencia que del fútbol se realiza en las ciudades del interior. La pasión irracional de los aficionados aparece en dos relatos. En "Betito" se relata la historia de un hincha alocado que vive los partidos con pasión: cánticos, baile, líos, bombas, costumbrismo violento con su barra en los desplazamientos, enfrentamientos con la policía en las gradas, palos, comportamiento pendejo, quilombos... allá por donde pasaba. "Wilmar Everton Cardaña, número 5 de Peñarol" ha sabido aunar el tango y el balompié al recrear una situación vivida en la final del 3 de noviembre de 1954 entre Peñarol y Nacional de Montevideo, que dio lugar al tango La número cinco. El niño José Petunio Inveninato, postrado en la cama del Hospital Muñoz como consecuencia de una enfermedad irreversible, pide por carta al central Wilmar Everton Cardaña que le lleve firmada por el equipo la pelota del encuentro. Cardaña central rudo, viril, con coraje y de aspecto sobrecogedor se echa a llorar tras leer la carta. Peñarol pierde el encuentro por goleada y toda la plantilla del club se acerca a visitar al niño. Le ofrecen el balón solicitado y el chico, decepcionado por la derrota, insulta a Cardaña y le tira el balón a la cara. En ese momento Cardaña se enoja, le realiza su entrada de la patada voladora y le fisura cuatro costillas. El orgullo de los aficionados de un equipo de interior, que se enfrentaba a los grandes clubes porteños, está en "Los últimos salileros", un grupo de sacrificados y animosos hinchas que alentaba a sus jugadores con un salíle, salíle para hacerles frente. La amistad sin límites que produce el fútbol entre hinchas de Buenos Aires y Rosario surge en "Cenizas", donde uno de ellos muere y desea ser enterrado en un estadio de fútbol y lo logra gracias a la intermediación de un cura con un canchero que se oponía a ello porque podía estropear el césped. Gran calidad alcanzan las charlas de bar que desarrollan "El &Ntlde;oqui", con un tipo que dice conocer a todos los futbolistas y que a todos los vio jugar en un ambiente de chicos que buscan representante y abogado que lo defienda en operaciones de transa, y "El ocho era Moacyr", con una delirante conversación entre aficionados atorrantes que hablan de todo tipo de deportes, polo, fútbol... para llegar a reconstruir una alineación mediante recuerdos y chismorreos sobre todos los componentes de los equipos, su palmarés, su historial, etc.


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