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Formación profesional y necesidades sociales

   
Magister en Educación Física
Universidad Nacional de Río Cuarto
(Argentina)
 
Sergio Eduardo Centurión
scenturion@hum.unrc.edu.ar

 

 

 

 
Texto de la Conferencia de cierre del 1er Congreso de Educación Física y Práctica Profesional.
Ciudad de Corrientes, 09 y 10 de Noviembre 2001.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 43 - Diciembre de 2001

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A manera de introducción

    No me atrevo a hablar por todos los aquí presentes, pero aunque la diferencia de edades pueda ser de varias décadas en algunos casos, a todos nos ha asistido por igual esa particular e inexplicable situación de estado interior que produjo el pasaje de un siglo a otro. Más allá de que ese fenómeno del calendario se produjese un año antes o uno después, ya que para algunos ocurrió a principios del dos mil y para otros recién en el dos mil uno, aconteció el pasaje de un siglo a otro. Como ciudadanos comunes quizás en lo único que advertimos el cambio fue en el hecho de que al tener que colocar la fecha por alguna necesidad del momento, se habían modificado simultáneamente los cuatro dígitos de la cifra, tanto es así que aún perduran formularios en nuestras administraciones públicas, en los cuales, en el espacio para colocar la fecha, aún figura preimpreso, Año: 19... (que según el caso debíamos transformar en 1986 ó 1999, por ejemplo). También este pasaje sirvió como referencia para profecías sobre el "fin del mundo", o que "el siglo XXI nos encontrará unidos o sometidos" o la más reciente el "caos de las computadoras".

    Más allá de los detalles, que seguramente cada uno de nosotros podría libremente destacar, me parece que es un escenario que nos es familiar a todos nosotros: hemos participado activamente de la recuperación de la democracia como forma de gobierno y aunque a muchos les cueste aceptarla y a otros les cueste más aprenderla, a todos nos asiste el deber de ejercitarla y defenderla, porque es evidente, objetiva y cotidiana la realidad que nos indica que en este tema, aún no hemos superado la condición de aprendices.

    Otro de los elementos que forma parte importante del escenario (o del argumento), es la insoslayable influencia de la globalización, no ya como mero soporte discursivo, sino como víctimas, en la mayoría de los casos, de esa inercia vertiginosa que siempre nos sorprende (?) sin cinturón de seguridad. También a nivel nacional hemos asistido a mutaciones sin retorno, descentralizaciones y privatizaciones podríamos identificar en lo político-económico, con efectos directos sobre lo social: empobrecimiento y crisis de valores; como para señalar las más visibles o tangibles en algunos casos. La Educación, como sistema, luego de poco más de cien años, tuvo en la Ley Federal de Educación un nuevo marco regulatorio y a renglón seguido una Ley de Educación Superior.


La Educación Física en la realidad de hoy

    El Sistema Educativo, quien le imprime el sesgo pedagógico a nuestra práctica profesional, ha sido permanente generador de modificaciones y adecuaciones y campo propicio, cuando no exclusivo, para el desempeño de nuestra práctica docente. No es asunto de esta exposición historiar pormenorizadamente los inicios y trayectoria de la Educación Física en el Sistema, pero si, se puede hacer alusión a que nos ha costado bastante esfuerzo justificar permanentemente su ingreso y permanencia como asignatura curricular. En este particular recojo las palabras con que Valter Bracht (1996, p. 39) se refiere al tema de la Educación Física como disciplina curricular:

(...) "En verdad, la legitimación de una materia se da en función del papel que una determinada época le atribuye. ¿Qué funciones, qué papeles le fueron atribuidos a la EF en los diferentes momentos?, y ¿qué función social/humana la poca teoría de la EF ha reclamado de esta práctica pedagógica?".

    Creo que tanto la argumentación sobre la justificación o legitimación de la EF en el currículo escolar como las preguntas finales, suponen una discusión de fondo que excede los límites territoriales (y los de esta conferencia), sobre todo en este contexto geopolítico de nuestra América Latina. Pero más allá de lo que las tendencias actuales de organización en bloques indican, vamos a situarnos en lo que la geografía nacional supone.

    Muchos de los conceptos que forman parte de esta exposición, los he recogido de los trabajos de Angela Aisenstein1 , cuyos aportes me parecen altamente significativos en nuestros intentos de esclarecer la razón de ser de la Educación Física en los currículos del Sistema Educativo de nuestro País. Y más allá del contenido, y para ir instalando algunos emergentes para un posterior debate, voy a transcribir textualmente un párrafo que ella cita en su trabajo "Rastreando las Raíces de la Educación Física en Argentina":

    "... creemos conveniente abordar hoy otro punto del sistema educativo completamente descuidado entre nosotros y que, sin embargo, se atribuye en otros países más adelantados una importancia excepcional.

    Nos referimos a la educación física. La gimnasia es desconocida en nuestras escuelas secundarias y en la universidad, como si el desarrollo físico que tanto contribuye al vigor de la raza, no tuviese importancia para nosotros, mientras por la amalgamación de elementos etnográficos diversos la tiene más que en otro país alguno...".2

    Creo que más allá de algunos conceptos que pueden formar parte de una jerga situada en un contexto histórico/social/político determinado, en el párrafo citado, se expresa una demanda que en la práctica no ha sido satisfecha nunca, prueba de ello son los más de cien años que tiene esa formulación publicada en un diario de la época. Sinceramente pienso, que si la encontrásemos escrita hoy en alguna publicación de sucesos contemporáneos con los arreglos que el lenguaje de hoy supone, le atribuiríamos idéntico significado al de hace más de un siglo.

    No obstante, en el momento de la discusión, vamos a ver que han habido importantes cambios que bien analizados pueden gravitar sensiblemente en la razón de ser de la Educación Física como disciplina curricular, como campo de estudios y como práctica profesional.

    En principio, creo que el panorama general que dio lugar a la organización de la educación argentina ha cambiado significativamente, tanto sea en los aspectos cuantitativos como en lo cualitativo, y una prueba de ello podemos tomar en la generalización de los establecimientos y niveles y que las distintas asignaturas están en manos de especialistas, por hacer referencia a dos elementos extremadamente evidentes dentro del propio sistema.

    Los trabajos del profesor Jorge Saraví Riviére, en su Historia de la Educación Física Argentina, en lo que él mismo considera la Era Independiente desde 1810 a 1852, recogen opiniones calificadas respecto de la importancia y necesidad de la asignación de un lugar preponderante en la formación del niño, a la Educación Física o su equivalente, en los programas y proyectos de educación general. Prueba de ello y previo a esa referencia calendaria, Hipólito Vieytes, en un artículo publicado el miércoles 18 de septiembre de 1805, escribía:

" ... El amor a nuestros semejantes es obra de la naturaleza: pero el dirigirlos hacia los deberes de verdaderos ciudadanos es una sagrada obligación que nos impone la sociedad. Si aquél queda en parte satisfecho con sólo la educación física, ésta no le puede quedar sin la moral y la política: ¡admirable unión que hace al mismo tiempo a los hombres sensibles, honrados y laboriosos!".3

    A lo largo de estos casi dos siglos de aleatorias referencias bibliográficas, que hacen alusión a la importancia de la Educación Física en la escuela, creo que algunas cosas fueron cambiando, que a mi juicio no son menores. Los responsables de los discursos provenían de otros campos del conocimiento, con frecuencia de la medicina y de la pedagogía. Recién en los finales del siglo IXX y los albores del XX, nuestro País, fue testigo de los primeros intentos institucionalizados de formación de profesores de Educación Física. Hechos que de a poco fueron señalando un camino cuyo trazado, si bien difuso en algunos tramos, tortuoso en otros; merece ser reconstruido, consolidado, mantenido y recreado permanentemente. Nosotros, los responsables de la Educación Física, somos los responsables también de abrir brechas donde hay escombros, de poner luz en la oscuridad, de orientarnos y orientar, de acuerdo a las posibilidades y demandas del contexto y de colocar las señalizaciones adecuadamente. A propósito de esto, Kirk (1990. p. 58) nos recuerda que:

"la Educación Física a pesar de haber formado parte de la mayoría de los programas escolares a lo largo de la historia, su finalidad no siempre ha coincidido con razones puramente educativas ya que ha estado vinculada a: la preparación militar para la guerra; la transmisión de valores 'burgueses' como la conformidad, el autosacrificio, la gratificación respetuosa, el carácter y la masculinidad; al servicio del nacionalismo y el control social a través del respeto a la autoridad...".4

    Nuestra Educación Física también, en diferentes momentos de su desarrollo debió definirse entre las tendencias militarista, biologista, pedagogicista, psicomotricista, deportivista, etcétera y si bien, pueden haber sido atajos o desvíos que habremos transitado al amparo de las convicciones empíricas, son temas de discusiones que no hemos agotado aún los profesionales de este campo. Porque al cambiar de dueño los discursos, comienzan a impregnarse de otro contenido, tanto para la justificación de la Educación Física como práctica pedagógica, como para su legitimación en el universo de las disciplinas de la escuela. Hoy, más allá de la autoridad o del criterio de verdad que se le asigne a una opinión formulada por un estudioso de la Educación Física, podemos decir que, de a poco se ha ido constituyendo una masa crítica propia que hace sus planteos desde la Educación Física. Y sobre este particular, me gustaría rescatar las palabras del Dr. en Educación Física, Valter Bracht, cuando refiriéndose a la legitimación heterónoma, con base en las disciplinas científicas de corte biológico y en las teorías sociológicas funcionalistas o sociología funcionalista, que se hacen "de" la Educación Física: "Es importante observar que son los pedagogos que se valen de estas teorías para fundamentar la EF en la escuela, y no como a muchos les gustaría insinuar, de que aquellos autores estarían proponiendo la EF en la escuela".5

    Es decir que a lo largo del siglo XX, fuimos paulatinamente apropiándonos de los lugares y las formas, del patio de armas al patio de la escuela, de la instrucción a la formación, de la justificación heterónoma a la justificación autónoma, y creo que estos tiempos nos tienen que introducir de lleno en el terreno de la legitimación.

(...) "Legitimar la EF significa, entonces, presentar argumentos plausibles para su permanencia o inclusión en el currículo escolar, apelando exclusivamente a la fuerza de los argumentos y declinando el argumento de la fuerza (que es lo que acontece cuando un régimen autoritario 'legaliza' alguna práctica social). Esta legitimación necesita integrarse y apoyarse discursivamente en una teoría de educación" (BRACHT, 1996. p. 39).

    Desde mi punto de vista, que creo que debe ser coincidente con el de la mayoría, pensar la escuela hoy sin Educación Física, nos parece, si no desatinado, por lo menos incoherente. Aunque mucha gente de mi edad, que fuimos a escuelas de pueblo o rurales, si bien había "hora de Educación Física o de Ejercicios Físicos", no tuvimos la suerte de tener un profesor de Educación Física, ya que esta hora la daba la misma maestra de grado. Los directores se solían quejar, primero diciendo que "tenían las horas pero no el cargo", y cuando tenían el cargo, "no tenían presupuesto" y muchas veces cuando había cargo y presupuesto, no había Profesores de la especialidad y entonces, el cargo con presupuesto y todo quedaba en manos de un idóneo. A partir de la década del sesenta del siglo XX, comienza un crecimiento desmedido, a mi juicio, de las casas formadoras de recursos humanos para la EF, las que en algún momento estuvieron alrededor del centenar. La expansión cuantitativa, se justificó en cierta medida, en virtud de la necesidad de cubrir con personas formadas ad hoc, los cargos en el sistema educativo formal, tanto es así que a esos efectos se instituyó el título de Maestro de Educación Física.

    Por aquél tiempo también, hubo un hito importante para la Educación Física argentina: el V CONGRESO PANAMERICANO DE EDUCACIÓN FÍSICA, que se realizó en la ciudad de Buenos Aires entre el 7 y el 15 de Noviembre de 1970. A mi juicio se constituye en un diagnóstico de lo que representaba el área hasta ese momento. También se formularon algunas prospecciones respecto de la formación y capacitación permanente, entre otras cosas, sin dejarse de lado el tema de la investigación como insoslayable para el desarrollo cualitativo de la Educación Física. En los Relatos de las Comisiones en lo que concernía al informe del "ESTADO ACTUAL DE LOS SISTEMAS LATINOAMERICANOS DE EDUCACIÓN FÍSICA", compuesta por setenta y un miembros procedentes de Perú, Paraguay, Argentina, Ecuador y Chile, un párrafo del documento oficial expresaba textualmente:

"Cabe expresar en primer lugar que, en términos generales, la situación es abiertamente deficitaria en casi todos los aspectos considerados y que caracterizan a los países sólo diferencias de grado. Esa situación deficitaria es consecuencia directa de las características socioeconómicas de la región, constituida en su totalidad por países en vías de desarrollo y por lo tanto con agudos problemas, entre los cuales el de la educación en general y el de la educación física en particular se caracterizan por serias limitaciones. He aquí las características recogidas: ...".

    Se detallaban a continuación aproximadamente dieciséis puntos que se explayaban desde "Política Educativa y Legislación", hasta "Personal docente y escuelas de formación de profesores de educación física"; pero voy a hacer exclusiva referencia al punto "1.1.4. Estado del estudio y la investigación en educación física", que decía:

"No existen instituciones u organismos que realicen o promuevan estudios e investigaciones en el campo de la educación física.
Por consiguiente no hay publicaciones regulares o periódicas que divulguen resultados de esos aspectos. Se carece de la estructuración de licenciatura y doctorado en educación física, salvo en una mínima proporción de países, que llegan a otorgar el primero de dichos grados".
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    Creo que en esa oportunidad, tuvieron tratamiento todos los temas que conforman el universo conceptual de la Educación Física, y si bien algunos congresistas extranjeros se quejaron del sesgo localista de las discusiones, es lógico, o por lo menos comprensible, que ello ocurriera puesto que la participación de los argentinos era abrumadoramente superior en el Congreso en general y la misma proporción se reproducía en las diferentes comisiones. Y no es porque no haya habido otras reuniones importantes referidas a la Educación Física en nuestro País, que yo lo tomo como un emergente calendario, sino porque fue una manifestación de características oficiales, con fuerte participación de los niveles superiores del gobierno nacional, a través de las áreas pertinentes: Ministerio de Cultura y Educación de la Nación y la Administración de Educación Física Deportes y Recreación, como cumbre de esa estructura piramidal. Creo que lo que más me ha llamado la atención, es que leyendo los diferentes informes de Comisiones, las preocupaciones que abrumaban a los congresistas aquéllos siguen teniendo en la actualidad singular vigencia, sin que esta posición signifique que las respuestas que no supimos dar en su momento estaríamos en condiciones de darlas ahora. Un párrafo especial merece la experiencia que desde 1993 y de manera bienal, celebra el Departamento de Educación Física de la Universidad Nacional de La Plata denominado Congreso Argentino de Educación Física y Ciencia, cuya quinta edición se realizara recientemente. Su particular perfil académico/científico, está llamado, a mi juicio, a ayudar a resolver el problema de la formación, capacitación e investigación que fueran preocupaciones emergentes en el V CONGRESO PANAMERICANO DE 1970; pero esto es de por sí lo suficientemente importante, tanto que desbordaría los límites que imaginariamente he fijado para el tema de hoy.


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