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ISSN 1514-3465

 

Más allá de la pista: deporte inclusivo como herramienta de transformación social

Beyond the Track: Inclusive Sport as a Bridge to Equality, Hope, and Social Transformation

Além da pista: esporte inclusivo como ferramenta de transformação social

 

Daniel Paglilla Ham

daniel_paglilla@hotmail.com

 

Profesor de Educación Física (INEF Dickens)
Licenciado en Ciencias de Actividad Física y el Deporte

Homologado por la Universidad Politécnica de Madrid

Entrenador de Hockey de 1º División y División de Honor B

Entrenador de Escuela de Hockey

Club de Campo Villa de Madrid

(España)

 

Recepción: 09/12/2024 - Aceptación: 15/05/2025

1ª Revisión: 09/04/2025 - 2ª Revisión: 11/05/2025

 

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Cita sugerida: Paglilla Ham, D. (2025). Más allá de la pista: deporte inclusivo como herramienta de transformación social. Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(330), 192-204. https://doi.org/10.46642/efd.v30i330.8050

 

Resumen

    La actividad física inclusiva se ha convertido en un tema de creciente interés debido a sus múltiples beneficios para personas con discapacidad. En el caso del síndrome de Down, la participación en programas de actividad física favorece el desarrollo motor, la socialización y el bienestar emocional. El presente estudio tiene como objetivo analizar los beneficios de la actividad física en personas con síndrome de Down a través de una revisión sistemática de la literatura. Se recopilaron y analizaron estudios previos que abordan el impacto del ejercicio en esta población, identificando efectos positivos en la autonomía, la autoestima y la calidad de vida. A pesar de estas ventajas, persisten barreras en la accesibilidad y en la implementación de programas adecuados. La investigación sugiere la necesidad de promover estrategias inclusivas que fomenten la participación activa de personas con síndrome de Down en actividades físicas adaptadas.

    Palabras clave: Síndrome de Down. Actividad física inclusiva. Accesibilidad.

 

Abstract

    Inclusive physical activity has become a topic of growing interest due to its multiple benefits for people with disabilities. In the case of Down syndrome, participation in physical activity programs promotes motor development, socialization, and emotional well-being. This study aims to analyze the benefits of physical activity in people with Down syndrome through a systematic literature review. Previous studies addressing the impact of exercise on this population were collected and analyzed, identifying positive effects on autonomy, self-esteem, and quality of life. Despite these advantages, barriers to accessibility and the implementation of adequate programs persist. The research suggests the need to promote inclusive strategies that encourage the active participation of people with Down syndrome in adapted physical activities.

    Keywords: Down syndrome. Inclusive physical activity. Accessibility.

 

Resumo

    A atividade física inclusiva tem se tornado um tema de crescente interesse devido aos seus múltiplos benefícios para pessoas com deficiência. No caso da síndrome de Down, a participação em programas de atividade física promove o desenvolvimento motor, a socialização e o bem-estar emocional. Este estudo tem como objetivo analisar os benefícios da atividade física em pessoas com síndrome de Down por meio de uma revisão sistemática da literatura. Estudos anteriores que abordam o impacto do exercício físico nessa população foram compilados e analisados, identificando efeitos positivos na autonomia, autoestima e qualidade de vida. Apesar dessas vantagens, persistem barreiras à acessibilidade e à implementação de programas adequados. Pesquisas sugerem a necessidade de promover estratégias inclusivas que incentivem a participação ativa de pessoas com síndrome de Down em atividades físicas adaptadas.

    Unitermos: Síndrome de Down. Atividade física inclusiva. Acessibilidade.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 330, Nov. (2025)


 

Introducción 

 

    El deporte inclusivo no solo es una herramienta, sino un puente hacia la igualdad y la esperanza. Para las personas con discapacidad intelectual, síndrome de Down o Trastorno del Espectro Autista (TEA), el deporte trasciende la actividad física, funcionando como un medio de integración, desarrollo y participación en la sociedad. Este escrito se centra en cómo el deporte transforma vidas, fomentando la cooperación, estimulando la autoestima y promoviendo la autonomía.

 

    Además de fortalecer las habilidades físicas, el deporte inclusivo contribuye a la resiliencia emocional, reduce la ansiedad y crea espacios para la integración social. En cada esfuerzo, en cada logro, las personas encuentran un propósito: un lugar donde no solo participan, sino que son celebradas y valoradas por sus aportaciones. Este enfoque destaca el poder del deporte para superar barreras y construir comunidades más inclusivas, caracterizadas por la empatía y la solidaridad.

 

    Como se evidencia en películas como Campeones (Fesser, 2018), el deporte es mucho más que una forma de recreación; es un poderoso agente de cambio social, especialmente en el contexto de las personas con discapacidad. Enfrentarse a una realidad de exclusión, prejuicios y barreras -tanto físicas como sociales- puede resultar abrumador. Sin embargo, el deporte actúa como un motor transformador que derriba estos obstáculos y construye puentes hacia la inclusión. Cansino Aguilera (2016) sostiene que el deporte inclusivo y la actividad física son fundamentales para construir un futuro más saludable y con valores, destacando su papel en la equidad y la igualdad de oportunidades.

 

    Participar en disciplinas como fútbol, natación, baloncesto, rugby o tenis permite que las personas con capacidades diferentes no solo desarrollen habilidades motoras, sino que encuentren en el deporte un refugio donde sus diferencias son reconocidas en lugar de marginadas. En el campo de juego, no importa el diagnóstico o las limitaciones; lo que realmente cuenta es el esfuerzo, la colaboración y la pasión compartida. Esto genera un poderoso sentido de pertenencia, una experiencia que, para muchos, ha sido negada en otros ámbitos de la vida.

 

    El deporte de equipo fomenta la cooperación y la interacción, valores esenciales para combatir el aislamiento social. A través del trabajo en equipo, los participantes desarrollan empatía, habilidades de comunicación y la capacidad de reconocer su propio valor dentro de un grupo. Estas competencias no solo son útiles en el ámbito deportivo, sino que también se trasladan a otros aspectos de la vida, como la educación, el empleo y las relaciones personales. Aunque esto ocurre en el deporte convencional, en el deporte inclusivo se potencia de manera significativa.

 

    La integración que se logra mediante el deporte no es superficial; es profunda y transformadora. No solo mejora la calidad de vida de las personas con discapacidad, sino que también educa a la sociedad, mostrando que la diversidad no es un obstáculo, sino una riqueza. En cada pase de balón, en cada brazada en el agua, se construye una narrativa diferente: una en la que todos tienen un lugar, donde la cooperación prevalece sobre la competencia y donde el éxito se mide no por los resultados, sino por el camino recorrido juntos.

 

    En el deporte inclusivo, las personas con discapacidad encuentran un espacio seguro para expresarse, explorar su potencial y formar relaciones significativas. Pero, quizá lo más importante, encuentran la oportunidad de ser vistas, valoradas y aceptadas plenamente en una sociedad que, muchas veces, las ha relegado a los márgenes. Esto demuestra que el deporte no solo cambia vidas individuales, sino que también tiene el poder de transformar comunidades enteras, creando entornos donde la inclusión no sea la excepción, sino la norma.

 

    El objetivo general de este trabajo es analizar el papel del deporte inclusivo como herramienta de transformación social en personas con discapacidad, con especial atención al síndrome de Down. Los objetivos específicos son: (1) revisar los beneficios documentados de la actividad física inclusiva; (2) presentar experiencias y modelos de implementación; y (3) señalar los retos y necesidades en materia de profesionales capacitados.

 

Los Pumpas 

 

    Un ejemplo de deporte inclusivo es Pumpas XV, un equipo de rugby que, bajo la dirección de Daniel Fernández, ha transformado vidas en Argentina y otros países. Este equipo reúne a personas con y sin discapacidad intelectual, demostrando que el deporte no tiene barreras. Fundado en 2016, Pumpas XV no solo entrena a sus jugadores en las destrezas del rugby, sino que también construye un espacio donde la inclusión y el compañerismo son pilares fundamentales. Aquí es dónde podemos ver claramente lo que Næss (2023), argumenta en un en cuanto a que una gestión adecuada puede fomentar espacios más equitativos y accesibles para todos.

 

Figura 1. Pumpas XV representó a Argentina en el Rugby World Cup de Mixed Ability

Figura 1. Pumpas XV representó a Argentina en el Rugby World Cup de Mixed Ability

Fuente: https://www.instagram.com/p/DMD1WZfS3FQ/

 

    Para los jugadores, pertenecer a Pumpas XV significa mucho más que practicar un deporte: es encontrar un lugar donde se sienten valorados, escuchados y respetados. El rugby, con sus valores intrínsecos de respeto, trabajo en equipo y solidaridad, actúa como un catalizador para que los participantes desarrollen habilidades sociales, mejoren su autoestima y fortalezcan su autonomía. Para muchos, esta experiencia se convierte en una oportunidad para superar desafíos personales y sentirse parte activa de una comunidad.

 

    El impacto de Pumpas XV no termina con los jugadores. Las familias también encuentran un apoyo invaluable al ver a sus seres queridos participar en una actividad que no solo los enriquece, sino que también les permite brillar en un entorno que fomenta la igualdad. Este proyecto ha generado una red de contención emocional para padres y hermanos, quienes comparten la alegría de ver a sus familiares disfrutar, crecer y alcanzar metas.

 

    Además, el equipo ha llevado su mensaje de inclusión a torneos internacionales, representando a Argentina en eventos como el Rugby World Cup de Mixed Ability en Irlanda, donde no solo compiten, sino que inspiran a otros con su ejemplo. Su mensaje es claro: todos, independientemente de sus capacidades, tienen algo que aportar. Pumpas XV es un testimonio viviente de cómo el deporte puede unir, empoderar y transformar vidas, no solo en el campo de juego, sino también en la sociedad en general.

 

    Pumpas XV demuestra que el deporte inclusivo no solo impacta a sus participantes, sino que trasciende al entorno familiar y comunitario, dejando una huella de esperanza y unidad. Su labor ha inspirado a otros clubes y organizaciones a replicar este modelo inclusivo, transformando la percepción de la discapacidad en todo el mundo. Es un recordatorio de que, cuando se elimina el prejuicio y se fomenta la igualdad, el deporte tiene el poder de cambiar vidas y unir comunidades en torno a valores universales.

 

Fundación Gotze y el Special Hockey en el Club de Campo 

 

    Otro ejemplo destacable en el deporte inclusivo es el trabajo de Toñi Navarrete en la Fundación Gotze y el Club de Campo, quienes han liderado el desarrollo del Special Hockey. Este proyecto adapta el hockey para personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, generando un entorno accesible y seguro donde los participantes pueden disfrutar del deporte mientras desarrollan habilidades sociales y motoras.

 

    El Special Hockey no se trata solo de jugar; es un espacio donde los participantes sienten que pertenecen, se valoran sus capacidades y se celebra su esfuerzo. A través de entrenamientos inclusivos, el programa fomenta la cooperación, la autoestima y la superación personal. Las vidas de estas personas se ven profundamente impactadas al encontrar un espacio donde pueden superar barreras y brillar en un entorno de igualdad.

 

    El trabajo que desarrollan los monitores y coordinadores del Club de Campo no solo es deportivo, sino también de contención. Esto no solo mejora la calidad de vida de los jugadores, sino que también educa a la comunidad, demostrando que el deporte es un lenguaje universal capaz de integrar a todos.

 

La Casa Blanca 

 

    La Fundación Real Madrid es un referente mundial en el uso del deporte como herramienta de inclusión social, especialmente a través de programas diseñados para personas con discapacidades físicas, intelectuales o del desarrollo. Sus iniciativas incluyen las Escuelas Socio-Deportivas Adaptadas, donde el fútbol y el baloncesto se utilizan para fomentar habilidades sociales, emocionales y físicas, integrando valores como el respeto, el esfuerzo y la cooperación.

 

    La Fundación trabaja en más de 100 países, adaptando sus proyectos a contextos específicos. En el ámbito de la discapacidad, crea espacios donde los participantes pueden desarrollarse sin barreras, fortaleciendo su autoestima y autonomía. Estas escuelas también generan un impacto significativo en las familias, quienes encuentran apoyo y orgullo al ver a sus hijos participar en actividades donde se valora su esfuerzo y talento.

 

    Un ejemplo destacado es el programa Por una educación REAL: valores y deporte inclusivo, que tiene como objetivo integrar a personas con discapacidad en actividades deportivas regulares, fomentando su participación junto a sus pares sin discapacidad. Este enfoque no solo reduce estigmas, sino que también educa a las comunidades, promoviendo una sociedad más inclusiva.

 

    El enfoque de la Fundación Real Madrid trasciende el deporte, promoviendo el desarrollo integral de sus participantes y transformando vidas a través de la igualdad de oportunidades.

 

El talón de Aquiles del deporte inclusivo: la urgencia de profesionales capacitados 

 

    En el ámbito del deporte inclusivo, uno de los mayores retos es la falta de profesionales capacitados. Aunque la participación de voluntarios es fundamental y, en muchos casos, son los familiares quienes lideran estas iniciativas con una entrega admirable, la buena voluntad por sí sola no basta. La inclusión requiere conocimientos específicos, que van desde técnicas adaptativas hasta habilidades de comunicación necesarias para abordar las diferentes necesidades de los participantes. Sin un enfoque profesional, el impacto positivo del deporte inclusivo se ve limitado, lo que resalta la urgente necesidad de formar a más personas capaces de garantizar calidad, continuidad y crecimiento en estos proyectos.

 

    En el ámbito de la actividad física adaptada, Sherrill (2004) destaca la importancia de diseñar programas deportivos que consideren las necesidades específicas de los participantes para maximizar su impacto positivo. La importancia de contar con personal capacitado en proyectos de deporte inclusivo no puede ser subestimada. La calidad y sostenibilidad de estas actividades dependen directamente de la formación y el compromiso de quienes las lideran. Sin embargo, uno de los mayores desafíos en este campo es la escasez de personas con formación específica y el insuficiente apoyo institucional para asegurar que estos programas dispongan de los recursos humanos necesarios.

 

    Un ejemplo que refleja este desafío se encuentra en el club de rugby de Moralzarzal, donde se inició una actividad dirigida a personas con discapacidad. Aunque la experiencia resultó enriquecedora y contó con el entusiasmo de los participantes y sus familias, el proyecto no logró consolidarse debido a una barrera clave: la falta de profesionales capacitados para garantizar su continuidad. La ausencia de un equipo de entrenadores o voluntarios con la formación adecuada limitó el alcance y la sostenibilidad del programa, evidenciando la necesidad de contar con personal especializado en deporte inclusivo.

 

    Esto pone de manifiesto una necesidad crítica: las instituciones deportivas, tanto clubes como federaciones, deben asumir un rol activo en la formación de su personal. No se trata solo de buena voluntad, sino de brindar herramientas concretas que permitan a los entrenadores y monitores adaptarse a las necesidades de los deportistas con discapacidad. La formación especializada es esencial para garantizar no solo la seguridad, sino también el desarrollo integral de los participantes, respetando sus particularidades y potenciando sus capacidades.

 

    La capacitación no debería depender exclusivamente de la iniciativa individual. Las instituciones deben facilitar programas formativos accesibles, tanto en términos económicos como de disponibilidad. Esto incluye ofrecer talleres, cursos en línea y certificaciones que no solo eduquen sobre técnicas deportivas adaptadas, sino que también sensibilicen sobre la importancia de la inclusión y sobre cómo manejar diferentes tipos de discapacidades, desde intelectuales hasta motoras.

 

    Por otra parte, contar con personal capacitado no solo beneficia a los deportistas, sino que también fortalece a los clubes y asociaciones. Tener entrenadores formados proyecta una imagen de profesionalismo e inclusión, lo que puede atraer a más participantes, recursos y apoyo institucional. Además, permite que las actividades no dependan únicamente de una persona, asegurando que los proyectos sean sostenibles y puedan crecer con el tiempo.

 

    En última instancia, para que el deporte inclusivo cumpla su propósito transformador, es indispensable que las instituciones deportivas y educativas se comprometan a invertir en la formación de su personal. Esto no solo abrirá nuevas oportunidades para las personas con discapacidad, sino que también contribuirá a construir comunidades más inclusivas, donde el deporte sea verdaderamente un espacio para todos.

 

Hacia una inclusión plena: el impacto de integrar diversas capacidades en el deporte 

 

    Para que el deporte inclusivo pueda cumplir su papel como herramienta de transformación social, es crucial abordar sus desafíos desde una perspectiva holística. El primer paso es construir una base sólida de profesionales capacitados, capaces de comprender y atender las diversas necesidades de las personas con discapacidad. Aunque la contribución de los voluntarios, especialmente de los familiares, es esencial y valiosa, la buena voluntad por sí sola no basta para garantizar una experiencia deportiva de calidad. Se requiere un conocimiento profundo de técnicas adaptativas, estrategias de comunicación y principios pedagógicos que promuevan la inclusión, la seguridad y el bienestar de los participantes.

 

    Las instituciones deportivas y educativas desempeñan un papel fundamental en este proceso. Es necesario que asuman un compromiso activo para formar y certificar a su personal, proporcionando programas de capacitación continua para entrenadores, educadores y voluntarios. La formación especializada en deporte inclusivo debe ser una prioridad, permitiendo que los profesionales adquieran las competencias necesarias para crear un entorno accesible y motivador. Esta formación no solo debe centrarse en el aspecto técnico del deporte, sino también en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales que favorezcan la integración plena de los participantes.

 

    Además, las instituciones deben liderar la implementación y promoción de actividades deportivas inclusivas dentro de sus programas regulares, asegurándose de que sean accesibles a personas con una amplia variedad de discapacidades. Esto implica no solo adaptar las instalaciones y el material deportivo, sino también disponer de los recursos humanos capacitados para guiar estas actividades, garantizando la participación activa y segura de todos los involucrados.

 

    Es imprescindible que las actividades inclusivas sean más que un gesto simbólico y se conviertan en una parte integral del sistema deportivo, con un enfoque a largo plazo que garantice la sostenibilidad de estos programas. Estudios han demostrado que la actividad física inclusiva mejora la autonomía y el bienestar de las personas con síndrome de Down. (Silva-Ortiz et al., 2021)

 

    El deporte inclusivo tiene el poder de actuar como un catalizador de cambio social profundo. No se limita a mejorar la condición física de los participantes, sino que también fomenta una cultura de igualdad, respeto y trabajo en equipo. Al proporcionar un espacio donde las personas con discapacidad pueden desarrollar sus habilidades, el deporte derriba barreras y estigmas, facilitando una mayor integración social. A través de la participación en actividades deportivas, los individuos no solo mejoran su bienestar físico y emocional, sino que también adquieren una mayor autonomía, confianza y autoestima, lo que genera un impacto positivo en todas las áreas de su vida.

 

    Además, el deporte inclusivo fomenta una cultura de diversidad y pertenencia, donde las diferencias no se ven como limitaciones, sino como fortalezas que enriquecen la experiencia colectiva. Estas prácticas tienen un efecto multiplicador en las comunidades, creando un entorno donde la empatía y la solidaridad se convierten en valores fundamentales. Las personas que participan activamente en el deporte inclusivo son, a su vez, agentes de cambio en sus entornos, difundiendo el mensaje de igualdad e inclusión entre sus familias, amigos y comunidades.

 

    Una de las propuestas más enriquecedoras del deporte inclusivo es la integración de personas con y sin discapacidad en el mismo equipo, como ocurre en el rugby inclusivo. Este enfoque no solo permite la práctica deportiva en igualdad de condiciones, sino que también fomenta la colaboración y el aprendizaje mutuo, contribuyendo a la eliminación de prejuicios y a la construcción de comunidades más empáticas. Para que estas iniciativas sean realmente efectivas, es fundamental que se integren de manera estructural en el sistema deportivo, garantizando su sostenibilidad a largo plazo.

 

    El deporte inclusivo tiene el poder de actuar como un catalizador de cambio social profundo. No se limita a mejorar la condición física de los participantes, sino que también promueve una cultura de igualdad, respeto y trabajo en equipo. Al proporcionar un espacio donde las personas con discapacidad pueden desarrollar sus habilidades, el deporte derriba barreras y estigmas, facilitando una mayor integración social. La participación en actividades deportivas no solo fortalece el bienestar físico y emocional de los individuos, sino que también impulsa su autonomía, confianza y autoestima, generando un impacto positivo en todas las áreas de su vida.

 

    Además, el deporte inclusivo refuerza una cultura de diversidad y pertenencia, en la que las diferencias no se perciben como limitaciones, sino como fortalezas que enriquecen la experiencia colectiva. Estas prácticas generan un efecto multiplicador en la sociedad, promoviendo valores como la empatía y la solidaridad. Las personas que participan activamente en el deporte inclusivo no solo se benefician a nivel personal, sino que también se convierten en agentes de cambio, difundiendo el mensaje de igualdad e inclusión en sus entornos familiares y comunitarios.

 

Formación, compromiso y cambio social 

 

    Como se ha mencionado en varias ocasiones a lo largo de este texto, el deporte inclusivo posee un enorme potencial para transformar vidas, pero su impacto trasciende la cancha o el campo de juego. La construcción de una sociedad verdaderamente inclusiva debe comenzar desde la base, asegurando la formación adecuada de quienes liderarán este proceso. Cuando las instituciones educativas y deportivas asumen el compromiso de proporcionar una capacitación continua a entrenadores, monitores y voluntarios, establecen los cimientos de una comunidad que no solo integra a las personas con discapacidad, sino que también las valora y reconoce por sus capacidades y aportes. Según Solís, y González (2021), la actitud del profesorado de Educación Física influye significativamente en la integración de estudiantes con discapacidad en actividades deportivas.

 

    La inclusión en el deporte no es un acto aislado, sino un reflejo de los valores que deben guiar la construcción de una sociedad más equitativa. Cada vez que un niño con discapacidad se integra en un equipo o un adulto con autismo o síndrome de Down participa activamente en una competencia, el impacto va más allá del desarrollo de sus habilidades físicas o emocionales. Estos espacios generan un cambio profundo en la mentalidad colectiva, reafirmando que todas las personas, sin importar sus diferencias, tienen algo valioso que aportar.

 

    Este cambio no es un ideal inalcanzable, sino una meta factible que requiere la integración de todas las personas en un modelo de deporte inclusivo. Las instituciones, los clubes y los organismos gubernamentales tienen la responsabilidad de liderar esta transformación. No basta con observar el cambio desde la distancia; es fundamental asumir un papel activo en su implementación. El deporte posee el potencial de unir, transformar y derribar barreras, pero este potencial solo se materializa cuando se establecen estrategias concretas para garantizar la igualdad de oportunidades, proporcionando formación adecuada a los profesionales y priorizando la inclusión como norma, no como una excepción. Coalter (2013) plantea que el deporte puede ser una herramienta clave para el desarrollo social, siempre que se implementen estrategias adecuadas que favorezcan la inclusión y la participación equitativa. Pero no podemos avanzar sin profesorado competente.

 

    Garantizar que el deporte se consolide como una herramienta de transformación social es una tarea urgente. Un enfoque adecuado no solo mejorará la calidad de vida de las personas con discapacidad, sino que también contribuirá a la creación de comunidades más justas, equitativas y solidarias. La inclusión comienza con la formación de los profesionales y su impacto puede ser duradero, profundo y significativo.

 

Conclusiones 

 

    El deporte inclusivo es una herramienta transformadora que impacta no solo a los participantes directos, sino también a sus familias y comunidades, promoviendo valores como la igualdad, el respeto y la solidaridad. Al derribar barreras físicas y sociales, el deporte permite que las personas con discapacidad encuentren un espacio para desarrollar habilidades, mejorar su bienestar físico y emocional, y participar activamente en la sociedad.

 

    Los ejemplos analizados, como Pumpas XV, el Special Hockey y las Escuelas Socio-Deportivas Adaptadas de la Fundación Real Madrid, demuestran que la inclusión en el deporte no es solo posible, sino que también es profundamente enriquecedora. Estos modelos inspiran y evidencian cómo la integración en actividades deportivas fomenta una cultura de diversidad y pertenencia, transformando comunidades al generar empatía y colaboración entre personas con y sin discapacidad. Según el Consejo Superior de Deportes (2020), el desarrollo de políticas públicas inclusivas es esencial para garantizar que todas las personas, independientemente de sus capacidades, tengan acceso a la práctica deportiva en condiciones de equidad.

 

    Sin embargo, para que el deporte inclusivo pueda alcanzar todo su potencial, es fundamental abordar uno de sus mayores desafíos: la formación de profesionales capacitados. La buena voluntad, aunque valiosa, no es suficiente para garantizar programas sostenibles y de calidad. La formación especializada en deporte inclusivo debe convertirse en una prioridad para instituciones educativas, deportivas y gubernamentales.

 

    Ofrecer programas de capacitación accesibles, diseñar políticas públicas que apoyen la inclusión y garantizar recursos humanos preparados son pasos esenciales. Solo con profesionales capacitados será posible crear entornos accesibles, seguros y motivadores que respondan a las necesidades específicas de los participantes. Así, el deporte inclusivo no solo cambiará vidas individuales, sino que también contribuirá a construir una sociedad más equitativa y empática, donde la inclusión sea la norma, no la excepción.

 

Referencias 

 

Cansino Aguilera, J.A. (2016). Un nuevo paradigma para un futuro más saludable y con valores: Deporte inclusivo, actividad física inclusiva y Educación Física Inclusiva. Revista de Educación Inclusiva, 9(2). https://revistaeducacioninclusiva.es/index.php/rei/article/view/51

 

Coalter, F. (2013). Sport for Development: What Game Are We Playing? Routledge Publisher.

 

Consejo Superior de Deportes (2020). Plan director deporte inclusivo 2020. https://www.csd.gob.es/es/igualdad-en-el-deporte/plan-director-deporte-inclusivo-2020

 

Fesser, J. (Director) (2018). Campeones [Película]. Morena Films. Películas Pendelton y Movistar+. https://youtu.be/a3e0hWT09YY

 

Næss, H.E. (2023). Diversity and inclusion management in sport organizations: an integrative literature review. Managing Sport and Leisure, 1–26. https://doi.org/10.1080/23750472.2023.2213707

 

Sherrill, C. (2004). Adapted Physical Activity, Recreation, and Sport: Crossdisciplinary and Lifespan. McGraw Hill.

 

Silva-Ortiz, A.M., Gamonales, J.M., Gámez-Calvo, L., y Muñoz-Jiménez, J. (2020). Beneficios de la actividad física inclusiva para personas con síndrome de Down: Revisión sistemática. SPORT TK: Revista Euroamericana de Ciencias del Deporte, 9(2). https://doi.org/10.6018/sportk.454201

 

Solís, P., y González, V. (2021). Actitudes del profesorado de educación física hacia la inclusión de alumnos con discapacidad. Retos: Nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación, 39. https://doi.org/10.47197/retos.v0i39.77841


Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 330, Nov. (2025)