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Ni ira ni soberbia. La inteligencia emocional,
una necesidad para la victoria

 

Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Facultad de Camagüey

(Cuba)

 
Dr. Hirbins Manuel Dopico Pérez

Dra. Idalmis Fernández Téllez

MSc. Yanet Jiménez Sánchez

hdopipe@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          Toda persona de alguna u otra manera, necesita triunfar o ser exitosa y para ser exitosa, necesita resolver tareas, por lo que va a requerir determinado coeficiente intelectual, y esto va de alguna manera determinar la posición que ocupe la persona en la sociedad, teniendo en cuenta los diferentes quehaceres del ser humano. En este artículo nos referiremos a la teoría de la Inteligencia Emocional que ha popularizado Daniel Goleman, lo que ha tenido un impacto en la sociedad contemporánea para el desarrollo de las relaciones interpersonales. El deporte no escapa a esta nueva corriente del logro de la felicidad personal, armonía entre las personas o armonía interpersonal para el éxito deportivo, lo que constituye un proceso de complejidad para el cual es necesario lograr, conocer nuestras emociones, el manejo de nuestras emociones, la automotivación y autocontrol, la empatía y el manejo de las relaciones con los demás, todo lo cual permite el manejo de los sentimientos propios y de los demás para no cometer errores bajo la influencia negativa de varios agentes estresores que nos convierten en nuestros propios enemigos, y más poderosos que el contrario en el combate o el juego. Por lo que la preparación psicológica dentro de sus objetivos debe ir encaminada a desarrollar habilidades psicológicas como el autocontrol emocional entre otras.

          Palabras clave: Inteligencia emocional, control emocional, control de los sentimientos, autocontrol, preparación psicológica.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 - Nº 170 - Julio de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Son mucho los autores que han escrito sobre la actividad física competitiva, pero por lo general lo hacen hablando de variados temas como la preparación física, el aprendizaje y sus aspectos metodológicos, los problemas de la enseñanza de la táctica, la influencia de las diferentes ciencias en los resultados deportivos, entre muchos otros, pero existe un término poco tratado como es la inteligencia emocional en el deporte de altas marcas.

    La inteligencia emocional definida por Salovey y Mayer (1995) como “Un subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios, así como de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones”.

    En las competencias se generan situaciones difíciles para individuos y/o grupos completos, los que necesitan de alguna forma de esa capacidad a la que se refieren los autores referidos. Toda competencia premia al ganador, esto hace que las metas y objetivos estén dirigidos a ganar o al menos mejorar los resultados anteriores y no solo premia el orgullo personal y colectivo de un grupo de personas, también premia el trabajo, el esfuerzo, el honor y la dignidad de las personas involucradas, por lo que hace complejo el proceso de alcanzar resultados o mejor dicho defender, preservar o alcanzar algo que nos hace grande.

    Debido a esta complejidad los seres humanos implicados se concentran de manera bien apasionada en el camino hacia esos resultados propuestos, sobrepasando obstáculos bien complejos de todo tipo, materiales, emocionales, laborales, personales, etc. Es decir se pone en juego mucho y aunque muchas personas mencionan el viejo proverbio hay que tener una bolsa para ganar y otra para perder, casi nadie en el momento de preparase piensa en perder, la gran mayoría se planifica ganar y comienza a soñar cuando alcance la victoria ¿Cómo será?

    Por supuesto que tanto durante la preparación como en la propia competición se pone mucho en juego, lo que nos hace de alguna manera cometer errores por no podernos controlar en momentos difíciles en los cuales vemos en peligro todos los logros espirituales y materiales con los cuales soñamos desde el mismo comienzo.

    Observemos un ejemplo donde la aparición de las hormonas adrenalina y noradrenalina emiten un efecto excitatorio, que influyen en la aparición de bajo control de las conductas de atletas y entrenadores durante un partido: nuestro equipo está debajo en el marcador, o parejo con el contrario, nos queda muy poco tiempo para que termine el partido o el combate, el cuál es de suma importancia, en él nos jugamos el pase a la discusión de las medallas o se defiende el campeonato el cuál según su nivel, así será la presión que ejerce en los involucrados. De pronto un jugador del equipo contrario ofende a uno de nuestro equipo (Jugador A), éste se descontrola agrediéndolo, es amonestado por el arbitro y a partir de ese momento se muestra torpe, agresivo, falta de comunicación, evidentemente pierde su esquema táctico de juego, su percepción a situaciones tanto a la defensiva como a la ofensiva disminuye, por lo que su efectividad decae, evidentemente su comunicación hacia el equipo también afecta el colectivo.

    Este ejemplo puede ocurrir de igual manera o con matices diferentes, pero con efectos idénticos en cualquier deporte, sea de Combate, Arte competitiva, Tiempo y marca, Cíclico o Acíclico, de Potencia o Resistencia, etc. Todos pasan por situaciones que pueden provocar sobrexcitación y descontrol que no facilita el logro de las metas trazadas.

    Esto demuestra que todo atleta y entrenador, incluso Árbitro, Juez o algún personal de apoyo al atleta, puede incurrir en una falta antideportiva, sujeta a ser amonestada temporal o permanente que afecta a todos.

    Para superar el stress que provoca una competencia, es necesario desarrollar ciertas habilidades y/o capacidades en atletas, entrenadores, árbitro y otro personal que interviene en los resultados, aunque los mas propensos a cometer fallas son los atletas por ser los mas expuestos a agentes estresores durante el proceso en si.

    Desde niños a las personas hay que enseñarles capacidades relacionadas con las emociones, tomando en cuenta que la sonrisa y la contracción de los músculos faciales acompañantes disminuyen el flujo sanguíneo, esto enfría la sangre, disminuyendo la temperatura de la corteza cerebral y aumentando la producción de serotonina, lo cual se asocia a una reducción de la agresividad y a la impulsividad.

    Por esto los entrenadores, psicólogos y otros especialistas de la actividad física, tienen esa ardua tarea con los atletas durante la preparación psicológica, para enfrentar un cúmulo de situaciones que generan emociones negativas o positivas que desorganizan la conducta dentro y fuera de la cancha.

    Por lo que es necesario desarrollar como plantea Martínez Gómez (2009) una capacidad como un sistema de cualidades de la personalidad que garantizan el éxito en determinada actividad… En este caso es preciso durante la preparación en cada uno de los componentes, se tenga en cuenta el desarrollo del sistema de cualidades de índole cognitivo y otras de la esfera afectivo- volitivo, que involucre durante la actividad de aprendizaje no solo conocimientos y habilidades, también se incluyan capacidades mentales para revertir situaciones adversas de manera creativa, ecuánime y alegre.

Desarrollo

    La inteligencia constituye una capacidad, es decir, un sistema integrado de cualidades de la personalidad que se manifiestan en las acciones para solucionar problemas o generar nuevos conocimientos que aportan valor a los productos, mediante el uso eficientemente de los elementos disponibles. (Martínez Gómez, 2009)

    También el diccionario define Inteligencia, es la capacidad de entender o comprender, resolver problemas, etc.

    Lo que quiere decir que tener conocimiento o conocer sobre algo, no quiere decir que tenemos determinada inteligencia, porque alguien conoce sobre un tema, sin embargo no soluciona situaciones o problemas con esos conocimientos, pongamos un ejemplo: durante un momento tenso del juego de baloncesto, el Jugador X va a la línea de tiros libres, el jugador tiene dominio en su tiros libres de un 90- 95% de efectividad de forma estática, pero al comenzar a tirar el público realiza un ruido ensordecedor, sumado a esto, el atleta está consciente de lo importante que es para él y el equipo anotar los dos tiros libre, el atleta X falla 1 tiro de 2 y su equipo pierde el partido. Esto sigue confirmando que para resolver problemas no solo basta con ser inteligente ni tener dominio sobre la actividad, también necesitamos control de las emociones y dominio de un grupo de cualidades que pertenecen al área volitiva de la personalidad, demostrando la unidad indisoluble de todas estas esferas (cognitiva, afectiva y volitiva) para la regulación de la conducta en cualquiera de las situaciones que se presenten en las diferentes esferas de la vida de un individuo.

    Entonces, es necesario abordar la definición de inteligencia emocional, la cual ha sido precisada por los norteamericanos y europeos, dentro los que se destacan Salovey y Mayer (1990), Daniel Goleman en su publicaciones de 1995, 1996 y 1998 promueve este concepto y reúne varios resultados sobre la conducta y el procesamiento de las emociones, los cuales la definen como una capacidad compleja integrada por un sistema de actitudes y habilidades como percepción de control, Contacto con otras personas, enfrentamiento al stress, etc., que determinan la conducta individual, reacciones, estados mentales y estilo de comunicación , niveles de autoestima , etc.

    La deficiente utilización de esta capacidad compleja, afecta de manera directa los niveles de éxito y satisfacción personal, lo que puede también crear frustraciones. En el deporte es necesario desarrollar esta capacidad teniendo en cuenta las condiciones invasivas en las que se desarrolla, no solo al físico sino también a la esfera psíquica, los individuos que practican con sistematicidad algún deporte y tiene metas a corto, mediano y largo plazo, con intereses directos e indirectos relacionados con los resultados a obtener en la actividad competitiva, tienen en ella un espacio de realización o de frustración que se deriva de la importancia o relevancia que le conceden a esta actividad.

    De esta forma los atletas o practicantes le imprimen al proceso de cumplir sus metas y alcanzar sus intereses, un grupo de agentes estresores, los cuales actúan desorganizando la conducta y apareciendo la falta o incapacidad de resolver situaciones que se dan durante las actividades competitivas, ya sean durante la modelación o en la propia competencia.

    Cada ciclo olímpico y sus temporadas competitivas, se aprecia un aumento de actitudes agresivas por parte de los atletas fundamentalmente, aún cuando el Comité Olímpico Internacional C.O.I., promueve dentro de sus principios el Fair Play o Juego Limpio, convocando a llevar a cabo en las canchas una actitud de camaradería, humanismo y franqueza, sin embargo los elementos mencionados en el párrafo anterior le imprimen mucha tensión al propio proceso haciendo de los individuos que reaccionen más como animales irracionales que como racionales, convirtiéndose en sus propios enemigos que aprovechan los contrarios, desestabilizándose no solo en su control ante tareas a resolver, sino también aparece la pérdida del esquema táctico y la estrategia a seguir, sus pensamientos ya no son tan claros, por tanto tampoco el área sensorial y la memoria no trabajan con claridad y precisión, los músculos se tensan y el gasto energético es mayor al que necesitamos, lo que tiende a debilitarnos, todo esto ocurre por no manejar correctamente la agresividad verbal o física del contrario, para lograr la aparición de esas debilidades en el otro contendiente, a esto Goleman es lo que le llama manejar adecuadamente las relaciones con los demás y con nosotros mismos, por lo que no se trata de inteligencia académica, la cual se mide por la capacidad cognoscitiva exclusivamente. Por tanto lo importante no es ser muy inteligente sino utilizarlo eficientemente en situaciones complejas donde se tiene muchos obstáculos en contra y debemos salir adelante o vencer dichos obstáculos, sin dañarnos y/o dañar lo menos pasible a los que nos rodean, y si se hace de alguna manera, que las personas no lo perciban. También Salovey y Mayer (1990) definieron ésta como la capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás y utilizarlos como guía de pensamiento y acción.

    Recordemos otro ejemplo mundialmente conocido, en el mundial Alemania 2006 durante el partido final, el francés Zinedine Zidane le encajó un cabezazo al Italiano Materazzi, aparentemente el Italiano le dijo algunas palabras ofensivas que disgustaron mucho al francés, este perdió el control y agredió a contrario, el réferi lo sancionó (Zinedine Zidane) con la expulsión, el equipo de Francia se debilitó en momentos cruciales de esa final y momentos después Italia se proclamaba Campeón Mundial. Existen otros muchos a nivel mundial y otros en Cuba, en los campeonatos nacionales de béisbol, baloncesto, fútbol y otros, que terminan de la misma forma y casi siempre el que provoca la crisis o situación adversa sale ganando, por lo que muchos entrenadores estudian a los contrarios y sus debilidades en este sentido para provocar tales momentos que son muy bien aprovechados para la victoria.

    Todos estos ejemplos nos demuestran que existen momentos muy tensos que debemos controlar, manejar y accionar de manera eficiente nuestros pensamientos y los de los demás, cuando no lo hacemos corremos el riesgo de convertirnos en nuestros propios enemigos emocionalmente, desde luego esta capacidad hay que entrenarla, pero ésta hay que concebirla en la preparación psicológica y los juegos o combates deben hacerse con tareas donde éstas constituyan acciones que requieran de un esfuerzo extra, donde el atleta o el equipo tiene que vencer obstáculos que lo descontrolen, como el árbitro en contra, la puntuación en contra, regaños constantes del entrenador sin razones, conductas agresivas del contrario sin ser amonestado, faltas del contrario sin ser señaladas y señaladas las de nuestro atleta, público en contra, incomodidades en los aseguramientos durante la competencia, entre otras.

    La inteligencia emocional es necesaria no solo en atletas, sino también en entrenadores, éstos también pierden le serenidad y la capacidad de manejar a su equipo, recordemos que el DT es el máximo responsable de generar un clima psicológico que favorezca el accionar de sus atletas.

    Los entrenadores no pueden estresar a sus atletas, al contrario deben generar confianza en ellos, orientar con precisión que hacer ante esas situaciones difíciles de resolver, en los que siempre debe primar un clima positivo, una comunicación clara, precisa, entre otras muchas características.

    Muchas veces también el entrenador genera malos hábitos durante las competencias, recordemos que el DT es el ejemplo a seguir por todos en el equipo, las conductas agresivas contra árbitros, solo genera que los atletas repitan esas conductas cuando consideren que son amonestados injustamente.

    En este aspecto del cual estamos explicando sobre el entrenador, existe un ejemplo positivo, que podría evaluarse de excelencia, sobre el cual debe siempre tomarse como patrón a seguir, nos referimos a Eugenio York, entrenador principal de la selección nacional femenina de Voleibol de Cuba por varios ciclos olímpicos con resultados mas que conocidos por todo el mundo de la familia deportiva y del voleibol específicamente.

    Este entrenador, el cual lo podríamos describir como inteligente emocionalmente por todas las habilidades que desarrolló en el manejo de sus emociones y la de sus atletas, las cuales hablan con respeto en todos los sentidos, no solo es una persona que tiene un amplio y reconocido conocimiento técnico por la actividad, también constituyó un padre para sus pupilas, sugería la manera de comportarse y mostrarse en cualquier lugar donde sus alumnas estuvieran, generando confianza, seguridad, control en las emociones, pensamientos claros para el esquema de juego que se trazaban, también fuera del terreno exigía e influía de la misma manera, demostrándole a sus atletas la importancia y necesidad de cualquier conducta adecuada como personas donde quiera que se encontraran.

    Recordemos en uno de los programas de la televisión Cubana, llamado “Confecciones de Grandes” donde la entrevistada era la triple campeona olímpica Mireya Luis, ésta atleta se refirió a su entrenador con una profunda admiración y un eterno respeto cuando mencionó que Eugenio hasta les aconsejaba con palabras mágicas, como debían vestirse para salir del hotel donde se hospedaban en cada competencia, que tuvieran en cuenta el prestigio y reputación que tenían como equipo en el mundo, y esto significaba que nada podía empañar la imagen de “Las Morena del Caribe”.

    Otro personaje importante en las competencias son los árbitros y/o jueces, estas personas que imparten justicias, constantemente son cuestionados y agredidos. Cada persona involucrada en la actividad competitiva de alguna manera le concede la desgracia de la derrota en alguna medida al árbitro, esto lo hace una persona negativa cuando no estamos de acuerdo con sus decisiones o cuando consideramos que el resultado ha sido fruto de sus aparentes imprecisiones, hasta la prensa le culpa de los resultados.

    Cuando un árbitro o juez decreta un decisión, no hay vuelta atrás, sino se equivocará dos veces y contra los dos equipos. Los árbitros necesitan de ecuanimidad ante situaciones agresivas, éste personaje siempre es juzgado mal, “el que mas se equivoca”, “el mas injusto”, “el que menos sabe”, etc. y es agredido frecuentemente en deportes como el fútbol, el béisbol, el baloncesto, entre otros, sobre todo en aquellos donde existe un contacto mas personal con los competidores, y no solo por atletas y entrenadores, también por el público dentro y fuera del terreno de competición les provoca lesiones, les mienta su familia o le dice frases muy obscenas que en ocasiones laceran la moral y prestigio de cualquier persona.

    Por todo esto también estos señores que imparten justicias, necesitan de la inteligencia emocional, imagínense un árbitro que se les valla el partido de la mano como suele decirse, por que no imparte justicia, porque no es severo en el momento adecuado, porque le teme a una agresión física o pierde el control ante un insulto de una atleta o un espectador y todo esto sin parcializarse aunque simpatice con un equipo o atleta en específico.

    A nuestro juicio todos los involucrados en las competencias, sean atletas, entrenadores, árbitros o directivos y psicólogos, necesitan de un grupo de habilidades para desarrollar la capacidad integradora, como lo es la inteligencia emocional.

    Para todo el personal que actúa en entrenamientos y competencias de diferentes puntos de vista, proponemos trabajar los siguientes aspectos, aunque debemos tener en cuenta las particularidades personológicas que pueden favorecer o no el desarrollo de las habilidades que aparecen a continuación.

Habilidades en atletas, para lograr una inteligencia emocional asertiva en el deporte, que le permita el logro de tareas

  1. Autoeficacia: Dominio sobre la actividad que realiza, Seguridad de si mismo acorde a la maestría alcanzada, Posibilidad de crear soluciones o generar nuevos conocimientos, Capacidad para ayudar a mejorar resultados ajenos.

  2. Comunicación asertiva: Capacidad para escuchar, Capacidad para trasmitir la idea central con palabras, Capacidad para trasmitir la acción a realizar con señales dentro del partido o combate.

  3. Autocontrol bajo influencia de emociones fuertes: Autoconfianza en el logro en situaciones complejas, Motivación hacia las tareas bajo la influencia de obstáculos, Capacidad de no dejar influencias que permitan manejarte hacia situaciones negativas, Capacidad de mantener los pensamientos y sensaciones positivas para lograr los objetivos trazados.

  4. Liderazgo en el equipo: Capacidad de cooperación, Lograr eficacia grupal e interpersonal, Capacidad para negociar las discrepancias.

Habilidades en entrenadores, para lograr una inteligencia emocional asertiva en el deporte, que le permita el logro de tareas:

  1. Nivel organizacional. Capacidad de planificar y ejecutar con rapidez y precisión.

  2. Iniciativa. Inclinación a elaborar soluciones nuevas, que provoquen mejoría y calidad en las ejecuciones de las distintas tareas.

  3. Generar confianza. Incentivar a los que le rodean a cumplir con seguridad las tareas asignadas, lograr autodominio y provocar dominio de los demás, lograr una constante colaboración dentro y fuera de la cancha en asuntos técnicos y personales.

  4. Comunicación asertiva. Dirigirse a los demás de manera asequible, comprensible, alegre, con ímpetu cuando lo requiera el momento, de manera que convenza y no confunda.

  5. Dominio de la actividad que realiza. Dejar claro su dominio con leguaje técnico, acciones científicamente argumentadas y resultados que lo avalen.

  6. Liderazgo en el equipo. Capacidad de aglutinar, Lograr eficacia grupal e interpersonal, Capacidad para negociar las discrepancias, Analizar los detalles en el lugar y el momento adecuado que no lacere el ego de nadie.

Habilidades en árbitros y jueces, para lograr una inteligencia emocional asertiva en el deporte, que le permita el logro de tareas:

  1. Dominio de la actividad que realiza. Dejar claro su dominio con leguaje técnico, acciones científicamente argumentadas y resultados que lo avalen.

  2. Autocontrol bajo influencia de emociones fuertes. Autoconfianza en el logro en situaciones complejas, Motivación hacia las tareas bajo la influencia de obstáculos, Capacidad de no dejar influencias que permitan manejarte hacia situaciones negativas, Capacidad de mantener los pensamientos y sensaciones positivas para lograr los objetivos trazados.

  3. Transparencia y Justeza. Decidir sin tener en cuenta su inclinación afectiva, Tener sentido de la justeza, No dejar que las influencias externas afecten su decisión.

  4. Comunicación asertiva. Dirigirse a los demás de manera asequible, comprensible, alegre, con ímpetu cuando lo requiera el momento, de manera que convenza y no confunda.

Habilidades de los psicólogos deportivos, para lograr una inteligencia emocional asertiva, que le permita el logro de tareas a los atletas entrenadores y árbitros:

  1. Inducir confianza. Incentivar a los que le rodean a cumplir con seguridad las tareas asignadas, lograr autodominio y provocar dominio de los demás, lograr una constante colaboración dentro y fuera de la cancha en asuntos técnicos y personales.

  2. Incentivar la comunicación asertiva. Dirigirse a los demás de manera asequible, comprensible, alegre, con ímpetu cuando lo requiera el momento, de manera que convenza y no confunda.

  3. Dominio de la actividad que realiza. Dejar claro su dominio con leguaje técnico, acciones científicamente argumentadas y resultados que lo avalen, generando necesidad de acudir a él y sus servicios.

  4. Provocar autocontrol bajo influencia de emociones fuertes. Autoconfianza en el logro en situaciones complejas, Motivación hacia las tareas bajo la influencia de obstáculos, Capacidad de no dejar influencias que permitan manejarte hacia situaciones negativas, Capacidad de mantener los pensamientos y sensaciones positivas para lograr los objetivos trazados.

  5. Estimular el líder en el equipo. Capacidad de aglutinar, Lograr eficacia grupal e interpersonal, Capacidad para negociar las discrepancias, Analizar los detalles en el lugar y el momento adecuado que no lacere la autoestima de nadie.

  6. Lograr en todo el personal un clima psicológico favorable. Capacidad de lograr una disposición psíquica en todo el personal para obtener resultados positivos, basada en el desarrollo de todas las habilidades propuestas anteriormente.

    Estas son propuestas para trabajar de forma individual o induciéndolo a otras personas, como debe hacerlo tanto el DT como el Psicólogo como parte cada uno de la preparación psicológica. Acorde a estas habilidades para formar la inteligencia emocional como capacidad superior, deben elaborarse objetivos, ejercicios, acciones, pruebas para controlar éstas, todos estos elementos del control emocional como parte del componente psicológico.

    De esta forma nos queda claro la importancia que constituye este tema, para lograr superar obstáculos que nos afectan nuestro actuar en entrenamientos, competencias y fuera de ellos para lograr el cumplimiento de las metas trazadas.

Conclusiones

    La inteligencia emocional constituye una capacidad compleja que se forma en la actividad como resultado de la interrelación de un sistema de habilidades que se derivan, a partir de lograr conocer nuestras emociones y el manejo de ellas, la automotivación y autocontrol, la empatía y el manejo de las relaciones con los demás, lo cual representa un factor importante para vencer obstáculos emocionales que se presentan en el camino al cumplimiento de la tareas trazadas, por lo que Goleman le llama manejar adecuadamente las relaciones con los demás y con nosotros mismos.

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