efdeportes.com

Aproximación a la transversalización del enfoque de género

en el preuniversitario cubano actual: actualidad y retos

 

*Licenciado en Educación especialidad Biología. Máster en Ciencias

**Licenciada en Educación especialidad Marxismo e Historia. Doctora en Ciencias Pedagógicas

***Licenciada en Educación especialidad Matemática. Doctora en Ciencias Pedagógicas

Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero”

(Cuba)

MSc. Yunier Leyva Pérez*

yunier.lp@ucp.ho.rimed.cu

Dr.C. Anabel Naranjo Paz**

anabel@ucp.ho.rimed.cu

Dr.C. Yolanda Cruz Proenza Garrido***

yolanda@ucp.ho.rimed.cu

 

 

 

 

Resumen

          Incorporar el enfoque de género en la educación permite explorar resistencias culturales e ideológicas en las instituciones, en los actores, supone sensibilizar y abrir espacios de debate para analizar las prácticas educativas. Su reto es remover los cimientos y superar las concepciones reduccionistas, que ponderan el carácter sexista, acerca de la sexualidad humana y su educación, para favorecer el crecimiento pleno e integral de ambos géneros por igual. Una mirada al preuniversitario cubano actual expone las potencialidades que presenta este para transversalizar contenidos relacionados con la temática de género. Se sustenta que en la Educación Preuniversitaria, la transversalización del enfoque de género debe fluir en todo el proceso pedagógico desde lo explícito y el currículo oculto, como parte del proyecto educativo, para contribuir a una educación del género que potencie al ser humano y tribute a procesos de construcción y reconstrucción de las identidades masculinas y femeninas en pos del crecimiento personal a una visión más humana y equitativa de las relaciones entre hombres y mujeres. El presente artículo muestra una aproximación a la transversalización del enfoque de género en el preuniversitario cubano actual

          Palabras clave: Transversalizción de contenidos. Enfoque de género. Preuniversitario.

 

Recepción: 04/02/2015 - Aceptación: 17/03/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 202, Marzo de 2015. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    Las exigencias actuales del mundo globalizado, demandan de la educación preparar a las nuevas generaciones desde una comprensión y una participación consciente en las trasformaciones socioeconómicas y políticas de las que son los encargados en el presente milenio.

    En este orden, la problemática de la equidad y la inclusión en sentido amplio, es una explicitación de las políticas educativas de los gobiernos al comprender que para logarla se requiere de procesos educacionales, lo cual ubica a la escuela en el centro de estas estrategias de desarrollo.

    En el ámbito internacional, desde la última década del siglo XX y en lo que va del presente, organismos y organizaciones centran el debate en este aspecto, se destacan, la Conferencia Mundial de Desarrollo Humano (1993); la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo (1994); Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (1995); la IV Conferencia Mundial sobre Mujer (1995), así como Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, 1994) declara la equidad de género, como derecho del ser humano. Todo lo cual revela la trascendencia de la temática que se estudia.

    Particular trascendencia para el estudio que se presenta, reviste la Cumbre del Milenio (2000) en la que fue adoptada la “Declaración del Milenio” para lograr un mundo más pacífico, próspero y justo, así como establecer puntos de acuerdo en diversos temas de interés mundial. Entre los que se destacan los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” de cuyo énfasis el número tres expone promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer. Devenidos en exigencias para los procesos educativos y las políticas sociales.

    Esta posición, le asignan a la educación del siglo XXI un papel ponderante como proceso continuo que debe favorecer en los sujetos la conciencia de sí mismo y de su entorno, desde el respeto a la diversidad, por lo que se reconocen ejes transversales que permitan lograr los objetivos del milenio y en particular la “Educación para la equidad de género”

    Incorporar el enfoque de género en la educación permite explorar resistencias culturales e ideológicas en las instituciones, en los actores, supone sensibilizar y abrir espacios de debate para analizar las prácticas educativas. Su reto es remover los cimientos y superar las concepciones reduccionistas, que ponderan el carácter sexista, acerca de la sexualidad humana y su educación, para favorecer el crecimiento pleno e integral de ambos géneros por igual.

    Cuba constituye un paradigma en el logro de tal fin, la política estatal de desarrollo socioeconómico, potencia la equidad entre los géneros, reconocidos en la Constitución de la República, capítulos IV (artículo 36) y VI (artículos, 41, 42, 43,44), lo que repercute en la concreción de los Principios de la Política Educacional específicamente “El principio del carácter masivo y con equidad de la educación” y “El principio de la coeducación y de la escuela abierta a la diversidad”.

    La profundización en la temática desde el año 2000, la participación de los autores en los proyectos de investigación a nivel local, nacional e internacional relacionada con la temática de la equidad de género en procesos educativos, unido a la experiencia profesional, permiten constatar insuficiencias en la práctica pedagógica en las que se revela una educación con pautas sexistas, entre ellas se encuentran:

    En el profesorado:

  • Impera una perspectiva biologicista y estereotipada sobre los contenidos del enfoque de género, con ponderación a una educación sexual.

  • Falta de sensibilización y de conocimientos sobre la temática de género.

  • Desconocimiento de las necesidades de aprendizaje de género

    En el estudiantado:

  • Manifestaciones de violencia verbal

  • Prejuicios y estereotipos sexuales de uno y otro género.

  • Bajo desarrollo de las habilidades sociales para la convivencia.

    En las Ciencias Pedagógicas, la educación de la equidad de género se aborda desde varios objetos de investigación, la educación familiar refiere su incidencia en procesos de socialización de género diferenciado a partir de modelos sexistas en esta aérea se encuentran investigaciones de: De Lauretis (1991), León (1994), Alfonso (1994, 1996), Castro (1996-2010), Bravo (1998-2006), Scout y Barbieri (1999), Arés (1999-2010), García (2000-actualidad), Torres (2003), Ruiz (2003-06),Castro (2005-10).

    En las investigaciones, relacionadas con los procesos educativos se declara cómo se trasmiten los modelos estereotipados de género desde el currículo explicito y el oculto, lo que legitima las pautas sexistas de la sociedad y la familia, entre las que se encuentran las de: MacDonal (1980), Kessler (1985), Askew y Ross (1991), Castellanos (1996-2010), González (1997-2010), Álvarez (1997-2010), Castañeda (1998-2007), Artiles (1998-2001), Rodríguez (1998-2010), González (1998-2009), del Valle (2000-09), Ascuy (2001), Naranjo (2000-actualidad), Leyva (2010-actualidad).

    Estas investigaciones potencian acciones para la conducción de procesos educativos no sexistas, sin embargo, no profundizan en la transversalización del enfoque de género en el preuniversitario.

    En la clase se promueven vínculos de interacción tanto afectiva como cognoscitiva, los contenidos de las asignaturas constituyen un potencial importante para trasmitir a través de ellas aprendizajes de equidad.

    El análisis conduce a precisar la necesidad de potenciar el desarrollo integral de la personalidad del estudiantado de preuniversitario desde bases equitativas expresadas en las aspiraciones del Proyecto Social y la Política Educacional Cubana y las insuficiencias didáctico-metodológico para incorporar al proceso enseñanza-aprendizaje del preuniversitario el enfoque de género.

Desarrollo

    El medio escolar, adquiere una importancia extraordinaria para la consecución de objetivos y valores democráticos. Por tanto, se debe educar al alumnado para que conozca y respete las herencias culturales de su pueblo, valore las diferencias que puedan existir con otras culturas, así como las individuales que se dan en el mismo grupo de pertenencia, para evitar que la diferencia se transforme en discriminación. También para desarrollar las capacidades y recursos necesarios para enfrentarse a los cambios que les depare el futuro.

    Jacques Delors en su informe sobre la educación del siglo XXI auspiciado por la UNESCO (1999) deja sentado el papel que juega la educación como proceso continuo que debe permitirle tomar conciencia de sí mismo y de su entorno, declarándose de igual manera los ejes transversales que permitirán lograr los objetivos del milenio entre ellos se encuentra la “Educación para la equidad de género”.

    Desde finales de los años 80 del siglo XX se manejó en Cuba la idea de penetrar íntegramente el currículum con las concepciones contemporáneas sobre la sexualidad. Esto permitió que en el último perfeccionamiento de los planes, programas y libros de textos se tuvieran en cuenta un sistema de contenidos sobre la sexualidad, contempladas también en las orientaciones metodológicas para el profesorado.

    Luego, en la segunda mitad de los años 90 se expresó en las ideas pedagógicas cubanas una concepción propia sobre los ejes transversales, que incluyeron a la educación sexual entre los definidos para la escuela general.

    El llamado eje trasversal atraviesa el currículum dándole integridad desde unas prioridades de la formación del escolar. Un eje de educación sexual requiere de aspectos generales, por ser las regularidades comunes del desarrollo psicosexual a través de las edades, además, por encontrarse problemas comunes en la sociedad, tales como los relacionados con la equidad entre los géneros masculinos y femeninos.

    De acuerdo con Palos (1998) los ejes transversales desempeñan un papel fundamental como contenidos culturales relevantes y valiosos, necesarios para la vida y la convivencia, que configuran de manera especial el modelo de ciudadano que demanda cada sociedad. Esto se logra por medio de una educación en valores, que permita a los alumnos sensibilizarse y posicionarse ante los problemas, enjuiciarlos críticamente y actuar con un compromiso libremente asumido.

    Los ejes transversales no son aprendizajes educativos de segundo orden, ni un contenido paralelo aislado, con un tratamiento ocasional dentro del currículo; todo lo contrario, son contenidos culturales que deben abordarse desde todas las áreas, en torno a ejes vertebradores, para que contribuyan a organizar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

    Su tratamiento es, por tanto, responsabilidad de todo el profesorado en los diferentes niveles educativos y de la comunidad educativa en general, que tendrá que consensuar unas decisiones, a través de los distintos niveles de planificación y aplicación del currículo, de acuerdo con la realidad.

    Se asume entonces la transversalización como una reconceptualización de referentes epistemológicos, teóricos, educativos, asumiendo el conocimiento desde una perspectiva crítico-social, emergente para superar las visiones parciales, unidimensionales de la realidad; de manera que se visualice desde una perspectiva de crecimiento personal-social. (Naranjo Paz, 2010: 24)

    En los procesos educacionales, el término transversalizar está relacionado con contenidos que cobran relevancia desde el punto de vista social y que es necesario introducir, con el fin de potenciar el carácter transformador de la educación. González (1994), afirma “La transversalidad es el espíritu, el clima y el dinamismo humanizador que ha de caracterizar a la acción educativa escolar”.

    El término transversalización del enfoque de género, está asociado a los procesos de desarrollo humano relacionado con instrumentos de evaluación para medir las implicaciones que tienen en hombres y mujeres cualquier acción que se planifique desde lo legislativo, las políticas y los programas en el ámbito económico, social y político, con el objetivo de conseguir la equidad entre los géneros.

    En el presente trabajo coincidimos con Naranjo Paz (2010: 22) al ver la transversalización del enfoque de género en la educación, como contenidos que atraviesan el currículo explícito y el oculto, encaminados a visibilizar las relaciones entre los géneros en el contexto escolar y desarrollar estrategias que promuevan formas de vida desde relaciones equitativas, responsables y de justicia social, entre el estudiantado y el profesorado de uno y otro sexo en todos los contextos de actuación.

    Desde esta óptica el enfoque de género pasaría a formar parte del sistema de conocimientos y aprendizajes que debería ser transversalizado en los procesos educativos, lo que posibilita:

  • Visualizar las distintas formas en las que se trasmite desde la escuela la discriminación por género.

  • Concebir el proceso pedagógico para que se desarrolle al ser humano, desde las relaciones de género basados en la tolerancia y el respeto a la diversidad individual, grupal y sociocultural.

  • Potenciar la escuela abierta a la sociedad a la cultura, que favorezca el desarrollo consciente y autónomo de nuevas formas de pensar, sentir y actuar desde la construcción de la masculinidad y la feminidad.

  • Incide en el sistema de las relaciones con la familia y la comunidad con procesos de orientación desde posiciones y relaciones de género para la equidad social.

  • Lograr en el profesorado una constante actualización en los contenidos del enfoque de género y la educación, que le permita la dirección del proceso pedagógico, como mediadores, facilitadores de aprendizajes de equidad. (Naranjo Paz, 2010: 22)

    Se considera que el reto de la transversalización del enfoque de género en educación, se establece más allá del proceso pedagógico, su valor educativo radica en ser utilizado como instrumento que accione actitudes y valores en todos los espacios de interacción humana, debe establecer la relación dialéctica entre el saber académico y el saber vital: entre el Aprender a Aprender y el Aprender a vivir y a convivir.

    Su intencionalidad en el preuniversitario cubano actual, tiene un marcado carácter ideológico, busca el cambio de actitudes y comportamientos desde el respeto hacia el otro género y a largo plazo, la construcción de una nueva escala de valores desde la equidad de género congruentes con principios éticos diferentes a los que están generados por los modelos sexistas.

    Se sustenta que en la Educación Preuniversitaria, la transversalización del enfoque de género debe fluir en todo el proceso pedagógico desde lo explícito y el currículo oculto, como parte del proyecto educativo, para contribuir a una educación del género que potencie al ser humano y tribute a procesos de construcción y reconstrucción de las identidades masculinas y femeninas en pos del crecimiento personal a una visión más humana y equitativa de las relaciones entre hombres y mujeres.

    Desde esta mirada el eje curricular de educación sexual materializa una directriz priorizada del trabajo educacional en Cuba, como exigencias de las demandas sociales para la formación moral de las nuevas generaciones. Integrar la educación de la sexualidad al propio contenido de enseñanza significa también contextualizar y personalizar las actividades en dependencia de las necesidades, intereses y motivaciones del estudiantado, exigencia esta expuesta desde el Programa Director de Promoción y Educación para la Salud.

    La valoración realizada del currículo del preuniversitario cubano permite exponer las potencialidades de la asignatura Biología para el tratamiento hacia la transversalización del enfoque de género entre las que se encuentran:

  • La asignatura se imparte en los tres cursos lo que permite la introducción, profundización y sistematización de los contenidos relacionados con la temática referida.

  • A través de los contenidos de la asignatura se fundamenta los conocimientos básicos en lo referente a las bases biológicas del comportamiento humano y su relación con la construcción sociocultural de las masculinidades y las feminidades.

  • La asignatura permite cumplir con el Programa Director de Promoción y Educación para la Salud, el cual contempla entre sus contenidos la educación para la sexualidad, específicamente lo referente a los componentes psicosexuales de la personalidad.

  • El sistema de conocimientos que contiene la asignatura en el nivel de preuniversitario permite potenciar los aprendizajes para la vida: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a conocer y aprender a convivir

    Otra mirada hacia la repercusión de la transversalización del enfoque de género en le preuniversitario cubano debe estar dirigida en la formación de la personalidad de las nuevas generaciones. Es este período del desarrollo del ser humano entre los 15-18 años en los que las normas y valores se van consolidando sustentados en una elaboración personal constante y en dependencia de la concepción del mundo que posean.

    En esto tiene gran influencia la familia, los amigos(as), el grupo escolar, las personas adultas y la sociedad en general. En esta etapa pueden emerger contradicciones, insatisfacciones y conflictos motivacionales debido a la falta de vivencias, de experiencias- en muchos casos por insuficiente conocimiento de sí y de los que les rodea, entre otras causas-, que pueden provocar estados de insatisfacción personal y disminuir el sostenimiento de la actuación hacia una dirección determinada en contextos concretos.

    En lo anterior incide significativamente la relación afectiva de la familia, de la escuela, del profesorado y otros contextos, que han de atender la satisfacción de importantes necesidades de la etapa: la necesidad de ser querido(a), de ser reconocido(a), de sentirse útil, de ser estimulado(a), independiente, de ser orientado(a) en la determinación de aspectos claves en la vida- la selección de su profesión, de su pareja- y en la formación de una certera concepción del mundo y de sí mismo, lo que incide en el proceso de construcción y reconstrucción de las masculinidades y feminidades desde bases patriarcales o equitativas.

    La educación sexista, discriminatoria, le niega al adolescente la posibilidad de madurar su personalidad y, como parte de esta, de su esfera psicosexual, de forma plena y responsable que se traduzcan en comportamientos y estilos de vida, sanos, auténticos, solidarios equitativos, que responda a sus reales potencialidades, necesidades individuales y sociales, que promueva vínculos de paridad, armonía y respeto entre los miembros de uno y otro género.

    Transversalizar en enfoque de género en el Proceso Pedagógico permite:

  • Contextualizar el enfoque de género: permite al profesorado incorpora a su reflexión personal aspectos que subyacen en la construcción de su masculinidad y feminidad, que limitan su práctica profesional.

  • Comprender el papel que juega el profesorado dentro de las desconstrucciones estereotipadas del ser y quehacer femenino y masculino, por su encargo social y su incidencia en los diferentes contextos de actuación.

  • Un proceso pedagógico no sexista, con un enfoque humanista en atención al desarrollo de las potencialidades individuales de los (las) educandos, para lograr la equidad desde la atención a la diversidad.

  • La formación en valores de igualdad de género y respeto a las diferencias promoviendo la coeducación.

  • Poner en práctica y ser consecuente con los principios de la Política Educacional Cubana: “El principio de la coeducación y de la escuela abierta a la diversidad” y “El principio del carácter masivo y con equidad de la educación”, sin que exista contradicción entre lo establecido como política y los modos de actuación del maestro(a); entre el discurso equitativo y los sesgos sexistas

Conclusiones

    La transversalización del enfoque de género en el preuniversitario potencia una visión no androcéntrica de la sociedad, eliminando perjuicios, desarrolla la autoestima y el afianzamiento de la identidad personal de las alumnas y alumnos como forma de conocimiento de sí mismo.

    Realizar una mirada de género al contexto curricular del preuniversitario permite además desarrollar la propia autonomía y la identidad personal con independencia del sexo y evita el desempeño de roles, basados en la jerarquización de tareas según el sexo. Es una vía para potenciar en docentes y estudiantes capacidades, habilidades y actitudes no estereotipadas, de valor universal.

Bibliografía

  • Álvarez, M. et al. Capacitación en género y desarrollo humano. Cuba, 2008.

  • Argueto de Palacios, M.G. Ejes transversales en el currículo de la formación inicial de docentes. Costa Rica, 2009.

  • Carrillo, F.I. Género y educación en valores. Revista Otras Miradas volumen 4 #1 junio 2004. Mérida-Venezuela.

  • González, A. Una Pedagogía de la Diversidad y la Equidad. Revista Sexología y Sociedad, Nº 15, Agosto del 2000.

  • Leyva Pérez, Y. Acciones metodológicas para favorecer la preparación del profesorado en la prevención de las ITS y el VIH en los adolescentes. Tesis de Maestría. Cuba, 2011.

  • Naranjo Paz, A. La transversalización del enfoque de género en la formación de profesionales de la educación, desde las potencialidades de la disciplina formación pedagógica general. Tesis en opción al título científico de doctora en ciencias pedagógicas. Cuba 2010.

  • Pino Salamanca, E. El desarrollo humano como eje transversal de los estudios curriculares. Colombia, 2005.

  • Schüssler, Renate. Cuaderno temático de género y educación. Editorial y Gráfica EBRA E.I.R.L Perú, 2007.

Otros artículos sobre Género y Mujer

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 19 · N° 202 | Buenos Aires, Marzo de 2015
Lecturas: Educación Física y Deportes - ISSN 1514-3465 - © 1997-2015 Derechos reservados