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Baile de salón y relaciones sociales entre ancianos. La cultura de la ancianidad
Luis Guillermo Jaramillo Echeverri, Jorge Iván Orozco Giraldo y Carlos Alberto Ortiz Jaramillo

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 44 - Enero de 2002

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Cuadro de la estructura sociocultural


Construcción de sentido
Influencia del pasado

    Lo ocurrido en el pasado, bueno o malo, forma parte de muchas actitudes en el presente; Fericgla considera el pasado de cada individuo como "la variable que actúa sobre las relaciones sociales" (1992:165). El pasado es uno de los condicionantes relevantes que intervienen en el establecimiento de relaciones sociales entre los ancianos.

    "Yo creo que ninguno de ellos vivió lo que yo viví en el pasado y por eso se muestran tan alegres. En ocasiones lo que me da rabia es que no saben lo que me pasa y me piden que me integre sin saber lo que le pasa a uno cuando trata de vivir en un núcleo social que no sea el familiar. En esto hay desengaños, traiciones, envidias y tantas otras cosas que es mejor estar solos, por eso no busco estar muy apegada al grupo o a alguna persona en particular ya que al final resultan pagándole mal a uno". Mujer integrante del grupo de baile. RECREARMONÍA

    El pasado no sólo condiciona el comportamiento del anciano, sino que también hace que el viejo se relacione con cierta confianza o desconfianza ante sus compañeros de grupo. Por ejemplo, si el anciano tuvo una experiencia de desengaño en el pasado, puede ser que este se comporte ante los demás con cierta desconfianza por lo ocurrido anteriormente. Esta clase de situaciones ocasiona en los ancianos, a permanecer en un estado de alerta en su relación con los demás.

    La red de relaciones está muy determinada por la vida anterior de cada individuo, al margen de factores socioculturales de indiscutible importancia antropológica. Muchas veces, los problemas manifestados en el reajuste de las relaciones sociales de las personas mayores no son más que variaciones agravadas de sus dificultades durante la vida pasada Fericgla (1992).

    Por tanto, el éxito o fracaso de la nueva red de relaciones está condicionada, en gran parte, por lo vivido en la vida anterior de cada individuo; el anciano vive un presente condicionado por su pasado. "Sí alguien se me acercaba yo trataba de rechazarlo, tal vez porque crecí sola y además viví una experiencia muy amarga y entonces soy muy desconfiada y a raíz de esto, de muy mal genio; los del grupo dicen que hasta antipática soy". Mujer integrante del grupo.

    La informante considera que es ella la razón por la cual no posee unas buenas relaciones con sus compañeros del grupo; por tanto, es importante el pasado de los ancianos cuando se encuentran en un grupo, lo cual se convierte en algo importante en el momento de establecer nuevas relaciones sociales con otros compañeros en el presente.

    En este sentido, el baile pasa a ser un vehículo importante para acercarse al otro y a los otros, además que el poder integrarse al grupo con más facilidad que cuando no se tiene una actividad de por medio; así, cuando se baila, se conversa y se tiene un contacto y una cercanía que favorece más el intercambio comunicativo entre dos o más personas.

    "En un paseo que me llevó mi esposa, me relacioné con toda la gente y a lo último terminamos bailando. Me puse a bailar con unas compañeras de mi esposa, a partir de eso me dijeron como baila de bien, que entrara a CAJANAL para hacer un curso de baile para pensionados. Al final yo me decidí y ahora me doy cuenta que eso era lo que yo necesitaba, además comparto con gente muy agradable que me hace sentir bien". (Anciano del grupo de RECREARMONIA)


Adaptación a una nueva vida social

    En la vida del anciano existe un proceso de transición entre la vida laboral y la de jubilado; la vida laboral, implica compartir con los compañeros de trabajo y las obligaciones familiares, lo cual, en cierta forma, hacía que ellos estuvieran ocupados, desempeñando un rol importante dentro del núcleo social y familiar.

    Con la jubilación, los ancianos sienten que se empieza a perder todo aquello que hacían como algo productivo en la familia y en la sociedad: "Al principio es muy duro el cambio, después de uno estar trabajando y cumpliendo con las obligaciones familiares y sociales y saber que todo esto esta perdido; se tiene que buscar una salida".

    Para el viejo pensionado, el trabajo y la familia eran el eje alrededor del cual giraba su vida. El hecho de ver que todo esto se ha perdido (trabajo y relaciones laborales), lo hace sentirse sin salida; por tal razón, éste plantea como alternativa buscar alternativas ante el encierro que le produce el no estar realizando actividad alguna. "Resulta muy difícil adaptarse a la desestructuración personal que comporta la desvinculación del mundo laboral en nuestras sociedades industrializadas; principalmente en el anonimato habitual de las grandes ciudades, sin que la estructura social ofrezca la integración en un nuevo rol con contenido positivo". Fericgla (1992, 150)

    Los ancianos, una vez se jubilan, son desvinculados de la sociedad en la que se desenvolvían, su entorno de trabajo, sus amistades, y todo aquello que rodeaba su ciclo vital. "Estaba muy desocupado y aburrido puesto que no tenía en que emplear mi tiempo libre. En mi casa estaba pasando por un tiempo de crisis en la que no me hallaba, me encontraba mal porque no encontraba la salida a ese laberinto en el que estaba".

    Es la pérdida de lo laboral lo que condiciona la desvinculación social del jubilado, pero no se puede decir que es la causa principal, pues existe también el núcleo familiar, desvinculación que también condiciona la vida del viejo; el cual estar dado por el crecimiento de los hijos y la moratoria social de estos al asumir un nuevo rol de padre o madre y la conformación de una nueva familia. Por tanto, "No es el trabajo en sentido estricto lo que manifiesta echar en falta los jubilados, sino el ritmo, el estilo de vida y las relaciones sociales que rodeaba y derivaban de la colocación laboral" Fericgla (1992,122).

    Los hijos no están aquí para ayudarnos a pasar este momento de aburrimiento, ellos no se preocupan por si nos sentimos solos o no. Ellos ya son personas mayores que pueden tomar sus propias decisiones, por esto nos hicieron a un lado, no nos tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones razón por la cual nos sentimos rechazados; nosotros ya cumplimos como padres, además no podemos esperar que siempre seamos quienes decidamos por ellos; sin embargo contamos con el apoyo de la familia aunque no nos acompañen y nos traten como viejos, nos brindan lo que necesitamos cuando vamos a salir. (Anciano informante del grupo)

    Los hijos han adquirido cierta edad (joven o adulto), tienen independencia en sus relaciones sociales y de familia y los padres o abuelos no se sienten con los mismos derechos de influir en estos como en tiempos pasados; los viejos a su vez, manifiestan que es bueno que sus mismos hijos presenten autonomía al momento de decidir en su cotidianidad, ya que "ellos ya cumplieron como padres". Ahora bien: ¿cómo es entonces la adaptación social del viejo en la búsqueda de relaciones distintas a la familia?.

    Esta vinculación de los ancianos a la vida social, no se da en forma brusca, sino que es un proceso de inserción lenta, pues el anciano busca grupos de personas que comparten: Por un lado, su misma edad cronológica; y por el otro, que viven situaciones similares con la jubilación como una mayor disponibilidad de tiempo y una necesidad de contacto social.

    En este sentido, se encuentran instituciones de servicio día que ofrecen sus servicios a los ancianos; algunas de ellas financiadas por el estado, otras de tipo deportivo, o de salud. El anciano ingresa a ellas por el servicio que estas ofrecen en programas como el baile, el canto, y la manualidad y que son actividades que permiten un mejor contacto con el otro al compartir fuera de la actividad vivencias familiares y de relación social. En este sentido, la actividad se convierte en un medio eficaz para la interacción de grupo.

    Al principio no estaba integrado, como que no estaba en el grupo, estaba haciendo como una salida, como un escape, pues siempre con mi recelo, con mi timidez dentro del grupo; pero la gente siempre fue muy amable, muy especial, me colaboraban, y fui viendo que era una tontería lo mío, pues me estaban brindando la oportunidad de re-adquirir mi papel en una sociedad y en el grupo; me ayudaban entonces y yo me fui adaptando... (miembro grupo de baile)

    En un principio el grupo no era más que una salida o escape a la situación en que se encontraba (las nuevas relaciones familiares y el despido laboral producto de la jubilación), y el decidir ingresar a un grupo le fue permitiendo al anciano unirse más a otras personas y adaptarse mejor a un nuevo núcleo social; el anciano comprende que, el grupo no resultó ser sólo una salida, sino más bien una oportunidad de tener un rol distinto al que tenía antes de jubilarse, pero sin perder el encuentro social que se tenía.

    "Me fui vinculando en los paseos, los bailes, las salidas, las viejotecas; en fin con todas esas actividades que realizamos me fui metiendo y formando parte de ellos y ahora hago como más parte del núcleo social y todo lo anterior quedó totalmente borrado. El proceso fue largo, pero me fui adaptando y acepté que ya no era yo el que cumplía con la labor social de dirigir, cuidar y proteger, pues era docente; si no que era un miembro más del grupo y que era otra la persona encargada de mantener entre nosotros los lazos sociales, ahora estoy feliz pues asumí un rol muy importante dentro del grupo y por esto me siento útil".


Una cultura anciana similar a la cultura de la juventud

    Entendiendo el concepto de cultura como una agrupación de personas que buscan objetivos comunes y que poseen más o menos las mismas necesidades, se puede decir que, los ancianos buscan en personas de su edad lo que en otros grupos de personas (diferentes por su edad e intereses particulares) no logran encontrar.

    La cultura actual "se caracteriza por un creciente protagonismo de los medios de difusión, en la generación y circulación de conocimiento, en la mediación del consenso y en la producción de las representaciones del mundo y discursos que se trasmiten" Orozco Gómez (1996,23).

    En este sentido emerge una cultura anciana con características similares y que se muestra como un grupo totalmente diferenciado de los demás. Ella presenta sus propias expectativas, su forma de sentir y ver lo que dentro de su contexto se vive (relaciones sociales, actividades y metas comunes).

    Fericgla (1992, 19) denomina la cultura de la ancianidad, como:

    Un sistema de valores con sus elementos particularizadores y que está también con la orientación global homogeneizadora. Desde su posición, la vejez conforma un importante colectivo, con valores culturales definidores y propios, que en los últimos tiempos ha irrumpido y se ha ganado un espacio en el agregado de culturas diferenciales que conforman nuestra sociedad.

    La cultura de la ancianidad se evidencia en los ancianos del grupo de baile en relatos de informantes como: "nosotros aprovechamos el espacio y el tiempo; hacemos sancochos, fritangas, rumbas, y en la parte de abajo donde está la caseta ponemos el fogón, la grabadora, y allá en el kiosco nos reunimos para bailar y hacer las celebraciones."

    Celebraciones entre viejos que son parte de ellos. En épocas anteriores, se poseía un estereotipo definido de los viejos, se difundía la imagen del viejo cascarrabias, del viejo que sólo servía para estorbar. Hoy día esta concepción ha cambiado, los medios de comunicación ahora presentan un viejo biológico, física y mentalmente capaz.

    "En fin, todo el tiempo nos estamos llamando por teléfono para cuadrar algún programa, un "algo" (merienda), una reunión para conversar, o una salida por la noche a bailar, esto es lo que hacemos para estar juntos y no aburrirnos. Una noche que fuimos a un grill por la avenida centenario, estuvimos baile el uno, baile el otro, de pronto llego una compañera del grupo y nos preguntó si podía llevar a una vecina muy amiga, nosotros le dijimos que sí, porque entre más gente mucho mejor, de esta manera la noche es más amena y nos divertimos más.

    Las salidas, las reuniones, y el baile hacen parte fundamental de la vida social de los ancianos que hacen parte de la clase de baile; ellos quieren sentirse acompañados, con el fin único de establecer contacto con otros viejos que pueden pasar por su misma condición social.

    Esto, gracias a que los viejos disponen de suficiente tiempo para planear sus citas, y algunos de ciertos recursos económicos; cuentan con los compañeros del grupo para sus celebraciones, programan a dónde ir; y entre más ancianos asistan con ellos mejor. Para los ha llegado el tiempo de la diversión y el placer, lo importante, es que el otro esté disponible.

    Los contactos se mantienen vigentes, el teléfono es vital, y por supuesto las clases que se dictan todas las semanas; la cual pasa a ser el mejor punto de encuentro para planear sus posteriores reuniones.

    Es así como la diversión hace parte fundamental en el contexto de las relaciones sociales entre los ancianos; a través de ella, logran establecer vínculos sociales fuertes que les permite, no sólo sentirse acompañados, sino también compartir con el otro, sentirse útiles. A esto se le suma el poder adquisitivo de muchos al gozar de una pensión.

    Afortunadamente no salí mal librado con la pensión; recibo dos pensiones. Así, a uno le queda más o menos, no muy bien que digamos, pero tampoco tan mal. La casa ya se pagó, entonces siempre me queda una buena plata para subsidiar los gastos de la casa (facturas, mercado, etc.) y para mis paseos y salidas a bailar con los del grupo de baile en RECREARMONIA. Anciano Grupo de Baile.

    El contar con una pensión y el haber disminuido las obligaciones familiares, permite que los viejos cuenten con buenos recursos para realizar salidas a distintas partes de su región; también es una forma de poder aportar para las actividades en el grupo relacionadas con el ocio; actividades muy parecidas a las realizadas por los adolescentes (bailar en grupo y divertirse constantemente).

    "Dado que los ancianos no producen pero disponen de cierto poder adquisitivo y de todo su tiempo desocupado1, el modelo cultural a su situación es el de los adolescentes; de este modo, las pautas que la sociedad de consumo de ocio masificado ha propuesto como modelo cultural de la ancianidad, imitan y se acercan a los modelos adolescentes" (Fericgla 1992, 21).

    Tanto la cultura de la ancianidad como la cultura de los adolescentes expresan la necesidad de realizar actividades de ocio y de placer y un deseo constante de permanecer juntos; pues buscan en personas de su edad con quien compartir expectativas relacionadas con gustos y preferencias.

    Los ancianos siguen en cierta forma el modelo cultural adolescente por dos motivos: Por un lado, el colectivo de los ancianos busca la diversión que ofrece la sociedad actual y son influenciados en cierta forma por los medios; y por el otro, buscan reunirse para compartir experiencias y saberes entre sus homogéneos del grupo. En este sentido, Fericgla (1992, 23-24) afirma que:

    ...Al colectivo de los ancianos no le disgusta seguir los modelos de consumo de ocio y de felicidad originado en el grupo de los jóvenes, cuyas pautas culturales sirven en muchos aspectos de guía para los ancianos como el modelo de consumo de actividades del tiempo libre de los jóvenes actuales y unas expectativas familiares que no coinciden con las del resto de miembros de la estructura.


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