ISSN 1514-3465
El periodismo deportivo como medio para
la educación moral. Un análisis de caso
Sports Journalism as a Means for Moral Education: A Case Study
O jornalismo desportivo como meio de educação moral. Uma análise de caso
Isabel Vilafranca
*ivilafranca@ub.edu
Jordi Brasó
**jrasorius@ub.edu
*Licenciada y Doctora en Pedagogía y Licenciada en Filosofía
Profesora agregada del Departamento de Teoría e Historia
de la Educación de la Universitat de Barcelona (UB)
Investigadora Principal del grupo consolidado de investigación
GREPPS (Grupo de Investigación en Pensamiento Pedagógico y Social) de la UB
Es miembro del IRE (Institut de Recerca en Educació)
de la Facultad de Educación de la UB
**Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Doctor en Educación
Profesor asociado del Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la UB
Imparte docencia en la Universidad de Vic
y ha sido docente en la UOC y en el INEFC Barcelona
Es miembro del grupo consolidado de investigación
GREPPS (Grupo de Investigación en Pensamiento Pedagógico y Social - UB)
(España)
Recepción: 28/03/2025 - Aceptación: 18/05/2025
1ª Revisión: 14/05/2025 - 2ª Revisión: 15/05/2025
Documento accesible. Ley N° 26.653. WCAG 2.0
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Cita sugerida
: Vilafranca, I., y Brasó, J. (2025). El periodismo deportivo como medio para la educación moral. Un análisis de caso. Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(326), 104-119. https://doi.org/10.46642/efd.v30i326.8224
Resumen
El deporte forma parte de la cultura y los valores de una sociedad democrática porque se pueden adquirir virtudes fundamentales como la igualdad de género, el esfuerzo, la constancia o la inclusión. El periodismo deportivo puede ejercer una función cabal en el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo. El artículo analiza cómo Jordi Osúa, a lo largo de sus publicaciones deportivas, transmite Educación Moral con el fin de educar, prevenir y concienciar a propósito del deporte, de su gestión y afición. A este fin, se recogen los principales valores transversales que fomenta que se sitúan en el paradigma de Educación Física Calidad promovido por la UNESCO.
Palabras clave:
Periodismo deportivo. Educación Moral. Educación Física de Calidad. Igualdad de género. Pedagogía deportiva.
Abstract
Sport is part of the culture and values of a democratic society because fundamental virtues such as gender equality, effort, perseverance or inclusion can be acquired. Sports journalism can play a significant role in the development of critical and reflective thinking. The article analyzes how Jordi Osúa, throughout his sports publications, transmits Moral Education in order to educate, prevent and raise awareness about sport, its management and hobby. In this way, the main transversal values that it promotes are included and are located in the Quality Physical Education paradigm promoted by UNESCO.
Keywords:
Sports journalism. Moral Education. Quality Physical Education. Gender equality. Sports pedagogy.
Resumo
O desporto faz parte da cultura e dos valores de uma sociedade democrática porque fomenta virtudes fundamentais como a igualdade de gênero, o esforço, a perseverança e a inclusão. O jornalismo desportivo pode desempenhar um papel vital no desenvolvimento do pensamento crítico e reflexivo. Este artigo analisa como Jordi Osúa, através das suas publicações desportivas, transmite a Educação Moral com o objetivo de educar, prevenir e consciencializar para o desporto, a sua gestão e os seus adeptos. Para tal, recolhem-se os principais valores transversais que promove, os quais se situam no paradigma da Educação Física de Qualidade promovido pela UNESCO.
Unitermos
: Jornalismo desportivo. Educação Moral. Educação Física de Qualidade. Igualdade de gênero. Pedagogia desportiva.
Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 326, Jul. (2025)
Introducción
Nadie duda, hoy en día, que el deporte es uno de los pilares fundamentales para la cohesión social y forma parte de la cultura y los valores de una sociedad democrática. Y lo es, precisamente, porque tanto en su práctica como en su educación se transmiten y adquieren virtudes fundamentales como el esfuerzo, la constancia, la inclusión, la integridad moral y física o el cuidado de la salud, entre muchas otras (Osúa, 2010; Sebastián, 2013). Si bien la Educación Física escolar constituye un espacio privilegiado para la transmisión de estos valores, no debe olvidarse que el deporte, en su sentido más amplio, trasciende el ámbito escolar y permea todos los niveles sociales, culturales y mediáticos. En este sentido, el periodismo deportivo juega un papel clave en la difusión, interpretación y reflexión sobre los valores asociados al deporte, alcanzando a un público mucho más amplio que el estrictamente escolar. Por ello, los artículos de autores como Jordi Osúa, aunque vinculados a la educación y la ética deportiva, abordan principalmente el deporte en general y su impacto social, más allá del contexto educativo formal.
La Educación Física (EF) es elemento crucial para la Promoción de la Salud impulsada vigorosamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Carta de Ottawa de 1986 y ratificada posteriormente en la Carta de Ginebra de 2021. Sin embargo, la EF no se agota únicamente en la práctica deportiva o el fortalecimiento corporal, sino que se incluyen el desarrollo psicosocial, la ética deportiva y la educación moral, tan o más importantes que los primeros. Tanto es así que, en la Carta Europea del Deporte Revisada en 2021, el Consejo de Europa (CE) define el «Deporte» como «todas las formas de actividad física, mediante una participación organizada o no, tengan como finalidad el mantenimiento o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competición a todos los niveles» (p. 11). Cabe destacar que en este concepto se incluyó el término «psíquico» que implica equilibrio mental, emocional y cognitivo además del ámbito social o la socialización a través de la práctica deportiva, incorporando la dimensión comunitaria, colectiva y psicosocial de la actividad física. Así, queda superado el enfoque individual. No obstante, se insiste en este aspecto en el «Apartado C» de esta Carta a propósito del «Deporte basado en valores» y se concreta, entre otras cuestiones, en el desarrollo de una «ética deportiva» que queda definida como una noción positiva que orienta el comportamiento, que comprende una forma de pensar y que constituye la base de la integridad en el deporte, la igualdad, la honestidad, la excelencia, el compromiso, el coraje, el espíritu de equipo, el respeto por las reglas y las leyes, el respeto al medioambiente, el respeto por uno mismo y por los demás, el espíritu de comunidad, la tolerancia y la solidaridad. Asimismo, añade que la ética deportiva engloba, como no podría ser de otra manera, el respeto a los derechos humanos y la sostenibilidad. (CE, 2021, p. 16)
En cualquier caso, el Deporte y la EF alcanzan una dimensión integral. De hecho, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), concretamente el tercero sobre Salud y Bienestar, la UNESCO engloba, entre los temas sugeridos para su fomento: promover la salud y el bienestar a través de la actividad física. A la par que subraya, como contenido para la educación de ese ODS, retos y temas como el sobrepeso, la obesidad y la actividad física insuficiente. De igual forma, entre los enfoques y métodos propone la realización de actividad física para la promoción de la salud como estrategia de prevención de enfermedades. He aquí también como la EF, el deporte y la actividad física forman parte de los ODS para la Agenda 2030. (UNESCO, 2017, pp. 16-17)
Al amparo del impulso de los organismos internacionales, la UNESCO definió, en 2021, unas directrices para promover políticas de Educación Física de Calidad (EFC). De entrada, diferenciaba esta de la EF porque la primera hace hincapié en el desarrollo del aprendizaje entre compañeros y el desarrollo integral de destrezas que pueden mejorar los resultados en términos de educación y empleabilidad. Al mismo tiempo, afirmó que tiene que ver con la salud integral que incluye el bienestar tanto físico como psicosocial. En efecto, se trata de, como ya definió la OMS (1986), un enfoque «salutogénico» que promueve la EFC para que el alumnado desarrolle las competencias físicas, sociales y emocionales que caracterizan a los ciudadanos sanos, resilientes y socialmente responsables. Recientemente la UNESCO, en su informe «The Global State of Play: report and recommendation on quality physical education» de 2024, insiste en la promoción de la EFC y recomienda a los estados que aumenten su inversión en políticas destinadas a este objetivo. A este fin, establece cinco líneas de acción prioritarias: Incrementar políticas de EF eficaces; Aumentar la inversión en EF; Capacitar a los profesores de EF; Promover una EF equitativa e inclusiva y, por último, Mejorar el currículum y los programas de EF (UNESCO, 2024, p. 7). En cualquier caso, la EFC abraza un enfoque inclusivo, de educación integral, con igualdad de género y promotor de la salud. En esta dirección, los profesores Brasó y Torrebadella insisten en la importancia de repensar la Educación Física desde una perspectiva crítica a fin de potenciar una educación más emancipadora. Según estos autores, se trata de abrir un debate hacia una Educación Física crítica que incida contra las bases ideológicas neoliberales de tal modo que los docentes de esta especialidad ayuden a este cambio de paradigma. (Brasó, y Torrebadella, 2018)
Sin embargo, el deporte y la EFC no únicamente se agotan en su práctica, sino que agregan y se completan con la participación de los espectadores. En esta dirección, afirmó la Carta Europea que fomenta el espíritu de comunidad y, en consecuencia, es un modo de transmisión cultural y moral de las sociedades. Sin duda, el deporte, incluso el visualizado, alimenta y transfiere esta ética deportiva a los espectadores. En verdad, el periodismo deportivo, una de las especialidades periodísticas de mayor consumo, ejerce un papel crucial dado que ayuda a reflexionar a los espectadores, lectores y usuarios, sobre los valores fundamentales que han de regir la sociedad, especialmente la democrática. A su vez, también puede advertir o prevenir de los contravalores y/o contraejemplos que ponen en riesgo el correcto funcionamiento del estado de derecho y la democracia, a través de la indisciplina o la transgresión de las normas deportivas.
Así, el periodismo deportivo puede ejercer una función cabal en el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo, además de propagar valores morales y promover referentes y modelos de ejemplaridad para la ciudadanía. Tal es el caso, como pretende demostrar el presente artículo, de Jordi Osúa Quintana –licenciado en INEFC, doctor en Actividad Física y Deporte desde 2013 con una tesis sobre «El deporte en la vida y obra de Manuel Vázquez Montalbán», presentada y defendida en INEFC de Barcelona, y profesor vocacional de EF en Secundaria– que, a lo largo de sus publicaciones de periodismo deportivo, transmite una Educación Moral y unos valores con el fin de educar, prevenir y sensibilizar a los lectores a propósito del deporte, de su práctica, de su gestión y de su afición.
Aquí se analizan, a través de sus escritos periodísticos, algunos de los valores transversales que fomenta y transmite que, como se constatará, se sitúan en el paradigma actual de EFC promovido por la UNESCO (2024). A saber, la igualdad de género, la inclusión, el valor del esfuerzo y la constancia, la resiliencia y la superación de sí mismo, el trabajo en equipo y la transparencia y tolerancia, entre muchos otros. Estos valores subyacentes en su obra constituyen los pilares fundamentales sobre los que debe pivotar una sociedad democrática para su cabal funcionamiento, es decir, la convivencia pacífica, la libertad de expresión y de comunicación, la participación, la inclusión, la pluralidad y la igualdad. De ahí su énfasis en la Educación Moral a través del deporte.
En realidad, J. Osúa no es desconocido para los lectores de revistas especializadas en Educación Física y Deportes porque, por ejemplo, en Apunts (Osúa, 2014; 2018b) ya que ha publicado en un par de ocasiones en relación con la figura de Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003) del que se puede afirmar que se considera un discípulo, y así puede constatarse tanto en su tesis doctoral como, en mayor medida, a través de sus artículos de prensa deportiva publicados interrumpidamente en L’Esportiu d’El Punt Avui desde mediados de 2016. De su ingente obra, se han contabilizado y analizado un total de setenta artículos deportivos, veinticuatro académicos y dos libros. (Vilanou, y Domènech, 2020)
Metodología
Cabe advertir, de entrada, que podrían ser otros los periodistas deportivos analizados en este estudio. Nombres como Daniel Cabezas, Roger Freixa, Ramón Besa, Antonio Padilla, Ilie Oleart, Danae Boronat, Bárbara Quesada o Rodrígo Fáez, conocidos como Las voces del gol (Cabezas et al., 2022), podrían ser un ejemplo de ello. Sin embargo, si bien estos autores en algunas de sus comunicaciones deportivas incluyen contenido moral, en el caso de Jordi Osúa este porcentaje se eleva al máximo. Es decir, la mayoría de sus escritos en prensa deportiva goza de reflexiones, fragmentos y finalidad moralizadora. Por este motivo, de entre el elenco de autores de periodismo deportivo, se ha escogido su obra para ser analizada desde esta perspectiva.
A fin de indagar cómo J. Osúa realiza Educación Moral o Educación en Valores a través del periodismo deportivo, se utilizará una doble metodología. Por una parte, el Análisis del Discurso, un enfoque de investigación cualitativa que estudia tanto el contenido de la comunicación como la forma en que se realiza, examinando para ello el contexto social y el cultural en los que se circunscribe el uso del lenguaje (Bardin, 1986; Sayago, 2014). El objetivo fundamental es observar cómo se construyen y comprenden las realidades sociales a través del lenguaje y cómo desempeña un papel activo en el modo de comprender el mundo. En el lenguaje de los artículos deportivos de J. Osúa subyace una comprensión del deporte y de su relevante papel social, así como un intento de transformar la realidad a través de la Educación Moral. Asimismo, se utilizará, tal y como el propio autor procede a propósito de su maestro Vázquez Montalbán, la Genealogía. A saber, analizar el recurso histórico o la referencia al pasado para hallar en él los elementos que configuran el presente y pueden, incluso, anticipar el futuro. Se trata de contemplar el presente a la luz del pasado, pero no únicamente con una preocupación discursiva, narrativa o histórica, sino para transformar y configurar un nuevo futuro.
Análisis transversal de valores
En los artículos deportivos de J. Osúa se localizaron una serie de ideas-fuerza de su pensamiento ético-deportivo que él fue desgranando en pequeñas dosis a lo largo de ellos. Un análisis transversal del discurso de estos documentos ha permitido deducir algunos elementos clave y valores que permitieron apuntalar su propuesta de Educación en Valores a través del análisis deportivo. Ejemplo de ellos son la igualdad de género e igualdad; el esfuerzo, la superación y la resiliencia y, por último, la inclusión y socialización, entre otros. A continuación, se recogen estos valores en sus artículos.
Igualdad de género
Indudablemente, uno de los retos sociales más importantes en la actualidad es el logro de la igualdad de género y la equidad, aspecto que se incluye como tal en uno de los ODS, exactamente el quinto. Bajo este objetivo se contempla tanto la igualdad de género como el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Desgraciadamente, hay en la sociedad una significativa discriminación estructural. Tanto es así que, en el reciente informe de la UNESCO sobre EFC, se declara que mientras que el 53,7% de los países reportan la existencia de políticas, estrategias, planes y directrices relacionadas con actividades similares para niños y niñas durante las actividades de EF, sólo el 6,5% de las escuelas informan que ofrecen lo mismo a unos y otros. Por otra parte, añade que los países con igualdad de género bien establecida en los programas de EF obtienen menos tasas de abandono en la primaria y ninguna disparidad de género en las tasas de abandono. Esto indica que las actividades de EF inclusivas y atractivas para las niñas pueden ayudar a reducir las tasas de deserción escolar y promover igualdad de género en la educación (UNESCO, 2024, p. 55). En consecuencia, la EF constituye un espacio privilegiado para la promoción de la igualdad de género. De esta forma, qué mejor manera de fomentar la EF que con el deporte femenino. Consciente de ello, J. Osúa a lo largo de sus artículos trata el derecho a la igualdad de género, además del empoderamiento de las mujeres. (Osúa, 2023f; 2023c; 2023a; 2024g)
Especialmente sensible con la desigualdad estructural de género en el deporte, Osúa puso de manifiesto las múltiples dificultades con las que se encuentran las mujeres que luchan por conseguir la igualdad. Tal es el caso, por ejemplo, de las futbolistas de la selección española que en septiembre de 2022 se declararon “no convocables”, es decir, que rechazaron ser llamadas a formar parte del equipo nacional debido a desacuerdos con la gestión deportiva y las condiciones del equipo. Como consecuencia, perdieron la oportunidad de participar en el Mundial femenino y en la Liga de Naciones. Entre ellas, J. Osúa destaca a Patri Guijarro, Mapi León, Claudia Pina, Lola Gallardo, Amaiur Sarriegui y Nerea Izaguirre, quienes se mantuvieron firmes en sus valores y principios. Como reflexión final, Osúa apostilló…
Por este motivo merecen ser recordados los nombres de aquellas jugadoras que priorizaron sus convicciones personales por encima de su carrera deportiva y recibir el reconocimiento público que se merecen como líderes de la lucha por la igualdad en el mundo del fútbol, sin olvidarnos de muchas otras pioneras. Ellas pueden ser un referente social para muchas mujeres y devenir las auténticas heroínas de un hecho histórico que nos puede hacer avanzar más hacia una sociedad que no un título mundial: la transformación de unas instituciones ancladas en el pasado. (Osúa, 2023a, p. 8)
De este modo, rechazó frontalmente el affaire Rubiales, presidente de la FEF, para poner de manifiesto el trato humillante sufrido históricamente por las jugadoras de la selección española (Osúa, 2023c). Asimismo, también mencionó el caso de Simone Biles cuando tuvo que retirarse de los juegos de Tokio por los abusos sufridos en su infancia. Sin embargo, superándose a sí misma, empoderándose, consiguió hacer el salto Yurdenko con doble mortal en el Mundial de Gimnasia de Amberes en 2023, hasta entonces inédito en el género femenino. A propósito de ella, Osúa brindó esta excelente reflexión:
La heroicidad de los deportistas no reside solo en el logro de un hito nunca conseguido hasta entonces que los hace trascender de generación en generación, sino en la resiliencia que les permite no desfallecer en las desgracias que forman parte de la condición humana. (Osúa, 2023f, p. 8)
Como puede observarse, a través de sus escritos, J. Osúa promovió la igualdad de género y puso de manifiesto ejemplos de empoderamiento de mujeres con una clara voluntad de educar moralmente a sus lectores.
Esfuerzo, superación y resiliencia
El caso de Simone Biles señala otros valores que J. Osúa infundió a través de sus artículos deportivos: el deporte como escenario privilegiado para desarrollar el esfuerzo, la superación y la resiliencia de las personas. Naturalmente, el deporte atesora un relevante papel educativo y de ahí la importancia de la EF en todos los niveles de la enseñanza ya que estimula facultades y aptitudes como el esfuerzo, la disciplina, el trabajo en equipo y el afán de superación (Osúa, 2010, p. 263). No obstante, una de las facetas más importantes es la capacidad de descubrir las propias limitaciones y aprender a superarlas u optimizarlas a través del esfuerzo, el entrenamiento, la técnica y la estrategia. De este modo, el deporte es, ante todo, humildad, reconocimiento de las propias barreras físicas e incluso mentales, de los límites, a fin de convertir las amenazas en oportunidades. Este hecho Osúa lo mostró en un escrito titulado «Guanyar sense ser el millor», sacando a colación una frase de Carlo Ancelotti cuando ganó con su equipo la liga de campeones en la temporada 23-24 (Osúa, 2024f). De igual forma, señaló a Ricky Rubio como ejemplo de mérito personal y deportivo en ocasión de que se le otorgara la Gran Cruz del Mérito Deportivo. Osúa reconoció, en su ejemplo, la superación de muchas adversidades como lesiones de larga duración o la depresión sufrida tras la pérdida de su madre por cáncer. Este jugador de baloncesto, fue propuesto por el autor como un ejemplo de coraje, resiliencia, esfuerzo y superación, no únicamente a nivel deportivo sino también humano pues afrontó situaciones de extrema vulnerabilidad. (Osúa, 2024b)
Seguidamente, otro momento en que reflexionó sobre estos valores es cuando mencionó la dimensión mediata y procesual del éxito como un axioma fundamental del deporte, que implica disciplina, constancia y perseverancia. Un ejemplo en que materializó este valor fue en un artículo de enero del 2024 titulado «Un estadi i un equip en construcció», en relación con el Fútbol Club Barcelona. El éxito, igual que un edificio, para ser sólido requiere empeño, aplicación, entereza, insistencia, firmeza y continuidad (Osúa, 2024a). La clave del éxito es la obstinación en el trabajo diario. Esto implica una dimensión procesual, a saber, que se prolonga en el tiempo. Por eso, Osúa puso en valor a los equipos que apuestan por la cantera, que tienen una buena formación de base, que confían en los jóvenes ofreciéndoles minutos en el terreno de juego sin exigir demasiado a su físico aún en desarrollo (Osúa, 2021a; 2024h; 2024c; 2023d, 2023b). Por este motivo, Osúa destacó la importancia de la técnica sobre el físico.
En líneas generales, el valor de la superación y del esfuerzo no es únicamente atribuible a los deportistas de élite que no participan en juegos no adaptados, sino también, y en especial, a los que participan en ellos. En un artículo escrito este mismo año, con motivo de la clausura de los Juegos Paralímpicos de París, el autor recalca la importancia del sacrificio personal de estos deportitas como reconocimiento, y mérito, a su esfuerzo y superación. El propio título del artículo, «De la compassió a l’admiració», ya indica el cambio de concepción que pretende del lector. A saber, que transite de un sentimiento de compasión a la más profunda admiración por el esfuerzo titánico de estas personas, cuyo éxito deportivo depende de la resiliencia y superación de sí mismo. Así reza el párrafo en que el periodista subraya esta elogiable actitud:
No obstante, entre los espectadores aun pervive una mirada más centrada en su condición personal que en sus gestos deportivos. A menudo, contemplar su actuación desvela entre el público una cierta condescencia paternalista –«pobrecito»– que, en lugar de ayudar a normalizar su discapacidad, incrementa la victimización y la estigmatización de los deportistas paralímpicos. Porque, como cualquier otro deportista de élite, su valor no tiene que ver con la superación de su minusvalía, sino con el entrenamiento y el esfuerzo necesarios para conseguir un rendimiento deportivo superior a los otros. Un sacrificio personal y familiar diario durante cuatro años que la mayoría de nosotros no estaría dispuesto a hacer. Por eso hay que abandonar una compasión mal entendida, arraigada en el hecho de creerse más afortunados, para dejar paso a una admiración que, reconociendo su mérito, valore, también económicamente, su extraordinaria dedicación. (Osúa, 2024j, p. 8)
Las palabras precedentes ponen de manifiesto, nuevamente, la importancia de la Educación en Valores que se puede transmitir a través del periodismo deportivo y del análisis social del deporte. No se trata de que la práctica del deporte adaptado sirva para despertar el sentimiento de compasión condescendiente de los ciudadanos hacia los deportistas con diversidad funcional o, más bien, con capacidades alternativas, sino que debe modificarse por una admiración a las personas que se consagran a la práctica de un deporte a niveles competitivos de élite como requieren unos Juegos Olímpicos, entre los cuáles ellos se encuentran. No en balde, Osúa apela o exhorta al lector a una cuestión de justicia social. Lejos de incrementar la estigmatización de los deportistas paralímpicos, se trata de aprender a apreciar y estimar el esfuerzo, la dedicación, la disciplina y el sacrificio que ha de realizar cualquier persona durante, como mínimo, cuatro años para poder llegar a competir en un campeonato internacional u olimpiada. Dicho en otros términos, pasar de la compasión a la admiración supone abandonar el enfoque del déficit para dar paso a un paradigma de la inclusión, del éxito y de la admiración por el esfuerzo, la constancia y la vehemencia que requiere la perseverancia contra la superación de las propias barreras. En definitiva, que el receptor o lector aprenda a valorar el esfuerzo, la superación y la resiliencia.
Inclusión y socialización
En la línea de las anteriores, y como se ha visto previamente, otra de las virtudes sobre los que incidió el Dr. Osúa en sus publicaciones periódicas sobre deporte es el valor inclusivo y socializador. Un ejemplo de esto es Black Power que se expresó en los JJ.OO. de México en 1968, la lucha contra el racismo que representaron en el podio de los doscientos metros lisos, John Carlos y Tommy Smith y del que también se solidarizó el australiano Peter Norman (Ortega, Fontán, y Brasó, 2024). La lucha contra el racismo, a favor de la igualdad de las personas y el respeto a los Derechos Humanos o el pacifismo son algunos ejemplos que Osúa rescató de la historia del deporte para educar moralmente. Tanto es así que aprovechó los 50 años de esa efeméride, en 2018 (Osúa, 2018a), para hablar de la importancia de la lucha de los deportistas a fin de denunciar los males sociales, las desigualdades estructurales y sociales y destacar el importante compromiso del deporte en este reclamo. Concluyó este artículo con una sugerente e interesante reflexión:
Se puede criticar el deporte por el hecho de contribuir a adormecer las conciencias de los ciudadanos, pero también es una plataforma desde donde denunciar las discriminaciones sociales y luchar por compensar las desigualdades que generan. Si las instituciones deportivas están frecuentemente supeditadas a los intereses que promueven las injusticias, han de ser los mismos deportistas, modelos de comportamiento y transmisores de valores, los que se han de implicar y asumir este reto. (Osúa, 2018a, p.16)
En cualquier caso, el deporte se erige, según este autor, como una plataforma desde la que luchar por la inclusión de los colectivos vulnerables, desde donde compensar las desigualdades que generan la sociedad y el mercantilismo neoliberales. Tanto es así que recientemente publicó un artículo en que señalaba el importante papel que realizan los deportistas inmigrados en los éxitos estatales conquistados. En este artículo, bajo el título «Esport i inmigració» ofrecía una reflexión sobre el destacado papel inclusivo del deporte. Asimismo, apelaba a los dirigentes políticos a no desoír el ejemplo del fenómeno multicultural que enaltece el deporte. Así lo expresaba el autor:
En pleno debate alrededor del papel de la inmigración en la sociedad catalana y española, parece indicado reflexionar sobre el protagonismo de los deportistas provenientes de otros países o con progenitores originarios de otros estados en los recientes éxitos internacionales en la Eurocopa o en los Juegos Olímpicos de París. Sin el concurso de los futbolistas franceses nacionalizados Aymeric Laporte y Robin Le Normand o de los españoles con sangre africana Lamine Yamal y Nico Williams, difícilmente se habría ganado el título continental. Asimismo, si se hace un repaso de las medallas olímpicas se ve como, si se descuentan la de los deportes de equipo, casi la mitad no se habrían conseguido sin la contribución de atletas de origen extranjero (...).
Sin embargo, una actividad tan exigente y competitiva como el deporte de élite nos demuestra como, si se ponen los medios económicos necesarios y se ofrecen oportunidades, la incorporación de extranjeros supone un enriquecimiento que ayuda a la mejora del rendimiento y del prestigio internacional del país. (...)
A pesar de su fuerza para cohesionar una sociedad y su capacidad para generar un gran sentimiento de pertenencia, los éxitos deportivos por sí solos no parecen tener suficiente capacidad para transformar las mentalidades a largo plazo.
El deporte es un gran escaparate donde poder mostrar una imagen normalizada de la multiculturalidad, pero requiere una complicidad política y mediática que priorice la convivencia por encima de otros intereses. Si no, resulta contradictorio fomentar las nacionalizaciones exprés de los deportistas de élite o emplear recursos públicos en su preparación mientra se cuestiona la acogida, las ayudas y la regularización del resto de recién llegados que, aunque no aporten réditos patrióticos, contribuyen a nuestro bienestar. (Osúa, 2024i, p. 8)
Desde este punto de vista, Osúa apeló, dentro de la pedagogía deportiva, a la ejemplaridad de los deportistas para educar en valores, a través de esos mismos valores. Por lo demás, se trata de contribuir al pacifismo, adoptar una actitud comprometida contra el racismo, contra la violencia o la desigualdad de género o la vulneración sistemática de los Derechos Humanos que se transgreden en muchos rincones del planeta. Como se ha visto a lo largo de la cita textual anterior, este aspecto resulta crucial para la defensa de valores fundamentales como la inclusión, la convivencia multicultural, la igualdad de derechos, la dignidad de las personas o el respeto a la diversidad sobre los que pivota una sociedad democrática. (Osúa, 2017, 2018c, 2019, 2023g, 2024d)
Especial mención merece la sensibilidad del autor con la manipulación mediática que se hizo a Maradona, retomando una cita de Vázquez Montalbán afirma que fue víctima de sí mismo y de un «negocio futbolístico dirigido por personas que no estaban sometidas a ningún control ético» (Osúa, 2020a). Porque, desgraciadamente, también en el deporte han existido ejemplos, o contraejemplos, de abuso de la vulnerabilidad ajena. Poniendo de manifiesto su inolvidable magia con la pelota, Osúa declaró su trágica y controvertida trayectoria profesional como víctima de sí mismo, de su entorno familiar, político y futbolístico. Una forma de denunciar la manipulación mediática que se realiza sobre los jóvenes jugadores. En este mismo sentido, también cabe destacar la importancia que le da el autor a la necesidad de protección que tienen los jóvenes jugadores de los equipos para no poner en juego su salud y maduración corporal en base a intereses de rendimiento inmediato. (Osúa, 2024h)
Más allá de la inclusión, aspecto fundamental del deporte que Osúa pretendió transmitir, otro de los valores es la sociabilidad. Indiscutiblemente, tal como la Carta Europea del Deporte subrayó, el deporte goza de una dimensión socializadora. Por este motivo, se afirma en ella que es «una actividad social, educativa y cultural basada en la libre elección (…) reforzado los vínculos entre los pueblos y desarrollando la convivencia de una identidad cultural europea». (CE, 2021, p. 7)
Sea como fuere, el deporte, y sobre todo desde el punto de vista del espectáculo y del espectador, goza de una dimensión social e incluso del valor del encuentro intergeneracional, con el consecuente rol educativo, emocional y comunitario. También implica una normatividad social (Osúa, 2016b). Debido a esto, se ha de fomentar su participación, por la dimensión del trabajo en equipo –incluso en los deportes individuales–, y como forma de transmisión cultural, porque hay que recordar que el deporte también es inherente a la cultura y forma parte de los sentimientos compartidos (Osúa, 2024e). En esta dirección, se podría aludir al propio ejemplo de Joan Gamper, el fundador del Fútbol Club Barcelona, un claro símbolo del barcelonismo identitario, sentimental y popular (Osúa, 2020b) del que Osúa reclamó que se pusiera su nombre al estadio como deuda simbólica a fin de poner de manifiesto lo que, según él, constituye una de las particularidades del club barcelonista. Dicho en otras palabras, el deporte puede ser una forma de identidad sin renunciar a la globalidad, una forma de globalización y ciudadanía mundial sin la pérdida de la identidad local. Así lo manifestó el autor transversalmente en sus escritos, la importancia de ilusionar a los jóvenes espectadores. Como él mismo recordó, una de las potencialidades del deporte, en este caso particular del fútbol, es que
Hay que recordar, pero, que el tesoro más preciado escondido en la afición futbolística no es su capacidad de seducción mediática, sino el lazo comunitario que se establece entre padres e hijos, abuelos y nietos, tíos y primos, compañeros de trabajo y de escuela… gracias a este deporte. Una comunión que supera la inmediatez del resultado y la efervescencia emocional concentrada en noventa minutos para construir un vínculo con los colores que, aunque está sometida a los altos y bajos de la vida, es firme y resiliente. (Osúa, 2021b, p. 8)
En el párrafo precedente, puede observarse que el autor apuesta por salvaguardar, ante todo, el vínculo comunitario que hace estimar el deporte. Asimismo, reivindica el nexo emocional que se establece, en un partido o competición, entre el público y los deportistas o jugadores. En este sentido, el deporte tiene un cierto potencial ecuménico, capaz de crear rivalidad sin llegar a traspasar la línea roja de la enemistad. La rivalidad deportiva une la afición. Pero esta rivalidad tiene, y ha de tener, límites (Osúa, 2016a). Con todo, el ejemplo de «jugadores de la categoría humana de Marcet o Iniesta, el fútbol deviene un espacio de encuentro donde la rivalidad no implica enemistad. Un legado cívico que hay que preservar para las futuras generaciones de seguidores de uno u otro equipo» (Osúa, 2016a, p. 32). Y este es otro de los interesantes aprendizajes morales del deporte que la sagacidad y perspicaz pluma de este autor pone de manifiesto: la rivalidad deportiva no implica enemistad. Ni el deporte ni su afición deben transgredir la delgada línea que, desgraciadamente en algunas ocasiones, separa la competición de la antipatía o la animadversión. Antes al contrario, sin subterfugios, ha de enseñar a mantener esta frontera.
Conclusiones
En resumen, la labor periodística de Osúa pone de manifiesto la importancia de reflexionar sobre los valores y la ética en el deporte, ofreciendo a los lectores una oportunidad para pensar críticamente acerca de cuestiones morales vinculadas tanto a la práctica deportiva como a la sociedad en general. Si bien el periodista deportivo no tiene la función formal de educador moral, su trabajo puede contribuir, de manera indirecta, a la formación de la opinión y la sensibilidad de los lectores respecto a valores como la honestidad, la inclusión, la convivencia pacífica o la igualdad de género, valores que se alinean con el paradigma de Educación Física de Calidad promovido recientemente por la UNESCO (2024).
Así, el periodismo deportivo puede convertirse en un espacio de debate y reflexión sobre valores fundamentales, especialmente en contextos de grandes acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos de París, la Eurocopa o la Copa América. No obstante, conviene evitar atribuirle una responsabilidad educativa que, en sentido estricto, corresponde a otros ámbitos como la educación formal o la familiar. En definitiva, el valor pedagógico del periodismo deportivo reside en su capacidad para inspirar y provocar pensamiento crítico, más que en ejercer una función educativa directa.
Atendiendo a estas consideraciones, Camps (2011) señala que la educación en valores suele navegar a contracorriente, lo que subraya la dificultad pero también la necesidad de fomentar estos ideales en la sociedad. Por ello, aunque sea imposible cuantificar el impacto exacto de la educación moral que el periodismo deportivo pueda promover, no cabe duda de que su potencial para contribuir a un horizonte de justicia social y convivencia democrática es significativo.
Para investigaciones futuras, sería recomendable analizar la obra de otros periodistas que aporten perspectivas diferentes y enriquezcan la comprensión de las personas, ofreciéndoles así una visión más amplia, compleja y realista, en la que también estén presentes las contradicciones inherentes al mundo actual.
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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 326, Jul. (2025)