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Una propuesta para la prevención de
la agresión desde el área de educación física

   
Trabajo Final de la Licenciatura de Educación Física
(Universidad Nacional de La Matanza)
 
 
Lic. María Julia Demaría Sciurano
majudemaria@infovia.com.ar
(Argentina)
 

 

 

 

 Resumen
    La realización de esta investigación radicó en buscar una respuesta, a un problema que es la conducta agresiva de los adolescentes en las clases de educación física.
    El presente trabajo tuvo como objetivos analizar al deporte escolar, como medio válido para que el profesor de educación física, pueda transmitir los contenidos educativos con grupos que presentan características agresivas.
    Con la ayuda de la bibliografía se abordó el problema, esbozando y acentuando el papel que el docente de educación física tiene hoy dentro de la educación.
    Palabras clave: Educación Física. Juego limpio. Deporte escolar. Competición.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 76 - Septiembre de 2004

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Introducción

    A partir de mi experiencia docente, he notado como las conductas agresivas en las clases de educación física están adquiriendo progresivamente mayor presencia. Bajo formas distintas, muchas veces encubiertas a través de un vocabulario altamente significativo (atacar, defender, contener, marcar, tirar, insultar, etc.) y otras veces presente por medio de agresiones físicas.

    En el trabajo con los alumnos del III ciclo de la E.G.B. observé que dichas actitudes agresivas se manifiestan tanto entre compañeras de curso como con el docente. Con respecto a sus pares lo hacen para medir su fuerza, demostrar su habilidad física e intentar ganar. Creando un clima de competencia, donde el alumno busca la victoria por todos los medios. Contra el docente la manifiestan no aceptando órdenes y decisiones, burlándose y queriendo transgredir las reglas establecidas, generando un desorden permanente en la clase, dificultando los procesos de enseñanza y aprendizaje en los distintos contenidos de la materia de educación física.


Desarrollo del tema

    El tema de la agresión, ha sido tratado por diversas escuelas interpretativas del comportamiento a lo largo del siglo XX. Resulta casi imposible llegar a una definición decisiva de la agresión, pues la misma recibe varias acepciones. Derivado del latín aggredi (ir hacia, acercarse, penetrar), puede considerarse a la misma como un rasgo de personalidad, un hábito aprendido o un proceso biológico.

    La agresión es una conducta aprendida a partir de modelos familiares y sociales, sostenida como un recurso válido para resolver conflictos. Se aprende a utilizarla en la familia, en la escuela, en el deporte, en los medios de comunicación. (D.G.D.C y E., 1995: 6)

    Escuelas psicológicas, principalmente entroncada en la línea del aprendizaje, estudian a la agresión no como una entidad permanente o energía latente, sino analizan a la misma como "un acto en el cual el objeto de la reacción es lesionar a otro organismo, como una reacción que descarga estímulos nocivos sobre otro organismo". (Cagigal, J.M. 1990: 20)

    En esta definición se establece a la agresión como una acción, es decir una conducta con la cual se busca causar un daño intencional al imponerse por la fuerza sobre otro organismo. Esta imposición por la fuerza se hace con una finalidad, derrotar al otro.

    La agresividad cada vez está más presente en los juegos, pues existe agresión cuando un jugador viola las reglas, discute y se burla de la autoridad del árbitro, empuja a un oponente. En su temor al fracaso llega a considerar a su adversario como enemigo que hay que abatir, recurriendo a prácticas ilegales e incluso brutales para lograr sus fines. Estos excesos se alimentan de la creciente ola de indisciplina y violencia que se han desencadenado en nuestro mundo moderno. (C.O.I. y Otros, 1985: 59)

    A continuación hemos de citar las diversas posturas y teorías que los investigadores plantean con respecto a la agresión.


1. La agresión como conducta innata

    Esta postura es sostenida por Lorenz, quien establece que, "la agresión es sana, necesaria e innata y que su ritualización o canalización sirve para neutralizar tendencias hostiles y para orientarlas hacia objetivos inocuos."(Bakker y otros, 1993: 92)

    Esta teoría se basa en un correspondiente concepto motivacional, es decir, que las personas tienen una fuente de impulsos agresivos, un empuje de agresión que se repite con una cierta regularidad. Es decir que durante la participación o la contemplación del deporte, las personas se irritan y, de una manera aceptable, se vuelven agresivas; pero al concluir la competición disminuye el impulso agresivo.


2. Agresión como conducta aprendida

    Las teorías del aprendizaje social destacan que el aprendizaje de la agresión se da a través de la observación y el reforzamiento. El más influyente postulador de esta teoría, es Bandura, quién señala que... toda conducta y por consiguiente también la conducta agresiva es aprendida por medio de la imitación y de la gratificación. Según Bandura, las conductas más agresivas resultan ser complejas y exigen un proceso de aprendizaje. El cual se lleva acabo mediante la observación y la experiencia directa. (Bakker y Otros, 1993: .94)

    Este autor expresa que la agresión es una conducta que es asimilada y aprendida través de la imitación y observación directa, lo cual exige un proceso de aprendizaje.

    Esta conducta agresiva aprendida ha sido por el hombre y concretada en un intenso repertorio de respuestas que han pasado a ser hábitos y tradiciones culturales como consecuencia de una serie de frustraciones, de presiones, debida a mil causas diversas, entre las que se destacan la opresión, la inseguridad, etc.

    Tres importantes fuentes para el aprendizaje de estas conductas agresivas son la familia, el entorno social y los medios de comunicación masivos.

    La familia es el lugar de elaboración y aprendizaje de las dimensiones más significativas de la interacción: los contactos, corporales, el lenguaje, la comunicación, las relaciones interpersonales. (Edmond Marc, 1992: 112)


3. La agresión consecuencia de la frustración

    En 1939, Dollard, Miller, Doob, Mowrer y Sears, formularon la teoría que... la agresión es consecuencia de la frustración y de que ésta siempre determina una forma de conducta agresiva. Consideraron la frustración como la circunstancia que bloquea la conducta dirigida a un objeto. (Bakker, F.C y Otros, 1993: .93)

    La violencia no es resultado de una progresión innata hacia la agresión, sino una respuesta a la tensión en las sociedades. La agresión es el resultado del temor, la frustración y las privaciones. Los autores plantean que la agresión es una respuesta que surge en el hombre, debido a las distintas presiones y tensiones que es sometido hoy en la sociedad.

    De esta frustración, de cualquier tipo que sea, resulta una situación angustiosa en el individuo. La reacción puede hallar cauces diversos de realización, la agresión directa con el objeto origen de la angustia; la agresión canalizada; la huida (consciente o neurótica) o el control reaccional si se dispone de un tiempo suficiente.


Presentación de una experiencia

    La presente experiencia consiste en un trabajo de observación y participación llevado a cabo durante las clases de educación física, en el período comprendido entre los días 6 de mayo a 6 de Julio de 1998, en la una Escuela del Distrito de Ituzaingó. El grupo observado se encuentra constituido por 10 alumnas de 8vo. y 12 alumnas de 9no.

    La selección de los casos observados no ha obedecido al criterio de querer representar el mayor número posible de casos, pues lo importante en este caso no es la 'representación' sino la 'expresión' de la experiencia seleccionada. Es decir, más que la búsqueda de la posibilidad de una generalización, el objetivo de este estudio ha sido promovido por criterios de 'tipicidad' que puede posibilitar una aproximación a las formas más radicales del fenómeno en estudio.

    Esto, puede permitirnos entender mejor las prácticas y los significados de las manifestaciones vinculadas a la agresión en el campo de la educación física.

    A través de las presentes observaciones se desea establecer si existen conductas agresivas dentro de las clases de educación física, por parte de las alumnas. En el caso de ser afirmativa la situación; se ha de establecer qué tipo de conductas agresivas son manifestadas con mayor frecuencia (agresión verbal, agresión no verbal, agresión física). Para lo cual fue necesario establecer indicadores de dichas conductas agresivas.


Descripción particular del grupo

    En las observaciones participativas llevadas a cabo con este grupo de alumnas del III ciclo de E.G.B., se estudió el comportamiento y el desenvolvimiento de las mismas con respecto a sus compañeras y docente, haciéndose hincapié en ocho alumnas, por presentar en sus conductas una mayor manifestación agresiva.

    Para analizar los valores registrados se volcaron en tablas para poder luego comparar las diferentes conductas agresivas.

    A través del siguiente cuadro se puede observar la cantidad de conductas agresivas, verbales, no verbales y físicas manifestadas por las ocho alumnas durante las observaciones.

    Si nos detenemos un momento en observar los valores registrados, podemos afirmar que nos encontramos frente a una experiencia de clase donde la agresión está presente. Si expresamos en porcentaje el nivel de agresión, decimos que el 44% corresponde a agresiones físicas y el 48% a las agresiones verbales quedando un 8% a las agresiones no verbales. Por lo cual se podría decir que las manifestaciones agresivas físicas y verbales están explícitas en las clases de educación físicas.

    Al discriminar los datos según la naturaleza de los deportes, de contacto y no contacto, los datos registrados son los que se consignan en la siguiente tabla

    Se registra aquí un mayor número de agresiones físicas los días en que el grupo trabajaba el deporte handball. Esto va en dirección de lo planteado en la investigación de Voight (Bakker y Otros, 1993: 102), quien relaciona la estructura de diversos deportes con el número de faltas cometidas. Dicho autor, considera importante el hecho que la conducta agresiva se encuentra normalmente asociada con los deportes de contacto.

    Todos los reglamentos deportivos sancionan estas actitudes antideportivas con llamadas de atención, amonestaciones, exclusiones y expulsiones o descalificaciones dependiendo de la gravedad de la falta. Pero las reglas de handball presentan una laxitud en la interpretación de las mismas, lo cual permite que aquella persona que practique este deporte, desarrolle normas informales que promueven infracciones.

    Sin embargo las agresiones verbales superaron las otras agresiones los días que el grupo efectuaba el deporte volley. Es interesante notar que un alto porcentaje de dichas agresiones están dirigidas principalmente hacia los integrantes del propio equipo.

    Durante toda situación de juego, ya sea volley o handball la comunicación dentro de la cancha, mantenida por las alumnas es agresiva, no pasa solamente por un insulto de palabra, sino otros elementos entran en juego: los gestos, las posturas corporales, la mímica con la cara, son expresiones corporales, las cuales representan un proceso de comunicación no verbal. Dichas formas de comunicación dificultan el desarrollo normal del juego.

    No todas las agresiones registradas fueron producto de una situación de juego, ya que se detectaron agresiones desde el inicio de la clase, ante el hecho de saludarse y nombrase entre sí.

    A través del presente trabajo de campo, podría decirse que el profesor de educación física enfrenta un desafío al trabajar con esta realidad. Frente a esta situación concreta de agresión, es importante buscar una alternativa o propuesta de acción para prevenir las manifestaciones agresivas. Por lo cual es necesario relacionar la teoría y la práctica, si se desea alcanzar un camino viable para solucionar esta problemática. Por lo tanto a partir de las riquezas obtenidas de los diferentes autores y del estudio de campo se propone en próximo capítulo una propuesta para prevenir la agresión dentro de las clases de educación física.


Propuesta para la prevención de la agresión desde el área de la educación física

    Para poder llevar acabo una intervención o propuesta del área de educación física con respecto a la agresión dentro de las clases de su asignatura, es necesario primero hacer un diagnóstico de la situación para evaluar la problemática particular de cada grupo. Nuestra área no está capacitada para determinar la causa de la agresión, aún cuando el docente a cargo tenga muy en claro el tema de la agresión. Por lo cual la propuesta del área de la educación física está orientada a la prevención de la agresión trabajando sobre tres puntos que a continuación se han de tratar

  1. La reconceptualización de los contenidos de la educación física

  2. El trabajo sobre el deporte escolar.

  3. El rol docente y el juego limpio.


1. La reconceptualización de los contenidos de la educación física

    Partiendo desde las críticas efectuadas por Devís (1996) y de acuerdo con una tendencia actual, la organización de la clase de educación física del III ciclo de EGB y polimodal, gira en torno de la competencia y el entrenamiento de un deporte. La enseñanza prácticamente exclusiva de técnicas, tácticas y estrategias de los juegos deportivos ha reforzado la idea de que la función real de la asignatura es adiestrar en lugar de educar.

    Como educadores, es nuestra responsabilidad reconceptualizar los verdaderos contenidos de educación física, destacándose por tanto la importancia de considerar al sujeto como centro del proceso educativo.

    La Dirección General de Escuela de la prov. Bs. As establece que, ...la Educación Física cuya práctica pertenece esencialmente al dominio de la acción, participa desde su lugar en la formación integral del hombre. (D.G.E. y J. 1998: 2)

    El profesor de educación física debe emplear al deporte como un medio de educación dentro de la clase, no sólo física sino también moral; haciendo de la actividad una acción educativa y formativa no sólo competitiva.

    Arnold (1997:58) dice que la educación física supone y debe suponer la iniciación de los chicos en una forma de vida que implica la adquisición de destrezas, el desarrollo de conocimiento práctico y la promoción activa de cualidades humanas admiradas así como de una compresión y una conducta moral, representando en efecto una forma de educación.

    Analizando lo planteando rescatamos que, el profesor de educación física debe destacar la técnica o táctica, tanto como por los valores éticos. Esos valores éticos los encontramos presentes dentro de los contenidos actitudinales de nuestra asignatura, por eso es importante que el docente se replantee cuáles son los verdaderos contenidos de enseñanza de esta asignatura, para poder así trabajar después con el alumno el tema de la agresividad.


2. El trabajo sobre el deporte escolar

    Lorenz propone, como punto de partida para una acción pedagógica, práctica, para mejorar al hombre con respecto al comportamiento agresivo, está en la ritualización, es decir en la canalización de la agresividad por cauces institucionalizados. (Citado por Cagigal, J. 1990: 72)

    Ante lo expuesto podemos transferir que a través del deporte escolar, el joven puede aprender a negociar, acordar, respetar y modificar las reglas que posibilitan la igualdad de oportunidades para todos. A través de esto puede aprender a valorar la libertad y la justicia, a tolerar el éxito y la frustración, a reconocer y respetar las posibilidades y limitaciones propias y ajenas, a afirmar la vida, la paz y el bien común por sobre las tendencias destructivas. El deporte escolar es un medio para que el alumno aprenda a canalizar y neutralizar la agresividad.

    ...Como cualquier instrumento inventado por el hombre, el deporte puede utilizarse con buenos o malos propósitos. Bien aplicado, puede enseñar resistencia y estimular un sentimiento de juego limpio y un respeto por las reglas, un esfuerzo coordinado y la subordinación de los intereses personales a los del grupo... (Arnold, 1997: 21)

    En relación con lo planteado por Voight (1982) y los deportes de contacto; estoy de acuerdo que los mismos presentan un mayor porcentaje de agresividad que un deporte de no contacto, pero considero que la solución para este problema, no es dejar de practicar el deporte de contacto, sino que es responsabilidad del docente de supervisar que las reglas del juego se cumplan.


3. El rol docente y el fair - play

    El docente debe ser el primero en trabajar a la educación física teniendo presente en todo momento los verdaderos y propios contenidos de la misma, para que sus objetivos no estén encaminados en buscar la victoria o en el énfasis de ganar.

    Examinando lo dicho por Devís, J (1996) quien establece que el profesor de educación física para favorecer y complementar el proceso de enseñanza en el campo deportivo, debe cumplir una doble función:

  1. Ayudar a que el grupo se realice en el plano de la tarea y de los procedimientos que posibilitan al grupo de trabajo progresar hacia la competición cooperativa.

  2. Facilitar la concientización de los elementos socio-afectivos que pueden frenar el avance del grupo, competencia entre pandillas y agresividad.

    Posiblemente alguna vez durante nuestros años de docencia tendremos un grupo escolar con estas características y conductas agresivas; dependerá de nosotros los docentes que estas agresiones continúen en la clase de educación física, si las permitimos o que vayan disminuyendo. Es importante resaltar permanentemente al alumno la importancia del fair-play y de los valores éticos. Nosotros somos los responsables para que estos ricos contenidos no falten en la clase.

    No se pretende en este trabajo darle al docente el papel del villano de la película, pero si es el principal responsable para evitar la agresión dentro de la clase, porque cuenta con herramientas y medios para prevenirla.

    Estamos de acuerdo que el protagonista principal de la agresión es el alumno, él es quien agrede o tiene la actitud y/o acción para lesionar a alguien, pero es el docente que como educador debe velar rigurosamente por el respeto leal y total de las reglas y por una completa aceptación de las decisiones.

    Resulta preocupante pensar que existan profesores que al enseñar el deporte, incitan al alumno a realizar las conductas agresivas dentro del juego, cuando le enseña aquellas tácticas que conducen a lesionar al adversario.


Conclusión

    El presente trabajo se fue armando e hilando poco a poco, hasta llegar a descubrir y comprender, cuál era la propuesta que como educadora del área de la educación física podía dar a esta problemática.

    Podemos los docentes realizar de una manera rutinaria y reglamentaria nuestra tarea, ante lo cual todo aquello que sale de los límites planteados se convierte en algo a excluir y a marginar. Si así obráramos, aplicaríamos muy bien las teorías pedagógicas y educativas tradicionales, pero dejaríamos de lado al alumno.

    Es la agresión hoy una conducta que está muy presente en nuestros alumnos adolescentes y ante lo cual muchas veces, la única respuesta es negar y marginar al agresivo.

    Se podría expresar que estos adolescentes ven al deporte no como un medio para medir sus habilidades físicas, sino como un medio para demostrar superioridad sobre los demás. Se puede destacar que las alumnas consideran a la agresión como una cualidad valorada, ya que las conductas agresivas son utilizadas como un medio de poder, porque emplean la fuerza para imponerse sobre el otro, buscando alcanzar el mayor nivel jerárquico dentro de la estructura del grupo, con el fin de obtener el reconocimiento y el respeto de los demás integrantes.

    La competición que se presenta dentro de este grupo, es una lucha constante y consciente entre las partes que culmina con el establecimiento de la supremacía de una de ellas, al 'ganar el partido'. Esta rivalidad se repite durante toda la clase conformándose así, un clima agresivo, en toda circunstancia los alumnos buscan enfrentarse y competir, más aún en un partido, donde queda claro quién es el ganador.

    Podría decir que para estos adolescentes la victoria es sinónimo de superioridad, ya que consideran que el éxito depende del fracaso de los otros.

    Considero que las conductas agresivas no sólo están relacionadas con la naturaleza del deporte, sino que también dependen de la actitud e intención del alumno de cometer la agresión y/o infracción antideportiva al compañero adversario.

    Estos jóvenes han tomado como único medio de comunicación entre dos personas a ese lenguaje intimatorio y agresivo, ya que forma parte de su código de comunicación. A su vez se rebelan contra la autoridad, en este caso la profesora y contra todo lo impuesto, el trabajo de clase.

    Si consideramos que la agresión es un producto de un aprendizaje social, sería oportuno y necesario que estas alumnas que manifiestan estas conductas agresivas estén en contacto con un modelo alternativo, que les permita volver a afianzar su autoestima y lograr el desarrollo de las actitudes sociales.

    Podemos cerrar los ojos para no ver, este problema, que ya está explícito dentro de nuestra realidad de clase.

    Es hora de dar lo primeros pasos si buscamos revertir esta situación. Será primero, responsabilidad del docente de concientizar y aplicar los verdaderos contenidos y objetivos de la educación física. El deporte debe ser enseñando como una actividad educativa y formativa no sólo competitiva, es decir el desafío del profesor de educación física es actuar en consecuencia, seriamente, profesionalmente y coherentemente. Segundo, inculcar a la alumna la importancia del fair-play y de los valores éticos.

    Soy consciente que no somos los docentes los únicos responsables de esa agresividad, como se dijo a lo largo de este trabajo. Pero somos, los docentes, los que podemos dar junto a nuestro alumno esos primeros pasos, dentro del juego limpio, concientizándolo de la importancia del fair-play y de los valores éticos a través del deporte escolar, sin dejar de lado las prácticas y las ejercitaciones. Recordemos siempre trabajar dentro del juego limpio, de la lealtad, del honor y el respeto.

    Este trabajo sólo buscó mostrar esta realidad, la agresión, que existe en nuestros alumnos del III ciclo de la E.G.B. dentro de las clases de educación física y busca un camino desafiante para poder dar una respuesta.

    Espero y anhelo que esta tesina le sirva a otra educadora como me sirvió a mí.


Bibliografía

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  • Aberastury A. (1997) La adolescencia normal. Buenos Aires: Editorial Paidos.

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  • Blanco R. (1963) Educación Física, un panorama de su historia. Uruguay: Impresora Adroher.

  • Cagigal J.M. (1990) Deporte y Agresión. Madrid: Ediciones Alianza.

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  • D.G.C.Y.E. (1995) Módulo 0. Buenos Aires: M.E. Prov. Bs.As.

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  • Sánchez Bañuelos F. (1992) Bases para una didáctica de la educación física y el deporte. Madrid: Gymnos.

  • Saravi Riviere, J. Historia de la Educación física. Bs As: I.N.E.F.

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revista digital · Año 10 · N° 76 | Buenos Aires, Septiembre 2004  
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