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Actividad física y salud mental

   
Maestro en Ciencias de la Salud Pública
Académico de Tiempo Completo del Departamento de Ciencias del Movimiento
Profesor de la Carrera de Cultura Física y Deportes
Universidad de Guadalajara

M.C.S.P. Pedro Reynaga Estrada
(México)

 

 

 

 
Resumen de la plática radiofónica llevada a cabo el 18 de agosto del año 2001. Archivo: radiodep2.
 
Primeramente, agradezco la invitación al Dr. Gustavo Velarde para que un servidor platicara
en este programa de Clínica Deportiva, así como a la estación de radio
"SUPERDEPORTIVA" (Sintonizar 1370 en Amplitud Modulada (A.M))
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 40 - Setiembre de 2001

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    Pues bien, un paso importante para asumir una perspectiva científica es la definición de los conceptos de los que uno va a hablar. En nuestro caso necesitamos definir lo que es la actividad física y lo que es la salud mental o psicológica.

    Por ello, en primer término, la Actividad Física se ha entendido solamente como "el movimiento del cuerpo". Sin embargo, debemos superar tal idea para comprender que la Actividad Física es el movimiento humano intencional que como unidad existencial busca el objetivo de desarrollar su naturaleza y potencialidades no sólo físicas, sino psicológicas y sociales en un contexto histórico determinado. (Girginov. 1990:9). Consideramos que la práctica de la actividad física, tanto de juego como formativa o agonística, tiene una gran importancia higiénico preventiva para el desarrollo armónico del sujeto (niño, adolescente y adulto) para el mantenimiento del estado de salud del mismo. La práctica de cualquier deporte (Del francés desport, entretenimiento) conserva siempre un carácter lúdico "y pudiera ser una buena medida preventiva y terapéutica, ya que conlleva aspectos sociales, lúdicos e incluso bioquímicos que favorecen el desarrollo de las potencialidades del individuo". (Ceballos 2000: 373, 376).

    El carácter positivo de la salud mental se ha construido desde los campos de la personalidad, la psicoterapia, la Psicología Social y la Salud Mental Comunitaria y los principales teóricos que abordan el este sentido positivo son: Strupp y Hadley, Allport, Rogers, Maslow y Marie Jahoda (Sánchez Vidal: 1991).

    Desde nuestro punto de vista, la definición de la salud mental, en un sentido positivo, debe retomar la concepción integral o multidimensional de la salud como un proceso complejo y dinámico (ligada a factores biopsicosociales, económicos, culturales, etc.), pero subraya los aspectos psíquicos, a nivel colectivo, en coherencia con nuestro enfoque de estudio de la salud mental pública; sin descartar el nivel individual ni el carácter psicopatológico, sin reducirlo a ellos (Drevillon: 1999: 48-49; Devís:2000;16; Sánchez Vidal: 1991: 94 y ss). Así, y en coherencia con el concepto de salud integral definida, entendemos la salud psicológica o mental como el estado psicológico de bienestar percibido (Sánchez Bañuelos: 1996: 50- 51,54- 55), y algunos parámetros de esta relación , pueden ser: 1. (General) Sensación subjetiva de bienestar general/ satisfacción con la vida 2. (Específicos) Estados de ánimo, Niveles de ansiedad y autoestima, y socialización.

    Diversos puntos de vista explican la relación entre el ejercicio físico y la salud enfocándose únicamente a las dimensiones biológicas, o psicológicas, pero nuestra postura comprende la interconexión somatopsíquica, aunque por cuestiones de limitación teórica- metodológica enfocamos nuestro campo de estudio a los aspectos psicológicos de la salud. (Devís:2000:15; Sánchez Bañuelos: 1996: 37-38;).

    La forma de explicar esta relación varía, dependiendo del enfoque: Algunos lo explican como mecanismo fisiológico, o neurofisiológico en términos de liberación de hormonas y neurotransmisores, que repercuten en el mejoramiento psicológico; o como proceso psicológico, en el que se considera una forma de relajación, diversión, evasión de pensamientos, emociones y conductas desagradables y que incluye sensaciones de autosuficiencia, control y competencia. (Sánchez Bañuelos: 1996: 51-53, 55).

    Partiendo de estos elementos básicos de la Salud Mental Positiva, se han encontrado diversos estudios y resultados empíricos que apoyan la relación entre la actividad física y la salud psicológica, aunque se les ha criticado por la falta de consistencia metodológica y por la carencia de estudios longitudinales (Sánchez Bañuelos: 1996).

    Algunos autores relacionan la práctica sistemática del ejercicio físico con una sensación acentuada de control sobre sí mismo y de las funciones corporales, lo que genera una mejor percepción del estado general de bienestar. Así mismo la motivación debe incluirse como un elemento básico para comprobar el efecto del ejercicio físico en la salud psicológica del deportista, definido por el tipo de satisfacción logrado (condición física, competencia, o sensación de bienestar) (Sánchez Bañuelos: 1996: 38 y 56)

    En diversos estudios se considera que el ejercicio distrae o aleja la atención del individuo de ansiedades de origen cognitivo, liberándole de las mismas (Garnier y Waysfeld:1995: 11; Sánchez Bañuelos: 1996: 38 y 56), y además se produce cierta sensación de mejorar el afrontamiento del estrés (Berger y Steptoe y Cols, cit. Cr. Sánchez Bañuelos: 1996:56), la sensación de bienestar corporal, y su consecuente mejoramiento de la autopercepción del cuerpo y la autoestima1 , al grado de que en el caso de los adultos mayores se perciben más jóvenes, lo cual conlleva un aumento en la capacidad de sentir placer hedonista y lúdico, así como mayor integración social (Garnier y Waysfeld:1995: 11; Becker: 1999:2) Aunque la mayoría de los beneficios psicológicos de la práctica de la Actividad Física y del deporte descritos previamente en los estudios realizados en adultos se han extrapolado en los niños y adolescentes, con resultados semejantes en el incremento de la autoestima, el autoconcepto, la convivencia social, y la disminución de la ansiedad y otros factores psicopatológicos, el carácter distintivo de la relación de la actividad física y la salud mental en la infancia, se ha establecido por la mayor probabilidad de permanecer activo el resto de la vida si en esta edad se consolidan los hábitos de ejercicio, es decir mejora el estilo de vida, y con ello, la calidad de vida (Sánchez Bañuelos: 1996). Recordemos que la infancia y la adolescencia son los periodos más importantes de la vida para adquirir hábitos de vida y comportamientos. Para lograr lo anterior, se habla de 3 factores importantes de los hábitos deportivos: Hábitos deportivos de los padres -sobretodo de la madre-; Importancia de la Educación Física en la escuela en la que esté inscrito y el interés que despierte su profesor; la motivación del joven en el ejercicio físico -diversión o convivencia, por ejemplo (Casimiro: 2000). Y no se diga del fortalecimiento moral del niño, como el coraje y la decisión para obtener éxitos, resolución de problemas, la honradez y el buen humor, así como el seguimiento de normas y reglas de conducta ante el juego y el deporte. De aquí se desprenden otros beneficios como la formación del carácter, el rendimiento académico y el logro social, así como la movilidad y la promoción social (Sánchez Bañuelos: 1996: 60-62).

    Es por estas razones que históricamente se ha retomado el deporte en la educación Física, para enaltecer virtudes educativas- socializadoras tales como el afán de superación de metas y lucha ante el esfuerzo, la capacidad de cooperar y trabajar en equipo, fomentar valores y actitudes, maduración personal y de grupo, participación, empatía, etc. (Sánchez Bañuelos: 1996: 62 y ss).

    En el caso de los adolescentes, su situación es distinta: el equilibrio emocional infantil por la protección familiar quedó atrás y comienzan conflictos internos y negativos como la rebeldía, el aislamiento, la búsqueda de identidad, etc. El adolescente valora en esta situación si la actividad física compensa tales sentimientos. Por ejemplo, para las señoritas el fracaso, la vergüenza. Posteriormente, el joven al entrar al periodo adulto necesita integrarse con su entorno, por lo que esta es una fase adecuada para promover las actividades deportivas (Casimiro: 2000: 5).


Conclusiones

  1. La actividad física debe entenderse como movimiento humano intencional, y como tal, es indivisible en los aspectos físicos, psicológicos, sociales, etc.

  2. Hablar de salud mental debe remitirnos a una delimitación meramente teórica de la salud pero que en la realidad está unida en forma integral a las dimensiones no sólo psíquicas, sino también biológicas, físicas, sociales, económicas, políticas, culturales, etcétera. Además hablar, en dichos términos de salud mental nos debe remitir al proceso de salud- enfermedad para establecer el sentido positivo de la salud mental, y no reducirlo a un sentido solamente negativo, aunque ambos estén indisolublemente unidos en un continuo.

  3. La asociación entre actividad física y salud mental es positiva, en tanto la realización de una actividad física regular y moderada conlleva beneficios psicológicos, entre los que destaca el mejoramiento de la percepción del estado general de bienestar, aplicado a todas las edades (niños, adolescentes y adultos) y sexos (hombre y mujeres), aunque con sus diversas particularidades y especificidades.


Nota

  1. La autoestima podemos definirla como "el grado en que una persona valora la autopercepción de su propia imagen (Casimiro: 2000: 1)


Bibliografía básica

  • BECKER, Benno. "El cuerpo y su implicancia en el área emocional". En: Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital. Buenos Aires. Año 4. no. 13. Marzo de 1999.

  • CASIMIRO, Antonio J. "Autoconcepto del joven en función de su nivel de condición física y de sus hábitos de vida". En: Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital. Buenos Aires. Año 5. no. 24. Agosto de 2000.

  • CEBALLOS Rivera J.J; Ochoa Muñoz J; y Elizabeth Cortez Pérez. "Depresión en la adolescencia. Su relación con la actividad deportiva y consumo de drogas". Revista de Medicina del IMSS. 2000; 38 (5): 371- 379).

  • DEVÍS DEVÍS, José. Actividad Física, Deporte y Salud. España. 2000.

  • DREVILLON, Jean. "Comentarios al artículo de Jean Rivolier". En: LE SCANFF, Chistine y Jean Bertsch (Dir.). Estrés y rendimiento. España. INDE Publicaciones. 1999. Pp. 46- 53.

  • GARNIER y WAYSFELD: Alimentación y práctica deportiva. España. Ed. Hispano Europea.1995.

  • GIRGINOV Vassil G. Tiempo libre y Deporte. Bucarest. 1990. Editorial FIEP. 2da edición.

  • LÓPEZ Buñuel y cols. "La motivación en la clases de educación física". En : Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital. Buenos Aires. Año 4. no. 17. diciembre de 1999.

  • SÁNCHEZ Bañuelos, Fernando. La actividad física orientada hacia la salud. España. Biblioteca Nueva. 1996.

  • SÁNCHEZ Vidal, Alipio. Psicología Comunitaria. Bases conceptuales y operativas. Métodos de intervención. Barcelona. Promociones y Publicaciones Universitarias. 1991. 2da. edición.


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