LOS NOMBRES DE LOS CLUBES DE FUTBOL. BUENOS AIRES 1880-1930.
Julio David Frydenberg (Arg.)

"En contestación a lo publicado en su periódico por nuestro homónimo sobre el asunto del nombre, el Independiente F.C. fundado en 1903, ha resuelto la Comisión Directiva de este club no cambiar por concepto alguno la denominación adoptada; pero acepta jugar un partido por el nombre, en nuestro field."
(Carta publicada en la sección deportes del diario "La Argentina" el 8 de junio de 1905)

1. INTRODUCCION
El fútbol llegó a Buenos Aires hacia fines de la década del `60 del siglo XIX mientras se asistía a la constitución del Estado y de la Nación Argentina. Desde esa fecha hasta fines de ese siglo, su práctica fue ejercida dentro de la colonia inglesa, sus escuelas, sus empresas y en algunos pocos clubes junto con grupos de la élite criolla local. La llegada del deporte a los sectores populares coincidió también con un tiempo inaugural: la popularización de la práctica del fútbol fue simultánea con la formación misma de los sectores populares modernos en la ciudad.

Los actores y los discursos que competían en los momentos de máximo apogeo de la oleada fundacional de clubes de fútbol eran desde grupos anarquistas, sindicalistas revolucionarios y socialistas hasta la nueva tradición patriótica, elaborada desde el aparato estatal para homogeneizar una sociedad formada en buena proporción por inmigrantes recién llegados hasta los grupos nacionalistas y la iglesia.

El fútbol -como práctica convocante de buena parte de los sectores sociales- fue escenario de la configuración de una amplia gama de fenómenos y muy especialmente de los que integran el mundo simbólico. El análisis del perfil con el que se adoptó el fútbol puede ser una vía para introducirnos en la percepción de los climas vividos en distintos momentos. A la vez, el mismo fútbol fue generador de hábitos, sentimientos y valores que conformaron a la propia cultura.

Si observamos el lugar que ocupó (y que ocupa) en la sociedad argentina a partir de los últimos años del siglo XIX, puede advertirse la pertinencia del acercamiento al fenómeno del fútbol. En este sentido vale recalcar el papel cumplido por este deporte en la creación de lazos identitarios.

La popularización de la práctica futbolística se produjo durante la primera década del siglo XX, a partir de la fundación de una gran cantidad de equipos-clubes. El acto original creador de estas protoinstituciones tensó los espíritus de sus jóvenes fundadores, y en esa acción nucleante se expresó, en buena proporción, la carga de sentimientos y valores amasados en la corta experiencia de vida de esos noveles "footbollers". Esta afirmación se funda en la base empírica acumulada tanto en esta investigación como en otras y, consecuentemente, permite sostener que el rastreo de los nombres elegidos en la escena inaugural puede ser de gran valor heurístico.

Los nombres elegidos al fundar los clubes de fútbol pueden ayudar a formar una idea más clara de las ideas y sentimientos que movilizaban a esos jóvenes. Es decir, podría ser una vía de entrada para testear un universo difícil de asir cuando miramos el pasado. Su análisis podría brindar algunas pistas acerca de los distintos recortes identitarios nucleantes, el horizonte mental y emocional de la juventud porteña a lo largo del tiempo.

Este recorte del objeto de estudio debe entenderse como un aporte, como un intento de acercamiento a la comprensión de un clima, del ambiente cercano al de la juventud masculina porteña, que a medida que entramos en el siglo XX fue abrazando la práctica del fútbol. Ello presenta un elemento atractivo que vale la pena investigar ya que permite un acercamiento al fenómeno de la recepción, reelaboración y producción cultural. En todo caso, su valor reside en que al evaluar los nombres elegidos al fundar los clubes estamos escuchando la voz diáfana de los jóvenes. 1

En otro trabajo intentamos acercarnos al carácter que tuvo la competencia dentro del espacio del fútbol aficionado. Este fue en gran medida gobernando una rivalidad-enemistad asociada a la defensa de lo propio. Los jóvenes decían ser representantes y defensores de ciertos elementos nucleantes como por ejemplo la cuadra, la esquina o el vecindario. La presencia de estos valores en el ambiente de la práctica del fútbol de los sectores populares incidió a la hora de evaluar el peso relativo que para estos jóvenes tenía la elección del nombre del club.

Este estudio se ha edificado con la información aportada por dos series de datos:

En su mayoría fueron clubes-equipos de vida efímera, no dejaron historia a la cual recurrir para poder tipificar su posible origen social. Ninguno es de la colonia inglesa ni de la élite criolla. Pero no surgen datos para avanzar mucho más. Aproximadamente el 95% de todos los equipos son de la Capital Federal. Hacia 1907 no había un corte absoluto que diferenciara a los clubes incluidos en estos avisos y los del listado de la primera parte de origen popular. Para pertenecer a la liga había que tener cancha propia con instalaciones mínimas -que eran inspeccionadas- sello y libro de actas. Para publicar un aviso en "La Argentina" o participar en las ligas independientes solo exigían el pago del espacio y/o de la cuota de ingreso a la liga, escribir la nota de un sólo lado de la hoja, tener sello y una dirección para poder enviar correspondencia. Si bien existía cierto grado de diferenciación -más que nada con los clubes de empresas (como F.C. Oeste) o de empleados medios (como Racing Club)- hacia esta fecha muy pocos de los que más tarde serían populares habían logrado la afiliación, sólo River, Argentinos Juniors, Independiente y Boca Juniors.

Como puede verse, una serie permite una visión diacrónica, incluyendo al fútbol practicado por distintos sectores sociales, mientras que la segunda se acerca a una fotografía, situada en 1907, del mundo de los jóvenes de los sectores ajenos a la colonia inglesa y a la élite criolla. Si bien son dos muestras cuyos datos no pueden cruzarse dado que se refieren a objetos distintos, la idea es saber cuán lejanas están entre sí, especialmente si la segunda se ajusta o no a la primera. El procedimiento intentará tomar las dos series de datos para tentar posibles relaciones. En este análisis del material empírico no realizaremos conclusiones apresuradas. En muchos casos sólo se expondrán los datos hallados, dejando abiertas las posibles relaciones e interpretaciones, ya que no se intenta aquí llegar a conclusiones definitivas. El objetivo es dar a conocer los resultados cuantitativos de la investigación y extraer algunas ideas provisorias.

El trabajo seguirá el siguiente camino: en primer lugar el paneo de los nombres elegidos al fundar los clubes, luego nos detendremos en la "razón social" adosada (por ejemplo: "Football Club" o "Club Atlético"), finalmente -y más cercano al análisis cualitativo- mostraremos la insistencia en la elección de alguna fecha especial a la hora de fundar un club, así como los nombres alternativos propuestos en el momento de la decisión.

2. LOS NOMBRES ELEGIDOS AL FUNDAR EL CLUB
Veremos los cambios que se produjeron a través del tiempo en la elección de los nombres, así como algunos de los elementos más genuinos que permiten observar el ambiente de los sectores populares en el que se desarrolló la ola fundacional de principios de siglo XX. De esta manera surge cómo a lo largo del tiempo aparecen algunas líneas que denotan continuidades junto con posibles rupturas.

2.1. ARGENTINO/S: Este nombre fue usado entre 1900 y 1910. Apareció por primera vez hacia fines de siglo XIX con la intención de diferenciarse de los clubes ingleses, aunque no tuvieron un origen popular. Es el caso de Argentinos de Quilmes 5. Otra situación fue la de Argentinos Juniors, así como la de Argentinos de Vélez Sarsfield. En el primer caso -Argentinos de Quilmes- aparece claro el intento de distanciarse de los ingleses. En el segundo caso ¨de quiénes querían diferenciarse los jóvenes fundadores al llamarse "Argentinos"? Tal vez, sus intenciones fuesen las de despegarse de las organizaciones creadas en torno de los intereses étnicos emergentes de la inmigración masiva. A esta conclusión hay que sumar la ascendencia de los mismos fundadores: buena parte de ellos eran hijos de inmigrantes. Es decir, llamarse "Argentinos" en ese momento ya no remite a la diferenciación con el juego y con los jugadores ingleses sino más bien a la segregación de un universo simbólico no argentino, que podemos relacionarlo con el de los inmigrantes. Si hubo un uso para diferenciarse de los ingleses, en ese caso no es posible distinguir claramente el origen social de esos clubes. Sin embargo, fueron los jóvenes nacidos de los nuevos sectores populares porteños quienes sí parecen haberlo elegido como opción diferenciadora de las aglutinaciones grupales de inmigrantes. 6

También en la primera década del siglo XX apareció el calificativo, argentinizando algo que en su origen no lo era, por ejemplo Peñarol Argentino, Albion Argentino; o que necesitaba de la especificación: por ejemplo, Sport Argentino, Sol Argentino, Porvenir Argentino, Juventud Argentina. También desde la argentinidad se reafirmaba la pertenencia, como Argentinos del Norte, Argentinos Unidos de Barracas.

Otro de los temas que surgen es el uso del singular o del plural. Así, con el club Argentino de Quilmes aparecía el uso en singular de "Argentino", mientras que el plural puede verse en Argentinos Juniors o Argentinos Unidos de Vélez Sarsfield. Podemos pensar que el plural indica un compromiso de cada uno de los participantes, denotando acción y participación.

Es interesante lo que ocurrió hacia 1910 cuando se fundaron los clubes Argentinos de Temperley y Argentinos de Bandfield, dos localidades cercanas entre sí, ubicadas hacia el Sur a pocos kilómetros de la Capital Federal. En 1933 el Club Temperley nació como fusión de ambos, pero el nombre que le pusieron no comenzaba con un "Argentinos de...", sino sólo se llamó "Temperley". Habían transcurrido veinte años. Si en 1910 parecía necesario llamarse "argentinos", en 1933 esto no se encontraba dentro del horizonte de posibles nombres a elegir, era redundante.

2.2. UNIDOS, UNION, DEFENSORES
"Unidos de" o "... Unidos" y "Unión". Al igual que en el caso anterior, aquí también fueron elegidos así en la primera década del siglo XX, y buena parte de sus orígenes pueden vincularse a los sectores populares 7. Es curioso observar cómo "Unidos" apareció hacia principios de siglo, mientras que "Unión" fue elegido luego de 1915. "Defensores" fue una constante a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XX. 8

Autodenominarse Unidos remitía a una referencia al mismo agrupamiento, al propio hecho asociativo. Sin embargo quien se definía "Defensor de" aludía, en principio, a dos significados claros: indicaba posicionamiento en la intención de representar al espacio nucleante (en general vinculado a un territorio) frente a otros posibles competidores en la representación; por otro lado denotaba la actitud de quien se está aprestando a competir, a rivalizar con otro que defiende otra entidad. O sea, desde la misma creación del equipo-club se está pensando en enfrentar a otros. Casi podría decirse que es su razón de ser. Estos dos significados tienen una ubicación temporal diferente. Hacia principios de siglo, se llamaron "Defensores" quienes deseaban diferenciarse de sus pares del mismo vecindario, con los que competían en la posibilidad de ser representantes del lugar. Más tarde, en la década del `20, sólo se llamarán "Defensores" los que -junto con los que también eligieron "Unión"- se posicionaban frente al conjunto de localidades y barrios.

Si agrupamos "Argentinos", "Defensores", "Unión" y "Unidos" vemos claramente la intención de identificarse alrededor de un territorio vecinal. Siempre aparecen vinculados al nombre de un vecindario hacia principios de siglo o de una localidad suburbana hacia los años `20. Vale pensar que si los Argentinos intentaban diferenciarse de los no Argentinos, los Defensores y los Unidos deseaban distanciarse de rivales y vecinos.
[sigue]


Lecturas: Educación Física y Deportes, Año 1, Nº 2. Buenos Aires. Setiembre 1996