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Las dificultades para acceder a cargos públicos para los docentes recién recibidos

Profesor de Educación Física
(Argentina)

Daniel Paglilla
el_gallegol@yahoo.es

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 27 - Noviembre de 2000

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     El sistema educativo de la ciudad de Buenos Aires cada vez brinda menos posibilidades para los jóvenes profesionales de la educación.

     En primer lugar, en el sistema educativo, no podemos desconocer la cantidad de docentes con muchos años de antigüedad, que ya obtuvieron todos los puntos permitidos por cursos, que ya se especializaron en alguna rama puntual y que ocupan un lugar privilegiado en la lista de mérito. Este factor mengua considerablemente las oportunidades de trabajo de un docente recién recibido, a menos que consiga un puesto en el ámbito privado o realice alguna suplencia.

     En segundo lugar, cada día son mas los profesionales ajenos a la docencia que, por problemas de desocupación o subocupación, se vuelcan a la enseñanza para ampliar sus horizontes laborales. Eso no estaría mal, pero al hacerlo reducen las ya mermadas posibilidades de los verdaderos docentes, sobre todo de los mas jóvenes, los recién recibidos. Estos deben realizar innumerables cursos para poder acceder a una que otra suplencia de unas pocas horas y por corto tiempo. En el mejor de los casos, esos cursos son gratuitos, pero generalmente tienen un costo que puede llegar a los $60 . Vale destacar que cuanto mayor es el costo, mayor es el puntaje que se obtiene.

     Otra cosa que tenemos que tener en cuenta es la conveniencia de las instituciones educativas privadas, que en ocasiones, en lugar de contratar profesores de Educación Física, contratan jugadores. Por ejemplo cuando cursé la secundaria, en un instituto privado, mi profesora de hockey, no era docente de educación física del Instituto, sino que era la docente de Ingles, que como era jugadora del deporte, le ofrecieron las horas de la materia, los días que ella no podía concurrir, su hija (que era preceptora en el Instituto y además jugadora) la suplía.

     Uno dirá, "...y, bueno, todos pasaron por lo mismo antes...". Y la respuesta es "no". Mi padre no pasó por lo mismo. Tanto él como otros docentes de su misma generación tuvieron menos problemas que los que tenemos los hijos que elegimos seguir sus pasos.

     La realidad es que la situación laboral es cada vez más difícil en nuestro país. La gente se vuelca a la educación para obtener así una entrada más de dinero. Pero en el momento de tomar cargos, en los actos públicos, nadie se pregunta cuánto tiempo hace que aquel entrenador de basquet recibió su título. Nadie averigua cuál fue el último curso en el que se especializó el profesor de natación y en qué año fue. Nadie sabe si ese traductor está pedagógicamente capacitado para dar clases de inglés en un secundario o si la abogada sabe de psicología evolutiva como para entender lo que pasa por la cabeza de un adolescente que recibe sus clases de historia,

     Cabe destacar que los profesionales no docentes que se vuelcan a la enseñanza, deben realizar un curso de capacitación de 1 año. Uno se pregunta: ¿Alcanza ese año para igualar lo que vio un profesor en su carrera? Seguramente no, por eso el que entra de esa forma lo hace con menos puntaje, pero al realizar cursos y con antigüedad consigue un puntaje con el cual compite con el joven docente, quitándole posibilidades de trabajo.

     Por otra parte, podemos ver que el sistema de llamado a tomar cargo es algo “especial”. A principio de año, se publican las listas con el orden de mérito, y se lama a un acto p]úblico donde los docentes están presentes y toman o no, las horas que se encuentran disponibles. Pero este sistema funciona así sólo a principio de año; luego, cuando aparecen horarios disponibles, los distritos escolares se encargan de comunicarse con los docentes inscriptos en sus listas por orden de mérito, pero como la comunicación es telefónica, quién sabe si el docente al que convocan es llamado por su puntaje o porque es amigo de alguien en el distrito o el colegio que necesita el profesor?


Posibles soluciones
     En países con menos problemas financieros que el nuestro, con un mejor desarrollo socioeconómico, allí donde la educación tiene un lugar privilegiado tanto a nivel social como a nivel político, las cosas son diferentes. La forma de acceder a cargos públicos es más exigente tal vez, pero sin duda también más equitativa. Si bien importan la antigüedad, los cursos realizados o los títulos obtenidos, el acceso se convierte en un tema tanto de competencia como de competitividad. Una vez por año se somete a todo docente que aspira a un cargo a un examen, cuyos resultados otorgan un puntaje determinado. Con esos puntajes se genera una lista de orden de mérito. A esto se le añade un bonus, que se otorga del mismo modo que en nuestro país se genera el orden de mérito: Títulos y cursos realizados y/o dictados en el año previo y a eso se le suman investigaciones realizadas en el ultimo año. Debemos destacar que ante un título similar se da mayor puntaje a uno mas reciente. Con esto no queremos decir que si uno realiza un curso en 1998 tendrá más puntaje que quien realizó el mismo curso en el '97, pero sí obtendrá un puntaje superior que quien lo realizo en 1990.

     Los que obtengan un mayor puntaje serán los que tomen cargos mas rápidamente. Los demás quedan a la espera de deserciones o pedidos de licencia. Mediante este sistema tanto los padres como los directivos tienen la certeza de que el profesor a cargo es la persona más idónea, mejor capacitada y más actualizada. Por cierto, muchas de esas plazas serán ocupadas por docentes con antigüedad y no por gente recién recibida. Pero, a no dudar, así las oportunidades son parejas y las posibilidades se abren para todos.

     ¿Por qué no hacer lo mismo en nuestro país?

     ¿Por qué no hacer actualizaciones obligatorias en el campo en el que cada docente se desempeñe?

     ¿Por qué no darle mas puntaje a los cursos de la Red Federal que a los cursos privados?

     ¿Por qué no exigir que los entrenadores de Instituciones educativas privadas sean, además de idóneos en el deporte a enseñar, Profesores de Educación Física?

     ¿Por qué los cursos habilitantes para los profesionales duran sólo un año y concurriendo 1 ó 2 veces por semana, si los docentes han tenido que estudiar, como mínimo, 2 años entre pedagogía y didáctica, y además han tenido de 4 a 6 meses de residencia??

     No sería bueno utilizar a los docentes con mas antigüedad que trabajan en nivel inicial y en primaria, para capacitar a los futuros y jóvenes docentes e ir dándole paso a los mismos?

     Hay tantos cuestionamientos, tantas preguntas tengo y tan pocas respuestas. Lo único que me queda claro, es que para poder acceder a cargos públicos, tengo que tener un par de años trabajando como suplente o en instituciones privadas, gastar dinero en cursos aburridos e inútiles, pero que dan buen puntaje... y paciencia... quizá algún día, aquellos que solo tiran la pelota se jubilen o a los universitarios les vaya un poco mejor en su campo, y uno, con todo su entusiasmo, todos sus conocimientos frescos y actualizados y todas las ilusiones de trabajar en lo que le gusta pueda hacerlo en lugar de trabajar de cadete o manejando un taxi o tener que emigrar al exterior.


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revista digital · Año 5 · N° 27 | Buenos Aires, noviembre de 2000  
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