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Olimpismo: amor, pasión y....
casi se "calienta" la Guerra Fría

   
Profesor de Educación Física
Entrenador Nacional de Atletismo
(Argentina)
 
Jorge de Hegedüs
jhegedus@sinectis.com.ar

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 40 - Setiembre de 2001

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Introducción

    A fines de la década de los años cincuenta del siglo pasado, el eminente estadista británico Sir Winston Leonard Spencer Churchill pronunció una frase que encerraba un hondo problema dramático, el cual con el tiempo tuvo connotaciones muy serias: "una cortina de hierro ha descendido en Europa" . Efectivamente, a partir del año 1949 se produjo una enorme división o separación en Europa desde el momento en que varias naciones de dicho continente - Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Bulgaria, Rumania y Albania, parte de Alemania - quedaron "del otro lado" de esa "cortina de hierro" y es por dicho motivo que empezó a existir la expresión de "países del Este". ¿Qué significaba en la práctica esta separación? Básicamente vino significar un serio aislacionismo por parte de estos países con relación al mundo liberal - capitalista.

    Se produjo por ello, entre otras cosas, una sensible baja en la emigración de los habitantes de dichos países hacia otras latitudes. El autor pudo comprobar personalmente y en forma reiterada la imposibilidad de salir o "atravesar" dicha "cortina" por todos aquellos que así hubieran querido hacerlo. Existió mayor posibilidad de transitar desde el exterior hacia "ese lado" de la cortina de hierro, que a la inversa. Un claro ejemplo de esta situación se planteaba cuando delegaciones deportivas, musicales o cuerpos de ballet efectuaban una gira por el otro lado de dicha cortina. ¿Qué ocurría en estos casos? Que dichas delegaciones estaban conformadas no solamente por los actuantes en las expresiones culturales anteriormente expresadas, sino además por gran cantidad de guardias de seguridad (en un principio por la NKVD y luego por la KGB) con la finalidad de controlar a las delegaciones y tratar de evitar las desersiones. Esto se lograba a medias y por tal motivo se empezó a divulgar el famoso chiste de "un cuarteto de músicos consiste en la Orquesta Filarmónica de Moscú.... después de una gira por Occidente". Sin embargo todo esto ha quedado en el pasado después de la apertura que llevó adelante Mihail Gorbachov y la consecuente caída del Muro de Berlín, la "cortina de hierro", lo cual simbolizó la desaparición tanto de la Unión Soviética como también la confrontación Este - Oeste o "guerra fría".

    Volviéndonos nuevamente a la situación existente antes de la caída de la "cortina de hierro", se planteaban constantemente situaciones de todo tipo. Aquí se detallará una de ellas, la cual hizo verdaderamente "época" y es muy recordado no solamente por el mundo deportivo, sino muy especialmente por el diplomático - político.


Juegos Olímpicos de Melbourne '56

Olga Fitokova

    En el mes de Diciembre de 1956 se realizaron los 1ros. Juegos Olímpicos en el hemisferio sur, específicamente en la ciudad de Melbourne. El día 23 tuvo lugar la confrontación deportiva del lanzamiento del disco para damas, la cual mostró a todos los asistentes del publico australiano y también visitantes, una dura batalla entre una ex-jugadora de básketbol del equipo nacional de Checoslovaquia y que luego pasara a dedicarse al lanzamiento del disco, frente tres excelente lanzadoras provenientes de la ex Unión Soviética. En el primer caso se trataba de Olga Fitokova, la cual enfrentaba a Irina Beglyakova, Nina Ponomaryeva y Albina Yelkina. La checoslovaca lucía una bella figura espigada frente a los poderosos físicos de las soviéticas, pero ello no fue obstáculo para que de entrada se entablara una fuerte batalla entre ellas, con una alternancia en la 1ra. ubicación. En el 1er. tiro Fitokova se puso al frente, sin embargo fue sobrepasada por Beglyakova y otras mediante lo cual desplazaron a la checa al 4to. lugar. Sin embargo la gran algarabía vino en el último tiro lo cual posibilitó que Fitokova obtuviera el 1er. puesto con 53.69 m y con ello la medalla dorada para su país. Irina Beglyakova obtuvo la medalla de plata con 52.54 m.


Harold Connolly

    Al día siguiente del lanzamiento del disco para damas, el 24 de Diciembre, se disputó el lanzamiento del martillo para varones. El espectáculo lo darían dos excelente lanzadores norteamericanos como ser Harold Connolly y Albert Hall, frente a los soviéticos - los cuales estaban progresando a pasos agigantados - Mihail Krivonosov y Anatoly Samosmetvov. Entre los "ranqueados" de los 10 o 20 primeros en el lanzamiento del martillo la Unión Soviética se destacaba netamente por sobre todas las otras naciones. De todas maneras el récord mundial lo poseía una "mosca blanca" como lo era el lanzador Harold Connolly dado que poseía el récord mundial con 68.54m. La batalla de éste frente a los colosos soviéticos fue fenomenal, pero finalmente este lanzador oriundo de Massachusetts logró imponerse a Krivonosov por un pequeño margen de apenas 16 cm: 63.19m contra 63.03. A manera de anécdota se puede mencionar que el lanzador norteamericano utilizaba zapatillas de ballet para su mejor movilidad en el círculo además de poseer el brazo izquierdo algo más corto que el derecho.


Harold Connolly y Olga Fitokova

    Ambos resultados, la de Fitokova y Connolly merecieron una consideración especial, aunque no por el rendimiento deportivo e incluso las medallas doradas obtenidas. Existieron otras cosas que sí se destacaron tanto en el ambiente deportivo como también el político. El hecho es que ambos deportistas campeones olímpicos se conocieron en la Villa Olímpica y....también se enamoraron. Obviamente esto tendría que llamar la atención por el lado romántico dado que se trataba de dos personas jóvenes y muy atractivas. Hubieron varios deportistas olímpicos que unieron sus vidas en el matrimonio. Pero en este caso se trataba de un asunto muy especial dado que ambos jóvenes pertenecían a naciones ubicadas a "ambos lados" de la Cortina de Hierro, y como hemos visto con anterioridad, el emigrar desde el Este hacia el mundo liberal - capitalista era prácticamente imposible, por más que existiera el amor. Sin embargo Harold Connolly removió cielo y tierra por el "amor de su vida". Las gestiones se iniciaron primero al nivel de embajada, y como esto no dio resultado este atleta se trasladó a la misma Checoslovaquia para gestionar ante dicho gobierno la autorización para que Olga Fitokova pueda salir hacia Occidente.

    Prácticamente hubo un clamor mundial tras este asunto, y muchos hasta pensaron que "el hielo de la guerra fría se estaba derritiendo por el calor del amor". Finalmente la atleta checoslovaca fue autorizada a emigrar a los Estados Unidos a mediados de 1957 y como un caso muy especial. La boda ya se había realizado en Praga a través de un brillo muy publicitado pues fueron miles los asistentes a dicha ceremonia. Los flamantes esposos escribieron luego un libro titulado "Anillos del Destino" detallando su romántica odisea y describiendo todo lo que tuvieron que experimentar para llevar a cabo su matrimonio. Incluso más tarde se hizo una película sobre este asunto, aunque con el propio "sello" de Hollywood. Harold Connolly y Olga Fitokova se instalaron en California en donde él continuó ejerciendo su profesión docente como maestro de escuela primaria mientras que su esposa Olga se desempeñaba como profesora de educación física. Luego ambos compitieron en los Juegos Olímpicos de Roma, Tokio y México aunque no llegaron a ubicarse en los puestos de privilegio. De todas maneras Connolly en 1972 fue el primer lanzador de Martillo que cruzó la barrera de los 70 en su disciplina (70.33m). Esta pareja llegó a tener varios hijos, entre ellos a un par de mellizos. ¿Cuál fue finalmente el resultado final de todo esto? Pues "no comieron perdices ni vivieron felices" dado que terminaron divorciándose en 1973. Harold luego contrajo matrimonio con la deportista olímpica Pat Daniels.


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