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La transferencia de tecnología en la actividad
deportiva. Aspectos positivos y negativos

   
Universidad de Matanzas
Cátedra Latinoamericana de Teoría y Metodología de la
Educación Física y el Entrenamiento deportivo
(Cuba)
 
 
Dr. José Enrique Carreño Vega
Dr. Arcelio Fernández González

jcarrenov@yahoo.es
 

 

 

 

 
Resumen
    La transferencia de tecnología implica la adquisición de tecnología que debe satisfacer las exigencias logradas por el proceso de investigación, que la hizo accesible y aplicable.
    ¿Es ello posible de llevar a efecto en las condiciones del subdesarrollo?
    ¿Cuáles son sus características en el mundo contemporáneo?
    ¿Cómo organizar este proceso?
    Precisamente, en el presente trabajo los autores abordan las características de la transferencia de tecnología, su historicidad y condiciones actuales, en lo general de la actividad deportiva y de Cuba en particular. El acento recae en la transferencia del desarrollo al subdesarrollo.
    Finalmente, se explica el efecto de la transferencia de tecnología en esta actividad y cual ha sido su realidad en el caso cubano.
    Palabras clave: Tecnología. Transferencia. Deporte. Cuba.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004

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    Si definimos tecnología en el deporte, en su sentido más amplio, podríamos afirmar que el deporte no es otra cosa que Ciencia Aplicada. El deporte no ha sido una excepción y en el también se manifiesta la revolución científico - técnica, la transferencia de sus logros y las limitaciones de ese acto de transferir en la dinámica de las relaciones entre los países desarrollados y los subdesarrollados.

    Hoy el deporte tiene que ser Ciencia Aplicada, pues se ha llegado a rendimientos no pensados y el afán por mejorarlos continúa, para lo cual se ha ido en busca del apoyo de ciencias que contribuyan a una mejor comprensión de las metodologías y a un accionar más fino, luego entonces el deporte es un tipo especial de tecnología, aplicable y transferible como las demás.


Transferencia del desarrollo al subdesarrollo

    El desarrollo de la ciencia y la técnica, en Cuba, en todo su espectro ha estado vinculado en determinada medida a la transferencia de tecnologías provenientes de los países desarrollados. Inicialmente de los colonizadores españoles, después desde los Estados Unidos. Con el triunfo de la revolución el 1ero de Enero de 1959, el país comenzó a ser aislado del mundo capitalista por acciones desmedidas del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y se hace necesario aferrarse a las posibilidades de ayuda provenientes del campo socialista, quienes apoyaban la posición adoptada por Cuba. Esto implicó una estrecha comunicación e intercambio de todo tipo con estos países; pero se apreciaba una gran brecha entre el desarrollo tecnológico que los mismos mostraban y la miseria, el analfabetismo, así como el bajo nivel de desarrollo de la ciencia y la técnica en que habían dejado a Cuba sumida tantos años, de colonia primero y neocolonia después; quedando como imperativo la necesidad de asimilar nuevas tecnologías que permitieran alcanzar los niveles de desarrollo que exigía el momento. Ello dio lugar a cuantiosos intercambios y solicitud de asesorías que permitieran la preparación de los recursos humanos necesarios para asimilar las nuevas tecnologías, apreciándose en ello aspectos positivos y negativos.

    En Cuba, la esfera del deporte no fue una excepción y con el triunfo de la revolución se contó con la asesoría de un numeroso grupo de especialistas de los antiguos países socialistas que en muchos casos asumieron la dirección de las selecciones nacionales cubanas y crearon las cátedras de ciencias aplicadas al deporte de nuestro incipiente Instituto Superior de Cultura Física (ISCF). También, en los primeros años después de 1959, hacia dichos países viajó un numeroso grupo de técnicos cubanos para el perfeccionamiento de su formación y la realización de estudios de doctorado. Nunca podrá olvidarse, como algo emblemático, la contribución del soviético Igor Sherbonenko y el polaco Zigmeet Zabierzovkij, responsables de la gloria olímpica alcanzada por nuestros campeones Teofilo Stivenson (Boxeo) y Alberto Juantorena (Atletismo) respectivamente.

    Como dificultades de este fenómeno se pueden señalar la extrapolación de estudios, planes y programas, de normas elaboradas en adolescentes y jóvenes de otras latitudes, con otro clima, otros hábitos, costumbres, alimentación, cultura, con un desarrollo socio-económico superior; parcialmente aludidas ya aquí.

    Sin duda resultó positiva la transferencia de conocimientos sobre las diferentes ciencias aplicadas al deporte, la planificación en las diferentes disciplinas deportivas, garantía de efectividad y longevidad deportiva, etc.

    Se quiere ahora ilustrar, con dos ejemplos, las dificultades provocadas en los inicios por esta oleada de tecnología transferida de otros deportes, a fin de apreciar los daños relativos de tal transferencia cuando es indiscriminadamente realizada.

Primero. En los años sesenta los boxeadores cubanos asumieron el estilo europeo bajo la influencia de la escuela rusa, traída por técnicos de dicho país que asesoraban la selección nacional. Esto se varió en los años setenta y se sigue perfeccionando hasta hoy por los técnicos de Cuba, que han logrado una escuela propia a partir de un procedimiento creativo, simbiótico de los elementos de lo europeo y lo norteamericano, es decir que inicialmente no fue positivo; pero generó algo nuevo y con resultados positivos, coronados con el dominio a nivel mundial en esta disciplina. De todos modos, lo que generó el saldo positivo no fue la transferencia en si, sino lo que nacionalmente se hizo con ella, subjetivamente, por el factor humano que la empleó.

Segundo. El Fútbol se nutrió inicialmente de los rusos y después de los húngaros y hasta hoy el problema no ha podido ser resuelto pues la extrapolación del sistema de preparación, y del juego europeo, no se ajustan a las características idiosincrásicas y ambientales del medio latino, lo cual ha traído que el país no haya logrado un resultado importante internacionalmente en esta disciplina deportiva a lo largo de estos años.

    Sin duda que en este proceso de transferencia de tecnología se han observado y se observan todavía hoy limitaciones, al venir de países desarrollados a uno subdesarrollado como Cuba. Baste decir que la primera colaboración a corto plazo tuvo lugar en 1962 con dos especialistas soviéticos de la esfera de la Medicina Deportiva, cuando no existía todavía un centro de documentación científica del deporte, el Instituto de Cultura Física no estaba creado y, por supuesto, ni una cátedra de dicha especialidad, ni médicos con esa inclinación, además de que no se disponía de los medios técnicos necesarios, fue una colaboración obviamente desaprovechada en gran medida, pues se dispuso del "know how", pero no de los recursos humanos y materiales para asimilarlo.

    Hoy se conoce de técnicas ultra - modernas que se aplican en el deporte de países desarrollados que se divulgan a través de diferentes publicaciones especializadas y, que al utilizarlas para la investigación de los deportistas, debe limitarse su aplicación a los equipos de élite, pues los países subdesarrollados no cuenta con los recursos para hacer extensiva la técnica a los equipos juveniles y escolares. Un ejemplo lo constituye la antropología, la cual como ciencia deviene industria y tecnología.

    Los laboratorios antropológicos son caros y se organizan frecuentemente con fines de lucro, como negocios empresariales, promoviendo líneas que generan patentes, contratos, productos comercializables a un alto costo, todo lo cual limita el acceso de dichos países. Veamos como ha operado la transferencia de tecnología en la antropología deportiva:

    Sabemos que de ningún modo el impacto social de la Antropología biotipológica puede recibir igual tratamiento en países productores de ciencia (desarrollados), que en aquellos subdesarrollados.

    Es conocido, y así está expuesto en otros textos, que uno de los rasgos esenciales del sistema científico tecnológico internacional en su extrema polarización en torno al grado de desarrollo. El progreso de la Antropología no escapa de tal irregularidad, existiendo diferencias abismales entre los países desarrollados y subdesarrollados en relación con la Antropología como ciencia, en su más amplio sentido. Así se puede decir que todas las escuelas biotipológicas reconocidas internacionalmente han pertenecido a través de la historia a los "países productores", a las grandes potencias, quedando para los "consumidores" (los subdesarrollados) la única alternativa de la asimilación de esas tecnologías, con las implicaciones económicas y dependencias que la acompañan, ya sea por la adquisición de aparatura y/o de revistas especializadas al respecto que, demás está decir, también son monopolizadas por las grandes potencias. Así las escuelas biotipológicas que más llamaron la atención al tratar de establecer clasificaciones biotipológicas fueron:

    La escuela biotipológica francesa, fundada en 1928, que distinguía 4 tipos constitucionales: muscular, respiratorio, digestivo y cerebral, según la prevalencia de esas partes del cuerpo.

    La escuela biotipológica italiana; cuyo principal exponente fue Viola, clasificando la figura humana en tres categorías: microesplácnico, macroesplácnico y normoesplácnico, según la relación tronco - extremidad.

    La escuela biotipológica alemana, representada por Kretschmer, el que clasificó el físico humano en: asténico, atlético, y pícnico.

    En 1940, con Sheldon, surge la escuela biotipológica norteamericana la cual hoy día sigue siendo la que marcha al frente en la producción de conocimientos y métodos en esta esfera, por supuesto por el desarrollo socio - económico alcanzado por EUA, en gran medida a expensas del dominio neo y colonial sobre los países subdesarrollados.

    El método somatotipológico de Sheldon sufre varias críticas: la permanencia del somatotipo a través de la vida del sujeto, la subjetividad del método de análisis basado en el análisis antroposcópico de fotografías, la nomenclatura no era la adecuada al ser semánticamente improcedente en relación con lo que aspira a designar, es un método impúdico, al precisar de fotografías de sujetos desnudos; el empleo de fotografías eleva el costo de aplicación del método y, difícilmente aplicable en gran escala, pues mantenía una escala cerrada de 7 puntos para la cuantificación de cada componente del somatotipo.

    Las críticas al somatotipo de Sheldon, condujeron a Parnell a establecer nuevas medidas antropológicas que dieron buenos resultados para la evaluación de los tres componentes del somatotipo; pero mantenía algunas concepciones del somatotipo de Sheldon, como la escala cerrada de 7 puntos y la concepción de la invariabilidad del somatotipo.

    Fue entonces que Bárbara Heath y J.E.L. Carter (la primera había trabajado con Sheldon), realizando estudios somatotipológicos en hombres y mujeres dedicados a la educación física, llegan a la conclusión de que la somatotipología requería una nueva tecnología, más simple y objetiva que las anteriores con deficiencias: a) la escala de 7 puntos, la cual no era suficiente ya que encontraron que, en una serie de atletas olímpicos estudiados por Tanner en 1964, habían individuos en los cuales el componente mesomórfico era evidentemente mayor que 7. Lo mismo sucedía con los otros componentes en los estudios de Roberts y Bambridge; b) el somatotipo del individuo no era constante a través de toda la vida, ya que con una dieta especial, una enfermedad o entrenamiento físico determinado puede alterarse uno o varios componentes primarios; c) no ven la necesidad de establecer escalas para hombres y mujeres, sino que las mismas deben servir para ambos.

    Estos hechos condujeron a establecer a Heath - Carter la metodología actual del somatotipo, aun con deficiencias en las representaciones gráficas especiales y en especial en la determinación de la distancia altitudinal del somatotipo (Ross, 1989).

    Véase que, la lucha de la comunidad científica internacional por el establecimiento de una metodología somatotipológica universal, se ha dado esencialmente entre los países desarrollados, con muy poca participación de los subdesarrollados como México y Brasil (Villanueva, 1979; Riquera, 1987).

    Un tanto similar ha ocurrido en la Antropología constitucional del individuo. Disímiles son las técnicas empleadas para la determinación de la composición corporal de sujetos que practican sistemáticamente y no de actividades físico - deportivas, entre ellas: dilución de isótopos radiactivos, determinación de la densidad corporal, activación de neutrones, medición de impedancia bioeléctrica, consumo de gases solubles en grasa, excreción de la creatina en la orina, resonancia magnética nuclear, técnicas de radiación extrema en huesos y músculos, densidad óptica, especialmente antropológica; medición de dimensiones antropométricas y pliegues cutáneos (Tanner, 1986). Todas ellas requieren del empleo de aparatura costosas, que ha de importarse de los países del primer mundo, haciendo más dependientes los consumidores.

    La aparatura para determinar la estructura física, el somatotipo y la constitución corporal de los deportistas, cada día se han ido perfeccionando más en la medida en que la Antropología como ciencia ha devenido tecnología y con ello se ha incrementado no sólo la precisión de la toma de las dimensiones antropométricas, sino que a su vez su costo también lo ha hecho. Hoy la antropología moderna consta con antropómetros digitales como el Harpenden (de fabricación norteamericana) de una alta precisión, muy superiores al de tipo Martín uno de los primeros empleados en este campo.

    De igual forma toda una variedad de calibres de tecnología moderna, de altos requerimientos técnicos existen en el mercado internacional como: el Harpenden, el Best, el John Bull, Slim Guide, Langer, entre otros, necesarios para la determinación antropométrica de la composición corporal y que irremediablemente deben ser utilizados en los estudios antropológicos, pues la propia comunidad científica lo impone en sus publicaciones.

    Otro aspecto, no menos importante, el cual ya se ha mencionado, está relacionado con la monopolización de la producción de literaturas científicas especializadas en esta actividad. La literatura científica más cotizada a nivel internacional proviene de los países desarrollados y son altamente costosas.

    Actualmente, el empleo de las técnicas estadísticas multivariadas en la antropología deportiva, se convierte en una herramienta poderosa para abordar científicamente los problemas deportivos tanto desde el enfoque multidisciplinario, como para dentro de cada disciplina. Los Software y las computadoras para su utilización provienen de los países del primer mundo y de sus sucursales en terceros países.

    Se puede decir que la Revolución Científico Técnica amplió el abismo entre los países desarrollados y subdesarrollados en la comunidad científica antropológica internacional en general y la específicamente dedicada al deporte, en particular, y la dependencia de los últimos de los primeros, haciendo más endeble la posición económica del así llamado Tercer Mundo.

    Hasta la actualidad, los monopolios que poseen los paquetes tecnológicos de avanzada y que controlan su transferencia han sido uno de los medios más importantes de penetración y dominación económica impuestos a los países del Tercer Mundo.

    La transferencia de tecnología implica la adquisición de tecnología que debe satisfacer las exigencias logradas por el proceso de investigación, que la hizo accesible y aplicable.

    Otra consecuencia derivada de lo anterior, es la posición cognitiva asumida por los antropólogos del llamado Tercer Mundo, que sin emigrar de sus países (fuga de cerebros) orientan su trabajo científico, según las posibilidades y valoraciones que se generan en los países desarrollados, lo que conduce a que la producción científica sea irrelevante para el medio en que ellos viven y en favor (servicio) de las grandes transnacionales.

    De todos modos, el abismo aludido existe y crece inexorablemente. Ni la propia transferencia de tecnología - siempre es, por demás, exenta del secreto tecnológico de punta, no exportable ni cedido a nadie por los monopolios que lo poseen y controlan - garantiza la apoyatura tecnológica del deporte de alto rendimiento en las condiciones del subdesarrollo. Esa es una de las razones que impele a los deportistas destacados del así llamado Tercer Mundo a emigrar hacia países desarrollados: Ato Boldon, Ben Johnson, Kipketer,... sólo encabezan una larga constelación de estrellas del movimiento deportivo mundial que dejaron de residir en sus países de origen gracias a esas - entre otras - razones.

    Recapitulando, en favor de la transferencia de tecnología en el deporte cubano, se puede decir que ha sido beneficiosa en lo básico del despegue de la concepción científica de esta actividad, aunque en los primeros años de la Revolución se apreció que la misma degeneró en extrapolación automática e indiscriminada de sistemas de conocimientos y de metodologías de investigación, lo cual trajo consigo trastornos cuya incidencia negativa (diferente en cada deporte) resultó perniciosamente global por su alcance.

    De todos modos, la extrapolación mecánica es nociva en este, como lo es en todo contexto, pues ha diferencia de los deportistas que se forman en la específica de un deporte son notorias y, adquiere expresión en numerosas variables. Aquí no se puede ni debe transferir tecnología a ultranza, indiscriminadamente.

    Es necesario realizar investigaciones concretas con diseños adecuados y criterios científicos de selección muestral; cubanos, lo cual presupone que su empleo por los clientes estará en correspondencia con las condiciones vernáculas, expresadas en múltiples variables (tradición cultural, dieta, clima, peso y talla promedio en cada período etáreo, etc). La aplicación, en síntesis, si es en otros contextos y sea cual fuere su contenido, objeto y protagonistas; siempre debe-y tiene-que ser creadora.


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revista digital · Año 10 · N° 79 | Buenos Aires, Diciembre 2004  
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