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Educación Física e Historiografía: una mirada
sobre textos claves para la historia de la disciplina
María Eugenia Martínez Gorroño

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 38 - Julio de 2001

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    En cualquier caso, opinamos que, como debió suceder en otros momentos históricos, la evolución de los contenidos llegó antes a la práctica de la enseñanza que a los currículos oficiales y a las publicaciones que, como las citadas, se encontraban muy cercanas a los postulados oficialistas. En este sentido, entendemos que la primera de las obras citadas representa la resistencia ante un contenido -el deporte- que ya iba ganando espacio y tiempo de dedicación en los Planes de Estudios de las instituciones de formación y que incluso aparecía citado expresamente en Decretos de la década de los cincuenta: "a la Educación Física se dedicarán tres horas semanales en todos los cursos de Bachillerato, sin perjuicio del tiempo dedicado a los ejercicios deportivos" (Decreto de 12 de junio de 1953).

    Esta evolución en los contenidos de la Educación Física escolar, con la cada vez mayor presencia del deporte y el declinar de las "tablas" de la gimnástica sueca, se aprecia de manera irreversible en la tercera de las obras señaladas: "Técnica de la Educación Física" (1970). Esta evolución curricular, que se correspondía con la experimentada con anterioridad en otros países, no tuvo una incidencia muy directa en la propia evolución de la Didáctica de la Educación Física. Fruto de su tiempo, la obra recoge una concepción de Didáctica muy restringida que deja apreciar la falta de atención hacia proyectos formativos amplios y se centra en aspectos vinculados al día a día del docente. La expresión "didáctica de la lección" empleada por los autores y la continuidad con obras anteriores en temas que afectan al desarrollo de lo que, en la actualidad, denominamos como "sesión" de clase (atención a las pausas y progresión del esfuerzo, aspectos disciplinares y de organización mínima de su estructura, etc.), ofrecen una idea de la falta de un concepto amplio de didáctica.

    La nueva Ley de Educación (1970), salvando las diferencias en cuanto a cantidad y calidad, originó un efecto de reactivación de las obras escritas como sucedió años más tarde con la actual L.O.G.S.E. Entre estas obras, de acuerdo con el objeto de este artículo, queremos destacar la "Guía didáctica del área de Expresión Dinámica", editada por de la entonces denominada Junta Nacional de Educación Física. La "Guía didáctica del área de Expresión Dinámica" se publicó en dos partes: la primera apareció en 1971 y se orientó hacia la "primera etapa" de la nueva Enseñanza General Básica (E.G.B.) promovida por la Ley de Educación. La segunda parte, editada en 1974, de la "Guía didáctica del área de Expresión Dinámica" se orientó hacia la "segunda etapa" de la E.G.B., completando de esta forma la atención a la educación obligatoria.

    En cuanto a la primera parte, los aspectos didácticos de la Educación Física, relacionados con las formas de enseñanza, continuaban teniendo una presencia escasa y de carácter muy tradicional. Así, por ejemplo, en la página 136 podemos encontrar la descripción clásica de las técnicas de enseñanza más directivas definidas en el ciclo de la tarea de enseñanza: "explicación, demostración, ensayo, corrección y repetición y perfeccionamiento".

    En las "Directrices metodológicas" (pág. 133 y ss.) se seguían apreciando vestigios del predominio ejercido por la gimnástica sueca en las formas de comunicación docente-alumno y se continuaba con referencias a la importancia de la "voz" como "forma de mando". No obstante, aparecían otras formas de comunicación como los "instrumentos, percusión y música" que, en opinión de Hernández Álvarez (1999), motiva a pensar en un cambio de influencias con el alejamiento paulatino de la "escuela sueca" y el acercamiento a la "gimnasia natural" austríaca.

    Como ya hemos señalado, la segunda parte de la guía hacía referencia a la Educación Física para los alumnos de la segunda etapa de la Enseñanza General Básica (12, 13 y 14 años). En cuanto a los aspectos más didácticos cabe resaltar, aunque no se le dedicara demasiado espacio, la influencia que la obra recibe y transmite sobre la importancia que la "programación" adquiere en esa época. En un contexto pedagógico en el que predomina la programación por objetivos de conducta, la obra, específica de Educación Física, recogió esta influencia y contribuyó a crear una mentalidad tecnocrática que tampoco se alejaba demasiado de la misma forma de entender la política de la época.

    En el contexto de la "programación", la obra transmite la idea de su necesidad; aborda, aunque escuetamente, las características de la programación; los tipos de programación; y sobre todo pone el acento en el tema de los objetivos y la necesidad de concretar las intenciones educativas de la administración en conductas operativas. Como ejemplo de las connotaciones conductistas de la época veamos la siguiente cita: "no pueden programarse como tales, por su abstracción y amplitud sobre todo... Es decir, todos los objetivos que el profesor programe, deben ser expresados en términos de conducta..." (pág.. 28).

    Como ya hemos señalado en diferentes momentos, conocer la historia de las disciplinas nos permite comprender algunas características de las situaciones actuales. En este caso, en el análisis de esta obra encontramos un eslabón más de la confusión existente en torno a la denominada metodología de enseñanza. Bien es cierto, que esta confusión puede ser encontrada en otras disciplinas, especialmente en la Pedagogía que estudiábamos unos años después en las Escuelas de Magisterio. En este caso, la indefinición de términos como "método" aparece más nítida y controvertida. Así, en esta obra, método y finalidad de la sesión parecen confundirse y la acepción del término que se observa en la expresión "método mixto" (pág.. 32) hace referencia a las dos finalidades clásicas que debían perseguir las sesiones de Educación Física escolar: la gimnasia educativa y las habilidades en juegos y deportes. En cambio, en la obra aparece la expresión "procedimientos de enseñanza", que se retoma en la actualidad en muchas obras de Didáctica General, para hacer referencia a la interacción docente-alumno (pág. 38) que sigue las pautas del ciclo de la tarea de enseñanza que ya hemos señalado al comentar la primera parte de la obra: "explicación, demostración, ensayo, corrección y repetición y perfeccionamiento". Las bases psicopedagógicas de la escuela activa seguían ausentes y la enseñanza se caracterizaba por ser una práctica directiva en la que el papel protagonista es asumido por el docente.

    Esta forma de entender la sesión tipo, nos permite también comprender la actual dinámica de la sesión de Educación Física para muchos profesionales. El esquema condición física más juegos o deportes sigue presente en la actualidad no sólo en nuestro país sino que, al menos en la década de los ochenta y parte de los noventa, ha estado presente en países tan distantes como Australia (ver Kirk, 1990). Es lo que podríamos denominar, utilizando una expresión actual referida a la economía mundial, "globalización" del currículum con la presencia de las mismas corrientes dominantes en diferentes latitudes. En todo caso, la obra muestra la consolidación de esta evolución curricular que, tímidamente, se dejaba observar en la que hemos citado anteriormente, escrita en 1970, y titulada "Técnica de la Educación Física" .

    Mención especial merece, en nuestra opinión, una obra cuyo contenido, después de más de treinta años de su publicación, sigue teniendo un cierto vigor y relevancia en el ámbito profesional . Se trata, sin duda, de una de esas obras que hacen historia y que se adelanta a su tiempo no sólo en nuestro ámbito sino en el de la Pedagogía en general. Nos referimos a la obra de Mosston "Teaching physical education. From command to discovery", que fue traducida al español como "La enseñanza de la Educación Física". Por su relevancia, en una época de cambios, y su permanencia en el tiempo, queremos dedicarle un espacio mayor en este artículo aún a costa de no citar otras obras significativas.

    La obra, escrita en la década de los sesenta, supuso en ese momento una propuesta ecléctica entre dos posiciones enfrentadas en la enseñanza de la época. Una vez más, el análisis histórico del contexto en el que la obra apareció, nos permite comprender mejor su significado.

    Nos encontramos, simbólicamente hablando, en la mitad de la década y en plena confrontación entre los partidarios de los denominados estilos tradicionales de enseñanza y los defensores de los estilos liberales (para comprender mejor esta situación el lector puede dirigirse a la obra de Bennett, traducida al español en 1979). Asimismo, había comenzado una sórdida pugna en torno a la programación por objetivos conductuales que, en 1972, se hizo patente en la Convención de Chicago de 1972 de la American Educational Reseach Association, cuando los partidarios de unos y otros enfoques se manifestaban públicamente a través de una campaña organizada y en la que se llegó a utilizar los adhesivos en los coches con mensajes del tipo: "Ayuda a suprimir objetivos conductuales" o "Ayuda a suprimir algunos objetivos no conductuales" (Stenhouse, 1984:109).

    En este contexto histórico, la obra de Mosston, que es publicada por vez primera en nuestro país comenzando la década de los años ochenta, constituyó una ejemplificación de los planteamientos teórico-prácticos de la época que trataban de sistematizar el análisis de las conductas del profesor con el objeto de lograr una clasificación de las mismas. La dificultad de este tipo de intentos aparece descrita en la ya citada obra de Bennett, pero Mosston llegó a una solución que se configura como un avance significativo para la enseñanza de la Educación Física a través de la construcción teórica de una serie de "estilos de enseñanza" en los que trató de combinar las posturas existentes y enfrentadas de la época, justificando el empleo progresivo de diferentes "estilos" de enseñanza en un avance desde la dependencia del alumno del docente hasta la autonomía en el aprendizaje. Como señalaba el propio Mosston, los "estilos" "se relacionarán uno con otro de modo que reflejen un proceso evolutivo de toma de decisión concerniente a respuestas físicas, interacción social, crecimiento emocional e implicaciones intelectuales" (1988:22).

    Mosston no renunciaba a aquellos estilos de enseñanza más cercanos a los denominados por Bennett como tradicionales, pero los situaba en un primer momento de la relación docente-discente, como un punto de partida sobre el que ir construyendo la independencia del alumno sobre "estilos" más liberales. Asimismo, llama la atención que, en el contexto de los años sesenta, el autor refleje en su obra una dedicación al desarrollo de los aspectos sociales y emocionales del alumno que, como bien conocemos, eran repudiados por la concepción conductista y positivista de la ciencia y de la enseñanza de la época. Mosston proponía un camino progresivo de aplicación de los "estilos de enseñanza" que construía basándose en la observación de diferentes profesionales, con la intención de contribuir a un desarrollo de las diferentes facetas de la persona: desarrollo físico, intelectual, emocional y social.

    En la siguiente cita de su autor encontramos una justificación de su filosofía de la educación y el papel que en ella debe jugar la progresiva aplicación de los diferentes "estilos": "La independencia implica capacidad para elegir entre varias convicciones; connota fortaleza para actuar y mantener las convicciones elegidas. Requiere coraje para ser diferente y aceptar lo diferente. Supone capacidad para interactuar con otros individuos... significa que uno puede aprender a ser libre tras anular las limitaciones físicas, las fuerzas sociales opresivas, las prisiones emocionales y el dogmatismo intelectual"... "La educación para la libertad e independencia requiere un proceso de liberación cumplido intencionalmente y desarrollado con elegancia, de modo que la dependencia del maestro disminuya gradualmente hasta lograr un alumno libre" (Edición de 1988: pp. 32-34).

    La obra de Mosston apareció reflejada en la de diferentes autores que se basaban en ella para intentar complementarla o actualizarla. Así, por ejemplo, Delgado Noguera hacía referencia a los "estilos de enseñanza" de Mosston como principios de acción que continuaban "...vigentes así como las premisas en las que se basó el autor", aunque matizaba a continuación que "corresponde ampliar el campo de alguno de ellos y diseñar otras nuevas alternativas" (1992:44).

    También a finales de la década de los sesenta, aunque su distribución en español se produjo a partir de 1972, se publicó una obra que tuvo una gran repercusión en las instituciones de formación del profesorado de aquel momento y en la evolución del currículum de la Educación Física escolar. Nos referimos a la obra de Le Boulch "La Educación por el movimiento" (1972). La filosofía de su autor puede resumirse en frases como la siguiente: "si bien el objetivo de la enseñanza primaria es el de enseñar a leer, escribir y contar, aún falta una cuarta disciplina básica, la educación por el movimiento" (pág. 32).

    Como señalan Hernández Álvarez y Velázquez Buendía (1996), la aportación de Le Boulch fue muy bien acogida por un colectivo profesional a finales de los sesenta y comienzos de los setenta. Las tesis de este autor, en las que se refleja la importancia del movimiento para el desarrollo intelectual y social de los sujetos, además de sus valores para combatir el incipiente fracaso escolar derivado del conocimiento de nuevos problemas como la dislexia, originaban que los docentes y estudiosos de la Educación Física encontraran en ellas un motivo para dignificar una materia cuya consideración y status se encontraba bajo mínimos.

    "La Educación por el movimiento" de Le Boulch es, en nuestra opinión, la principal responsable de que aún exista en los currículos de diferentes países una concepción de la Educación Física basada en el método psicocinético de este autor. La terminología utilizada por Le Boulch sigue presente en los currículos de países, como el nuestro, en lo que afecta a la enseñanza en los primeros niveles del sistema educativo.

    En 1984, apareció una obra que alcanzó un gran eco entre los profesionales de la Educación Física, y, por tanto, no puede faltar en esta selección de obras que han significado un hito para la Historia de la Educación Física en su periodo más actual. Se trata del libro: "Bases para una Didáctica de la Educación Física y el Deporte" de Sánchez Buñuelos. La obra, producto de un periodo de cambios internacionales en las fuentes de elaboración del currículum y, a su vez, de las circunstancias sociales y pedagógicas por las que atravesaba nuestro país, tuvo una gran relevancia. A ello contribuyeron, sin duda, los procesos históricos que llevaron, un año más tarde, a la primera convocatoria de las denominadas "oposiciones" por las que los profesionales de la Educación Física estaban en disposición de acceder a un status de igualdad con el profesorado de otras materias. El colectivo profesional, ávido de obras actualizadas, encontró en ésta una oportunidad de actualización y formación.

    Es necesario pensar que la elaboración de la obra tuvo lugar en los primeros años de la década de los ochenta. Años en los que la psicología cognitiva se asentó en nuestro país y una sociología crítica e interpretativa venía a disputar el campo de estudio a la tradicional sociología descriptiva. En este contexto de cambios, entendemos que, en algunos pasajes, la obra se muestre como un reflejo de la evolución de la época y, entendemos que de su autor. Así, no es difícil interpretar que puedan encontrarse algunas contradicciones internas de forma que cohabitan la defensa de las "ventajas" de una programación por objetivos de conductas tangibles y medibles, más propia de la influencia de una psicología conductista y un enfoque de proceso-producto, con una forma de entender la enseñanza en la que la búsqueda de una mayor autonomía del alumno y de una educación personalizada se constituyen como relevantes innovaciones.

    Como ya hemos manifestado en otras ocasiones, los análisis históricos deben tomar en consideración las circunstancias sociales, culturales e ideológicas que caracterizan cada periodo de tiempo. En el contexto histórico en el que se gestó y se publicó, esta obra contribuyó al establecimiento de las relaciones entre los métodos de enseñanza y el modelo de aprendizaje motor basado en la teoría del procesamiento de la información y la retroalimentación del sistema. Es importante destacar este aspecto de la obra ya que, con demasiada e inoportuna frecuencia, se hace difícil coordinar los esfuerzos de aquellos que, por un lado, se dedican a la investigación sobre el aprendizaje y los que, por otro, tienen su ocupación en la investigación de la enseñanza.


¿Textos para el cambio de siglo, textos para la innovación?: la década del fin del milenio.

    La década de los años noventa supuso un cambio significativo en la producción bibliográfica. La tendencia iniciada en los últimos años de los ochenta se acentuó con la aparición de la nueva Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) y los cambios curriculares que se produjeron en la Educación Física.

    No existe, aún, suficiente perspectiva temporal como para analizar la incidencia que sobre el colectivo profesional y la Historia de la Educación Física pudieron ejercer las diferentes aportaciones aparecidas en esta década, entre ellas las que tuvieron un cierto carácter "oficial" y complementaron la presentación del currículum desde la administración educativa.

    En efecto, en este punto podríamos citar diferentes aportaciones de autores de nuestro país que, a juzgar por el número de veces que aparecen citadas en diferentes obras, están contribuyendo a conformar un acervo cultural en torno a diferentes campos del conocimiento vinculados, en este caso, a la Educación Física en aspectos referidos al currículum y a la Didáctica que constituyen el objeto de este artículo. Por lo prolijo del trabajo y la falta de espacio para, ni siquiera, un mínimo comentario sobre los autores y aportaciones de esta década de los noventa, dejaremos para cuando la distancia temporal permita un juicio más calmado e histórico, el análisis de los autores españoles y su contribución a la disciplina.

    Si tuviéramos que señalar algunas de las obras publicadas en español en la citada década, y utilizando como elemento de selección las propias citas que los especialistas de nuestro país realizan, nos inclinaríamos por mencionar dos procedentes de Australia, publicadas al comienzo de los noventa. Curiosamente, ellas reflejaban una situación de la Educación Física muy similar a la que ofrecía en nuestro país la década de los ochenta y principios de los noventa. Tal vez sea esa la razón por la que estas obras han tenido aquí tanto eco y, también, porque las orientaciones críticas hacia un cambio curricular coinciden en el tiempo con una tendencia de reforma educativa que comenzó a finales de los ochenta y se plasmó en la nueva Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990).


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