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ISSN 1514-3465

 

Una Semiología de la Educación Física

A Semiology of Physical Education

Uma Semiologia da Educação Física

 

Alexis González Pérez*

ceseeinvestigacion@gmail.com

Yammir López Brito**

yammirlopezbrito@cesee.edu.mx

 

*Doctorante en Educación por la Universidad Valle del Grijalva, Campus Tuxtla

Maestría en Desarrollo Docente por la Universidad de Guanajuato

Licenciado en Educación Física por el Centro de Estudios Superiores de Educación Especializada (CESEE)

**Doctor en Pedagogía por el Centro de Estudios de Posgrado del Bajío

Máster en Educación y Formación Docente por la Universidad De La Salle Bajío

Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad De La Salle Bajío

Profesores titulares de tiempo completo

en Centro de Estudios Superiores de Educación Especializada

(México)

 

Recepción: 24/08/2022 - Aceptación: 25/11/2022

1ª Revisión: 11/11/2022 - 2ª Revisión: 22/11/2022

 

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Cita sugerida: González Pérez, A., y López Brito, Y. (2023). Una Semiología de la Educación Física. Lecturas: Educación Física y Deportes, 27(297), 153-166. https://doi.org/10.46642/efd.v27i297.3289

 

Resumen

    La semiótica y su campo disciplinar es basta y rica para procurar discusiones en el marco de la Educación Física. El estudio de la Educación Física puede alimentarse de la revisión de sus sintagmas, sus significados y las praxis de los profesionales de la educación. Apoyados de procesos de estudio semióticos y semioantropológicos, la capacidad interpretativa y significante del educador físico puede madurar haciendo explícitos mecanismos de actuación y de significación en el encuentro de ambas disciplinas para ofrecer otros panoramas de imaginación, pensamiento y actuación en escenarios cada vez más inciertos y complejos para el educador físico. La semiología ofrece oportunidades para procurar una metarracionalidad que poco es desarrollada en el educador físico, a partir de su incorporación, explicitación y acercamiento de estudio apertura nuevas problematizaciones y abordajes para la Educación en general y la Educación Física en particular.

    Palabras clave: Semiótica. Educación Física. Significado. Gramatización.

 

Abstract

    Semiotics and its disciplinary field is enough and rich to seek discussions within the framework of Physical Education. The study of Physical Education can feed on the review of its syntagmas, its meanings and the praxis of education professionals. Supported by semiotic and semioanthropological study processes, the interpretive and significant capacity of the physical educator can mature by making explicit mechanisms of action and meaning in the meeting of both disciplines to offer other panoramas of imagination, thought and action in increasingly uncertain scenarios and complex for physical educators. Semiology offers opportunities to seek a meta-rationality that is little developed in the physical educator, from its incorporation, explanation and study approach, opening new problematizations and approaches for Education in general and Physical Education in particular.

    Keywords: Semiotics. Physical Education. Meaning. Grammatization.

 

Resumo

    A semiótica e seu campo disciplinar é vasto e rico para suscitar discussões no âmbito da Educação Física. O estudo da Educação Física pode se alimentar da revisão de suas frases, seus significados e da práxis dos profissionais da educação. Apoiada em processos de estudo semióticos e semiantropológicos, a capacidade interpretativa e significante do educador físico pode amadurecer ao explicitar mecanismos de ação e significação no encontro de ambas as disciplinas para oferecer outros panoramas de imaginação, pensamento e ação em cenários cada vez mais incertos e complexos. para o educador físico. A semiologia oferece possibilidades de buscar uma meta-racionalidade pouco desenvolvida no educador físico, a partir de sua incorporação, explicação e abordagem de estudo abrindo novas problematizações e abordagens para a Educação em geral e a Educação Física em particular.

    Unitermos: Semiótica. Educação Física. Significado. Gramatização.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 27, Núm. 297, Feb. (2023)


 

Introducción 

 

    La Educación es un término (también un proceso) que a lo largo de los años se ha mostrado reacio a la codificación. Si al área de conocimiento educativa además se le apellida Física, su significado adquiere mayor complejidad.

 

    La Educación Física (EF) con el pasar del tiempo ha sido pronunciada como un problema técnico y como un problema instrumental en su orientación tradicionalista. A menudo se asume a la EF como una disciplina vivencial que transita desde las concepciones del cuerpo en movimiento hasta los hábitos saludables (pasando por el comportamiento motor y el ámbito deportivo).

 

    Continuamente, en la educación escolarizada, el acto educativo transita por la prescripción curricular y la programación de la enseñanza. La educación física no escapa a esta condición y busca eficazmente operar en las acciones diarias tanto de quienes la viven como de quienes la “padecen” (tanto estudiantes como docentes).

 

Imagen 1. Umberto Eco (1932-2016)

Imagen 1. Umberto Eco (1932-2016)

Fuente: Elespanol.com

 

    Se ha hecho palpable durante todas las generaciones que han transitado su preparación en el Centro de Estudios Superiores de Educación Especializada (CESEE, institución normalista formadora de licenciados en Educación Física en el estado de Guanajuato, México), que: la problematización, el estudio e investigación y el tratamiento que hacen los estudiantes de su campo disciplinar se ha centralizado en discusiones operativas sobre la planificación de una clase, el diseño de estrategias de enseñanza, la atención de aprendizajes clave provenientes del currículo, la evaluación instrumentalizada, la programación de tareas de aula, la competencia motriz y en general, actividades orientadas a la racionalidad pragmático-utilitaria de la educación física.

 

    Para superar esta postura del intercambio entre docentes-estudiantado-institución de las adquisiciones de saberes y desempeños durante la formación normalista sólo por calificaciones, resulta deseable proponer al estudiantado (buscando articular la interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y transdisciplinariedad de la Educación Física) la semiología como un campo poco explorado y explotado por ellos para dotarlos de otras lecturas y entendimiento de su formación y su acción educativa.

 

La Semiología se encuentra con la Educación Física 

 

    La semiología, a pesar de ser una ciencia consolidada y con un respaldo investigativo maduro y esbelto, aún se encuentra en construcción (como la mayoría de las ciencias sociales que se enfrentan a los grandes retos del siglo XXI). Se ofrecerá entonces una serie de definiciones provisionales esperando proveer de entendimiento a quienes consultan este texto: “la semiología es una doctrina comprehensiva de los signos [...] es una técnica de investigación que explica de manera bastante exacta cómo funcionan la comunicación y la significación” (Eco, citado en Pérez, 1995). Para Buyssens (1967) la semiología es: “El estudio de los procesos de comunicación, es decir, de los medios utilizados para influir en los otros y reconocidos como tales por aquel que se quiere influir” (p. 15).

 

    La semiología como el estudio del signo y su significación se emparenta con el término semiótica (palabra de origen griego semiotiké) que significa la observación de los síntomas. El uso del término semiótica o semiología remite a un diferente ámbito de origen siguiendo a Eco (1999): la disciplina emanada de Charles Sanders Pierce (estadounidense) prefirió utilizar el primer término y la corriente europea representada por Ferdinand de Saussure prefirió nombrarle semiología (se puede agregar a estas dos corrientes un tercer sistema de pensamiento proveniente del formalismo ruso con Román Jakobson y Julia Kristeva).

 

    La semiótica estadounidense desde muy temprano se orientó por los estudios de la antropología cultural siendo prominentemente descriptiva, la francesa tuvo inclinaciones a estudiar las formas sociales en que funciona el lenguaje (los sistemas de parentesco, los mitos, las modas y, sobre todo, el lenguaje literario). Por último, el formalismo ruso se ocupó de las tradiciones populares, la lingüística y la crítica literaria.

 

    La unidad mínima de significación (el signo) es estudiado por la semiótica acompañada por tres campos auxiliares: la sintáctica, la semántica y la pragmática. Esta visión triádica del signo (un objeto, un hecho o un fenómeno convencional que está en lugar de lo que representa o alude) es una herencia teórica y metodológica propuesta por Pierce. La famosa triada de Pierce (1974) puede entenderse mejor como la confluencia entre formas, estructuras o gramáticas; semas, significados o significaciones y usos o aplicaciones (praxis) por parte de los sujetos.

 

Figura 1. Representación de la triada de Pierce

Figura 1. Representación de la triada de Pierce

Nota: Un punto en una hoja en blanco es un signo que expresa presencia (tiene una forma o estructura), 

el significado de una mancha, de un signo de puntuación, de una ubicación en plano, de la partida de algo, 

del principio de una línea, etcétera corresponde al uso que haga de éste el interpretante. Elaboración propia (2022)

 

    La cultura o competencia semióticas suponen entonces la adquisición de códigos subyacentes con los cuales ser capaces de leer, interpretar o significar los objetos, los hechos o los fenómenos (Barthes, 2009). Estos repertorios se vuelven sumamente necesarios para la Educación Física y sus estudiosos, para descubrir, elucubrar, interpretar, comprender, visualizar, imaginar y hasta emancipar transformando la lectura que se ha hecho, se está haciendo o se puede hacer de un fenómeno como el que nos atañe en esta rama de las ciencias de la educación. Vale la pena apuntar también la relevancia de esta postura porque ayuda a lograr una coherencia entre los componentes de la acción educativa evitando la ruptura de ésta con la carga de significado que ella misma posee.

 

    Los olores, los movimientos, la intensidad de los sonidos, los susurros, los gritos, los lloriqueos, los eructos, los bostezos, los silbidos, las miradas, la cercanía o lejanía de los cuerpos (proxémica), los gestos, las sonrisas, la música, las escalas, los alfabetos, las imágenes (las fotografías, los dibujos, las pinturas), las señales, los espacios, los tiempos, los colores, los sistemas verbo-visuales (como los televisivos, cinematográficos o audiovisuales, los mapas, diagramas), las estructuras narrativas, los discursos, los códigos culturales, las tipologías culturales, los comportamientos individuales y colectivos, los sistemas de modelización del mundo, los modelos de organización social, las estéticas, los conceptos, las categorías, las teorías, las metáforas, las persuasiones y un sinnúmero de objetos, hechos o fenómenos (entre ellos los educativos) bien pueden indagarse, leerse, comprenderse y/o explicarse con criterios semiológicos.

 

    La propia Educación Física ha seleccionado algunos fenómenos y los ha institucionalizado como signos que comunican y significan algo. La semiótica que estudia los procesos culturales (semioantropología), no puede negarse a pensar todas aquellas manifestaciones formativas que se expresan tanto en los sistemas educativos formales, como los no formales e informales.

 

    La EF heredó, a través del francés Jean Le Boulch, una perspectiva científica experimental (nombrada por él como psicokinética) muy próxima al método médico, la gimnasia correctiva y la iniciación deportiva. Consecutivamente, se propuso también como una ciencia del movimiento (emparentada con la psicomotricidad y la fisioterapia) reorientando su estudio hacia la ciencia aplicada. Con Pierre Parlebas, la orientación investigativa se orientó hacia la Praxiología Motriz y se trazó una línea pedagógica de las conductas motrices (es justamente aquí donde, con esa visión estructuralista, se plantea una semiología de la motricidad).

 

    Aludiendo a Morin (2000), la Educación Física también comporta complejidades y codificaciones imprecisas. La educación física en la actualidad no puede, ni debe referirse exclusivamente a la unidad psicomática (psique-motricidad), al adiestramiento físico o a la competición como lo sostiene Laurel (citado en Legardera, y Lavega, 2003); también cabe en su estudio el autocontrol, la autopercepción, el esfuerzo, la educación de las capacidades sensitivas, perceptivas y representativas, el enfoque humanista de la educación (con su respectivo modelo antropológico de hombre), la educabilidad (plasticidad), la corporeidad; la cultura, la arquitectura de lo social (a través del cuerpo y su movimiento), el consumo, la intervención pública y privada de la vida fisiológica, las políticas públicas, los instrumentos, los dispositivos, las metodologías o prácticas concretas, las tecnologías, los conocimientos (la alimentación, la salud, la inclusión, el consumo); los imaginarios, los discursos de la cultura popular (imágenes, sonidos, musicalizaciones, videos, producciones cinematográficas) y otras tantas operaciones y configuraciones que también son educativas no pueden ni deben escaparse de las problematizaciones de los docentes en formación para una lectura crítica y mucho más compleja que comporta su disciplinariedad.

 

    El movimiento humano como componente pedagógico no debería concentrarse sólo en el cuidado del cuerpo (una Educación Física instrumentalizada). A través de la semiología pueden desenmascararse modelos preconcebidos de la eficiencia y eficacia del cuerpo (un cuerpo mercancía que se vende o se compra según el mercado y su rendimiento). La semiología cuestiona la formación del cuerpo acrobático (corriente físico-deportiva que alimenta el éxtasis por los récords y medallas) y que no supera por sí misma una concepción del hombre industrial (un superhombre) extensión de la máquina. A ello se le puede sumar una problematización pendiente del educador físico sobre modelos ideológicos y políticos, filosóficos y morales, además de currículos arbitrarios y convencionales para atreverse a pensar la Educación Física más allá del movimiento que equilibre el intelectualismo extremo de la escolarización y apueste a la conciencia humana plena (no sólo la conciencia motriz).

 

Oportunidades correspondientes al encuentro 

 

    Con todo lo expuesto anteriormente es posible proponer la semiología de la Educación Física en la interdisciplinariedad como alternativa para pensar, leer y transformar (epistemológica y socio-históricamente) la construcción de objetos de estudio por los estudiantes y quizás los propios docentes, del Centro de Estudios Superiores de Educación Especializada. El análisis de la Educación Física a través de la semiología puede hacerse, no como una ciencia experimental en busca de leyes sino una ciencia interpretativa en búsqueda de significaciones.

 

    Las construcciones simbólicas que produce la arquitectura de la experiencia formativa a través de la Educación Física puede ofrecer oportunidades diversas para discutir el ejercicio del poder (la educación formal e intencional resulta esencial); se sugiere recurrir a Michael Foucault para orientar tales discusiones.

 

    El educador físico, podría a través de la semiología, conocer las gramáticas de composición y organización de lo social con dedicación y paciencia para comprenderlas. Al mismo tiempo, desarrollar su creatividad y audacia para materializar lo posible y lo imaginable.

 

    El estudiante del Centro de Estudios Superiores de Educación Especializada no se permite discutir el fútbol, por ejemplo, como una tecnología social que concentra la atención de las masas de forma cotidiana y que informalmente incide en la formación del sujeto (pedagogía cultural). La utilización de anuncios, la caracterización de los uniformes, los tiempos, la memoria social, hablar del deporte, el control del comportamiento y del deseo, el estadio como ritualización, la descarga energética (el gol), la mitificación de la perfección, de la belleza, del éxito, del glamour y riqueza económica y de convertir a un futbolista en insignia de la nación escapa a su lectura al mantenerse atento en la producción (se la puede también nombrar sintagmatización o gramatización) de un plan de clase.

 

    Se le escapa también la teatralización de la telenovela, el video musical, la coreografía o la película de moda que representa una estética del desempeño físico y del cuerpo (que puede tener presente el logro de tales ideales mediante la cirugía). Es una agenda pendiente que logre informarse y significar críticamente las ganancias multimillonarias de una liga de fútbol como la MX con más de 5 mil millones de dólares al año (con la respectiva agenda económica que incide en el calendario cívico del ciudadano) y mucho menos cómo lo moldea. (tudn, 2020)

 

    A través de la semiología, el estudiantado (y cuerpo docente) puede significar la Educación Física como una pedagogía de las relaciones sociales (no todo son músculos) que configuran nuestras relaciones humanas. Comprenderían también por qué el deporte y su actuar como objeto de conocimiento puede mirarse como espectáculo, como forma cultural, como simulacro de la guerra o de la cacería, institucionalizador de la figura de héroe (modelos a imitar); “como un centro de la construcción de la vida contemporánea urbana...un operador cognitivo del tiempo”. (Galindo, 2011)

 

    La Educación Física puede estar pendiente de mirar con complejidad, de percibirse como algo que nos construye y nos reconstruye, que mejora nuestras condiciones de vida (como una ingeniería de la edad), como contacto sensorial y cognitivo, como experiencia estética.

 

    El educador físico puede problematizar el juego no sólo como instrumento de goce, diversión o placer en las actividades pedagógicas. Mediante la semiología, puede darse cuenta de que también los estudiantes y él mismo pueden conmoverse (no sólo como ejecución atlética sino como un campo de posibilidad de experiencia estética en comunidad), yendo más allá de la actividad física solamente.

 

    Con una visión crítica emancipatoria, puede hacer ver cómo una infinidad de aparatos culturales: administran la práctica deportiva, poseen un interés por el desempeño físico, impulsan el dominio de las tecnologías industriales, cómo “enfrían o calientan” a la gente (la sociología del deporte señala el equilibrio de la vida social aburrida y seria del trabajo productivo sin llegar a la sobreexitación; esta metáfora bien puede emplearse cuando se encuentra a sujetos aletargados por permanecer horas en el banquillo del aula escolar para liberarles del yugo del trabajo). Puede permanecer atento a no llevar a la vida escolar la práctica de la Educación Física como una tecnología que controle la tensión (y que deje de operar como su cualidad principal tanto en la escuela como en la vida social).

 

    Los pleitos, la aglomeración, la vida urbana, la intimidación física, la expresión del machismo, las relaciones sexuales, la sociogenética del cuerpo: su origen (religioso), su separación alma-espíritu (griego), como proyecto social, político y religioso (romano), posmoderno y posdigital.

 

    Apoyándose en la herencia de Verón (1987) como puede verse, la Educación Física puede estudiarse socio-semióticamente como un texto (como un signo, como un conjunto de signos); como un proyecto gremial institucional. En palabras de Galindo (2011): “El cuerpo está cargado de alteridad. La Educación Física ya no desea ser motivo de exclusión social, se vuelve científica, pero no sólo en un sentido médico, sino en un sentido sociológico, psicológico y comunicológico” (p. 302).

 

Educación Física y sociosemiosis 

 

    Para investigar en una condición compleja como la que atraviesa el planeta entero, será importante estudiar la discontinuidad en el proceso histórico de la producción de conocimiento. Siempre existirán varias lecturas posibles de los conjuntos textuales que circulan en lo social. (Landowski, 1993)

 

    El analista de la Educación Física ocupa una posición radicalmente diferente de la del consumidor de ésta. El término Fundación, puede auxiliar al educador físico de CESEE para localizar históricamente rupturas disciplinares que han gramatizado su manera de ver u ofrecer entendimientos y comprensión del campo disciplinar.

 

    Una fundación no es más que un sistema de diferencias entre dos sistemas de relaciones (Fabbri, 2000). Este proceso puede ser disociado, descompuesto o desarticulado, pero será tarea y exigencia para el educador físico situarla en algún lugar preciso, fecharla y ligarla al autor-sujeto de la propuesta. Recuperar la semiología implicará estudiar los fenómenos de la Educación Física en su integridad, en su coherencia y sus contradicciones (localizando áreas de una red intertextual).

 

    La Educación Física, como una buena parte de las ciencias de la educación, aparecieron en el mundo como una máquina positivista de producción de sentido cuya principal cuestión fue el orden social. No bastaba, además, naturalizar el orden social sino moralizarlo naturalizándolo, el hombre convertido en objeto de conocimiento entre otros objetos como lo ha declarado Foucault (2009).

 

    Incitar a cada hombre y mujer a desempeñarse en la vida social nos permite entender el enorme interés fundacional de una intervención práctica de la Educación Física para ordenar pensamientos, sentimientos y actos. El estudiante podría preguntarse al respecto: ¿Cómo podría estudiarse a través de la Educación Física, por ejemplo, la vida política sobre la vida doméstica?

 

    Al educador físico de CESEE podría interesarle la semiología y su campo de estudio si la comprende como un sistema gramatical que existe en cada individuo o un conjunto de individuos que inicialmente (y de manera pasiva) desean ser intervenidos. Reflexionar sobre sí mismo y producir interpretaciones permite acceder a un metadiscurso de reconocimiento.

 

    El sujeto sometido a la Educación Física recibe sentido (le da unidad a sus actos a través del cuerpo de significaciones que primero apropia y luego lo llevan a la acción). Es en la gramatización de la Educación Física donde podría encontrar la materialidad del sentido y en su significado (Halliday, 1982), el reencuentro del mundo con su cuerpo y el sentido de su naturaleza como herencia cultural (esto también puede devenir en una ruptura y una deseable nueva fundación).

    

    La Educación Física nos ofrece modos de ser, como un sistema productivo. La Educación Física a través de su articulación con la semiología, puede auxiliarnos en cristalizar el sentido de su funcionamiento a través de su manifestación material (sus condiciones de generación y sus efectos). A partir de lo dicho, cuando un educador físico se encuentre con sus estudiantes, podría recuperar en todos los sentidos que tiene su intervención.

 

    Resulta deseable, a partir de ésta y otras miradas: problematizar sobre las estructuraciones de los espacios sociales, los comportamientos sociales en su dimensión interaccional, la dinamización del cuerpo por pulsiones, la identificación de clases de comportamientos y clases de situaciones, así como el sometimiento del cuerpo significante a la ley social como propone la figuración del sentido de Landwoski (1993).

 

    El educador físico puede darse cuenta que, el modo de operación de su mirada es prolongación y anticipación del contacto, también forma de censura y de represión. Su vocabulario, sus expresiones ambiguas, su dominio, sus intenciones, su sentir y su pensar son significaciones y materialidad de su lógica.

 

    La Educación Física como sistema productivo también es un sistema de significación donde se ofrecen prácticas o productos materiales de prácticas en virtud de que forma parte de la vida social (la puesta en práctica de esta gramatización suele ser la convencionalidad). Ésta resulta una buena oportunidad para el educador físico si logra cuestionarse también sobre qué bases atribuye intencionalidad a otro a partir de lo que hace o dice.

    

    Durante mucho tiempo existió más preocupación más por el ambiente, los entornos, los contextos, el urbanismo, las máquinas (lo físico) que por el otro (el sujeto). La Educación Física transmite modelos de vida, aprendizajes sobre cómo actuar, adopciones de la cultura, usos cotidianos de nuestros saberes, conductas o comportamientos individuales y sociales, mecanismos de interacción en general, papeles, roles y personalidades.

 

    Reconstruir los grandes esquemas narrativos sobre la Educación Física puede ser una buena tarea para el investigador de la disciplina. La educación formal se apoya de instrumentos altamente sofisticados para materializar la actuación sobre el individuo y el grupo social y desenmascarar estos mecanismos sutiles en el ámbito de la Educación Física puede resultar atractivo para el investigador novel (por ejemplo, el cronómetro para el desempeño de ciertas actividades u otros dispositivos).

 

    En su práctica, el educador físico hace conocer, hace comprender, hace asumir, hace actuar, hace hacer. Como portavoz de una intencionalidad prescrita (su carga curricular,también como ejemplo) selecciona valores y programas políticos instruyendo con ideas preconcebidas. Habla (en nombre de la educación) como un connotador de la politicidad produciendo efectos de sentido. Se inscribe en un discurso de legitimación con capacidad de construir permanentemente una identidad colectiva. Al mismo tiempo que dice, concede una construcción identitaria por medio de un sinnúmero de figuras referenciales o símbolos (los símbolos que utiliza no son naturales y por lo tanto nos proveen coordenadas de su racionalidad).

 

    A través de diversas configuraciones intersubjetivas (igualdad-dominación, atracción-repulsión, cooperación-rivalidad) es un destinador epistemológico y destinador axiológico decidiendo sobre la programación y regulación de las relaciones de sus estudiantes.

 

    Apoyado de los aportes de Landowski (1993), el educador físico no deja de mirar a los demás, de ver todo de los otros y al mismo tiempo muestra mucho de sí (hacer ver y hace ser visto). Utiliza procedimientos de captación (que garantizan ser visto) administrando las condiciones de visibilidad y regulando las condiciones de su propia puesta en escena durante la periodicidad de su actuación episódica (crea una perpetua espera sintagmática y paradigmática del advenimiento de su próxima clase) consolidando una semiótica de lo cotidiano.

 

    El educador físico organiza los significados en un sistema plural de interacciones aproximándose y aproximando a sus estudiantes al reconocimiento del estado de las cosas; no sólo comunica con la ayuda de las palabras, proposiciones, enunciados, actos del lenguaje y relatos, sino que también lee, interpreta el mundo sensible (e imaginario) que le rodea haciendo que el mundo signifique algo (produce una semiótica de la acción).

 

    Al sujeto activado no se le puede considerar como un simple sujeto paciente destinado a sufrir de la acción (habrá que reconocérsele su papel de adversario o socio del acto). En muchas actividades educativas se puede dar cuenta de manipuladores y manipulados semiotizando el contexto y semiotizando las situaciones. El educador en general y el educador físico en particular produce estados de creencia (la mayoría de las veces a través de la confianza y la esperanza) produciendo simulacros para garantizar en apariencia una adecuada manera de ver y hacer en el mundo (educarse).

 

    Mediante el juego, despierta una semiótica de la pasión. Toda jugada (enunciado) viene a ser un mensaje significante (un sujeto calculador que: bloquea, engancha, provoca, mide, intuye, señala, pone énfasis, disuade, guarda distancia, etcétera) por turno, para hostigarse cuerpo a cuerpo. La lucha se convierte en danza (es dinámica, se mueve, complementaria y se negocia). Esta confrontación implica relaciones del tipo contractual: el duelo. Se gana o se pierde, se obtiene una victoria o una derrota, se adquiere o se priva de algo. El objeto de deseo, de lucha y de debate desemboca en la conciliación, la negociación, la discordia o la conflagración. El juego también funge positivamente al volver placentera la actividad física, permitir la autoexpresión, fomentar la actividad social, desarrollar la creatividad y seguridad, desarrollar la expresión corporal, imitar y simular acontecimientos imaginarios.

 

    Como puede ser visto, la semiótica, la sintáctica, la semántica y la pragmática nos ofrecen un universo sociocultural. No se aprende Educación Física estudiando a los educadores físicos sino yendo a las cosas mismas sobre qué educar físicamente. Comparada con la habitual enseñanza académica, la práctica semiológica parece más sostenible. (Gripay et al., 2022)

 

    No se trata de convertirse en objeto de una mirada (sentirse cosificado o reducido hasta la calidad de objeto). Se trata de superar el peso aplastante de ser libre y superar la angustia que nos produce la responsabilidad de educarnos, de hacernos, de transformarnos. Se trata de hacer fascinante al otro la Educación Física y su interdependencia con el resto de las ciencias de la educación a través de otras racionalidades posibles como educador. Lograr que el otro se percate de la comprensión de su desarrollo, su conciencia, se percate de sí mismo, actualizando sus potencialidades y realización humana. La educación en general y la Educación Física en particular no es un hecho, es una tarea. “Al investigar y comprender las prácticas que emplean los maestros de la primera infancia durante las lecciones de educación física, los formadores de docentes pueden apoyar a los maestros de manera que brinden experiencias más significativas para los niños”. (Tsangaridu et al., 2021)

 

    Es deseable que el estudiante de CESEE se aproxime a la semiología (y otras disciplinas) para perder la seguridad cotidiana que ha encontrado su formación, dotándose de mayor omnicomprensión de lo que le acontece y hará acontecer en su práctica profesional. Que encuentre sus propias contradicciones y reforme su pensamiento y su enseñanza fortaleciendo la autonomía de su espíritu, que ponga en relación y en contexto sus saberes y se atreva a zurcir, junto a esas otras disciplinas, una pedagogía conjunta (con aptitud y actitud reflexiva) de un renovado tejido racional que demanda la compleja contingencia del siglo XXI mediante un actualizado espíritu científico para cuidar de su propia educación. Ananias, de Souza, y Benites (2021) junto a sus colaboradores proponen nuevos principios para pensar la docencia como profesión y área de conocimiento, promoviendo nuevas interpretaciones más integrales y contextualizadas. En este sentido, la Educación Física posee el potencial de proveer experiencias de aprendizaje positivas en los estudiantes. (Murfay et al., 2022)

 

Conclusión 

 

    El educador físico podría preguntarse: ¿Cómo podría comenzar a madurar una meta Educación Física? ¿Cómo podría transformarse la Educación Física como una estrategia programática de configuración de un nuevo tipo de ciudadano? ¿Qué es la Educación Física para el mundo contemporáneo? ¿Cómo puede la Educación Física Civilizar? ¿Cómo proporcionar una enseñanza metaprofesional y metatécnica de la Educación Física?

 

    Éstas y otras tantas preguntas pueden provocar una nueva discusión en el seno de una institución educativa que se aproxima al aniversario 50 de su existencia. No es obligatorio responderlo todo en un instante, pero sí es posible y deseable abrir la exhortación sobre qué pensar y cómo pensarlo autocríticamente en aras de reformar, recuperar e instalar una Educación Física desde las bases de la formación normalista en el estado de Guanajuato.

 

Referencias 

 

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