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Retiro del futbolista. El drama del día después

Lic. en Psicología (UBA)
Especialista en Psicología del Deporte
(Argentina)

Marcelo Roffé
mroffe@sion.com

    ¿Por qué hay muchos ex-futbolistas famosos que hoy están penando económicamente? ¿Por qué de las cuatro instituciones con personería y entidad en el fútbol, sólo dos hacen algo por los "jubilados" y en forma lateral? ¿Qué es lo que hace que muchos de estos ex-jugadores, sean adictos al alcohol o estén sumidos en una profunda depresión?
Hay dos maneras de retirarse:
    -a: que el jugador se retire porque le cuesta entrenar, porque el ambiente lo desgastó, por una lesión, porque cumplió sus objetivos, etc., esto es, por propia elección de que se cumplió un ciclo (o porque no quiere seguir peleándola) y que supone un "anticiparse", un pensar cómo ocupará su vida de allí en más.
    -b: que el fútbol lo retire al jugador, porque ya no rinde como antes. Esto es, los directivos, el entrenador "deciden" que el futbolista no está en condiciones de jugar. Se puede "disfrazar" (tan común en el fútbol) de mil maneras, como que el contrato es muy alto o que hay que dejar "subir la sangre joven".
    Hay que decir que la mayoría de las veces, se confirma la segunda opción y esto lo hace todavía más dramático. La sorpresa y la no "preparación psicológica" del futbolista hacen el resto, haciendo que éste muchas veces se sienta "una basura ya descartable".
    La frase "lo único que supe en mi vida es patear una pelota" se agudiza en una realidad socio-económica de crisis. Sólo un pequeño porcentaje sigue ligado íntimamente a este deporte "apasionante", ya como entrenadores, periodistas deportivos, empresarios de jugadores, docentes, etc.
    Los que quedan fuera de "este grupo de elite" (que sigue disfrutando de la popularidad y del buen dinero), es decir, el resto, tiene enormes dificultades para reinsertarse en el tejido social. Llevan ventaja los que ya desarrollaban alguna actividad comercial o de capacitación durante la carrera de futbolista. Los demás se confrontan con un "vacío" que impulsa en la mente de muchos de ellos, la idea del suicidio. Son pocos los que lo efectivizan concientemente, pero hay claras maneras inconcientes de hacerlo (en forma encubierta). En realidad, la jubilación puede ser "dramática" para cualquier ser humano y tener efectos psicológicos muy negativos. Sólo que el fútbol (está tomado de tantas variables) es una lupa grande que aumenta y potencia las desgracias y desilusiones de la VIDA MISMA.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 27 - Noviembre de 2000
Trabajo presentado en el IIIº Encuentro Deporte y Ciencias Sociales y
1as Jornadas Interdisciplinarias sobre Deporte. UBA - 13 al 15 de Octubre 2000

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"Uno cree que el fútbol no se termina nunca. Pero se termina, y cuando no se les puede dar más goles
a los hijos, uno no sabe qué hacer"

(Diego Maradona, 7/12/99, Fiesta de Clarín)

    ¿Por qué hay muchos ex-futbolistas famosos que hoy están penando económicamente? ¿Por qué de las cuatro instituciones con personería y entidad en el fútbol, sólo dos hacen algo por los "jubilados" y en forma lateral? ¿Qué es lo que hace que muchos de estos ex-jugadores, sean adictos al alcohol o estén sumidos en una profunda depresión?

    Hay dos maneras de retirarse:

  1. que el jugador se retire porque le cuesta entrenar, porque el ambiente lo desgastó, por una lesión, porque cumplió sus objetivos, etc., esto es, por propia elección de que se cumplió un ciclo (o porque no quiere seguir peleándola) y que supone un "anticiparse", un pensar cómo ocupará su vida de allí en más.

  2. que el fútbol lo retire al jugador, porque ya no rinde como antes. Esto es, los directivos, el entrenador "deciden" que el futbolista no está en condiciones de jugar. Se puede "disfrazar" (tan común en el fútbol) de mil maneras, como que el contrato es muy alto o que hay que dejar "subir la sangre joven".

    Hay que decir que la mayoría de las veces, se confirma la segunda opción y esto lo hace todavía más dramático. La sorpresa y la no "preparación psicológica" del futbolista hacen el resto, haciendo que éste muchas veces se sienta "una basura ya descartable".

    La frase "lo único que supe en mi vida es patear una pelota" se agudiza en una realidad socio-económica de crisis. Sólo un pequeño porcentaje sigue ligado íntimamente a este deporte "apasionante", ya como entrenadores, periodistas deportivos, empresarios de jugadores, docentes, etc.

    Los que quedan fuera de "este grupo de elite" (que sigue disfrutando de la popularidad y del buen dinero), es decir, el resto, tiene enormes dificultades para reinsertarse en el tejido social. Llevan ventaja los que ya desarrollaban alguna actividad comercial o de capacitación durante la carrera de futbolista. Los demás se confrontan con un "vacío" que impulsa en la mente de muchos de ellos, la idea del suicidio. Son pocos los que lo efectivizan concientemente, pero hay claras maneras inconcientes de hacerlo (en forma encubierta).

    En realidad, la jubilación puede ser "dramática" para cualquier ser humano y tener efectos psicológicos muy negativos. Sólo que el fútbol (está tomado de tantas variables) es una lupa grande que aumenta y potencia las desgracias y desilusiones de la VIDA MISMA.

    Las cuatro instituciones con personería y entidad en el fútbol a las que me refiero son:

  1. Asociación del Fútbol Argentino (AFA);

  2. Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA);

  3. Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA);

  4. Mutual del Futbolista (Casa del Futbolista).

    Según lo que he podido investigar, las que se ocupan "lateralmente" del tema (habría que preguntar si les corresponde a ellas o no) son la AFA y la ATFA. La primera destina $10.000 (diez mil pesos por mes) a 50 ex-futbolistas de Selección Nacional que evalúan que necesitan un subsidio, que está en el orden de los $ 200 mensuales. La segunda les permite a los ex-futbolistas capacitarse y formarse como entrenadores, título avalado por el Ministerio de Educación (y con "dudosa" salida laboral ya que son 12.000 los que buscan trabajo; 8000 graduados en esta institución y 4000 empíricos. Siendo que hay lugar sólo para el 1 %: 120 aproximadamente -tal vez 140- trabajan en los lugares que van de Novena a Primera División -amateur y profesional. Por eso los Countrys son una buena opción: muchos trabajan allí por buen dinero y cobran al día, como no sucede en la mayoría de los clubes), y ofrece una institución referente, de pertenencia, con biblioteca, obra social de jerarquía y un subsidio para la viuda de $ 2000 en el caso que el ex-futbolista falleciera.

    FAA, liderada por Sergio Marchi, Pandolfi, Domínguez y Juan Carlos Touriño, entre otros, trabaja con dos profesionales de la Salud Mental pero no se ocupa de futbolistas amateurs o retirados, sino de los futbolistas "actuales" y profesionales.

    Por último, la Casa del Futbolista, ubicada en un punto geográfico privilegiado (a una cuadra de Córdoba y Callao), no se sabe muy bien qué función CUMPLE, siendo tal vez la institución que debería dedicarse plenamente a un proyecto de este tipo: ACTUALMENTE NO CUMPLE LA FUNCIÓN SOCIAL.

    Si se analiza el discurso de esta veintena de ex-futbolistas exitosos, se arriba a la idea de la dureza de atravesar esa realidad y ese momento, donde el alcohol o la droga pueden servir (momentáneamente) para fabricar "otra" realidad y evitar la "depresión" de la jubilación a los 30 años.

    La AFJP "Consolidar" les dio la posibilidad a ex-futbolistas famosos de recuperar el primer plano (sale todos los domingos en "Futbol de Primera") y de obtener unos buenos pesos. Aparecen BOCHINI, PERNÍA, MOUZO, SCOTTA, BALEY, MAS E ITHURRALDE (porque el árbitro también se jubila jóven). Utilizando este brillante ejercicio de la creatividad, se puede considerar que hay muchas cosas por hacer para "consolidar" a miles y miles de ex-futbolistas en una nueva vida, y en óptimo estado físico-psíquico. Creatividad y prevención.

    Dos condimentos básicos para sazonar un plato que incluye muertos, enfermos, soledad e indiferencia.


Una investigación trunca

    En la Asociación Metropolitana de Psicología del Deporte realizamos1, en 1998, una grilla para ex-futbolistas, a los fines de una seria investigación y si bien se la pudimos tomar a 100 personas, nos encontramos con enormes dificultades para ubicarlos…

    Nos dimos cuenta que hay muy pocas Instituciones que los reúnen, que los aglutinan, que se acuerden de ellos una vez que abandonaron la actividad (o la actividad los abandonó a ellos) y se "jubilaron" tan jóvenes.

    En un momento de la investigación y como nuestra expectativa era mucho más alta, y ante las dificultades ya mencionadas, alguien dijo, "y si ponemos un aviso en el diario, convocándolos".

    Era posible ubicarlos haciendo el curso de entrenadores en la ATFA o en algún club que tiene torneo para ex-figuras o en algún agasajo o cena de homenaje realizada en algún club pero… era muy poco.

    De hecho, este tema no era lo único que el grupo investigaba pero el hecho de no alcanzar el objetivo planteado (luego se sumaron cuestiones organizativas y de tiempos), se puede tomar como un SÍNTOMA, que denuncia algo.

    Denuncia que se "deduce" de los discursos de los ex-protagonistas escogidos, como de la muerte de Dominichi, Capurro, "Coyita" Gutierrez, Vivaldo, González, Pastor Barreiro, etc., a edades similares…


Testimonios de ex-futbolistas sobre este momento2

"De pronto el ego se queda sin alimento y no hay con qué llenarlo"
José Luis Clerc

    Juan Carlos Gimenez: (ex-jugador de Racing Club): "A decir verdad no lo sentí mucho. Tenía 32 años y estaba lesionado y por apurarme, me resentí los gemelos nuevamente. "Después de un año, volví un día a la Reserva de Racing y cuando todo hacía suponer (por mi buena actuación) que el domingo siguiente volvía a la Primera, pasó lo imprevisible. El día jueves el D.T. me comunica que tiene orden de no ponerme más. Lo voy a hablar con el presidente y me dice que era un jugador muy caro, que me querían premiar con el pase y que me iban a hacer una despedida-homenaje. "Sólo entrenaba y ya pensaba en no jugar más (¡me rajaron de Racing!), Pero luego me vinieron a buscar de Banfield para terminar, a los 35 años, campeón en Oriente de Tres Arroyos (donde jugué los dos últimos años de mi carrera)…" (Entrevista personal).

    Amadeo Carrizo: "Se imaginan cómo me habré sentido en ese momento. De la sede de River, que quedaba en Suipacha al 500 hasta Villa Devoto, donde vivía, llorando. Me citó y me lo comunicó el club a través del presidente William Kent. Tuve una tristeza y una amargura imborrables, pero no pensé en tomar otra decisión ni me lo tomé tan a la tremenda. Luego jugué dos años más, hasta los 44 años, en el club Millonarios de Colombia. Lo hice bien, pero en River fueron 23 años de titular." (Jornada organizada por UCES, 27/4/2000).

    Eduardo Maglioni (ex-jugador de Independiente): "Cuando me retiré tenía contrato en Colombia por un año más. Tenía casi 31 años y estaba naciendo mi primer hijo en la Argentina. Acá pagaban mal, entonces le eché la culpa al nacimiento y me retiré, pero a decir verdad estaba ya saturado de hoteles, aviones y lesiones, además me estaba costando mucho entrenar. Me dio tranquilidad tener otras cosas: una inmobiliaria y una fábrica de termos. No lo sufrí tanto. "Con los años, Pepe Santoro me vino a buscar para que fuese su ayudante en Independiente […] Pensar que muchos años me alejé del todo del fútbol, para que no pensaran, a partir de mi visita, que estaba buscando algo…" (Entrevista personal).

    Roberto Perfumo: "Lo peor del fútbol es tener que dejarlo. Esto lo sabe cualquier jugador profesional. No lo piensa ni le preocupa mientras juega. Es más, ve el ocaso como algo lejano que le puede suceder a los demás y de repente, a los 35 o a los 36 años como en mi caso, se encuentra con una JUBILACIÓN que no quería y que no importa cómo le llegó, por una lesión grave, una suspensión o por decisión propia" (En su libro "Jugar al fútbol").

    Norberto Alonso (hablando sobre su retiro): "Corrió tanto frío por mi cuerpo que parecía que estaba muerto" (reportaje televisivo).

    Enzo Francescoli: "Me pica el bichito de jugar un partido si voy a la cancha, a ver a los muchachos, a ver a River, ahí me pasan cosas intensas, me dan ganas de prenderme. Pero, sinceramente, nunca pensé, ni pienso, en volver a jugar, quizá me ocurre esto porque siempre estuve seguro de lo que hacía cuando decidí retirarme. Hasta me tomé cuarenta días de vacaciones, algo que no había hecho en toda mi vida para meditarlo profundamente para poner todos los argumentos sobre la balanza, para que después no tuviese que arrepentirme" (diario Clarín)3.

    Carlos Compagnucci: "En Vélez no tengo lugar. Mi salida del equipo no fue justa por lo que había hecho después de mi lesión. Falcioni me dio sus razones y no las comparto. Pero después de 13 años en el club no tengo ganas de probar suerte en otro lado." (en seguida empezó a trabajar como D.T. de 3ª y 4ª división).

    Víctor Hugo Ferreyra: "Gracias a Dios tengo un par de propiedades que alquilo, pero necesito trabajar. Lamentablemente el fútbol se terminó y cuando jugás el nivel de vida es alto, después, no lo podés mantener. Yo tengo una familia que sostener y no me alcanza con los alquileres, aparte necesito moverme y, de paso, estoy cerca del fútbol"…"hice algunas inversiones que fracasaron…lo que pasa es que en un principio uno no previene nada, pero cuando cumplís 30 años pensás de otra manera y ya es tarde" (La Nación. Actualmente Ferreyra reparte sillas y acreditaciones a los fotógrafos en el Estadio Córdoba).

    Carlos MacAllister: "Retirarse es nacer de nuevo. El futbolista vive programado. Durante mucho tiempo le dijeron a qué hora debía levantarse, a que hora entrenarse, a qué hora ir de cuerpo, a qué hora tener sexo, a qué hora lavarse los dientes…por eso retirarse es un volver a nacer" (entrevista personal).

    Héctor Enrique: "Periodista: ¿Sufriste mucho al dejar? H.E.: Muchísimo, Pero nunca pensé en matarme, eh. Vivía en un piso 12 y pensaba en mis hijos porque si me tiraba me hacía pelota. Y los domingos, sobre todo, eran durísimos. Aparecía la musiquita de "Fútbol de Primera" y me parecía retriste. Aún hoy, los domingos sin jugar al fútbol me siguen pareciendo re-tristes." (La Nación, 9/3/2000).

    Gustavo Chacoma: "Creo que me apresuré en tomar una decisión tan importante. Además ese momento no me agarró muy buen de ánimo. Hay que tener en cuenta que los tiempos que se manejan en el fútbol son muy distintos a los de la vida. No podía pedirle a los dirigentes que me dieran tanto tiempo para pensar. Sin embargo, hoy solo quiero volver a jugar en Huracán." (retirado a los 28 años, La Nación, 13/2/2000).

    Alejandro Ruidiaz: "…No lo podía entender, te juro […] Es un problema similar al que tuvieron Juan Gilberto Funes y el nigeriano Kanú -una válvula en el corazón que permite el ingreso de sangre y que no funciona bien- […] me dijeron que no podía jugar más al fútbol. Fue terrible. Estuve dos meses encerrado llorando. No quería hablar ni ver a nadie. NUNCA PENSÉ EN HACER NINGUNA LOCURA, pero estuve muy mal […] yo por el fútbol tengo locura, me encanta. ¿Cómo podía ser que no me permitieran seguir jugando?" (tenía 22 años-fue en 1992), "…estaba acostumbrado a otra cosa, las tribunas llenas, los viajes, los mejores hoteles. De pronto, todo eso terminó […] Todavía me siento futbolista". (La Nación, 28/10/99. Hoy trabaja como sodero para ganarse el pan cotidiano, en la fábrica del suegro, y reconoce que nunca más fue a un estadio, "seguramente no lo podría soportar").

    Miguel Angel Brindisi: "El día después es muy duro, durísimo, porque uno piensa que está preparado para enfrentar la vida y de repente se topa con otra realidad. Cuando se dan situaciones catastróficas y en el ambiente se comentan los casos, hay muchos que te dicen '¿Sabés? A mi también se me pasó por la cabeza suicidarme' . Hay un latiguillo ('lo único que supe en mi vida es patear una pelota') que repiten los jugadores y resulta dramático. Por eso a mí me gusta lo de Griguol, eso de exigirle al jugador que haga algo paralelo, que tenga una orientación más allá del fútbol…" "Yo recuerdo una palabras de YUDICA en EL GRÁFICO que me marcaron mucho: 'el día que dejé el fútbol empecé a morir un poco', dijo. Me llegó mucho, me sentí identificado. Por ahí, cuando sos jugador renegás y repetís que querés salir de este mundo, pero después te cuesta muchísimo. Para mi esa experiencia fue terrible, durísima." (El Gráfico, 21/8/98, nota realizada por Diego Borinsky)


Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 5 · Nº 27   sigue Ü