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Historia de la maratón: de 1948 hasta hoy
Jorge de Hegedüs

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 33 - Marzo de 2001

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    Abebe Bikila no tuvo un fin feliz dado que al comienzo de los años setenta tuvo un accidente automovilístico el cual lo postró de por vida en un sillón de ruedas. Falleció a principios de los años ochenta.

    El aporte de Bikila ha sido enorme no solamente para su país de origen, Etiopía, sino para toda África. Su actuación fue el "puntapié inicial" para que el atletismo africano saltara con el paso de los años a niveles insospechables. La actuación de los deportistas africanos han servido no solamente para elevar a sus respectivas naciones como potencias atléticas, sino que han llegado a modificar los patrones sociales y culturales de los mismos.

    Por otra parte los japoneses empezaron a demostrar también en cómo desarrollaron masivamente una inclinación hacia las competencias de la maratón. Si bien ya habían tenido algunas actuaciones de relieve de manera aislada, esto se empezó a comprobar más concretamente el 17 de Febrero de 1963, en la ciudad japonesa de Beppu, en donde se disputó una maratón con un suceso verdaderamente relevante y jamás visto hasta ese momento. Se impuso el local Toru Terasawa en 2 h 15. 15" 8, pero lo más llamativo fue que nada menos que 10 corredores, todos locales, corrieron por debajo del registro de las 2 h 20' (!).


La barrera de las 2 horas 10' y la de las 2 horas 09'

    Con el paso de los años se fue desarrollando un enfoque muy técnico de la maratón lo que concentró la mira de los atletas en superar las barreras horarias antes mencionadas. Para ello hacían falta competiciones en lugares geográficos y climáticos óptimos, a los cuales habría que agregar la organización y la participación de corredores de jerarquía. La oportunidad la dio la organización anual de la maratón en la ciudad japonesa de Fukuoka.

    Sin embargo el primer corredor que acometió la empresa en cubrir la maratón en menos de 2h 10´no fue ningún japonés sino un gigantesco atleta australiano de 1. 88m de nombre Derek Clayton. Este corredor realizó la proeza, para entonces, de cubrir la clásica distancia en 2 h 09. 36" 4, lo que constituyó la mejor marca mundial. La proeza de Clayton pudo se comparada a la performance de Roger Bannister cuando superó la barrera de los cuatro minutos en la clásica milla. Sin embargo este corredor australiano tuvo límites mayores dado que el 30 de mayo de 1969 en la ciudad de Amberes corre la maratón en 2 h 08. 33" 6, nuevamente mejor marca mundial. Dicha performance impactó tanto a los especialistas que muchos de ellos se negaron aceptar dicha performance, alegando que se corrió sobre una distancia inferior a la reglamentaria. Pasado un cierto tiempo se quiso medir dicho recorrido para poder comprobar la veracidad del tiempo registrado por Clayton, pero debido a que se había efectuado en ese medio tiempo distintos tipos de construcciones, no se pudo realizar la medición. Por tal motivo el registro del australiano permaneció en la lista de la "mejor marca mundial" durante largo tiempo, hasta 1981, más concretamente hasta el 6 de diciembre cuando un compatriota de Clayton, Robert de Castella, aprovecha las bondades del recorrido de Fukuoka y gana la maratón en 2 h 08. 18", mejor marca mundial.

    Las performances tanto de Clayton como las de Castella se atribuyeron no solamente a sus respectivas genéticas como atletas maratonianos, sino también al enfoque técnico - físico de sus respectivos entrenamientos. Así entonces hay que hacer hincapié en los grandes kilometrajes que cubrían en sus entrenamientos, por encima de los 200, 250 y de los 300 kilómetros semanales. Por dicha causa y con el paso del tiempo, se demostró que no era aconsejable la realización de tanta cantidad de kilómetros dado que si bien desde el punto de vista orgánico ello puede ser soportable, en cambio no lo es desde el punto de vista artromuscular. El propio Derek Clayton tuvo muchos problemas de este tipo e incluso tuvo que ser intervenido quirúrgicamente varias veces.

    Para esa época hay que destacar la actuación de otros maratonistas que también cumplieron performances de relieve, aunque no siempre por grandes registros cronométricos, sino más bien por asumir la responsabilidad de obtener grandes victorias en competiciones de relieve. Así tenemos al gran corredor norteamericano Frank Shorter, el cual no solamente fue campeón olímpico en Munich (1972), sino que también se impuso en la maratón de Fukuoka en nada menos que 4 ediciones (1971, 1972, 1973, 1974). También hay que destacar a otro norteamericano, Bill Rogers, el cual gana en 3 ediciones la maratón de Boston (1978, 1979, 1980) una vez la de Fukuoka (1977) y 4 veces la de Nuevo York (1976, 1977, 1978, 1979). También hay que mencionar a Alberto Salazar (Estados Unidos), el cual se impuso 3 veces en la maratón de Nueva York (1980, 1981, 1982) y con performances de relieve, todas ellas por debajo de las 2h 10´. Los japoneses tuvieron un digno representante en la figura de Tochihiko Seko el cual corrió varias veces por debajo de las 2 h 10´ y ganando varias competiciones de importancia tales como Fukuoka en 4 ocasiones (1978, 1979, 1980, 1983), Boston en dos ocasiones (1981, 1987), y Londres en una ocasión (1986). También se destacaron otros nipones como Akio Usami, los hermanos Soh, T. Nakajama, Shusi Morita, etc., es decir, desde los años sesenta hasta la fecha los japoneses han desarrollado una verdadera escuela maratoniana.


La siguiente barrera: las 2 h 08'

    En esta ocasión las palmas se la llevan los portugueses, los cuales durante los años ochenta presentaron al mundo atlético fondistas de verdadera jerarquía, y particularmente en la maratón con Carlos López, el cual se impuso en la maratón de Los Ángeles en ocasión de los Juegos Olímpicos (1984) y al año siguiente en la ciudad de Rotterdam con fecha de veinte de mayo gana la prueba con el excelente registro de 2 h 07. 12". Este registro pretendió ser mejorado por el inglés Steve Jones, el cual el veinte de octubre del mismo año corre dicha carrera en Chicago. Jones impone un ritmo infernal a la carrera en procura de correr no solo por debajo de la marca del portugués, sino incluso de superar otras barreras. Pasa la mitad de la prueba en el parcial más rápido registrado en la historia de la maratón hasta ese entonces: 1 h 01. 43", lo que presagiaba una marca récord. Si bien Jones se impuso en la maratón, sintió el esfuerzo pasados los 30 kilómetros y por tal motivo su registro fue de 2 h 07' 13", es decir, apenas un solo segundo por encima del registro de Carlos López.


Una nueva barrera: 2 h 07'

    Correr por debajo de semejante registro plantea ya exigencias verdaderamente grandes, lo que exigiría ser un maratonista con registros cómodos por debajo de los 28 minutos en los 10 mil metros, pero sin preparación específica para esta disciplina, solo con entrenamiento de maratón. Es necesario destacar esto dado que para situarse en las dos horas y siete minutos en la distancia de la maratón es necesario correr a una media muy cercana a los tres minutos por kilómetro y ello lo pueden hacer aquellos corredores que sean capaz de correr los 10 mil metros en menos de 2. 50" para cada mil metros.

    El primer atleta en cumplir la proeza de superar la barrera de las 2 h 07´fue un corredor de Tanzania, Belayneh Dinsamo, el cual el 17 de abril de 1988 en la ciudad de Rotterdam supera esta barrera realizando nada menos que 2 h 06. 50", en una carrera en la cual 3 corredores africanos ocupan los puestos de privilegio. El mundo atlético quedó realmente asombrado por la performance de este corredor de Tanzania. Hay que destacar el ritmo parejo del ganador, el cual realizó los siguientes parciales para cada 10 mil metros: 30. 05, 30. 07, 30. 01, 30. 07 y 6: 30 para los últimos 2195 metros: ¡un verdadero reloj! A estos datos tenemos que acotar que Dinsamo hizo 14. 55" para los últimos 5 mil metros. Performances como estas estaban entonces presagiando el superar otras barreras, como ser, el correr la maratón a un promedio inferior a los 3 minutos para cada kilómetro.


Maratón a un promedio más rápido a los 3 minutos por kilómetro

    El maratonista en cumplir con esta verdadera hazaña no fue ningún africano, australiano, europeo o asiático: fue el atleta brasileño Ronaldo da Costa, el cual el 20 de setiembre de 1998 en la ciudad de Berlín cubrió la distancia de la maratón en 2 h 06. 05", es decir, a una media de 2. 59" 27/100 para cada mil metros. Da Costa corrió en esta ocasión los últimos 10 mil metros en 29. 05" y los últimos 2195 metros en 6.10", es decir 2. 48" 56/100 para cada uno de los mil metros finales (!) En realidad Ronaldo da Costa no era una excepción para su país Brasil, nación tan caracterizada por velocistas, saltadores, jugadores de fútbol y voleibol. Siete corredores de Brasil están situados en el límite de 2 h 10', cuatro de los cuales han hecho registros inferiores a 2h 09´. En muchos ha estado el convencimiento de que el registro de da Costa no podría ser superado. Sin embargo los que así pensaban se llevaron un gran sorpresa al recibirse más adelante la noticia de que el día 24 de octubre de 1999 el atleta marroquí Khalid Khannouchi ganó la maratón de Chicago con un registro de 2h 05' 42", el cual no solamente superaba la barrera de las 2 h 06' sino que señalaba un promedio de 2.58"74/100 para cada kilómetro y de 29. 47" 42/100 para cada 10 mil metros.

    Así entonces es el estado actual de la carrera de la maratón, de esta tan interesante especialidad que en su momento se inspiró en el soldado Filípides.

    Estamos seguros de que la performance de Khannouchi será superada. Varios son los países que están aportando en la actualidad excelentes maratonistas. Así entonces cabe citar a España con atletas tales como Fabián Roncero (2h 07' 23"), Julio Rey (2h 07' 37") Alejandro Gómez (2h 07' 54") y el gran Abel Antón (2 h 07' 57) el cual ha sido nada menos que dos veces campeón del mundo (Atenas, 1997 y Sevilla 1999). Obviamente África siempre tiene una presencia muy importante con fondistas tales como el sudafricano Gert Thys (2h 06' 33), los keniatas Ondoro Osoro (2h 06' 54), Japhet Koskei (2h 07' 09"), Josephat Kiprono (2h 07' 27), solamente para citar algunos de los muchos deportistas que tienen los africanos para la maratón. A esta lista también habría que agregar al corredor japonés Atsuchi Fujita que muy recientemente cubrió la distancia de la maratón en el excelente registro de 2 h 06' 51". Tanto Japón como Corea están demostrando la gran inclinación que tienen sus respectivas poblaciones por esta disciplina deportiva, destacándose ello por el apoyo masivo. Estamos seguros que muy pronto nos enteraremos de grandes performances para esta especialidad, no solamente al nivel de récord sino también bajo un aspecto masivo.


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