efdeportes.com
Alimentos funcionales y dieta

  Universidad de Ciego De Avila
Facultad de Cultura Física
(Cuba)
Lic. Damaris Hernández Gallardo
Lic. Ricardo Arencibia Moreno
damari@facufis.unica.cu

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 37 - Junio de 2001

1 / 1

Introducción

    La búsqueda e ingestión de alimentos constituyó un objeto esencial en la vida del hombre primégino, pero con el avance de la ciencia y la técnica, y el desarrollo de las fuerzas productivas cedió su papel prioritario en favor de otras actividades enriquecedoras de la cultura y el saber de la humanidad.

    Poco a poco, el hombre se aleja de una dieta naturalista adoptando nuevos modelos nutrimentales basados en el consumo de alimentos de rápida elaboración, generalmente hipercalóricos, mineralizados y vitaminados, siguiendo patrones de consumo impuestos, incluso, por la moda o la propaganda de las grandes transnacionales de la alimentación y la farmacéutica. (Milanés Santana, 2000, p. 7)

    Así el importante compromiso de la dieta con la salud humana se ve violentado en aras de la actividad cotidiana estresante, llegando al implante de esquemas degenerados que no respetan períodos de alimentación ni tipos de alimentos que suplan las necesidades reales del individuo particularmente los atletas.

    Tales esquemas dietéticos son una consecuencia del estilo de vida y si bien suplen necesidades momentáneas, ponen en peligro la salud al comprometer seriamente:

  • El balance electrolítico e hídrico del cuerpo.

  • Las funciones de digestibilidad fermentativa y absortiva en el tracto digestivo.

  • La evacuación y permanencia de productos útiles y tóxicos en general.

  • La microbiotica simbiótica intestinal.

    Si bien el aspecto tratado es de amplia repercusión en los diferentes sectores poblacionales, e incluso capas sociales, es de particular incidencia sobre aquellos individuos en los que la practica del deporte se convierte en una actividad central.

    Sin abogar por una dieta estrictamente vegetariana entre los atletas, con el trabajo queremos destacar las bondades de un suplemento nutricional a partir de alimentos funcionales para los practicantes activos y no activos de cualquiera de los deportes, con los consiguientes beneficios para su salud.


Desarrollo

    La nutrición juega un papel fundamental en la vida de los organismos y fundamentalmente en los deportistas por encontrarse sometidos a diferentes cargas físicas, donde el gasto energético es mucho mayor que en individuos con estilos de vida sedentaria, siendo esta la vía fundamental de recuperación de los mismos.

    El deportista es blanco de una seudocultura nutricional que hace hincapié y abuso de fuentes proteicas de origen animal por su carácter de alimentos plásticos formadores de tejidos, que ante el catabolismo intensificado por la acentuación de la práctica física conlleva al “... aumento del contenido de urea en sangre...” (Menshikov, 1990, p. 344) y por consiguiente el incremento del metabolismo sobre los sustratos nitrogenados que a fin de cuentas generan nuevos tóxicos a evacuar.

    Por otro lado, durante el entrenamiento se producen lesiones o en la vida del atleta se manifiestan dolencias fisiológicas inducidas, como la anemia o la hiperglicemia provocada, descontando las manifestaciones de hipertensión arterial, afecciones renales o del sistema osteomuscular, así como desgastes generales e hiper o hipotrofias de los órganos, muchos de los cuales pueden ser prevenibles mediante un esquema dietético adecuado. Por ejemplo, la incorporación de hasta 20 g de cebolla cruda (Allium cepa L.) en la dieta diaria favorece el balance y movilización de los glúcidos en el organismo, estimulando los mecanismos energetizantes anaerobios lactácidos y aerobios, a la vez que evita las manifestaciones de hipo- e hiperglicemia.

    Evidentemente que la conclusión de un esfuerzo físico máximo deja al organismo sometido a un ejercicio físico intenso prácticamente agotado en sus reservas de glucógeno, por lo que la dieta debe garantizar que esto no se traduzca en un desgaste funcional en el individuo y mucho menos que se desvíen recursos energéticos parra eliminar metabolitos tóxicos hacia el exterior.

    El uso de la dieta con fines terapéuticos en el mundo de hoy, es el redescubrimiento y extensión de la cultura occidental de una práctica secular de base empírica, propia de antiguas culturas. (Sirvarajan, 1987: citado por Milanés, et al., op. cit.)

    Así, toma forma actual el concepto de alimento funcional concebido en el marco del empleo de microorganismos como suplementos dietéticos, que mejoran el balance de la microbiota intestinal o de alimentos que constituyen un sustrato de preferencia selectivo, para aquellos otros microorganismos existentes en el sistema digestivo humano, cuya acción o degradación metabólica, según sea el caso, redunde en efectos fisiológicos positivos.

    De este modo se puede hallar un sucedáneo natural que sin añadir artículos alimentarios de efectos contraproducentes a corto o largo plazo, puedan suplir los excesos de proteínas de origen animal que se brindan a los deportistas en activo o que estos, en períodos de desentrenamiento, continúan consumiendo por el hábito desarrollado.

    Debemos considerar que “... el hombre puede abastecerse de todos los aminoácidos esenciales... con alimentos vegetales...”(Menshikov, 1990, p. 241), ellos constituyen fuentes de glúcidos energetizantes, aportan fibras dietéticas de acción preventiva ante enfermedades cardiovasculares, y favorecen desde el vaciado gástrico hasta la absorción mineral.

    Un ejemplo puede ilustrar esto, existen alimentos que contienen cantidades no tóxicas de nitrato, tal es el caso del jamón, que además es una fuente muy importante de proteínas y por tanto de aminoácidos. El nitrato con que se prepara este alimento, se convierte en el tubo digestivo humano en nitrito, producto muy peligroso y ofensivo para la salud animal ocasionando dolores abdominales, debilidad muscular, falta de coordinación, una total apatía y anoxia a consecuencia de la formación de metahemoglobina en la sangre y en casos graves cianosis progresiva de las membranas mucosas, despigmentación de la piel y la muerte.

    En tales casos el consumo excesivo de este producto responde a un placer gastronómico y malos patrones nutricionales, más que a una necesidad real, por lo que combinarlo sabiamente con proteínas de origen vegetal o suplementos microbianos, arrojaría mejores resultados tanto para el rendimiento deportivo como para la salud en general.

    Sin embargo, una alerta se desprenda del hecho de que no todos los suplementos microbianos o sustratos alimenticios añadidos a la dieta pueden considerarse como alimentos funcionales, así una modificación arbitraria del equilibrio de la microbiota intestinal puede desencadenar una inhibición competitiva o de otro tipo, tal es el caso de las bacterias metanogénicas y sulforeductoras del tracto intestinal, además muchas de las microformas existentes son capaces de producir a un tiempo, efectos beneficiosos como crear micronichos tróficos degradables con resultados negativos para la salud humana.

    Entre los alimentos funcionales se encuentran los probióticos y los prebióticos.

    Según R. Fuller (1998) los alimentos funcionales del tipo de los probióticos son un “... suplemento alimentario microbiano que afecta beneficiosamente al hospedero por mejoramiento de su balance microbiano intestinal”.

    En tal sentido debe considerarse que su acepción alimentaria no implica un carácter de objeto nutricional, es decir, su actuar metabólico se concreta en una relación de protocooperación huésped-hospedero, con beneficio mutuo, que para el hombre en general y el deportista activo o no se traduce en:

  • Regular el crecimiento de agentes potencialmente patógenos como el Clostridium.

  • Favorecer la degradación total de sustratos parcialmente digeribles y su ulterior absorción por el organismo, como es el caso de la lactosa.

  • Mejoramiento de la resistencia natural a enfermedades infecciosas en el tracto digestivo.

  • Supresión de formas pre-carcinógenas activas.

  • Disminución del colesterol plasmático.

  • Producción de vitaminas.

  • Estimulación del sistema inmunológico, entre otros.

    Uno de los probióticos de extensivo uso alimentario lo constituye el yogurt, empleado contra la autointoxicación por Lactocillus acidofilus, causante de estreñimiento y bloqueo del recto por el bolo fecalis, y el favorecimiento del uso de la lactosa en el metabolismo humano, por solo citar algunos de los más conocidos efectos beneficios de este artículo alimentario.

    Los alimentos prebióticos se encuentran estrechamente vinculados a los probióticos y por sí, al igual que los primeros, no constituyen un artículo alimentario para el hombre.

    Los periódicos son definidos como ”... ingredientes alimentarios no digeribles que afectan beneficiosamente al hospedero por estimulación del crecimiento y/o actividad de uno o un número limitado de bacterias colónicas mejorando la salud del hospedero,...” (Milanés, op cit., p. 47)

    En correspondencia con tal definición, los alimentos prebióticos son de carácter colónico, es decir, su acción se enmarca en su indigestabilidad en cualquier otra porción del tubo digestivo que no sea el colon, lugar donde constituye un sustrato electivo para determinados integrantes de la microbiota intestinal particularmente las bifidobacterias, aunque no son las únicas, ejerciendo además una acción estimulante que altera el equilibrio de dicha microbiota a favor de una estructura comunitaria colónica más favorable al huésped.

    El consumo de los alimentos prebióticos tiene un efecto acentuado sobre el individuo, si se combinan adecuadamente con los probióticos, particularmente podrá alcanzarse una completa digestión de los primeros y de la mayoría de los alimentos que llegan al tracto digestivo, pero combinados o no influyen en:

  • Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y la obesidad,

  • Favorecen la biodisponibilidad de calcio.

  • Reducen el riesgo al cáncer de colon.

  • Reducen la sensibilidad a la insulina y el riesgo de infección intestinal.

  • Cambios en la microbiota colónica a favor de agentes con beneficios comprobados, con represión de poblaciones potencialmente patógenas.

    De acuerdo a lo expresado, el uso de los alimentos funcionales en la dieta del atleta no solo influye positivamente sobre sus mecanismos energéticos, sino sobre la salud general disponiéndolo para empeños mayores.


Conclusiones

    La dieta es un factor esencial para el suministro de sustratos oxidables indispensables en la realización de la actividad física, contribuyendo al establecimiento de las reservas energéticas en el organismo.

    Los alimentos funcionales incorporados a la dieta ayudan a prevenir afecciones orgánicas en el cuerpo del atleta sometido a intensidad variable y prolongada de carga física, contribuyendo a la incorporación de un mínimo de tóxicos fácilmente evacuables.


Bibliografía

  • Fuller, R. Probiotics in human gut. Medicine 32:439-442. 1991.

  • Gallagher, C.H. Factores nutricionales y trastornos enzimáticos en los animales. Ediciones Revolucionarias. Instituto del Libro. La Habana. 1968. pp. 246.

  • Lehninger, A.L. Bioquímica. Tomo I y II. Editorial Edición Revolucionaria. Ciudad de la Habana. 1988. pp. 1095.

  • Milanes Santana, R.; Néstor Rivero Jaspe y O. Echemendía Guzmán. La fibra dietética y otros componentes alimentarios relacionados con la salud del colon. Editorial Armonía y Plenitud. San Cristóbal-Táchira (Venezuela). 2000. pp. 73.

  • Menshikov, V.V. Bioquímica. Editorial Vneshtorgizdat. Moscú. 1990. pp. 420.


Otros artículos sobre
Nutrición

  www.efdeportes.com/
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
   

revista digital · Año 7 · N° 37 | Buenos Aires, Junio de 2001  
© 1997-2001 Derechos reservados