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La intervención psicológica en las lesiones deportivas
Antonio Hernández Mendo

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 52 - Septiembre de 2002

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    El segundo de los estudio fue realizado por Bramwell, Masuda, Wagner y Holmes (1975). Estos autores modificaron el SRRS con el fin de adaptarlo para atletas de la universidad. La nueva herramienta estaba constituida en 57 eventos y fue denominada el Social Athletic Readjustement Rating Scale (Escala de Reajuste Atlético Social- SARRS). Conceptualmente el SARRS es administrada y puntuada de igual manera que la herramienta original. Usando esta nueva herramienta Bramwell y colaboradores estudiaron a 82 miembros del equipo de fútbol de la Universidad de Washington. Los atletas fueron divididos en tres grupos de acuerdo a sus puntuaciones en el SARRS: (1) grupo de bajo-riesgo (puntuación de 0-400); (2) riesgo moderado (puntuaciones de 400-800), y (3) alto riesgo (puntuaciones mayores de 800). Durante el seguimiento de la temporada, las proporciones de la lesión fueron de 30%, 50% y 73%, respectivamente, para los tres grupos de riesgo. Se consideraron atletas lesionados aquellos jugadores que faltaron a tres o más entrenamientos, o a uno o más partidos debido a una lesión específica. Los autores concluyeron que el riesgo de una lesión en un jugador del fútbol aumenta en relación directa a la experiencia al estrés producido por los eventos de vida. (Anderson y Williams, 1993; Williams y Roepke, 1993).

    En el tercer estudio, que fue llevado a cabo Coddington y Troxell (1980), con jugadores de fútbol de escuela secundaria emplearon como instrumento de evaluación la Life Event Scale for Adolescents (Escala de Evento de Vida para los Adolescentes-LESA). Estos autores no encontraron relación entre la lesión y los eventos de cambio vida globales. Uno de los datos característicos que encontraron fue que los adolescentes sufrían lesiones durante la temporada si experimentaban inestabilidad familiar como la separación de padres o la muerte de un progenitor (Anderson y Williams, 1993; Williams y Roepke, 1993).

    El cuarto estudio, realizado por Cryan y Alles (1983), es una réplica de la investigación de Bramwell, Masuda, Wagner y Holmes (1975), optimizando el diseño, se evaluó la incidencia y severidad de las lesiones en una muestra de jugadores de fútbol de tres universidades (n=151). Una lesión ocurría siempre que un atleta no pudiera participar durante un día. La severidad de la lesión era determinada por las normas de la National Athletic Injury Reporting (NAIRS). Una lesión menor permitía volver a jugar en 7 días. Las lesiones moderadas y mayores hicieron necesario, respectivamente, estar fuera entre 8 y 21 días o más de 21 días. Los autores encontraron que jugadores de fútbol de universidad con altas puntuaciones en el SARRS (puntuaciones superiores a 500) fueron lesionados en una proporción mayor (68%) que los jugadores con puntuaciones más baja (puntuaciones inferiores a 500), que fueron el 39%. Sin embargo no se encontró relación entre la tensión del evento de vida y el riesgo de sufrir lesiones severas. (Anderson y Williams, 1993; Williams y Roepke, 1993).

    En los cuatro estudios precedentes las herramientas utilizadas no diferenciaban entre eventos de vida positivos y negativos, además asignaban una ponderación prefijada a los eventos de vida en lugar de permitir al sujeto que contestaba indicar la magnitud con que le afectaba. Sarason, Johnson, y Siegel (1978), diseñaron la Life Experience Survey (Medida de Experiencia de Vida- LES). En esta escala se considera que los efectos de la adaptación a eventos de cambio vida negativos pueden ser diferentes de aquéllos eventos de cambio vida positivos. A los sujetos que contestaban el cuestionario LES se le hacían las siguientes indicaciones: si consideraban que el evento no tenía efecto lo puntuasen con un 0; si tenía un poco de efecto lo debían de puntuar con -1 ó +1 (dependiendo si el evento se considera negativo o positivo); si tenía un efecto moderado con -2 ó +2; o si tenía un gran efecto con -3 ó +3. Así el LES diferencia entre la valoración de los eventos de vida negativos, eventos de vida positivos, y los eventos de vida totales. Estos autores encontraron que los eventos de cambio de vida positivos no tenían ningún efecto o un efecto menos perjudicial en variables relacionadas con la salud comparándolo con los efectos de eventos de cambio de vida negativos (Williams y Roepke, 1993).

    Passer y Seese (1983) modificaron la escala LES para adaptarla a un población deportiva. La escala resultante incluyó 70 eventos de vida y se denominó Athletic Life Experiencies Survey (Medición de Experiencias de Vida Deportivas-ALES). Estos autores encontraron que el cambio de vida negativo había tenido un efecto perjudicial en la tasa de lesiones en la 2ª División de fútbol. En la 1ª División no encontraron ninguna relación significativa entre la lesión y las medidas de estrés de vida (Williams y Roepke, 1993).

b. Lesiones producidas en otros deportes. En este apartado podemos distinguir dos grupos de trabajos, los que no han encontrado relaciones significativas y los que sí las han encontrado. Con respecto a los primeros figuran el trabajo de Williams, Tonymon, & Wadsworth (1986) y Williams, Haggert, Tonymon, & Wadsworth (1986). El primero de estos se realizó con hombres y mujeres de la 1ª división de voleibol y el segundo se realizó con una muestra de jugadores escolares de secundaria y primaria de baloncesto y atletas de campo a través. En ninguno de los dos estudios se encontraron relación entre la tensión de vida y la lesión deportiva. En el trabajo Williams, Tonymon, y Wadsworth (1986) también intentaron determinar si los cuestionarios SARRS y ALES podían medir y predecir de forma válida una evaluación del riesgo de lesión. Se realizó un análisis de regresión múltiple que indicó no existir ninguna diferencia entre las dos herramientas. Estos resultados son cuestionables porque ninguno de los dos cuestionarios estimó una relación entre el estrés y la lesión. Tampoco encontraron ninguna relación entre estrés y la severidad de la lesión del voleibol.

    Otros dos trabajos encontraron relaciones significativas entre el estrés de vida y lesión. Sin embargo en el trabajo realizado por May, Veach, Reed & Griffey (1985) con los miembros del equipo del esquí alpino americano, encontraron que los esquiadores con alto nivel de tensión experimentaban más lesiones agudas y experimentaban más problemas de enfermedad de garganta así como dolores de cabeza y perturbación de sueño. También el trabajo de Lysens, Auweele y Ostyn (1986) realizado con una muestra de estudiantes de educación física que participan en varios deportes con alto nivel de estrés de vida. Para evaluar el estrés de vida modificaron la encuesta SARRS (cambiando ítems) con el fin de hacerla más específica para los estudiantes de educación física. A este nuevo cuestionario compuesto de 74-item lo denominaron Life Event Questionnaire (Encuesta de Eventos de Vida -LEQ).

    Kerr y Minded (1988) examinaron a gimnastas femeninas de élite y encontraron que los eventos de vida estresantes estaban relacionados de forma muy significativa con la frecuencia y la severidad de las lesiones. Hardy y Riehl (1988) encontraron que un cambio de vida total y un cambio de vida negativo predecían significativamente la frecuencia de la lesión deportiva entre participantes de deportes de no-contacto.

    Trabajos recientes sugieren que la relación del estrés de vida con las lesiones pueden ser más complicadas de lo que en principio se pensaba. Smith, Smoll y Ptacek (1990) encontraron que las variables de estrés de vida, el apoyo social y las habilidades de aprendizaje vicario deben ser consideradas como factores conjuntos más que de forma separada. Estos autores describen dicho fenómeno como una modelización conjunta, en la cual múltiples moduladores deben co-ocurrir en una combinación específica que maximizan la relación predictor-variable dependiente. Así mismo en esta modulación, cada uno de los moduladores numerados maximizan de forma independiente la relación predictor-criterio. Estos autores encontraron que en las lesiones deportivas en adolescentes, el apoyo social y el modelado actúan de una forma conjunta. Estimaron una relación significativa entre el estrés y la lesión solamente en deportistas con niveles bajos en dichos factores.


Estrés y lesión deportiva: el modelo de Andersen y Williams

    Andersen y Williams han propuesto un modelo teórico interaccionista sobre la lesión (Andersen & Williams, 1988; Williams & Andersen, 1986). El modelo (véase la ilustración 2) identifican diversas variables que podrían predecir las lesiones deportivas, proponiendo posibles mecanismos subyacentes en la relación estrés-lesión y sugieren intervenciones específicas para reducir los riesgos de lesión deportiva.

    De acuerdo con el modelo, cuando los atletas se exponen a una situación estresante que demanda práctica o una situación crucial de la competición, la historia de estresores del atleta, las características personales y los recursos adaptativos usados influyen interactivamente en el resultado de las respuestas de estrés. Este es el punto crucial de los resultados responsables de que el estrés ponga al atleta en un incremento probabilístico del riesgo a ser lesionado. En el modelo se afirma el supuesto de que dos de los mecanismos básicos del estrés-lesión son, los aumentos de la tensión muscular general y el déficit en la atención durante el estrés. La hipótesis central del modelo afirma que los individuos con mucha tensión, características personales que tiendan a exacerbar la respuesta al estrés y pocos recursos adaptativos, cuando se enfrentan a una situación estresante, son más propensos a valorarla como tal (p.e. informan de un estado de ansiedad más alto) y se muestra una mayor tensión en los músculos y rupturas atencionales. El resultado final es que estos individuos tienen mayor riesgo de lesión si son comparados con el perfil opuesto.


Ilustración 2. Modelo de Estrés-Lesión de Andersen y Williams (1988, p.297)

    Con respecto a los distintos factores que componen el modelo, a continuación se hace una breve descripción de su naturaleza y del comportamiento dentro del sistema descrito por el modelo.


La respuesta de estrés. El punto central del modelo de estrés responde a una relación bidireccional entre la apreciación cognitiva personal, de una situación externa potencialmente estresante, y los aspectos psicológicos y atencionales del estrés. El sujeto hace una valoración de las demandas de la situación y de la adecuación de sus habilidades para enfrentarse a ellas, y de las consecuencias de los sucesos de acuerdo con las demandas. Si la valoración cognitiva es correcta o errónea, por sus creencias irracionales o pensamientos desadaptativos, la respuesta de estrés variara. Si el atleta percibe inadecuados sus recursos para satisfacer las demandas de la situación, y esto es importante para obtener el éxito, la respuesta de estrés se activará (estado de ansiedad alto) y se producirán las consecuentes manifestaciones fisiológicas y atencionales. Un gran número de cambios fisiológicos y atencionales ocurren durante la respuesta de estrés, los músculos se tensionan y se producen rupturas del foco de atención. Estos son los mecanismos más frecuentes y probables que relacionan el estrés y la lesión. La respuesta de estrés más común es la contracción simultánea de grupos musculares opuestos y antagonistas. Esta tensión muscular generalizada puede llevar a fatigar y reducir la flexibilidad, coordinación motora y la eficacia de los músculos. El resultado final es un aumento del riesgo de que ocurran lesiones como esguinces, tensiones y otras lesiones músculo esqueletales. En correspondencia, con el aumento del estrés, el campo atencional se estrecha involuntariamente y se focaliza en el interior (Nideffer & Sharpe, 1978). Un foco interno restringe la habilidad de analizar, de trabajar con mucha información, de tomar decisiones racionales e incluso ser consciente de lo que está pasando en el ambiente. Las rupturas atencionales podrían ser producidas a través de preocupaciones con los eventos estresantes y sus posibles consecuencias negativas o bloqueos de respuestas adaptativas. Si esas rupturas llevan a un estrechamiento de la visión periférica, esto podría provocar una potencial lesión por no responder a tiempo a las señales peligrosas periféricas. Las rupturas atencionales también podrían producir fallos en los que el atleta no responda rápidamente a señales vitales del campo central de visión porque la atención esta fijada en señales irrelevantes (Williams y Roepke, 1993).


Los factores de personalidad, la historia de estresores y los recursos de adaptación contra el estrés. De acuerdo con el modelo, los individuos con características en estas tres áreas podrían ser más propensos a valorar las situaciones externas como potencialmente estresantes, amenazantes y por consiguiente, experimentan una elevada respuesta de estrés. Este aumento de las respuestas de estrés exponen a los individuos a un mayor riesgo a lesionarse. Esta hipótesis sobre la historia de estresores contribuye directamente en la respuesta de estrés, mientras que los factores de personalidad y recursos de adaptación actúan directamente en la respuesta de estrés modulando los efectos de la historia de estresores. Existen numerosas críticas en la literatura del área de la salud acerca de considerar esas variables reguladoras como amortiguadores de los efectos del estrés vital (Williams y Roepke, 1993).


Historia de estresores. La mayor debilidad de los primeros estudios sobre estrés-lesión se deberían a la medida de los eventos estresantes. La tensión también puede provenir de los pequeños problemas diarios, irritaciones, acontecimientos individuales como la saturación del tráfico, mal tiempo, preparar la comida diaria, el cambio de trabajo. En algunos estudios realizados en el área de la salud, un buen número de investigaciones encontraron ser un mejor predictor del estrés las medidas tomadas del malestar diario que las estimadas de eventos vitales (Burks & Martin 1985; Kanner, Coyne, Schaefer & Lazarus, 1981). La historia anterior a la lesión del individuo también puede ser una importante contribución para la evaluación del riesgo de lesión. El atleta puede volver a jugar o a competir antes de estar recuperado. En este caso el miedo a volver a lesionarse puede considerarse una respuesta de estrés e incrementarse la probabilidad de lesión. Una valoración de los eventos vitales, molestias diarias o problemas y lesiones anteriores pueden dar al psicólogo una mejor estimación del riesgo de lesión (Williams y Roepke, 1993).


Factores de personalidad. El modelo de estrés-lesión contempla las variables de personalidad en su funcionamiento. La literatura sobre tensión-enfermedad identifica muchas variables de personalidad por su papel en la regulación de la relación estrés-enfermedad. Ciertas características de personalidad pueden hacer que algunos individuos perciban algunas situaciones como estresantes o pueden predisponerlo a ser menos susceptible a los efectos de los estresores. La mayoría de las variables de personalidad fueron examinadas en un epígrafe anterior. En general se ha demostrado que los individuos con pocos eventos estresantes en su vida y con altos niveles de vigor o sentimientos de coherencia (como mayor locus de control interno), experimentaron menos problemas de salud que individuos con eventos vitales estresantes más altos y sin esas características de personalidad. Otra de las hipótesis que se han manejado están relacionadas con los buscadores de sensaciones y la influencia del estrés. Los buscadores de sensaciones son individuos que disfrutan con las situaciones extrañas y les gusta el riesgo. A las personas evitadoras de sensaciones no les gustan los cambios, evitan lo extraño y se alejan de actividades que impliquen riesgo. En un trabajo de Smith, Johnson & Sarason (1978) usando la Sensation Seeking Scale (Escala de Buscador de Sensaciones de Zuckerman, Kolin, Price & Zoob, 1964) encontraron que los sujetos con altos niveles de estrés vital y alta búsqueda de sensaciones puntuaron más alto en la escala que sujetos con alto estrés vital y baja búsqueda de sensaciones. Entre los deportistas, los buscadores de sensaciones es posible que experimenten pocas lesiones porque compiten mejor o porque cada evento es percibido como menos estresante que como lo perciben las personas con pocas sensaciones de búsqueda. Por otro lado, individuos que puntúan alto como buscador de sensaciones pueden tener más lesiones porque asumen grandes riesgos. Otra de las variables incluidas en el modelo son la motivación de logro y la ansiedad rasgo, ya que son variables relacionadas con el estrés. La motivación de logro se refiere a la necesidad de tener éxito y a la necesidad de evitar el fracaso. La ansiedad rasgo es descrita como una disposición general o tendencia a percibir la situación como amenazante y reaccionar con una respuesta de ansiedad (Spielberger, 1966). Individuos con una alta necesidad de evitar el fracaso o con una ansiedad rasgo alta pueden valorar mayor número de situaciones como estresantes y por consiguiente experimentar una elevada respuesta de estrés comparado con individuos con el perfil contrario.


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