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La metodología observacional en el deporte: conceptos básicos
María Teresa Anguera Argilaga, Ángel Blanco Villaseñor, JoséLuis Losada López y Antonio Hernández Mendo

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 24 - Agosto de 2000

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GOLF: Goles a Favor. Se gana un tanto cuando el balón haya traspasado totalmente la línea de meta entre los postes y por debajo del larguero del marco del equipo adversario.

GOLE: Goles Encajados. Se encaja un tanto cuando el balón haya traspasado totalmente la línea de meta entre los postes y por debajo del larguero del marco del equipo observado.

TIAP: Tiro a Portería. Es la acción técnica mediante la cual, con un golpeo, se envía el balón sobre la portería adversaria intentando marcar un gol.

RECH: Rechace en Área Contraria. Se produce un rechace en el área contraria cuando un jugador del equipo observado realiza un tiro sobre la portería del equipo rival y un jugador de este equipo se interpone entre el balón y la portería, como consecuencia el balón se aleja con o sin control de las inmediaciones del área contraria.

SEAF: Saques de Esquina a Favor. Para realizar un saque de esquina3 el balón está colocado en el interior del cuarto de circulo correspondiente a la banderola de esquina, que no podrá ser trasladada, y desde este lugar se lanza el balón con el pie.

SBCC: Saques de Banda en Campo Contrario4 . El balón lo pone en juego un jugador del bando atacante (equipo observado), lanzándolo, con ambas manos desde atrás y por encima de la cabeza, al interior del campo en cualquier dirección desde el punto por el que franqueó el balón la línea de banda.

FRCC: Faltas Recibidas en Campo Contrario. El árbitro señala falta cuando un jugador del equipo contrario comete intencionadamente una agresión sobre un jugador del equipo observado.


5.2. Formatos de campo. Su origen se remonta al de una vieja técnica de registro que ha ido ganando consistencia y adquiriendo los atributos necesarios para que en la actualidad se la pueda considerar con el rango de instrumento de observación. Su elaboración implica los siguientes pasos:

    Establecimiento de criterios o ejes del instrumento, fijados en función de los objetivos del estudio.

  1. Listado de conductas (lista no cerrada) correspondientes a cada uno de los criterios, anotadas a partir de la información que proporcionó la fase exploratoria.

  2. Asignación de códigos a cada una de las conductas anotadas que deriven de cada uno de los criterios, y que permite desplegar cualquiera de ellos en un sistema jerárquico de orden inferior. En función de la complejidad del caso, se puede tratar de sistemas de doble, triple, etc. código.

  3. Elaboración de la lista de configuraciones. La configuración es la unidad básica en el registro de formatos de campo, y consiste en el encadenado de códigos correspondientes a conductas simultáneas o concurrentes, el cual permitirá un desarrollo registral exhaustivo del flujo de conducta, y una enorme facilitación para posteriores análisis de datos.

    Las configuraciones se rigen por los criterios sincrónico y diacrónico: Sincrónico, porque todos los códigos de cada configuración corresponden a conductas -una de cada criterio- simultáneas, de forma que, al modificarse uno o más códigos de una configuración, ello da lugar a la siguiente. El criterio diacrónico se apoya, precisamente, en esta sucesión de configuraciones.

    Ejemplos de sistemas de formatos de campo serian los siguientes:

  1. el sistema de notación para codificar el tiro en el hockey sobre patines Hernández Mendo, Areces, González Fernández y Garea, 1994)

        Tiros en Hockey sobre patines, criterios:

        1. Situación
    Pasillos Laterales PL 1
    Pasillo Central PC 2
    Area A 3

        2. Orientación
    Mal Orientado MB 1
    Bien Orientado BO 2
    Gol G 3

  2. el relativo a las recuperaciones de la posesión en el fútbol (Hernández Mendo, Areces, Vales, González Fernández, 1995)

        Recuperaciones de la posesión en fútbol, criterios:

        1. Tipo
    Directa D 1
    Indirecta I 2

        2. Situación
    Zona Defensiva ZD 1
    Zona Ofensiva ZO 2
    Zona Ultraofensival ZU 3

  3. el utilizado para codificar los aspectos relevantes de la dinámica sociomotriz en el tenis de individuales (Gorospe, 1999).

Criterios
Distancia de interacción Dinámica del adversario Dinámica del jugador
Larga (A-E)
Medio-proximal (B-Q)
Medio-distal (C-G)
Corta (D-Z)
En servicio (S-P)
En resto (R-T)
Mantener (M)
Colocar paralelo (K)
Colocar diagonal (P)
Aproximar (U)
Atrasar (T)
No respuesta (O)
Recoloc. estable (1)
Recoloc. en cruce (2)
Recoloc. en avance (3)
Recoloc. Inespecífica (N)

    Si cotejamos los dos tipos de instrumentos -sistema de categorías (SC) y formatos de campo (FC)-, las principales diferencias entre ellos son:

  1. El SC es de difícil utilización en situaciones complejas, en las cuales no ofrece problema el FC.

  2. El FC se puede elaborar en ausencia de marco teórico, y por tanto en situaciones empíricas, mientras que el SC requiere marco conceptual y datos de la realidad.

  3. El FC es un sistema abierto (se pueden añadir códigos una vez se ha iniciado su utilización), lo que contrasta con la rigidez del SC.

  4. El SC es unidimensional, mientras que el FC es multidimensional.

  5. El SC es un sistema de código único, mientras que el FC es de código múltiple.

  6. El SC, una vez elaborado, es rígido, mientras que el FC tiene una elevada capacidad de autorregulación.


6. Registro

    La fase empírica de la observación se inicia desde el momento en que el observador empieza a acumular y clasificar información sobre eventos o conductas, con lo que adquiere unos datos provenientes de una traducción de la realidad, y que deberá sistematizar progresivamente, pudiéndolo hacer a lo largo de una gradación con muchísimos eslabones intermedios, los cuales suelen sucederse entre sí, al menos parcialmente, a medida que avanza el conocimiento del observador acerca de las conductas estudiadas y se acrecienta su rodaje específico.

    Si se trabaja con notas de campo, transcripciones provenientes de episodios determinados, o, en general, a partir de registros descriptivos, una tarea determinante es la preparación cuidadosa de la codificación mediante la imposición de alguna estructura en la mayor parte de la información. Mediante la codificación se llega a construir y utilizar un sistema de símbolos -que pueden ser de muy diversos órdenes- que permita la obtención de las medidas requeridas en cada caso (la propia elaboración del sistema de categorías, al que nos hemos referido en el apartado anterior, es precisamente una modalidad de codificación encaminada, en dicho caso, a disponer de un instrumento elaborado “a medida”).

    Son prácticamente incontables las modalidades de registro existentes o que se pueden crear, y en su elección será relevante la consideración de los objetivos y de los contextos en que se ubique el estudio (así, registro continuo vs. intermitente, registro de conductas más o menos molarizadas, etc.).

    La finalidad del tratamiento de datos, sin importar el tipo de datos que se tenga, es imponer algún orden en un gran volumen de información, así como proceder a una reducción de datos, de manera que sea posible obtener unos resultados y unas conclusiones, y que se puedan comunicar mediante el informe de investigación.

    Se detecta una cierta contradicción -al menos aparente- entre el hecho de que con mucha frecuencia el investigador que utiliza la metodología observacional prefiere que la teoría emerja de los propios datos, averiguando qué esquemas de explicación son empleados por las materias sometidas a estudio para proporcionar un sentido a la realidad con las que se encuentran, y, por otra parte, que para analizar la información se empleen procedimientos estadísticos de diversa complejidad (Ruiz-Maya, Martín-Pliego, López, Montero y Uriz, 1990).

    Esta tarea es un reto especialmente en metodología observacional, y ello por tres principales razones:

  1. No existen reglas sistemáticas para el análisis y presentación de datos en muchos tipos de registro, lo cual se debe en parte al carácter "blando" que se les atribuye. La ausencia de procedimientos analíticos y sistemáticos hace difícil la tarea en una investigación en la cual la primera parte del proceso es de naturaleza cualitativa, y en donde, además, no tiene sentido la replicación.

  2. Requiere un gran volumen de trabajo. El investigador o profesional que utiliza la metodología observacional debe analizar y darle sentido a páginas y páginas de material que primero fue narrativo y después descriptivo. Por ejemplo, un estudio que se realice durante un Campeonato del Mundo de fútbol en donde se llevan a cabo treinta transcripciones; las transcripciones varían entre 3000 a 5000 registros por partido, lo cual da como resultado gran cantidad de material que hay que leer, organizar y sintetizar. Ello implica una dedicación considerable de tiempo, lo cual, combinado con el hecho de que las muestras son pequeñas, aumenta la dificultad, además de que es costoso, y su generalización es limitada.

  3. Es precisa una reducción de datos para la elaboración del informe. Con frecuencia, los principales resultados de una investigación se pueden esquematizar en algunos cuadros; no obstante, si se sintetizan demasiado, se pierde la integridad del material narrativo de los datos originales. Como consecuencia, es difícil presentar resultados de investigaciones que requieren un seguimiento pormenorizado de conductas en un formato que sea compatible con las limitaciones de espacio de las publicaciones científicas profesionales.

    Si se dispone de una flexibilidad en los niveles descriptivos más adecuados, de forma que exista una gradación continuada que incluya una gama de niveles descriptivos intermedios no situados en los extremos de posiciones bipolares, será mayor el ajuste y la articulación entre percepción e interpretación, con lo cual resulta beneficiada la calidad del registro observacional. Podría argüirse en contra que aumentaría la complejidad en la codificación y posterior análisis, pero ello puede solventarse adecuadamente si se hace uso adecuado de los parámetros observacionales establecidos y se lleva a cabo un tipo de análisis que se adecue a los datos recogidos.

    En buena parte de los casos, la inclusión en un mismo registro de varios niveles descriptivos daría lugar a la superposición de diversas unidades y de cubrir el "continuum" de conducta, lo cual permitirá establecer una convergencia entre diferentes tipos de análisis (Blanco, 1983).


6.1. De la descripción al registro

    La descripción es la expresión verbal del contenido de la observación y la primera tarea que debe llevar a cabo una ciencia. Pero es cierto que actuamos desde niveles de descripción diferentes cuando anotamos rigurosamente cada uno de los movimientos y sonidos emitidos por un recién nacido que cuando describimos globalmente lo ocurrido en una discusión profesional.

    Por otra parte, el registro es una "transcripción de la representación de la realidad por parte del observador mediante la utilización de códigos determinados, y que se materializa en un soporte físico que garantiza su prevalencia" (Anguera, Behar, Blanco, Carreras, Losada, Quera y Riba, 1993), aunque resulta evidente que dicha transcripción no es automática, y habrá que tomar diversas decisiones en su materialización.

    Uno de los elementos determinantes en estas decisiones y, en consecuencia, en la forma cómo se lleva a cabo la captación del significado es la adopción de un criterio-base (o varios) sobre la segmentación de la conducta y la demarcación de sus unidades, la cual depende a su vez de la naturaleza de los parámetros del comportamiento que se poseen y de los fines específicos de la investigación, con lo que se establecerá el carácter predominantemente molar, molecular o mixto del sistema taxonómico, que está en estrecha relación con un nivel elevado o prácticamente inexistente de abstracción, el interés por una taxonomía predominantemente natural, estructural, o funcional y, de forma relativamente más distante, con la superposición de niveles en la estructura de la conducta al puntualizar su disposición jerárquica.

    El tipo o modalidad de descripción repercute de forma determinante. No existe criterio unánime en la literatura especializada, y se ha ido imponiendo el criterio de profesionales de diversos ámbitos (sociólogos, etólogos, etc.). Desde una consideración cercana al grado de implicación del observador, se distingue entre descripción ética, que tiene un indudable carácter externo, objetivo y exhaustivo, haciendo referencia a categorías previamente explicitadas en donde no actúa una selección de lo relevante y todos los detalles tienen igual importancia, y una descripción émica, que se sitúa en un nivel de identificación y precisión de las categorías significantes para el sujeto, y que se lograría intentando componer y relacionar las informaciones éticas extraídas por el observador.

    Si se dispone de una flexibilidad en los niveles descriptivos más adecuados, de forma que exista una gradación continuada que incluya una gama de niveles descriptivos intermedios no situados en los extremos de posiciones bipolares, será mayor el ajuste y la articulación entre percepción e interpretación, con lo cual resulta beneficiada la calidad del registro observacional. Podría argüirse en contra que aumentaría la complejidad en la codificación y posterior análisis, pero ello puede solventarse adecuadamente si se hace uso adecuado de los parámetros observacionales establecidos y se lleva a cabo un tipo de análisis que se adecue a los datos recogidos.


6.2. Modalidades de registro

    El nivel de sistematización (o grado de control externo) de un registro constituye el criterio más relevante para diferenciar diversas modalidades de registro, teniendo en cuenta que matizaremos las diferencias entre los principales tipos, a sabiendas de que son inmensas las diversas posibilidades de registro.

    Las modalidades de registro más ampliamente difundidas son: Registros narrativos, registros descriptivos (ambos son no sistematizados), registros semi-sistematizados y registros sistematizados.

    A. Registros narrativos.

    Es el propio de la fase pasiva de la investigación, dado el escaso conocimiento que se tiene habitualmente de la situación, sujeto observado y conductas que se ejecutan. Se trata de una “descripción de bajo nivel, realizada mediante lenguaje oral o escrito, que es propia de fases iniciales de la observación, y que se caracteriza por su falta de estructura” (Anguera, Behar, Blanco, Carreras, Losada, Quera y Riba, 1993).

    Corresponde al registro narrativo un texto en que se pormenoriza lo ocurrido, de forma parecida a como un reportero da cuenta de un acontecimiento social, pudiendo existir lagunas o fallas en la ordenación de los hechos. Corresponde generalmente al período de observación exploratoria, y de ahí su gran importancia, ya que suministra una información básica.

    En el plano formal, se caracteriza por su estilo textual, y en cuanto al plano del contenido, queda definido por: a) Uso de un léxico no especializado; b) selección intencional de la información; y c) registro no secuencial.

    A su vez, el registro narrativo puede presentarse bajo diversas modalidades (Fassnacht, 1982; Evertson & Green, 1978):

  1. Diarios (no nos referimos únicamente al típico de la auto-observación, sino especialmente al resultante de la heteroobservación), con problemas generalizados de predominio de la interpretación sobre la percepción. Actualmente es poco utilizado, y su punto álgido se alcanzó en la primera mitad de siglo, en que era habitual registrar la actividad diaria del niño en las épocas tempranas de su vida para estudiar su evolución.

  2. Registros anecdóticos, que consisten en breves descripciones de un evento que ha ocurrido de forma inesperada, no interesando tanto la ocurrencia en un determinado sujeto, sino la manifestación de tales tipos de respuestas en general, lo cual constituye el criterio base para su agregación continuada.

  3. Registros continuos, que tratan de captar los elementos más importantes de una serie de conductas o sucesos, constituyendo el esqueleto de muchos archivos de estudio de casos.

  4. Registros de muestras, referidos únicamente a escenas concretas que deben transcribirse, y en las que se pueden precisar el encadenado y/o anidamiento de objetivos.

    B. Registros descriptivos.

    El registro descriptivo muestra una evolución y avance respecto al registro narrativo, ya que existe una cierta estructuración y es frecuente la utilización de medios automáticos de grabación.

    En el plano formal, se caracteriza, igual que el registro narrativo, por su estilo textual (y esta circunstancia es la que hace que ambos se traten de registros no sistematizados); sin embargo, en cuanto al plano del contenido, queda definido por:

  1. Uso de un léxico especializado.

  2. Selección cuidadosa de la información a partir de criterios preestablecidos.

  3. Registro secuencial.

Ejemplo: El jugador A recoge el balón del portero y avanza por el centro de la zona defensiva realizando una conducción del balón con toques suaves y precisos con la parte externa e interna del pie alternativamente. Cuando entra en la zona media del campo (zona de canalización del juego o zona ofensiva) y se enfrenta al primer delantero, golpea el balón fuertemente con la parte interior del pie, con un tiro hacia el lateral de la zona ofensiva donde está el jugador B que está libre de marcaje y con posibilidades de avanzar hacia la zona ultraofensiva (...).


    C. Registros semi-sistematizados.

    Anteriormente ya hemos mencionado que el nivel de sistematización varía a lo largo de un continuum. En este grupo se incluyen los registros en los cuales está en marcha el proceso de consecución de mayor control externo, tratando de expresar de forma estructurada la información contenida en las conductas o eventos de forma que no se produzca pérdida de ella o de matiz expresivo.

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