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Influencia sociocultural en la mujer futbolista de Medellín

Sociocultural influences on women’s soccer players in Medellin

 

*Magíster en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

**Md. Mg. en Ciencias de la Actividad Física

***Md. Especialista en Medicina Deportiva

Facultad de Educación Física, Recreación y Deporte

Institución Universitaria Politécnico Colombiano

Jaime Isaza Cadavid, Medellín

(Colombia)

Lina María Cardona Álvarez*

linacardona@elpoli.edu.co

Juan Cancio Arcila Arango**

jotace60@une.net.co

Juan Carlos Giraldo García***

jcgiraldo@elpoli.edu.co

 

 

 

 

Resumen

          Este trabajo aborda las categorías de imaginario, género, feminidad y fútbol femenino en la ciudad de Medellín, como una forma de acercarse a la comprensión de cómo la cultura patriarcal, que ha caracterizado a esta ciudad, donde la función del hombre en el ámbito social, económico, político, religioso y deportivo, ha sido preferencial y discriminatoria con respecto a la participación que ha tenido la mujer. Se aborda el imaginario sociocultural de la población medellinense y su interferencia en la promoción, difusión y patrocinio del fútbol femenino. Finalmente, se muestra cómo ha sido la trayectoria del fútbol femenino en Antioquia y los grandes logros que ha obtenido a lo largo de la historia. Se destaca la necesidad de un mayor compromiso por parte de la Liga Antioqueña de Fútbol y los diferentes clubes existentes en la ciudad de Medellín, para que haya una mayor promoción, difusión y patrocinio del fútbol femenino, pues hasta el momento no existe el suficiente apoyo que logre incentivar el auge de este deporte en la ciudad.

          Palabras clave: Fútbol femenino. Promoción. Difusión. Patrocinio.

 

Abstract

          This paper deals with the categories of imaginary, gender, femininity and women's football in the city of Medellin, as a way of approaching the understanding of how the patriarchal culture that has characterized the city, where the role of the man in the social, economic, political, religious and sports field, has been preferential and discriminatory with regard to the participation women has had. Also it discusses the socio-cultural imagery of the young population and its interference in the promotion and sponsorship of women's football. Finally, it demonstrates how is the women's football history in Antioquia and the great achievements that have been awarded throughout history. It highlights the need for a greater commitment by the Football League of Antioquia and the soccer clubs in the city of Medellin, although there is a greater promotion and sponsorship of women's football, there is not enough support that will encourage the growth of this sport in the city.

          Keywords: Women soccer. Promotion. Sponsorship. Diffusion.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com

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Introducción

    El deporte es un bien común de naturaleza cultural, que permite a las personas identificarse, logrando un desarrollo integral de los individuos, procurando no sólo su participación a nivel competitivo, sino brindándoles también recreación, aprovechamiento del tiempo libre, salud y buen estado físico. Socialmente, el deporte se está masificando, y fuera de ser un fenómeno recreativo y espectáculo de masas, también adquiere una creciente importancia económica.

    Las prácticas deportivas, desde su origen, sólo eran permitidas para los hombres; en ellas se ponían de manifiesto actitudes como la agresividad, la subyugación al otro, el hacer frente al peligro sin retroceder ante él. En cambio, a la mujer le fue vedada esta posibilidad; ya que en las sociedades donde ha regido la cultura patriarcal, el papel de la mujer ha sido relegado al hogar, a la procreación y cuidado de los niños; históricamente ha sido definida como un ser que debe expresar delicadeza, es tildada como la muñeca, el adorno incapaz de realizar actividades rudas. Por ejemplo, en cuanto al futbol, se dice que es un deporte de choque, de fuerza, y que las mujeres no cumplen con las características físicas para llevarlo a la práctica de manera competitiva. Este condicionamiento ha hecho que el hombre tenga supremacía en el desarrollo de sus habilidades físicas frente a la mujer.

    Parece ser que el deporte y el juego han sido sexuados: Balones y bolas de cristal para los niños, patinaje y muñecas para las niñas, esto ha hecho que el desarrollo de las habilidades físicas de la mujer con respecto al hombre, estén condicionadas y en consecuencia, le ha brindado ventajas a este último. Por eso, el rechazo, censura, señalamiento y discriminación hacia las mujeres que practican ciertos deportes, entre ellos el balompié, obedece esencialmente a un factor meramente sociocultural, dado por el estereotipo de feminidad que se privilegia en esta sociedad.

    Esto evidencia que la influencia sociocultural que se ejerce en la ciudad de Medellín frente al balompié femenino ha condicionado su orientación y promoción: Los estereotipos y patrones establecidos marcan limitantes respecto a las mujeres desde la infancia; estos tratos diferenciados ejercidos por los diferentes actores de la sociedad (padres, docentes, entrenadores, educadores físicos, entre otros), hacen que se vayan cultivando las identidades tanto en las niñas, como también en los niños. Por eso se espera que las niñas desarrollen más aptitudes creativas, intelectuales y de sensibilidad y no aquéllas que socialmente han sido condicionadas para los niños: competencia, entrenamiento, rivalidad. Así pues, desde temprana edad, a las niñas se les va negando la oportunidad de desarrollar sus habilidades físicas, se les va condicionando su identidad y por lo tanto, en la adolescencia y vida adulta su rendimiento deportivo, no sólo se ve disminuido sino que también se afecta con las diferencias psicológicas, sociológicas y culturales vivenciadas y reglamentadas por la sociedad con pautas distintivas para hombres y mujeres [1].

    La falta de apoyo, patrocinio y difusión del balompié femenino obedece esencialmente a la creencia o imaginario que tiene la sociedad de que el fútbol es un juego para hombres y que la mujer que lo practica pierde su feminidad, se vuelve brusca, agresiva o que es poco femenina, conllevando así a una discriminación de género para esta actividad deportiva.

    Este trabajo pretende abordar las influencias socioculturales en la mujer futbolista de la ciudad de Medellín frente al balompié femenino, para develar factores inmersos en la sociedad que han incidido en la discriminación de la mujer que juega fútbol y han condicionado la promoción, el patrocinio y la difusión de este deporte, para que sirva como una fuente que oriente a las instituciones educativas, a la Liga Antioqueña de Fútbol y a los clubes, a una formación deportiva basada en la equidad de género.

Imaginarios del fútbol femenino

    El imaginario es la imagen o creencia que se tiene de algo o alguien, traducida como los procesos humanos del pensar, sentir, soñar, significar y resignificar ese algo o alguien; en este caso particular sobre la mujer que juega fútbol. Imaginarios no deben ser tomados sólo desde la individualidad, sino desde las mismas sociedades y culturas específicas, desde las diversidades que caracterizan a una comunidad, donde confluyen tanto sus aspectos comunes como las diferencias. Así pues, se hace necesario observar, cuáles han sido las caracterizaciones de las sociedades humanas que han ido entretejiendo ciertas creencias o ideas que aprueban determinadas actitudes y comportamientos y rechazan otros, ya que el poder de determinación de los imaginarios sobre la realidad es bastante considerable, puesto que adoptan una nueva forma de esa realidad que aunque aparentemente etérea, volátil, toma consistencia en las diversas facetas de la vida social [2]. El concepto de género ha sido abordado por autores como Delphy (1995) [3] expone que el género es sólo una construcción social y cultural que hacen los hombres y las mujeres de lo que es masculino y femenino y que es partir de esa concepción donde surge la desigualdad de géneros. También se ha abordado desde el imaginario cultural con referencia a lo que significa lo femenino y lo masculino en las sociedades patriarcales [4].

    La sociedad colombiana ha estado influenciada por el “patriarcado” donde el hombre toma un rol dominante y se establecen claramente las actividades propias de cada género [5]. Esta influencia sociocultural durante años ha truncado las posibilidades de desarrollo de la mujer, y aunque en las últimas décadas ella ha alcanzado a incursionar en el campo político, económico, educativo y religioso, no está en igualdad de condiciones que el hombre, porque socialmente se le sigue considerando inferior. En el campo deportivo, ese imaginario se recrudece, es decir se ponen en entredicho su orientación sexual condicionando la participación de ambos géneros en actividades deportivas que han sido sexuadas. “Hoy en día casi todos los deportes tienen su versión femenina, e incluso algunas disciplinas donde las mujeres son las más visibles (voleibol, por ejemplo), pero aún así las deportistas permanecen algo apartadas, a la sombra de sus colegas masculinos. ¿Cuántas jugadoras de fútbol nos vienen a la cabeza ahora mismo? ¿Y cuántos jugadores? El deporte femenino está muy olvidado, y aunque se crean comisiones para promoverlo y colocarlo donde debe estar, a la altura del masculino, parece que no es suficiente. Es necesario sacarlo a la luz, hablar de él, cambiar la situación” [6].

    El balompié femenino no ha tenido el auge esperado a pesar de que cada vez más mujeres desean practicar este deporte [7]. Las influencias socioculturales que responden a un imaginario de lo que se considera femenino, han ejercido una función negativa. Desde la familia, como primer actor socializador del individuo, introduce desde la niñez normas de comportamiento estereotipadas que se consideran como femeninas, por eso, cuando la niña desde temprana edad manifiesta gusto por el fútbol, es castigada y se le prohíbe que lo practique, argumentando que ese juego es para hombres, que no quieren marimachos en su hogar. En el ámbito escolar no se promociona el balompié en las niñas en el área de educación física, bajo la creencia de que se vuelven poco femeninas, bruscas y agresivas; y es en este ámbito donde se refuerza frecuentemente ese imaginario.

    Esto demuestra que el imaginario sociocultural que se tiene en la ciudad de Medellín, frente a la mujer que juega fútbol, no le permite su apropiada promoción, participación y patrocinio por parte de la Federación Colombiana de Fútbol y de la Liga Antioqueña de Fútbol, además, la presión que ejerce el entorno social trunca la participación de muchas mujeres que desean practicar este deporte, dado que se exponen al rechazo ocasionado por los imaginarios gestados en su entorno familiar y laboral.

Equidad de género: una petición de las mujeres que practican fútbol

    El género en sentido amplio, es lo que significa ser hombre o mujer, situación que interviene en las oportunidades, los papeles, las responsabilidades y las relaciones de una persona ante la sociedad. Mientras que el sexo es biológico, el género hace relación “a significaciones sociales, a campos simbólicos, a imaginarios colectivos, a modos de ser, tener y hacer en el mundo de los sujetos sociales. Género no es por tanto igual a mujer, tampoco es igual a hombre” [8]. El comportamiento de cada sexo ha sido aprendido desde el seno de la familia y desde la comunidad con la cual interactúa el individuo. Por tanto, las apreciaciones de lo que debe hacer un hombre o una mujer variarán de acuerdo con la cultura, la comunidad, la familia, las relaciones que establezca, las generaciones y el curso del tiempo.

    “La categoría género abarca el conjunto de características, de oportunidades y de expectativas que un grupo social asigna a las personas, y que éstas asumen como propio, basándose en sus características biológicas, en su sexo” [5]. El género de una persona es, esencialmente, una construcción social – no natural- que varía de un grupo social a otro y de una época a otra. Se construye mediante procesos sociales de comunicación y a través de manejos de poder, y es transmitido a través de formas sutiles, durante los procesos de crianza y educación.

    Desde la psicología del deporte, Bem (1983) [9] expresa que “los niños se socializan en sus roles del género, primero desarrollan un concepto de lo que significa ser hombre o mujer mediante la organización de información, alrededor del esquema del género. Lo organizan sobre esta base porque ven que la sociedad clasifica a las personas más por el sexo que por cualquier otra cosa: hombres y mujeres visten diferente, juegan con diferentes juguetes, (...). Entonces, cuando los niños ven el esquema del género de la cultura, lo que se “supone”, que los niños y niñas deben hacer, adaptan sus propias actitudes y comportamientos”.

    Entre tanto la sociedad y la cultura que de ella emerge, se convierten en un modelo que el individuo empieza a imitar desde la edad temprana y por ello, las creencias y prejuicios se van convirtiendo como en una especie de herencia que se va dejando de generación en generación, tal como ha sucedido con los supuestos frente a lo que debe ser masculino o femenino.

    Al revisar la historia de Colombia, se encuentra que en la Constitución de 1886 y hasta 1953, la mujer no tenía el derecho al voto [10], una clara restricción de su libertad democrática. También durante mucho tiempo se le negó el acceso a la educación, bajo el supuesto de que las mujeres eran para el hogar y para criar hijos, y que no tenían necesidad de aprender nada, porque estas tareas no requerían de ningún conocimiento. De igual manera, se les bloqueó la posibilidad de expresarse en terrenos que supuestamente eran exclusivos para hombres, su trabajo se limitaba a las paredes del hogar, sin ninguna remuneración. Esta situación de desigualdad entre géneros empezó a cambiar cuando la mujer empezó a acceder a trabajos remunerados y pudo incorporarse a la vida activa y desarrollar diversas tareas.

    En el siglo XX, la revolución de la mujer logró grandes transformaciones. Al aumentar la posibilidad de igualdad de oportunidades, accedió a muchas carreras, con lo que se amplió en gran medida el campo de trabajo. Aunque todavía la mujer sufrió muchas desventajas con respecto al varón: inferioridad en el salario, en la responsabilidad profesional y en las posibilidades de promoción profesional. En la Plataforma de Acción de la Cumbre Mundial de Desarrollo, celebrada en 1995, se definió un conjunto de objetivos estratégicos y se expusieron las medidas que debían adoptar los gobiernos, la comunidad internacional, las ONGs y el sector privado en pro de potenciar la igualdad entre los géneros y el adelanto de la mujer para que logre desempeñarse satisfactoriamente en sus diferentes esferas al igual que el hombre.

    En el campo deportivo los logros han sido un poco más lentos, con mayor notoriedad en países europeos y norteamericanos. Actualmente, muchas mujeres se destacan en disciplinas deportivas como el tenis, el atletismo, nado sincronizado, gimnasia, entre otros. Pero, en el caso del fútbol, la discriminación de géneros ha sido muy acentuada; hasta el punto en que hablar de fútbol femenino era casi una utopía hasta hace dos décadas. Hoy ya se puede hablar del campeonato mundial de fútbol femenino y de Juegos olímpicos con participación de equipos como Estados Unidos campeón mundial en dos ocasiones y campeón olímpico; Noruega Campeón mundial una vez; China, Holanda, Suecia, Japón, Brasil y Colombia que ya ha participado en campeonatos mundiales en las categorías sub-17 y participará por primera vez en unos juegos olímpicos en Londres 2012.

    En Colombia la inequidad de género en el fútbol es muy evidente. La mujer que practica este deporte es censurada, es señalada y debe estar subordinada a las condiciones impuestas por una sociedad fundada en normas que diferencian a los sexos, donde se inhibe el desarrollo de la personalidad y de la libertad [5]. En esta cultura sigue vigente el patriarcado, lo que trunca las posibilidades a las mujeres de incursionar en deportes rudos, de choque, como es el balompié.

    Con base en testimonios brindados por mujeres futbolistas, ha sido posible conocer los tratos de una sociedad tradicionalmente machista, que las ha sometido a todo tipo de discriminaciones que han generado un alto costo psicológico por incursionar en un deporte considerado para hombres. Esto ha conllevado a que un importante porcentaje de la población femenina colombiana no pueda tener acceso a la práctica de una disciplina deportiva, situación adversa que puede afectar negativamente su calidad de vida. Una apertura socio-cultural que permita el acceso, pudiera ofrecer mayores posibilidades de desarrollarse físicamente, enriquecerse espiritualmente, acentuando su identidad como sujeto, brindando alternativas para desarrollar valores como la solidaridad, el respeto y el trabajo en equipo.

Antecedentes del fútbol femenino

    “La incorporación femenina al deporte en general y al fútbol en particular ha sufrido las mismas dificultades que el reconocimiento de la mujer en la sociedad y la implantación del deporte femenino internacional. Y ha debido superar diversos aspectos culturales, educativos, médicos, periodísticos...” [11] 

    El desarrollo del fútbol como actividad competitiva a nivel mundial fue lento si se tiene en cuenta que desde la antigüedad ya había manifestaciones de esta disciplina deportiva. Durante esta época existía un predominio masculino en lo social, lo político, lo económico, a su vez todas las prácticas deportivas también fueron dominadas por el género masculino incluyendo el fútbol, deporte considerado rudo y de fuerza. Hasta mediados del siglo XX, el fútbol era exclusivo para hombres, desde 1930 hasta 1986 sólo se realizaron campeonatos de fútbol masculino en diferentes lugares del mundo.

    La mujer empieza a incursionar en el deporte tras los logros obtenidos a principios del siglo XX, con los movimientos feministas, donde logra obtener protagonismo a nivel social, económico y político. A raíz de esto, la mujer empezó a incursionar en el fútbol, dando como resultado logros casi inesperados en las últimas 3 décadas. Así, la FIFA, al evidenciar el auge del fútbol femenino realiza el primer campeonato a nivel mundial en la China en 1991.

    La situación del fútbol femenino para Latinoamérica y el Medio Oriente sigue en desventaja por las condiciones socioculturales que siguen enmarcando estas sociedades, donde el predominio patriarcal opaca la función de la mujer en el espacio público, incluyendo el deporte. Sin embargo, en los países de Centro y Sur América ya se han empezado a dar grandes pasos y hoy se evidencia un mayor número de mujeres practicando este deporte. Esto le ha abierto las puertas a Colombia; actualmente existen varios equipos a nivel nacional y también se cuenta con una selección que ha tenido la oportunidad de participar en varios campeonatos suramericanos [12].

    “Es muy loable lo que se está haciendo hoy, y es de esperar, que más allá del boom mediático, y del peligroso oportunismo de algunos que manosean irresponsablemente el concepto de formación, esto sirva para trabajar seriamente en procesos formativos de base a todo nivel…para que nuestras niñas puedan mostrar su belleza femenina y su calidad deportiva practicando fútbol femenino, y no jugando un deporte de hombres” [13].

Fútbol femenino en la ciudad de Medellín

    Es fútbol femenino llega a Medellín aproximadamente en la década de los ‘70. En los años 1975 a 1980 se empezó a jugar en las escuelas y los barrios, aunque sin un verdadero sentido competitivo ni deportivo. Sin embargo estos inicios permitieron la creación de algunos torneos barriales y la aparición de algunos talentos del fútbol femenino en la ciudad [14]. Se conoce, a través de entrevistas, que en las instituciones de educación superior también hubo torneos universitarios con la participación de la Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad de Antioquia y Universidad Nacional, que se realizaron a principios de los años 80. Por esta razón, es difícil precisar el año exacto en que las mujeres comenzaron a jugar fútbol en Medellín.

    En el año 1986 se iniciaron los torneos en Medellín donde se convocaron diferentes grupos empresariales y municipios, sin embargo no había una organización clara y la calidad técnica apenas estaba aflorando en las participantes. En ese entonces el reglamento que se aplicaba era el mismo que para el fútbol masculino y aún no contaba con el apoyo de la Liga Antioqueña de Fútbol. Este tipo de eventos motivo la realización de nuevos torneos y el acercamiento de nuevas practicantes, aunque detalles como el vestuario y el léxico utilizado por algunas de ellas, distorsionaron la idea percibida por el público. Esta situación sumada a la falta de organización, reconocimiento y apoyo, provocó un abandono a finales de los 80´s, no se lograba crear historia favorable, ni referentes de credibilidad que permitieran a la mujer la posibilidad de practicar una disciplina que le apasionaba, más aún, poco a poco se sentó el precedente de un deporte poco rentable económicamente.

    Sólo hasta 1991, cuando la Liga de Fútbol convoca a la conformación de la primera selección de fútbol femenino para representar al departamento, el fútbol femenino empieza a tener credibilidad en Colombia, una vez que los medios de comunicación mostraron imágenes, noticias, resultados, entrevistas, lo cual evidenció un mayor interés, promoción, patrocinio y reconocimiento a las practicantes de este deporte. En este año, la Liga Antioqueña de Fútbol presta mayor atención a los equipos femeninos, eligiendo el primer seleccionado que representaría a Antioquia en fútbol femenino para participar en torneos nacionales. Este es el primer año en el que se empieza realmente a reconocer las capacidades de la mujer en el fútbol, no con una total convicción, pues los entrenamientos no eran constantes, sino que era una preparación que se hacía casi tres meses antes de los torneos, falta de preparación que disminuía el desempeño de las futbolistas dentro de la cancha.

    En 1992, la Selección Antioquia no pudo participar en el segundo Torneo Nacional en Granada, Meta, debido a dificultades económicas. La promoción y apoyo aún era bastante deficiente y no había un compromiso claro por parte de la Liga Antioqueña de Fútbol, que garantizara los recursos económicos para la participación del equipo en los torneos nacionales, confirmando una vez más la discriminación de género en este deporte. En 1993 se jugó el tercer torneo Nacional en la ciudad de Bogotá. El Valle fue campeón y Antioquia subcampeón, resultado que se repitió en 1994 cuando este torneo se realizó en la Ciudad de Medellín. En 1995 se consiguió el primer triunfo de Antioquia y se evidenciaron los avances técnicos y tácticos de esta selección, aunque en el año siguiente el equipo de Bogotá fue el vencedor.

    E 1998 la Selección Colombia participó por primera vez en un torneo suramericano que se llevó a cabo en Argentina con 12 seleccionados donde Colombia ocupó el segundo lugar. Desde entonces se infundió el respeto por el fútbol femenino en el país, y los medios de comunicación se preocuparon por una mayor divulgación. Sin embargo, continúa la falta de recursos por la mala administración de los mismos y la falta de credibilidad que aún reina tanto en los entes encargados de su promoción, patrocinio y difusión. De igual forma se realizó el torneo nacional con victoria para Antioquia y en el año siguiente esta fue obtenida por Bogotá. Los siguientes torneos 2000, 2001, 2002 y fueron ganados por Antioquia, Tolima y Bogotá, respectivamente.

    En 2002 Colombia participó en el Quinto Suramericano en Lima, Perú; la segunda participación de Colombia en la categoría de mayores donde ocupó el tercer lugar. En éste Campeonato Brasil fue campeón y Argentina ocupó el segundo lugar. En el año 2003, se llevó a cabo el Décimo tercero Torneo Nacional realizado en Bogotá donde el anfitrión ocupó el primer lugar. En este mismo año se realizó el torneo clasificatorio para los Juegos Nacionales y el campeonato suramericano para el clasificatorio al mundial en China.

    En el año 2004, La final del décimo cuarto Campeonato Nacional, se realizó en Medellín entre los equipos Atlántico, Santander, Valle y Antioquia, quien obtuvo el título y posteriormente participó por primera vez en los Juegos Nacionales, realizados en Bogotá, donde Antioquia obtuvo el titulo. Ésta ha sido la primera vez que se incluye fútbol femenino en este evento, donde las jugadoras sintieron un reconocimiento y apoyo total como deportistas y mujeres, donde se evidenció la igualdad en todas las disciplinas deportivas y no hubo discriminación hacia las mujeres que jugaron fútbol. A partir de este año se creó la categoría Sub-20 con un suramericano en Caracas. En Antioquia esta categoría está desde el año 2003. Actualmente se está creando la Sub-14. De esta manera se le viene dando mayor credibilidad y apoyo al fútbol femenino en edades más tempranas. En 2005, se llevaron a cabo los juegos universitarios en la ciudad de Medellín con participación de la disciplina del fútbol femenino, donde un equipo del Valle fue el campeón. Antioquia obtuvo también el triunfo en el 2008.

    Estos logros en el fútbol femenino de Antioquia, dan cuenta del avance que ha tenido este deporte en el departamento, catalogándose como uno de los mejores del país, logrando así tener una mayor participación dentro de la Selección Colombiana y resaltando la credibilidad de las capacidades de la mujer en un deporte donde el hombre ha conservado su hegemonía. Pero constituye un llamado a los diferentes actores sociales, entidades deportivas y privadas para que vuelquen su mirada e interés hacia el fútbol femenino en la ciudad de Medellín, para que lo patrocinen, promuevan y apoyen como una posibilidad tanto para la población femenina que gusta del fútbol, como para abrir el mercado laboral para entrenadores, educadores físicos, directores técnicos, entre otros, ya que se visiona como una disciplina que a mediano plazo adquirirá el reconocimiento que hoy tiene el fútbol masculino.

    Las actuales jugadoras de fútbol, a diferencia de las de hace 15 años, procuran una formación a nivel profesional para desarrollar un pensamiento crítico y analítico que les permita resolver situaciones no solo a nivel académico y cotidiano, sino también deportivo, propendiendo por un mayor status social. Aproximadamente el 70% de las jugadoras se encuentran estudiando. La aceptación de este deporte, que se comienza a vislumbrar, permite a las jugadoras, a sus familias, entrenadores, espectadores, instituciones educativas, entre otros, hablar del fútbol femenino de una manera más abierta, donde reconocen que las mujeres que lo practican lo hacen porque les apasiona, de tal manera que están dispuestas a luchar por conseguir un reconocimiento no sólo en la ciudad, sino también a nivel nacional e internacional.

    En consecuencia, así sea lentamente, el imaginario sociocultural que ha prevalecido en la ciudad de Medellín frente a la mujer que juega fútbol, empieza a dar visos de cambio, surge una mentalidad más abierta que busca deshacerse de los estereotipos de discriminación y rechazo, para dar paso a una equidad de género que le permita tanto al hombre como a la mujer un desarrollo integral en todas las esferas de su vida. Un avance en este aspecto lo constituye la abolición progresiva de la creencia de que el fútbol interfiere en la identidad sexual de las mujeres.

    El tema del fútbol femenino en la ciudad de Medellín, ha adquirido cada vez mas practicantes, aunque se reconocen diferentes vacíos y debilidades para su adecuada práctica, especialmente en el imaginario colectivo y sus prejuicios asociados. A nivel de investigación, en la ciudad de Medellín se destacan algunos trabajos que dejan de manifiesto esta situación. Por ejemplo el proyecto "La puesta en escena del género en el fútbol. Hermenéutica de la masculinidad y de la feminidad en Colombia", donde se encuentran trabajos como Balón pie o ¿Varón pie? [7]. Simbólica del cuerpo y del orden sexuado en el fútbol, indaga sobre la discriminación cuando de la práctica de fútbol femenino se trata. Así mismo, el trabajo “Identidad y salud de las mujeres futbolistas de la ciudad de Medellín” [5] da cuenta de la salud de la mujer que juega fútbol enfocado desde la perspectiva de género.

    Murcia & Jaramillo [15] han realizado estudios acerca del estigma de discriminación cultural de las mujeres que practican fútbol en la ciudad de Manizales, exponiendo cómo la cultura machista ha condicionado la práctica y masificación del fútbol femenino. Cardona et al [8], abordan la historia del fútbol femenino a nivel departamental y el compromiso que tiene el educador físico, entrenadores, y la sociedad en general, en la promoción, apoyo y difusión del fútbol femenino desde la edad escolar.

Conclusiones

    Esta reflexión permite esbozar como la participación de la mujer en el deporte, ha estado limitada por la cultura patriarcal donde se considera a la mujer considera la mujer para la concepción y el cuidado de los niños, las labores del hogar y que debe ser pasiva y no practicar deportes rudos y de fuerza.

    El imaginario sociocultural que se entreteje en la ciudad de Medellín frente a la mujer que juega fútbol, pone de manifiesto que aún sigue latente el pensamiento machista donde se considera que el fútbol es un deporte exclusivo para los hombres (discriminación de géneros); donde la mujer que practica esta disciplina pierde sus características femeninas y adquiere comportamientos, actitudes y rasgos físicos masculinos. No obstante, se ha encontrado un cambio paulatino del paradigma dominante (machismo) en las últimas dos décadas, dejando de lado los prejuicios culturales tradicionales y favoreciendo el papel de la mujer futbolista.

    El imaginario sociocultural ha empezado, lenta y tímidamente, a transformarse, hasta el punto en que algunos sectores de la comunidad expresan con argumentos que tanto hombres como mujeres pueden practicar el fútbol, que este deporte no interfiere en la feminidad de la mujer ni en su identidad sexual, pues cada jugadora tiene su propia personalidad e identidad como sujeto y que esta disciplina se convierte para ellas en la posibilidad de ejercitarse en un deporte que les gusta.

    La creación de espacios para la práctica del fútbol femenino ha logrado generar en las jugadoras una mejor técnica y táctica, donde se ha abolido el carácter de deporte recreativo y se ha permitido que las mujeres demuestren tener capacidades para desempeñarse competitivamente en esta disciplina.

    Esta información puede servir para que la Liga Antioqueña de fútbol y las demás ligas planteen y ejecuten estrategias de promoción y apoyo a los diferentes equipos de fútbol femenino con que hoy cuenta Medellín, persuasión y acompañamiento a los padres de familia, para que sigan creyendo en las habilidades de sus hijas y que les brinden un continuo apoyo; a la sociedad en general, para que se dé la oportunidad de disfrutar de este espectáculo dejando de lado los prejuicios y, a las jugadoras que en este instante tienen el compromiso de seguir abriendo caminos y dejando huellas, para que tengan el objetivo de poner al fútbol femenino en un status alto como legado para las futuras generaciones.

Bibliografía

  1. Papalia, D.E. & Wenkos, S. 1998. Psicología del Desarrollo Humano. 7 ed. McGraw-Hill. Pág. 373-374.

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  3. Delphy, Christine. El concepto de género. Iniciativa Socialista, nº36, octubre 1995. Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés.

  4. Lorite Mena, José. El orden femenino: origen de un simulacro cultural. Edición de 2011. Universidad de Murcia: Murcia, 1987.

  5. Gallo Cadavid, Luz Elena y Pareja Castro, Luis Alberto. Identidad y Salud de las mujeres futbolistas de Medellín. Medellín, 2001, 230p. Investigación (Maestría en Salud Colectiva). Universidad de Antioquia. Facultad de Enfermería.

  6. Bascompte, Silvia. Desigualdad de género en el deporte. En http://www.movimientobase.net. 21 de Octubre de 2010.

  7. Vélez, Beatriz. Balón pie o ¿Varón Pie? Simbólica del cuerpo y del orden sexuado en el fútbol. Medellín: U de A., 2000.

  8. Cardona, L.M. Torres, J.E. & Vásquez, J.I. Balompié como Actividad Motriz para la Mujer en la Edad Escolar. Medellín. Tesis de Grado (Licenciatura en Educación Física), Universidad de Antioquia. Instituto Universitario de Educación Física. 1999, 20 p.

  9. Bem, S. "Gender schema theory and its implications for child development; raising gender-aschematic children in a gender-schematic society", Journal o/ women in culture and society, 1983.

  10. Aguilera Peña, Mario. Por primera vez, la mujer tuvo derecho a votar en 1853. Edición de 2005-05-19. Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República.

  11. Castañón Rodríguez, Jesús. Mujer, idioma y fútbol en España (1904 – 2004). En EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 12 - N° 107 - Abril de 2007. http://www.efdeportes.com/efd107/mujer-idioma-y-futbol-en-espana-1904-2004.htm

  12. Lagoueyte, R. Fundamentos del Fútbol. Promotora de ediciones y comunicación, Medellín, 1984. 95p.

  13. Zavala, Ludwuin. El comentario del día: Fútbol femenino en Latinoamérica, sobra talento, falta trabajo. En www.goal.com. 25 de mayo de 2012.

  14. Cardona Álvarez, Lina María. Influencia sociocultural en la mujer futbolista en la ciudad de Medellín. Monografía para optar al título de Administradora Deportiva. 2005.

  15. Murcia, N. & Jaramillo, L.G. Fútbol femenino: estigma de discriminación cultural de las mujeres que practican fútbol en la ciudad de Manizales. Manizales. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Nº 32, 2001. http://www.efdeportes.com/efd32/futbolf.htm

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