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ISSN 1514-3465

 

Parámetros morfo-funcionales básicos del

rendimiento atlético evaluados en los deportes

Basic Morpho-Functional Parameters of Athletic Performance Evaluated in Sports

Parâmetros morfo-funcionais básicos de desempenho atlético avaliados em esportes

 

Esp. Miguel Angel Araujo Rivas*

migmaar@hotmail.com

Dr. Antonio José Hernández Guerrero**

antonioj.hernandezg@gmail.com

 

*Licenciado en Educación, mención Educación Física, Deportes y Recreación (U.L.A.)

Especialista en Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo (U.L.A.)

Dpto. de Educación Física, Facultad de Humanidades y Educación (U.L.A.)

Profesor Asistente de Fisiología del Ejercicio y de Fundamentos Científicos del Entrenamiento Deportivo (U.L.A.)

Coordinador del Laboratorio de Fisiología del Ejercicio

del Centro de Ciencias Aplicadas al Deporte (U.L.A.)

**Licenciado en Educación, mención Educación Física, Deportes y Recreación (U.L.A.)

Maestría en Biomecánica (U.P.E.L.)

Doctor en Educación (U.L.A.)

Dpto. de Educación Física, Facultad de Humanidades y Educación (U.L.A.)

Profesor Titular de Biomecánica (U.L.A)

Coordinador del Laboratorio de Biomecánica

del Centro de Ciencias Aplicadas al Deporte (U.L.A.)

Coordinador de la Maestría en Biomecánica (U.L.A.)

Coordinador del Doctorado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (U.L.A.)

(Venezuela)

 

Recepción: 09/09/2019 - Aceptación: 02/12/2020

1ª Revisión: 26/06/2020 - 2ª Revisión: 06/10/2020

 

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Cita sugerida: Araujo Rivas, M.A., y Hernández Guerrero, A.J. (2021). Parámetros morfo-funcionales básicos del rendimiento atlético evaluados en los deportes. Lecturas: Educación Física y Deportes, 25(273), 175-190. https://doi.org/10.46642/efd.v25i273.1645

 

Resumen

    El rendimiento atlético es multifactorial, pero se sustenta en la preparación física, que comprende un conjunto de parámetros (componentes, factores) morfo-funcionales o físicos, los cuales se valoran por pruebas y mediciones. Aunque los deportes demandan de entrenamiento y pruebas específicas, existen pruebas básicas que conciernen a la mayoría de los deportes, que deben valorarse considerando los datos normativos y descriptivos de las pruebas, en función de la edad y el deporte. El objetivo del artículo fue determinar y reseñar los parámetros morfo-funcionales básicos que requieren ser medidos y valorados en la mayoría de los deportes e indicar aspectos a considerar del contenido de las pruebas físicas, para lo cual se realizó una revisión bibliográfica. Los parámetros morfo-funcionales determinados abarcan la antropometría, composición corporal, fuerza máxima, potencia y resistencia muscular, capacidades anaeróbica y aeróbica, velocidad, agilidad, flexibilidad, y balance y estabilidad. Se concluye que es fundamental que los atletas y entrenadores procuren desarrollar estos parámetros, valorarlos y conseguir un nivel apropiado en cada uno, a fin de favorecer el desempeño en las tareas motoras del deporte. Cualquier prueba que valore cada factor morfo-funcional del rendimiento debe suministrar información, confiable y válida, que permita guiar el proceso de entrenamiento y seleccionarse en concordancia al análisis metabólico, de movimientos y de lesiones en el deporte, el nivel, la edad y género del deportista, además en función del equipamiento disponible y los factores ambientales.

    Palabras clave Rendimiento atlético. Deportes. Pruebas de capacidad física.

 

Abstract

    Athletic performance is multifactorial, but it's based on physical preparation, which comprises a set of morpho-functional or physical parameters (components, factors), which are assessed by tests and measurements. Although sports demand specific training and tests, there are basic tests that concern most sports, which should be assessed considering the normative and descriptive data of the tests, depending on age and sport. The aim of this article was to determine and review the basic morpho-functional parameters that need to be measured and assessed in most sports and indicate aspects to consider for the content of the physical tests, for which a bibliographic review was conducted. The morpho-functional parameters determined include anthropometry, body composition, maximum strength, power and muscular endurance, anaerobic and aerobic capacities, speed, agility, flexibility, and balance and stability. In conclusion, it's essential that athletes and coaches try to develop these parameters, assess them and achieve an appropriate level in each one, in order to promote performance in the motor tasks of sport. Any test that assesses each morpho-functional factor of performance must provide reliable and valid information to guide the training process and to be selected in accordance with the metabolic, movement and injury analysis in sport, level, age and gender of the athlete, also depending on the available equipment and environmental factors.

    Keywords: Athletic performance. Sports. Physical fitness tests.

 

Resumo

    O desempenho atlético é multifatorial, mas é baseado na preparação física, que compreende um conjunto de parâmetros morfofuncionais ou físicos (componentes, fatores), que são avaliados por testes e medidas. Embora os esportes exijam treinamentos e testes específicos, existem testes básicos que dizem respeito à maioria dos esportes, que devem ser avaliados considerando os dados normativos e descritivos dos testes, dependendo da idade e do esporte. O objetivo do artigo foi determinar e revisar os parâmetros morfofuncionais básicos que precisam ser medidos e valorizados na maioria dos esportes e indicar aspectos a serem considerados no conteúdo dos testes físicos, para os quais foi realizada uma revisão bibliográfica. Os parâmetros morfo-funcionais determinados incluem antropometria, composição corporal, força máxima, potência e resistência muscular, capacidades anaeróbia e aeróbia, velocidade, agilidade, flexibilidade e equilíbrio e estabilidade. Conclui-se que é imprescindível que atletas e técnicos procurem desenvolver esses parâmetros, avaliá-los e atingir um nível adequado em cada um, a fim de favorecer o desempenho nas tarefas motoras do esporte. Qualquer teste que avalie cada fator morfofuncional de desempenho deve fornecer informações confiáveis ​​e válidas que permitam orientar o processo de treinamento e ser selecionado de acordo com a análise metabólica, de movimento e lesões no esporte, nível, idade e sexo do atleta, também dependendo do equipamento disponível e dos fatores ambientais.

    Unitermos: Desempenho atlético. Esportes. Testes de capacidade física.

 

Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 25, Núm. 273, Feb. (2021)


 

Introducción 

 

    El rendimiento atlético es una variable multifactorial, dado que está sujeto a una serie de parámetros (componentes, factores) morfo-funcionales o físicos -como también genéticos, psicológicos, técnicos, tácticos y ambientales- los cuales se miden y evalúan por medio de pruebas físicas realizadas a lo largo del entrenamiento. (Barbero, 2011; Bompa, y Buzzichelli, 2019; Dick, 2014; Hoffman, 2012; McGuigan, 2016a; Lorenz, Reiman, Lehecka, y Naylor 2013; Smith, 2003)

 

    Mejorar el rendimiento atlético requiere de un entrenamiento que en las primeras etapas del desarrollo deportivo a largo plazo, en el inicio de periodos de entrenamiento y en ocasiones en temporadas prolongadas, apunte hacia la preparación física general; esto se valora por pruebas físicas en las que se miden los componentes morfo-funcionales del rendimiento atlético, además de las pruebas específicas del deporte, que se seleccionan en conformidad con las exigencias psicomotoras y técnico-tácticas del deporte, y por la pertinencia con el perfil atlético específico. (Bompa, y Buzzichelli, 2019; Hoffman, 2012; McGuigan, 2016a, 2016b)

 

    De modo que se requieren realizar pruebas y mediciones físicas básicas -en las que se han reportado datos descriptivos y normativos de los parámetros morfo-funcionales en función de la edad y el deporte- que involucran a la mayoría de deportes (Dick, 2014; Hoffman, 2012; McGuigan, 2016a), pero que se pueden pasar por alto si no se consideran relevantes. Por tanto ¿cuáles son los parámetros morfo-funcionales básicos a medir y evaluar en la mayoría de los deportes?

 

    El objetivo de esta revisión fue determinar y reseñar los parámetros morfo-funcionales básicos que requieren ser evaluados en la mayoría de los deportes e indicar aspectos a considerar en el contenido de las pruebas físicas.

 

Métodos 

 

    Se realizó una investigación analítica que comprendió una revisión bibliográfica (Thomas, Nelson, y Silverman, 2015) de los parámetros morfo-funcionales básicos del rendimiento atlético, en la literatura actual publicada en los últimos 14 años (2007-2019). Cada texto se relacionó con la teoría y metodología del entrenamiento deportivo y/o a la prescripción y evaluación del ejercicio. Fueron seleccionados en base a que cada cual desarrollase dos criterios: los parámetros morfo-funcionales del rendimiento físico-atlético y su medición/evaluación. La revisión se realizó en español como en inglés.

 

    Las palabras clave empleadas en la búsqueda fueron: parámetros del rendimiento físico o atlético, medición y evaluación del rendimiento y aptitud física. En inglés: parameters of physical or athletic performance, measurements and assessment of performance y fitness. Posteriormente se realizó una revisión de cada parámetro morfo-funcional recurrente, utilizando la bibliografía seleccionada y artículos científicos.

 

Resultados 

 

    En la siguiente tabla se indican los parámetros morfo-funcionales básicos recurrentes en los textos seleccionados, descritos en 11 bibliografías revisadas que cumplieron los criterios establecidos. Subsiguientemente se reseñan los parámetros indicados.

 

Tabla 1. Parámetros morfo-funcionales básicos del rendimiento atlético, indicados y/o descritos en la bibliografía revisada

Parámetros morfo-funcionales

Frecuencia

Porcentaje

Antropometría

Composición corporal

Aptitud cardiorrespiratoria, Capacidad o Resistencia aeróbica

Capacidad o Resistencia anaeróbica

Fuerza muscular

Resistencia muscular

Potencia muscular máxima

Velocidad

Agilidad

Flexibilidad/Movilidad

Balance y estabilidad

Total

7

9

11

6

11

6

7

8

6

10

3

11

63,63%

81,81%

100,00%

54,54%

100,00%

54,54%

63,63%

72,72%

54,54%

90,90%

27,27%

100,00%

Fuente: ACSM, 2014, 2018; Bompa, y Buzzichelli, 2019; Dick, 2014; González-Ravé, Pablos-Abella, y Navarro-Valdivielso, 2014; Harman, Garhammer, y Pandorf, 2007; Heyward, y Gibson, 2014; Hoffman, 2012, 2014; McGuigan, 2016a; Miller, 2012.

 

Antropometría 

 

    Es la ciencia de la medición del cuerpo humano o la medición del tamaño y la proporción del cuerpo humano, incluye mediciones de talla, peso o masa corporal, circunferencias (tronco y extremidades), diámetros esqueléticos, longitudes segmentarias y de los pliegues cutáneos que son utilizados para estimar la composición corporal (American College of Sports Medicine [ACSM], 2014, 2018; Heyward, y Gibson, 2014).

 

    Las variables antropométricas son factores que limitan o potencian el rendimiento humano, por ejemplo, el éxito competitivo en jóvenes (13-14 años) basquetbolistas se ha asociado con ser más alto, pesado y tener un mayor porcentaje de masa muscular (Torres-Unda et al., 2013). En deportes de equipo, como en el fútbol, diferentes perfiles antropométricos son más adecuados para posiciones específicas de juego (Sporis, Jukic, Ostojicy, y Milanovic, 2009; Lago-Peñas et al., 2011).

 

    La talla y el peso son las mediciones antropométricas más comunes en los deportes, junto a los perímetros corporales (McGuigan, 2016a; Ratamess, 2012), porque son mediciones simples y económicas que no requieren mucha habilidad técnica, ni entrenamiento; usualmente utilizadas en estudios epidemiológicos y en la práctica clínica (Heyward, y Gibson, 2014).

 

Composición corporal 

 

    Hace referencia a la proporción relativa de tejido graso y tejido magro en el cuerpo y se expresa usualmente como el porcentaje de grasa corporal (ACSM, 2014). La masa corporal puede ser representada como si estuviese constituida sólo de dos componentes; uno de masa libre de grasa (MLG) y otro de masa grasa (MG), igualmente estos componentes pueden ser expresados de forma absoluta (kg) y/o relativa (%). (Heyward, y Gibson, 2014; Plowman, y Smith, 2014)

 

    La MG brinda protección corporal y sirve como aislante para conservar el calor, representa cerca del 12% de la masa corporal del hombre y 15% de la mujer. Incluye la grasa de almacenamiento y la grasa esencial; la grasa de almacenamiento está constituida por el tejido adiposo subcutáneo o grasa subcutánea y la grasa visceral que se encuentra alrededor de los órganos internos (McArdle et al., 2014; Plowman, y Smith, 2014). La grasa esencial es necesaria para el funcionamiento normal del cuerpo, representa cerca del 3% de la masa corporal total del hombre y el 12% de la mujer, se halla en la médula ósea, el sistema nervioso central, las membranas celulares, el corazón, el bazo, los pulmones, el hígado, los intestinos y los músculos (McArdle et al., 2014). En las mujeres representa un mayor porcentaje, incluye la grasa esencial específica del sexo femenino (senos, genitales, subcutánea de la parte inferior del cuerpo), lo que se relaciona con la maternidad y funciones hormonales. (McArdle et al., 2014)

 

    La MLG hace referencia a la masa de todos los tejidos corporales, excluyendo a la grasa (Kraemer et al., 2012b), representa la masa de los músculos, los huesos, la piel, la sangre y los órganos, de manera que los compuestos químicos representativos de la MLG comprenden el agua, las proteínas y los minerales (McArdle et al., 2014; Plowman, y Smith, 2014).

 

    Los métodos utilizados para evaluar la composición corporal implican estimaciones indirectas (las directas son realizadas en cadáveres) que se realizan por medio de la medición de pliegues cutáneos, la impedancia bioeléctrica, el pesaje hidrostático, la pletismografía por desplazamiento de aire, la Absorciometría Dual de Rayos X (DEXA, siglas en inglés) o a partir de la combinación de los resultados de la medición de la masa corporal, talla, perímetros y diámetros óseos, y otros métodos menos frecuentes en el deporte (ACSM, 2018; Kraemer et al., 2012b; McArdle et al., 2014, Plowman, y Smith, 2014). Los métodos más accesibles para estimar la composición corporal incluyen los pliegues cutáneos, la impedancia bioeléctrica y la combinación de medidas mencionadas.

 

Fuerza muscular máxima 

 

    Se define como la máxima cantidad de tensión que un músculo o grupo muscular puede generar, en un patrón de movimiento específico a una velocidad específica (Knuttgen, y Kraemer, 1987; Fleck, y Kraemer, 2014), también, la capacidad del músculo o grupo muscular para ejercer fuerza (tensión) en un esfuerzo máximo contra una resistencia, de modo que medir este parámetro precisa del mayor esfuerzo muscular en movimientos que relativamente son lentos o de baja velocidad. (McGuigan, 2016a; Fleck, y Kraemer, 2014)

 

    Puede valorarse a través de pruebas dinámicas, estáticas o isocinéticas (acción muscular a velocidad angular constante), esta última requiere de máquinas costosas, que se pueden hallar en centros de rehabilitación física o de alto rendimiento (ACSM, 2014). En atletas, generalmente se valora por medio de pruebas dinámicas de una repetición máxima (1RM), que consisten en levantar la máxima cantidad de peso haciendo una repetición completa, en un ejercicio específico, utilizando la técnica correcta (Fleck, y Kraemer, 2014). Es común que los ejercicios de estas pruebas involucren grandes grupos musculares, tanto para la parte superior del cuerpo (ej. press de banca), como para la parte inferior (ej. sentadillas o press de piernas), para llevarlas a cabo es necesario contar con pesos libres o máquinas de resistencia. (ACSM, 2014; Hoffman, 2012)

 

    La valoración estática se realiza por medio de transductores de fuerza, dinamómetros de agarre o de tensiómetros de cable (ACSM, 2014; McGuigan, 2016a). El test de dinamometría de agarre es práctico, relativamente accesible, fácil de llevar a cabo, toma poco tiempo y aunque es controvertido como medida confiable de la fuerza general, parece ser más apropiado como medida de fuerza de la extremidad superior y como signo de debilidad general, puesto que ha sido una herramienta útil para diagnosticar fragilidad, sarcopenia y malnutrición, especialmente en adultos mayores. (Bohannon, 2019; Kraemer et al., 2012b)

 

Potencia muscular máxima o anaeróbica (fuerza a alta velocidad) 

 

    Consiste en ejercer fuerzas musculares elevadas en movimientos de alta velocidad, por lo que predomina el metabolismo anaeróbico, principalmente el sistema de los fosfágenos, es decir, el adenosín trifosfato (ATP) y la fosfocreatina (FC) (Harman et al., 2007; McGuigan, 2016a). La potencia muscular es fundamental o el factor más importante del rendimiento en deportes en los que predomina el metabolismo anaeróbico, puesto que en ellos se ejercen fuerzas elevadas por medio de acciones musculares rápidas. (Arnason et al., 2004; Bompa, y Buzzichelli, 2019; Lorenz et al., 2013; Stone et al., 2006)

 

    Debido a que la potencia o ritmo de trabajo es el producto de la interacción entre la fuerza y la velocidad, estos dos componentes deben entrenarse a lo largo de un programa periodizado; así, para incrementar la potencia se recomienda entrenar con cargas altas mayores de 80% de 1RM y entrenamientos tipo balísticos (pliométricos) o de alta velocidad (Kraemer et al., 2012b).

 

    Las pruebas de valoración de la potencia, hechas en laboratorio o el campo, son anaeróbicas alácticas, su duración es de unos pocos segundos, se realizan a máxima velocidad y se pueden cuantificar mediante el peso de 1RM en ejercicios dinámicos explosivos (ej., envión, arranque, empuje de hombros), la distancia de un salto vertical u horizontal, de un lanzamiento con balón medicinal o el tiempo en subir determinado número de escaleras. (McGuigan, 2016a; Peterson, 2012)

 

Resistencia muscular 

 

    Es la capacidad de un músculo o grupo muscular de realizar contracciones repetidas contra una resistencia submáxima durante un tiempo prolongado (McGuigan, 2016a; Heyward, y Gibson, 2014); también, la capacidad de producir repetidamente fuerza o torque en contra de una resistencia submáxima externa; igualmente, la capacidad de mantener un nivel requerido de fuerza submáxima con una postura específica por el mayor tiempo posible, por lo que implica la capacidad de resistir la fatiga muscular. (Moir, 2012)

 

    Es fundamental para el rendimiento en deportes que requieren la realización de múltiples acciones musculares de alta intensidad relativa, por ejemplo, las disciplinas cíclicas de corta y larga duración, y las acíclicas, como gimnasia y los deportes de combate. (Platonov, 2001; Stone et al., 2006)

 

    La resistencia muscular puede valorarse por medio de tests dinámicos o estáticos (ACSM, 2014; Moir, 2012). Las pruebas deben ser continuas y tener una duración de entre varios segundos a minutos, sin descansos ni movimientos corporales extraños (McGuigan, 2016a). Típicamente, la resistencia muscular dinámica es valorada, con o sin un tiempo fijo, a través de la medición del número máximo de repeticiones en diversos ejercicios calisténicos, como las pruebas de dominadas, fondos en paralelas, extensiones, flexiones del tronco o a través de ejercicios con pesos libres o maquinas apiladas usando un peso fijo (McGuigan, 2016a; Heyward, y Gibson, 2014), que se puede establecer en base a un porcentaje del peso corporal, de la fuerza muscular máxima o a un peso absoluto (Moir, 2012). No obstante, los individuos más fuertes pueden realizar un mayor número de repeticiones y más trabajo con un peso absoluto, pero al establecer un peso correspondiente a un porcentaje de la fuerza máxima, los individuos con diversos niveles de fuerza muscular serán capaces de realizar una cantidad similar de repeticiones y trabajo relativo. (Stone et al., 2006)

 

    En las pruebas estáticas se toma el tiempo de realización de acciones musculares isométricas, por ejemplo, en la cronometrada en barra el evaluado debe colgarse de una barra fija con los codos flexionados y manteniendo la barbilla sobre la barra, procurando mantenerse el mayor tiempo posible. (ACSM, 2014; Moir, 2012)

 

Velocidad 

 

    Es la capacidad de mover una extremidad o todo el cuerpo en el menor tiempo posible (Dick, 2014; Hoffman, 2014). También la capacidad de mover el cuerpo lo más rápido posible a lo largo de una distancia establecida (Triplett, 2012). Ese desplazamiento por unidad de tiempo se suele cuantificar como el tiempo empleado en cubrir una distancia determinada, que no debería ser superior a los 100 metros, puesto que distancias más prolongadas reflejan la capacidad aeróbica o anaeróbica, más que la capacidad de impulsar el cuerpo a máxima velocidad, así se evitaría o disminuiría la fase de desaceleración (McGuigan, 2016a; Triplett, 2012). Por tanto, en las pruebas de velocidad se establecen distancias de menos de 100 metros, para asegurar que la desaceleración sea baja o no se produzca (Triplett, 2012). Sin embargo, en un deporte dado, la distancia que se debe recorrer a máxima velocidad se debe examinar, para establecer la distancia más conveniente de la prueba. (Hoffman, 2014)

 

    La capacidad de correr en línea recta se puede descomponer en tres fases: aceleración, velocidad máxima y mantenimiento de la velocidad máxima; conforme a ello, para mejorar la velocidad de la carrera, esas tres fases deben ser entrenadas a lo largo de un entrenamiento periodizado y por medio de ejercicios específicos. (Bompa, y Buzzichelli, 2019)

 

Agilidad 

 

    Consiste en un movimiento rápido de todo el cuerpo con cambio de velocidad o dirección en respuesta a un estímulo específico deportivo (McGuigan, 2016b; Sheppard, y Young, 2006). La habilidad para detenerse, cambiar rápidamente de dirección y acelerar en respuesta a un estímulo externo, es esencial en deportes de cancha y campo. (Bompa, y Buzzichelli, 2019; Brown, y Khamoui, 2012; Hoffman, 2012)

 

    Aunado a la velocidad, desarrollar la agilidad requiere de una combinación de fuerza, potencia, balance, coordinación, la capacidad de reaccionar al cambio en el ambiente, que implica una compleja interacción de la interpretación visual, anticipación, reconocimiento de patrones y conocimiento de situaciones tácticas, y de una técnica correcta para frenar, acelerar y cambiar de dirección rápidamente. (Bompa, y Buzzichelli, 2019; Sheppard, y Young, 2006; Triplett, 2012)

 

    Las pruebas de agilidad, generalmente implican detener el movimiento, empezarlo y cambiar la dirección rápidamente de forma controlada, deben realizarse en superficies no deslizantes, ser de corta duración, usualmente en menos de 20 segundos, pues un recorrido prolongado puede producir fatiga muscular y afectar los resultados (Triplett, 2012). Las pruebas que no implican algún estímulo para el cambio de dirección son las cerradas o programadas, estas son realizadas en condiciones estables, en los que el evaluado conoce su recorrido; las pruebas abiertas o no programadas son menos comunes y más utilizadas como ejercicios de entrenamiento, no son predecibles, dado que la dirección es determinada por otra persona, en cuyo caso la capacidad reactiva al estímulo de cambio, el balance y la coordinación son enfatizados, pues la dirección del movimiento no puede ser anticipada. (Plisk, 2008)

 

    Las pruebas cerradas de cambio de dirección tienen la ventaja de que las condiciones pueden ser estandarizadas, tienen una mayor confiabilidad y cuentan con estándares de clasificación; por ejemplo, la Prueba T, la Pro agilidad 5-10-5 y del Hexágono. (Triplett, 2012)

 

Capacidad anaeróbica 

 

    Es la cantidad máxima de resíntesis ATP de todo el organismo por medio del metabolismo anaeróbico, durante un ejercicio máximo específico de corta duración (Green, y Dawson, 1993). Igualmente, es la tasa máxima de producción de energía en actividades de duración moderada, resultante de la combinación del sistema de los fosfágenos y del glucolítico anaeróbico (McGuigan, 2016a). El sistema glucolítico es prevalente en actividades de máxima intensidad que duran entre 20 segundos hasta unos 2 minutos (Maughan, y Gleeson, 2010). Se estima que en un ejercicio máximo continuo, el aporte energético equivalente del sistema anaeróbico y aeróbico parece encontrarse entre el primer y segundo minuto, probablemente alrededor de los 75 segundos. (Gastin, 2001)

 

    La glucolisis anaeróbica produce ácido láctico, que se disocia casi completamente en iones de hidrógeno y lactato, y parte de éste puede difundir a la sangre y ser medido, de este modo se ha observado una alta correlación entre altos niveles de lactato sanguíneo y el rendimiento en ejercicios de corta duración (Green, y Dawson, 1993; Plowman, y Smith, 2014). Sin embargo, se requiere entre 5 a 10 minutos para que el lactato sanguíneo alcance su equilibrio con respecto al muscular, por ejemplo, en una prueba de ejercicio incremental se produce un pico de lactato sanguíneo de ̴ 9mM al momento del agotamiento, pero luego de un ejercicio máximo de unos 30-120 segundos, los valores de lactato sanguíneo pueden aproximarse a su valor máximo (15-25 mM) durante los siguientes ̴ 3-8 minutos. (Green, y Dawson, 1993; Plowman, y Smith, 2014)

 

    La capacidad anaeróbica normalmente se estima indirectamente por: I) la medición de la potencia mecánica generada durante un trabajo de alta intensidad y corta duración; II) la cantidad de trabajo mecánico realizado en un tiempo específico o; III) el tiempo requerido para realizar una cantidad dada de un trabajo presumiblemente anaeróbico (Plowman, y Smith, 2014). De modo que se suele cuantificar como la cantidad máxima de potencia en actividades musculares del tren superior o inferior que duren entre 30 y 90 segundos. (McGuigan, 2016a)

 

    La prueba de laboratorio más popular es el Test Anaeróbico de Wingate realizado en el cicloergómetro, si bien, no es accesible para la mayoría de atletas y entrenadores, por tanto las pruebas de campo son la mejor opción, por ejemplo, completar distancias de entre 200 a 800 metros que tomen entre 40-120 segundos, pueden usarse como indicativo de la capacidad anaeróbica (Plowman, y Smith, 2014), por ejemplo, la prueba de carrera de ida y vuelta de 274 metros. (McGuigan, 2016a)

 

Capacidad aeróbica 

 

    También denominada potencia aeróbica, es la tasa máxima de energía que el organismo puede producir a través de la oxidación de los sustratos energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas), se expresa en forma relativa como el volumen de oxígeno consumido por kilogramo de peso corporal por minuto (mL/kg/min) o de forma absoluta en litros o mililitros por minuto (L/min o mL/min), esta última se asocia directamente con el tamaño corporal. (Heyward, y Gibson, 2014; McGuigan, 2016a)

 

    La aptitud cardiorrespiratoria se relaciona con la capacidad de realizar ejercicios dinámicos y prolongados, de moderada a alta intensidad, que involucra grandes grupos musculares, y el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) es el criterio aceptado para medir esta aptitud (ACSM, 2018; Heyward, y Gibson, 2014). El VO2máx es el reflejo más válido de la capacidad funcional para el ejercicio de resistencia cardiorrespiratorio, pues requiere de la interacción de los aparatos cardiovascular, respiratorio y neuromuscular, para transportar oxígeno hacia los músculos que se ejercitan y utilizarlo en la producción de ATP durante el ejercicio (Heyward, y Gibson, 2014; McArdle et al., 2014).

 

    La potencia aeróbica tiene una menor relevancia en el entrenamiento de deportes con predominio anaeróbico, no obstante, su valor está subordinado a la recuperación (ej., resíntesis de la FC, remoción de la acidosis metabólica y del fosfato inorgánico intracelular) entre los esfuerzos repetidos de alta intensidad y por la duración del evento (Anning, 2012; Glaister, 2005). Pese a ello, estos deportes requieren contar con una base de potencia aeróbica, la cual debe ser evaluada al inicio y al final del periodo preparatorio general. (Anning, 2012)

 

    La prueba de referencia de la capacidad aeróbica se realiza en el laboratorio e implica un ejercicio máximo continuo o discontinuo, en bicicleta o cinta ergométrica, utilizando un analizador de gases (ACSM, 2014; Heyward, y Gibson, 2014). Cuando la medición directa del VO2máx, que requiere el analizador de gases, no es factible, varias pruebas de resistencia aeróbica máximas o submáximas, realizadas en el laboratorio o en el campo, se pueden utilizar para estimar indirectamente el VO2máx (ACSM, 2018; Heyward, y Gibson, 2014; Kraemer et al., 2012b), por ejemplo, en el campo se puede realizar uno de los protocolos del Test de pasos, la carrera de 2,4 km (1,5 millas) o la Carrera de 12 minutos. (McGuigan, 2016a; Heyward, y Gibson, 2014; Kraemer et al., 2012b)

 

Flexibilidad 

 

    El grado de movimiento en el que una articulación se puede mover se llama rango de movilidad, en tanto, la flexibilidad se define como el rango (grado) de movilidad de una articulación del cuerpo (ACSM, 2014; McGuigan, 2016a) y tiene componentes estáticos y dinámicos; la flexibilidad estática es el rango de movimiento posible de una articulación y de sus músculos circundantes, durante un movimiento pasivo, en tanto la flexibilidad dinámica se refiere al rango de movimiento disponible durante movimientos activos, de manera que requiere acciones musculares voluntarias. (Jeffreys, 2016)

 

    Se ha reportado una disminución inmediata de la fuerza, potencia, velocidad y agilidad, luego de la realización de estiramientos estáticos, en vista de ello, los atletas que se preparan para actividades que requieren un nivel máximo de esfuerzo, deberían realizar, como parte del calentamiento, estiramientos dinámicos y refrenarse de realizar estiramientos estáticos, con excepción de aquellos deportes que requieren de una gran amplitud articular para su rendimiento, como la gimnasia o la danza. (Kraemer et al., 2012a; Page, 2012; Peck, Chomko, Gaz, y Farrell, 2014).

 

    Lo anterior no supone que no se deben realizar estiramientos estáticos en deportes anaeróbicos, sino que hay momentos más convenientes para realizarlos, por ejemplo: como parte del enfriamiento o dejando un mayor tiempo de separación entre ambos tipos de ejercicios o cuando en la sesión no se requieran expresiones máximas de fuerza, potencia o velocidad. (Hoffman, 2014; Kraemer et al., 2012a; Page, 2012; Peck et al., 2014)

 

    El entrenamiento de la flexibilidad incluye ejercicios estáticos, dinámicos (de movilidad), balísticos o de facilitación neuromuscular propioceptiva, no obstante, el objetivo de su entrenamiento es optimizarla en relación a la actividad física específica, puesto que un atleta más flexible no es necesariamente el que tendrá el mayor rendimiento deportivo. (Jeffreys, 2016)

 

    La flexibilidad se puede medir: I) directamente en grados; midiendo el ángulo articular con el goniómetro, flexómetro o el inclinómetro, e II) indirectamente en centímetros; si bien son más sencillos, no permiten diferenciar la articulación concreta a la que se asocia la medición, dado que implican movimientos en varias articulaciones (ACSM, 2014; Huertas-Olmedo et al., 2014). Por ejemplo, el Test de hombros o de Alcance posterior de manos, mide la amplitud de movimiento de la parte superior del cuerpo, y el Test prueba de sentarse y alcanzar mide la flexibilidad combinada de la región lumbar e isquiotibial (músculos isquiotibiales). Sin embargo, parece que tiene una mayor validez para evaluar la flexibilidad isquiotibial (Heyward, y Gibson, 2014). Otras pruebas indirectas incluyen el Test de hiperextensión de espalda, de Flop y de spagat lateral. (Huertas-Olmedo et al., 2014)

 

    Todas estas mediciones son más fiables cuando son precedidas de un calentamiento y de estiramientos estáticos; durante una prueba, el atleta debe hacer el movimiento lentamente hasta el estiramiento completo y mantener esa posición durante un mínimo de 3 segundos (Harman et al., 2007). El estiramiento balístico, caracterizado por la realización de rebotes para aumentar la amplitud de movimiento, debe estar prohibido en el calentamiento y en la prueba, y debe ser motivo de anulación del intento. (McGuigan, 2016a)

 

Balance y estabilidad 

 

    El Balance es la capacidad para mantener el equilibrio estático y dinámico o mantener el centro de gravedad corporal sobre la base de sustentación (McGuigan, 2016a). La Estabilidad es la capacidad para mantener una posición deseada (estática) o de movimiento (dinámica), a pesar de las alteraciones cinemáticas (movimiento), cinéticas (fuerzas) o de control, es decir, es la capacidad de volver a una posición o movimiento después de una alteración. (Flanagan, 2012)

 

    En base a la respuesta correctiva autonómica y al control motor volitivo, el balance y la estabilidad han ganado terreno en el deporte, especialmente en relación a la prevención y tratamiento de lesiones (Sarabon, 2012). Adicionalmente, mejorar la estabilidad articular durante los movimientos funcionales, el balance estático y dinámico, y la conciencia de movimiento o kinestesia, pretende desarrollar autoconciencia, mejorar la precisión y realizar movimientos más eficientes. (Sarabon, 2012)

Los ejercicios sensorio-motores, tradicionalmente empleados en la rehabilitación de enfermedades y de lesiones neuromusculares, incluyen los llamados propioceptivos, de estabilidad funcional articular y balance (Sarabon, 2012). Este tipo de ejercicios han tenido la finalidad de restablecer la función motora luego de lesiones (ej., tobillo y rodilla), mejorar técnicas específicas, como en deportes que requieren saltos, agilidad y equilibrio, y reducir la susceptibilidad a lesiones. (Sarabon, 2012; Hoffman, 2014)

 

    Las pruebas básicas miden el tiempo de balance estático de pie (sobre uno o ambos) con los ojos cerrados, también empleando superficies inestables o con equipos especiales. (McGuigan, 2016a)

 

Discusión 

 

    La preparación física es el fundamento del rendimiento atlético (Bompa, y Buzzichelli, 2019), de allí la importancia en mejorarla, y consecuentemente en medir y evaluar sus parámetros básicos. Algunos parámetros morfo-funcionales del rendimiento atlético son más modificables a través del entrenamiento que otros, pero todo parámetro del rendimiento debe ser medido y evaluado durante el entrenamiento (Bompa, y Buzzichelli, 2019; Hoffman, 2012; McGuigan, 2016a; Smith, 2003), puesto que en conjunto intervienen en la capacidad para responder efectivamente a diferentes demandas físicas de un deporte específico. (McGuigan, 2016a)

 

    ¿Qué utilidad tiene realizar pruebas físicas de los componentes morfo-funcionales del deporte? proporcionan datos para: identificar talentos, fortalezas y debilidades en las capacidades físicas, clasificar con fines de selección, crear un perfil atlético para un deporte, determinar niveles iniciales de aptitud física y monitorear sus cambios, establecer objetivos, orientar o ajustar cargas, evaluar la efectividad del entrenamiento, predecir el rendimiento y constituyen una herramienta para motivar y educar. (Bompa, y Buzzichelli, 2019; Dick, 2014; Hoffman, 2012; Rhea, y Peterson, 2012; McGuigan, 2016b)

 

    ¿Qué pasos se han de tomar para evaluar los parámetros morfo-funcionales básicos y específicos, a fin alcanzar los mejores resultados deportivos? Inicialmente se debe realizar el análisis de las necesidades, es decir, determinar las necesidades metabólicas, el patrón de movimientos del deporte, las lesiones comunes y el nivel de entrenamiento de los atletas, asimismo, considerar la edad y género, los factores ambientales y el material disponible; todo ello brindará la información necesaria para configurar el plan de entrenamiento y la batería de pruebas físicas más convenientes, que respondan a las exigencias motoras y al perfil atlético determinado. (Araujo, y Guerrero, 2017; Dick, 2014; Fleck, y Kraemer, 2014; Hoffman, 2012; Kraemer, Comstock, Clark, y Dunn-Lewis, 2012a; McGuigan, 2016b; Sheppard, y Triplett, 2016)

 

    Luego se podrá establecer el enfoque y requerimientos de la preparación física en relación a la resistencia cardiovascular, velocidad, fuerza, potencia y resistencia muscular, agilidad, flexibilidad, balance y estabilidad, antropometría y composición corporal del deporte (McGuigan, 2016a; Sheppard, y Triplett, 2016). Se puede verificar la pertinencia de las pruebas revisando investigaciones que han correlacionado pruebas físicas con el rendimiento de diversos deportes (Bompa, y Buzzichelli, 2019; Dick, 2014) e igualmente es esencial cerciorarse de que las pruebas seleccionadas sean confiables, válidas y específicas para el deporte. (Dick, 2014; Hoffman, 2012; McGuigan, 2016b)

 

Conclusiones 

 

    Los rendimientos atléticos elevados se fundamentan en la preparación física; los atletas y entrenadores deben procurar desarrollar, medir, valorar y obtener un nivel adecuado en cada uno de los parámetros morfo-funcionales que componen el rendimiento, a fin de favorecer el desempeño en las tareas motoras del deporte.

 

    Configurar la batería de pruebas físicas requiere en un primer paso, realizar el análisis de las necesidades deportivas y en un segundo paso, asegurarse que éstas sean confiables, válidas y específicas para el deporte particular.

 

    La antropometría, composición corporal, fuerza máxima, potencia y resistencia muscular, capacidad anaeróbica y aeróbica, velocidad, agilidad, flexibilidad, el balance y estabilidad, conforman los parámetros morfo-funcionales básicos que precisan ser medidos y evaluados por medio de pruebas físicas. Las mismas deben suministrar información que permitan guiar el entrenamiento y ser seleccionadas en concordancia al análisis metabólico, de movimientos y de lesiones del deporte, el nivel, la edad y género del deportista, además, en función del material disponible y los factores ambientales.

 

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Lecturas: Educación Física y Deportes, Vol. 25, Núm. 273, Feb. (2021)