Lecturas: Educación Física y Deportes | http://www.efdeportes.com

ISSN 1514-3465

 

Los inicios del boxeo femenino en Costa Rica (1967-2016). 

Marginación deportiva, empoderamiento y exiguo apoyo estatal

The Beginnings of Women's Boxing in Costa Rica (1967-2016). 

Sports Marginalization, Empowerment and Little State Support

Os primórdios do boxe feminino na Costa Rica (1967-2016). 

Marginalização esportiva, empoderamento e apoio estatal limitado

 

Chester Rodolfo Urbina Gaitán

chesterurbina@yahoo.com

 

Licenciado en Historia (Universidad de Costa Rica)

Maestría en Ciencias Sociales FLACSO

Maestría en Sociología (Universidad de Costa Rica)

Docente en la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades

de la Universidad Estatal a Distancia (UNED)

Obtuvo en el 2020 el Premio Nacional de Literatura de Costa Rica Aquileo J. Echeverría

en el Área de Ensayo por su libro: Mujer, deporte y nación en Costa Rica (1888-2015)

Cuenta con el Premio UNA 2020-2021

y el de Universitario Distinguido de la UNED 2021

Es miembro correspondiente de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua

(Costa Rica)

 

Recepción: 22/03/2025 - Aceptación: 16/05/2025

1ª Revisión: 15/04/2025 - 2ª Revisión: 13/05/2025

 

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Cita sugerida: Urbina Gaitán, C.R. (2025). Marginación deportiva, empoderamiento y exiguo apoyo estatal. Los inicios del boxeo femenino en Costa Rica (1967-2016). Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(326), 2-17. https://doi.org/10.46642/efd.v30i326.8190

 

Resumen

    El objetivo de este artículo es estudiar la evolución histórica del boxeo femenino en Costa Rica, a partir de la primera noticia sobre su práctica en 1967 hasta la obtención del primer campeonato mundial de Yokasta Valle en el 2016. El estudio se realizó por medio de la recolección de datos brindados por el periódico La República y otras publicaciones periódicas digitales. La reconstrucción histórica se hizo por medio del análisis de noticias que abordaron la prohibición de este deporte, las principales boxeadoras, el apoyo estatal, los principales triunfos obtenidos y cómo este deporte ayudó a estas mujeres a vencer prejuicios patriarcales que moldearon su identidad de género. El boxeo femenino les permitió a las púgiles quebrantar las limitaciones a la práctica igualitaria del deporte. Para esto pronunciaron discursos donde rechazaban su marginación deportiva. Además, su empoderamiento corporal les permitió transgredir el esquema de exclusión, trascender a nivel del espacio público y obtener campeonatos mundiales. El apoyo estatal a este deporte fue muy exiguo durante el período de estudio.

    Palabras clave: Boxeo femenino. Costa Rica. Prejuicios. Machismo. Empoderamiento. Estado.

 

Abstract

    The objective of this article is to study the historical evolution of women's boxing in Costa Rica, from the first news report about its practice in 1967 to Yokasta Valle's first world championship in 2016. This was done by collecting data provided by the newspaper La República and other online publications. The historical reconstruction was conducted by studying news stories that addressed the ban on the sport, the leading female boxers, state support, major victories, and how this sport helped these women overcome patriarchal prejudices that shaped their gender identity. Women's boxing allowed these fighters to break the limitations on the equal practice of the sport. To this end, they gave speeches rejecting their sporting marginalization. Furthermore, their bodily empowerment allowed them to transgress the exclusionary paradigm, transcend the public sphere, and win world championships. State support for this sport was very limited during the study period.

    Keywords: Women's boxing. Costa Rica. Prejudice. Sexism. Empowerment. State.

 

Resumo

    O objetivo deste artigo é estudar a evolução histórica do boxe feminino na Costa Rica, desde as primeiras notícias da sua prática em 1967 até ao primeiro campeonato mundial de Yokasta Valle em 2016. O estudo foi realizado através da recolha de dados fornecidos pelo jornal La República e outros periódicos digitais. A reconstrução histórica foi realizada através da análise de notícias que abordavam a proibição deste desporto, as principais pugilistas, o apoio estatal, os principais triunfos e como este desporto ajudou estas mulheres a ultrapassar os preconceitos patriarcais que moldaram a sua identidade de género. O boxe feminino permitiu às pugilistas quebrar as limitações à prática igualitária da modalidade. Para isso, fizeram discursos rejeitando a sua marginalização desportiva. Além disso, o seu empoderamento corporal permitiu-lhes quebrar o padrão de exclusão, transcender a esfera pública e ganhar campeonatos do mundo. O apoio estatal a este desporto foi muito limitado durante o período do estudo.

    Unitermos: Boxe feminino. Costa Rica. Preconceitos. Sexismo. Empoderamento. Estado.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 326, Jul. (2025)


 

Introducción

 

    La práctica del deporte por parte de la mujer occidental ha tenido un enfoque sexista, afirmado en mitos y estereotipos. De hecho, el sexo es un factor de discriminación en la práctica deportiva, ya que existen disciplinas que supuestamente son más apropiadas para los hombres y otras que son más convenientes para las mujeres (García, y Asins, 1994; Cevallos, 1998; Oliveira, Telles, y Barreira, 2020, Lorenzo, 2022, Rodríguez, 2022, pp. 3-31, Perkins, 2023). Para Barbero la estructuración del deporte a lo largo del siglo XIX en una Inglaterra capitalista, cuya conformación social se fue cimentando en lo industrial y lo urbano, determinado por el ideal social victoriano, se creó por parte de la burguesía para modelar el comportamiento de sus hijos varones con base en lo varonil y una visión filosófica que mantenía a las mujeres en una situación de discriminación, alejadas de estas nuevas prácticas de ocio (Barbero, 1993). Estas imágenes se asentaban en ideas sesgadas que se habían gestado dentro de la profesión médica, y que ayudaron a mantener a la mujer alejada del deporte e incluso interiorizar su incapacidad para ejecutar tales actividades.

 

    Para Vázquez la concepción histórica del cuerpo femenino se sitúa en la base de la educación de la mujer y en concreto de la influencia de la educación física a la que ha estado subyugada. Tradicionalmente, la imagen histórica de la mujer ha sido biologista y ha estado marcada por su sexo genético que le posibilita la capacidad de procrear. Esto ha evitado que la mujer no se posesione de su corporeidad desde la libertad personal, propiciándose, en cambio, la idea de que el cuerpo de la mujer no es un cuerpo para ella, sino un cuerpo para los demás: primero como madre y receptora de los hijos; luego como conquista y posesión del varón para el que debe estar bella y se debe preservar; y, por último, como reproductora de la propia sociedad (Vázquez, 1987, p. 14 y posteriores). La imagen de femineidad victoriana les obligaba a las mujeres a conservarse frágiles y elegantes, sin adquirir las capacidades propias de unas deportistas: la fuerza, resistencia, independencia y actividad. (Díez, 2006; Urbina, 2016)

 

    A un nivel general, el deporte moderno ha sido poco estudiado por las ciencias sociales. Para Patricia Falco Genovez, su importancia historiográfica radica en el hecho de que permite un acercamiento a los ámbitos de la sociabilidad, de las conductas de los colectivos humanos y de la simbología. El mundo deportivo es un mundo con redes complejas, poco exploradas, por lo que es necesario comprender la forma como las asociaciones deportivas se van formando, en las prácticas características de cada clase social. Aparte de la cuestión social y conductual, existe el aspecto simbólico, donde el deporte contribuye a la formación de una identidad de un determinado grupo humano, lo que lo convierte en un área de investigación poco estudiada por la historia cultural. (Genovez, 1998)

 

    Con respecto a la historia del boxeo femenino en Costa Rica, Chester Urbina en su libro Mujer, deporte y nación en Costa Rica (1888-2015) del 2020 brinda datos importantes sobre las boxeadoras de estos años, los prejuicios y estereotipos que tuvieron que enfrentar en la práctica de este deporte y la opinión de estas atletas sobre su patrocinio, sostenimiento, ayuda social y entrenamiento adecuado. En este sentido pretende explicar mejor la conexión entre boxeo femenino y la integración social de la mujer en la sociedad nacional costarricense (Urbina, 2020, pp. 156, 203-207). Sin embargo, esta obra no es exhaustiva en cuanto a datos sobre la prohibición del boxeo femenino en el país y el cierre del primer período de la historia de este deporte en Costa Rica.

 

    Fundamentado en todo lo anterior es que el objetivo de este artículo es estudiar la evolución histórica del boxeo femenino en Costa Rica, a partir de la primera noticia sobre su práctica en 1967 hasta la obtención del primer campeonato mundial de Yokasta Valle en el 2016. El estudio se llevó a cabo por medio de la recolección de datos brindados por el periódico La República y otras publicaciones periódicas digitales. La reconstrucción histórica se hizo por medio del análisis de noticias que tratan la prohibición del boxeo femenino, las principales boxeadoras, el apoyo estatal, los principales triunfos obtenidos y cómo este deporte ayudó a estas mujeres a vencer prejuicios patriarcales que moldearon su identidad de género.

 

Prohibición, marginación de género, empoderamiento y triunfos deportivos. El boxeo en Costa Rica (1967-2016)

 

    La primera noticia sobre la práctica del boxeo femenino en Costa Rica se ubica en 1967. El 16 de marzo de ese año, el periódico La República daba a conocer la nota que el director general de deportes don Alfredo Cruz Bolaños, envió a don José María Chajud secretario del Comité cantonal de deportes de Golfito. En ella don Alfredo le ruega al señor Chajud que le informe sobre quién autorizó un encuentro femenino de boxeo en aquella localidad. Asimismo, se le informaba al funcionario municipal que suspendiera esta actividad, por considerar inconveniente el espectáculo e inadecuado para las mujeres (La República, jueves 16 de marzo de 1967, p. 33). Golfito en esta época a nivel económico estaba bajo la influencia de la Compañía Bananera de Costa Rica (CBCR) es decir, del capital estadounidense, la cual entre 1930 y 1948 mostró interés en promover la práctica del boxeo entre sus trabajadores a través de peleas con panameños. (Urbina, 2024)

 

    En la prohibición emitida por don Alfredo Cruz, se encuentra un proceso de “deportivización”, el cual es parte del proceso de industrialización y de consoli­dación del capitalismo. Este término alude a la creación de nuevos tipos de mercancías como compe­tencias, campeones y espectáculos (Huerta, 2010, p. 308). Es así como los deportes practicados por mujeres se han relegado a un espacio marginal. Las deportistas que ejecutan las mismas actividades que los hombres son despreciadas, descalificadas, invisibilizadas y condenadas a los papeles genéricos de madres y esposas (Huerta, 2010, p. 308). Es decir, se pretende reducir la amenaza a la supremacía que han tenido los hombres en la práctica del deporte. Se ocul­ta e invisibiliza a las mujeres, manteniendo así el dominio del patriarcado y las relaciones asimétricas de poder. (Douglas, 1966; Amorós, 2008; Berté, 2017; De La Espriella, y Segura, 2017; Martínez-Gorroño, y Calle-Molina, 2020; Grant, 2023: Porcelli, 2023)

 

    El 22 de octubre de 1981, en las instalaciones deportivas del Hospital San Juan de Dios -en San José- se enfrentaron Carmen Esquivel Alvarado de 29 años y Yolanda Noguera de 36 años. Carmen era soltera, tenía dos hijas, trabajaba en el departamento de dietética del nosocomio antes referido, media 1,58 m. y pesaba 170 libras. Yolanda era casada, con tres hijos, trabajaba en el servicio central, media 1,61 m. y pesaba 145 libras. La vencedora por nocaut técnico fue Carmen Esquivel quien señaló que, entrenó con hombres durante 15 días. Ellos eran compañeros de trabajo que le enseñaron como cubrirse la cara y tirar upercuts positivos. Sin embargo, reconoció que no estaba en buena forma y carecía de técnica. Aceptó pelear con Yolanda porque ninguna mujer lo quería hacer. Carmen asistía a ver las peleas masculinas que ocurrían en el Gimnasio Nacional, donde aprendía algunas estratagemas. Resaltó que si el boxeo era bueno para los hombres lo era también para las mujeres. No había cortapisas en esto y la que quería boxear tenía que hacerlo.

 

    Por su parte Yolanda comentó que el boxeo era muy exigente, tenía su dinámica y lo usaba para defenderse de quien fuera necesario. No por ser mujer tenía que esperar que los hombres la sacaran de apuros. Si alguien le faltaba el respeto lo atacaba a golpes. Aclaró que perdió el combate por falta de preparación, anduvo mal de aire, aparte de que tenía un problema de conciencia de no poder tirar puñetazos en la cara de la gente (La República, domingo 25 de octubre de 1981, p. 16). Detrás de las declaraciones de Yolanda se evidencia su identidad de género desvalorizada. En esto subyace un proceso que ha invisibilizado a las mujeres en el ámbito social, lo cual se refleja en el hecho de que dentro de los espacios deportivos las mismas mujeres repiten las formas de discriminación. Para Ezzell en ciertos casos las deportistas que practican deportes vistos como “masculinos” se enfrentan a la ignominia del público, fortalecen y refrendan su identidad devaluada (Ezzell, 2009, p. 115). Las prácticas deportivas funcionan como formas de control de las relaciones de género.

 

Figura 1. Pelea entre Carmen Esquivel y Yolanda Noguera

Figura 1. Pelea entre Carmen Esquivel y Yolanda Noguera

Fuente: La República, domingo 25 de octubre de 1981, p. 16

 

    A mediados de agosto de 1987, la joven Odette Méndez retaba a que una contrincante peleara con ella (Urbina, 2020, p. 156). Para que el boxeo femenino costarricense tomara auge era necesario que se dieran cambios a nivel de su manejo a nivel internacional. Cabe destacar que en 1996, la Asociación de Boxeo Aficionado del Reino Unido eliminó la prohibición de 1880 que impedía a las mujeres boxear. En julio de 1997 se efectuó el primer campeonato de boxeo femenino de los Estados Unidos.​ Posterior a estos hechos históricos otros países fueron permitiendo y organizando el boxeo femenino, encumbrando a campeonas mundiales en todas las categorías.

 

    En el Undécimo Campeonato Centroamericano de Boxeo Aficionado del 2004, efectuado en Costa Rica, se abre una categoría femenina. Esta categoría fue denominada el Primer Campeonato Centroamericano Femenino de Boxeo. En este evento participaron cuatro competidoras nacionales que obtuvieron los siguientes resultados: Karol Hernández León consiguió la medalla de bronce en los 57 kilogramos; Katalina O'Connell Montes obtuvo medalla de oro en los 48 kilogramos; Carolina Arias Sáenz conquistó el primer lugar en los 60 kilogramos; y Karla Varela Rodríguez logró la primera posición en los 70 kilogramos (Asociación Costarricense de Boxeo-Medallistas de Boxeo en Torneos Oficiales de A.I.B.A.). Con respecto a estas boxeadoras, Katalina O’Connell tenía 19 años, había empezado a boxear a los 13 años en 1998 por accidente en el gimnasio de Golfito. Allí se realizaban entrenamientos pugilísticos, la invitaron a participar y vieron que tenía potencial. Por influencia paterna empezó practicando kayak a los seis años. Vivía con su padre, Patrick, en Golfito. Él la apoyaba para terminar el colegio y le ayudaba a entrenar diariamente. Su rutina incluía ayudar en las labores de la casa. Su gran sueño era asistir a un Juego Olímpico y convertirse en profesora de educación física.

 

    Carolina Arias tenía 17 años, era vecina de Escazú y decía que las mujeres no tenían ningún obstáculo para practicar el boxeo. Era alumna de sétimo año del Liceo de Escazú y cuando salía de clases a las 4 p.m. corría a entrenar. Confesó que a los 12 años le hicieron una prueba y siguió adelante, quería ser una gran boxeadora. Karla Varela contaba con 22 años y hacía tres años que subió a un cuadrilátero. Primero jugó fútbol. Era vecina de San José, además de entrenar, estudiaba para sacar su noveno año e inscribirse en la Fuerza Pública como policía. Karol Hernández contaba con 27 años y hacía seis meses que se había puesto los guantes en la categoría de los 57 kilogramos. Lo del boxeo era algo reciente, ya que había pasado 13 años practicando taekwondo y dos años kickboxing. Era vecina de Coronado y madre de un menor de nueve años. Por las mañanas cumplía con su rutina de dejar a su hijo en la escuela, limpiar la casa y hacer el almuerzo. Por la tarde, acudía a sus entrenamientos. Su hijo es el atleta Gerald Drummond (La Nación, 2004). De los comentarios anteriores se desprende que, solo Carolina Arias se había dedicado exclusivamente al boxeo, las otras tres deportistas habían primero comenzado con la práctica de otro deporte y después devinieron en el boxeo.

 

Figura 2. En el orden usual: Carolina Arias, 

Karol Hernández, Katalina O'Connell y Karla Varela

Figura 2. En el orden usual: Carolina Arias, Karol Hernández, Katalina O'Connell y Karla Varela

Fuente: https://www.nacion.com/archivo/con-los-guantes-bien-puestos/B3CBSXGADRGQ7EWROYO445MRAU/story/

 

    Las cuatro boxeadoras volvieron a sobresalir en el 2007, en el campeonato centroamericano femenino amateur efectuado en el país. En los 50 kilogramos Katalina O’Connell derrotó a la guatemalteca Rosa García, después de que el réferi suspendiera el combate en el primer asalto. En los 54 kilogramos Wendy Aranda -hija del ex púgil Humberto Aranda- derrotó a América René, de El Salvador, con puntaje de 17-9. Por su parte, Carolina Arias obtuvo el triunfo en los 57 kilogramos por medio de un nocaut técnico a la guatemalteca Paula Samayoa. En la categoría de los 80 kilogramos, Karla Rodríguez se impuso por nocaut técnico a Vanessa Vásquez, también guatemalteca. El juez paró el combate en el primer asalto. A estos triunfos se agregan los de Dayan Abarca en los 46 kilogramos, Yanitza Campos en los 48 kilogramos y Hannah Gabriels en los 70 kilogramos, quienes se colgaron la medalla de oro sin pelear pues no hubo rivales. Su entrenador Humberto Aranda explicó que era un orgullo ver a las muchachas triunfar, debido a que era consciente de los sacrificios que hacían para entrenar. El boxeo femenino era un deporte con poco apoyo, así que cada triunfo valía mucho.

 

Figura 3. Wendy Aranda

Figura 3. Wendy Aranda

Fuente: https://lorebogantes.wordpress.com/2013/06/24/wendy-aranda-mas-que-golpes-inteligencia-y-estrategia/

 

    En los días previos al campeonato centroamericano, las boxeadoras tuvieron que aguantar hambre con el fin de poder cumplir con el peso de su división. Por lo general ellas entrenaban solas lo que dificultaba llevarles un control físico. Por su parte, Wendy Aranda de 18 años, conquistó su primera medalla de oro en un torneo del área. Según expresó tenía cuatro años de boxear. No supo explicar la sensación que experimentaba al subir al ring, escuchar el himno nacional y llevar la bandera de Costa Rica a lo más alto. (Rodríguez, 2007, Moreno, 2015, pp. 255-291)

 

    El Estado apoyó -dentro de sus posibilidades económicas- el boxeo femenino, al instaurar a partir del 2008 el campeonato de esta disciplina deportiva en los Juegos Deportivos Nacionales. Las ganadoras en estos eventos a partir del año antes mencionado hasta el 2016 fueron: en el 2008: Luz M. Rodríguez (Pococí); en 2009: Karina Delgado (Liberia); en 2010; Carmen Jazmín Díaz Salazar (Aguirre); en 2011: Carmen Jazmín Díaz Salazar (Puriscal); en 2012: Paola Chinchilla (Buenos Aires); en 2013-2014: Andrea Marín Vega (Buenos Aires); en 2015: Juliana Rodríguez Acevedo (Desamparados); y en 2016: Valeria Cárdenas Abarca (San José) (Juegos Deportivos Nacionales. Cuadro de Honor. Atletas más destacados por disciplina y rama. 1993-2019, s.p.). Detrás de este apoyo el Estado costarricense pretende impedir que el deporte difunda los espacios de exclusión social que experimentan las mujeres, los pobres o los grupos étnicos marginados. Tal postura permite emplear al deporte como instrumento de bienestar solidario y de formación de una sociedad más justa, participativa y democrática.

 

    Sin embargo, la falta de apoyo económico es algo que resaltó Carolina Arias en el 2009. Arias obtuvo la medalla de bronce en la categoría de los 54 kilogramos del Campeonato Panamericano de Boxeo femenino, celebrado en Guayaquil, Ecuador. Según Rafael Vega, presidente de la Asociación Costarricense de Boxeo Aficionado, la medalla de Arias fue un logro muy importante, porque era la primera vez que se participaba de un Panamericano y la primera vez que se ganaba una medalla. Al respecto Arias señaló que se necesitaba mucho apoyo económico. Fue con sus propios medios y cierta ayuda brindada por la Asociación de Boxeo. Tenía la esperanza de asistir a los Juegos Olímpicos de Londres del 2012 y ganar la medalla de oro. (Rivera, 2009)

 

    En el VII Campeonato Panamericano de Boxeo Femenino realizado en Brasil en el 2010, el país logró obtener dos medallas de bronce por medio de Pamela Sánchez y Mariela Porras, en las categorías de 57 y 48 kilogramos respectivamente. Las de plata llegaron a través de Carolina Arias en los 54 kilogramos y Karla Rodríguez en más de 81 kilogramos. Estos resultados hicieron que la delegación costarricense finalizara octava en el torneo regional, con dos puntos (Rodríguez, 2010). Pese a que Arias y sus compañeras de generación no lograron un campeonato mundial de boxeo femenino, sus logros le abrieron las puertas al mercado mundial al boxeo femenino costarricense. A un nivel general, la carrera deportiva de Arias puede resumirse de la siguiente manera: en el I Campeonato Centroamericano Femenino de Boxeo Costa Rica 2004 ganó medalla de oro en los 60 kilogramos. En el II Campeonato Centroamericano de Managua 2005 obtuvo oro en los 52 kilogramos. En el IV Campeonato Centroamericano de Costa Rica 2007 triunfó en la categoría de los 57 kilogramos. En el VI Centroamericano Femenino de Costa Rica 2010 conquistó oro en los 54 kilogramos y en el VII Campeonato Panamericano de Brasil 2010 obtuvo medalla de plata en la misma categoría. (Urbina, 2021, pp. 203)

 

    Otra boxeadora destacada fue la afro costarricense Hanna Gabriels (n.1983). Su comienzo en el deporte lo hizo a través del atletismo. El sábado 19 de diciembre de 2009, en Managua, se coronó Campeona Mundial de Peso Wélter (147 libras) de la Organización Mundial de Boxeo, al vencer por nocaut técnico a la argentina Gabriela Zapata, a los 1:01 minutos del cuarto asalto. El 29 de mayo de 2010, derrotó a la dominicana Gardy Peña, en Bayamón, Puerto Rico, con lo cual conquistó el cinturón del mundo de la división super welter (154 libras) de la Organización Mundial de Boxeo, en una pelea que solo duró 11 segundos. En la noche del jueves 31 de marzo de 2011, retuvo su corona al vencer en el nuevo Estadio Nacional, a la estadounidense Melisenda Pérez, por nocaut en el sétimo asalto (Urbina, 2021, p. 204-206). El 28 de febrero de 2013, perdió el título ante la dominicana Oxandia Castillo.

 

    En una entrevista que se le realizó en el 2010, señaló que cuando sus padres le vieron el talento para el deporte buscaron donde entrenarla. Al respecto indicó: “Somos muy competitivos y es muy difícil que nos conformemos con poco. Eso sí, trabajamos muchísimo. En el deporte descubrí que soy meticulosa, estricta con lo que estoy haciendo, siempre busco mejorar”. Al consultársele si ese sentido de competencia, ¿empieza primero por uno mismo? Ella contestó: “Eso es lo que te diferencia de los demás atletas. Ese ego de siempre ser el mejor es la satisfacción verdadera”. Por último, al planteársele que era una mujer en un campo que tradicionalmente se suscribía a los hombres, se le preguntó: ¿Es el boxeo machista? A lo que respondió: “El boxeo no es machista, quienes son machistas son las personas que lo rodean. Cierto, es un deporte donde la mayoría son hombres. Pero, sin importar el sexo todos tenemos oportunidad de hacer lo que queramos. Los estereotipos son creados por las personas y no por el deporte en sí. Hay que caer en cuenta de eso y tratar de no inculcárselo a las nuevas generaciones. Es difícil abrirle la mente a una persona que no quiere ver más allá. Pero las cosas se logran con hechos y perseverando”. (Soto, 2010)

 

    Después del triunfo sobre Melisenda Pérez refirió lo siguiente: “Soy de las que ha logrado algo sólo por constancia y disciplina, con trabajo… Gracias al apoyo de mi familia estoy aquí, sin ellos no podría…” (La Nación, viernes 1 de abril de 2011, pp. 44A-45A). Unos días después, en una entrevista con Érika Rojas R. de La Nación indicó: “Tengo muy claro quién soy y cuál es la misión que tengo en este mundo para con Dios y para con la gente”. Cuando se le preguntó: ¿Cuál ha sido el mayor reto en su carrera deportiva? Ella contestó: “Ganarme la credibilidad de la gente fue muy difícil. Cuando uno sueña alto y es ambicioso, la mayoría de las personas se ríen, pero yo siempre tuve muy clara mi meta” (La Nación, miércoles 6 de abril de 2011, p. 41A). La respuesta de la boxeadora revela que, pese a su triunfo deportivo, el contexto social patriarcal imperante actuaba como una estructura de poder que le impedía tener el mismo nivel de igualdad y reconocimiento que el atleta masculino. A Gabriels se le atribuía un estereotipo donde la práctica del boxeo no encajaba con el rol asignado tradicionalmente a la identidad femenina. En la configuración de este proceso cognitivo desempeñan un papel importante los agentes socializadores: familia, iglesia, escuela, medios de comunicación, etc. En este sentido, el deporte también cumple un papel importante en el cambio mental sobre la percepción que se tiene de las mujeres. Sobre esto, Amada Traba y Benjamín Porto señalan: “Una decontrucción del deporte como expresión de valores exclusivamente masculinos, y su reconstrucción como expresión de comunicación, desarrollo físico y mental, salud y mejora de la calidad de vida, compensación de las agresiones cotidianas y potenciación de su valor lúdico y menos competitivo, supondría la incorporación de todas las personas, la superación de las contradicciones de género, de las de clase y étnicas”. (Traba, y Porto, pp. 7-8)

 

Figura 4. Hanna Gabriels

Figura 4. Hanna Gabriels

Fuente: https://champinon.info/es/boxing/hanna-gabriels/

 

    En los X Juegos Deportivos Centroamericanos del 2013 -efectuados en San José- en el peso Mosca (45-48 kilogramos) el triunfo fue para Yokasta Valle; la categoría Gallo (-51 kilogramos) fue ganada por Paola Chinchilla y en el peso Pluma (-54 kilogramos) la vencedora fue Wendy Aranda (Boxeo en los X Juegos Deportivos Centroamericanos). A principios de octubre de 2014, las boxeadoras nacionales ganaron dos medallas de oro como locales en el Campeonato Centroamericano de Boxeo en el área femenina. La campeona del peso Mosca fue Paola Chinchilla, quien se impuso por decisión unánime a la salvadoreña Yahaira Peña. El otro título de las anfitrionas lo consiguió Katherine Arauz sobre la panameña Yalitza Francechi, en la categoría de los 57 kilogramos (Meridiano, 2014). A finales de abril de 2015, la selección de boxeo nacional venció a la de Panamá, en el encuentro internacional entre ambos países que se realizó en el gimnasio del Complejo Polideportivo de Pérez Zeledón, en San Isidro de El General. Los resultados fueron los siguientes: en la categoría de los 48 kilogramos Valeria Conejo Rica derrotó a Nanet Carrión; en la de los 51 kilogramos Juliana Rodríguez venció a Mirian Jiménez; en la de los 64 kilogramos María Zúñiga le ganó a Juliana Torres, en la de los 57 kilogramos Lidia Arauz triunfó ante Mirian Jiménez; en tanto que en la de los 60 kilogramos Vanesa Elizondo se impuso ante Carol Hibbert. (Calvo, 2015)

 

    Yokasta Valle (n.1992) se inició en el deporte con el voleibol. Debutó en el boxeo el 26 de julio de 2014 en Alajuela, ganando por decisión unánime a la boxeadora mexicana Guadalupe "La Fiera" Atilano. El 16 de diciembre de 2016, derrotó por decisión dividida en el Parque Central de San José a la mexicana Ana Victoria Polo. Este triunfo le dio el título vacante mini mosca junior femenino de la Federación Internacional de Boxeo. La pelea se efectuó en San José y consolidó al boxeo femenino como uno de los deportes más destacados de Costa Rica, debido a la cantidad de triunfos obtenidos por las boxeadoras nacionales.

 

Figura 5. Yokasta Valle

Figura 5. Yokasta Valle

Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/yokasta-valle-estrenara-su-titulo-mundial-en-costa-rica-y-aclama-casa-llena

 

    Sobre su vida, Valle apunta: “Nací en Nicaragua y mi familia migró a Costa Rica cuando era muy joven. Mis raíces están allá y mi corazón aquí. Llevo lo mejor de cada uno de los dos países. La migración es una lucha que me pasa por el cuerpo. A lo largo de mi vida me ha tocado enfrentar la discriminación, los prejuicios y la xenofobia por ser mujer y por ser migrante, pero mi reacción fue siempre crecer y hoy soy la Campeona del Mundo”. Agregó que siempre encontró oposición a su sueño de ser la mejor del mundo, principalmente de hombres que le decían que nunca iba a surgir, que era un deporte de hombres y no tenía futuro por ser mujer. Al respecto comentó: “Tomé esas palabras como combustible para demostrarles que yo sí podía”. Añade: “Muchas veces no tenía dinero para pagar el autobús. Me tocaba caminar varios kilómetros para poder ir a entrenar y había un chofer que me permitía subirme al bus sin pagar. A él también le debo lo que hoy soy”, comenta con voz entrecortada (Jiménez, 2023, Impacto Latino, 2023, Vistazo, 2024). Del discurso de Valle sobresale una gran persistencia y resiliencia que la impulsó a no darse por vencida frente a los obstáculos y prejuicios de género por la práctica del boxeo.

 

Conclusión 

 

    El boxeo femenino les permitió a las boxeadoras costarricenses transgredir las limitaciones a la práctica igualitaria del deporte. Al no reproducir la marginación y esquemas patriarcales, tomaban conciencia de quienes eran y de su nuevo lugar en la sociedad. Los discursos que emitieron sobre su acceso al boxeo y el ganarse el respeto personal permiten entender el contexto de marginación y disparidad en cuanto al acceso a la práctica de este deporte. A través del empoderamiento corporal fueron quebrando el esquema de exclusión, trascendiendo a nivel del espacio público y obtener campeonatos mundiales.

 

    Derivado de todo lo anterior, se encuentra el hecho de que el deporte funciona como una vía de igualación de condiciones de participación y de aprendizajes sociales, de formación de vínculos saludables y de solidaridad en la vida comunitaria. Esto justificó cierto apoyo que el Estado costarricense brindó al boxeo femenino al crear el campeonato de esta disciplina deportiva en los Juegos Deportivos Nacionales. Sin embargo, fue notorio que el Estado no le ofreció todo el patrocinio que necesitaba.

 

Referencias 

 

Amorós, C. (2008). Mujeres e imaginarios de la globalización. Reflexiones para una agenda teórica global del feminismo. Homo Sapiens Ediciones.

 

Asociación Costarricense de Boxeo-Medallistas de Boxeo en Torneos Oficiales de A.I.B.A. https://ascoboaf.blogspot.com/p/medallero.html

 

Barbero, J. (comp.) (1993). Materiales de sociología del deporte. Ediciones de la Piqueta.

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 326, Jul. (2025)