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ISSN 1514-3465

 

Efectos del aprendizaje cooperativo en el alumnado 

de Educación Física en la etapa de escuela secundaria

Effects of Cooperative Learning on Students in Physical Education at the Secondary School

Efeitos da aprendizagem cooperativa em alunos de Educação Física no ensino médio

 

Francisco Javier Morales López

javi_morales_lopez@hotmail.com

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM)

Máster Universitario en Formación del Profesorado ESO

y Bachillerato, FP y Enseñanzas de Idiomas.

Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH)

Profesor de Educación Física en el Colegio CEU San Pablo

(España)

 

Recepción: 31/05/2020 - Aceptación: 04/11/2020

1ª Revisión: 14/09/2020 - 2ª Revisión: 20/10/2020

 

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Cita sugerida: Morales López, F.J. (2020). Efectos del aprendizaje cooperativo en el alumnado de Educación Física en la etapa de escuela secundaria. Lecturas: Educación Física y Deportes, 25(271), 142-153. Recuperado de: https://doi.org/10.46642/efd.v25i271.2305

 

Resumen

    En el presente artículo con el objetivo de abordar nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje que den respuesta a los cambios producidos en la sociedad, se desarrolla el aprendizaje cooperativo como metodología alternativa a los procesos tradicionales de educación. Se pretende dar al lector un conocimiento más profundo sobre los aspectos más importantes de la metodología cooperativa, centrándose en el alumno como eje central del proceso de enseñanza-aprendizaje y una educación en valores para ser mejor ciudadanos. Se muestran algunas de las estructuras tradicionales de aprendizaje como son la estructura individualista y competitiva, para por último desarrollar la estructura cooperativa destacando aspectos como, componentes, formación de grupos e instrumentos de evaluación que ayuden al éxito de esta aplicación metodológica en futuras intervenciones.

    Palabras clave: Método de enseñanza. Educación Física. Pedagogía.

 

Abstract

    In the present article with the aim of approaching new teaching-learning methodologies that respond to the changes produced in the society, cooperative-learning is developed as an alternative methodology to traditional educational processes. It is intended to give the reader a deeper understanding of the most important aspects of this cooperative methodology, focusing on the student as the central axis of the teaching-learning process and providing an education in values ​​to be better citizens. Some of the traditional learning structures are shown such as the individualistic and competitive structure, to finally develop the cooperative structure highlighting aspects such as, components, group formation and evaluation instruments that help the success of this methodological application in future interventions.

    Keywords: Teaching methods. Physical Education. Pedagogy.

 

Resumo

    Neste artigo, com o objetivo de abordar novas metodologias de ensino-aprendizagem que respondam às mudanças produzidas na sociedade, a aprendizagem cooperativa é desenvolvida como uma metodologia alternativa aos processos educacionais tradicionais. Pretende-se que o leitor tenha um conhecimento mais aprofundado sobre os aspectos mais importantes da metodologia cooperativa, privilegiando o aluno como eixo central do processo ensino-aprendizagem e uma educação em valores para ser um cidadão melhor. Algumas das estruturas tradicionais de aprendizagem como a estrutura individualista e competitiva, para finalmente desenvolver a estrutura cooperativa destacando aspectos como componentes, formação de grupos e instrumentos de avaliação que auxiliam no sucesso desta aplicação metodológica em futuras intervenções.

    Unitermos: Método de ensino. Educação Física. Pedagogia.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 25, Núm. 271, Dic. (2020)


 

Introducción 

 

    Siguiendo a Sebastiani (2019) se sabe que el bagaje motriz que dará forma a un alumno competente motrizmente se determina en gran parte en la esfera de lo personal y familiar, pero es la escuela y la Educación Física como área de estudio la cual proporciona herramientas de conocimiento, experimentación y formación.

 

    La aparición de nuevas metodologías didácticas busca favorecer y enriquecer la acción docente creando experiencias de aprendizaje que favorezcan la autonomía y el desarrollo integral de la población escolar. Son muchos los docentes que manifiestan trabajar el aprendizaje cooperativo en sus clases, pero solo una minoría lo hacen de forma continuada, más allá de ocasiones puntuales. (Velázquez, 2015)

 

    En una clase ideal, el alumnado debería de aprender a trabajar con el resto de compañeros de forma cooperativa, siendo la competición una forma más de divertirse y a trabajar de forma individual y autónoma en una determinada tarea hasta completarla. Sin embargo, para que esto sea así la estructuración cooperativa del aula debería convertirse en el marco referencial sobre el que se desarrollan actividades individuales y competitivas. Como indican Lavega, Planas, & Ruiz (2014) es necesario generar un ambiente cooperativo, donde se enseñe a los estudiantes a cooperar entre ellos, para poder implantar con éxito esta forma de trabajo. Por lo que las actividades cooperativas deberían ocupar entre el 60% y 70% del tiempo, las actividades individuales alrededor del 20% y la competición entre el 10% y el 20%. (Johnson y Johnson, & Holubec, 1999)

 

    Por el contrario, existen diferentes estudios que demuestran que la cooperación no ocupa más del 7% del tiempo dentro del entorno escolar, dedicándose el otro 93% a actividades individuales o competitivas (Ovejero, 1990), por lo que se hace evidente la necesidad de cambiar esta tendencia.

 

    Mediante la utilización de metodologías cooperativas además se favorece una Educación Física inspirada en un enfoque basado en competencias, favoreciendo métodos de enseñanza aprendizaje que impliquen funcionalidad, autonomía y globalidad. (Sebastiani, 2019)

 

    El enfoque de este artículo pretende demostrar los aspectos más relevantes de las diferentes estructuras de aprendizaje, destacando principalmente el aprendizaje cooperativo como algo más que una estructura pedagógica para el aprendizaje de contenidos y para la preparación profesional del alumnado, permitiéndoles la consecución de ser ciudadanos críticos y socialmente responsables. (Ovejero, 2018)

 

    El objetivo de este artículo es dar a conocer nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje que den respuesta a los cambios producidos en la sociedad, por ello, se desarrolla el aprendizaje cooperativo como metodología alternativa a los procesos tradicionales de educación.

 

Estructuras fundamentales de aprendizaje 

 

    Se puede definir el concepto de estructuras de aprendizaje como, conjunto de acciones y decisiones que los docentes toman con respecto a distintas dimensiones del hecho educativo: tipos de actividades, grado de autonomía, reconocimiento del trabajo, objetivos buscados, etc. (Johnson, Johnson, & Holubec, 1999)

 

    En ocasiones como afirman Fernández-Rio, & Méndez-Giménez (2016), las sinergias entre las diferentes estructuras de aprendizaje se convierten en perfectos aliados durante las fases del proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que no se debe menospreciar ninguna de ellas ya que estás pueden ser de gran utilidad durante cualquier momento del proceso de enseñanza.

 

Estructura individualista 

 

    Las características fundamentales de esta estructura son:

  • Los alumnos son capaces de alcanzar los mismos objetivos y lograrlo está en función del esfuerzo de cada uno.

  • Se comparte espacio de trabajo con los demás, pero no se trabaja con ellos.

  • Cada estudiante se concentra en sí mismo, en su propio interés.

  • El docente promueve este tipo de situaciones mediante expresiones como: no habléis, no os mováis, no copiéis.

  • El alumno identifica el éxito o el fracaso con su esfuerzo y puede identificarlo con su capacidad, cuando por el ejemplo el alumno piensa ha hecho todo lo que ha podido y solo ha sacado un seis.

    Según Johnson, Johnson, & Holubec (1999), se orienta a que el alumno concentre sus esfuerzos en la realización de su propia tarea y se le califica por lo bien o mal que la ha realizado, con independencia de cómo lo hayan hecho el resto de sus compañeros.

 

    El objetivo de esta estructura individualista es instruir al alumnado para que desempeñen sus tareas de forma individual de manera rápida y con precisión. No hay ninguna cooperación entre el alumnado, ya que los esfuerzos individualistas se centran en que la persona alcance un determinado criterio de desempeño. El esquema de interacción ayuda a que los alumnos atribuyan el éxito a su propio esfuerzo o su capacidad, trabajando individualmente sin interactuar con los demás para alcanzar sus propios objetivos.

 

    Para la evaluación de resultados se emplea un sistema de evaluación basado en objetivos y criterios individuales, centrándose en determinar si el desempeño académico de un alumno alcanza un criterio preestablecido.

 

Estructura competitiva 

 

    Según Fernández-Rio (2015), no se debe olvidar que los alumnos se encuentran en Educación Física, donde se deben trabajar elementos motores que en otras asignaturas no se contemplan, por lo que se puede conocer un poco más a fondo a los compañeros de clase.

 

    ¿Se puede conseguir este objetivo mediante la estructura competitiva?, a continuación, se muestran los aspectos fundamentales de la estructura competitiva, los cuales se pueden resumir en:

  • Los alumnos luchan por conseguir unos objetivos que no todos pueden alcanzar.

  • Se plantea una acción orientada a saber quién es el vencedor o el mejor, existiendo ganadores y perdedores.

  • Muy utilizada dentro del área de Educación Física, basada fundamentalmente en factores como, tiempo, calidad, cantidad o combinación de ellas.

  • El éxito de un alumno esta unido al fracaso de otros.

  • Se percibe como positivo el fracaso o los errores de los demás.

  • No se comparte la información con los demás compañeros.

  • El alumnado se centra en la realización de una tarea mejor y más precisión que sus compañeros.

    El objetivo de esta estructura competitiva es la instrucción a los alumnos para que desempeñen sus tareas más rápidas y con mayor precisión que sus compañeros. Siendo la competición el aspecto más importante que suele centrarse en el grupo (mediante la búsqueda de ser el mejor de un grupo de compañeros), en clase (ser el mejor de toda la clase), en la escuela (ser el mejor alumno o alumna de la escuela). Por lo que se aparta un aspecto de gran importancia para Fernández-Rio, Rodríguez, Velázquez, & Santos (2013) como es la confianza y la solidaridad entre el alumnado, aspectos fundamentales durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

    En cuanto al esquema de interacción, los alumnos obstruyen el éxito de los demás, trabajan solos, esconden su trabajo, evitan ayudar a los otros e incluso pueden esforzarse por disminuir su rendimiento.

 

    Para la evaluación se emplea un sistema de evaluación basado en normas, dando importancia a la clasificación en el desempeño de los alumnos, del mejor al peor, únicamente se tienen en cuenta aspectos cuantitativos dejando de lado aspectos cualitativos de gran importancia durante el proceso de evaluación.

 

Aprendizaje Cooperativo 

 

    Se puede definir el aprendizaje cooperativo como la metodología activa de enseñanza más utilizada por el profesorado para optimizar el aprendizaje, promoviendo la creación de relaciones personales y hábitos de trabajo positivos que fomenten la autoestima y el bienestar individual y grupal. (Montero, 2018)

 

    Se origina en 1990, como respuesta a la crisis del rendimiento educativo y la socialización, el Aprendizaje Cooperativo se alza como un requisito indispensable para desarrollar las competencias académicas, afectivas y sociales. (Pegalajar, & Colmenero, 2013)

 

    Además, esta metodología ayuda a la optimización de la socialización, autonomía y solidaridad, creando conexiones entre aprendizajes teóricos y prácticos (Johnson, Johnson, & Holubec, 1999; Pujolás, 2008; Velázquez, 2015). Favorece el incremento de éxitos académicos y el fomento de aspectos cognitivos, gestión de conflictos y habilidades de trabajo en grupo.

 

Estructura Cooperativa 

 

    Dentro de la estructura cooperativa de aprendizaje cada alumno alcanza sus objetivos sí, y solo sí, el resto de sus compañeros de grupo lo alcanzan también (Johnson, Johnson, & Holubec, 1999). El hecho de compartir objetivos hará que los estudiantes se esfuercen y trabajen juntos para mejorar su propio aprendizaje y el de los demás. Existe un gran esfuerzo con la intención de tener un gran rendimiento, pero también para que sus compañeros lo hagan. Como señala Pujolás (2008), la cohesión de grupo es una condición necesaria, aunque no suficiente para que se produzca el aprendizaje cooperativo, por lo que el agrupamiento de los estudiantes debe ser totalmente flexible.

 

    Se puede definir el Aprendizaje Cooperativo como el uso de pequeños grupos, generalmente heterogéneos, donde los alumnos trabajan juntos para mejorar su aprendizaje y el de los demás.

 

    Algunas de las características de la estructura cooperativa son:

  • El alumnado comparte una meta común.

  • Comprenden que su rendimiento no depende solo de ellos mismos, sino también de sus compañeros.

  • Los éxitos de los demás son valorados como propios.

  • Existe una interdependencia positiva entre los logros de los alumnos.

    El objetivo principal de la estructura cooperativa del aprendizaje es la instrucción de miembros de la clase para trabajar en grupos pequeños y generalmente heterogéneos de forma que desempeñen adecuadamente las tareas asignadas y se preocupen, al mismo tiempo, de que los demás componentes de sus grupos lo hagan también. Como afirma Ruiz Omeñaca (1999) este tipo de aprendizaje favorece un aprendizaje de valores dentro del alumnado.

 

    La cooperación es máxima entre los miembros de un mismo grupo en tanto y en cuanto sus objetivos son interdependientes. La cooperación puede extenderse a la clase entera (mediante procesos de cooperación intergrupal que aseguren que todos los alumnos de la clase hayan aprendido el material asignado) y a la escuela (mediante procesos de cooperación interpersonal o de grupo de apoyo.

 

    La interacción que se produce durante las actividades, los alumnos estimulan el éxito de los demás y el suyo propio. Discuten los materiales con sus compañeros, explican cómo mejorar las actividades, escuchan las explicaciones del otro, se alientan para rendir más y se proporcionan ayuda. Este patrón de interacción se manifiesta tanto dentro de un mismo grupo como entre los diferentes grupos que se forman durante las actividades.

 

    Por último, para la evaluación de resultados se emplea un sistema de estudio y evaluación basado en criterios. El acento está puesto tanto en el progreso individual como en el grupal, teniendo en cuenta la colaboración con el resto de compañeros y el nivel de implicación para la consecución de un objetivo común.

 

Componentes del aprendizaje cooperativo 

 

    Los componentes esenciales de aprendizaje cooperativo según Johnson, Johnson, & Holubec (1999) son:

  • Interdependencia positiva. Los alumnos entienden que su trabajo beneficia a sus compañeros y viceversa, todos aúnan esfuerzos, ofrecen ayuda, comparten recursos y celebran el éxito juntos, lo cual favorece la integración de nuevos compañeros recién llegados a un grupo. (Rohnke, & Butler, 1986)

  • Interacción promotora. Animar en lugar de insultar, incluir en vez de discriminar, y pensar en términos de equipo no como una actuación individual. Admitiendo que se está aprendiendo y, por tanto, se puede fallar y la importancia de identificar el error y ayudar a corregirlo. La interacción promotora se da como resultado la ayuda entre personas, el intercambio de recursos necesarios, el procesamiento eficiente de la información, el debate de ideas y razonamientos, el consenso de soluciones, el desarrollo de la empatía y la confianza y la motivación para esforzarse por el beneficio mutuo y la continua retroalimentación para mejorar el proceso.

  • Responsabilidad personal. Cada uno se esfuerza al máximo en su acción o tarea asignada y en los objetivos propuestos para beneficiar al grupo, nadie elude su compromiso y nadie se escuda en otras personas. Pero hay una gran pregunta dentro del ámbito docente ¿Cómo se puede promover la responsabilidad personal? Para ello se pueden formar grupos reducidos para evitar que el alumnado se escude en otros compañeros, mediante la realización de valoraciones para saber quién está alcanzando los objetivos asignados, a partir de la observación y registro de la participación de cada integrante y mediante la explicación de los alumnos sobre lo que han aprendido.

  • Habilidades interpersonales y de grupo. Es necesario el aprendizaje tanto de contenidos académicos como habilidades interpersonales. Todo el campo de acción de las dinámicas de grupo, se basa en la premisa de que las habilidades sociales son la clave de la productividad del mismo. Cada persona aporta su esfuerzo al logro global, donde los estudiantes deben escuchar a los compañeros, respetando las diferentes propuestas y adoptando la que mejor convenga a cada persona. (Tercedor, 2001)

  • Autoevaluación. Reflexión sobre la acción grupal para conocer y describir qué acciones resultaron útiles y cuáles no, para decidir qué conductas deben cambiarse y cuáles no. La idea que subyace en este planteamiento es el conocimiento de uno mismo para saber qué es lo que se puede llegar hacer. (Fernández-Rio, Rodríguez, Velázquez, & Santos, 2013)

¿Qué se pretende con el uso del Aprendizaje Cooperativo? 

 

    Dentro del marco específico de la Educación Física, los juegos cooperativos han estado presentes en el inventario de numerosos docentes, pero gracias a la evolución metodológica que se ha impuesto, hay una evolución hacia los denominados modelos pedagógicos de los que el aprendizaje cooperativo forma parte, basados principalmente en la interdependencia del aprendizaje, la enseñanza, el contenido y el contexto. (Haerens, Kirk, Cardon, & de Bourdaudhuij, 2011)

 

    Según Crujeiras, & Cambeiro (2017) el aprendizaje cooperativo permite a los estudiantes desarrollar sus capacidades (distribución de tareas, negociación, trabajo en equipo, resolución de conflictos, toma de decisiones, habilidades de escucha y comunicación, etc.) de manera colectiva, garantizando su máximo rendimiento.

 

    Los docentes que ponderan esta metodología pretenden que sus alumnos:

  • Logren los objetivos de aprendizaje perseguidos.

  • Vean a los compañeros como referentes recíprocos.

  • Busquen soluciones grupales desde diferentes enfoques y planteamientos.

  • Desarrollen trabajo en equipo, repartiendo tareas, roles y responsabilidades.

  • Desarrollen habilidades sociales y regulación de conflictos.

  • Desarrollen aspectos afectivos, actitudes democráticas y motivación hacia el aprendizaje.

Formación de los grupos de aprendizaje 

 

    Autores como Goodyear, & Casey (2015), plantean que la implementación del aprendizaje cooperativo no se encuentra al alcance de las habilidades adquiridas por los docentes durante su formación inicial. Sin embargo, Grineski (1996) planteaba en primer lugar una modificación de las sesiones existentes para cooperativizarlas, para posteriormente crear sesiones cooperativas, donde adquiere gran importancia la formación de grupos durante las actividades, por lo que en relación al tamaño de los grupos se encuentran principalmente dos modalidades.

 

    Grupos de mayor tamaño. Este tipo de grupo tiene una serie de ventajas como: mayor número de destrezas y recursos humanos, mayor diversidad y puntos de vista dentro de un mismo grupo y la producción de un número mayor de interacciones.

Sin embargo, este tipo de grupos también presentan algunos inconvenientes como: se necesitan más habilidades sociales, hay una menor calidad en las interacciones y un mayor tiempo para la organización y gestión.

 

    Respecto a los grupos de menor tamaño las ventajas que se ofrecen son: facilidad para detectar problemas, hay una mayor responsabilidad individual y la idoneidad para tareas con poco tiempo. En cuanto a los inconvenientes que presentan, cabe destacar: hay una menor diversidad de puntos de vista y una menor profundidad de trabajo desarrollado.

 

    En cuanto a las formas de distribuir al alumnado en grupos se diferencia entre:

  • Grupos formados por el alumnado. En los se produce un agrupamiento libre en los cuales el docente puede o no poner restricciones.

  • Grupos formados por el docente. Se realizan agrupamientos por criterios de heterogeneidad, agrupamientos por distribución estratificada de rendimiento y agrupamientos en base a criterios de afinidad.

  • Grupos formados al azar. Se realizan agrupamientos por puro azar o en base a unas preferencias comunes.

  • Grupos informales. Cuando la duración es inferior o igual a una sesión de clase.

  • Grupos formales. La duración del grupo es de varias sesiones, se produce una mayor compenetración.

  • Grupos de base. Duración igual o superior a un curso académico.

Fases de acción docente 

 

    El docente como dinamizador del conocimiento tiene que tener en cuenta los intereses de los alumnos a la hora de programar las actividades de enseñanza-aprendizaje, ya que como sugiere Pellicer (2015), la Educación Física tiene una parte emocional de vital importancia. Por ello, para que transcienda más allá de las clases es necesario tener en cuenta la emociones y enseñar cómo se gestionan, siempre a través del movimiento y la vivencia en primera persona. Por lo que propone las siguientes fases durante la acción docente:

  • Fase 1. Toma de decisiones previas a la enseñanza. En ella el docente tiene que realizar acciones como, especificación de objetivos, decidir el tamaño de los grupos, elegir el método de trabajo, asignar roles dentro de cada grupo y la planificación de materiales.

  • Fase 2. Explicar la tarea y estructura cooperativa. Explicación sobre qué y cómo realizar la actividad, el nivel de desempeño de cada uno de los componentes, informar de la necesidad de la interdependencia positiva y del compromiso personal, así como la definición de las conductas deseadas.

  • Fase 3. Controlar e intervenir. Mediante la supervisión y control de los grupos, interviniendo cuando sea necesario, proporcionando aclaraciones grupales o individuales.

  • Fase 4. Evaluar y procesar. Donde se procede a la evaluación de la cantidad y calidad del aprendizaje, favoreciendo la reflexión tanto grupal como individual, además el docente debe proporcionar planes de mejora y motivar mediante los aspectos positivos más destacados.

Evaluación del Aprendizaje Cooperativo 

 

    Se hace necesario un estudio comprensivo, ordenado y riguroso que proporcione modelos y técnicas adecuadas para el conocimiento de los progresos de la acción docente, donde se dé a conocer la capacidad, aptitudes y madurez de los alumnos, así como el grado y ritmo con que se asimila la enseñanza y las dificultades que la obstruyen. (Blázquez, 2006)

 

    Para el proceso de evaluación siguiendo a Blázquez (2017), se busca la utilización de una evaluación formativa, donde se tiene en cuenta los tres aspectos claves durante este proceso como son alumnado, proceso y docente.

 

    Para la evaluación de este tipo de estructuras se puede utilizar:

  • Reflexiones sobre las acciones desarrolladas, individuales y grupales, mediante paneles reflexivos o dianas de grupo.

  • Carpetas. En ellas se reúne y organizan las acciones realizadas, argumentando y justificando el trabajo desarrollado.

  • Observaciones. Basadas en planillas previamente elaboradas, incluso por el alumnado.

  • Cuestionarios. Por parte del docente, en la búsqueda de actitudes observadas.

  • Entrevistas. En pro de obtener informaciones de elementos ocultos

  • Diarios. Reflejando sensaciones, observaciones personales y opiniones.

Conclusión 

 

    En la actualidad, dentro del área de Educación Física se buscan nuevas estructuras metodológicas que tengan en cuenta las características de los alumnos, los recursos de los que se disponen, los contenidos a tratar, objetivos a alcanzar y la adquisición de competencias básicas. Por lo que aparecen nuevas metodologías con la intención de hacer frente a los modelos pedagógicos de la enseñanza tradicional, donde los componentes del grupo dependen unos de otros para aprender el contenido que se trabaja. (Aronson, 1978)

 

    Siguiendo a Devís, & Peiró (1992), el aprendizaje cooperativo se postula como un gran camino para conseguir el desarrollo integral y autonomía del alumnado, ya que esta metodología permite cambios durante el transcurso de cualquier tarea en función de las respuestas de los alumnos y de las variaciones del entorno. Además, se favorece que el alumnado se acostumbre a trabajar unos con otros en cualquier momento de la clase. (Dyson, & Casey, 2016)

 

    Durante las últimas décadas, el aprendizaje cooperativo se ha utilizado tanto en ámbitos educativos tanto formales como informales y en todas las áreas de conocimiento, adquiriendo gran importancia en el área de Educación Física. Según Agüero (2013) el uso de esta metodología busca fomentar las relaciones humanas de manera positiva, así como una mejor integración dentro de la sociedad, promoviendo la adquisición de valores como, respeto, solidaridad y cooperación, por lo que se consigue que el alumnado piense más en ayudar a otros compañeros y en favorecer el éxito del grupo.

 

    Por lo tanto, lo que se busca es mejorar el aprendizaje de los alumnos, posibilitando el avance del alumnado a nivel social y emocional y, a la vez atraerlos de una manera diferente y motivadora hacia la asignatura. (Milana, 2018)

 

    Por último, se remarca la importancia de esta metodología a la hora de resolver algunos de los problemas actuales en el ámbito educativo como: el abandono escolar, la relación entre alumnado-profesor, el acoso escolar, la discriminación, el sexismo y el racismo. Por ello se considera que dentro del entorno escolar es una herramienta excelente para la consecución de competencias básicas.

 

Referencias 

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 25, Núm. 271, Dic. (2020)