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Esclerosis múltiple y ejercicio físico

 

*Técnico Superior en Animación y Actividades Físicas y Deportivas

Diplomado en Educación Física por la Universidad de Murcia

**Diplomado en Educación Física por la Universidad de Murcia
(España)

Vicente José Llamas Díaz*

vicen405@hotmail.com

Antonio Martínez Martínez**

elpachucote@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          En el presente artículo, vamos a intentar hacer un acercamiento a la “Esclerosis Múltiple”, enfermedad que en la actualidad se desconoce y asusta a gran parte de la sociedad. De esta manera, podemos informar en la medida de lo posible, de sus principales síntomas para una detección temprana. Por otro lado, además de incidir sobre los efectos que el ejercicio físico tiene sobre esta enfermedad, también vamos a desarrollar un programa de intervención a nivel de ejercicio físico, en función de las características o grado de afectación que tiene la enfermedad sobre del individuo.

          Palabras clave: Esclerosis múltiple. Evaluación y clasificación. Ejercicio físico. Programa de intervención.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 152, Enero de 2011. http://www.efdeportes.com/

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1.     Concepto de Esclerosis Múltiple

    La esclerosis múltiple (EM) es un trastorno neurológico crónico que afecta el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). El proceso de la enfermedad ocasiona inflamación y daño a la mielina (aislamiento de las fibras nerviosas) y otras células dentro del sistema nervioso. Debido a que la mielina ayuda a conducir las señales nerviosas, el daño a la mielina ocasiona un deterioro en la señalización entre los nervios y puede afectar la sensación, el movimiento y el pensamiento normales.

    Los daños se localizan en la materia blanca del cerebro con mayor incidencia en las zonas que inervan las regiones perivascular y periventricular.

    Los síntomas habitualmente se manifiestan siguiendo un patrón de exacerbaciones y remisiones.

    Las respuestas visuales, somatosensoriales y las evocadas por el tronco cerebral a menudo se retrasan.

    Es muy importante tener en cuenta las consideraciones que describimos a continuación, ya que la EM:

  • No es una enfermedad contagiosa.

  • No es hereditaria. Existe una susceptibilidad genética para padecerla, pero no se transmite.

  • No es mortal.

  • Su causa y su cura son desconocidas.

2.     Síntomas

    Los síntomas más frecuentes en orden decreciente son; episodios de pérdida de fuerza en uno o más miembros, pérdida de sensibilidad, alteraciones visuales (pérdida de visión o visión doble), inestabilidad, etc. Para que estos síntomas constituyan sospecha de esta enfermedad, deben persistir de forma clara al menos durante 24-48 horas.

    A continuación, vamos a describir más detalladamente los principales síntomas que pueden darse en personas que padecen EM. Entre ellos podemos encontrar los siguientes:

  • Sistema nervioso central (SNC); deterioro cognitivo, fatiga, depresión y estado anímico inestable.

  • Perturbaciones visuales; pueden incluir dolor de ojos, distorsión o pérdida de la vista en un ojo o deterioro de la percepción del color y visión borrosa.

  • Lenguaje; pueden presentar “disartrias”, que genéricamente, son errores de la articulación de las palabras, que no coinciden con las normas socioculturales impuestas por el ambiente, que dificultan la inteligibilidad del discurso y que se presentan a una edad en la que se debería tener una articulación correcta. Si la causa que produce dichos errores se encuentra a nivel del SNC, se denominan de esta forma.

  • Garganta; provoca “disfagia”, es decir, dificultad en la deglución de los alimentos.

  • Músculos esqueléticos; espasticidad (mantiene los músculos permanentemente contraídos), debilidad muscular y dificultad para caminar o realizar tareas que requieren coordinación, espasmos musculares, etc. Todos estos síntomas se denominan “ataxia”, que puede llegar a afectar tanto a miembros superiores como inferiores, a dar problemas de dicción, etc. Todo esto causando interferencias entre la enfermedad y las actividades de la vida diaria.

  • En cuanto a sensaciones; se pierden muchas de ellas, provoca hormigueo por todo el cuerpo y la persona se vuelve hipersensible al calor.

  • Intestino; pérdida de control intestinal, diarrea o estreñimiento.

  • Y por último, el sistema urinario; pérdida del control de la vejiga.

Epidemiología

  • La EM afecta más al sexo femenino que al masculino.

  • Los primeros síntomas suelen aparecen en los jóvenes-adultos, entre los 20 y los 40 años.

  • Las zonas más alejadas del ecuador, suelen ser las más afectadas, sobre todo por el norte.

3.     Efectos del ejercicio físico

    Debido a la hipersensibilidad al calor, las personas afectadas por EM, experimentan sensación de malestar al realizar actividad física si no la realizan en unas condiciones adaptadas.

    Esto puede desembocar en un abandono del ejercicio físico y llevar a la persona a la pérdida de capacidad física.

    Además, junto a los síntomas que la enfermedad provoca en la persona, como la dificultad de realizar tareas de la vida diaria y la necesidad de tener que pedir ayuda a menudo, habitualmente, hace que aparezca la depresión.

    Los efectos del ejercicio físico deben encaminarse hacia una mejora en la vida diaria de las personas con EM y son, en resumen:

  • Mejora de las capacidades físicas, especialmente la flexibilidad y la fuerza.

  • Reduce la ansiedad y la depresión, aumentando la sensación de bienestar.

  • Aumenta la autonomía personal.

  • Mejora de la coordinación y equilibrio.

4.     Parámetros de evaluación y clasificación

    La primera pauta a seguir, es la evaluación de la persona afectada, incluyendo:

  • Breve historial sobre las actividades de la vida diaria que realiza.

  • Los efectos específicos de la enfermedad sobre la deambulación, equilibrio, coordinación y fuerza.

  • Un electrocardiograma y una revisión de la capacidad cardiopulmonar mediante una prueba de esfuerzo en la que se realice un ejercicio del gusto del afectado, con el fin de estimar el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) y el índice de esfuerzo percibido.

  • Una prueba muscular manual o una evaluación independiente realizada por un fisioterapeuta para medir la forma física en personas con un bajo grado de incidencia de la enfermedad.

    El resultado de estas pruebas nos servirá para clasificar a la persona dentro de unos parámetros que mostramos a continuación:

Parámetros para realizar la evaluación y clasificación del grado de afectación

  • Clasificación de la persona afectada por EM en escala de 1 a 10 en función de las actividades que puede realizar cada individuo:

  • Clasificación funcional de las diferentes clases de EM:

5.     Programa de intervención

    Una vez hayamos evaluado y clasificado a la persona con EM en función de su grado de afectación, podemos realizar o preparar un programa de intervención individualizado para mejorar su bienestar y salud según sus características y necesidades.

    Los programas de ejercicio deben estar diseñados para activar los grandes grupos musculares de forma segura, evitando el uso excesivo y bloqueo de la conducción cuando la debilidad está presente.

    Es preferible un buen equilibrio entre ejercicio físico y descanso, que la inmovilidad para reducir la fatiga y sus efectos.

  • Las personas con EM pueden realizar ejercicios aeróbicos de forma segura, y el resultado es mayor aptitud. Los beneficios secundarios son la reducción de la depresión y la ansiedad, así como una mayor sensación de bienestar. El ritual de ejercicio permite a una persona con EM a ser proactivos. Mejorar el estado físico disminuye la morbilidad resultante de las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades que se desarrollan como consecuencia de la inmovilidad

  • Otros ejercicios que aumenten el rango de movimiento, tales como Thai Chi o el yoga, pueden ser muy eficaces. Como los ejercicios de fuerza y los de resistencia del peso del propio cuerpo. Estas actividades pueden ayudar a mantener la fuerza necesaria para llevar a cabo las funciones esenciales de todos los días.

  • Las actividades acuáticas son en teoría útiles para mantener y/o mejorar el equilibrio, la coordinación y el estado funcional.

    Estos programas podemos dividirlos en función a las dos finalidades fundamentales que posee, y están directamente relacionados con la clasificación funcional expuesta en la anterior tabla, de manera que se corresponden en orden descendente con las siguientes pirámides, de menor a mayor grado de afectación:

1.     Objetivos a conseguir en cuanto a forma física

2.     Objetivos a conseguir en cuanto a actividad física

    Teniendo en cuenta todas las consideraciones expuestas a lo largo del artículo, vamos a desarrollar un programa de entrenamiento estándar aconsejado, para que las personas que padecen EM, puedan realizar ejercicio físico en las mejores condiciones, y de esta manera, mejorar algunas de las capacidades físicas básicas, como son; resistencia, fuerza y flexibilidad.

    En la tabla que mostramos a continuación, se detalla el tipo de ejercicios recomendados, además de la frecuencia, intensidad y volumen con los que hay que trabajar estas capacidades.

Bibliografía

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