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ISSN 1514-3465

 

Orígenes del velerismo, el esquí acuático, canotaje, 

rafting, surf y kayak en Costa Rica (1900-1999). 

Deportes de elite, promoción turística y apoyo estatal

Origins of Sailing, Water Skiing, Canoeing, Rafting, Surfing, and Kayaking in 

Costa Rica (1900-1999). Elite Sports, Tourism Promotion and State Support

Origens da vela, esqui aquático, canoagem, rafting, surfe e caiaque na 

Costa Rica (1900-1999). Esportes de elite, promoção do turismo e apoio estatal

 

Chester Rodolfo Urbina Gaitán

chesterurbina@yahoo.com

 

Licenciado en Historia (Universidad de Costa Rica)

Maestría en Ciencias Sociales (FLACSO)

Maestría en Sociología (Universidad de Costa Rica)

Docente en la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades

de la Universidad Estatal a Distancia (UNED)

Obtuvo en 2020 el Premio Nacional de Literatura

de Costa Rica Aquileo J. Echeverría en el Área de Ensayo

por su libro: Mujer, deporte y nación en Costa Rica (1888-2015)

Cuenta con el Premio UNA 2020-2021

Premio de Universitario Distinguido de la UNED 2021

Es miembro correspondiente de la Academia

de Geografía e Historia de Nicaragua

(Costa Rica)

 

Recepción: 10/05/2025 - Aceptación: 31/08/2025

1ª Revisión: 23/07/2025 - 2ª Revisión: 27/08/2025

 

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Cita sugerida: Urbina Gaitán, C.R. (2025). Orígenes del velerismo, el esquí acuático, canotaje, rafting, surf y kayak en Costa Rica (1900-1999). Deportes de elite, promoción turística y apoyo estatal. Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(329), 2-28. https://doi.org/10.46642/efd.v30i329.8375

 

Resumen

    El objetivo de este artículo es estudiar la evolución histórica del velerismo, el esquí acuático, canotaje, rafting, surf y kayak en Costa Rica entre 1900 y 1999, a partir de los registros hemerográficos. Esto se hizo por medio de los datos brindados por la prensa comercial. Se hizo hincapié en los lugares de práctica, los iniciadores de estos deportes, su promoción y el apoyo estatal. El exiguo apoyo estatal y lo oneroso de su práctica, hicieron que estos deportes estuvieran solo al alcance de los sectores privilegiados. Esa situación hizo que estos deportes tuvieran un bajo nivel competitivo a nivel internacional. La poca injerencia estatal en el desarrollo y control de las disciplinas deportivas antes estudiadas permitió que los empresarios y las asociaciones ligadas a estas actividades solo se interesaran en su explotación comercial. No les importó el tema de la preservación del medio ambiente de los lugares en que se realizaba su práctica. Esto es evidente para el caso del surf.

    Palabras clave: Costa Rica. Deportes marítimos. Deportes acuáticos. Estado. Turismo.

 

Abstract

    The objective of this article is to study the historical evolution of sailing, water skiing, canoeing, rafting, surfing, and kayaking in Costa Rica between 1900 and 1999, based on newspaper records. This was done through data provided by the commercial press. Emphasis was placed on the places where these sports were practiced, the initiators of these sports, their promotion, and state support. The meager state support and the high cost of practicing them made these sports accessible only to the privileged sectors. This situation resulted in a low level of international competitiveness. The limited state intervention in the development and control of the aforementioned sports allowed entrepreneurs and associations linked to these activities to focus solely on their commercial exploitation. They were unconcerned about environmental preservation in the areas where they were practiced. This is evident in the case of surfing.

    Keywords: Costa Rica. Maritime sports. Water sports. State. Tourism.

 

Resumo

    O objetivo deste artigo é estudar a evolução histórica da vela, esqui aquático, canoagem, rafting, surfe e caiaque na Costa Rica entre 1900 e 1999, com base em registros de jornais. Isso foi feito por meio de dados fornecidos pela imprensa comercial. A ênfase foi colocada nos locais onde esses esportes eram praticados, seus idealizadores, sua promoção e o apoio estatal. O maior apoio estatal e o alto custo de sua prática tornaram esses esportes acessíveis apenas a setores privilegiados. Essa situação resultou em um baixo nível de competitividade internacional. A limitada intervenção estatal no desenvolvimento e controle dos esportes mencionados permitiu que empresários e associações vinculados a essas atividades se concentrassem exclusivamente em sua exploração comercial. Eles não se preocupavam com a preservação ambiental nas áreas onde eram praticados. Isso é evidente no caso do surfe.

    Unitermos: Costa Rica. Esportes marítimos. Esportes aquáticos. Estado. Turismo.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 329, Oct. (2025)


 

Introducción 

 

    Hacia mediados del siglo XIX el café permitió la vinculación de Costa Rica con el sistema económico mundial. Esto posibilitó que San José —y en menor medida a las principales ciudades y puertos— iniciaran un proceso de modernización cultural. A la par de modernizar el espacio urbano de San José, la clase social que detentaba el control del aparato estatal comienza a crear todo un complejo sistema de control social, político y mental, con el objeto de afianzarse en su papel de sector dominante para adaptar al costarricense a los requerimientos que exigía el sistema económico-cultural capitalista (Marín, 2000). En este proceso la promoción de la habilidad, la práctica de la actividad física y el respeto a las reglas deportivas desempeñaron un papel destacado. Sobre el origen de las prácticas deportivas en el país, se conoce que, desde mediados del siglo XIX, la burguesía nacional junto con algunos elementos foráneos radicados en el país, ya conocían y estaban familiarizados con dichas actividades, principalmente con el patinaje y la gimnasia. (Molina y Palmer, 1992, pp. 77-107)

 

    A partir de mediados del siglo XX el Estado tomó la dirección deportiva del país. Para 1953 nombra al parque la Sabana con el nombre de “Ciudad de los Deportes y Recreo”.

 

    En 1966 promulgó la Ley Orgánica de la Dirección General de Educación Física y Deportes. Esta asociación manejaba la actividad deportiva del país y se conformaba por un Consejo Nacional, por un director general de Educación Física y Deportes, y por los Comités Cantonales de Deportes. Los clubes, federaciones, asociaciones, ligas, juntas, comisiones y organizaciones deportivas similares se debían inscribir en la dirección antes citada, a cuya aprobación sometían sus estatutos, reglamentos y programas, y la cual supervisaba sus actividades, dirigía las relaciones entre ellos, así como las condiciones higiénicas de los eventos que se organizaran, y resolvía los conflictos que se producían entre ellos o entre sus respectivos programas. En este mismo año aprobó el Reglamento para la creación y funcionamiento de los Comités Cantonales de Deportes, los cuales organizarían, dirigirían y estimularían en cada cantón la educación física y los deportes en todos sus ámbitos. Funcionarían como delegaciones de la Dirección General de Educación Física y Deportes. (Urbina, 2006, pp. 193-194; Urbina, 2024; Urbina, 2025a; Urbina, 2025b)

 

    A partir de la década de los setenta el deporte experimentó cierto desarrollo y promoción nacional debido a que el Estado impulsó una política deportiva a través del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes y con la creación de los Juegos Deportivos Nacionales, los Juegos Estudiantiles y los Juegos Laborales. El Estado trató de masificar la actividad deportiva amparado en un concepto de recreación asociado al de deporte (Rodríguez, 2004, pp. 369-370). Empero, este desarrollo deportivo fue frenado a causa de la crisis económica de la década de 1980, la cual generó un ambiente de inestabilidad económica en el país que produjo una reducción en el campo de la inversión social.

 

    Según Molina, esta reducción fue producto de las políticas neoliberales adoptadas inicialmente por los gobiernos liberacionistas de Luis Alberto Monge (1982-1986) y Óscar Arias Sánchez (1986-1990), con el fin de favorecer un cambio económico a favor de los grandes empresarios nacionales y el gran capital transnacional. (Molina, 2007)

 

    Las políticas de contención del gasto social hicieron que la inversión en educación tuviera un retroceso en el decenio de 1980, lo que significó que la inversión real en educación entre 1980 y 1990 se redujera a un ritmo anual del 2% global y del 3,7% per cápita. Esta crisis hizo que en 1990 el sector educativo estatal contara con un 21% menos de los recursos reales de los que disponía en 1979 (Ulate, Montiel, Peralta, Trejos, y Sáenz, 2004) y que los docentes experimentaran un deterioro salarial. Además, para finales de la década de 1980 hubo un faltante de profesores. La crisis anteriormente señalada hizo que el Estado no promocionara la actividad atlética como lo había hecho en años anteriores a través de las olimpiadas intercolegiales y que negara el apoyo para que Sylvia Poll pudiera participar en los Juegos Olímpicos de 1988.

 

    Con respecto al origen de los deportes marítimos y fluviales, en puerto Limón, el domingo 14 de octubre de 1906 a las 2:00 p.m., se programó una competencia de regatas. En esa misma localidad, el 12 de octubre de 1908 a las 4:00 p.m., ante numeroso público que había en el muelle de madera, se realizó una regata en la que participaron: Equipo rosado: H. de Pass (capitán), José S. Soto, Manuel Montejo, W. Prestinary, S. Bremmer, F.J. Acuña y Alberto Maduro; Equipo azul: W. Baker (capitán), G. Mc Cutchin, J. Veitch, Amadeo Quirós, Manuel F. Quesada, Harry Zurcher y Geo Zurcher. Ganaron los azules. (Urbina, 2001, pp. 57-58)

 

    Acerca del velerismo, Arias, y Abarca (2015) refieren que, a mediados de junio de 1915 se estaban “llevando a cabo ejercicios para practicar las regatas que se efectuarán en la fiesta de la Virgen del Mar. Las regatas, a vela, a remo y a canalete, formaron parte del programa de las festividades de 1915. La comisión organizadora dividió en dos grupos las de remo y las de canalete: un grupo de profesionales y otro de aficionados. Al primero pertenecían todos los hombres de mar: boteros, lancheros, pescadores y marineros; al segundo, aquellos que “sin estar dedicados habitualmente a los trabajos de mar, practican el ejercicio de remar por sport”. No se permitía a ninguno de los participantes presentarse en estado de embriaguez a competir. Para los profesionales se había previsto un premio en metálico, mientras para los aficionados una mención honorífica.

 

    Para las regatas que se realizaron en el Estero (el lunes 19 a las 8 a.m.) se construyeron dos botes especiales: el G 1 y el G 2; los tripulantes del primero fueron: Amadeo Quirós, Arturo Guevara, Juan Rafael Guevara, Fernando Jiménez, Rigoberto Urbina y el timonel fue Ernesto Guevara; el segundo bote fue tripulado por: Cipriano Güell, Manuel Burgos (hijo), Adriano Urbina, Abel Salazar, Pedro Guevara y el doctor Sergio Fallas; el timonel fue Enrique Mc Adam. Todos ellos pertenecían a las élites locales. El equipo vencedor fue el de la lancha G 2. (Arias y Abarca, 2015, pp. 21-22)

 

    Sobre los inicios del rafting, Argüello apunta que sus iniciadores fueron el californiano Michael Kaye y el salvadoreño Rafael Gallo. Key, fundador en 1978 de Costa Rica Expeditions, y Gallo, fundador en 1985 de Ríos Tropicales, compitieron entre sí desde un inicio por ser líderes en seguridad, imitando con esa finalidad lo mejor de la normativa norteamericana. Para 1991, las normas de seguridad que utilizaban se plasmaron en un manual que sirvió de guía a otras compañías que comenzaron a participar en rafting durante los años posteriores (Argüello, 2019). Con respecto al surf, en 1952 arribaron a playas de Doña Ana los dos primeros corredores de olas, un norteamericano y un hawaiano, ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial, que observaron esta ola (la de Doña Ana), la de Pavones y la de Chicama en Perú cuando volaban los aviones de guerra de Pearl Harbor hacia Europa. (Grupo ACOS, 2021)

 

    A partir de todo lo anterior es que se postula que, el objetivo de este artículo es estudiar la evolución histórica del velerismo, el esquí acuático, canotaje, rafting, surf y kayak entre 1900 y 1999, a partir de los registros hemerográficos. Esto se hizo por medio de los datos brindados por periódicos como El Pacífico, La República, El Imparcial, Diario de Costa Rica, Diario del Comercio y La Tribuna se enfatizará en los lugares de práctica, los iniciadores de estos deportes, su promoción y el apoyo estatal.

 

Deportes marítimos y fluviales de Costa Rica (1900-1999) 

 

    Velerismo (1900-1997) 

 

    A finales de noviembre de 1900, se notaba gran entusiasmo en el puerto de Puntarenas por la fundación del Club de Regatas (El Pacífico, 29 de noviembre de 1900, p. 3). A principios de marzo de 1910 el Club Sport La Libertad mandó construir dos botes de regatas, los cuales se pondrían a disposición de los socios en la presa de Los Anonos, propiedad de la Compañía Tranvillera (La República, 5 de marzo de 1910, p. 2). El 15 de setiembre de 1913 en puerto Limón se celebraron competencias de regatas mal organizadas (La Información, 18 de septiembre de 1913, p. 4). Hacia mediados de mayo de 1915 el padre José Daniel Carmona solicitó a la municipalidad de Puntarenas un premio al vencedor de las competencias de regatas en la fiesta en honor a la Virgen del Carmen, patrona de los marinos (El Pacífico, 13 de mayo de 1915, p. 4). A finales de junio de 1915 en Puntarenas la empresa de vapores estaba construyendo unos botes de regatas con las siguientes dimensiones: 30 pies de eslora, 4 pies de manga y 2½ pies de puntal. (El Pacífico, 22 de junio de 1915, p. 4)

 

Figura 1. Vista de la competencia de veleros Lacsa 727 en el lago de La Sabana

Figura 1. Vista de la competencia de veleros Lacsa 727 en el lago de La Sabana

Fuente: La República, 26 de noviembre de 1979, p. 19

 

    Sobre la atracción que producían las competencias de regatas para los sectores acomodados, debe acotarse lo referido por Marín y Viales referente a que, entre 1880 y 1920, la oligarquía cafetalera comenzó a edificar sus espacios de diversión a través de parques, paseos o calles públicas de distinción (siendo el más prestigioso en San José el Paseo de las Damas o Damos), campos para el ejercicio y los inicios de los deportes en lugares como La Sábana. Simultáneamente tenía a Puntarenas como un centro de retiro privilegiado, donde el ocio y el tiempo libre se acomodaban a una serie de prácticas que llevaban a rituales que reflejaran la ostentación de las riquezas, tales como la compra de ropa o joyas. (Marín, y Viales, 2012, p. 177)

 

    En las fiestas cívicas de Puerto Limón de 1916, el Swimming Club organizó varias regatas (El Imparcial, 13 de setiembre de 1916, p. 8). Lo mismo sucedió un año después (La Información, 5 de setiembre de 1917, p. 6). En las fiestas de la Virgen del Mar de 1920 en Puntarenas, se llevó a cabo el 26 de julio a las 8:00 a.m. una competencia de regata a remo en el Estero, con un primer premio de 25 colones y el segundo premio de 10 colones. A las 12 del mediodía se realizó una competencia de regata a vela con los mismos premios que la competencia anterior (Diario de Costa Rica, 20 de julio de 1920, p. 8). Tres años después en las festividades de la virgen antes citada, el 23 de julio a las 9:00 a.m. se efectuó una competencia de regata a remo (Diario del Comercio, 15 de julio de 1923, p. 4). En las mismas festividades, pero de 1935 se llevaron a cabo competencias de regatas (La Tribuna, 14 de julio de 1935, p. 6). Luego de la noticia anterior pasaran varias décadas sin saberse del velerismo en el país.

 

Figura 2. Edgar Jiménez y Gabriela Cortés

Figura 2. Edgar Jiménez y Gabriela Cortés

Fuente: La República, 25 de junio de 1980, p. 20

 

    El 25 de noviembre de 1979, Hans Schmidt se coronó campeón de veleros en el torneo Lacsa 727, que inició en Puntarenas y finalizó en el lago instalado en el parque Padre Chapuí, en La Sabana. El segundo lugar le correspondió a Álvaro Martínez y el tercer puesto fue para Steve Snider). El torneo fue organizado por la Asociación Náutica (La República, 26 de noviembre de 1979, p. 19). En ese año el mejor velerista novato nacional era Edgar Jiménez. (La República, 13 de febrero de 1980, p. 22)

 

Figura 3. Hans Schmidt, campeón de velerismo de Costa Rica de 1980

Figura 3. Hans Schmidt, campeón de velerismo de Costa Rica de 1980

Fuente: La República, 17 de enero de 1981, p. 21

 

    Con respecto a Edgar Jiménez, practicaba el velerismo junto con su esposa Gabriela Cortés. Jiménez practicaba este deporte desde mediados de 1978. Había participado en más de cuarenta competencias. Logró el primer lugar en el Torneo Irene Gutiérrez Rímolo, participó en un centroamericano en Panamá en el cual quedó de tercero. Por su parte Cortés era junto a doña Gisella Snider las únicas mujeres que practicaban este deporte en ese momento. Sin embargo, el padre del velerismo en el país fue don Hans Schmith quien lo venía practicando desde principios de los años setenta. A partir de 1975 el velerismo comenzó a regir como un deporte en Costa Rica y comenzaron a realizarse competencias en la clase streaker en el puerto de Puntarenas, frente al Hotel Tioga, en playas del Coco y en el lago de La Sabana en San José (La República, 25 de junio de 1980, p. 20). También se hacían competencias en el lago Arenal. (La República, 25 de abril de 1980, p. 21)

 

Figura 4. Gisella Snider

Figura 4. Gisella Snider

Fuente: La República, 29 de julio de 1980, p. 30

 

    Otros veleristas destacados fueron Steve Snider, Rodrigo Vásquez, Álvaro Martínez, Jay Jackson, Henry Brealey y Marco Pravia. El 13 de julio de 1980 se realizó una regata en Puntarenas, patrocinada por la Botica Francesa. Esta competencia se efectuó con motivo de la celebración de la Virgen del Mar (La República, 26 de junio de 1980, p. 31). A finales de ese mes el costarricense naturalizado Carlo di Mottola ganó una competencia de dos mil millas que se llevó a cabo ida y vuelta entre Cowes y Shetland. Este deportista también obtuvo la victoria en varias competencias, entre ellas una entre Ciudad de El Cabo y Río de Janeiro y otra entre Francia y Túnez. A partir de 1978 este señor ofreció la Copa Chica Tica que se corría en Puntarenas todos los años (La República, 25 de julio de 1980, p. 21). En la de 1980 participó el niño Christian Schmidt. (La República, 29 de julio de 1980, p. 30)

 

    A inicios de febrero de 1981 los veleristas nacionales acordaron que pese al esfuerzo que hacían todos los domingos por mejorar su rendimiento, no obtenían ningún estímulo por parte del Estado, por lo que consideraron conveniente paralizar su actividad deportiva (La República, 4 de febrero de 1981, p. 29). Pese a lo anterior, los veleristas reanudaron sus actividades el 12 de julio en el puerto de Puntarenas. Durante ese día se corrió el Torneo Neutrodor. La municipalidad de Puntarenas especialmente solicitó la participación de estos deportistas para los eventos de la fiesta del Virgen del Mar (La República, 7 de julio de 1981, p. 18). Para los Juegos Panamericanos de 1983 en Caracas, Venezuela, el país competió en cinco deportes: natación, tiro, judo, ecuestre y vela. El velerista era Rodrigo Vásquez (La República, 10 de agosto de 1983, p. 28). En noviembre de 1997 se sabe de la existencia en el país del Club Regata de Perú 59. (La República, 13 de noviembre de 1997, p. 27)

 

    De todo lo antes expuesto sobresale que el velerismo nació en el ámbito privado —al igual que el resto de las disciplinas estudiadas— en festividades patronales como las de la virgen del Carmen y la virgen del Mar en Puntarenas y las fiestas cívicas de Puerto Limón. El Estado trató de promoverlo a partir de 1979 a través de la Asociación Náutica. Para su práctica se usaron espacios como los de playas del Coco, el lago de La Sabana y el lago Arenal. El exiguo apoyo estatal hizo que el velerismo —al igual que el resto de los deportes analizados— tuviera un bajo nivel competitivo a nivel internacional.

 

    Debido a lo oneroso que resulta la práctica el velerismo se ha quedado en el país como un deporte de acceso exclusivo de sectores privilegiados. En el caso del velerismo en Cienfuegos, Cuba, con el triunfo de la Revolución en 1959, y al producirse la creación del Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación (INDER) en 1961, el deporte de navegación a velas —al igual que el resto de los deportes— adquiere la posibilidad de que sea practicado por los sectores populares, instaurándose bases náuticas en todas las provincias y adquiriéndose embarcaciones gracias a la ayuda de los países socialistas, con la cual, este deporte que era privilegio de ricos puede ser practicado por cualquiera sin distinción social o racial. (Lóriga Hourruitinery Utrera, 2018)

 

    Esquí acuático o wakeboarding (1953-1991) 

 

    A finales de julio de 1953 en Golfito, los señores Rodrigo Vargas “Chiza” y “Firpo” Reischfleger, dieron una exhibición de esquí acuático frente al balneario Bella, en honor de unos visitantes de San Ramón. Los señores antes citados fabricaron el bote-motor especial con el que dieron el espectáculo (La República, 28 de julio de 1953, p. 11). Hacia mediados de 1970 en el Hotel Viña del Mar en Mata de Puerto Limón se practicaba el esquí acuático (La República, 3 de julio de 1970, p. 14). A finales de abril de 1971 se tenía previsto que para los carnavales de Puntarenas se realizarían competencias de este deporte. (La República, 26 de abril de 1971, p. 7)

 

    Los días 5 y 6 de agosto de 1978 se realizó en el puerto de Puntarenas el tercer campeonato del deporte antes referido. Este certamen se efectuó bajo las modalidades de slalom, trucks o figuras y rampas (La República, 21 de julio de 1978, p. 16). El 18 de febrero de 1989, en el paseo de los turistas de Puntarenas se dio un show de esquí acuático (La República, 17 de febrero de 1989, p. 47). A finales de ese mes se llevó a cabo en las márgenes del río Grande de Térraba, el primer Festival de Río donde se llevarían a cabo competencias del deporte antes citado (La República, 23 de febrero de 1989, p. 19). Del 22 al 24 de setiembre del año en mención, en Condovac La Costa, en playa Hermosa, provincia de Guanacaste, se realizaron competencias de esquí acuático. (La República, 21 de setiembre de 1989, p. 39)

 

    A inicios de mayo de 1990, se dieron a conocer que las competencias acuáticas que supongan el uso de embarcaciones como yates, jet y esquí, entre otras, debían de cumplir con una serie de requisitos, según lo establecía la ley. Le correspondía a la Dirección de Transporte Marítimo del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT), regular lo relativo a la seguridad de la vida humana en el mar y en general, la modalidad de transporte por agua, incluyendo actividades deportivas acuáticas. Dichas actividades estaban reguladas por la Ley 4956-T y los decretos 12568-TFH y 11147-T.

 

    Se establecía, además, que toda competencia acuática de las señaladas anteriormente debía ser autorizada por la Dirección de Transporte Marítimo. De igual manera, toda embarcación participante en dichas competencias debía estar inscrita en el Registro Naval Costarricense y cumplir con los requisitos mínimos de seguridad para su clase y tipo. Se prevenía a los organizadores de todo evento deportivo acuático que requería el uso de embarcaciones, que debían presentar la solicitud de autorización a la Dirección de Transporte Marítimo, consignando el lugar, fecha y duración del evento; así como el equipo y personal asignado para vigilar lo relativo a la seguridad de las personas y de las embarcaciones. Finalmente, se establecía el número de embarcaciones participantes. (La República, 5 de mayo de 1990, p. 26)

 

    El 14 de diciembre de 1991, en el paradero lacustre de Charrara, el equipo estadounidense de esquí acuático “Capitol City” brindó una exhibición de este deporte. El “Capitol City” era un equipo profesional formado por personas de la ciudad de Chicago y de Texas. La delegación de 8 personas que lo conformaban eran el capitán Jim Larson y Jeff Taschwer quienes fueron campeones de dobles en 1989. Asimismo, estaban Butch, Jake, Wendy Yetterberg, Lori Taschwer, Angie Messina y Gayle Glenn. (La República, 16 de diciembre de 1991, p. 38)

 

Figura 5. Wendy Yetterberg del equipo de esquí acuático “Capitol City”

realiza una acrobacia durante una exhibición en Charrara

Figura 5. Wendy Yetterberg del equipo de esquí acuático “Capitol City” realiza una acrobacia durante una exhibición en Charrara

Fuente: La República, 16 de diciembre de 1991, p. 38

 

    Canotaje (1975-1996) 

 

    El 18 de julio de 1975, el periódico La República dio a conocer una nota del costarricense-canadiense George F. Gerald Víquez, donde resalta que el canotaje no se conocía en el país, pero que él lo daría a conocer. Gerald señalaba que había iniciado la formación de un club de regata y remo. Lo primero que haría junto a Carlos Fernández y Jorge Luis Soto Sáenz, era organizar una competencia de remo, con botes de caucho, que arrancaría en los rápidos del río Reventazón a la altura del puente de Palomo y terminaría bajo el puente que cruza la carretera a Cachí (La República, 18 de julio de 1975, p. 31). A mediados de febrero de 1977, la Asociación Náutica Costarricense construyó sus instalaciones en la zona del Estero, en un terreno cedido en arriendo por la municipalidad de Puntarenas. Esta asociación contaba con más de 50 socios amantes del canotaje. (La República, 17 de febrero de 1977, p. 32)

 

    A principios de mayo de 1987, dentro de las actividades del carnaval Puntarenas 87 se realizaron varias competencias de canotaje (La República, 2 de mayo de 1987, p. 40). En los primeros días de agosto, llegó a Indianápolis la selección de canotaje que participaría en los Juegos Panamericanos que se celebrarían en esa ciudad. Serge Bayer Manley, uno de los seleccionados —hijo de padre inglés y de madre costarricense— señalaba que se había iniciado en ese deporte en California en 1986. Combinaba la práctica del canotaje con el estudio y la labor de guía de ríos. El instructor de la selección nacional era el alemán Gabor Mathe quien los entrenaba en el lago de La Sabana y en el Golfo de Nicoya (La República, 7 de agosto de 1987, p. 37). Los integrantes de la selección eran Patria Ossenbach, Thomas Ossenbach, Francisco Rodríguez, Serge Baker, Alejo Pacheco, Fernando Castañeda, Juan Castañeda y Peter Ossenbach. (La República, 30 de agosto de 1987, p. 18)

 

    En los últimos días de junio de 1988, un grupo de 20 líderes guías y scouts nacionales se encontraba en Seattle, en un programa de intercambio, adiestramiento y vivencia de campamentos de verano, donde aprendieron el canotaje (La República, 1 de octubre de 1988, p. 35). A mediados de abril de 1989, el Complejo Turístico Tilajari en San Carlos, le ofrecía al turista aprovechar los ríos de la zona para brindar el servicio de canotaje (La República, 15 de abril de 1989, p. 54). A inicios de octubre de 1990, el país participó en los XVI Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe en canotaje. (La República, 11 de octubre de 1990, p. 33)

 

    Para los juegos olímpicos de Barcelona de 1992, Costa Rica participó en canotaje por medio de José Álvarez Saborío y Ferdinand Steinvorth Neverman (La República, 10 de abril de 1992, p. 25). En los primeros días de noviembre de 1994 el complejo turístico Cerro Verde & Club ofrecía el servicio de un muelle flotante, frente al hotel, a orillas del lago Arenal con todo lo necesario para la práctica del canotaje (La República, 4 de noviembre de 1994, p. 54). Hacia finales de enero de 1996, la renovación portuaria, urbana, recreativa y turística de Puntarenas se concretó gracias a la firma de un convenio de donación gestionado por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes ante la república de China en Taiwán por 15 millones de dólares para realizar las obras. Entre las actividades que se pretendía explotar estaba el canotaje. (La República, 25 de enero de 1996, p. 34)

 

    Sobre lo anterior debe señalarse lo apuntado por Chinchilla (2012) en el sentido de que, el turismo ha sido una de las actividades más incentivadas por el Estado desde inicios de los años de 1980 y constituye una de las pocas opciones que tienen gran parte de las localidades costarricenses para integrarse a la globalización y mejorar sus indicadores de bienestar. Incluso aquellas regiones que han podido integrarse desde antes de una manera exitosa a los mercados nacionales e internacionales, tienen en el turismo una actividad que puede potenciar la economía de las localidades. Sin embargo, desde el ámbito institucional, el tema turístico ha sido abordado casi exclusivamente por el Gobierno Central y se ha descuidado la posibilidad de que los gobiernos locales y los empresarios pequeños asuman un papel protagónico en la gestión del turismo dentro de los espacios rurales (Chinchilla, 2012, pp. 17-18). El inicio y despegue de la actividad turística se desarrolla a partir de una amplia base de recursos naturales, pero también desde las iniciativas económicas de empresarios y cooperantes y sobre todo, de una comunidad con lazos de vecindad fuertes, que generen bienestar e identidad. (Chinchilla, 2012, p. 33)

 

    Rafting 

 

    El 2 de octubre de 1978, terminó en el puerto de Moín en Limón, una travesía que había empezado en el río Reventazón desde Bajo El Congo. La misma duró ocho días y participaron un puñado de hombres y mujeres dueños de tres botes inflables. El hacerles frente a aguas furiosas con olas de 10 pies, remolinos y turbulencias incontrolables, obligaron a los expedicionarios a tomar la decisión de usar solamente dos botes con remos fijos, desechar el bote con remos volantes y dejar en tierra parte de los tripulantes para evitar un peligroso sobrepeso en las lanchas. Los ganadores fueron Anderson, Ahola, Kaye, Cruz, Genesí y La Harper. Michael Kaye jefe de la expedición dijo lo siguiente: “El indomable ha sido domado. Todo está bien…” (La República, 3 de octubre de 1978, p. 20)

 

Figura 6. La remera Jan Harper. Adelante Tony Castro del ICT y Yolanda Amaya

Figura 6. La remera Jan Harper. Adelante Tony Castro del ICT y Yolanda Amaya

Fuente: La República, 3 de octubre de 1978, p. 20

 

    El 27 de diciembre de 1988 el Dr. Óscar Arias Sánchez —presidente de la República 1986-1990— hizo un recorrido por los rápidos del Reventazón, en compañía de su esposa doña Margarita Penón, el congresista estadounidense Stephen Solarz y su esposa, así como el inglés David Stephen, amigo personal de Arias, que vino a pasar las fiestas de fin de año, junto con su familia, a Costa Rica. Los cuatro botes —de la compañía Aventuras Naturales y propiedad de Walter Coto, secretario general del Partido Liberación Nacional, y de los turrialbeños Roberto Leiva y Roberto Fernández— partieron por la entrada de La Cruz de la Misión, en Tuqurrique de Turrialba y salieron 22 kilómetros más abajo, en el puente de La Angostura. (La República, 28 de diciembre de 1988, p. 2)

 

    Del 4 al 15 de setiembre de 1991 en Turrialba se efectuó el Festival Bosque Tropical Costa Rica. Entre sus actividades destacaron competencias de rafting (navegación en balsa sobre aguas turbulentas) (La República, 10 de setiembre de 1991, p. 16). El 26 de agosto de 1996 el Instituto Costarricense de Turismo daba a conocer que el Tour Operator Dos Ríos Rafting realizaba competencias en el río Reventazón y Casa Máquinas con un precio de seis mil doscientos colones. Este precio incluía desayuno, almuerzo, transporte, guías y equipo. (La República, 26 de agosto de 1996, p. 33)

 

    Surf (1985-1999) 

 

    Los días 1, 2 y 3 de febrero de 1985 se realizó una competencia de surf organizada por don Franck Mora y la Asociación Costarricense de Surf. Se llevó a cabo en playa Bonita de Limón, donde participaron atletas de los países caribeños y de Estados Unidos, además de los nacionales. La sede era el Hotel Matama y el costo de la inscripción era de cuatrocientos colones. Los interesados se podían inscribir en la Dirección de Prensa y Comunicaciones de la Refinería Costarricense de Petróleo (RECOPE). Como premios se otorgaron pasajes de avión a Miami, México y Nueva Orleans, además de trofeos y regalos (La República, 14 de enero de 1985, p. 12). En octubre de 1986 el equipo J. T. de Cabo Cañaveral, Florida, obtuvo el subcampeonato por equipos internacionales en el International Surf 86 de la playa del océano Pacífico llamada playa Hermosa de Jacó. (La República, 3 de noviembre de 1986, p. 33)

 

    A finales de marzo de 1987 se llevó a cabo un torneo en Puerto Limón (La República, 26 de marzo de 1987, p. 36). A principios de agosto de este año la Asociación Costarricense de Surf (ACOS) celebró en playa Hermosa de Jacó el Torneo Mundial de Surf Costa Rica 87, ante una muchedumbre cercana a las cinco mil personas. El campeón fue el estadounidense David Speer del equipo J. T. Florida. El interés de la asociación antes citada era ser embajadores y proyectar a Costa Rica por medio del deporte y la cultura, mostrando las playas y paisajes típicos, atrayendo así divisas al país y fortalecer la industria y el turismo para que la juventud costarricense y las familias disfrutaran de un gran espectáculo sin ruido, ni humo y aparte de eso pudieran disfrutar del sol y la playa (La República, 6 de agosto de 1987, p. 38). La opinión emitida por ACOS es la de una asociación deportiva sin fines de lucro, que fomenta el deporte y el sano entretenimiento. La poca injerencia del Estado en el desarrollo y control del surf —y en general, de los deportes aquí estudiados— permitió que los empresarios y las asociaciones ligadas a estas actividades solo se interesaran en su explotación comercial.

 

    No promovieron un turismo responsable al abordar el tema de la sostenibilidad y protección del medio ambiente de los lugares en que se realizaba su práctica, como sí lo hicieron los representantes del poder público en la ciudad de Torres, Rio Grande do Sul, Brasil. (Marini, 2023, pp. 38-42)

 

    Hacia mediados de setiembre de 1987, Freddy Zamora del equipo Hotel Colonial en la categoría individual y KLM-Colosal 2000 número uno por quipos, fueron los triunfadores del Festival Barra 87 de surf, celebrado en playas de doña Ana en Boca de Barranca (La República, 24 de setiembre de 1987, p. 43). Un mes después, la ACOS había aceptado enviar una selección para participar entre el 28 de octubre al 2 de noviembre en el Orchard International Surfing Classic Barbados. Los seleccionados eran Carlos Villalobos, Álvaro Vizcaíno, Óscar Aguilar Calderón, Yuri Méndez, Alder Acosta Sánchez y Erick Acosta Sánchez. (La República, 19 de octubre de 1987, p. 37)

 

    Del 28 al 31 de enero de 1988, se realizó el Torneo de Surf del Festival del Mar en el puerto de Quepos. Asimismo, la selección nacional participó en el Mundial celebrado en Puerto Rico, en febrero del año antes referido (La República, 26 de enero de 1988, p. 28). El 5 y 6 de noviembre se llevó a cabo un torneo de surf en las playas de Manuel Antonio (La República, 5 de noviembre de 1988, p. 4). El 14 de enero de 1989 se celebró en Jacó un torneo (La República, 13 de enero de 1989, p. 12). Del 21 de enero al 19 de marzo se llevaron a cabo en playas de Manuel Antonio, una serie de eventos bajo el nombre de “Verano Tempo” donde sobresale como una de sus principales actividades varias competencias de surf (La República, 31 de enero de 1989, p. 32). Los días 28 y 29 de enero se realizó la segunda etapa del programa “Playas Doradas”, que impulsaba la compañía Colgate Palmolive con el objetivo de promover el turismo interno. La segunda fase tuvo lugar en Playa Bonita. La primera etapa se efectuó el 14 de enero en Jacó. (La República, 27 de enero de 1989, p. 43)

 

    Según Vargas en 1950 el total de turistas que ingresaron al país fue de 20.225 personas. Ya en 1968 se registraron 118 000 turistas. Dicho turismo se centraba sobre dos espacios geográficos específicos: el Valle Central, con destinos específicos en el centro del país, específicamente lugares como los volcanes Irazú y Poás; el otro espacio correspondía al Pacífico Central, hacia Puntarenas y en menor medida Jacó. Entre las razones fundamentales de la preferencia hacia estos dos espacios en específico están, la inexistencia de una distribución vial adecuada, la escasa cobertura de infraestructura de servicios destinados a suplir las necesidades del turista en zonas con mayor potencial turístico; carencia de una visión empresarial eficiente para la implementación del turismo y la inexistencia de políticas gubernamentales bien planificadas para considerar el desarrollo del turismo. (Vargas, 2003, p. 5)

 

    A principios de enero de 1990, la ACOS informó de un evento denominado Festival Surf 90 el cual se realizaría en Playa Bonita, en el Hotel Matama, los días del 12 al 14 de enero del año antes citado. En este torneo competieron las categorías máster, juvenil, boogie y mujeres, para la clasificación de la selección nacional de 1991. Los patrocinadores de la ACOS para este evento fueron Coca Cola, Industrias del Atlántico, Cervecería Costa Rica, Hawaian Tropic, Radio Sistema Universal y Otec (La República, 11 de enero de 1990, p. 37). En este certamen el conjunto de Las Olas ganó la clasificación por equipos. Este conjunto deportivo alcanzó los 385 puntos y obtuvo el segundo lugar con Walter Fallas en la categoría master, tras tener 78,5 puntos, solo superado por Ricardo González (Joy B) con 85 puntos. En la categoría boogie el primer ubicado fue José Luis Xirinach, con 20 puntos, y segundo terminó Efraín Xirinach, con 17 puntos.

Ambos formaban parte del equipo Reencauchadora Gigante. En la división junior ganó Carlos Rojas (Mango Surf Shop) con 90 puntos y le siguió Alexander Castillo (Joy B) con 76 puntos. (La República, 20 de enero de 1990, p. 36)

 

    Como parte de la introducción de las prendas de vestir de la marca Ocean Pacific al país, se habían organizado una serie de actividades a realizarse en diferentes playas del país, a partir del 27 de enero llamado Pacific Waves 90, donde resalta un campeonato de surf (La República, 26 de enero de 1990, p. 52). A inicios de noviembre, la selección de surf ocupó el octavo puesto en el IV Internacional de Surf realizado en playas de Doña Ana (La República, 6 de noviembre de 1990, p. 32). Los días 6 y 7 de julio de 1991, la Asociación Costarricense de Surf organizó el “Torneo de surf de vacaciones 1991” en Playa Bonita. (La República, 6 de julio de 1991, p. 23)

 

    Los días 1 y 2 de mayo de 1998, se realizó la primera fecha del circuito Rusty Surf 98 en Playa Negra, Guanacaste. Este evento era organizado por la Asociación Nativos del Surf (ANS), serviría para que los competidores sumaran puntos, en procura del campeonato nacional y, además, como fogueo para los nacionales que se preparaban para asistir al mundial amateur de surf, que se iba a celebrar en octubre de ese año en Portugal. Según Abraham Hidalgo, presidente de ANS: “En Costa Rica el surf ha cobrado mucha fuerza y contamos con muy buenos competidores, como para aspirar a trascender nuestras fronteras. Lo que ha hecho falta es el apoyo gubernamental y de la empresa privada”. Para Hidalgo la mayor ayuda la obtenían de las empresas Rusty y Corporación Baalbek, que apoyaba a los organizadores y a los surfistas. En este torneo participaban las categorías Junior, Open Nacional, Open Internacional, Boogie y Mujeres. (La República, 27 de abril de 1998, p. 32)

 

    En abril de 1999 se celebró el Campeonato Panamericano del sur en playa Venado, Panamá. La mayoría de los jóvenes nacionales que participaron eran de Jacó, entre los que sobresalían Diego Naranjo, ganador del primer lugar; William Johnson, segundo lugar; y Luis Vindas, tercero. Lisbeth Vindas obtuvo el segundo lugar en la rama femenina. Estos jóvenes eran muy categóricos al señalar que no consumían ningún tipo de droga, ya que sus objetivos de alcanzar los niveles más altos dentro del surf no combinaban con los vicios. La afición de Lisbeth Vindas por el surf se debía a que observaba a los muchachos deslizarse sobre las olas, algo que le llamó la atención y quiso aprender: “Cuando me metí al mar a surfear por primera vez lo hice con una tabla grandísima, pero pese a eso pude tomar una ola y pararme sobre la tabla ese día. Fue genial, por eso me quedé hasta las 7 p.m. sola. (La República, 6 de mayo de 1999, p. 23)

 

    La imagen del surf que crean los jóvenes surfistas como un deporte en el que no tiene cabida el consumo de drogas, se orienta hacia el interés de no relacionar a los surfistas con vagos y drogadictos. El surf durante décadas fue visto como una actividad marginal, vinculada con la contracultura y el estilo de vida hippie. Esto hizo que fuera considerado como un deporte peligroso y poco respetable, y muchas personas lo relacionaron con el uso de drogas —sobre todo con la marihuana— y la falta de responsabilidad (Weedco).

 

    Este estereotipo hizo que comandante de la policía militar del Estado de Pernambuco en Brasil colocara soldados a lo largo de la playa de Boa Viagem, en Recife, Brasil en la década de 1980. El comandante dio órdenes de romper las tablas de los surfistas que se atrevieran a entrar al mar, ya que consideraba que el surf era un deporte para los que no tienen nada que hacer y que los surfistas sólo se dedicaban a drogarse. (Ortiz, 2019, p. 62)

 

Figura 7. Los surfistas Lisbeth Vindas y William Johnson

Figura 7. Los surfistas Lisbeth Vindas y William Johnson

Fuente: La República, 6 de mayo de 1999, p. 23

 

    El 20 de marzo de 1999, se llevó a cabo un torneo de surf nocturno en Playa Hermosa. El hotel Terraza de Pacifico ubicado en esa playa, fue la sede y organizador del evento, debido a que había hecho una millonaria inversión en un sofisticado sistema de luces, con el cual tanto la playa como el mar se iluminaban por completo. La idea de esta nueva forma de hacer surf nació de don Juan Calderón, uno de los socios del hotel antes referido. En el torneo tomaron parte 32 competidores de diferentes nacionalidades, como franceses, brasileños, estadounidense, venezolanos y costarricenses, entre ellos Betty Díaz, una joven de 17 años nacida en Jacó. El ganador fue el nacional Diego Naranjo que se llevó un premio de 500 dólares. (La República, 25 de marzo de 1999, p. 23)

 

    Del 4 al 6 de junio se verificó en Playa Hermosa, el campeonato Internacional Pro-AM. En la noche del 5 de junio más de 4.000 aficionados ovacionaron a Diego Naranjo que se posicionó en el primer lugar del surf nocturno. En ese momento Playa Hermosa era la única playa iluminada de América Latina, lo que facilitó que las competencias fueran diurnas y nocturnas. Trece países compitieron por el primer lugar que logró finalmente los Estados Unidos a través de Ben Borgurgeos; entre los países participantes estuvieron Brasil, Venezuela, Perú, Colombia, El Salvador, Panamá, Guatemala, Puerto Rico, México, Italia, Suiza y Costa Rica. El premio para Diego Naranjo fue de 1.200 dólares y para Ben Borgurgeos de 4.00 dólares. Se creía que para este año el 10% de los turistas que visitaban el país lo hacían para surfear. (La República, 7 de junio de 1999, pp. 10B-11B)

 

    Acerca de los inicios del surf femenino en el país, está ligado a las prácticas que hacían a finales de la década de 1990 Andrea Díaz, Brooks Wilson y Lisbeth Vindas. Al final de la década, después de mucha perseverancia, las chicas pudieron competir en una división de mujeres. Andrea Díaz llegó a ser la primera campeona nacional. Posteriormente, Antonio Pilurzu organizó el primer Circuito Nacional de Surf en 1999 donde estableció una categoría de mujeres. El hecho de que las marcas más importantes de surf de ese entonces agregaran a Díaz, Wilson y Vindas a sus equipos fue una verdadera revolución. Sus patrocinadores las enviaron por todo el mundo para sacar fotos para las revistas de surf. Lisbeth llegó a ser la campeona nacional 11 veces.

 

    Esto impulsó a que la Federación Costarricense de Surf expandiera la lista de categorías para incluir Junior Mujeres y Mini-Grommets Niñas (Zoc, 2015). De lo anterior se desprende que el Estado al estar inmerso en el neoliberalismo, no dio apoyo a las surfistas, por lo que estas fueron promocionadas por organismos y empresas transnacionales. (Cuevas, y Mora, 2013, p. 108)

 

    Kayak (1996-1999) 

 

    A finales de julio de 1996, los kayakistas nacionales Gilda Montenegro y Roger Madrigal compitieron en la prueba del kayak slalom K1, en el rio Occoee, Tennessee, Estados Unidos (La República, 27 de julio de 1996, p. 28). La competidora Montenegro quedó en el lugar 28 de la clasificación final. Por su parte, Roger Madrigal llevaba cuatro años practicando esta disciplina, había quedado cuarto en un torneo Centro y Suramérica en Brasil. En una participación que tuvo en el campeonato nacional de los Estados Unidos quedó en el número 17 entre 60 participantes. (La República, 28 de julio de 1996, p. 30)

 

    El 1 de agosto de 1998, se realizó en el puerto de Puntarenas la competencia denominada “El reto de Kayak de Larga Distancia Cofal Fuerte”, la cual era organizada por la Asociación Costarricense de Kayak. La carrera se inició a las 7:30 a.m. en el puerto de Puntarenas para dirigirse a la isla de San Lucas y de ahí los participantes volverían al lugar de partida, para un recorrido total de 20 kilómetros. Los organizadores esperaban la participación de los equipos de Ríos Tropicales, Aventuras Naturales, Costa Rica expediciones, Costa Sol, además de Ramón Urbina y Roger Madrigal, este último representó al país en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. La carrera estaba abierta tanto a hombres como a mujeres, que podían tomar parte en las categorías de kayak cerrado, kayak “sit on top” y kayak de río. (La República, 1 de agosto de 1998, p. 26)

 

    El 14 de febrero de 1999, se efectuó en Turrialba la novena edición del Festival Internacional de Kayak, con la participación de equipos de Alemania, República Checa, Italia, Polonia, Estados Unidos, Canadá y Costa Rica. El festival se constituyó en la primera fecha del campeonato nacional de kayak, en la categoría de descenso. El trayecto por cumplir era de 11 kilómetros sobre el cauce del rio Reventazón. Hubo una exhibición que realizaron los niños de la Escuela de Kayak de Turrialba. Este evento se realizó gracias al aporte de del Banco de Costa Rica y Café Juan Viñas. El dinero que se recaudó fue donado al hogar de niños abandonados de Turrialba. (La República, 13 de febrero de 1999, p. 31)

 

Figura 8. Hansel Quesada

Figura 8. Hansel Quesada

Fuente: La República, 5 de julio de 1999, p. 32

 

    El 4 de julio catorce kayakistas iniciaron una competencia, que les serviría como eliminatoria y preparación para su participación en el Mundial de Rodeo, a celebrarse en diciembre en Nueva Zelanda y al cual asistieron siete representaciones nacionales. Jorge Segura, quien desde hace cinco años practicaba este deporte e intervino en 1997 en el Mundial de Canadá, describió su experiencia en el agua como: “Un momento de lucha, pero a la vez de armonía, donde uno entiende la corriente y le toma ventaja, mientas este pretende arrastrarte”. El deportista aseguraba que el kayakista debe tener muy buena condición física y conocer los movimientos necesarios para mantenerse dentro del “hueco”. Aclaraba que entre los peligros de este deporte está cuando el kayak se vuelca: “Hay que saber dar el giro, porque si no te ahogas; viendo la competencia la maniobra parece fácil pero no lo es; también hay que evitar exponer la cara”. A lo que se refiere Segura es al giro del kayak, también denominado giro esquimal, el cual es un movimiento que se hace para enderezar el kayak bajo el agua con el cuerpo o el remo.

 

    Para ejecutar este movimiento hay que levantar el torso hacia arriba, moviendo las caderas rápidamente hacia la derecha. Luego se usa el remo para impulsarse de nuevo hacia la superficie.

 

Figura 9. Inger Quesada

Figura 9. Inger Quesada

Fuente: La República, 5 de julio de 1999, p. 32

 

    Las posiciones fueron las siguientes: Primer lugar Hansel Quesada (Jungla Sport) con 7 puntos; segundo lugar Mario Vargas (Jungla Sport) con 6 puntos; tercer lugar Roger Madrigal (Café Juan Viñas-Universidad Central) con 5 puntos, cuarto lugar Mario de la O (Jungla Sport) con 4 puntos; quinto lugar Jorge Segura (Local) con tres puntos; sexto lugar Ferdinan Stinvorth con dos puntos; séptimo lugar Carlos Segura (Jungla Sport) con un punto; en el décimo segundo lugar destaca la participación femenina de Inger Quesada Lands (Jungla Sport). El ganador Hansel Quesada de 19 años señala: “Para competir en esto hay que tener coordinación y concentración. No debes tirarte a lo loco. Hay que entender el ritmo del río y sincronizar los movimientos”. En el mundial de Canadá Quesada quedó de séptimo del mundo, en la categoría junior mientras que su compañero Mario Vargas, ocupó el puesto 24, entre 200 competidores. Este deporte resultaba caro ya que un equipo nuevo tenía un valor aproximado a los mil dólares. Las competencias eran patrocinadas por Café Juan Viñas, la Universidad Central y No Fear. (La República, 5 de julio de 1999, p. 32)

 

Conclusión 

 

    El recorrido histórico por los seis deportes antes tratados permite señalar que el exiguo apoyo estatal y lo oneroso de su práctica, hicieron que fueran deportes al alcance de sectores privilegiados. Esa situación hizo que estos deportes tuvieran un bajo nivel competitivo a nivel internacional. Solo el canotaje estuvo ligado en sus inicios a festividades patronales como las de la virgen del Carmen y la del Mar en Puntarenas y a las fiestas cívicas de Puerto Limón. Los sitios donde se ejecutaron estas disciplinas deportivas se ubican principalmente en la costa pacífica como el puerto de Puntarenas, Golfito, Playa Hermosa, Golfo de Nicoya, Playa de Doña Ana, Playa del Coco, Quepos, Playa de Manuel Antonio, Playa Bonita y Playa Negra. En la costa Caribe se utilizó la playa de Puerto Limón. Los ríos en lo que se ejecutaron estos deportes fueron el Grande Térraba y el Reventazón. También se usaron el lago de La Sabana, el paradero lacustre Charrara y el lago Arenal.

 

    El Estado tuvo poca injerencia en el desarrollo y control de las disciplinas deportivas antes estudiadas. Esto permitió que los empresarios y las asociaciones ligadas a estas actividades solo se interesaran en su explotación comercial. No les importó el tema de la sostenibilidad y protección del medio ambiente de los lugares en que se ejecutaba su práctica. Esto se comprobó para el caso del surf. Sobre esta actividad se tenía el estereotipo de que el surfista era un drogadicto por lo que varios surfistas nacionales desmintieron tal aseveración.

 

Referencias 

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 329, Oct. (2025)