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La vida y la máquina: dos prácticas que se juegan en la Educación Física
Guillermo Galantini

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 33 - Marzo de 2001

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    Descartes (un científico principalísimo del siglo XVIII) pensaba que el conocimiento del hombre no evolucionaba porque los filósofos no conocían suficientemente la máquina. Quiero significar aquí, para retomar luego, cómo aquella concepción de máquina proveniente de las ideas de la física impregnó fuertemente en la concepción y desde luego en el tratamiento que todavía hoy observamos acerca del cuerpo en las clases de educación física.

    Ahora reparemos en el siguiente atraso que, a mi modo de ver se asienta:


Y otra por la Física...

    La máquina constituía un conjunto formado por partes que respondía a leyes fijas y donde todo lo que sucedía tenía una causa definida y daba origen a un efecto definido. Desde luego que la concepción de física ha ido gradualmente transformándose y de aquel sentido clásico y homogéneo hay un salto en la descripción de los fenómenos como "una red de relaciones" donde ya no existen partes en absoluto en esta telaraña interconectada. Gran parte de estos cambios se dan por los estudios de la teoría de la relatividad1y de la física atómica. Y a diferencia de lo que se pensaba, por ej. la física atómica ahora revela que "no se puede descomponer el mundo en las unidades más pequeñas existentes independientemente". Para la Teoría de la Relatividad el concepto de espacio ya no es un escenario absoluto sobre el cual se desarrollan determinados fenómenos físicos, lo mismo ocurre para el tiempo. De modo que ambos se convierten en meros elementos del lenguaje que un observador particular utiliza en su descripción de los fenómenos.

    Podríamos preguntarnos qué dice el lenguaje del toc-toc que muchas veces acompaña las clases de educación física. ¿Promueve un espacio absoluto, homogéneo, estable o acaso la posibilidad de acontecimientos siquiera predecibles, de diferentes secuencias y múltiples temporalidades? Si damos con la respuesta adecuada a esta pregunta, advertiremos el inmenso atraso en que está inscripta nuestra práctica al menos desde la mirada de la física.

    Es que estas modificaciones suponen la modificación de todas las estructuras que nosotros empleamos para describir la naturaleza.

    Volviendo otra vez al tema de la Biología, ésta no dejó de recorrer un camino similar al de la Física en los últimos 50 años, donde la imagen del hombre máquina ha sido destruida por los estudios de la biología molecular. El cuerpo ya no es mirado desde su misma exterioridad sino que los es desde el interior de las células. Es la estructura misma del ADN quien nos habla de una nueva corporeidad; con lo cual la organización del cuerpo humano pasa a ser explicado desde una incertidumbre gigantesca y un sistema de informaciones inscriptos en el código genético de cada ser vivo.

    El último avance científico que es el control del Genoma Humano indica, además de la posibilidad de tener un código -de cuyo descifrado dependerá definir lo que somos-, cómo es el gobierno de nuestras funciones biológicas; cual es nuestra susceptibilidad a las enfermedades. Y llaman a esto: "Libro de Instrucciones del Ser Humano", el verdadero manual de funcionamiento de un ser vivo, porque incluirá descifrados, uno por uno, los más de 80.000 genes responsables de cómo somos, desde el color de los ojos, a la predisposición a sufrir un cáncer terminal.

    Podemos comprender ya que un organismo vivo se encuentra articulado como un sistema de informaciones. Entonces, la arquitectura del cuerpo humano muestra hoy una imagen más asimilable al de los principios de la informática que a los de una máquina mecánica.

    Estos aspectos, que para mí representan los atrasos de nuestra disciplina y que explican la distancia para una inspiración diferente de la práctica, son valiosamente resaltadas por Silvino Santin, cuando dice: "Las anatomías, que realizaron las hazañas de identificar los órganos y sus funciones en el cuerpo humano, se volvieron actividades de principiantes delante de la complejidad revelada por los avances de la genética molecular". Superar los atrasos, significa entre otras circunstancias, recuperar la palabra, y esto forma parte del otro argumento que quiero indicar: El del Olvido:


El atributo socio-histórico de lo corporal

    Para recuperar estos atrasos evidentes y fuertemente arraigados en nuestra disciplina -los ejercicios construidos, driles, progresiones, tanto así como el lenguaje de rendimiento y eficiencia que son manifestaciones de una exterioridad excesivamente mecanicista- hay que direccionar, entre otros aspectos, un nuevo discurso que recomponga la concepción de máquina y sus consecuencias para la Educación Física. Esas visiones, como vimos ya prehistóricas en la física y la biología abundan todavía con mucho vigor en nuestra práctica escolar. El horizonte de inspiración no deja de salir de esos vetustos conceptos de externidad biológica y asepsia técnica y consecuente desinterés por la vida. El otro argumento que cabe indicar aquí, es el del Olvido.

    Esos atrasos (evidentes y fuertemente arraigados en nuestra disciplina) no son otra cosa que un conjunto de representaciones y valorizaciones sociales que, en torno al cuerpo nosotros tenemos configurado y constituido en nuestras mentes. Este proceso, que algunos llaman de socialización, pero yo prefiero llamarlo de Hegemonía es por el cual se ha inscripto una cierta validación de usos, hábitos, costumbres y formas de intervención desde, sobre y con el cuerpo.

    Estas imágenes y simbolizaciones acerca del cuerpo, que definen lo que es legítimo y lo que no lo es, que están ligadas inevitablemente a las condiciones de existencia física y a la propia materialidad del cuerpo, constituyen un aspecto de primer orden en la aproximación histórica de cualquier cultura aunque la historiografía tradicional lo haya despreciado2 . En este proceso de Inscripción de representaciones el más olvidado, aunque no por ello ausente, ha sido el de los determinantes ideológicos y mentales que dan cobertura a un modo de práctica que se constituyen como: el ideario de un tipo de experiencia en torno al cuerpo.

    No sorprendería, si afirmáramos que el discurso que cristalizó un tipo de tratamiento corporal desde nuestra práctica, es el discurso de la clase dominante. Un gran lingüista ruso, Volosinov,3 decía hace más de sesenta años que la clase dominante se esfuerza por impartir al signo ideológico un carácter eterno, que extingue y oculta la lucha por los juicios de valor. Resulta curioso y debiéramos preguntarnos por qué ha sido históricamente así; que ha pasado en la educación física que no advirtió las importantísimas relaciones entre Significación y Poder; entre Lenguaje y Poder; entre representación social y Poder.

    Esta circulación de significantes; que se enclavan en nuestro propio cuerpo y que introducen un cierto tipo de administración del mismo a través de nuestra disciplina; es todavía muy poco estudiado pero sospechosamente olvidado.

    De la posibilidad en que seamos capaces de implicarnos en un proceso de reconocimiento acerca de la producción, circulación y consumo de simbolizaciones e imágenes corporales, estriba el hecho, en salir, finalmente de la minoría de edad en que estamos lanzados. Y esa instancia es un momento superador al mero hecho de "Repensar la Educación Física". Esta valoriza aún sus anclajes, sobre los núcleos y orillas de la acción motriz. Lo que termino de resaltar es un pensamiento que tiene más en común con la fantasía y equivale a un cuestionamiento histórico acerca del proceso secular realista que se extendiera por toda la Educación Física conocida.

    Por último, me gustaría citar a Juan Jacobo Rousseau4, un principalísimo exponente de la Ilustración Europea, quien al escribir su obra "Emilio" nos enseñaba en claves originales cómo debía ser la educación del infante. Rousseau no tenía reparos en advertir que la vida de los hombres en el siglo XVIII, se daba ya en un contexto de una sociedad corruptora y corrompida, entonces decía, refiriéndose a la educación del Emilio, lo siguiente: "Vivir es el oficio que yo quiero enseñarle; saliendo de mis manos él no será, convengo en ello, ni magistrado, ni soldado, ni sacerdote; será primeramente hombre."


Notas

  1. Fritjof Capra El tao de la física. Ed. Humanitas, 1992, p. 76.

  2. Pedraz, Miguel Vicente. Lo corporal en el Medioevo. 3º Seminario de la Maestría en Educación Física. Univ. Salamanca, España 1999-2001.

  3. En Tamarit, J. Educar al soberano. Ed. Miño y Dávila, p. 82.

  4. Jean Jacques Rousseau. Emilio. EDAF, Madrid 1997, p. 41.


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