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El líder y la formación
de la condición de líder en el equipo deportivo

  Licenciado en Cultura Física. Profesor de Gerencia Deportiva
Sede Universitaria Sancti Spíritus. Universidad Central de Las Villas
(Cuba)
Jesús Pizarro Marín
pizarro@uclv.etecsa.cu

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 38 - Julio de 2001

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Diferenciación de los papeles de líder

    Según se ha dicho, el liderazgo es un indicio atributivo de un grupo de personas en actividad. El sujeto de los procesos de liderazgo puede serlo un líder que encarne todas las atribuciones de autoridad en una sola persona, y entonces se trata de un deportista concreto en el equipo que desempeña el papel de líder. También puede intervenir como líder un sujeto colectivo, y entonces la autoridad y todas sus atribuciones se concentran en el grupo de deportistas que desempeñan el papel de líder. La práctica demuestra que con bastante frecuencia, en un equipo deportivo el papel, por ejemplo, de líder instrumental lo desempeñan dos o tres personas. Uno, digamos, resuelve las tareas del equipo en la defensa; otro en el ataque, etc, en función del contenido de la actividad deportiva, el tipo y la complejidad de las tareas a resolver.

    Sería erróneo afirmar que el liderazgo abarca esferas muy limitadas de actividad vital de un grupo deportivo. Además de las prácticas de entrenamiento y la actividad competitiva de los deportistas, el liderazgo y los líderes están representados en la esfera de los entretenimientos y del descanso del equipo, en la esfera de los intereses cognoscitivos y sociales, personales y colectivos; la necesidad de auto-organización y autocontrol en el equipo deportivo se hace extensiva también a cualquiera de los aspectos de la actividad de los deportistas no relacionados directamente con el contenido y los objetivos de "su" deporte. La diferenciación de los líderes en el equipo deportivo está condicionada por sus necesidades objetivas, en la satisfacción de las cuales están interesados los integrantes del equipo. Ello supone la actividad organizativa y coordinadora de los líderes. La actividad organizativa incluye acciones encaminadas a ordenar las interacciones en el equipo para alcanzar el objetivo. Ello se expresa en la diferenciación de las funciones, la cual permite aunar e integrar las acciones y los esfuerzos de los miembros del equipo en una dirección.

    Los papeles de líder pueden ser diferenciados según distintos indicios. Consideramos como el más logrado y eficaz en este sentido el intento de R: L. Krichevski, quien propuso diferenciar los papeles de líder según su aporte a uno u otro elemento enjundioso de la actividad grupal. El propio autor prioriza la conducta activa, que está condicionada por los objetivos y las tareas de la propia actividad deportiva. Tal orientación permite identificar a los líderes instrumentales. Si la iniciativa y la creatividad están orientadas a fomentar favorables relaciones interpersonales y un clima psicológico favorable en el equipo, ello permite identificar al líder expresivo. La diferenciación de los líderes en instrumentales y expresivos está relacionada con el análisis de la estructura de la actividad de grupo.

    Si usamos la terminología de I. P. Volkov, podemos afirmar que el líder instrumental está orientado a la superestructura del equipo deportivo, y el expresivo, a la subestructura e influye sustancialmente en el surgimiento en el equipo de distintos efectos, por ejemplo, simpatía o antipatía mutua, etc.

    os líderes instrumentales han de considerarse como los ayudantes más inmediatos del entrenador en la solución de los problemas de la preparación técnico-táctica y especial. Ellos promueven la búsqueda de los métodos y medios más modernos de superar la maestría de los deportistas, discuten con el entrenador las ideas que surgen.

    Los líderes expresivos son los ayudantes más inmediatos del entrenador ante todo en la labor educativa, lo que es de particular importancia en los equipos infantiles y juveniles. En los equipos adultos es inapreciable su ayuda en la prevención y profiláctica de distintos conflictos interpersonales, en la organización del ocio, la realización de actividades sociales. El liderazgo instrumental y expresivo es un hecho real en cualquier equipo deportivo.

    Para alcanzar altos resultados en el deporte, con una marcada orientación al récord, al título de campeón del país, del mundo, olímpico; los atletas y los equipos deportivos realizan su actividad de manera más eficaz si se basan rigurosamente en el mando único y concentran la autoridad en un limitado número de personas, puesto que la toma de decisiones, por ejemplo, en medio de una competición significativa, implica responsabilidad y riesgo. La responsabilidad debe ser personal, pues de lo contrario, ésta se diluye y da paso a la irresponsabilidad.

    Una tendencia más se manifiesta en la práctica de la actividad deportiva de los equipos principiantes. En estos equipos es más eficaz el liderazgo concentrado, es decir, más vale que en un principio el equipo tenga un solo líder manifiesto y fuerte. Tal personalidad en el equipo influye sustancialmente en el estado psíquico de sus integrantes, les infunde seguridad y contribuye a asegurar un funcionamiento más estable y fiable de cada deportista.


Formación de la condición de líder

    En el deporte el líder puede significar "el primero", "el más fuerte", y ello tiene un sentido propiamente psicológico: la influencia rectora (manifiesta u oculta ) y la aceptación de esta influencia.

    ¿Qué es lo que determina la situación del deportista en el equipo?, ¿Por qué uno llega a ser líder y los compañeros de equipo le siguen, y otro en una situación análoga no puede ejercer una influencia sustancial en los mismos? A estas cuestiones se ha dedicado un suficiente número de trabajos, y su análisis demuestra ante todo la imposibilidad de dar una respuesta unívoca. En uno de los trabajos tempranos sobre el problema de formar la condición de líder, o como se decía entonces, del "papel de conductor", A. S. Zaluzhni señalaba que una diferencia demasiado grande en el nivel de desarrollo entre uno y otros miembros de un grupo, no favorece el proceso de formación del conductor del grupo. El conductor (líder) debe estar estrechamente ligado a los integrantes del grupo, debe serles comprensible e íntimo, por consiguiente, no debe distinguirse demasiado de los miembros del grupo por ciertas propiedades, por ejemplo de su inteligencia o de su voluntad. Desarrollando esta tesis, se puede advertir que se trata de la diferencia excesiva entre el líder y los guiados, pero dentro de ciertos límites esto es admisible e incluso necesario, pues el líder es promovido para este papel no sólo porque se parece a otros, sino también porque en algo se diferencia de los demás.

    El análisis de la literatura y de los hechos proporcionados por la práctica del deporte, demuestran que sobre el proceso de promoción del deportista como líder del equipo, ejerce una determinada influencia una serie de factores. Entre la variedad de determinantes de la condición de líder, desempeñan un papel notable en este proceso, las cualidades individuales. El nivel de desarrollo y las particularidades de su manifestación están representados de manera diferente en los guiados y los líderes. Ya se ha dicho que el líder posee cualidades significativas más desarrolladas para la actividad deportiva: la capacidad para organizar el trabajo, el espíritu de iniciativa y creatividad, la seguridad de sí mismo, la exigencia y algunas propiedades del intelecto entre otras. Por consiguiente, la personalidad del líder, efectivamente tiene determinadas diferencias en comparación con la personalidad del guiado, pero no se puede afirmar que es esta circunstancia la que permite al deportista ocupar la posición de líder. Existen también otras causas que propician la formación del líder o que frenan este proceso.

    La distribución de los papeles en el equipo deportivo, depende en un grado considerable de la particularidad de la percepción social por el deportista de otra persona, de otros y de sí mismo. En los trabajos de muchos psicólogos se ha establecido que el líder percibe mejor y con mayor precisión que otros, los pensamientos, las emociones y las aspiraciones de sus compañeros. En los equipos deportivos, la precisión y la eficacia de la percepción social dependen sustancialmente del nivel de desarrollo del equipo como colectivo. En los equipos de más alto nivel de desarrollo, con personas de liderazgo más expresadas, los líderes por regla general, perciben y evalúan de manera más exacta y adecuada a los compañeros de juego, su papel, su iniciativa y su aporte a la consecución de los objetivos del equipo deportivamente más significativos. Se puede destacar algunas particularidades de la percepción social en los líderes, relacionadas con la diferenciación de los papeles de líder en el equipo. El líder instrumental se distingue del expresivo por la percepción del entrenador del equipo. Evalúa la personalidad de este último de manera más exacta.

    En el proceso de percepción social, el líder instrumental diferencia más finamente las particularidades individuales del entrenador, destacando una serie de cualidades que lo caracterizan ante todo como especialista y profesional en su modalidad deportiva, luego se perciben y se evalúan las propiedades que revelan sus virtudes y sus defectos como dirigente, organizador y administrador del equipo y, por último, en tercer término, las cualidades que caracterizan al entrenador como "buena" o "mala" persona, es decir, sus cualidades humanas generales (la comprensión de otras personas, la sociabilidad, etc.). Ello no hace sino confirmar la marcada orientación de los líderes instrumentales a los objetivos y las tareas de la actividad deportiva y a los métodos y medios de organizarla para lograr los objetivos y propósitos significativos del equipo.

    En la formación de la posición de líder influye en un grado determinado la capacidad del deportista para la empatía y la personificación.

    Tradicionalmente por empatía se entiende la capacidad de incorporarse al mundo de las emociones de otro, a su vida emotiva. Diferentes personas poseen diversas medida de empatía; cuanto más está predispuesto a ella un sujeto, tanto más fácil le es conocer y comprender a otro, es decir, la empatía en este caso puede considerarse como forma específica de conocimiento emocional. En la empatía predominan las características emocionales del sujeto. Los experimentos demuestran que los líderes poseen más elevadas capacidades empáticas y ello les permite predecir más exactamente la opinión de grupo, la orientación de grupo. En el deporte no hay estudios especiales dedicados a la empatía, pero algunos trabajos sobre la cohesión, el clima psicológico, el diagnóstico de los grupos y colectivos deportivos, así como los datos empíricos propios, demuestran que los deportistas con una elevada capacidad empática poseen una más alta condición en el equipo e intervienen en el papel de líderes con más frecuencia que otros. En los equipos deportivos cohesionados, en los equipos con un clima psicológico favorable, los líderes predicen más exactamente la opinión del equipo sobre cuestiones deportivamente significativas, determinan más cabalmente el estado de ánimo del equipo y sienten más su disposición, por ejemplo para el próximo juego. Así pues, el alto nivel de la capacidad empática influye favorablemente en la formación de la condición de líder.

    La práctica deportiva demuestra que la formación del status de líder se determina en un grado sustancial por el nivel de maestría deportiva, la experiencia y la antigüedad. La experiencia y la antigüedad deportivas se correlacionan positivamente con la distribución de papeles en el equipo según el criterio "líder-guiado".

    Un deportista más experimentado con un gran tiempo de actuación en el equipo en cuestión, habitualmente goza de un merecido prestigio y derecho a influir en las decisiones del equipo e interviene más frecuentemente que otro en el papel de líder. Sin embargo, no siempre el deportista más experimentado y rendidor pasa a ser líder, pues ni la antigüedad deportiva, ni la experiencia, ni la elevada maestría, aseguran de por sí mismas el papel de líder en el equipo.

    Los estudios de los diferentes autores atestiguan que la condición de líder se configura bajo un determinado influjo positivo de las razones y las motivaciones de los deportistas. Un deportista orientado a conseguir el objetivo del equipo, trata con más frecuencia que otros, de desempeñar las funciones de líder. Si tal deportista descubre que su iniciativa y su actividad contribuyen a lograr objetivos del equipo y que sus esfuerzos no resultan vanos, también en lo sucesivo trata de ser líder, aspira a organizar los esfuerzos colectivos para resolver las tareas del equipo.

    No siempre un líder sigue siéndolo en una situación crítica. En algunos equipos deportivos, sucede que en el momento más tenso del partido, las funciones de líder las asume un jugador que habitualmente no desempeña el papel de líder práctico, pero que es capaz precisamente en esta situación, de encontrar la solución correcta, óptima y organizar los esfuerzos colectivos y la interacción. Si al crearse una situación crítica, el líder continúa siéndolo, se produce un brusco incremento de las atribuciones de éste, apareciendo en él, elementos de una conducta desacostumbrado. Emprende una serie de intentos de encontrar soluciones, es decir, propone variantes de solución no tradicional de la situación no creada.

    Si el líder encuentra apoyo y comprensión entre sus compañeros, sale exitosamente de la situación crítica. El equipo parece cobrar nuevas fuerzas y energías, se refuerza la ayuda y el apoyo mutuos, se eleva la eficacia de las interacciones. Finalmente, debemos destacar que el líder es el dirigente extraoficial, aquel que toma para sí la responsabilidad en la solución.


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