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ISSN 1514-3465

 

El pensamiento táctico en la enseñanza de la lucha olímpica

Tactical Thinking in the Teaching of Olympic Wrestling

Pensamento tático no ensino da luta olímpica

 

Franco Guillermo Melgarejo Ventocilla

melgarejoventocillafranco@gmail.com

 

Entrenador Federado de Lucha Olímpica

de la selección Regional de Junín

ex Deportista Calificado de la Federación Deportiva Peruana de Lucha Amateur

Discente en la carrera de Educación Física y Psicomotricidad

en la Universidad Nacional del Centro del Perú

(Perú)

 

Recepción: 27/09/2024 - Aceptación: 23/03/2025

1ª Revisión: 28/02/2025 - 2ª Revisión: 19/03/2025

 

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Cita sugerida: Melgarejo Ventocilla, F.G. (2025). El pensamiento táctico en la enseñanza de la lucha olímpica. Lecturas: Educación Física y Deportes, 30(324), 224-239. https://doi.org/10.46642/efd.v30i324.7908

 

Resumen

    El presente trabajo tiene como fin analizar el pensamiento táctico y su relevancia en la toma de decisiones dentro del deporte de la lucha olímpica. Se exploran los diversos tipos de conocimientos que lo componen. Se propone que, en etapas de iniciación, la enseñanza de este deporte se basa en la comprensión del combate hacia su ejecución, estableciendo como marcos de referencia pedagógicos, al modelo TGFU (Teaching Games for Understanding) y otros enfoques derivados, centrados en la táctica. Se analizan investigaciones, de diversos autores previos, sobre el pensamiento táctico resaltando su relevancia en la toma de decisiones. Se argumentan las ventajas de enseñar con un enfoque basado en la comprensión, sin descuidar el aprendizaje de las técnicas necesarias para la ejecución adecuada.

    Palabras clave: Pensamiento táctico. Enseñanza comprensiva. Toma de decisiones. Conocimiento declarativo. Conocimiento procedimental.

 

Abstract

    The purpose of this paper is to analyze tactical thinking and its relevance in decision making within the sport of Olympic wrestling. The various types of knowledge that comprise it are explored. It is proposed that, in initiation stages, the teaching of this sport be based on the understanding of combat towards its execution. Establishing as pedagogical reference frameworks, the TGFU model (Teaching Games for Understanding) and other derived approaches, focused on tactics. Research on tactical thinking by various previous authors is analyzed, highlighting its relevance to decision-making. The advantages of teaching with an approach based on understanding, without neglecting the learning of the techniques necessary for proper execution.

    Keywords: Tactical thinking. Comprehensive teaching. Decision making. Declarative knowledge. Procedural knowledge.

 

Resumo

    O objetivo deste artigo é analisar o pensamento tático e sua relevância para a tomada de decisões no esporte da luta olímpica. São explorados os diversos tipos de conhecimento que o compõem. Propõe-se que, nas fases introdutórias, o ensino deste esporte seja pautado na compreensão do combate em direção à sua execução, estabelecendo o modelo TGFU (Teaching Games for Understanding) e outras abordagens derivadas, focadas na tática, como referenciais pedagógicos. Pesquisas de vários autores anteriores sobre pensamento tático são analisadas, destacando sua relevância na tomada de decisões. São discutidas as vantagens de ensinar com uma abordagem baseada na compreensão, sem descuidar da aprendizagem das técnicas necessárias para uma execução adequada.

    Palavras-chave: Pensamento tático. Ensino abrangente. Tomada de decisão. Conhecimento declarativo. Conhecimento processual.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 324, May. (2025)


 

Introducción 

 

    La lucha olímpica es un deporte de contacto que consiste en derribar y someter al adversario sin hacer uso de golpes. Está delimitado por el tiempo de duración del combate, por el espacio donde se ejecutan las acciones motrices (colchoneta) y por su reglamento interno y según su estilo, lucha greco-romana y/o lucha libre. Gana aquel participante que logra un puntaje mayor, como también aquel que logre colocar de espaldas a su adversario o por superioridad técnica.

 

    El éxito del luchador, en líneas generales, se debe a la capacidad de tomar decisiones acertadas en el momento oportuno. A pesar de que las características físicas y las destrezas técnicas del luchador son importantes, estas quedan subordinadas a su capacidad de decidir la acción técnica correcta y en el momento preciso, considerando que en su competición se dan muchas situaciones y contextos de alta complejidad e incertidumbre.

 

    De acuerdo con Castarlenas (1993, citado por Avelar-Rosa, Pimentel, Figuereido, y López-Ros, 2015, p. 61) “en un combate existen tres momentos, cuando el luchador se encuentra en ataque, el luchador en defensa y el luchador en espera”, siendo este último un proceso de transición, es decir, transición de ataque a defensa y transición de defensa a ataque. Considerando que estos momentos de transición son dinámicos, es decir, que la toma de decisión del luchador, percepción y ejecución no suceden, sino, están siempre interactuando.

 

    Es un deporte que trae consigo un gran repertorio de técnicas a las que el luchador puede recurrir en un determinado momento del combate, por lo general consideran este deporte predominantemente técnico, usando una metodología de enseñanza tradicional; basando los entrenamientos, en etapas de iniciación, en repeticiones de las técnicas sin un sentido táctico. Creyendo que el luchador debe primero poseer un gran dominio técnico para recién tener un aprendizaje táctico, dejando de lado los mecanismos de percepción y toma de decisiones.

 

    Este trabajo tiene como fin analizar el pensamiento táctico y su relevancia en la toma de decisiones dentro del deporte de la lucha olímpica. Poniendo atención a las ventajas de una enseñanza basada en la comprensión, sin estar reñido con el aprendizaje correcto de las ejecuciones técnicas.

 

Táctica 

 

    Es importante que antes se defina que es táctica, ya que puede tener un significado diferente para cada deporte, entrenador o deportista.

 

    Según Bedolla (2003) la táctica es el conjunto de componentes que se integran para satisfacer toda una serie de situaciones durante los enfrentamientos. La cual está dirigida a la utilización racional de las posibilidades del atleta, y al aprovechamiento total de las deficiencias y errores del contrario.

 

    La táctica descansa en un conjunto de procesos psicológicos entre los cuales juega un papel central el pensamiento, el cual vincula las tareas, las condiciones y los modos de solución. Implica planificar acciones, fundamentándose en la anticipación previsora y en la inmediata, las cuales tienen un carácter individual y colectivo, y su particularidad depende del tipo de deporte. (Huapaya, 2019, citado por Peña, y Rivas, p. 4)

 

    De acuerdo con Riera (1995) la noción táctica se ha asociado siempre a los deportes en los que un equipo se enfrenta directamente a otro equipo, probablemente a consecuencia del origen militar. No obstante, la táctica está también presente en los deportes de oposición, pero sin colaboración. Por ello, es conveniente separar la táctica en individual y colectiva.

 

    La táctica individual constituye la esencia del enfrentamiento de los deportes de oposición sin colaboración, de 1 vs l. En estos deportes, cada contendiente actúa para superar al oponente y evitar ser superado por él. Desde una perspectiva táctica, en cada momento el contendiente interactúa con unas situaciones de oposición específicas, valora sus alternativas y realiza la acción técnica que considera más adecuada para vencer al adversario:

 

    La táctica individual en los deportes implica un análisis multidimensional que considera:

  • Evaluación del contexto

  • Análisis del oponente (su posición, intenciones, estado físico y mental).

  • Identificación de los recursos para vencer (implementos deportivos, técnicas corporales).

  • Autoevaluación del propio deportista (condición física, estado emocional, capacidades técnicas).

  • Consideración de factores externos como tiempo, condiciones ambientales y marcador.

Proceso de Decisión táctica 

  • Valoración de múltiples alternativas tácticas.

  • Selección de la opción más estratégica para lograr el objetivo.

  • Ejecución de la acción técnica elegida.

Característica fundamental 

  • El proceso no es lineal ni secuencial.

  • Es dinámico, interdependiente y flexible.

  • Permite modificaciones inmediatas según la lectura del oponente.

  • El engaño y la capacidad de adaptación son centrales.

    El deportista no solo actúa durante la ejecución técnica, sino que constantemente interactúa, evalúa y se adapta. (Riera, 1995, p. 51)

 

Pensamiento táctico 

 

    Al comparar a un luchador experto con uno novato, se puede observar que la diferencia en su desempeño se basa principalmente en las decisiones que cada uno toma. El luchador experto demuestra la capacidad de anticiparse a las acciones de su oponente, domina mejor los gestos técnicos, adaptándola según el contexto. Es como si el luchador experto pudiera percibir con mayor rapidez lo que sucede en casa situación o contexto del combate.

 

    Diversos estudios revelan que este conocimiento específico le permite al participante experimentado, percibir con mayor rapidez y tomar decisiones acertadas, anticipar con eficacia y tener un mejor dominio técnico.

 

    Cuando se habla de pensamiento táctico, no se refiere a estrategias de combate o al planteamiento de una pelea. De acuerdo con López Ros (2011):

    Se trata de un pensamiento operativo, que se muestra en la práctica, formado por un conocimiento técnico-táctico que influye diversos tipos de saberes, que en expertos se manifiesta como de alta calidad, y que permite guiar el comportamiento táctico en la resolución de problemas deportivos específicos. López Ros, 2011, p. 63)

    Según Sánchez García (2009, p. 95) “es el tipo de racionalidad práctica que se da en toda la serie de actividades corporales incluidas en patrones o cursos de acción”.

 

    Para Sanchez, Loforte, y Quinteros (2015, p. 56) el pensamiento táctico es la capacidad para evaluar rápidamente la situación y tomar una decisión. De ahí que, los deportes de combate exigen estimulación de potencialidades creativas del estudiante-deportista, sustentando en la solidez y asimilación de los conocimientos, habilidades y hábitos, que favorezcan a dicho pensamiento.

 

    Para Anaya (2018) este pensamiento se detona mediante un proceso compuesto por aspectos biológicos, cognitivos y técnico-coordinativos llamado popularmente como “toma de decisiones”. Cuando combinamos el proceso decisional con las características de los deportes de conjunto que conllevan incertidumbre nos dan como resultado “la acción táctica del juego”.

 

    Mahlo (1975, citado por Baldriche 2020) lo define como:

    Un acto consciente y orientado a resolver prácticamente y respetando las reglas de vigor, un gran número de problemas planteados por las diversas situaciones del juego; esta solución debe ser rápida y deliberada y debe aspirar al mayor éxito posible de la actividad global.

    La acción táctica Mahlo (1975, citado por Baldriche 2020) posee tres fases:

  1. La percepción y el análisis de la situación (su resultado es el conocimiento de la situación).

  2. La solución mental del problema (su resultado es la representación de una gestión).

  3. La solución motriz del problema (su resultado es la solución práctica).

    Estas fases se desarrollan sucesivamente y en relación una con otras. El desempeño táctico es aprendido. Una buena acción táctica se caracteriza por tener una idea fiel de la situación, seleccionar los medios correctos para resolver exitosamente el problema y realizar la acción acertada y eficaz en el menor tiempo posible.

 

    Según Garganta (2001, p. 21) “Los conocimientos que están en la base del pensamiento táctico están organizados de acuerdo con un conjunto de indicadores, de objetivos a alcanzar y de efectos a producir”.

 

    De acuerdo con Vélez et al. (2020):

    El pensamiento es el proceso psicológico de mayor importancia para una adecuada ejecución técnico-táctica, y es una necesidad fomentar la creatividad en la preparación del deportista. En los deportes de combate, donde las situaciones acontecen demasiado rápido, el deportista, aun cuando no ha realizado una evaluación verbal de las acciones, es capaz de ejecutarlas, dando respuesta a la situación que ha cambiado. Ello revela los elementos intuitivos del pensamiento.

    Por su parte Sánchez García (2009) refiere que el pensamiento, la toma de decisiones, la intuición, la memoria, la percepción y la atención, están presentes en toda acción táctica y es evidentemente importante para el psicólogo y el entrenador saber cómo los atletas piensan y con cuánta rapidez y calidad resuelven los problemas de orden técnico-táctico.

 

    Según López (2014) “el pensamiento táctico permite valorar mentalmente el curso del combate, estableciendo las posibilidades de victoria o la planificación de las propias acciones, teniendo en cuenta que, en el transcurso del mismo, quizás, se deba cambiar por otra decisión”.

 

    Como lo señalan Pérez, y Arruza (2005) el pensamiento táctico se considera un “pensamiento operativo” que permite y facilita la resolución eficaz de problemas tácticos, señalan la existencia de tres elementos constitutivos de dicho pensamiento:

  • El tratamiento de grandes unidades de acción, organizadas en conjuntos estructurados.

  • Capacidad para reconocer la situación-problema relacionada con el objetivo a conseguir.

  • Formación de soluciones aplicables a una clase de situaciones.

    Entonces todo lo que el luchador decida antes de la ejecución técnica es materia de estudio de la táctica, del pensamiento táctico, estamos hablando de la capacidad para resolver situaciones de forma adecuada al contexto, tomando propias decisiones acertadas en el menor tiempo posible.

 

¿Qué saberes conforman el pensamiento táctico? 

 

    Según López Ros (2011) el pensamiento táctico está conformado por el conocimiento procedimental, conocimiento declarativo, conocimiento condicional y metaconocimiento.

 

    Conocimiento procedimental, de acuerdo con López Ros (2011, p 64):

    Hace referencia al “saber cómo” resolver una situación determinada. Es pues un saber práctico, un “saber de acción”, que permite definir cómo actuar para resolver un problema (en este caso deportivo) concreto y, por tanto, alude a las acciones que se realizan para ello.

    Según Anaya (2022), el saber cómo, remite al conocimiento procedimental o implícito y consiste en resolver una situación de una manera determinada a partir de conocer las acciones que se necesitan para ello.

    Conocimiento declarativo, según Rodriguez-Perez (2019), “saber qué”, entendido como el conocimiento explícito que tienen las personas para explicar hechos y conceptos. Lo pueden manifestar por medio del lenguaje o de manera escrita. El nivel de este conocimiento influye proporcionalmente en la calidad de las decisiones.

    Anderson (1987, citado por Wiesen, 2021, p. 41) definió este conocimiento como “el conjunto de atributos y características que decimos de un objeto, suceso o idea. Se identifica con el «saber qué», siendo la información que podemos recordar exactamente como fue memorizada”.

 

    Conocimiento condicional para Anaya (2022, p. 335) “ayuda a utilizar los dos conocimientos anteriores, procedimental y declarativo, en una situación particular”.

 

    Para López Ros (2011, p. 64) “el conocimiento condicional hace referencia al conocimiento de las condiciones específicas y concretas que se dan en un momento determinado: cómo y cuándo utilizar el conocimiento declarativo y procedimental en una situación particular”.

 

    Metaconocimiento, “remite a un conocimiento que permite que el deportista sepa qué sabe. Es decir, a la conciencia del propio conocimiento” (López Ros, 2011, p. 64)

 

    Anaya (2022, p. 135) lo define como: “Conocido como, saber lo que sabemos, el cual se refiere a las habilidades metacognitivas de las personas y nos permiten reconocer aquello que sabemos y cómo lo aprendemos”.

 

    Así, Temprado (1991, citado por López-Ros, 2011) escribió sobre el paralelismo existente entre el “pensamiento táctico” y el “saber decidir”, señalando que la potestad de decisión recae en gran parte por la selección que haga el sujeto con respecto a la acción. Asimismo, este autor entiende que el “saber decidir” admite:

  • “Saber qué es lo que hay que hacer”: entendiéndose por la comprensión y categorización de los aspectos que permiten fijar los objetivos de la resolución.

  • “Saber cómo hacerlo”: referido a identificar y organizar en un procedimiento, los objetivos que permitan resolver el problema.

  • “Saber hacerlo”: evocando la eficacia en la ejecución.

¿Cómo desarrollar el pensamiento táctico? 

 

    Temprado (1991, citado por Anyosa Mitma, 2021) señala que:

    El aprendizaje debería referirse fundamentalmente a tres tipos de conocimientos organizados jerárquicamente: los que permiten identificar rápidamente los objetivos admisibles y los medios pertinentes; los que se refieren a las posibilidades de selección, y los que conciernen a la puesta en funcionamiento de los programas de respuesta. Para ello, la organización jerárquica del aprendizaje implicaría:

  1. Conocimiento de los objetivos generales y finalidades del juego.

  2. Conocimiento de los objetivos en las diferentes situaciones (las fases específicas y de las características de cada situación en la dinámica del juego). Ambos aspectos (a y b) permiten obtener información significativa para la acción y reducir las opciones de las mismas a aquellas «lógicas» y viables.

  3. Conocimiento de las acciones en cada escenario específico.

  4. Conocimiento de las reglas de elaboración de las respuestas ajustadas. Así pues, el desarrollo del pensamiento táctico no puede reducirse al aprendizaje de unos principios generales, sino que debe integrar el conocimiento de los aspectos específicos de cada situación, de forma que el deportista pueda elaborar una representación integrando también los indicios, los objetivos, los efectos y los medios disponibles.

    Para Milán, y Cabrales (2016):

    Es realmente el pensamiento táctico la premisa esencial del proceso del desarrollo de la táctica. Sus particularidades operatividad, rapidez, flexibilidad, previsión y por sobre todo efectividad caracterizan el tipo de pensamiento que debe prevalecer en los deportistas. Unido a estas particularidades se debe trabajar el desarrollo de la creatividad, la cual puede entenderse como la propiedad de las personas para encontrar relaciones y nuevas formas de solucionar problemas partiendo de sus vivencias e informaciones ya conocidas, incluso puede abarcar la posibilidad de encontrar nuevos problemas, no solo solucionarlos.

    Para Gonzales, y Molina (1998, citado por Milán, y Cabrales, 2016, p. 152), la creatividad puede ser desarrollada específicamente a partir de tres situaciones:

  • Encontrar una nueva solución a una situación.

  • Encontrar diferentes soluciones a una misma situación.

  • Ejecutar diferentes variantes de una misma solución.

    Para Anaya (2022) el pensamiento táctico se desarrolla a través de un feedback interrogativo, invitando siempre a la reflexión. La contribución activa del entrenador consiste en:

  1. Crear una situación problemática, explicarla y hacer tomar conciencia a los alumnos.

  2. Llevar a resolver esta situación a partir de los conocimientos que disponen.

  3. Considerar con espíritu crítico la solución tomada.

    Vickers (2007) propone crear contextos orientados hacia la solución de problemas tácticos: atender señales, cambiar de foco, anticiparse, recuperar de la memoria, usar el lenguaje, limitaciones de tiempo, presión, etc. Diseñar tareas que desencadenen la activación de procesos decisionales. Seleccionar alguna herramienta para entrenar la toma de decisiones: práctica variable, práctica aleatoria, feedback de banda ancha, formulación de preguntas, video, instrucción exigente y el modelado.

 

    Para López Ros (2003; 2010), y Castejón Oliva, y López (2002, citado por López-Ros 2011) una de las ideas fundamentales del desarrollo del pensamiento táctico es que el aprendizaje del mismo sea lo más profundo y significativo posible, es decir que el aprendiz comprenda y dote de sentido lo que está aprendiendo. Para ello parece esencial que el deportista establezca vínculos substanciales (y no arbitrarios) entre sus conocimientos previos (lo que sabe, lo que piensa, lo que hace) y los nuevos conocimientos. Se busca que dicho vínculo genere un conocimiento «fuerte» basado en un proceso de memorización comprensiva. Para ello, el desarrollo conjunto del conocimiento procedimental y declarativo (que dé sentido al primero) resulta fundamental.

 

    El planteamiento inicial de esta propuesta sugiere trabajar con juegos modificados y situaciones tácticas que permitan a los aprendices identificar los principios tácticos básicos a partir de los cuales tomar conciencia táctica para poder decidir el ¿qué?, ¿cómo? ¿cuándo? de la acción y posteriormente ejecutar el gesto técnico pertinente. (López Ros, 2011)

 

Marco de referencia pedagógicos, modelo TGFU, en etapas de iniciación 

 

    Para Tschuknigg (2020, p. 13), existen modelos pedagógicos basados en la comprensión que permiten desarrollar el pensamiento táctico. El modelo TGFU es una propuesta estructurada que pretende dotar al alumnado de una mayor formación para el desarrollo de los juegos. La clave del modelo recae sobre la construcción de juegos modificados que obligan a los sujetos a tomar continuas decisiones y que les permite aumentar su comprensión sobre el juego, y, por tanto, mejorar su comportamiento táctico.

 

    El origen del modelo TGFU (Teaching Games for Understanding) –cuya traducción sería Enseñanza de Juegos para su Comprensión- se sitúa bajo los planteamientos de Thorpe, Bunker, y Almond (1984, citado por Argudo-Fuentes, López-Gullón, Bazaco-Belmonte, Vegara-Ferri, y Angosto, 2020). Estos autores buscaron soluciones a los problemas que habían encontrado en sus experiencias profesionales con la enseñanza de los juegos deportivos bajo una metodología tradicional, lo que conllevaba al alumnado a una baja motivación hacia la práctica deportiva. Veían dificultades para resolver problemas en situaciones reales de juego; existía una diferencia en el progreso de los menos hábiles en comparación con los más habilidosos y por último una gran insatisfacción por parte del profesorado. Por lo tanto, existía la necesidad de cambio en el ámbito educativo hacia un papel activo del alumnado y aprendizajes significativos. El modelo TGFU persigue que el sujeto aprenda a jugar tácticamente el deporte que se trate, donde la participación sea alta, la toma de decisiones inteligentes y que los aprendizajes sean transferibles en el desarrollo del comportamiento estratégico del deporte. Para ello propone el aprendizaje de la toma de decisiones mediante juegos modificados, previo a la enseñanza de la técnica.

 

    El modelo Teaching Game for Understanding (TGFU) se ha considerado un modelo de enseñanza innovador en el que el alumnado mejora los aspectos decisionales del juego, aumentan las posibilidades de participación, y genera una transferencia positiva en cuanto a conocimientos tácticos a otros deportes pertenecientes a una misma categoría.

 

    Hoy por hoy el modelo comprensivo TGFU ha tenido muchos derivados como Games Sense de Light (2012), la Enseñanza Lúdica Conceptual de Anaya (2022), o ha sido de influencia como el Modelo Integrado Técnico-Táctico (MIT-T) de López Ros, y Castejón (2005) entre otros.

 

Investigaciones sobre el pensamiento táctico 

 

    Hernandez Sotolongo, Martinez Vidal, Méndez Lazo, y Lanza Hernandez (2022) proponen alternativas metodológicas para mejorar el pensamiento táctico en atletas del judo, llevaron a cabo un análisis del pensamiento táctico como una variable clave en la preparación técnica-táctica de los judokas. Este estudio enfatizó las características de la estrategia y la táctica del judo, junto con los principios esenciales que las sustentan, haciendo hincapié en los procesos psicomotores que ocurren en cada fase del combate. Además, propuso formas auxiliares para el entrenamiento, orientadas a que los atletas desarrollen habilidades autónomas para resolver los innumerables problemas que enfrentan durante el combate.

 

    Sanchez Ramirez, Loforte Marrón, y Quintero Cuervo (2015) han abordado la importancia de medir el pensamiento táctico en deportes de combate. Su estudio propone dimensiones e indicadores como herramientas clave para evaluar este componente esencial, destacando cómo el pensamiento táctico influye en la calidad de las acciones en combate. Este trabajo ejemplifica su aplicación en el deporte de lucha en niños de 11 a 12 años, utilizando metodologías como el análisis estadístico, inductivo-deductivo, y técnicas de entrevistas y encuestas, logrando validar la relevancia y funcionalidad del enfoque según especialistas. Estas investigaciones, al igual que el presente artículo, enfatizan que el pensamiento táctico no solo es un elemento indispensable para la actuación deportiva consciente, sino que también plantea retos metodológicos significativos. Comparando estos hallazgos con los aquí propuestos, se refuerza la idea de que desarrollar y medir el pensamiento táctico es un paso fundamental en la formación integral del deportivas.

 

    Un estudio realizado por Milán, Nuñez, y Cabrales-Aguilar, (2016) centrado en las luchadoras escolares de la provincia Granma, Cuba, aborda específicamente cómo la dinámica actual de la lucha requiere de procedimientos tácticos previos para ejecutar técnicas eficaces. Este trabajo destaca que, durante el combate, las condiciones físicas, psicológicas, posiciones y esfuerzos de las luchadoras cambian constantemente, lo que exige una preparación técnico-táctica adaptativa. En este contexto, el estudio propone nuevas concepciones para el desarrollo de acciones técnico-tácticas, orientadas a mejorar la efectividad de las diferentes estrategias en combate. Se hace énfasis en cómo la reacción del oponente ante acciones concretas puede preparar condiciones favorables para ejecutar movimientos técnicos, contraataques y defensas. Los resultados de este trabajo evidencian que, en un entorno donde cada vez es más difícil marcar puntos y obtener la victoria, el desarrollo del pensamiento táctico resulta indispensable para elevar la efectividad competitiva de los atletas. Este estudio refuerza la idea de que el pensamiento técnico-táctico no solo es necesario, sino también estratégico para la formación integral de deportistas en edades escolares.

 

    Fernández Pérez, Cedeño Linares, La Rosa Muñoz, y Lanza Bravo (2022) aportan un enfoque metodológico detallado y estructurado para la preparación táctica en luchadores juveniles del estilo grecorromano. Su relevancia radica en que aborda un problema concreto: las limitaciones existentes en los métodos tácticos utilizados en el entrenamiento, y propone una solución eficaz mediante la creación de una metodología basada en tres pilares clave: exigencias tácticas, contenidos y medios tácticos.

 

    Lo interesante del artículo es que parte de un diagnóstico exhaustivo, realizado mediante observaciones, encuestas y entrevistas, para identificar las insuficiencias en el tratamiento táctico actual, como la dependencia excesiva del entrenador y la falta de independencia en la toma de decisiones por parte de los luchadores. Además, el diseño de la metodología se valida con un sistema de influencias y un enfoque práctico aplicado directamente en un equipo juvenil, logrando resultados concretos que demuestran la efectividad del modelo.

 

    El dato de que el 91,66 % de las comparaciones realizadas mostraron mejoras significativas es clave para justificar su impacto positivo.

 

    Estas conclusiones coinciden con la relevancia del enfoque planteado en este artículo, que enfatiza el desarrollo del pensamiento táctico como herramienta para mejorar la toma de decisiones, la creatividad y la autonomía del luchador. Comparar estas investigaciones permite destacar que el pensamiento táctico no solo es aplicable en diferentes disciplinas deportivas, sino que también constituye un componente esencial en la formación integral de los atletas.

 

    En resumen, los estudios mencionados proporcionan un marco sólido que respalda la importancia del desarrollo del pensamiento táctico en deportes de combate. Estas investigaciones han abordado distintos aspectos del tema, desde la medición del pensamiento táctico hasta la preparación técnico-táctica y la aplicación de metodologías específicas en contextos como el judo, la lucha olímpica y la lucha grecorromana. Cada uno de estos trabajos refuerza la relevancia de implementar estrategias prácticas y estructuradas para mejorar la capacidad decisional, la autonomía y el rendimiento competitivo de los atletas. En este sentido, estos estudios constituyen una valiosa referencia para contextualizar y fundamentar el enfoque planteado en el presente artículo, ofreciendo alternativas metodológicas y ejemplos aplicables para avanzar en el tratamiento del pensamiento táctico en el ámbito deportivo.

 

Conclusión 

 

    En base a la información obtenida y analizada de diversos autores a lo largo del presente artículo, se tiene las siguientes conclusiones.

El desarrollo del pensamiento táctico debe basarse en un aprendizaje comprensivo que priorice la comprensión de la dinámica, situación o contexto del combate antes de llegar a la ejecución técnica. Según López Ros (2011) este aprendizaje debe incorporar los cuatro saberes fundamentales:

  • Conocimiento procedimental: El "saber cómo" realizar una acción para resolver problemas concretos.

  • Conocimiento declarativo: El "saber qué", relacionado con hechos y conceptos explícitos que permiten explicar y categorizar situaciones.

  • Conocimiento condicional: Saber aplicar los conocimientos procedimental y declarativo en situaciones particulares.

  • Metaconocimiento: La conciencia del propio conocimiento, el "saber lo que se sabe", que contribuye a la toma de decisiones reflexivas.

    El desarrollo del pensamiento táctico requiere además el uso de feedback interrogativo, como propone Anaya (2022) un método que fomenta la reflexión y la contribución activa del entrenador. Este proceso incluye la creación de situaciones problemáticas, la resolución basada en los conocimientos disponibles y la evaluación crítica de las soluciones adoptadas.

 

    Es crucial que las tareas de entrenamiento favorezcan la toma de decisiones autónoma por parte de los luchadores, en lugar de depender completamente de las instrucciones del entrenador. Según el modelo TGFU, la utilización de juegos modificados y contextos estratégicos estimula la reflexión, la creatividad y la capacidad de resolver problemas inesperados con eficacia, tal como sugieren Milán y Cabrales (2016) en su enfoque del desarrollo táctico.

 

    Por tanto, el pensamiento táctico permite:

  1. Comprender las condiciones del combate, tomar decisiones estratégicas y anticiparse a las situaciones, fomentando la autonomía.

  2. Improvisar soluciones ante problemas inesperados con rapidez y efectividad.

  3. Evaluar las condiciones del entorno, como la ubicación en la colchoneta, el reglamento y las consecuencias de cada acción.

    Finalmente, para que los aprendices en el deporte de la lucha olímpica desarrollen pensamiento táctico, es imprescindible que el entrenador, primero, desarrolle sus habilidades del pensamiento, ordene sus ideas, sus experiencias, darle sentido a las tareas que va a proponer en clase. No se trata únicamente de plantear un juego o ejercicio a los deportistas sin una intención previa, este no es mágico; debe haber un mensaje tras el juego o tarea de entrenamiento que esté planificada, organizada, coherente y con progresión, asegurándose de que cada actividad tenga un propósito táctico claro y conectado con los conocimientos previos de los deportistas. Como sugiere López Ros (2011) el desarrollo conjunto de los conocimientos técnico-tácticos y procedimentales contribuye a fortalecer la base del pensamiento táctico.

 

Referencias 

 

Anaya, A. (2018). Futbolscopia Entrenadores. Obtenido de https://www.futbolscopia.org/2018/08/que-es-el-pensamiento-tactico.html

 

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Andrieu, B. (2021). La nueva filosofía del cuerpo: Movimiento, interacción y experiencia corporal. En A. Bernard, La nueva Filosofía del Cuerpo: Movimiento, interacción y experiencia corporal (p. 45). PUF.

 

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Argudo-Fuentes, C., Lopez-Gullón, J.M., Bazaco-Belmonte, M., Vegara-Ferri, J., y Angosto, S. (2020). Formación Técnico-Táctica de los luchadores Olímpicos Españoles. Journal of Sport and Health Research, 448. https://recyt.fecyt.es/index.php/JSHR/article/view/83569

 

Avelar-Rosa, B., Gomes, M., Figueiredo, y López-Ros, V. (2015). Caracterización y desarrollo del “saber luchar”: contenidos de un modelo integrado para la enseñanza de las artes marciales y de los deportes de combate. Revista de Artes Marciales Asiáticas, 10, 16-33. http://dx.doi.org/10.18002/rama.v10i1.1501

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 30, Núm. 324, May. (2025)