Lecturas: Educación Física y Deportes | http://www.efdeportes.com

ISSN 1514-3465

 

Incursión, empoderamiento y triunfos deportivos. 

El ciclismo femenino en Costa Rica (1965-2019)

Incursion, Empowerment and Sporting Triumphs. Women's Cycling in Costa Rica (1965-2019)

Incursão, empoderamento e triunfos desportivos. O ciclismo feminino na Costa Rica (1965-2019)

 

Chester Rodolfo Urbina Gaitán

chesterurbina@yahoo.com

 

Licenciado en Historia (Universidad de Costa Rica)

Maestría en Ciencias Sociales (FLACSO)

Maestría en Sociología (Universidad de Costa Rica)

Docente en la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades

de la Universidad Estatal a Distancia (UNED)

Obtuvo en 2020 el Premio Nacional de Literatura

de Costa Rica Aquileo J. Echeverría en el Área de Ensayo

por su libro: Mujer, deporte y nación en Costa Rica (1888-2015)

Cuenta con el Premio UNA 2020-2021

Premio de Universitario Distinguido de la UNED 2021

Es miembro correspondiente de la Academia

de Geografía e Historia de Nicaragua

(Costa Rica)

 

Recepción: 12/04/2025 - Aceptación: 10/07/2025

1ª Revisión: 25/05/2025 - 2ª Revisión: 07/07/2025

 

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Cita sugerida: Urbina Gaitán, C.R. (2025). Incursión, empoderamiento y triunfos deportivos. El ciclismo femenino en Costa Rica (1965-2019). Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(327), 18-37. https://doi.org/10.46642/efd.v30i327.8274

 

Resumen

    El objetivo de este artículo es estudiar la evolución histórica del ciclismo femenino en Costa Rica, a partir de la primera opinión emitida por una ciclista sobre su práctica en 1965 hasta la creación de la Comisión de la Mujer por parte de la Federación Costarricense de Ciclismo (FECOCI) en 2019, la cual ayudaría a consolidar la ejecución de este deporte al bregar en favor de los derechos de la mujer, empoderarlas y darles una oportunidad a través del deporte. Esto se llevará a cabo por medio de los datos brindados por periódicos La República, La Nación y otras publicaciones periódicas digitales. Se enfatiza en noticias sobre las principales ciclistas, los principales triunfos obtenidos y cómo este deporte ayudó a estas mujeres a vencer prejuicios patriarcales que configuraron su identidad de género. Hasta 1990 esta disciplina deportiva transitó entre la prohibición social y su fomento sanitario. Comenzó a ser visibilizado y aceptado en festejos de fin de año y fiestas patronales. La participación del ciclismo femenino en los Juegos Deportivos Nacionales en 1990 y la Vuelta Femenina Internacional a Costa Rica en 1991 lo promovieron a un nivel nacional debido a que, al ser un evento anual, se procura mantener la participación de las deportistas, así como aumentar su asistencia y conocer a las principales exponentes. Pese a esto la falta de apoyo estatal y la incorporación de la mujer al ciclismo siguen siendo retos importantes para su desarrollo.

    Palabras clave: Ciclismo femenino. Machismo. Prejuicios. Empoderamiento. Estado.

 

Abstract

    The objective of this article is to study the historical evolution of women's cycling in Costa Rica, from the first opinion issued by a cyclist about its practice in 1965 to the creation of the Women's Commission by the Federación Costarricense de Ciclismo (FECOCI) in 2019. This commission helped consolidate the practice of this sport by advocating for women's rights, empowering them, and providing them with opportunities through sport. This will be done through data provided by the newspapers La República, La Nación and other digital periodicals. Emphasis will be placed on news about leading female cyclists, their major triumphs, and how this sport helped these women overcome the patriarchal prejudices that shaped their gender identity. Until 1990, this sport underwent a transition between social prohibition and health promotion. It began to gain visibility and acceptance in end-of-year celebrations and patron saint festivals. The participation of women's cycling in the National Sports Games in 1990 and the International Women's Tour of Costa Rica in 1991 promoted it to a national level. As an annual event, efforts are made to maintain the participation of athletes, increase attendance, and promote the participation of key figures. Despite this, the lack of state support and the incorporation of women into cycling remain significant challenges for its development.

    Keywords: Women's cycling. Machismo. Prejudice. Empowerment. State.

 

Resumo

    O objetivo deste artigo é estudar a evolução histórica do ciclismo feminino na Costa Rica, desde a primeira opinião emitida por uma ciclista sobre a sua prática em 1965 até à criação da Comissão de Mulheres pela Federação Costarriquenha de Ciclismo (FECOCI) em 2019, o que contribuiria para consolidar a prática deste desporto, defendendo os direitos das mulheres, capacitando-as e proporcionando-lhes oportunidades através do desporto. Tal será feito através de dados fornecidos pelos jornais La República, La Nación e outros periódicos digitais. Será dada ênfase às notícias sobre ciclistas femininas de destaque, aos seus principais triunfos e à forma como este desporto ajudou estas mulheres a ultrapassar os preconceitos patriarcais que moldaram a sua identidade de género. Até 1990, este desporto sofreu uma transição entre a proibição social e a promoção da saúde. Começou a ganhar visibilidade e aceitação nas celebrações de fim de ano e nas festas dos padroeiros. A participação do ciclismo feminino nos Jogos Nacionais de Desporto de 1990 e no Tour Internacional Feminino da Costa Rica em 1991 elevou-o a um patamar nacional. Como evento anual, são feitos esforços para manter a participação dos atletas, aumentar o público e promover a participação de figuras-chave. Apesar disso, a falta de apoio estatal e a incorporação das mulheres no ciclismo continuam a ser desafios significativos para o seu desenvolvimento.

    Unitermos: Ciclismo feminino. Machismo. Preconceito. Empoderamento. Estado.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 327, Ago. (2025)


 

Introducción 

 

    La conformación del deporte a lo largo del siglo XIX, en la Inglaterra capitalista, cuya estructuración social se fue cimentando en lo industrial y lo urbano, determinada por el ideal social victoriano, se concibió por parte de la burguesía para configurar el comportamiento de sus hijos varones con base en lo varonil y una visión filosófica que ponía a las mujeres en una situación de discriminación, alejadas de estas nuevas prácticas de ocio (Barbero, 1993). Estas imágenes se afirmaban en ideas erróneas que se habían gestado dentro de la profesión médica, y que ayudaron a mantener a la mujer alejada del deporte e incluso internalizar su incapacidad para ejecutar tales actividades. Para Vázquez (1987) la concepción histórica del cuerpo femenino se sitúa en la base de la educación de la mujer y en concreto de la influencia de la educación física a la que ha estado subyugada.

 

    La imagen histórica de la mujer ha sido enfocada desde un punto de vista biologista y ha estado marcada por su sexo genético que le permite la capacidad de procrear. Esto ha evitado que la mujer no se apodere de su corporeidad desde la libertad personal, propiciándose, en cambio, la idea de que el cuerpo de la mujer no es un cuerpo para ella, sino un cuerpo para los demás: primero como madre y receptora de los hijos; luego como conquista y posesión del varón para el que debe estar bella y se debe preservar; y, por último, como reproductora de la cultura y de la sociedad (Vázquez, 1987, p. 14 y posteriores). La imagen de femineidad victoriana les obligaba a las mujeres a conservarse frágiles y elegantes, sin adquirir las capacidades propias de unas deportistas: la fuerza, resistencia, independencia y actividad. (Díez, 2006; Urbina, 2016)

 

    En el proceso de socialización se transmiten y refuerzan estereotipos donde se le prohíbe la práctica de actividad deportiva de combate o de uso de la fuerza, debido a que se considera que es de dominio único del varón. De Beauvoir ([1949] 2020) hace alusión a lo anterior al referir que constantemente se recalca que la feminidad está en peligro y se invita a las mujeres a que sigan “siendo mujeres”, y que se distancien de que lo que la ponga en riesgo (De Beauvoir, ([1949] 2020). En este sentido Ferreira et al. (2018) apuntan que a los niños se los incentiva a practicar deportes y otras actividades físicas, mientras que a las niñas se les anima a ejecutar actividades típicamente sedentarias en interiores.

 

    Aunado a esto existe entre las mujeres una sensación de inseguridad, falta de apoyo social y una infraestructura inadecuada también pueden inducirlas a ser menos activas. Gonçalves et al. (citados por Fernandes et al.2010) explican que los adolescentes, en comparación con las adolescentes, tienen más apoyo social y familiar para realizar actividades físicas Esto hace que ellas creen la percepción de más barreras personales para la participación en actividades físicas en el tiempo libre.

 

    Con respecto a la historia del ciclismo femenino en Costa Rica, Chester Urbina en su libro Costa Rica y el Deporte 1873-1921. Un estudio acerca del origen del fútbol y la construcción de un deporte nacional del 2001 apunta que en 1899 uno de los sitios más utilizados para la práctica del ciclismo era la plaza de la Fábrica Nacional de Licores -actual Parque España en San José- en la que era común que se reunieran por las tardes algunos jóvenes y señoritas para practicar con sus biciclos (Urbina, 2001, pp. 46-47). En esta época la práctica del ciclismo por parte de mujeres acomodadas costarricenses era un mero pasatiempo y no demandaba disciplina ni entrenamiento.

 

    En 2012 Jennifer Hughes en su tesis de licenciatura en Ciencias del Deporte apunta que aunque no se han hallado registros de la primera participación oficial femenina en el ciclismo de Costa Rica, de acuerdo con el Instituto Costarricense de Deporte y Recreación (ICODER) se cree que la primera aparición femenina fue en los inicios de la década del ochenta, sin embargo, el primer registro de una competencia femenina de ciclismo en el país corresponde a los Juegos Deportivos Nacionales de 1990 realizados en San Ramón (Hughes, 2012, p. 3). En este artículo se precisará la participación femenina en competencias ciclísticas en el país.

 

    Sustentado en todo lo anterior es que el objetivo de este artículo es estudiar la evolución histórica del ciclismo femenino en Costa Rica, a partir de la primera opinión emitida por una ciclista sobre su práctica en 1965 hasta la creación de la Comisión de la Mujer por parte de la Federación Costarricense de Ciclismo (FECOCI) en el 2019, la cual ayudará a consolidar la ejecución de este deporte al bregar en favor de los derechos de la mujer, empoderarlas y darles una oportunidad a través del deporte. Esto se llevará a cabo por medio de los datos brindados por periódicos La República, La Nación y otras publicaciones periódicas digitales. Se enfatizará en noticias sobre las principales ciclistas, los principales triunfos obtenidos y cómo este deporte ayudó a estas mujeres a vencer prejuicios patriarcales que configuraron su identidad de género.

 

El ciclismo femenino en Costa Rica (1965-2019) 

 

    El martes 23 de noviembre de 1965 La Prensa Libre publicó una corta entrevista que se le realizó a Lidiette Rodríguez Zamora, quien era una de las candidatas a reina de los festejos de fin de año. A la pregunta sobre que si le gustaba el ciclismo, Rodríguez respondió que lo practicaba muy a menudo, sobre todo en tiempo de vacaciones (La Prensa Libre, 23 de noviembre de 1965, p. 1). A mediados de mayo de 1967, se sabe que varias ciclistas del puerto de Puntarenas habían participado en su primera vuelta ciclística a Costa Rica, destacándose entre ellas la señorita Olga María Medina. (La República, 19 de mayo de 1967, p. 33)

 

    El 23 de febrero de 1974 La República señalaba que entre los tipos de ejercicios físicos que le conviene realizar a la mujer están los de resistencia como el patinaje, la natación y el ciclismo porque estimulan el corazón (La República, 23 de febrero de 1974, p. 20). El 4 de mayo de 1975 a las 11 a.m. se efectuó en el puerto de Puntarenas una carrera de bicicletas Chopper para mujeres en el paseo de los turistas. Esta competencia era parte del programa general de eventos de los carnavales en el puerto antes citado (La República, 29 de abril de 1975, p. 24). La bicicleta Chopper fue creada en 1969 por la marca Raleigh. Presenta un cuadro largo y bajo con horquilla delantera extendida, un manillar generalmente elevado o ancho, un asiento bajo, de un estilo "banana" con suspensión trasera, para una posición de conducción relajada y ruedas de diámetro grande y neumáticos anchos para ofrecer un mayor equilibrio y confortabilidad.

 

    A principios de enero de 1978, el reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) impedía que la mujer participara en carreras ciclísticas. Pese a esto la señorita Patricia Quesada Granados había logrado obtener el cargo de juez en dichas competencias, de manera que era la primera participante en dichos eventos deportivos. En 1977 la señorita Quesada participó como jefe de jueces en la vuelta ciclística a Costa Rica. Esta posición la ocupaba desde hacía tres años, mediante un carné que le otorgó después de un curso previo de adiestramiento de la UCI.

 

    Quesada Granados también consideraba que era vital la participación de la mujer en el ciclismo no solo para darle lucimiento sino por la colaboración que podría prestar. Refiere que supuestamente existen peligros porque puede afectar la matriz u otros órganos, lo cual es un mito. Es en esto donde debe de estar la verdadera liberación de la mujer: “la lucha por participar, no solo por vestir pantalones y el querer dominar en ciertos aspectos”. Creía que se requería más apoyo por parte del gobierno y del comercio en general, porque el ciclismo requiere de mejores remuneraciones para que el corredor se dedique de lleno a su carrera deportiva y disfrute de una muy buena alimentación y entrenamiento durante todo el año y no solo durante el mes anterior a la vuelta ciclística del país. Ambicionaba con poder ser comisario y ver en Costa Rica un grupo de mujeres ciclísticas, participando con otros equipos internacionales, como existen en otros países (La República, 4 de enero de 1978, p. 18).

 

    Hasta este momento el ciclismo femenino se encontraba entre su promoción y su prohibición. Sin embargo, para Huerta y Gálvez los ambientes ciclistas muy masculinizados limitan el acercamiento de muchas mujeres a la bicicleta. Para la mayoría de las ciclistas sevillanas entre el 2014 y el 2015, las estéticas deportivo-competitivas resultan menos atractivas que aquellas otras de carácter urbano, más inclusivas con la variabilidad de estilos y ritmos de tránsito por el espacio urbano. (Huerta, y Gálvez, 2016, p. 125)

 

    El 30 de marzo de 1980 Eugenia Castro del equipo del Liceo de Costa Rica ganó la tercera etapa del torneo femenino de ciclismo y con ello logró coronarse campeona de este primer certamen femenino. Esta competencia fue organizada por la Asociación Pro-Ciclismo de San José. Esta última etapa entre San José y Heredia con un recorrido de 11 kilómetros fue ampliamente dominada por la rutera Castro, que demostró tener grandes condiciones para la práctica del ciclismo. El tiempo empleado por la ganadora fue de 24 minutos y 54 segundos. En la segunda posición se ubicó la estadounidense Sthefanny Bilack que hizo el recorrido en 28 minutos y 26 segundos. Tercera entró la hermana de la ganadora, Patricia Castro que realizó el recorrido en 29 minutos y 42 segundos. Otras participantes fueron Ruth Chaves, María del R. Cerdas, Esmeralda Solórzano, Miriam Benavides, Ana Navarro, Rocío Smith, Miriam Gómez, Silvia Muñoz y Amparo Ugalde. (La República, 31 de marzo de 1980, p. 10)

 

Figura 1. Eugenia Castro con el platón que la acredita como la ganadora del 

primer certamen ciclístico en Costa Rica. A su lado su hermana Patricia Castro

Figura 1. Eugenia Castro con el platón que la acredita como la ganadora del primer certamen ciclístico en Costa Rica. A su lado su hermana Patricia Castro

Fuente: La República, 31 de marzo de 1980, p. 10

 

    El 13 de abril del año en mención, en Hatillo, el Club de Leones de ese lugar y el A.M.A.N. es decir, el Auténtico Movimiento Atlético Nacional realizaron pruebas de ciclismo recreativo femenino. Rosaura Méndez Gamboa fue la ganadora de la carrera de 5.000 metros. También destacaron Lisbeth Méndez, Olga Fernández, Iría Sánchez e Ivonne Jiménez (La República, 14 de abril de 1980, p. 28). El 1 de mayo del año antes citado, inició el segundo torneo femenino de ciclismo, organizado por la Asociación de Pro-Ciclismo de San José, en su afán de incentivar a la mujer en el deporte de los pedales. Esta competencia fue ganada por Méndez Gamboa. En este torneo se recorrieron en las tres etapas un total de 62 kilómetros, con un promedio de velocidad de 27,5 kilómetros por hora. La ganadora hizo un tiempo total de 2 horas 17 minutos y 37 segundos, la segunda fue Ana Navarro con 2 horas 19 minutos y 21 segundos y el tercer lugar correspondió a Patricia Castro que contabilizó 2 horas 20 minutos y 56 segundos. (La República, 12 de mayo de 1980, p. 11)

 

    El 13 de julio del año referido, Eugenia Castro obtuvo la victoria en la carrera de circuito cerrado que se realizó a las 10 de la mañana en el puerto de Puntarenas. La competencia formó parte de los muchos eventos deportivos programados en aquella localidad con motivo de las celebraciones de la Virgen del Mar (La República, 14 de julio de 1980, p. 23). Catorce días después Rosaura Méndez, ganó dos de las tres etapas del torneo femenino de ciclismo. El evento deportivo era patrocinado por ALCOSA con un tiempo de 48 minutos y 20 segundos. (La República, 28 de julio de 1980, p. 20; Urbina, 2020, p. 154)

 

Figura 2. Rosaura Méndez en la carrera de ALCOSA de 1980

Figura 2. Rosaura Méndez en la carrera de ALCOSA de 1980

Fuente: La República, 28 de julio de 1980, p. 20

 

    El 2 de noviembre de 1980, la turrialbeña Rosaura Méndez se convirtió en la primera mujer costarricense en ganar un campeonato de ciclismo femenino. Méndez fue la vencedora en la carrera entre Plaza Víquez y Aserrí, con un recorrido de 10 kilómetros. Hizo un tiempo de 34 minutos y 33 segundos. El segundo lugar correspondió a Ana Lidia García con un tiempo de 35 minutos y 40 segundos (La República, 3 de noviembre de 1980, p. 17). El 12 de abril de 1981 Méndez ganó el torneo FECOCI al obtener el triunfo en la última etapa de 10 kilómetros con un tiempo de 16 minutos y 15 segundos (La República, 13 de abril de 1981, p. 20). Otro triunfo de la ciclista antes mencionada fue el obtenido el 24 de mayo, al ganar la vuelta a Cartago con un tiempo general de 55 minutos y 42 segundos. (La República, 25 de mayo de 1981, p. 7)

 

    El 25 de julio de 1981, se celebró la primera carrera de ciclismo turismo. La competencia fue organizada por la Asociación Deportiva Ricardo Céspedes y tenía un recorrido de 45 kilómetros. En el área femenina la victoria fue para Rosaura Méndez con un tiempo de 55 minutos y 5 segundos. El segundo puesto fue para Eugenia Castro con un tiempo de una hora, 5 minutos y 4 segundos (La República, 26 de julio de 1981, p. 18). La incursión de Eugenia Castro, Rosaura Méndez y las otras pedalistas en las carreras antes mencionada es digna de destacar, ya que hasta ese momento el ciclismo era un deporte puramente masculino. (Sánchez, s.a)

 

    En 1982 se produjo la primera participación oficial de una representación femenina nacional en un evento internacional, el cual tuvo lugar en Bogotá, Colombia. Al mismo asistieron cuatro ciclistas nacionales: Eugenia Castro, Olga Esquivel, Emilse Molina, y Silvia Márquez (Hughes, 2012, p. 44; Urbina, 2020, p. 154). Pese a que el ciclismo está presente desde la primera edición de los Juegos Olímpicos de 1896, las mujeres no pudieron participar hasta los juegos de Los Ángeles en 1984 en la prueba de ruta y en Seúl 1988 en las pruebas de pista (Fenollosa-Sánchez, Villamón, y Molina, 2021, p.49). Esto promovió esta disciplina a nivel mundial.

 

    En 1990 Rebeca Ruíz de Belén, ganó los primeros Juegos Nacionales en los cuales hubo ciclismo femenino. El primer campeonato nacional lo ganó también en 1990 (Hughes, 2012, p. 40). La participación del ciclismo femenino en los Juegos Deportivos Nacionales lo promovió a un nivel nacional debido a que, al ser un evento anual, se procura mantener la participación de las deportistas, así como aumentar su asistencia. A partir de 1991 la Federación Costarricense de Ciclismo organizó la Vuelta Femenina a Costa Rica, denominada oficialmente como Vuelta Femenina Internacional a Costa Rica. Esta competencia es una carrera ciclista femenina por etapas. Fue a partir de su segunda edición en 2002 cuando se empezó a realizar con regularidad. Varias de sus ediciones han sido amateurs excepto la de 2009 y las de 2013 en adelante, que han sido profesionales de categoría 2.2 que es la máxima categoría del profesionalismo en ciclismo. Las ganadoras de esta competencia durante el período 1991-2019 se consignan en el Cuadro 1.

 

Cuadro 1. Ganadoras de la Vuelta Femenina Internacional a Costa Rica (1991-2019)

Año

Primer lugar

País

1991

Rosaura Méndez

Costa Rica

1992-2001

Competencias no realizadas

-

2002

Karen Matamoros

Costa Rica

2003

Karen Matamoros

Costa Rica

2004

Viviana Maya

Colombia

2005

Karen Matamoros

Costa Rica

2006

Adriana Rojas

Costa Rica

2007

Adriana Rojas

Costa Rica

2008

Gloria Gutiérrez

Colombia

2009

Evelyn García

El Salvador

2010

Evelyn García

El Salvador

2011

Edith Guillén

Costa Rica

2012

Edith Guillén

Costa Rica

2013

Inga Čilvinaitė

Lituania

2014

Olga Zabelínskaya

Rusia

2015

Milagro Mena

Costa Rica

2016

Arlenis Sierra

Cuba

2017

Arlenis Sierra

Cuba

2018

Liliana Moreno

Colombia

2019

Marcela Prieto

México

Fuente: La Nación 1991-2019, La Prensa Libre 1991-2019 y La República 1991-2019

 

    Del cuadro anterior se desprende que las costarricense ganaron la competencia en nueve ocasiones (47,3%) mientras que las extranjeras lo hicieron 10 veces (52,7%). Las victorias de las nacionales constituyen casi la mitad de las vueltas realizadas por lo que su desempeño es satisfactorio. Es de notarse que a partir del 2016 los triunfos de esta competencia quedaron en manos de extranjeras lo que demuestra su superioridad física y técnica. La importancia de esta competencia para el desarrollo ciclístico del país en la rama femenina radica en que, al igual que los Juegos Nacionales, motiva a las ciclistas jóvenes a mantenerse entrenando, con el fin de realizar una buena participación, además es un evento que permite exponer las principales figuras deportivas de esta disciplina. (Hughes, 2012, p. 63)

 

    Las ciclistas de ruta más destacadas en los Juegos Deportivos Nacionales entre 1993 y el 2019 fueron, en 1993: Rocío Villalobos (Santa Ana), en 1994: Laura González (Santa Ana), en 1995: Jacqueline Chávez (Belén), en 1996: Shirley Barboza (Turrialba), en 1997: Estrella Ramírez (Cartago), en 1998: Francis Torres (Liberia), en 1999: Carolina Mora (San José), en 2000: Edith Guillén (San José), en 2001: Roxana Alvarado (Alfaro Ruiz), en 2002: Gabriela Montoya (Santa Ana), en 2003: Irina Alfaro (Alajuela), en 2004 y 2007: no hubo, en 2005: Kristel Segura (San Carlos), en 2006: Rebeca González (Alajuela), en 2008: Milagro Mena Solano (Garabito), en 2009: Mariliz Macre Vargas (Limón), en 2010: Natalia Navarro (Paraíso), en 2011: Milagro Mena Solano (Cartago), en 2012: Verónica Hidalgo Murillo (Poás), en 2013-2014: Allison Chévez González (Liberia), en 2015: Verónica María Hidalgo Murillo (Poás), en 2016: Angie Paola Bogantes Ruíz (Liberia), en 2017 el primer lugar fue compartido entre Glenda Daniela Madriz Sáenz (Pérez Zeledón), Angie Paola Bogantes Ruíz (Liberia) y Mónica Montero Castro (Liberia), en 2018 el primer lugar fue compartido entre Angie Paola Bogantes Ruíz (Liberia) y Kiana de los Ángeles Rodríguez Granados (El Guarco) y en 2019 Angie Paola Bogantes Ruíz (Alajuela) (Juegos Deportivos Nacionales. Cuadro de Honor. Atletas más destacados por disciplina y rama. 1993-2019, s.p., Urbina, 2020, p.184). En 2019 Bogantes Ruíz que pertenecía al equipo Northfrio, obtuvo el campeonato en la categoría juvenil en el campeonato nacional juvenil. (Steller, 16 de junio de 2019)

 

Figura 3. Angie Paola Bogantes Ruiz

Fuente: https://vozdeguanacaste.com/angie-bogantes-ruiz-se-que-voy-a-estar-en-los-juegos-olimpicos/

 

    En 2016 Angie Bogantes contaba con 15 años y era a sus 15 años campeona nacional prejuvenil femenina en la prueba contrarreloj y campeona nacional de ciclismo en ruta. En los Juegos Deportivos Nacionales del 2015, el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER), la nombró la mejor ciclista femenina prejuvenil del país al obtener tres medallas de oro, en las pruebas de contrarreloj, critérium y ruta en línea; y dos de plata en la modalidad de relevos en ciclismo de montaña y XCO (Cross Country). En una entrevista que se le efectuó en 2016 Bogantes dijo lo siguiente:

¿Te sorprendió que el ICODER te nombrara como la mejor ciclista del país?

 

    No me sorprendió porque confío en el trabajo de mi entrenador, Guido Blanco, que sabe lo que hace. El entrenamiento es mi alimento y la constancia por amor a lo que uno hace.

 

No es tan frecuente ver a mujeres en el ciclismo

 

    No, no es tan frecuente. Mis compañeros me dicen que es un deporte de hombres y yo les digo que no pero que sí es un deporte que exige mucha disciplina y trabajo. Yo inicié porque mis hermanos Luis Alonso y Carlos Alberto me llevaban a entrenar con ellos.

 

¿Cómo te ves de aquí a 5 años?

 

    Mi sueño es formar parte de un equipo femenino de ciclismo sea nacional o internacional como el Astana. Competir en La Vuelta a Costa Rica y otras competencias internacionales y por supuesto llegar a los Juegos Olímpicos. También, quiero estudiar veterinaria o administración de empresas”. (La Voz de Guanacaste, 19 de setiembre de 2016)

    Sobre lo señalado por Bogantes debe subrayarse que es el ejemplo de una mujer que fue quebrando el esquema de exclusión deportiva de la mujer, al señalar que es dueña de su cuerpo, quería trascender a nivel del espacio público, sobresaliendo, rompiendo límites y obteniendo galardones. Expone un discurso contracultural al rechazar la marginación y esquemas patriarcales y toma conciencia de quién es.

 

    Para el caso de Colombia, Aragón y Castañeda apuntan que la bicicleta se convierte en una manera de visibilización de las mujeres en el espacio público, permitiéndoles identificarse, empoderarse y resignificar su lugar dentro de la sociedad; se convirtió en una manera de lucha para hacerse activas frente a sociedades dominadas completamente por hombres, pensada a la medida de las necesidades y satisfacciones masculinas. (Aragón y Castañeda, 2021, pp. 683-684)

 

    Las pedalistas de montaña más sobresalientes de los Juegos Deportivos Nacionales de los años de 1998 al 2015 fueron: de 1998 a 2000: Karen Matamoros (San Ramón), en 2001: Marianela Montoya (Santa Ana), en 2002: Cinthia Castro (Heredia), en 2003: María Isabel Agüero (San José), en 2004 y 2007: no hubo, en 2005: María S. Morales (San José), en 2006: Soriley Campos (Belén), en 2008: Nancy Amores (San Ramón), en 2009: Natalia Navarro (Paraíso), en 2010: Milagro Mena (Cartago), en 2011: Tatiana Acuña Arias (Cañas), en 2012: Melissa Hernández (San José), en 2013-2016: María José Segura Quesada (Cartago), en 2017-2019: Glenda Daniela Madriz Sáenz (Pérez Zeledón). (Juegos Deportivos Nacionales. Cuadro de Honor. Atletas más destacados por disciplina y rama. 1993-2019, s.p.; Urbina, 2020, p. 184)

 

Figura 4. Glenda Daniela Madriz Sáenz

Fuente: https://www.instagram.com/daniela.madriz.31/

 

    Detrás de este apoyo, el Estado costarricense pretende impedir que el deporte difunda los espacios de exclusión social en que viven las mujeres, los pobres o los grupos étnicos marginados. Tal posición utiliza al deporte como instrumento de bienestar solidario y de formación de una sociedad más justa, participativa y democrática.

 

    Debido a que la ciclista Karen Matamoros representó a Costa Rica en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004, en 2003 se le efectuó una entrevista. Entre las preguntas que se le planteó a la atleta resaltan las siguientes:

¿Qué fue lo más difícil cuando empezó a competir?

 

    Adaptarme a la disciplina de entrenamiento.

 

¿La “bici” es un complemento para su fiebre de aventura?

 

    La bici empezó a formar parte de mí, no como una aventura, es más una parte de mi vida.

 

¿Hacía falta una Vuelta Ciclística Femenina?

 

    Claro, fue una gran labor que hizo la federación, para poder hacer que la mujer figurara en el ciclismo. La prueba está en que ya viene la segunda edición y es casi seguro que será mejor.

 

¿Cuántas ticas podrían seguir su ejemplo?

 

    Las que quieren ponérselo en la cabeza y no ser una del montón, sino ser diferentes.

 

¿Qué es lo más incómodo de ser ciclista?

 

    El sacrificio es lo más difícil, es sacrificar la juventud para ser un excelente deportista.

 

¿Cree que el deporte no la ha dejado disfrutar su juventud?

 

    Si uno quiere pasar a ser un deportista de primera categoría, no puede salir con los amigos, porque necesita concentración.

 

¿Qué le dice la gente de San Ramón?

 

    Siempre dicen que es bueno que ponga en alto el pueblo de Costa Rica. La gente siempre está pendiente de mí y yo se los agradezco mucho.

 

¿Un deseo para el genio de la lámpara?

 

    Que me dé vida para llegar a cumplir todas mis metas.

 

¿Cuántos años quiere vivir?

 

    Los suficientes para terminar con todo el proyecto de vida que tengo. Los que Dios quiera” (Corella, 2003; Urbina, 2020, p. 185)

    Según se deriva de la entrevista anterior, para la señorita Matamoros el ciclismo le había permitido empoderarse y tener un proyecto de vida, con el cual marcarse metas deportivas y personales y superarse a sí misma, lo que constituye un ejemplo digno de destacar. Debe aclararse que Matamoros se convirtió en la primera ciclista costarricense en participar en unos Juegos Olímpicos, quedando en el puesto 21 en la prueba de ciclismo de montaña.

 

Figura 5. Karen Matamoros

Fuente: https://www.nacion.com/puro-deporte/esto-es-personal-karen-matamoros/3AYTJDISBFBODNIJLH6LKMUQGE/story/

 

    En el ciclismo de los X Juegos Deportivos Centroamericanos de 2013 sobresale la Competencia de Ruta obtenida por Edith Guillén con un tiempo de 1:52:48, en tanto que la de Cross-country femenino fue conquistada por Katherine Herrera con un tiempo de 1:23:22 (Ciclismo en los X Juegos Deportivos Centroamericanos, Wikipedia). Desde el 2006 y hasta el 2013 Adriana Rojas del equipo Battery obtuvo la victoria en la Copa Endurance. Era la reina del ciclismo de montaña. Al respecto reconoce que la mujer sufre de ciertas limitaciones a la hora de competir en el ciclismo de montaña:

    “La mujer no se compromete tanto con este deporte porque representa mucho riesgo para nosotras, además de que la federación no siempre nos apoya” (La Nación, 22 de julio de 2013, p. 78). En 2015 fue notificada y temporalmente suspendida por la Unión Ciclista Internacional (UCI), luego de arrojar un resultado adverso en una prueba antidopaje realizada en Guatemala en 2014 en la Copa Maya XCO C2. (Diario Extra, 26 de febrero de 2015)

    La ciclista Milagro Mena no pudo completar el recorrido de 141 kilómetros de los Juegos Olímpicos Río 2016, abandonando la competencia en kilómetro 104. Esta mala participación se debe a que fue notificada para participar a pocos días de ejecutarse la competencia. (Teletica.com Redacción, 7 de agosto de 2016)

 

Figura 6. Edith Guillén

Fuente: https://www.flickr.com/photos/wyuet/9985822806

 

    En 2012 el ciclismo femenino costarricense se encontraba frente a un pobre apoyo económico estatal, falta de patrocinadores comerciales, falta de interés de los medios de comunicación, falta de programas por parte de los comités cantonales de deporte, pocas áreas para la práctica del ciclismo y la difícil incorporación de la mujer (Hughes, 2012, pp. 67-84). Frente a esto en 2019 la Federación Costarricense de Ciclismo (FECOCI) creó la Comisión de la Mujer, la cual trabajaría en pro del ciclismo femenino. Este proyecto fue liderado por Rosaura Méndez, quien era miembro de la Junta Directiva de la FECOCI. Esta comisión también estaba compuesta por las ciclistas Marcela Rubiano, Anna Méndez y Laura Canet, la comisario Ana María Acosta, las señoras Gina Carvajal, María Del Milagro Ruiz y Wendy Tencio. Tendría como objetivo principal, luchar en favor de los derechos de la mujer, empoderarlas y darles una oportunidad a través del deporte. Para Rosaura Méndez: “La incorporación de la mujer es clave para no solamente el desarrollo del ciclismo, sino para el desarrollo de la sociedad” (Prensa COPACI, 21 de agosto de 2019). Con esto se da a entender que la inclusión de las mujeres en el ciclismo fomenta la igualdad de género, lo cual constituye un valor fundamental para la sociedad. Asimismo, la práctica de este deporte ayuda a la construcción individual y profesional de las mujeres.

 

Figura 7. Adriana Rojas

Fuente: https://www.facebook.com/photo/?fbid=1589970921013314&set=pcb.1589971261013280

 

Conclusión 

 

    En este artículo se pudo constatar que la práctica del ciclismo femenino en Costa Rica en sus inicios era una actividad donde no existía la disciplina y el entrenamiento, sino que era usada como una diversión. Transitó entre la prohibición social y su fomento sanitario. Comenzó a ser visibilizado y aceptado en festejos de fin de año y fiestas patronales. En los años setenta y ochenta destacan en su fomento pioneras como Patricia Quesada, Eugenia Castro, Rosaura Méndez y otras pedalistas, ya que hasta ese momento el ciclismo era un deporte puramente masculino.

 

    A partir de 1990 el Estado promociona esta disciplina en los Juegos Deportivos Nacionales y un año después con la Vuelta Femenina Internacional a Costa Rica. Con esto se trataba de evitar que el deporte difunda los espacios de exclusión social en que viven las mujeres, los pobres o los grupos étnicos marginados. Esta postura utiliza al deporte como instrumento de bienestar solidario y de formación de una sociedad más justa, participativa y democrática. La participación del ciclismo femenino en las competencias antes señaladas lo promovió a un nivel nacional debido a que, al ser un evento anual, se procura mantener la participación de las deportistas, así como aumentar su asistencia y conocer a las principales exponentes.

 

    Esto posibilitó que surgieran ciclistas destacadas como Angie Bogantes, Glenda Madriz, Karen Matamoros, Edith Guillen y Adriana Rojas que sobresalieron por su constancia y dedicación. A ellas, el ciclismo les había permitido empoderarse y tener un proyecto de vida, con el cual marcarse metas deportivas y personales y superarse a sí misma. Pese a esto para el 2012 el ciclismo femenino costarricense se encontraba frente a un pobre apoyo económico estatal, falta de patrocinadores comerciales, falta de interés de los medios de comunicación, falta de programas por parte de los comités cantonales de deporte, pocas áreas para la práctica del ciclismo y la difícil incorporación de la mujer en el ciclismo. Ante este panorama en 2019 se crea la Comisión de la Mujer, la cual trabajó en pro del ciclismo femenino. Este proyecto es liderado por mujeres ciclistas que trabajan en favor de los derechos de la mujer, empoderarlas y darles una oportunidad a través del deporte.

 

Referencias 

 

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Ciclismo femenino: Rosaura Méndez ganó el torneo Puch (12 de mayo de 1980). La República, p. 11.

 

Ciclismo. La etapa para Montoya y el torneo para Villalobos (25 de mayo de 1981). La República, p. 7.

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 327, Ago. (2025)