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ISSN 1514-3465

 

Fundamentación teórica del aprendizaje de la coordinación motriz

Theoretical Foundation of Motor Coordination Learning

Fundamento teórico da aprendizagem da coordenação motora

 

Noel Fernando Mejía Mejía

nmejia61@hotmail.es

 

Licenciado en Educación Física. Máster en Entrenamiento deportivo

Doctorante en Ciencias de la Cultura Física. Universidad Manuel Fajardo, La Habana, Cuba

Entrenador de baloncesto (formación)

Docente de la Carrera de Educación Física

Miembro Sub Comisión Curricular de la Carrera de Educación Física

Coordinador área de Baloncesto de la Carrera de Educación Física

de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras

(Honduras)

 

Recepción: 07/04/2020 - Aceptación: 22/08/2020

1ª Revisión: 27/07/2020 - 2ª Revisión: 11/08/2020

 

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Cita sugerida: Mejía Mejía, N.F. (2020). Fundamentos teóricos del aprendizaje de la coordinación motriz. Lecturas: Educación Física y Deportes, 25(271), 154-161. Recuperado de: https://doi.org/10.46642/efd.v25i271.2123

 

Resumen

    En la formación de la capacidad motora, tanto las capacidades condicionales como las coordinativas son componentes esenciales. Sin embargo, frecuentemente se considera que la coordinación motriz, al igual que las capacidades condicionales, se desarrolla. El objetivo del presente artículo es fundamentar la adquisición de la coordinación motriz como un producto del aprendizaje por parte de los distintos componentes responsables de la regulación y conducción de la acción motriz, no del desarrollo. Por medio de la aplicación de los métodos teóricos: analítico-sintético, deductivo-inductivo, se concluye que la adquisición de la coordinación motriz es producto de las conexiones interneuronales a través de las cuales se procesa la información que es almacenada en la memoria neuromuscular para la formación de la imagen del gesto motor y su reproducción o ejecución. Por tal motivo es pertinente afirmar que la coordinación motriz se aprende.

    Palabras clave: Aprendizaje. Desempeño psicomotor. Capacidades coordinativas.

 

Abstract

    In the formation of motor capacity, both conditional and coordinative capacities are essential components. However, motor coordination, like conditional abilities, is often seen to develop. The objective of this article is to support the acquisition of motor coordination as a product of learning by the different components responsible for the regulation and conduction of motor action, not development. Through the application of theoretical methods: analytical-synthetic, deductive-inductive, it is concluded that the acquisition of motor coordination is the product of interneuronal connections through which the information that is stored in neuromuscular memory is processed to the formation of the image of the motor gesture and its reproduction or execution. For this reason it is pertinent to affirm that motor coordination is learned.

    Keywords: Learning. Psychomotor performance. Coordination abilities.

 

Resumo

    Na formação da capacidade motora, tanto as capacidades condicionais quanto as de coordenação são componentes essenciais. No entanto, a coordenação motora, assim como as habilidades condicionais, costuma ser considerada desenvolvida. O objetivo deste artigo é fundamentar a aquisição da coordenação motora como produto da aprendizagem dos diferentes componentes responsáveis ​​pela regulação e condução da ação motora, e não pelo desenvolvimento. Através da aplicação dos métodos teóricos: analítico-sintético, dedutivo-indutivo, conclui-se que a aquisição da coordenação motora é o produto das conexões interneuronais através das quais as informações armazenadas na memória neuromuscular são processadas para a formação da imagem do gesto motor e sua reprodução ou execução. Por isso é pertinente afirmar que se aprende a coordenação motora.

    Unitermos: Aprendizagem. Desempenho psicomotor. Capacidades de coordenação.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 25, Núm. 271, Dic. (2020)


 

Introducción 

 

    La capacidad motora reúne el conjunto de habilidades con las que es posible llevar cabo determinada acción dictada por un objetivo en concreto. Tradicionalmente se divide a dicha capacidad en dos grandes componentes: las capacidades condicionales y las capacidades coordinativas. (Meinel, 1987)

 

    Las capacidades condicionales son las capacidades mediadas por los distintos procesos energéticos (Peregot, & Delgado, 2018), entendidas básicamente como las cualidades físicas de fuerza, resistencia y velocidad (Blanco, 2015), cuyo desarrollo está supeditado al acondicionamiento físico y en gran medida a la carga genética (Martin, Carl, & Lehneryz, 2016). Por ello en la teoría del entrenamiento dichas capacidades son tomadas como concionantes del rendimiento deportivo. (Blanco, 2015)

 

    Al mismo tiempo, las capacidades coordinativas son esenciales para el rendimiento deportivo y son definidas como las capacidades determinadas por la coordinación, así como por los mecanismos que regulan y dirigen el movimiento (Weineck, 2005). Respecto a la importancia de las mismas se destaca que "cuanto mayor es su nivel, mayor es la velocidad y eficacia con que se aprenden movimientos nuevos y difíciles" (Weineck, 2005, p. 399). Estas capacidades coordinativas son: capacidad de acoplamiento, capacidad de diferenciación, capacidad de equilibrio, capacidad de orientación, capacidad de ritmo, capacidad de reacción, capacidad de cambio, capacidad de adaptación, capacidad de conducción (Vargas, 2007). Por ello es coherente establecer que las capacidades coordinativas son la expresión en conjunto de la coordinación motriz, entendida como “la posibilidad de ejecutar acciones que implican una gama diversa de movimientos, lo que implica contraer grupos musculares diferentes e inhibir otros” (Antoranz, & Villalba 2010, p. 241). En tal proceso se integran y combinan distintos movimientos de cada segmento corporal involucrado en la acción motriz, donde se regulan las fuerzas producidas tanto en su intensidad, como en su tiempo de acción.

 

    El objetivo de la presente revisión es fundamentar teóricamente la concepción de la coordinación motriz como un producto del aprendizaje por parte de los distintos componentes responsables de la regulación y conducción de la acción motriz.

 

Métodos 

 

    Los métodos teóricos: analítico-sintético, deductivo-inductivo, fueron aplicados al estudio de los principales referentes en el control y aprendizaje motor. La metodología fue dirigida a establecer conexiones entre los distintos conceptos, postulados y teorías que explican los procesos coordinativos que subyacen en el aprendizaje de un gesto deportivo.

 

Resultados y discusión 

 

    Se define el aprendizaje como “un cambio relativamente permanente en la conducta, en las asociaciones o representaciones mentales como resultado de la experiencia”. (Ormrod, 2005, p. 5)

 

    Estas experiencias se dan en el cotidiano contacto con el entorno, y las mismas se registran como sensaciones internas y externas que eventualmente se transforman en conocimientos y habilidades necesarias para el desempeño en distintos ámbitos de la vida. En el proceso de aprendizaje de un gesto deportivo, tales sensaciones son igualmente procesadas en la memoria, en la que, mediante una amplia red neuronal se produce el aprendizaje básicamente en tres fases: adquisición, consolidación y retención. (Thomas et al., 2016)

 

    Precisamente, en la mencionada fase de consolidación, tiene lugar la memoria motriz (Hodges, & Williams, 2019). Fernández Manero (2017), explica como en la construcción de la memoria motriz, nuevos movimientos de distintos segmentos corporales son relacionados con movimientos previamente aprendidos e igualmente cada movimiento forma parte de una secuencia.

 

    Entendiendo que no todo lo que se aprende se recuerda; el aprendizaje y la memoria son dos procesos distintos, sin embardo ambos está íntimamente ligado, ya que la memoria “se relaciona con la capacidad para recuperar información que se ha aprendido previamente”. (Ormrod, 2005, p. 212)

 

    Martin et al. (2016) exponen a la coordinación motriz como una de las fases para la adquisición de una destreza motriz. De la misma forma los citados autores, introducen el concepto de engramas, concibiéndolo como las conexiones interneuronales donde se almacena toda la información adquirida del aprendizaje. Lo anterior, es conocido como la memoria neurobiológica, en la que se almacenan las experiencias y percepciones para la formación de la imagen mental del gesto motor. (Guyton, 2010)

 

    Grosser (1991), citado por Mejía (2020, p. 113), define a la coordinación motriz como la “organización de todos los procesos parciales de un acto motor en función de un objetivo motor preestablecido. Dicha organización se ha de enfocar como un ajuste entre todas las fuerzas producidas, tanto internas como externas, considerando todos los grados de libertad del aparato motor y los cambios existentes de la situación".

    Por su parte, Zhelyazkov (2001, p. 286) define a la técnica deportiva como “un sistema especializado de acciones simultaneas y consecutivas orientadas hacia una organización racional de las fuerzas internas y externas que influyen sobre el deportista, así como hacia su más compleja utilización para solucionar una tarea motriz concreta”.

    En ambas definiciones se evidencian puntos coincidentes, básicamente debido a que en la ejecución de un gesto técnico-deportivo subyacen una serie de procesos dirigidos a coordinar (ordenar) acciones, movimientos, fuerzas y estructuras implícitas en la acción. Por ello se deduce que la coordinación motriz, al igual que la técnica deportiva, también se aprende.

 

    Así lo plantean distintos autores:

    "La coordinación motriz es el resultado de un proceso de aprendizaje, por el cual las estructuras anatómicas responsables del control del movimiento modifican sus funciones, registrando en el sistema nervioso central los patrones del movimiento para la formación de la memoria motriz". (Verkhoshansky, 2018)

 

    “En el primer plano del entrenamiento de las capacidades coordinativas se encuentra el aprendizaje y el dominio de destrezas motoras nuevas y multilaterales, y de los componentes de éstas.” (Weineck, 2005, p. 488)

 

    “En general, debe distinguirse claramente entre la adaptación morfológica y funcional y las transformaciones del sistema nervioso central producidas por el ejercicio y el aprendizaje, así como la optimización funcional neuromuscular”. (Huter-Becker, Schewe, & Heipertz, 2006, p. 290)

 

    “El aprendizaje de la coordinación se sitúa entre los 10 y 12 años, así como entre los 14 y 18 años”. (Huter-Becker et al. 2006, p. 297)

Etapas del aprendizaje de la coordinación motriz 

 

    Anteriormente se mencionó la adquisición, la consolidación y la retención, como las fases para la formación de la memoria. Análoga e implícitamente, el aprendizaje de los gestos motores complejos transita por tres etapas:

    Etapa multilateral: Se amplía el repertorio de movimientos que propician la adquisición de habilidades básicas, predomina la coordinación gruesa (Weineck, 2005), consecuentemente se observa “actividad muscular superflua más o menos importante, gran gasto de energía, alto grado de control consciente” (Huter-Becker et al., 2006, p. 291). Este estadio también se conoce como etapa cognitiva, ya que por medio de la verbalización y la observación el atleta conoce y comprende los elementos estructurales del gesto motor. (Alarcón et al., 2018)

 

    Etapa de la preparación general: “Interesa aquí el refinamiento progresivo de las técnicas deportivas, relacionado con una preparación física general” (Weineck, 2005. p. 502). El movimiento se realiza con menor control de la conciencia y una mejor coordinación inter e intramuscular.

 

    Etapa de estabilización: la característica principal de esta etapa es la automatización del movimiento, alcanzando en la ejecución de los mismos un alto nivel en la coordinación fina. Esto evidencia que el mismo control de los movimientos está dirigido por los centros inferiores del encéfalo (tálamo, bulbo raquídeo, cerebelo), lo que permite a la corteza cerebral ocuparse de los elementos situacionales del juego para generar la toma de decisiones acorde a dichas situaciones (Alarcón et al., 2018). Suarez et al. (2013), señalan la disponibilidad variable del gesto motor, en la que el movimiento es ejecutado de manera exitosa aún en condiciones complejas y poco habituales.

 

Orientaciones generales para la dirección del proceso de aprendizaje de la coordinación motriz 

 

    El proceso de aprendizaje de la coordinación debe ir dirigido al desarrollo de la percepción y el análisis de los movimientos propios a través de la propiocepción, así lo señala Platonov (2001), “es indispensable basarse en la diversidad de ejercicios, en la variedad de sus características dinámicas y espacio-temporales y en la necesidad de incorporar articulaciones concretas” (p. 359). Por su parte Verkhoshansky (2018), distingue a la formación de la imagen motriz, al entendimiento de los objetivos del gesto motor, y a la comprensión del método y del plan motor para ejecutar la acción, como factores esenciales para el aprendizaje de la coordinación motriz. De esta forma, explica Verkhoshansky, se cumple uno de los objetivos del proceso de aprendizaje de la coordinación motriz: la formación de la memoria motriz, entendida como la capacidad por parte del sistema nervioso de almacenar, recuperar (recordar) y reproducir los movimientos.

 

    La variabilidad en la ejecución motriz es un objetivo ulterior en la manifestación de la coordinación motriz. Por ello, debe proveerse de un amplio repertorio de movimientos, para que se conforme un extenso bagaje motor y sobre el cual se asimilen movimientos de mayor dificultad. Asimismo se prepara la actuación deportiva en situaciones que requieren de la reacción, la anticipación, como respuesta a los estados cambiante del entorno.

 

    Ello se sustenta en el principio que la realización de un ejercicio dirigido a la mejora de la coordinación motriz no es exclusivo para una capacidad coordinativa en particular, ya que “Todos los tipos de coordinación no se manifiestan en el entrenamiento y en la actividad competitiva en estado puro, sino en compleja interacción” (Platonov, 2001, 360). Un aspecto que se relaciona con la variabilidad es la complejidad de la tarea motriz; en este sentido el nivel de dificultad debe ser el óptimo para generar los estímulos adecuados al sistema nervioso. (Hohmann, Lames, & Letzelter, 2005)

 

Conclusión 

 

    Si bien es cierto que tanto las capacidades condicionales y coordinativas forman parte de la capacidad motora y que ambas son el producto de un proceso pedagógico y sistemático de entrenamiento, no puede considerarse que las mismas son semejantes en cuanto su adquisición; las capacidades condicionales son producto de las adaptaciones morfológicas y funcionales, por lo que es correcto utilizar el término: desarrollo físico. En cambio la coordinación motriz es producto de las conexiones interneuronales a través de las cuales se procesa la información que es almacenada en la memoria neuromuscular y corteza cerebral para la formación de la memoria motriz, la imagen del gesto motor y su reproducción. Por tanto, partiendo del término aprendizaje motor, es pertinente considerar que la coordinación motriz se aprende.

 

Referencias 

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 25, Núm. 271, Dic. (2020)