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Los efectos del tabaco sobre la resistencia
aeróbica en una población de jóvenes adolescentes

  * Dr. en Educación Física. Profesor del Colegio Guadalete
* Dr. en Educación Física. Profesor Asociado de la Universidad de Granada
(España)
Damián Ossorio Lozano*
dol53@eresmas.com
Leontino García Pérez**
jmm00046@teleline.es

 

 

 

 
    Con este trabajo se pretende conocer los efectos del tabaco en la adolescencia y su incidencia en pruebas de resistencia aeróbica.
    En el estudio han participado dos grupos de jóvenes estudiantes de Bachillerato, uno de los cuales fuma de manera habitual. La recogida de datos se realizó tomando las puntuaciones extraídas de un cuestionario aplicado para tal ocasión. A continuación, seleccionamos la muestra atendiendo a la relación altura peso, según los registros de la frecuencia cardíaca en reposo y en último lugar dependiendo del número de horas dedicadas a la práctica deportiva durante la semana.
     Posteriormente se tomaron los valores alcanzados en el Course Navette. Estos datos se trataron estadísticamente para averiguar la relación entre resistencia y consumo de tabaco, y determinar la existencia o no de diferencias significativas entre los dos grupos. Nuestros resultados confirman que el grupo de no fumadores obtiene unas puntuaciones más altas en el Course Navette que el grupo de fumadores.
     Desde esta óptica justificamos la necesidad de diseñar, con más énfasis si cabe, el bloque de “Educación para la Salud” como eje vertebrador del área de Educación Física. Y a través de él prevenir el consumo de tabaco en los más jóvenes.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 38 - Julio de 2001

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Introducción

    En cualquier actividad de la vida diaria, el factor resistencia aeróbica, es el que permite realizar esfuerzos prolongados y mantenerlos cuando la intensidad es moderada. Esta actividad moderada permite que el oxígeno requerido sea abastecido casi en su totalidad sin necesidad de utilizar otras vías del metabolismo energético. Viene a suponer esfuerzos que se encuentran entre el 70% y el 80% del consumo de oxígeno del individuo.

    Beeraldo y Polletti (1991) afirman que la resistencia es una de las primeras capacidades que se desarrollan en los muy jóvenes, y señalan que los efectos adaptativos que produce son entre otros: aumento del diámetro y el número de capilares, mejor recambio periférico, aumento de la musculatura cardiaca, regulación de la distribución sanguínea y aumento del volumen de sangre y, en parte, de los glóbulos rojos.

    Es por tanto, “aquella capacidad del organismo que permite mantener durante el mayor tiempo posible un esfuerzo de intensidad media”. (Ferrández Sebastián, 1986). Esta capacidad psico-física es la permite al deportista resistir la fatiga (Weineck, 1992) y es la encargada de obtener un alto rendimiento bajo las condiciones temporales de la especialidad deportiva (Zintl, 1991).

    Según datos de la OMS, si las presentes tendencias continúan invariables, unos 250 millones de niños morirán como resultado del consumo de tabaco. La maquinaria publicitaria dirige su mirada hacia un modelo de fumador en potencia cada vez más joven. La captación de nuevos fumadores para el mercado tabacalero empieza justamente en la adolescencia, o quizás antes, siendo esta estrategia fundamental para el éxito comercial.

    La Asociación Médica Británica calcula que en el Reino Unido mueren 100 niños al año debido al síndrome de muerte súbita asociado al tabaquismo.

    El Royal College of Physicians calcula que en el Reino Unido son hospitalizados anualmente 17.000 niños de menos de 5 años por problemas relacionados con el tabaquismo de sus padres.

    Los jóvenes padecen en cierto modo un “tabaquismo pasivo”. Por un lado, la influencia de sus propios padres y, por otro, la capacidad de persuasión de los personajes públicos que son en definitiva los que legitiman estilos de vida poco saludables. Los reality show y su explotación a través de la publicidad, particularmente la del tabaco y lo insidioso de sus mensajes, ocasiona a los más jóvenes un daño irreparable. Si los jóvenes llegan a los 18 años sin adquirir el hábito de fumar es muy probable que jamás se conviertan en fumadores.

    El humo del tabaco posee una composición compleja; sus constituyentes pueden ser divididos en cuatro categorías principales: alquitrán, nicotina, monóxido de carbono e irritantes.

    De estos componentes, se acepta generalmente que el alquitrán y los irritantes son agentes responsables del cáncer de pulmón, bronquitis crónica y enfisema. Aunque se cree que la nicotina no participa en el desarrollo de cánceres, o puede desempeñar un papel en la enfermedad cadiovascular (Benowitz, 1986, 1987; http://www.encolombia.com; US Dept. on Helth & Human Services, 1982, 1983, 1984; OMS 1975)

    En cuanto a la relación tabaco-resistencia, la mayoría de las opiniones revelan el efecto perjudicial del tabaco sobre las pruebas de moderada intensidad y larga duración. La presencia del monóxido de carbono (CO) en la combustión del tabaco, tiene un efecto sustancial sobre el rendimiento humano mediante la reducción de la ingestión máxima de oxígeno (Horvarth, 1981; Folinsbee y Raven, 1984)

    Este hecho provoca que el (CO) se combine con la hemoglobina para formar carboxihemoglobina (COHb) que si aumenta por encima del 5% se traduce en una pérdida equivalente de transporte de oxígeno. Si estos porcentajes aumentan, se produce un desplazamiento de la curva hemoglobina-oxígeno que interfiere en la descarga de oxígeno a nivel de los tejidos dando lugar a una hipoxia. (Lawrence J. Folinsbee1996).

    En fumadores crónicos puede ascender esta reducción hasta en un 10%. (E.L. Fox.1988).

    El fumar está asociado con la constricción de los pasillos de aire en los bronquiolos. A demás esta constricción se produce de manera generalizada en todas las vías respiratorias, tornándose más difícil el desplazamiento de aire hacia el interior de los pulmones y hacia afuera; es decir que los músculos respiratorios como consecuencia deben trabajar de forma más intensa para que se produzca la ventilación. Además, éstos requieren más oxígeno, dejando de este modo una menor proporción para los músculos estriados que realizan el trabajo (Lamb, 1984).

    El reconocimiento de la nicotina como droga capaz de causar adición (OMS, 1970; APA, 1995), la convierte en una de las drogas más frecuentemente autoadministradas en nuestra sociedad.

    De acuerdo con los diversos efectos farmacológicos, el tabaquismo tiene, al menos, tres componentes aditivos importantes: el hábito, la búsqueda del placer y la automedicación (Fiore, 1993)


Figura 1. Efectos del mayor nivel de carboxihemoglobina (COHb) sobre la VO2 max. en hombres sanos. La línea de trazos es la regresión lineal desde el 5% hasta el 20% de la COHb; la línea se ajustó por debajo del 5% de la COHb para intersectar la abscisa en el 0,7% de la COHb: nivel medio en reposo de la COHb en no fumadores. Datos tomados de Ekblon et al,. 1973; Horvarth et al., 1975; Pirnay et al,. 1971; Vogel et al., 1972 a; 1972 b, y Raven et al., 1974; se citan todos en Folinsbee et al., (1979) y Horvarth et al. (1988)


    Según Benowitz 1986, la nicotina ejerce varios efectos farmacológicos sobre el sistema cardiovascular, la mayoría de los cuales están relacionados con la estimulación del sistema nervioso simpático tales como: aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial; venoconstricción sistémica y aumento del flujo sanguíneo muscular; aumento de las concentraciones circulantes de adrenalina y noradrenalina y un aumento de los niveles circulantes de ácidos grasos libres, glicerol y lactato.

    Además, la nicotina posee efectos endocrinos y metabólicos. En general aumenta los niveles circundantes de los compuestos siguientes: Endorfinas, ACTH, hormona del crecimiento, prolactina, catecolaminas, cortisol, vasopresina (http://www.encolombia.com)

    La dependencia de la nicotina constituye un trastorno psiquiátrico reconocido que provoca además de una dependencia farmacológica da lugar a una dependencia conductual (Sees. A. 1990),


Objetivos

    En este estudio se plantean los siguientes objetivos:

  1. Profundizar en el conocimiento de los efectos del tabaco en una población de alto riesgo para el consumo.

  2. Evaluar y comparar el nivel de consumo de tabaco y su repercusión sobre la resistencia aeróbica en dos grupos de adolescentes.

  3. Concienciar a la comunidad educativa para que desarrolle y defina directrices y estrategias que contrarresten los actuales programas de promoción de la industria tabacalera.


Material y método

La muestra

    En el estudio han participado un total de 320 alumnos de Bachillerato (de edades comprendidas entre 15 y 17 años). De los cuales fueron desechados 138 por diversas causas. El resto lo formaron un grupo de 110 no consumidores de tabaco y 72 fumadores habituales.

    Todos ellos alumnos pertenecientes a un mismo centro situado en el entorno de la Bahía de Cádiz. Previamente fueron informados de los procedimientos a seguir en la investigación, así como de ofrecerles los resultados que se obtuvieran de la misma.

Procedimiento

    A principios de curso, a todos los alumnos de bachillerato, un total de 320, se les aplicó un cuestionario que nos sirvió para establecer la muestra definitiva y que aludía a las siguientes cuestiones a:

  • Enfermedades padecidas con anterioridad y de cierta relevancia.

  • Defecto físico o minusvalía.

  • Número de horas que dedica al ejercicio físico a la semana de forma regular.

  • Número de cigarrillos que consume diariamente.

    Una vez analizados los datos la muestra quedó reducida a 182 sujetos, de los cuales 72 fumaban habitualmente entre 5 y 19 cigarrillos diarios.


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