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ISSN 1514-3465

 

Investigación en fútbol femenino: antecedentes, progreso y futuros horizontes

Research in Women's Soccer: Background, Progress and Future Horizons

Pesquisa no futebol feminino: antecedentes, avanços e horizontes futuros

 

Iyán Iván-Baragaño*

iyanivanbaragano@gmail.com

Rubén Maneiro**

rubenmaneirodios@gmail.com

 

*Doctor en Ciencias del Deporte, Educación Física

y Actividad Física Saludable por la Universidade da Coruña

Actualmente, es profesor a tiempo completo

en la Universidad Europea de Madrid donde imparte docencia

en el Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte,

Grado en Gestión Deportiva y Máster Universitario

en Actividad Física y Salud en las asignaturas de Estadística,

Metodología de la Investigación, Fútbol y Deportes Colectivos

**Doctor en Ciencias del Deporte, Educación Física

y Actividad Física Saludable por la Universidade da Coruña

Doctor en Ciencias del Comportamiento

por la Universidad de Barcelona

En la actualidad es profesor titular de las asignaturas de Fútbol

y Didáctica de la Enseñanza en la Universidad Pontificia de Salamanca

(España)

 

Recepción: 28/06/2022 - Aceptación: 16/04/2023

1ª Revisión: 22/03/2023 - 2ª Revisión: 13/04/2023

 

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Cita sugerida: Iván-Baragaño, I., y Maneiro, R. (2023). Investigación en fútbol femenino: antecedentes, progreso y futuros horizontes. Lecturas: Educación Física y Deportes, 28(300), 127-146. https://doi.org/10.46642/efd.v28i300.3590

 

Resumen

    El fútbol femenino ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década. Patrocinadores y clubes finalmente han tomado la decisión de apostar por el desarrollo de una modalidad históricamente menospreciada. La última Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019 supuso un récord de audiencia televisiva: 1,12 billones de personas se conectaron en alguno de los 52 partidos disputados en este campeonato. En cambio, en el ámbito de la investigación, sólo 1 de cada 4 artículos publicados sobre fútbol, está basado en el fútbol femenino. Este aspecto supone una problemática a la hora de poner en prácticas los conocimientos científicos del fútbol femenino. Por ello, el objetivo de este estudio fue analizar los artículos publicados sobre fútbol femenino así cómo establecer una guía de actuación para los próximos años. Si bien el progreso ha sido bueno en la última década, se encuentra en un punto de inflexión que puede permitir desarrollar de forma exponencial el conocimiento científico sobre el fútbol femenino en los próximos años, mejorando el rendimiento colectivo e individual en un futuro cercano.

    Palabras clave: Fútbol femenino. Investigación. Rendimiento.

 

Abstract

    Women's soccer has experienced exponential growth in the last decade. Sponsors and clubs have finally decided to invest in the development of a historically undervalued sport. The last FIFA Women's World Cup France 2019 set a new record for viewership, with 1.12 billion people watching during the 52 matches of this championship. On the other hand, in the field of research, only one out of four published articles on soccer refers to women's soccer. This aspect poses a problem when it comes to extrapolating scientific findings about women's soccer in practice. Therefore, the aim of this study was to analyze the published articles on women's soccer and to provide a guide for action in the coming years. Although good progress has been made in the last decade, it is at a turning point that could allow scientific knowledge about women's soccer to develop exponentially in the coming years and improve collective and individual performance in the near future.

    Keywords: Women's soccer. Research. Performance.

 

Resumo

    O futebol feminino experimentou um crescimento exponencial na última década. Patrocinadores e clubes finalmente tomaram a decisão de apostar no desenvolvimento de uma modalidade historicamente pouco valorizada. A última Copa do Mundo Feminina da FIFA França 2019 estabeleceu um recorde de audiência televisiva: 1,12 bilhão de pessoas estiveram conectadas a uma das 52 partidas disputadas neste campeonato. Em contrapartida, no campo das pesquisas, apenas 1 em cada 4 artigos publicados sobre futebol é baseado no futebol feminino. Este aspecto coloca um problema na hora de colocar em prática o conhecimento científico do futebol feminino. Portanto, o objetivo deste estudo foi analisar os artigos publicados sobre o futebol feminino, bem como estabelecer um guia de ação para os próximos anos. Embora os progressos tenham sido bons na última década, estáo9 o num ponto de viragem que poderá permitir que o conhecimento científico sobre o futebol feminino se desenvolva exponencialmente nos próximos anos, melhorando o desempenho coletivo e individual num futuro próximo.

    Unitermos: Futebol feminino. Pesquisa. Desempenho.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 28, Núm. 300, May. (2023)


 

Introducción 

 

    Los primeros artículos sobre el fútbol practicado por mujeres comenzaron a publicarse en la década de 1980 y su objeto de investigación versaba hacia las características fisiológicas y antropométricas de las jugadoras de fútbol. En esta línea, las primeras publicaciones de prestigio que aportaron información sobre aspectos tales como la altura de las jugadoras, su peso corporal o el porcentaje de grasa se encuentran a finales de esa década. (Colquhoun, y Chad, 1986; Withers et al., 1987)

 

    Según Kirkendall (2007), el número de publicaciones científicas en referencia al fútbol femenino fue muy bajo durante las primeras décadas de desarrollo y crecimiento. Asimismo, la gran parte de ellas tenían una temática orientada a la fisiología y las lesiones. Entre 1981 y 1990 el número de publicaciones rondaba las 100 unidades, lo que arroja un valor aproximado de 10 artículos científicos por año. En la última década del siglo pasado, el número de publicaciones aumentó ligeramente, si bien las cifras todavía resultaban casi anecdóticas en comparación a su homólogo masculino, a otras modalidades deportivas o a otras líneas de investigación. Entre 1991 y 1995 se publicaron alrededor de 150 estudios especializados sobre fútbol femenino y esta cifra aumentó a 200 en los cinco años siguientes. Este hecho puede comprobarse si se tiene en cuenta que, de los 10.411 artículos científicos que figuran en la Web of Science con el tópico Female OR Women AND Football OR Soccer, el 72,45% fueron publicados desde el 2010 hasta la actualidad y el 91,94% fueron publicados en el siglo XXI. En consonancia a lo anterior, una publicación reciente constató que únicamente el 25% de los artículos publicados sobre fútbol versan sobre el género femenino. (Kirkendall, y Urbaniak, 2020)

 

Imagen 1. El fútbol es un deporte de elevada complejidad y las diferencias anatómicas

y fisiológicas entre hombres y mujeres no alcanzan a explicar las diferencias en el juego

Imagen 1. El fútbol es un deporte de elevada complejidad y las diferencias anatómicas y fisiológicas entre hombres y mujeres no alcanzan a explicar las diferencias en el juego

Fuente: Creador de imágenes de Bing

 

    Se puede afirmar, por lo tanto, que la mayor parte de los estudios sobre fútbol femenino son relativamente recientes, principalmente publicados desde el año 2000 hasta la actualidad.

 

    Por todo lo anterior, el objetivo de este trabajo fue analizar los artículos publicados sobre fútbol femenino desde una perspectiva multidisciplinar, así como establecer propuestas de actuación en el ámbito de la investigación en los próximos años.

 

    En los siguientes apartados se realiza una revisión de la literatura científica especializada sobre el fútbol practicado por mujeres con el afán de dotar al lector de las herramientas oportunas para conocer cómo el progreso científico y el interés de los investigadores ha permitido la creación de un marco teórico acerca de la practica futbolística en mujeres. Se realiza una revisión bibliográfica tratando de agrupar los estudios de mayor importancia en diferentes ámbitos de investigación en fútbol femenino. En primer lugar, se acercará al lector a las investigaciones realizadas sobre la fisiología de la mujer futbolista, que representa el mayor ámbito de estudio en cuanto a publicaciones y conocimiento (Kirkendall, 2007). En esta misma línea, se presenta una síntesis de los aspectos más importantes en cuanto a las lesiones en jugadoras de fútbol. Otros aspectos tales como la economía y los medios de comunicación, el análisis del fútbol femenino desde la perspectiva sociológica y desde el ámbito de la Psicología también se detallan en el siguiente apartado. Por último, y como apartado independiente, se desarrolla de manera exhaustiva el conocimiento aportado por las recientes investigaciones sobre los indicadores de rendimiento en fútbol femenino y los aspectos tácticos, de especial interés para este trabajo.

 

Fútbol femenino: una revisión multidisciplinar 

 

    Fisiología y anatomía de la mujer futbolista 

 

    Los primeros artículos publicados sobre fútbol femenino trataron de conocer las características antropométricas y fisiológicas de las jugadoras de fútbol. Parámetros tales como la estatura, el peso, el consumo máximo de oxígeno (VO2max) o la concentración de lactato sanguíneo durante entrenamientos y partidos fueron el principal objeto de investigación de estos primeros artículos (Bangsbo, 1994; Brewer, y Davis, 1999; Davis, y Brewer, 1992; Evangelista et al., 1992; Helgerud et al., 2002; Jensen, y Larsson, 1993; Polman et al., 2004; Rodhes, y Mosher, 1992; Tamer et al., 1997; Tumilty, y Darby, 1992). El avance de la tecnología posibilitó en los años siguientes la monitorización de diferentes parámetros con una mayor precisión. En esta línea, Siegler et al. (2003) midieron la capacidad de salto en CMJ (counter movement jump) en jugadoras universitarias americanas, obteniendo unos valores medios de 37,7 cm. También se recogieron datos sobre la distancia recorrida por las jugadoras durante partidos de fútbol femenino oficiales. Si bien las herramientas de medición no permitían obtener datos exactos (Brewer, y Davis, 1999), las distancias cubiertas por las jugadoras se acercaban de media a los 8.500 metros por partido.

 

    En publicaciones posteriores, gracias a la aplicación de tecnologías de GPS se pudieron comprobar las diferencias existentes entre puestos específicos dentro de un mismo equipo. Datson et al. (2017) comprobaron que las jugadoras que más distancia total recorrían durante el desarrollo de un partido eran las mediocentros, en contraposición a las defensoras centrales que recorrían la menor distancia total. Así mismo, analizaron las distancias recorridas durante los esfuerzos de sprint de las jugadoras de fútbol, observando que la gran mayoría duraban entre 5 y 10 metros. Este aspecto pone de relevancia el carácter predominantemente intermitente del fútbol femenino. Por su parte, Gravina et al. (2011) analizaron el impacto metabólico de la competición en las jugadoras recogiendo muestras de sangre previas y posteriores a los partidos jugados por las jugadoras analizadas encontrando evidencia de daño muscular, estrés oxidativo y modificaciones hormonales prepartido y postpartido.

 

    A comienzos del presente siglo y en la misma línea que los primeros estudios de la década de los 90, se profundizó acerca del desempeño físico de las jugadoras de fútbol durante la competición (Krustup et al., 2005; Krustup et al., 2010) obteniendo resultados con un mayor grado de especificidad. Entre otros aspectos, se observó que la distancia total recorrida por las jugadoras aumentó en 1.800 metros durante la competición con respecto a las primeras mediciones realizadas una década antes. (Brewer, y Davis, 1999)

 

    Anderson et al. (2010) compararon el rendimiento de las jugadoras de fútbol profesionales en competición internacional frente a competiciones domésticas observando que en los partidos internacionales las jugadoras realizaban un mayor número de carreras a alta intensidad. También se observó que el número de sprints y carreras a intensidad elevada era mayor durante las primeras partes de los encuentros, demostrando un menor rendimiento físico en las segundas partes. A esta misma conclusión llegaron Bradley et al. (2014) cuando analizaron las diferencias entre géneros en partidos oficiales de la UEFA Champions League.

 

    Por otro lado, Gabett, y Mulvey (2008) analizaron la carga de trabajo y recuperación de las jugadoras de fútbol durante el juego en espacio reducido, observando valores de carga similares en fútbol femenino y fútbol masculino. También se estudió cómo se modificaba el posicionamiento de las jugadoras de fútbol en función de la posición del balón durante el desarrollo de los partidos de la liga española. (Zubillaga et al., 2013)

 

    Si bien el conocimiento de los parámetros fisiológicos relacionados con el rendimiento es mayor en el fútbol masculino que en el femenino, sería erróneo caracterizar el rendimiento de las mujeres en función de análisis y parámetros extrapolados de otros estudios basados en el género opuesto. Por este motivo, Bradley, y Vescovi (2015) analizaron de manera exhaustiva las diferencias en la velocidad de desplazamiento entre fútbol masculino y femenino, con el objetivo de estandarizar los rangos de velocidad de movimiento espacial en las mujeres. Asimismo, la velocidad de desplazamiento fue analizada por Park et al. (2019) estableciendo unos rangos que permiten clasificar las velocidades atendiendo al desarrollo del juego por las mujeres. En ese estudio, se establecieron los 12,5, 19 y 22,5 km/h como velocidades que marcan el desplazamiento a alta intensidad, muy alta intensidad y sprint respectivamente, en fútbol femenino.

 

    Se finaliza este apartado haciendo mención a un aspecto característico de la fisiología femenina de creciente interés científico de unos años a esta parte: el ciclo menstrual y el rendimiento en fútbol. Si bien es abundante el conocimiento actual sobre la afectación de la menstruación a los niveles hormonales y sus posibles aplicaciones en el entrenamiento deportivo, los estudios aplicados a jugadoras de fútbol aún son escasos. Ross et al. (2017) estudiaron en esta línea cómo se modificaba el rendimiento de las capacidades de resistencia, velocidad y fuerza en jóvenes futbolistas durante las fases folicular y lútea del ciclo menstrual. Observaron que el rendimiento en resistencia presentaba diferencias significativas entre las fases, siendo menor en los días medios de la fase lútea con respecto a los primeros días de la fase folicular. También observaron que el tiempo de recuperación para retornar a los valores iniciales de lactacidemia era mayor en esta segunda fase. Si bien el estudio anterior no permite extraer conclusiones genéricas a la mujer futbolista, ha servido para focalizar y aceptar que la menstruación femenina debe ser un parámetro a estudiar por los profesionales de este ámbito de manera teórica y práctica, tal y como puso a la luz la selección estadounidense en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019.

 

    Incidencia lesional en el fútbol femenino 

 

    En relación directa con las publicaciones mencionadas anteriormente, se podría asegurar que las lesiones en fútbol femenino se han posicionado como una de las temáticas de mayor interés en el ámbito de la investigación (Kirkendall, 2007). En esta línea, una de las mayores problemáticas inherentes a la práctica del fútbol son las lesiones, el tiempo de baja y la disminución del rendimiento posterior asociado a estas. El carácter abierto de este deporte y la necesidad durante el juego de poner en funcionamiento todas las estructuras de la deportista hace que la incidencia lesional sea mayor que en otros deportes.

 

    En algunos de los primeros artículos publicados en los que se analizaba la incidencia lesional en mujeres futbolistas se observó que la lesión más común se producía en la articulación de la rodilla (26%), seguida por las lesiones en el tobillo (Östenberg, y Ross, 2000). En esta investigación realizada con 123 jugadoras de fútbol femenino se observó una incidencia lesional de entre 3,7 y 14,3 lesiones por cada 10.000 horas de práctica deportiva en entrenamiento y competición. La mayor exigencia deportiva de la competición ya indicaba, por aquel entonces, que las jugadoras eran más propensas a sufrir alguna lesión durante los partidos.

 

    Existen multitud de factores que influyen en el aumento del índice lesional en cualquier deporte (Robins, 2019). Factores ambientales del deporte, características anatómicas y fisiológicas como el mayor ángulo Q en la rodilla o un mayor IMC en comparación con el género masculino (Nilstad et al., 2014) e incluso factores externos a los cuerpos técnicos, como puede ser el tipo de superficie o la climatología, son elementos a tener en cuenta a la hora de valorar el riesgo de lesión al que puede estar expuesta una jugadora durante su práctica deportiva. En un metaanálisis presentado por Montalvo et al. (2019), se demostró que la incidencia lesional en el ligamento cruzado anterior de la rodilla es seis veces mayor en deportes de contacto permitido en relación con deportes sin contacto como el esquí, la danza o la carrera, conclusión que también obtuvo Needs (2017). En este mismo estudio se comprobó que el índice lesional en mujeres era de más del doble que en hombres en deportes como el fútbol o el baloncesto.

 

    Una de las primeras hipótesis acerca de la mayor incidencia lesional en mujeres fue su mayor flexibilidad muscular, aunque posteriormente se demostró que no aumentaba el riesgo de lesión (Blokland et al., 2017). En relación con lo anterior, se encontraron evidencias científicas acerca de las asimetrías en el rango de movimiento de la articulación de la cadera (Nguyen et al., 2017), observando que la existencia de estas disminuía la activación muscular en el tren inferior alterando la biomecánica del movimiento y aumentando el riesgo de lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla.

 

    Sobre esta misma línea de investigación, De Ste Croix et al. (2015) observaron que la fatiga ocasionada en la musculatura flexora de la rodilla era un factor que disminuía el control en el equilibrio dinámico de la rodilla debido a la falta de feedback neuromuscular, aumentando el riesgo de lesión en esta articulación. Este peor control del equilibrio dinámico de la rodilla puede producir alteraciones biomecánicas durante las acciones específicas del juego y aumentar el riesgo de lesión, como es el caso de los cambios de dirección o las recepciones de saltos durante la competencia (Krosshaug et al., 2016). El puesto específico de las jugadoras también resultó ser determinante a la hora de valorar la incidencia lesional en la musculatura de la cara posterior del muslo (Tunas et al., 2015), de vital importancia en el control kinestésico de la rodilla y principal limitador del desplazamiento anterior de la tibia (elemento crucial en el mecanismo lesional del ligamento cruzado anterior).

 

    En relación con la fatiga de las jugadoras de fútbol, Watson et al. (2017) analizaron cómo diferentes factores relacionados con el bienestar de las jugadoras podían aumentar el riesgo de lesión: midieron la fatiga de las jugadoras mediante la carga de entrenamiento diaria, semanal y mensual, el nivel de estrés y el número de horas y calidad del sueño de las jugadoras. Comparando la carga crónica de las jugadoras con algunos de estos factores observaron que: i) se producían más lesiones a mayor valor de carga diaria, y ii) el número de molestias de las jugadoras aumentaba conforme la carga de entrenamiento mensual y semanal era mayor.

 

    Con el afán de reducir la incidencia lesional en fútbol femenino se ha hecho hincapié en el desarrollo de programas y protocolos de análisis y prevención de lesiones específicos para la mujer futbolista (Weir et al., 2019) y más en concreto, sobre la prevención de lesiones en la rodilla y el ligamento cruzado anterior. En este sentido, se comprobó que la implementación de programas de prevención orientados a la mejora de las fuerzas de abducción y rotación externa en la articulación de la cadera disminuían el riesgo de lesión de ligamento cruzado en fútbol femenino (Needs, 2017; Thompson et al., 2016). De manera más reciente, se ha publicado una revisión sistemática en la que se han analizado los programas de prevención de lesiones aplicados en 11.773 jugadoras de fútbol, observando que la aplicación de diferentes programas reduce las probabilidades de lesión en un 27% y de lesión de ligamento cruzado anterior en un 47% (Crossley et al., 2020). Sin duda alguna, todas las investigaciones mencionadas en los párrafos anteriores han conformado un amplio espectro de conocimiento que debe ser utilizado por los profesionales del entrenamiento en fútbol femenino.

 

    Hasta este momento, se han analizado dos aspectos o tópicos de investigación fundamentales y diferenciales de las mujeres deportistas: las características fisiológicas y anatómicas, así como la incidencia lesional de las jugadoras de fútbol que, sin duda, guardan una amplia relación. Si bien ambas temáticas suponen la gran mayoría de estudios sobre el fútbol femenino, no se debe obviar las múltiples investigaciones realizadas sobre la práctica del fútbol por mujeres futbolistas desde el ámbito de la Economía, la Sociología o la Psicología.

 

    Economía y fútbol femenino 

 

    Desde un punto de vista económico, una de las problemáticas del fútbol femenino durante su desarrollo ha sido la falta de una fuerte inversión. Con el paso de los años y el aumento del interés por el fútbol femenino, diferentes organismos privados y públicos se han decidido a crear un producto atractivo a través de diferentes estrategias de comunicación y marketing. El aumento del contenido y de la presencia de este fútbol en las redes sociales está siendo uno de los ejes estratégicos en la promoción de este deporte, pero todavía no ha llegado a crearse una certeza de viabilidad económica entre las marcas e inversores. Las marcas destinan sus presupuestos en base al retorno de inversión y, en fútbol femenino, este, todavía es incierto.

 

    El desarrollo económico no ha sido objeto de estudio tradicionalmente. Si bien es posible extrapolar metodologías y líneas de investigación que se han aplicado en otros tipos de eventos deportivos, la Economía del fútbol femenino debe desarrollarse de manera exhaustiva en los próximos años con el afán de aumentar la inversión en él. La inversión económica nace a partir de la certidumbre sobre aquello en lo que se quiere invertir y se hace verdaderamente complicado captar capital en fútbol femenino si no existe una evidente certeza acerca de sus posibilidades de negocio.

 

    En relación con lo anterior, los análisis y estudios publicados sobre la economía de este deporte se han realizado en pequeñas muestras y en un contexto demasiado específico, lo que no permite obtener conclusiones generales. LeFeuvre et al. (2013) trataron de predecir la audiencia televisiva de los partidos disputados por las mujeres en Estados Unidos después del Mundial de Alemania 2011, observando que esta aumentaba en los partidos que jugaban las jugadoras que habían sido más mediáticas en esa edición de la Copa del Mundo. En una línea similar, se presentó un estudio en el que se indagó en las posibilidades comerciales del fútbol femenino en Dinamarca y la existencia de factores que permitieran aumentar la visibilidad de ese producto, observando que el éxito deportivo en campeonatos internacionales era un factor que aumentaba de manera significativa su visibilidad. (Cortsen, 2016)

 

    Las audiencias televisivas y la asistencia de espectadores en Alemania también fueron objeto de estudio en varias publicaciones (Meier, y Leinwather, 2012; Meier et al., 2015). Estos estudios demostraron que el interés de los espectadores creció de manera significativa durante la primera década del presente siglo, si bien concluyeron que era necesario implementar estrategias de marketing que potencien la visibilidad de los partidos disputados por las mujeres. Un aspecto llamativo observado en los espectadores de fútbol femenino en Alemania fue que no se diferenciaban en cuanto al género en comparación con el masculino. Tal y como afirmaban Meier, y Leinwather (2012), el fútbol femenino alemán representaba un ejemplo claro de deporte femenino que no es visto por mujeres. Esto fue observado también en el ámbito de la gestión en una investigación en la que se analizó la estructura organizativa de los clubes en la ciudad de Barcelona (Mahmoud, 2016). Este estudio puso de relevancia la poca presencia de equipos de fútbol femenino en los clubes de la ciudad, así como la poca inclusión de la mujer en el ámbito de la gestión en estos clubes.

 

    Por todo lo expuesto anteriormente, se concluye que es necesario un aumento del interés por parte de los investigadores acerca de las posibilidades económicas del fútbol femenino con el objetivo de otorgar certezas económicas a futuros inversores. En este sentido se pueden consultar algunos ejemplos de investigaciones realizadas sobre Copas Mundiales en fútbol masculino (Preuss, 2011) o sobre las justificaciones económicas de los gobiernos a la hora de albergar grandes eventos deportivos. (Mitchell, y Fergusson Stewart, 2015)

 

    Sociología y fútbol femenino 

 

    Otra disciplina desde la que se ha tratado de comprender la realidad de este ámbito ha sido la Sociología. La perspectiva social de las jugadoras de fútbol y su ámbito ha sido una fuente de información científica relativamente útil de un tiempo a esta parte. El estudio de la mujer futbolista desde una perspectiva sociológica resulta útil ya que nos aporta información y conocimiento de gran valor para la comprensión de la estructura social que rodea a las mujeres en su práctica deportiva. Acuñar el término relativamente se justifica, en este caso, debido a la todavía escasa producción científica existente, al igual que ocurre en otros campos.

 

    La sexualidad y su influencia en las concepciones del fútbol femenino, el impacto social de los partidos y competiciones disputadas o las redes de interacción entre jugadoras de fútbol han sido los principales objetos de análisis en las investigaciones que a continuación se exponen.

 

    Para ningún lector resultaría extraña la afirmación de que los medios de comunicación son unas de las principales herramientas de promoción para el deporte en general, y para el fútbol en particular. En este sentido, se hace necesario valorar cómo los medios de comunicación pueden facilitar su promoción o interponer barreras en el desarrollo de una modalidad deportiva. Una de las primeras investigaciones publicadas que vinculaba el fútbol femenino a la concepción social que los medios de comunicación transmitían observó que los periodistas desarrollaban contradicciones continuas en las noticias publicadas sobre la Copa Mundial Femenina de la FIFA Estados Unidos 1999. Después de analizar 576 medios de comunicación estadounidenses, Christopherson et al. (2002) concluyeron que no existía una concepción clara de conceptos como el fútbol femenino o la mujer futbolista y que, por supuesto, no se transmitía a la sociedad de manera correcta. No solo el ámbito periodístico tenía un incorrecto enfoque acerca del fútbol femenino, sino que desde el ámbito académico, la formación y publicaciones incurrían continuamente (y lo hicieron durante muchos años) en sesgos sexuales y étnicos (Narcota-Welp, 2016). Sin considerar el factor género en las posibles acepciones sociales que se hicieran en Estados Unidos sobre el fútbol, era bastante habitual establecer un prototipo de jugador y jugadora de fútbol: heterosexual, de raza blanca y de clase media.

 

    En Europa se han presentado diferentes estudios que analizan el fútbol femenino desde la perspectiva sociológica. Harris (2005) realizó un estudio a través de entrevistas semi-estructuradas a jugadoras de fútbol en Inglaterra tratando de relacionar aspectos sobre la sexualidad y las posibles concepciones del fútbol. En los países escandinavos se planteó la posibilidad de entender el fútbol femenino como un proceso de “nueva profesionalidad” con el afán de dotar de un marco teórico de desarrollo (Kjaer, y Agergaard, 2013). Por su parte, Mutz, y Meier (2014) se plantearon cuál era el grado de influencia social de los jugadores y las jugadoras de fútbol de diferentes combinados nacionales; consideraban que tanto el nivel de rendimiento deportivo como su atractivo físico podían ser factores que aumentaran el impacto mediático y lo midieron a través del número de búsquedas en Internet. Confirmando su hipótesis, observaron que cuanto mayor era el rendimiento físico, mayor interés mediático despertaban entre los aficionados. También observaron que, a mayor atractivo físico, el interés crecía de manera parecida. Este hecho se constató tanto para futbolistas hombres como mujeres. En una línea similar, Valenti et al. (2020) trataron de conocer las variables que influían en el número de espectadores en los partidos de fútbol femenino, analizando más de 500 partidos correspondientes a la UEFA Women's Champions League. Estos autores observaron que el crecimiento en el número de espectadores en esta competición dependía de factores como la fase de competición, la igualdad en el marcador del partido de ida y las condiciones climatológicas.

 

    Otro aspecto que fue objeto de análisis para Themen, y Van Hooff (2016) fue cómo las jugadoras de fútbol de un mismo equipo se relacionaban entre sí. Estos autores llevaron a cabo su estudio en jugadoras de fútbol amateurs y observaron que existía una elevada complejidad en las relaciones sociales entre jugadoras de fútbol femenino.

 

    Todo lo expuesto anteriormente permite establecer diferentes focos de atención hacia los factores que influyen en el desarrollo pasado, presente y futuro del fútbol femenino, si bien la no existencia de una bibliografía amplia y global hace aventurado obtener conclusiones generales acerca de cómo el fútbol femenino influye (o es influenciado) por diferentes factores sociológicos. Independientemente de ello, para lo que no cabe ninguna duda es para afirmar que la cultura del fútbol está cambiando desde una perspectiva sociológica (Woodward, 2016) debido a la lenta pero continua inclusión de la mujer en este deporte. Por este motivo, se hace necesaria cada vez más la inclusión de políticas de género desde las organizaciones y federaciones de todo el mundo.

 

    Para finalizar este apartado se hace alusión a una disciplina de conocimiento que, si bien hasta hace años no era considerada como parte primordial en el rendimiento deportivo, en la actualidad se ha visto reconocida como herramienta primordial en el trabajo multidisciplinar orientado al rendimiento deportivo: la Psicología.

 

    Psicología y fútbol femenino 

 

    Hasta hace pocos años, la inclusión de la figura del psicólogo deportivo en los clubes no era del todo respalda por el cuerpo técnico y las jugadoras de fútbol. En este sentido, Johnson et al. (2011) quisieron conocer de primera mano cuál era la importancia de esta figura en los clubes de élite suecos de fútbol masculino y femenino. Observaron que en el fútbol masculino de primera división la totalidad de los entrenadores trabajaba de manera personal con un psicólogo deportivo, frente al 50% de las entrenadoras de fútbol femenino, si bien esta figura todavía no estaba integrada dentro de los cuerpos técnicos de élite. Los motivos por los que no se incluía esta figura radicaban en una falta de conocimiento sobre la importancia de la Psicología del deporte así como una negativa por parte de jugadores y jugadoras hacia el trabajo psicológico.

 

    Han sido varios los autores que se han propuesto crear un marco teórico sobre la psicología y el fútbol femenino. Uno de los temas más recurrentes en la psicología deportiva aplicada a la práctica es la atribución causal al éxito y al fracaso deportivo. En esta línea, Stoeber, y Becker (2008) decidieron comprobar cómo se comportaban las jugadoras de fútbol femenino en función de diferentes variables ante el éxito y el fracaso deportivo. Los autores de esta investigación observaron que en aquellas jugadoras caracterizadas por un mayor esfuerzo en la búsqueda de la destreza deportiva, eran también aquellas que vinculaban los éxitos y fracasos deportivos de manera prioritaria a su propia persona.

 

    Otros estudios llevados a cabo con jugadores y jugadoras semiprofesionales en España trataron de encontrar diferencias entre hombres y mujeres en la práctica deportiva (González-Ponce et al., 2013). Estos autores observaron que los equipos femeninos presentaban una mayor cohesión social que los masculinos y un mayor grado de relaciones interpersonales entre las jugadoras. Por otro lado, los equipos formados por hombres se caracterizaban en mayor medida por un mayor apremio al ego individual en la estructura del equipo. Ese mismo año González-Ponce et al. (2013) siguieron profundizando en relación a la cohesión grupal y el mayor grado de relaciones interpersonales entre jugadoras de fútbol femenino concluyendo que la confianza en el grupo por parte de las jugadoras era un aspecto fundamental en la resolución de tareas de entrenamiento y en el éxito deportivo.

 

    En los últimos párrafos se han analizado algunas de las principales publicaciones relativas al deporte sobre el que versa el presente trabajo desde diferentes ámbitos y/o disciplinas de conocimiento. Si bien no es el objetivo de este trabajo, con ellas se ha pretendido acercar al lector a un conocimiento científico de mayor calidad. En el siguiente apartado, que guarda relación directa con los objetivos de este trabajo, se analizan las publicaciones relacionadas con el fútbol femenino desde un punto de vista técnico-táctico y del análisis de indicadores de rendimiento. Aunque este conocimiento todavía es escaso y no se pueden obtener conclusiones generales, se debe focalizar la atención en ellas y sin duda, otorgan un amplio margen de desarrollo en los próximos años.

 

    Táctica colectiva e indicadores de rendimiento en fútbol femenino 

 

    De un tiempo a esta parte han proliferado de manera significativa los estudios sobre las variables o criterios de éxito en las diferentes tipologías de acciones en fútbol femenino. Muchos de los estudios realizados sobre el fútbol femenino tienen su fundamente en la metodología observacional (Anguera, 1979). En cambio, otros investigadores también han tratado, a partir de una metodología experimental, de asociar variables estadísticas al rendimiento en fútbol femenino a partir de métricas extraídas de diferentes proveedores de datos.

 

    De la misma manera que ocurre con la investigación en otros ámbitos aplicados al fútbol femenino, la mayor parte de la bibliografía existente se encuentra en su homólogo masculino. Por ello, se puede afirmar que la gran cantidad de investigaciones realizadas sobre fútbol masculino desde la metodología observacional (Preciado et al., 2019) y otras metodologías (Lord et al., 2020) han permitido la construcción de un marco teórico representativo en el análisis del rendimiento colectivo e individual. Si bien en fútbol femenino esto no es así, debe servir a futuros investigadores para dirigir el foco de atención en la búsqueda de estos indicadores.

 

    En la actualidad, la evidencia existente sobre indicadores de rendimiento técnico-tácticos en fútbol femenino permite realizar un leve acercamiento a la compleja realidad del juego. En este sentido, la mayor parte de las publicaciones corresponden a la última década. En relación con este aspecto, Bradley et al. (2014) trataron de identificar las diferencias existentes entre géneros en la máxima competición de clubes europea desde un punto de vista condicional y técnico. En lo que atañe al presente apartado, encontraron diferencias significativas entre fútbol femenino y masculino en el número de pérdidas de balón y el porcentaje de precisión en el pase, concluyendo que las mujeres mostraban una menor precisión en el pase y un mayor número de pérdidas de balón. En un estudio más reciente realizado en la primera división masculina y femenina española en la temporada 2016/2017 también se encontraron diferencias significativas en algunas variables estadísticas analizadas (Casal et al., 2021): los hombres realizaban más pases por partido con respecto a las mujeres y en cambio, en el fútbol femenino se daban con mayor frecuencia acciones defensivas como interceptaciones de balón y apropiaciones. También se observó que en el caso del fútbol femenino se producían mayor número de disputas y un mayor número de ataques (posicionales y contraataques). Estos dos estudios indican una tendencia más marcada en el fútbol femenino con respecto al masculino en cuanto a la disputa por la posesión de balón y hacen ver la existencia de una menor continuidad ofensiva en el juego por parte de las mujeres.

 

    Mara, Wheeler, y Lyons (2012) trataron de identificar las estrategias ofensivas que conseguían crear una oportunidad de gol en fútbol femenino, observando que la mayor parte de los goles en fútbol femenino se producían en acciones de centro y remate. Este estudio analizó 34 partidos de la Liga Australiana de fútbol femenino en la temporada 2010/2011, por lo que los resultados deben tomarse con cautela en la actualidad por dos motivos: la imposibilidad de extrapolar observaciones de una muestra específica al global del fútbol femenino y el espacio temporal desde la realización del estudio hasta la actualidad.

 

    En la primera división femenina española se trató de conocer cómo influía en el resultado final de los partidos la consecución del primer gol en estos. Los resultados extraídos por Ibáñez et al. (2018) demostraron, mediante dos métodos predictivos, que las probabilidades de ganar el partido aumentaban entre 2,8 y 11,1 veces para el equipo que se adelantaba en el marcador. Además, observaron que la incidencia de esta casuística se producía en mayor medida cuando el equipo que se adelantaba estaba mejor clasificado en ese momento. Cuando los equipos se adelantaban en el marcador y se encontraban en los tres primeros puestos de la clasificación ganaban sus partidos en un 90% de las ocasiones, en cambio, cuando el equipo que se adelantaba estaba clasificado en los últimos puestos de la clasificación (11º-14º) la probabilidad de ganar el partido disminuía hasta un 54%. Una conclusión similar obtuvieron de Jong et al. (2020) tras analizar casi 700 partidos correspondientes a campeonatos mundiales de selecciones y ligas domésticas durante los últimos 7 años. Estos autores observaron que la variable que más influía en el resultado final de los partidos era meter el primer gol. Además, variables relacionadas con momentos del juego donde se producen disputas individuales, tales como duelos o duelos aéreos, también fueron asociadas a un mayor éxito en el resultado de los partidos en fútbol femenino. Sin duda este es uno de los estudios más importantes a la hora de discriminar variables estadísticas que condicionan el resultado de los partidos en fútbol femenino debido al tamaño de la muestra, si bien el carácter meramente estadístico carece de una alta aplicabilidad a la realidad práctica del fútbol.

 

    Por su parte, Filho, y Rettig (2018) identificaron diferentes variables predictoras en el éxito de los equipos de fútbol femenino en la UEFA Womens Champions League entre los años 2011 y 2016. En este estudio se analizó cómo influían variables relacionadas con el entrenador o entrenadora, con el equipo y con el país de procedencia del equipo analizado. Observaron que el éxito de los equipos en esta competición estaba influenciado por la experiencia del entrenador o entrenadora en esta competición, el número de veces que había ganado la competición y por el número de jugadoras internacionales del equipo analizado.

 

    Otros estudios han tratado de analizar diferentes acciones en fútbol femenino a través de la metodología observacional. En este sentido, el primer artículo presentado sobre fútbol femenino comparó las conductas de finalización en el fútbol masculino y femenino de élite utilizando como muestra los partidos de la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006 y la Copa Mundial Femenina de la FIFA China 2007 (Gómez et al., 2008). Se comprobó que el número de remates no difería de manera significativa entre las muestras seleccionadas, si bien en fútbol masculino se producían un mayor número de remates precedidos de una acción individual con respecto al fútbol femenino. La localización de estos remates permitió comprobar que no existían diferencias significativas en cuanto a la zona desde donde se producían. También se observó que las mujeres remataban más a puerta que los hombres.

 

    Las acciones a balón parado han sido, en los últimos años, una tipología de acciones analizadas desde la metodología observacional en la élite femenina (Maneiro et al., 2019a, 2019b). Estos autores analizaron los saques de esquina en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015 y la compararon con la muestra masculina del mundial anterior. Ambos estudios analizaron la frecuencia con la que se producían este tipo de acciones en fútbol femenino observando que se producían 9,42 saques de esquina por partido. Si bien la frecuencia de estas acciones fue relativamente alta, su eficacia fue baja. De manera bivariada se comprobaron los criterios que moldeaban las posibilidades de obtener un gol en estas acciones, siendo estos: el número de jugadoras del equipo defensor, el contexto de interacción de superioridad o igualdad y el número de atacantes que participan en la acción ofensiva (Maneiro et al., 2019b). De manera más detallada también se presentó un modelo predictivo en base al resultado en los tiros de esquina analizados en esta copa mundial. Partiendo de las probabilidades iniciales de remate, remate a puerta y gol en los tiros de esquina en fútbol femenino se analizaron criterios que modificaron la probabilidad de éxito mediante una técnica de árbol de decisión. Se observó que la posibilidad de obtener un remate a puerta en fútbol femenino dependía del número de jugadoras que intervienen en la acción ofensiva, el tipo de envío, la zona de remate y el momento del partido en el que se producía la acción, llegando a pronosticar un 64% de posibilidades de rematar a puerta. (Maneiro et al., 2019a)

 

    De manera más reciente, Scanlan et al. (2020) realizaron un estudio pormenorizado acerca de la creación de oportunidades de gol en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015. Tras analizar 390 oportunidades de gol y la asociación entre la zona de inicio, el tipo de inicio y la duración de la acción ofensiva, estos autores observaron que había diferencias entre las zonas de inicio de las acciones analizadas y el resultado final de estas. Se observó que la mayor parte de acciones ofensivas daban comienzo en el tercio medio del terreno de juego y que el inicio en esta zona se asociaba a un mayor éxito ofensivo. Por otro lado, no encontraron diferencias en el tiempo invertido en las acciones ofensivas que finalizaron con éxito y aquellas que no lo hicieron. Para finalizar, los autores concluyeron que el tipo de inicio era una variable que modificaba significativamente el resultado de las acciones ofensivas: la mayor probabilidad de éxito se obtenía cuando el inicio de la acción ofensiva se producía tras una interceptación de balón.

 

    Sobre este mismo mundial, cabe destacar el estudio presentado por Sainz de Baranda et al. (2019) en el que se analizó el rendimiento de las porteras participantes en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015, al que el lector puede dirigirse con el objeto de profundizar su conocimiento acerca del rendimiento técnico de las guardametas en el fútbol femenino de élite.

 

    Otra de las casuísticas analizadas en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015 fueron las posesiones de balón (Maneiro et al., 2020). En concreto estos autores analizaron cómo el resultado temporal modificaba el devenir de las posesiones de balón en los equipos exitosos y no exitosos en esta edición.

 

    Por su parte, Kubayi, y Larkin (2020) realizaron un análisis estadístico interesante en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019 a partir de las variables extraídas del proveedor Instat Scout. Estos autores trataron de identificar las variables que diferenciaban a las selecciones exitosas y no exitosas en este campeonato. Entre otros resultados observaron que los equipos que ganaron sus partidos realizaron más pases, pases completados, tiros, tiros a puerta y tuvieron más posesión de balón. Así mismo, propiciaron un mayor número de recuperaciones de balón totales y en campo rival. Por otra parte, observaron que los equipos no exitosos realizaban más entradas y recibían más tarjetas amarillas.

 

    Por todo lo anterior, se puede afirmar que el conocimiento científico sobre el rendimiento técnico-táctico en fútbol femenino es escaso y debe ser desarrollado en los años venideros. El proceso de investigación sobre estos criterios, que englobe las fases de registro, análisis de datos e interpretación de resultados, bajo el amparo de un fundamento metodológico correcto, permitirá en el futuro un aumento significativo del conocimiento sobre estos aspectos.

 

Conclusiones 

 

    El conocimiento científico sobre el fútbol femenino se ha desarrollado principalmente desde el año 2010. Si bien es cierto que los primer artículos publicados a finales del Siglo XX se centraron en los aspectos fisiológicos y anatómicos, como principales características diferenciadores entre los hombres y mujeres futbolistas. A pesar de ello, el fútbol es un deporte de elevada complejidad y las diferencias anatómicas y fisiológicas entre hombres y mujeres no fueron capaces de explicar las diferencias entre el juego masculino y femenino. Por todo ello, se debe ser consciente que se presenta un campo de investigación con un potencial de desarrollo enorme en los próximos años. Por este motivo, es responsabilidad de los investigadores y entidades financiadoras apostar por aumentar el corpus de conocimiento sobre una realidad deportiva que tradicionalmente ha ido a rebufo de sus colegas varones.

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 28, Núm. 300, May. (2023)