El fútbol de la Argentina. Aproximaciones
desde las ciencias sociales (II).
Entrevista a Eduardo Archetti

Julio David Frydenberg* y
Roberto Di Giano**

alaju@speedy.com.ar
(Argentina)

Miembros del Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte (Facultad de Filosofía y Letras, UBA).
*Profesor de Historia (UBA), especializado en historia social del fútbol argentino.
** Licenciado en Sociología (UBA), dentro del marco de las temáticas deportivas, fundamentalmente
ha encarado el estudio de la modernización en el fútbol argentino.

    El Licenciado Eduardo Archetti (l.e.p.archetti@ima.uio.no) es Antropólogo y trabaja actualmente en la Universidad de Oslo. Es especialista en temáticas relacionadas con el fútbol, el polo y demás deportes, fundamentalmente en sus vínculos con la expresión de los imaginarios colectivos.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 22 - Junio 2000

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Eduardo Archetti

Fútbol, imaginarios y creencias

    Julio: -Eduardo, vos trabajás con las creencias que acerca del fútbol tenían y tienen aquellos actores que intervienen en este fenómeno. Has tomado, en general, como referencia trabajos de quienes fundaron una serie de imágenes relativas al fútbol, y que fueron construidas por periodistas y no por historiadores.

    -Es que no hay un sólo trabajo sobre la historia del fútbol que se haya apartado de las versiones canónicas de la década `20 construidas por la revista "El Gráfico", que se van a seguir reproduciendo en los años `30 y se siguen, además, reproduciendo con mucha fuerza hasta hoy. Ni siquiera Panzeri las discute; lo que va a hacer él es agregar el tema de "la máquina" en el 40, con el que todos tienen problemas.

    La "máquina", el equipo de River, crea problemas en el imaginario del estilo criollo, porque precisamente los futbolistas juegan "como una máquina". Y todo el imaginario giraba casualmente alrededor de que "no éramos una máquina". Panzeri, entonces, habla de la tercera fundación, pero acepta las dos primeras.

    Julio: -Estas ideas son las que repiten todas las historias tradicionales del fútbol argentino. Y dentro de ese marco tal vez la mejor sea la del año 1955 de la Editorial Eiffel.

    -Ella es el compendio de la mitología, del origen fundacional. Además, por cierto, está muy bien escrita. Eso es lo que tenían, no te olvides que eran periodistas de radio, que todo el mundo escuchaba por esa época. Sus opiniones tenían un peso increíble. ¿Cómo podías ir en contra de ellos?

    Julio: -Lo que me parece apasionante, es saber cómo nace esto que se va recreando con el tiempo. Porque luego se crea una historia ficticia o no, (eso habrá que investigarlo) del origen del fútbol criollo y de su estilo. Se ponen cosas al pasado, a la memoria, de un presente que habría que ubicarlo entre fines de los `20 y principios de los `30. Ese presente, disociado de un origen certero, diseñó a ese pasado. Ahí se escribió lo que después en el futuro se va a reescribir y que hoy mismo lo comentamos como un hecho, pero que nadie puso a prueba.

    -Bueno, ahí hay una elección metodológica. Yo puedo decir que no me interesa -por el momento- lo que pasó. Entonces, trabajo sobre el mito escrito. Y muestro cómo se va reescribiendo, cómo se actualiza, cómo se refunda. Justamente el tema del mito, de la forma y el contenido, que se sigue recreando. Ese es un tema.

    El otro tema es ver realmente qué pasaba. Yo en esto estoy en el medio del camino, porque estoy viendo cómo se fundan los clubes y no llego a pescarle la vuelta de cómo se jugaba. Es decir, tengo algunas intuiciones acerca del tema; sé que no es como el mito fundacional dice que fue. Pero tampoco creo que sea como dice Bilardo, por ejemplo, o como dice Niembro, que todos se mataban por ganar, tanto antes como ahora. Es muy difícil de testear esto. ¿Por qué y cuándo los expertos se ven en la necesidad de crear ese mito que todavía seguimos discutiendo, "avalando" o no?. Creo que Borocotó y esa gente, al edificar su discurso estaba dando una lección que ellos suponían sería canónica. Hay un objetivo intencional en la creación de un texto histórico a partir del presente y el presente era el gran éxito del fútbol argentino desde 1924 hasta el 30.

    Comienza en el año 1924, antes de la gira de Boca, con la derrota del equipo inglés del Plymouth. Hasta esa época no le habíamos podido ganar a los ingleses. Es decir, que hay ahí un elemento importante que es la victoria sobre el Plymouth, que es utilizada curiosamente. A Jorge Brown lo entrevistan por todos lados. Lo hace el diario "La Nación", y la revista "El Gráfico". Esas dos entrevistas son también canónicas porque él reconoce que hay un cambio de estilo.

    Vos podés preguntarte ¿es él quien lo reconoce, o son los periodistas que lo ponen en su boca? Si solamente fuera El Gráfico yo no tendría dudas, pero figura en La Nación también. Precisamente acabo de terminar un artículo donde demuestro que Jorge Brown dice: "Ha habido un cambio. Yo -el viejo capitán glorioso de Alumni- sanciono, digo que sí". Y eso me parece que, a partir los documentos que he visto, aparece como más o menos definitivo. Es decir, aparece el personaje desde adentro, un anglo que sanciona esa cosa canónica. Y yo creo que a partir de eso, se legitima toda la historia.


El juego inglés y la construcción del imaginario del fútbol hacia principios de siglo XX

    Lo que he encontrado, que es apasionante, es lo que leo en el diario "The Standard". Las crónicas de fútbol de este diario son una maravilla. Y las crónicas sobre la visita de los equipos ingleses son también una maravilla. Ahí está todo el imaginario. Todos los grandes equipos ingleses que nos visitan, nos golean, y The Standart trata de demostrar que juegan scientific-football todo el tiempo, y la competencia del "heading", son maestros en cabecear. También son maestros en las pelotas largas. Daban una clase de fútbol y además, nos ganaban siempre.

    Julio: -El diario "The Standard" no era el único que veía ese modelo como "el modelo".

    -No! Es el modelo para todo el staff de expertos. Y lo que se medía era la diferencia de goles; ¿cuántos goles nos van a hacer? Están permanentemente testeando. Así, aparece como un gran éxito perder 4 a 0! The Standard, lo dice! "Nuestros muchachos -comenta- perdieron 4 a l... ¡Se le hizo un gol al equipo británico!" ¿Te das cuenta?. Perdimos 4 a l pero hiciste un gol. Ese imaginario está fortalecido. Vos, Julio, seguramente has trabajado otras fuentes y lo habrás encontrado también. O sea que no solamente hablan los ingleses. Y eso va quedando ahí como sedimento.

    En esa época no había diferencia de estilo con los uruguayos. Jugábamos como ellos, ellos jugaban como nosotros. La referencia es Rosario/Montevideo/Buenos Aires. Entonces, el otro relevante ¿cuál es?, son los equipos del exterior que nos visitan. Hay que esperar al 20 para que lleguen los centro europeos, y cuando llegan, ¿qué es lo que decimos?, que juegan como nosotros. ¿Te das cuenta? Entonces, yo creo que ahí está esta cosa del espejo. De mirarte en el otro. Si el otro te gana siempre, eso se va acumulando.

    Yo trabajo en las grandes líneas de la creación de mitos, a partir de los ritos. Hay un trabajo para hacer que es el estudio de la cantidad de jugadores anglos respecto a la cantidad de criollos. Para el año 1912, cuando Alumni se disuelve, no crea problemas.

    Julio: -Probablemente no crearan problemas en el momento a los que jugaban; pero a los que crean la historia del fútbol, si. A esos les crea muchísimos problemas.

    -Sucede que Alumni queda como un "revival" de lo que fue. Porque el Alumni sigue jugando amistosos en 1913 y en 1914. Y además, el capitán del equipo argentino, en 19l2 y en 19l3, es Jorge Brown, el zaguero que es un ex Alumni. O sea que ahí hay algo, hay un peso enorme de la mitología. Por ejemplo, aparece en The Standard un partido que se hace en la mitad de la liga en el año 1913 entre Old Alumni y Old Belgrano; ¿te das cuenta? Belgrano sigue jugando hasta el 16 y va a descender. Los viejos que dejaron la práctica activa jugaron con el viejo rival... se comenta que fueron dieciséis mil personas al estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires y gana Alumni por goleada. En aquella época iban cantidades similares de público a todos los partidos de las giras de equipos ingleses. En esos años se jugaba en la cancha de Gimnasia y Esgrima y se llegó a hablar de una asistencia de 25 mil personas. Los comentaristas son ingleses o sea que en un principio uno podía decir que resultan más precisos que los criollos, pero ese partido es impresionante: comienza en la mañana -es un homenaje que le hacen a Alumni- y termina con una gran cena, con un menú francés. ¡Eran grandes ídolos!, no hay lugar a dudas. Además eran tipos de clase media-alta, bien integrados socialmente.

    Vos no te imaginás lo que eran los banquetes, después de cada internacional, a comienzo del siglo, entre Uruguay y Argentina. Y la lista de la música que se tocaba, donde aparecían obras de Puccini, Rossini. Se describe cómo estaban vestidos los jugadores y los menúes larguísimos con vinos Seuternes, jerez amontillado y champagne francés. Era realmente una imagen de que los jugadores estaban socialmente reconocidos. Pero ya The Standard dice, para la visita del Everton, "que desgraciadamente el público es en su mayoría, criollo", y su comportamiento no es el adecuado para el fair play. The Standard, después de un partido entre el Tottenham y el seleccionado argentino, pone una nota describiendo el horrible comportamiento de los argentinos.

    Julio: -Ese es el corte de la mitad para arriba de la sociedad y yo trato de analizar a la mitad para abajo. Yo estudio las ligas independientes, todo el fútbol amistoso. O sea, el proceso de popularización de la práctica del fútbol. Y veo que esos que están practicando, son los que van a la cancha a ver los partidos. Tanto es así, -yo siempre repito la misma anécdota- que cuando en 1907 viene en gira un equipo inglés, aparecen grandes alabanzas y todos los medios anuncian la llegada del equipo. Para el día del partido, todas las ligas independientes suspenden sus campeonatos. Por eso anuncian "dejamos a nuestros afiliados con la libertad de ir a presenciar el partido y suspendemos los partidos del domingo". ¿Quiénes formaban esas Ligas? Había absolutamente de todo. Una heterogeneidad pasmosa. Desde los nuevos barrios, gente que no tenía plata para pagar la cuota del club o tipos de clase media, con su clubsito, con su secretaría.

    -Sí, sin lugar a dudas. Y eso lo ves leyendo The Standard. Por ejemplo para la primera visita de equipos extranjeros, que es la del Southampton en 1904, no hay estadios donde jugar. Entonces se arman tribunas en el Hípico. Hay una descripción, incluso, de cómo se arman las tribunas, calculando cuánta gente vendría. ¿Cuántos van a ver ese partido? Según The Standard van dos mil personas. No había vestuarios, no había nada. Y sorprende mucho que efectivamente, antes del partido, que es una cosa sobre la que The Standard va a insistir muchísimo, los anglos llegan y, a diferencia de nosotros que llegamos y vamos a jugar, los "british" vestidos con uniforme, se ponen al lado de la cancha, y comienzan a ser masajeados. Nunca nadie había visto que masajearan a los jugadores. Entonces, ahí aparece la imagen de los músculos calientes, su importancia. Es una descripción maravillosa y es en ese momento en el que se impone la idea del scientific-football. "¡Veamos... Espero que nosotros aprendamos de ellos!". Todo es científico: la postura, el cuerpo, el masaje, el cuidado del músculo. Van creando ese imaginario que como vos decís se va a generalizar. Y, lo que es divertido, es que en la Historia del Fútbol Argentino y editada por la Editorial de Eiffel, dicen lo mismo. Tomá los artículos de Mora y Araujo en ese libro -que es una gran pluma de La Nación- dice exactamente lo mismo que dicen Borocotó y compañía. Es aceptado unánimemente. No hay ninguna discusión. Fue así.

    Habría que recordar, además, que ésto se va a cristalizar con el imaginario europeo sobre el fútbol argentino, a partir del 30, con la llegada masiva de jugadores argentinos. ¿Y a quiénes importa Europa? Importan a los creadores, como fue siempre. No importan a los troncos, a las bestias. Llevan "insiders" durante un largo tiempo; "insiders", "wings" y "centro-forwards". El único "centro-half" que importan es a Monti. Durante un largo período se produce sólo eso. Y llegan allí, a Europa, la paran, la pisan, distribuyen, tienen "ojos en la nuca". Los europeos empiezan a reproducir el mito. Y, entonces, eso ayuda a crear el imaginario, se dispara.


Estilo inglés y estilo criollo. ¿Creación o mala imitación?

    Julio: -Ahora, seguimos teniendo dos polos. A principio de siglo, se forma el mito de los ingleses, que es el fútbol de los pases, que cuida las posiciones, que destaca la importancia del espacio en el terreno de juego. Se insistía en copiar esa forma de jugar, porque aquí íbamos todos detrás de la pelota.

    -Claro, la pelota, el potrero; ese es el problema. Además está el tema del espacio y las posiciones fijas. Y así llegamos al 30. Yo me pregunto, ¿qué pasa en el medio? En el medio se va creando otra realidad. Digo, el mito creado del fútbol criollo, no es solamente una invención trasnochada.

    El problema acá es el siguiente: el fútbol profesional inglés primero nos golea; pero resulta que después, el fútbol amateur criollo obtiene resultados contra el fútbol de alto rendimiento. Por lo menos en el imaginario, porque en realidad no compiten. Será un fútbol totalmente insular.

    Está siempre presente el tema de los ingleses arriba, nosotros abajo. Yo creo que nosotros no aprendemos nunca a jugar como los ingleses. Entonces se puede decir "el mito de Frascara, es que nosotros no aprendimos nunca"; es decir que nosotros creamos, aparentemente, otra cosa. Pero cabría preguntarse si esto sucedió porque nosotros fuimos malos alumnos o porque el fútbol da para cualquier cosa.

    Julio: -Da para cualquier cosa, aunque no da para que los once vayan corriendo detrás de la pelota. Si da para muchas cosas es en el sentido de que hay un margen de creatividad muy amplio...

    -Enorme. Eso es lo más importante. Es lo que yo siempre enfatizo. Cuando yo veo por qué cierto tipo de rituales y cierto tipo de arenas públicas permiten estas cosas es porque son arenas permeables a una gran creatividad. Y además son arenas donde está las dimensiones del cuerpo y del espacio.

    Cuando vos tenés espacios y cuerpos hay para todo. Tomá cualquier tipo de ritual de iniciación donde hay espacios y cuerpo; espacios excluidos, fragmentados, espacios separados y cuerpos en movimiento, cuerpos que se transforman. Hay un gran espacio para la creatividad cultural, tanto desde el punto de vista formal del ritual, como desde el punto de vista del contenido. De allí que el fútbol y el polo en la Argentina van a ser lugares centrales para la intervención de ese imaginario.

    Lo que vos decís es absolutamente cierto. Hay una fundación inglesa del fútbol, pero nunca jugamos como los ingleses. Esa es la diferencia fundamental. Nunca llegamos a jugar como ellos. Y en eso Borocotó insiste. Porque si hubiéramos llegado a jugar como ellos, les ganábamos. Es tan simple como eso. Lo que pasa es que Borocotó, dentro del imaginario del '20, del '30, no recupera un sólo gran jugador de origen anglo. Como si hubiera habido un corte total. En cambio Chantecler en la década del 30, fines del 20 también, es diferente. La salida de Borocotó es la cosa del team y la salida de Chantecler va a ser, vayamos a los jugadores. Y vayamos también a las jugadas. ¿No es así? Entonces, a partir de eso, él comienza a encontrar que, han habido jugadores rescatables.

     De esa época te diría que, por lo que he visto, no hay ningún equipo argentino que juegue al estilo inglés. Ninguno. A uno le da la impresión que hay cierto espíritu malónico.

    Julio: -Lo que resulta sumamente curioso, es que situándose en el espacio social que yo analizo, para los jóvenes que eran los fundadores de los clubes -muchos de los cuales murieron y otros terminaron siendo Boca o River- el mito funciona; es decir, ellos ven como modelo a los ingleses. Sin embargo, jamás logran practicar eso. Parecería que lo que ellos practican va a ser exitoso, pero veinte años después. En aquel momento, a principios de siglo, es frustrante. Porque hay una distancia muy grande entre los creadores del fútbol, los ingleses, y lo que se veía en el país.

    -Absolutamente. The Standard dice todo el tiempo "aprendamos de ellos, ¿por qué no podemos aprender?". Lo dice a raíz de las distintas visitas de los equipos ingleses a la Argentina.

    Cuando llega el Everton aparentemente éste juega un fútbol brusco, demasiado brusco. Y se habla del tema de la pechada. Los ingleses usaban el cuerpo mientras que los argentinos trataban de esquivar, desviando. Los argentinos en el uso del cuerpo eran ineficaces y parece que en la Argentina eso continúa en la actualidad. Incluso, algunos jugadores del Seleccionado Nacional, usan mal el cuerpo. Hay a quienes habría que enseñarles de nuevo si no tuvieras la repentización que tienen. Algunos son zagueros titulares de la selección albiceleste. Vos ves a los troncos ingleses; son troncos, pero cuando van hombre a hombre pechando, nadie les gana. El problema es que acá excepcionalmente los delanteros han usado el cuerpo...

    Roberto: -Pero hay que ver cuál es el criterio de valoración que se utiliza. Digamos que lo más valorable podría ser el dribbling...

    -Claro, ante el juego del cuerpo, la picardía del fútbol criollo. Porque no necesito chocar al contrario, al otro; tengo que engañarlo.

    Julio: -Pero yo te diría, que hubo jugadores que han sabido usar el cuerpo y que han sido grandes cabeceadores, y que fueron valorados, por ejemplo Alfredo Rojas o Artime.

    -No son jugadores completos. Para nuestro gusto eran muy limitados. Lo que sí es inaceptable es que un tronco fortachón no tenga dos wines, o gente creadora a su lado. Y eso está ya instalado en el centrodelantero. Eso aparece en el 9 como un problema. Inclusive definido desde la perspectiva de The Standard, negativamente.

Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 5 · Nº 22   sigue Ü