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El rol del entrenador en la preparación 

psicológica, una función psicopedagógica

 

Universidad de las Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte Facultad de Camagüey

(Cuba)

MSc. Rafaela Matos Matos

rafaelamm@uccfd.grm.cu

Dr C. Hirbins Manuel Dopico Pérez

hirbins.dopico@reduc.edu.cu

 

 

 

 

Resumen

          Diferentes estudios en proyectos de investigación que han devenido en Trabajos de Diploma, tesis de Maestría y Doctorado, con estudio serios sobre la importancia y aplicación de los conocimientos de los entrenadores para dirigir el componente psicológico, han demostrado la necesidad e importancia que tiene la labor del entrenador como máximo responsable de todo el sistema de preparación, en el cual debe integrase todo el sistema que lo componen las diferentes preparaciones del deportista, con relaciones de interdependencias que posibiliten mejores resultados, sin olvidar la necesidad del psicólogo, pero sin dividir el trabajo de la preparación psicológica, aspecto que se trata de manera explícita en el material, apoyándose en varios autores cubanos y de otro países, con argumentos expuestos en la bibliografía utilizada. De esta manera se esboza de manera general como debe accionar el entrenador con relación a la preparación psicológica.

          Palabras clave: Preparación psicológica. Psicología del Deporte. Psicopedagogía del deporte. Rol del entrenador.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 193 - Junio de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Las ciencias aplicadas necesitan renovarse constantemente y los entrenadores deben actualizarse según las aspiraciones sociales, profesionales y las exigencias contemporáneas. Todo entrenador deportivo o director técnico necesita conocer sobre Psicología y aplicar esos conocimientos con maestría pedagógica en su labor diaria con los atletas, dentro y fuera del terreno o cancha.

    El entrenamiento deportivo no se aparta en ningún momento de la influencia del entrenador sobre la psiquis del atleta, ya que él se debe apoyar en las leyes del desarrollo psíquico del hombre para materializar su actividad. (Dopico, 2011)

    La Psicología no sólo brinda al entrenador los elementos teóricos para que logre ejercer con efectividad su trabajo; ella es, además, una herramienta de trabajo en sus manos en la medida que le proporciona los elementos metodológicos y pedagógicos necesarios para abordar acertadamente la solución de los problemas que se presentan. La utilidad indudable de la Psicología incrementará su importancia, cuando ella ayude al entrenador a ejercer influencias positivas. Precisamente, la actividad deportiva es práctica y compleja y necesita de la Psicología como ciencia.

    Pero se debe partir del objeto de estudio de la Psicología del Deporte para el análisis que se pretende abordar en este articulo Rudik (1989) abunda: “… el objeto de estudio de la Psicología del Deporte son las particularidades específicas de la actividad deportiva en sus diversas disciplinas y las particularidades psicopedagógicas de la personalidad del deportista…”.

    Por su parte, Sánchez Acosta (2005) es más amplia en su definición cuando se refiere a que la Psicología del Deporte: “…estudia la manifestación, el desarrollo y la transformación de los aspectos psicopedagógicos que en respuestas a las exigencias de los deportes en cuestión, se materializan en las condiciones del proceso de entrenamiento y competencia de los deportistas. Por tanto, estudia el comportamiento de los atletas, sin olvidar que al mismo tiempo hay que tomar en consideración el de los árbitros, jueces, directivos y padres, pues estos forman parte de múltiples factores influyentes en los pensamientos, las vivencias y la conducta de los deportistas.”

    En las dos citas acotadas se infiere que el entrenador necesita de la utilización de la psicología como ciencia, para dirigir el proceso del entrenamiento y la dirección competitiva. Por lo que él, además de contar con un asesor para la preparación psicológica (psicólogo deportivo), necesita del dominio sobre aspectos psicopedagógicos de sus atletas como son la personalidad, el nivel de desarrollo de los procesos psíquicos y cómo incidir positivamente en ellos dentro y fuera del entrenamiento así como en las competencias.

    Por otra parte, la investigadora Sánchez Acosta (2005), define la preparación psicológica como un “Proceso dirigido al desarrollo de un conjunto de cualidades y habilidades psíquicas del deportista que garantizan la actuación acertada y confiable en las condiciones extremas del entrenamiento y la competencia a fin de crear un estado de disposición óptimo…”.

    También Rudik (1989) la observa como: “El nivel de desarrollo del conjunto de cualidades y propiedades psíquicas del deportista de las que depende la realización perfecta y confiable de la actividad deportiva en las condiciones extremas de los entrenamientos y las competencias…”.

    Ambos autores hacen referencia a cualidades, habilidades y propiedades que se deben desarrollar en el proceso de entrenamiento y la competencia, bajo condiciones extremas. ¿Qué sucederá si el entrenador no influyera o interviniera en la formación de dichas cualidades, habilidades, etc.? ¿Quién planifica, controla y dirige el entrenamiento? ¿Cuál es el máximo responsable de los fines y tareas a alcanzar en las competencias, sean preparatorias o principales?

    Gorbunov desde 1988 ya expresaba que: “El entrenador que vela por entrenar los órganos que ejercen el movimiento y por los sistemas de su aseguramiento energético, pero no observa el desarrollo de los mecanismos de la regulación nervioso-psíquica, es poco probable que alcance alturas en el trabajo con sus deportistas.”

    Todas estas ideas refuerzan la necesidad que tiene el entrenador de conocer y superarse cada vez más en temas de psicología para poder enfrentar los retos del deporte contemporáneo que es cada vez más exigente en la obtención de resultados.

    En estrecha relación con lo anterior, la especialista Sánchez (2005) hace énfasis en la necesidad de la integración del componente psicológico y argumenta: “Resulta oportuno reconocer cómo el deporte contemporáneo se orienta hacia los aspectos psicológicos de carácter cognitivo, afectivo y social que condicionan el resultado deportivo, reconociendo a los correspondientes procesos en su integridad con el componente físico-motor, el cual funciona en su rol causal y expresivo del componente psicológico interno de la conducta.”

    Hoy día la Psicología del Deporte es una ciencia que posee ante sí un gran reto y es el de seguir contribuyendo a la elevación de los resultados en las competencias que se lleven a cabo en cualquiera de las categorías establecidas para las diferentes disciplinas deportivas. Las investigaciones sobre la conducta de los atletas antes, durante, y después de los eventos han arrojado resultados interesantes y provechosos para enfrentar obstáculos en el camino de la victoria. Todo ello ha sido reflejado por Salmela (1984) en sus estudios realizados en EE.UU. donde señala que a partir de los ‘80 la Psicología del Deporte mostró un mayor interés por las representaciones mentales de imágenes y por atención a los pensamientos.

    Los estudios realizados por diferentes autores cubanos y de otros países ya citados, muestran los avances de la psicología deportiva en las últimas décadas, avalado por un grupo de aportes científicos (utilización de técnicas psico-reguladoras, entrenamientos autógenos, técnicas de autorregulación y autocontrol, estados de tensión precompetitivos, representaciones mentales para el aprendizaje, hipnosis, etc.) en los que sobre salen rusos y norteamericanos, lo que hace que se destaque ante las demás ciencias aplicadas a la actividad física, perfilando su objeto de estudio, tareas y modos de actuación, cuestión que ha posibilitado crear una cultura psicológica por parte de atletas y entrenadores olímpicos, tal como señala Sánchez Acosta (2005).

    Todo el avance en este campo conllevó a la necesidad de que cada equipo o atleta de alto rendimiento tuviera un psicólogo del deporte entre un grupo de especialistas para trabajar junto con el entrenador, aspecto presente en muchos países que poseen resultados relevantes; pero ello no es suficiente si el entrenador no concentra esos saberes.

Desarrollo

    Sobre el papel del entrenador deportivo en la preparación psicológica Puni señala: debe ser un especialista psicológicamente formado para estructurar el proceso de la enseñanza y de la educación sobre bases psicológicas.” Puni (1975) Sobre esta cuestión expresa su posición al señalar: “El entrenador tiene un círculo determinado de cuestiones pedagógicas que se relacionan con la preparación psicológica con vistas a las competencias y entran en la esfera de su competencia. Entre otras están las tareas, los medios, los elementos metodológicos, la organización y la planificación de la preparación psicológica con vistas a las competencias. Estas cuestiones se solucionan sobre la base de un fondo de conocimientos psicológicos, en particular de los conocimientos sobre los estados psicológicos, el estado de la disposición psicológica con vistas a las competencias, aspectos estos que deben ser dominados por el entrenador y el deportista”.

    En este sentido coincide con Gorbunov (1988) cuando expresa: “todo proceso de educación en el deporte se realiza no sólo por el entrenador sino más a menudo bajo su dirección, cuando él atrae a los especialistas para cumplir con este objetivo. Más adelante apunta: (...) la buena preparación psicológica del entrenador, la acumulación y el perfeccionamiento de sus conocimientos psicológico-pedagógicos es una de las vías principales para cumplir las tareas específicas del entrenamiento” (...) “Para que esa dirección sea correcta e inteligente, el propio entrenador debe estar psicológicamente preparado y educado. La importancia de este problema no provoca duda a nadie. Pero, hasta ahora, no está claro todavía cómo resolverlo en el sentido organizativo y metodológico”.

    Quedan pues, a juicio de los investigadores, expuestas razones de vital importancia para este trabajo por los mencionados autores, dadas por el reconocimiento del papel del entrenador en la preparación psicológica, algo que no es privativo del especialista en Psicología.

    Por su parte Dzhamgarov (1990), en consonancia con lo anterior, expresa: “…en el transcurso del proceso de entrenamiento, al resolver tareas educativas y de enseñanza, el entrenador realiza la preparación general, física, técnica, táctica y psicológica”.

    En esta misma línea de análisis se ubica Valdés (1996) cuando expresa: “El entrenador es el árbitro fundamental de cualquier relación multidisciplinaria en el entrenamiento deportivo dado que es el garante de la dirección pedagógica del proceso. Pero, para poder cumplir su función necesita conocer cuáles son estos problemas y qué aporte puede brindar cada ciencia a su solución”.

    Como puede observarse en los planteamientos anteriores se reconoce la importancia de la función del entrenador en la preparación psicológica, es decir, los autores antes citados, entre otros muchos, han considerado que a pesar de las especificidades de este componente de la preparación del deportista que requiere de la intervención de un psicólogo, no quiere decir ni mucho menos que los entrenadores no deban asumir una serie de tareas en este sentido. Pero también es cierto que es un problema aún no resuelto.

    También Sainz de la Torre (2003) señala: “hasta que no se comprenda bien que la preparación psicológica no es más que llevar a cabo el trabajo del entrenamiento desde el punto de vista multifacético (metodológico, morfo-funcional, bioquímico, biomédico,…) teniendo en cuenta los componentes psicológicos que se encuentran en la base de la regulación exitosa de las acciones del deportista, siempre se verá como una tarea “extra” y así no rendirá los frutos para lo cual fue creada”.

    En la sistematización teórica realizada por Russell (2005), se expresa en lo relacionado con la preparación psicológica, que ésta representa un subsistema del sistema de preparación del deportista, diseñado para contribuir al perfeccionamiento de las particularidades psicológicas que resultan un factor importante en la realización eficiente del entrenamiento deportivo y la obtención de buenos resultados competitivos.

    En este posicionamiento al cual se adscriben los autores, coincidiendo con los ya expresados por Valdés (1996), Riera (2002) y Sainz de la Torre (2003). Quienes ponen de manifiesto la subordinación de lo psicológico a lo pedagógico en el proceso de entrenamiento, y, plantean, que el entrenador tiene responsabilidades en relación con la preparación psicológica. También estos autores junto a otros como Puni (1969), Gorbunov (1988), Rudik (1990), Rodionov (1990) y Buceta (1998), han planteado diversas formas de concebir la preparación psicológica desde esta perspectiva.

    Las variadas vías de enfrentar esta problemática han conducido a la diversidad de posiciones con orientaciones teóricas, metodológicas y didácticas en la elaboración de planes, esquemas y modelos, para tratar la preparación psicológica. Sobre esta cuestión afirma Russell (2005) que uno de los problemas de mayor trascendencia es el relacionado con el tratamiento de los contenidos psicológicos implicados en la planificación, debido a lo difícil que resulta su concreción en el orden operacional a diferencia de los restantes componentes de la preparación del deportista.

    Derivado del análisis anterior, es necesario precisar que el entrenador deportivo, aún cuando cuente con el apoyo de un psicólogo, tiene una alta responsabilidad en la preparación psicológica al igual que con el resto de los componentes, a pesar de que en ocasiones le resulte difícil determinar con claridad cómo realizarla.

    Se corrobora la necesidad de tener en cuenta, tanto desde el punto de vista teórico como práctico, lo relacionado con la preparación psicológica desde el accionar del entrenador deportivo y, por tanto, considerar la función orientadora que emana del papel profesional, del entrenador como pedagogo.

    La preparación psicológica asumida desde esta concepción exige para su materialización de procedimientos metodológicos adecuados por parte del entrenador deportivo en el proceso de enseñanza de los ejercicios que forman parte de la preparación física, técnica y táctica del deporte, así como la realización de todas las tareas que en su interacción se dirigen a la creación, el mantenimiento y la recuperación del estado de disposición psíquica del deportista para participar en la competencia y luchar por alcanzar el mejor resultado.

    Por tanto, la preparación psicológica que se realiza en el proceso de entrenamiento, depende en gran medida de los medios empleados en su desarrollo y del nivel de preparación que posea el entrenador.

    Lo anterior se fundamenta a partir de lo expresado por Valdés (1996): “la influencia de la Psicología se logra tanto por la estructura y medios del entrenamiento –los cuales utiliza el entrenador– como por las técnicas psicológicas que trascienden a estos y que sí requieren de la intervención del psicólogo”.

    Por otra parte Russell (2005) considera que “los medios y procedimientos comprenden diferentes sistemas de ejercicios y sus combinaciones correspondientes, que son esencialmente utilizados en las sesiones y clases de entrenamiento con vistas al desarrollo multifacético del deportista”.

    Al reconocer la importancia de los medios del entrenamiento para la preparación psicológica, Valdés (1996) apunta que eso significa reconocer la importancia que tienen los métodos y medios pedagógicos, dada su influencia en la personalidad del deportista, por lo que el entrenamiento puede y debe disponerse buscando obtener objetivos psicológicos además de los propiamente pedagógicos, lo que subraya el papel del entrenador como responsable de la preparación psicológica del deportista y también de los factores objetivos que inciden en el deportista como los métodos y medios, entre los cuales se encuentra también el fogueo competitivo que sitúa al deportista en condiciones estresantes.

    Respecto a lo anterior, también se pronuncian en este sentido Riera (1985), Buceta (1998), Garcés de los Fayos (2002) y Sainz de la Torre (2003), autores que reconocen la importancia de la interacción entre los componentes de la preparación del deportista y el psicológico, lo que sin dudas deja una importante brecha a los entrenadores en relación con su accionar sobre este componente.

    Por tanto, para nosotros constituyen recursos propios del entrenamiento deportivo, los ejercicios que permiten llevar a cabo la preparación física, técnica, táctica además de acciones necesarias que parten principalmente de la labor del entrenador deportivo como la adecuada integración de los todos los componentes de la preparación.

    En síntesis, son todas aquellas acciones que desarrolla el entrenador para realizar la preparación deportiva y que tienen una repercusión en el desarrollo psicológico del deportista.

Conclusiones

Bibliografía

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