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Deporte moderno y proceso de globalización

 

Dr. en Educación Física

Profesor de la UCA

(España)

Damián Ossorio Lozano

damianossorio@telefonica.net

 

 

 

 

Resumen

          Somos testigos de una globalización del deporte y de un incremento de la diversidad de culturas deportivas. El deporte en la actualidad está asociado al consumo de eventos deportivos, esta filosofía se transmite a través de una red global de interdependencia entre ciudadanos de distintos países. El deporte, como fenómeno global, está íntimamente relacionado con el proceso de deportivización social, y a la vez está vinculado a la íntima relación entre las diversas comunidades, culturas, civilizaciones. El deporte moderno se ha creado según Guttman (1978) a partir de siete características que explican el cambio del deporte ritual y folklórico al deporte que tiene como fin ser el único, el mejor, el primero Nos parece oportuno destacar el papel de la Educación Física como eje dinamizador de la cultura deportiva. Nuestra propuesta respalda el desarrollo de un deporte más humanizado y de una Educación Física más apegada a la cultura y las tradiciones.

          Palabras clave: Deporte. Globalización. Modernidad.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 165, Febrero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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    El devenir del deporte moderno se encuentra ligado al proceso de globalización, proceso que ha significado un gran impacto en la vida, la cultura y el medio ambiente de las personas. Sus estructuras y relaciones están definidas por la autoridad y el poder que existe en cada grupo, sociedad o civilización. Somos testigos de una globalización del deporte y de un incremento de la diversidad de culturas deportivas.

    El deporte como rendimiento-resultado, domina sobre la cultura corporal lúdica. Los juegos tradicionales subsisten, aunque bajo formas residuales, y que una nueva cultura del cuerpo está emergiendo para cuestionar la vigencia del deporte rendimiento. Hay, entonces, evidencia para reconocer tanto la existencia de la homogeneidad como de la heterogeneidad. Dicho de otra forma, la cultura corporal lúdica está marcada, a la vez, por una disminución del contraste y por un incremento en su diversidad (Maguire, 1999).

    El proceso de globalización no es reciente ni ha evolucionado de igual manera en todos los países. Es un tema que está sujeto a un gran debate social, ideológico y científico. La historia más cercana inspira una intensificación global de múltiples interrelaciones, lo que hace cada día más difícil concebir los procesos particulares sin hacer referencia a los movimientos globales.

    Las condiciones de vida y el conocimiento en general y sus acciones, están en consonancia con un procedimiento integral y globalizador en crecimiento. Las causas de este movimiento radican en el florecimiento de una cultura cosmopolita y de unos movimientos migratorios en todos los ámbitos, que van desde los intercambios económicos hasta la implantación de redes de comunicación supranacionales, pasando por los avances científicos y tecnológicos. Este panorama trae consigo un grado de dependencia extremo que vincula al ser humano a un único proyecto global, lo que conlleva unas implicaciones de tipo medio ambiental.

    El deporte en la actualidad está asociado al consumo de eventos deportivos, esta filosofía se transmite a través de una red global de interdependencia entre ciudadanos de distintos países. Las competiciones deportivas son disputadas por los mejores deportistas traídos de diversos países. Estas competiciones son financiadas por instituciones internacionales y empresas multinacionales que de manera mediática se involucran en la estructura deportiva, tratando de imponer el consumo de este producto llamado deporte.

    Esta industria del deporte impone modelos y estilos de vida, el caso más representativo es la imposición de la moda deportiva. La comercialización de este bien cultural se asocia a la vestimenta y al calzado como parte de ese proceso global.

    La oferta y venta de material deportivo no es sino la etapa final dentro de una red comercial, que trae consigo la intervención de creadores, industriales, distribuidores y empresas publicitarias que exportan a los cinco continentes sus artículos deportivos. Como contrapartida, estas multinacionales esponsorizan a clubes, deportistas e instituciones. Esta combinación de cultura, empresa y competición se corresponde con una corriente global marcada por luchas de poder o por cuotas de mercado.

    Si analizamos esta situación desde un punto de vista económico, el trasiego deportivo-mercantil es parte central no solo del progresivo aumento de la inmigración de trabajadores y de las fuertes inversión que se realizan, sino del volumen de negocio que genera el deporte actual.

    Desde el punto de vista ideológico detrás de los grandes acontecimientos deportivos como los Campeonatos de Europa, Campeonatos del Mundo y Olimpiadas, existe un complejo entramado entre poder e ideología. Tanto es así, que organizaciones como la Comunidad Europea, Comité Olímpico e instituciones no gubernamentales ostentan la misma supremacía que los estados gubernamentales y según parece su repercusión proseguirá en el futuro.

    La difusión de la cultura occidental como modelo de conducta internacionalizada ha supuesto que los gustos y costumbres, incluido el deporte, actuaran como un símbolo de distinción, prestigio y poder en los países no occidentales. Al mismo tiempo, este flujo de intenciones mantienen vivas las relaciones entre culturas de diferentes. Este contexto ha aceptado, al mismo tiempo, un intercambio en doble sentido, es decir, ha tolerado el tráfico cultural de los signos de identidad de otras civilizaciones diferentes a la nuestra.

    Este encuentro intercultural se ha distinguido por una combinación de factores premeditados y otros que han surgido de manera espontánea. Se aprecia de forma evidente que la mecánica de ese proceso está correlacionada con las oscilaciones de poder entre las comunidades dominantes y las de menor rango. Al multiplicarse esta interconexión, los contrastes entre influenciados e influyentes disminuyen. La tasa de poder existente entre ambos tiende al equilibrio. El considerar este precepto nos advierte sobre la posibilidad que algunas fórmulas de conducta puedan caducar mientras otras nuevas pueden aflorar.

    El deporte, como fenómeno global, está íntimamente relacionado con el proceso de deportivización social, y a la vez está vinculado a la íntima relación entre las diversas comunidades, culturas, civilizaciones. Muchos de los deportes que surgieron y se practicaron de manera localistas, más tarde adquirieron importancia internacional. Y al contrario, grandes manifestaciones deportivas y con gran arraigo popular, han quedado en la actualidad, en lo anecdótico y restringido.

    El deporte moderno se ha creado según Guttman (1978) a partir de siete características que explican el cambio del deporte ritual y folklórico al deporte que tiene como fin ser el único, el mejor, el primero. Estas características son: racionalización, igualdad de oportunidades, organización burocrática, secularismo, especialización, cuantificación y la búsqueda de la marca.

    A continuación vamos a exponer algunos puntos de vistas recogidos entre diversos autores, que han estudiado las diversas tendencias que se observan en el deporte contemporáneo. Estas opiniones reflejan un espectro variopinto de influencias y connotaciones diferentes:

    Estos procedimientos estructurados son el cultivo sobre el cual se propagarán los deportes en el futuro. Todos y cada uno de estos procesos emergentes se caracterizan por elementos de control, cultura y poder. El empuje del deporte moderno, ya sea a través del Movimiento Olímpico, federaciones o de los programas de educación física escolares, ratifican al deporte de élite como el único que tiene reconocimiento a nivel mundial.

    Ante tales argumentos se hace necesario respetar la idiosincrasia del deporte popular y sus variadas manifestaciones. El deporte tradicional es parte del legado cultural de cada país.

    Nos parece oportuno destacar el papel de la Educación Física como eje dinamizador de la cultura deportiva. Actualmente parece resurgir una nueva corriente de opinión que trata de romper viejos moldes. Hasta hace relativamente poco tiempo, la Educación Física había asumido contenidos y objetivos más propios del deporte rendimiento que el de un modelo formativo, es decir, la Educación Deportiva había reemplazado a la Educación Física.

    Nuestra propuesta respalda el desarrollo de un deporte más humanizado y de una Educación Física más apegada a la cultura y las tradiciones. Este movimiento representa una nueva ética que celebra la diversidad y la singularidad de los pueblos, la tarea no parece fácil pero el esfuerzo parece la pena.

Bibliografía

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