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Formación profesional y necesidades sociales
Sergio Eduardo Centurión

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 43 - Diciembre de 2001

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    A partir de este somero repaso de la Educación Física en nuestro País, con arbitrario énfasis en ese acontecimiento de 1970, los invito a reflexionar sobre un asunto que, desde mi punto de vista debe abordarse sin vacilaciones por imperativo de los tiempos que corren.


La Educación Física como Práctica Profesional

    A lo largo del presente trabajo he venido desarrollando un eje que pretende situar en toda su dimensión a la Educación Física tanto sea como práctica pedagógica, como disciplina curricular o como campo ocupacional/laboral, en el ámbito exclusivo de la escuela o lo que sería más abarcativo, en el sistema educativo. Creo que aunque no esté finalizada la discusión respecto de la importancia o necesidad de la Educación Física como disciplina curricular y qué formas adopta en la práctica, no me caben dudas de que el ámbito de instalación y desarrollo es la escuela. Donde realmente puedo prometer un mar de dudas es respecto de que si ése es el único campo específico de desempeño de los responsables de la instrumentalización de estas prácticas. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que, si se justifica la necesidad de una disciplina curricular que le confiere especificidad al movimiento corporal humano en el ámbito de la escuela y que para ello es necesaria la formación de un docente especial, y teniendo en cuenta que la oferta laboral está prácticamente satisfecha (por cuestiones curiculares y por cuestiones económicas), ¿Por qué se continúa formando Profesores de Educación Física si la salida laboral respecto de su formación específica es cada vez más difícil? Voy a intentar justificar mi planteo y luego argumentar, con el auxilio de diferentes autores, la necesidad de redefinir nuestra formación y práctica "profesional".

    Nos cuenta el profesor Jorge Saraví Riviére que los primeros "profesores de gimnasia" fueron nombrados por el Consejo Nacional de Educación en la sesión del 16 de febrero de 1883", para la enseñanza primaria y la primera designación para la enseñanza secundaria, lo fue por decreto firmado por Sarmiento-Albarracín, el 9 de enero de 1873. Y más adelante agrega:

"Como ya vimos, numerosas citas demuestran que la mayoría de los profesores eran extranjeros. Algunos de ellos pueden haber cursado estudios específicos en su país de origen, pero, al no citarse sus títulos en el acta de designación, es fácil suponer que los haya habido con pésima preparación o sin ella" (pp. 22 y 23).

    Aunque en forma errática, al principio, podemos detectar la presencia institucionalizada de la Educación Física, o su equivalente, promediando la segunda mitad del siglo XIX. En la segunda mitad del siglo XX, la Educación Física, está presente en todos los niveles del sistema, habiéndose alcanzado en algunos casos el nivel de Licenciatura y algunos incipientes posgrados. Con una particularidad, que a mi juicio es la más importante: tanto el discurso, como su instrumentación, están en manos de los profesionales del área.

    Si bien los sistemas son organizaciones dinámicas y por consiguiente su reformulación y acomodamientos permanentes, se adecuan a los mandatos de los tiempos que corren; a la luz de una trayectoria de más de un siglo, podemos identificar numerosos desajustes o "entropías", pero los arreglos o correcciones no son accidentales, sino que, son inherentes a esa dinámica. Qué quiero decir con esto, que a lo largo de todo ese tiempo la Educación Física ha ido construyendo un lugar de práctica, una instancia de reflexión y una masa crítica propia que además de identificarnos nos diferencia, pero que a la vez, nos compromete más que antes.

    Por lo expuesto podemos ver que la Educación Física, nace prácticamente con la escuela, en un momento muy especial de la historia de nuestro País. "La transmisión del saber social acumulado exigió el surgimiento de una institución para cumplir tal tarea: el sistema educacional". Esto lo dice Valter Bracht (1996. pg. 20) refiriéndose al "conjunto de los sistemas nacionales de enseñanza propios de la sociedad burguesa emergente de los siglos XVIII y XIX.

    A lo largo de ese recorrido histórico, la Educación Física, ha ido acumulando un saber específico, localizado con énfasis en los aspectos relativos al movimiento corporal con contenido educativo. Ese saber específico define un perfil profesional determinado y provee de destrezas especializadas que prescriben un desempeño laboral en un territorio delimitado.

    He aquí un intento de responder a la pregunta que me formulara en el primer párrafo de este subtítulo, así como la sociedad necesitó de la escuela para la transmisión del saber social acumulado, la escuela fue desarrollando en su interior el perfil de un profesional que antes no existía: El Profesor de Educación Física (tanto es así que hoy hasta discutimos la preposición, si corresponde "de" o "en"). Y es aquí donde los profesores de Educación Física, tendremos que dirimir si nuestros "haceres y saberes" comienzan y terminan en la escuela o por el contrario, la escuela, en su momento, fue capaz de interpretar acabadamente una demanda social centralizada en la dimensión corporal del hombre, que una vez satisfecha, comenzó a desbordar sus límites y se materializó en diversas "formas de movimiento culturalmente objetivadas", que para su instalación y desarrollo en una sociedad organizada, necesitan de profesionales que acrediten competencias especiales sobre ese campo de conocimiento y prácticas.

    Decidirnos a abandonar el terreno de la empiria, la repetición recetaria y la actitud pasiva frente a los embates de otras disciplinas y ciencias, requiere de los que formamos parte de este campo, que asumamos una postura diferente de la que hasta hoy hemos tenido. Transformar una práctica laboral consuetudinaria en una profesión organizada, nos obligará a ceñirnos a una serie de "criterios", tal como lo hicieran las profesiones que hoy reconocemos como tales.

    El sociólogo alemán Max Weber, enfatizó la importancia de los "factores sociales, políticos y culturales que caracterizan, y al mismo tiempo impulsan, el desarrollo del capitalismo moderno. (...) Proceso que denomina de 'racionalización' de las prácticas y de la vida social en todos sus niveles e instituciones" (apud Tenti Fanfani, 1988, p. 13).

    Diversos autores han abordado el estudio de las profesiones y han tratado de identificar los criterios en que se asientan para diferenciarse de las otras prácticas, por ejemplo, Edgard Schein (apud Tenti Fanfani, 1988, p. 24), establece diez criterios al amparo de los cuales se organiza una profesión. Por su parte Carr-Saunders y Wilson (apud Tenti Fanfani, 1988, pg. 26), identifican las motivaciones que impulsan a formar las asociaciones profesionales:

  1. la definición de una línea de demarcación entre personas calificadas y no calificadas;

  2. el mantenimiento de altos niveles de carácter profesional o práctica honorable;

  3. la elevación del estatus del grupo profesional y

  4. el deseo de la profesión de ser reconocida por la sociedad como la única plenamente competente para realizar su tarea particular.

"La asociación profesional, en síntesis, constituye un elemento táctico dentro de la lucha que sostienen las profesiones para obtener mayor autonomía y reconocimiento social" (Tenti Fanfani, 1988, pg. 27).

    Si bien existe abundante literatura sobre este tema, por cuestiones de pertinencia voy a rescatar, el trabajo de Barrow y Brown (1992, pg. 277), que bajo el título "Competencia y Promoción de la Profesión", desarrollan una serie de argumentos que justifican a la Educación Física como campo de desarrollo profesional. Parten de una taxativa diferenciación entre profesión y oficio y fijan siete criterios en los cuales debe articularse la Educación Física para obtener su reconocimiento profesional.

  1. Bases científicas y filosóficas. Debe basarse en un corpus de conocimiento denominado disciplina académica. El profesor de Educación Física debe poseer un conocimiento sólido de las ciencias. Implica un estudio y una investigación continuos, así como un análisis teórico sobre las actividades de la profesión. De carácter interdisciplinario ha de tomar en consideración las necesidades de la sociedad y reflejar los propósitos sociales.

  2. Destrezas especializadas. Son particulares de cada profesión y deben prestarse a un análisis teórico y a su posterior modificación de acuerdo con las conclusiones de éste. Para que la Educación Física adquiera el rango de disciplina académica en el marco de referencia del movimiento humano, deberá aplicar el análisis teórico o las destrezas físicas en un enfoque integrador. Este avance hacia una mayor síntesis e integración en la búsqueda del principio de unidad debe caracterizarse por una relación más estrecha entre profesionales teóricos y prácticos. Esto ayuda a integrar los servicios especializados de una profesión y los problemas de la sociedad en general.

  3. El motivo de servicio. Significa comprender en profundidad una función social con el fin de cumplir una obligación moral para con la humanidad a través de las destrezas especializadas propias de la disciplina. Implica un doble compromiso de parte del profesional: mejorar la sociedad en que vive y mejorar la profesión en sí. Implica el orgullo de transmitir la especialidad para bien del prójimo.

  4. El código ético. La existencia de un código ético, formulado por los propios miembros, fija la conducta concreta por la que deberían guiarse los profesionales. Todas las profesiones consolidadas tienen estos criterios específicos de conducta moral y práctica ética a que han de atenerse sus miembros. Una verdadera profesión debería tener el derecho de sancionar a quienes son incompetentes, no están calificados o no se ajustan a los criterios éticos y morales del grupo.

  5. Un período prolongado de formación. La Educación Física es al mismo tiempo un conocimiento y una técnica; es algo intelectual y algo físico, lo primero envolviendo lo segundo. Los profesionales han de adquirir su corpus de conocimiento -la disciplina- antes de poder ponerlo en práctica, y nadie se convierte en profesional a corto plazo. La formación se relaciona directamente con la experiencia, y el profesional debe ser competente para poner ésta a disposición del público. Un grado de licenciatura proporciona hoy a la Educación Física, un nuevo ímpetu hacia el estatus académico y profesional.

  6. Corpus de literatura y logros académicos. En cualquier profesión existe un gran número de revistas, libros, monografías, tesis, resúmenes y artículos escritos por sus miembros, que sirven a fines de educación interna o para comunicarse con el público en general. La calidad de la literatura y de los logros intelectuales es mucho más importante que la cantidad. La promoción y difusión de la investigación son responsabilidades profesionales fundamentales.

  7. Asociaciones profesionales. Es importante la existencia de una organización o sociedad que promueva sus intereses y profesionalice a sus miembros. Da relevancia a aquellos aspectos en los que se fundamenta la profesión. Las técnicas especializadas y el corpus de conocimiento son los nexos de comunidad que tienden a mantener unidos a los miembros. En una coyuntura ideal, debería haber una asociación madre que examine la competencia profesional, estipule los requisitos de certificación y afiliación de los miembros, elabore un código deontológico, disponga de procedimientos judiciales para hacer cumplir dicho código, celebre conferencias y convenciones, etc.

    Quizás, analizando los criterios delineados por Barrow y Brown y comparándolos con la realidad cotidiana de la Educación Física, podríamos establecer el grado de coherencia que existe entre lo ideal de una organización profesional y las oportunidades de formación, capacitación y trabajo a las que realmente permite acceder la realidad.

    Aquella primigenia y casi lineal relación entre formación y empleo, que prácticamente le garantizaba a un egresado, con el título de profesor de Educación Física, que en algún momento trabajaría en algún nivel del sistema educativo, hoy, a pesar de que se haya extendido (del preescolar a la universidad), se ha tornado remota.

    En un momento de la historia, la escuela demandó un saber, cuya transmisión debió ser asumida como tarea pedagógica por un docente especial, que centralizó en el movimiento corporal la especificidad de su hacer en el interior de la institución educativa.

    Las nuevas tendencias de la sociedad de hoy, reclaman el protagonismo de un profesional que capitalice las demandas que la cultura de lo corporal produce y desecha. Nuevas oportunidades laborales, reclamarán currículos de formación más dinámicos, periodización de cursos de capacitación, consolidación de la formación de grado y sistematización del posgrado. La profesionalización, no admite improvisaciones, nuestra realidad sociopolítica tampoco. Esta porción de responsabilidad nos asiste, sin exclusión, en el futuro próximo.


Notas

  1. Angela Aisenstein. "Currículum Presente Ciencia Ausente". Miño y Dávila Editores. Bs. As. 1995. Y de otro trabajo de su autoría el cual supongo es una Conferencia "Rastreando las Raíces de la Educación Física en Argentina", cuya copia me hiciera llegar un colega en virtud de mi interés por los aportes de Ángela a la EF.

  2. Extraído por la autora del diario La Nación del 18 de Marzo de 1897. Citado en el trabajo "Rastreando las Raíces de la Educación Física en Argentina".

  3. Jorge Saraví Riviére, lo toma del Nº 157 de la revista El Semanario que se editó de 1802 a 1807, en el cual se publicaron algunas ideas generales sobre Educación. Lo expuesto aquí es parte de un párrafo mayor de lo expresado por Hipólito Vieytes.

  4. Citado por Antonio Fraile Aranda en "La Educación Física y sus profesionales".

  5. Valter Bracht, el camino de su formación académica lo llevó desde la Licenciatura, pasando por la Especialización y la Maestría, al Doctorado en Ciencia Deportiva-Sociología del Deporte por la Universidad de Oldenburg, de Alemania. El párrafo citado corresponde a su trabajo, Educación Física: La Búsqueda de la Legitimación Pedagógica.

  6. En este V Congreso Panamericano de Educación Física, hubo en total 1318 congresistas (docentes, médicos, arquitectos, kinesiólogos, economistas, técnicos, etc.), de los cuales1185 eran argentinos y 133 pertenecientes a países de América y Europa. Los países que nos visitaron fueron: Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, USA, Francia, Alemania, República Dominicana y Panamá.


Bibliografía

  • BRACHT, Valter. Educación Física y Aprendizaje Social. Editorial Vélez Sársfield. Córdoba, 1996.

  • BARROW Y BROWN. Hombre y Movimiento. Editorial Doyma. España. 1992.

  • SARAVÍ RIVIERE, Jorge. Historia de la Educación Física Argentina. La Plata. 1994.

  • FRAILE ARANDA, Antonio. El maestro de Educación Física y su cambio profesional. Amaru Ediciones. Salamanca. 1995.

  • V CONGRESO PANAMERICANO DE EDUCACIÓN FÍSICA. Desarrollo y Relatos. Yunque SRL. Buenos Aires. 1971.

  • AISENSTEIN, Ángela. Currículum Presente Ciencia Ausente. FLACSO. Miño y Dávila Editores. Buenos Aires. 1995.

  • AISENSTEIN, Ángela. Rastreando las Raíces de la Educación Física Argentina. Conferencia.


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