Diseño, selección y evaluación de las tareas motrices en Educación Física
Pedro Sáenz-López Buñuel y Francisco Javier Giménez Fuentes-Guerra

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 21 - Mayo 2000

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    Para Sánchez Bañuelos (1986), la enseñanza activa en E.F. supone que el alumno tiene que participar en las actividades desarrollando los mecanismos de percepción, decisión y ejecución. De esta forma podrá llegar a dar soluciones a los diferentes problemas que planteemos. Así estamos educando al alumnado de forma integral.

    c) Motivación y aprendizaje lúdico

    La motivación es básica para hacer que los alumnos se sientan atraídos por la práctica de actividad física. Para que exista esta motivación será necesario el empleo del juego como principal medio de aprendizaje. Además, las situaciones que planteemos deben ser variadas y atractivas para el alumnado; todos participarán en las actividades; todos tendrán éxito en la ejecución de éstas, siendo válidos varios niveles de ejecución para que todos se esfuercen y trabajen en función de sus posibilidades; premiaremos la participación por encima de los resultados; y fomentaremos el trabajo en equipo. En las edades de Primaria debemos garantizar el éxito de todos los alumnos utilizando recursos como:

  • Moderación de normas objetivas como cronómetro o metas.

  • Variedad de tareas potenciando diferentes capacidades, no sólo motrices.

  • Tareas con opción de elegir nivel.

  • Elaborar progresiones de enseñanza sencillas.

  • Presentar formas de competición pedagógicas evitando la eliminación o preguntando “¿quién es capaz?” en lugar de “¿quién llega antes”.

    d) Aprendizajes motrices

    La asimilación de hábitos motrices y el desarrollo de las cualidades físicas del individuo son objetivos básicos de las sesiones de trabajo (Alvarez del Villar, 1987). La aparición de contenidos nuevos, que pueden ser de gran interés, no deben llevar a un segundo plano estos objetivos. Pieron (1988) expone la importancia que tiene garantizar un mínimo de esfuerzo fisiológico en cada sesión de Educación Física.

    Por tanto, el desarrollo de las capacidades cognoscitivas y afectivas se realizarán a través del movimiento, ya que éste es el medio a través del cual vamos a educar a los alumnos en nuestra asignatura. Por esta razón, numerosos autores cuestionamos la aparición de clases teóricas o de exámenes, ya que los hábitos o capacidades que se desarrollan, ya se realizan suficientemente en otras asignaturas.


Gráfico 1. Principios metodológicos de la Educación Física


3.3. Otros criterios a tener en cuenta

    El análisis de las tareas motrices nos debe servir para seleccionar o variar actividades que sean lo más educativas posible. Hemos razonado que en Primaria fomentaremos los mecanismos de percepción y de decisión. Por otra parte, el conocimiento y cumplimiento de los Principios Metodológicos que acabamos de exponer supone otro criterio para seleccionar actividades adecuadas para la Educación Física.

    La tarea representa lo que el individuo es capaz de realizar, la organización de una actividad hacia la consecución de un objetivo determinado. Para ello, debe tener una serie de características: un objetivo que defina lo que se pretende alcanzar con la puesta en marcha de la actividad, determinadas condiciones que acompañan a la realización del objetivo, instrucciones que precisen un tipo particular de comportamiento motor o de proceso que hay que llevar a cabo (Famose, 1992).

    Con relación al juego, Seybold (1976) cita una serie de características que se deben cumplir al aplicarlos en nuestras sesiones:

  • Que permitan libertad de decisión.

  • No permitir peleas, trampas o envidias.

  • Buscar equilibrio de fuerzas entre grupos.

  • Desarrollo del sentido de las reglas.

  • Fomentar la sociabilidad, manteniendo los grupos un tiempo.

  • Posibilitar la elección de los juegos.

    Otro autor como Raths (1971), citado por Fernández y otros (1993), expone unos criterios de selección y diseño de actividades para la Educación Física:

  • Deben permitir al alumno tomar decisiones y apreciar consecuencias de las mismas, para fomentar la inteligencia motriz por encima de la simple ejecución de rutinas motrices.

  • Deben permitirle alcanzar un cierto grado de éxito en la tarea para asegurar una buena motivación.

  • Deben dejar un cierto margen para la asimilación personal del mismo, expresando con libertad su personalidad a través del movimiento.

  • Debe acercarle a situaciones reales de su vida.

  • Debe perseguir la mejora de su funcionalidad motriz.

  • Debe ayudarle a resolver sus problemas motrices.

  • Debe buscar que aprenda autónomamente.

  • Debe permitir distintos niveles cualitativos y cuantitativos de ejecución.

  • No sólo deben diseñarse en función de las estructuras biológicas del alumnado, sino también de las cognitivas y afectivas.

    Resumiendo las principales normas que debemos tener en cuenta para elegir unas actividades u otras, Pieron (1988) enumera las siguientes:

  • Adaptación de las actividades al alumno.

  • Proponer tareas significativas.

  • Elegir tareas específicas.

  • Asegurar la participación del mayor número posible de alumnos, de forma simultánea.

  • Asegurar un efecto fisiológico.

  • Ofrecer variedad de actividades.

    Famose (1992) añade un elemento importante en el aprendizaje de las tareas motrices: la dificultad de la tarea. La utilización de la dificultad que presentan las diferentes tareas o actividades motrices es una de las condiciones más importantes que utilizamos en la enseñanza de las habilidades motrices. Desde el punto de vista del aprendizaje motor, hay que adaptar el nivel de dificultad al nivel de aptitud de los sujetos con el objetivo de que la progresión en el aprendizaje sea correcta.

    Para poder progresar en la dificultad de las tareas motrices es necesario por un lado: saber exactamente lo que significa la noción de dificultad, identificar el nivel de dificultad, conocer los factores responsables y que se podrían eventualmente manipular, y saber cómo manipularlos para dosificarla. Por otro lado también es necesario: tener claro el concepto de habilidad motora y nivel de habilidad, y saber evaluar el nivel de habilidad de los alumnos. De este modo, tareas muy difíciles o, por el contrario, muy fáciles de ejecutar no ayudan a motivar a los alumnos hacia la práctica de actividad física. En cambio, las tareas con dificultad óptima ayudan a la progresión en el aprendizaje y motivan al alumnado.

    Este mismo autor define las principales dimensiones que componen el concepto de dificultad: incertidumbre espacial, incertidumbre temporal, incertidumbre del acontecimiento, la discriminación, duración de presentación del estímulo, dimensión transporte y no transporte del cuerpo, dimensión amplitud de error permitida, la compatibilidad, claridad del objetivo, número de sub-objetivos, dimensión movimiento balístico y movimiento controlado, dimensión feed-back exteroceptivos e interoceptivos.

    Para Delgado Noguera (1993) las principales características de las tareas motrices son: variedad, significación, participación, actividad, indagación, progresión, globalidad, apertura, motivadoras, adaptadas, progresivas, lúdicas, organizaciones no complejas.

    Trigo (1994, p.297) establece los siguientes criterios pedagógicos para la elección de actividades:

  • Que sean significativas.

  • Que individualicen (diferenciar distintos niveles para que todos los alumnos tengan cabida y obtengan éxito).

  • Que desarrollen los diferentes ámbitos o estructuras (biológicas, afectivas y cognoscitivas).

  • Que no sean más complejas de lo que los alumnos puedan asimilar a nivel mental.

  • Que permitan la toma de decisiones razonable y que puedan equivocarse.

    Siedentop (1998, p.254) describe algunas estrategias que se pueden utilizar en la enseñanza de la E.F. y que tienen mucho que ver con las tareas motrices que son, como hemos comentado, el contenido principal de enseñanza: distribución de las tareas, garantizar condiciones de aprendizaje seguros, proponer condiciones de aprendizaje estimulantes en el plano intelectual, presentar las tareas eficazmente, utilizar el contexto para comunicar la información pertinente sobre las tareas, prácticas guiadas, prácticas independientes, enseñar durante las tareas de aplicación, etc. Para este autor es necesario planificar el tipo de tareas que vamos a plantear y cómo las vamos a presentar. Para ello, describe algunos elementos que debemos tener en cuenta: Planificar cuidadosamente, hacer una descripción completa de la tarea, utilizar un lenguaje que los alumnos puedan comprender, hablar con entusiasmo pero lentamente, demostrar las habilidades, hacer ver a los alumnos los puntos de vista más apropiados, dejar claros los posibles peligros si los hubiese, promover la participación activa de los alumnos, verificar la comprensión de los alumnos.

    En función de estos autores hemos querido sintetizar, igual que hicimos con los principios metodológicos, los criterios que consideramos de mayor interés a la hora de diseñar o seleccionar las tareas de enseñanza:

  1. Libertad de acción. Que la organización permita a los alumnos que se muevan con libertad y puedan tomar decisiones durante el desarrollo de la actividad. Cuando sea posible es muy educativo dejar a los niños elegir los juegos o las tareas.

  2. Mejora motriz. Asegurar un efecto fisiológico mínimo, desarrollando contenidos relacionados con la E.F.

  3. Resolver problemas motrices. Fomentar el desarrollo de la inteligencia motriz con tareas en las que el niño desarrolle su capacidad cognoscitiva a través del movimiento.

  4. Integrar los ámbitos de la conducta. Además de la capacidad física y cognitiva la tarea debe implicar elementos afectivos, sociales y valores en forma de temas transversales.

  5. Duración y participación. La tarea debe durar lo suficiente para que el alumno tenga un margen de asimilación personal, es decir que los aprendizajes que conlleva, se produzcan. A su vez, la organización debe permitir que la mayoría de los niños están participando en la actividad.

  6. Situaciones reales. Las tareas contendrán elementos significativos para el alumnado con el fin de que se impliquen en la actividad con más motivación.

  7. Adaptación a las capacidades del alumnado. Para individualizar la tarea ha de permitir distintos niveles de actuación.

  8. Exito. El diseño y los objetivos planteados buscarán que el joven alumno experimente la sensación de éxito de una u otra forma.

  9. Respetar reglas. Desarrollar el respeto a las reglas, permitiéndoles participar en su elaboración, pero actuando con firmeza si se producen trampas o peleas.

  10. Sociabilidad. La tarea fomentará lo que Parlebas (1989) denomina sociomotricidad porque existe cooperación y/u oposición. Asimismo en caso de competiciones se diseñarán grupos igualados.

CRITERIOS PARA DISEÑAR TAREAS MOTRICES

LIBERTAD DE ACCION

MEJORA MOTRIZ

RESOLVER PROBLEMAS

AMBITOS CONDUCTA

PARTICIPACIÓN

SITUACIONES REALES

ADAPTARLAS

EXITO

REGLAS

SOCIOMOTRICIDAD

Gráfico 2. Criterios para seleccionar y diseñar tareas en Educación Física


4. Propuesta de valoración de las tareas

4.1. Justificación

    Después de analizar la importancia y la metodología del diseño de las tareas motrices nos queda plantearnos cómo evaluar la riqueza educativa de cada propuesta que planteemos en clase y del global de una sesión.

    La experiencia y la capacidad de observación nos ofrecerán datos para comprobar si la tarea que presentamos tiene los suficientes contenidos educativos. No obstante, creemos que algunos instrumentos como la hoja de registro o la observación sistemática que nos pueden ayudar a apreciar con más objetividad los aspectos que hemos estado analizando y que debería contener cada tarea y cada sesión.


4.2. Propuesta de instrumentos de evaluación de las tareas

    El instrumento que hemos diseñado para valorar las tareas son hojas de observación que se pueden completar antes o durante la realización de la misma. Como es muy complejo unificar todos los aspectos que hemos desarrollado, proponemos cuatro listas de evaluación. En la primera introducimos algunas clasificaciones de tareas motrices para aprender a ubicarlas y hacernos una idea del tipo de tarea que presentamos. En la segunda, analizamos si la tarea cumple los principios metodológicos que hemos expuesto. En la tercera, desglosamos los criterios que hemos sintetizado con el fin de saber cómo los hemos tenido en cuenta en el diseño de la tarea. Por último, valoramos la globalidad comprobando el número de capacidades y contenidos que desarrolla.


A. CLASIFICACION DE LA TAREA

Tarea motriz

Participación corporal

Control ambiental

Participación cognitiva

Control sobre la acción

Mecanismo

Fina

Global

Cerrada

Abierta

Habitual

Perceptiva

Interna

Externa

Mixta

Percepción

Decisión

Ejecución

                         
                         
                         

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