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Sancti Spíritus, joya arquitectónica en el centro de la isla de Cuba

 

Centro de Gestión de Información Científico-Técnica 
UNISS “José Martí Pérez”

(Cuba)

MSc. Mabel Chau Ley

chau@bibliocuss.suss.co.cu

MSc. Adys Chezpik García

chezpik@bibliocuss.co.cu

Téc. Cibelis Fábregas Caballero

cibelis@bibliocuss.co.cu

 

 

 

 

Resumen

          La cultura de cada país es un elemento distintivo y único en el mundo entero, estos rasgos condicionan el comportamiento de sus individuos y el modo de vida que siguen sus pobladores. El siguiente trabajo recoge algunos aspectos fundamentales sobre la cultura en el territorio espirituano, provincia central perteneciente a la Isla de Cuba, que se remonta al siglo XVII hasta el XX, se esbozan las primeras manifestaciones artísticas y culturales y se enfatiza en la influencia foránea de la arquitectura, el entorno colonial de la Villa del Espíritu Santo. Además se ofrecen algunos ejemplos que evidencian su existencia y posteriormente se muestran conclusiones finales del estudio realizado.

          Palabras clave: Cultura. Manifestaciones artísticas y culturales. Influencia foránea. Entorno colonial. Arquitectura. Sancti Spíritus.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 188, Enero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Cada sociedad tiene como huella indeleble las costumbres, tradiciones y prácticas de vida de los grupos humanos que la conforman como proceso inherente de la cultura que los identifica y tipifica.

    La cultura en la Cuba Republicana se inicia bajo el signo de la frustración política según José A. Portuondo después que la maquinaria neocolonial se echó a andar. Este proceso de la cultura se remonta antes del siglo XX, produciéndose el tránsito de la condición colonial a neocolonial. Desde las primeras décadas del siglo, otros intelectuales intentaron rescatar la herencia de la cultura, actitud que fue ganando extensión y profundidad.

    Como manifestaciones culturales se destaca la plástica, la música; posteriormente se desarrolla la pintura y la arquitectura, precisamente esta última, antes del siglo XIX. La arquitectura fue evolucionando paulatinamente de acuerdo a las distintas influencias extranjeras, así como estilos.

    Desde 1959, se trazan estrategias encaminas a propiciar la participación de todo el pueblo en los procesos culturales y su acceso a lo mejor del arte cubano y universal. Los creadores cubanos incursionan en las diferentes manifestaciones del arte y la cultura, teniendo un peso decisivo en la proyección nacional e internacional de las instituciones culturales.

    El desarrollo de la arquitectura en Cuba en la República Neocolonial refleja una frustración de los ideales independentistas, pues pierde la continuidad de estilo de la arquitectura criolla en pos de la imitación de modelos foráneos (norteamericanos y europeos) y la mezcla de los más diversos estilos. Estas arquitecturas se concentran en las principales ciudades; sobre todo en la capital (La Habana), con gran cantidad de edificios, barriadas ostentosas que dieron al traste con la más mínima homogeneidad rompiendo con la unidad estilística y las líneas criollas de edificación.

    Sancti Spíritus, el cuarto centro poblacional establecido por los españoles en la Isla de Cuba, fue fundado en el año 1514, en medio de tierras fértiles cercanas al Río Tuinucú. Su centro Histórico Urbano, uno de los conjuntos arquitectónicos más notables del país compuesto por edificaciones de los siglos XVII al XX.

    En la zona colonial de Sancti Spíritus coinciden las distintas épocas constructivas desde el siglo XVII al XIX: barroco español, regional o criollo y el neoclásico.

Desarrollo

    La cultura adquirida y practicada de generación a generación posibilita, de una u otra manera, la inserción de los hombres en la sociedad y a su vez, el accionar de dichos hombres y regulaciones devenidas a través de los años. Es preciso conocer, el proceso de transculturación llevado a cabo en la Villa del Espíritu Santo en la época colonial.

    Cuarta villa fundada por Diego Velázquez, hecho que se remonta en 1514, situada al centro de la Isla de Cuba a unos 380 Km. de la capital, el primer asentamiento se sitúa en una de las márgenes del río Tuinucú, en el lugar conocido por Pueblo Viejo, entre los cacicazgos de Ornofay y Magón, prácticamente al centro, donde existía el mayor conglomerado de aborígenes que poblaba la ciudad.

    Algunos aspectos de diferentes géneros reafirman la identidad de la ciudad de espirituana, con importantes procesos que desde espacios históricos representan núcleos de peculiar importancia dentro de la cultura cubana.

    La fusión de culturas como la hispana y la africana hacen de estas añejas ciudades, tesoros incalculables en, la música, la literatura, la plástica, la danza y la arquitectura.

    Propiciar una vida espiritual más plena a la población y sus asentamientos es importante desarrollar la cultura, la conservación y difusión del patrimonio, la estimulación a la creación artística y literaria, el incremento constante del trabajo comunitario y la fluidez en la información cultural.

    Por su parte la música espirituana es la más antigua de Cuba, desde Trinidad, municipio perteneciente a la zona sur de Sancti Spíritus, una de las primeras villas fundadas. Esta música se extendió por toda la Región Central. Se ha personificado en el plano campesino con el llamado Punto Espirituano, caracterizándolo el estribillo establecido dentro del Punto Guajiro, el más relacionado y parecido al son. Su Coro de claves es genuino, afinado y conservador. Las Parrandas Espirituanas, las congas y comparsas son la expresión de un rico aporte a los géneros musicales puramente cubanos, ningún ciudadano puede olvidar la contagiosa música de “Yayabo está en la calle con su último detalle y su ritmo sin igual…”. El primer coro fue fundado por Juan Echemendía el cual respondía el nombre de la Yaya que le dio origen a los coros de claves.

    Entre otras manifestaciones del arte se encuentra la pintura. Las artes plásticas se manifiestan desde el siglo XIX recoge las vivencias de las añejas villas (Trinidad y Sancti Spíritus), los pueblos y campos espirituanos.

    Se destacan en la plástica nombres ilustres que prestigian el territorio: Antonio Díaz, Julio Neira, Félix Pestana, Félix Madrigal, Ania Toledo, Jorge López, José Perdomo, y otros pintores y escultores que hacen bella la ciudad con sus obras, han situado la plástica espirituana en el ámbito nacional e internacional.

    En la zona colonial de Sancti Spíritus coinciden las distintas épocas constructivas desde el siglo XVII al XIX: barroco español regional o criollo y la neoclásica.

    Los primeros constructores no eran cubanos, como el caso del maestro italiano Domingo Valverte, por lo que importaban sus conocimientos del barroco español. En el siglo XVIII comienzan a perfeccionarse las normas y los elementos comparativos del barroco primitivo, y se acrecienta su importancia en las fachadas. La burguesía busca como en Europa su expresión en la arquitectura, y surge una nueva tendencia decorativa: la neoclásica y blasones que acreditan la pureza de sangre y los pórticos de columnas de la antigüedad clásica.

    El neoclasicismo está presente en Sancti Spíritus con una mayor preferencia ornamental en esquemas geométricos de la mayor simplicidad, como la tendencia a los ángulos rectos y los arcos de círculos.

Las tres joyas arquitectónicas de la Villa

    Se destaca en la ciudad colonial el Puente sobre el río Yayabo, situado al suroeste del Centro Histórico Urbano, en el antiguo “Paso de las Carretas”, conectando el área histórica con el barrio de Colón, en Sancti Spíritus.

    Con cinco arcos, disminuyen en altura, del centro del río hacia las barrancas, compuesto por ladrillos asentados con el mortero tradicional de cal y arena, cuya calidad, se atribuye a la mezcla con leche de burra. Consta en documentos que estuvo empedrado y que fue pintado de blanco y verde.

    La idea de construir el puente surgió por la necesidad de facilitar el cruce del río Yayabo, que por este paso tenía barrancas difíciles de escalar y era imposible atravesarlo en época de lluvias. A medida que creció la población y sus necesidades, fue más apremiante la necesidad erigir el puente; pues hacia el sur, se encontraban prósperas haciendas, los embarcaderos de Tunas de Zaza y Tayabacoa y la vecina villa de Trinidad, única salida marítima oficial a fines del siglo XVIII e inicios del XIX.

    La construcción de la actual nave de la Iglesia Parroquial Mayor, hecha a expensas del Sargento Mayor Ignacio de Valdivia en 1680, marcó una etapa caracterizada por casas con ladrillos en sus muros y techos en los que la madera preciosa tomaba curiosas formas y se cubría finalmente con las tejas del excepcional barrio de la región. La arquitectura empleada, tiene sus antecedentes artísticos en el mudéjar, pero muy evolucionado y en pleno proceso de simplificación, que florece en el siglo XVII como la primera forma constructiva.

    El mudéjar aprovecha las riquezas de los materiales nacionales y locales, como el barro, madera dura, ladrillos y cantos y lo adapta a nuestro clima, en un mundo económico colonial. La iglesia espirituana coincide con este estilo en su planta simple, basilical y uninave con alforjas de maderas, las cuales en su estructura tienen gran semejanza con los moriscos. Se dice que la Iglesia Mayor tiene su planta casi idéntica a la Parroquial mudéjar de Villa Alcor, en Huelva, España. La torre uno de los elementos mas monumentales de parroquia, fue erigida después de la segunda visita del obispo Espada en 1819, quien aprobó el proyecto. Ejecutada por Domingo Valverte y catalogada como la más alta de Cuba.

    Con el tiempo los espacios vacíos fueron ocupados y la plaza perdió terreno al añadirse portales a las residencias de Don Fernando de Pina, del intendente de Hacienda y los que hoy rodean el área por los costados norte y este que le singularizan.

    Con el advenimiento de la república se eliminaron las plazas coloniales y en su lugar se construyeron “bellos parques de estilo inglés”, pavimentadas con hormigón, con arbustos, bancos de hierro y madera y farolas para su iluminación.

    El asesinato del Doctor Rudesindo García del Rijo, en 1912, quien nació en una de las dos casas de dos plantas de este entorno, el ayuntamiento dispuso la recaudación de fondos para erigir una estatua a quien fuera eminente médico y científico. El pueblo, que lo recordaba además, por su gran actividad benéfica, aportó fondos y se encargó la estatua italiana que hoy se encuentra en el centro del lugar. Ocurrían remodelaciones en la fachada principal de la Parroquial Mayor y del lado oeste de la Plaza, así como dos sucesivos cambios de nombres, manteniendo hasta hoy el de Parque José Manuel García, en honor al médico, padre del Doctor Rudesindo García del Rijo.

Imagen 1. Iglesia Parroquial Mayor en el año 1920 (Foto de archivo)

    Debe señalarse que esta construcción sucedió a otra de materiales superiores que se hizo en 1612, pero se deterioró y fue sustituida por la actual. Numerosas leyendas han surgido en relación con esta instalación, como la de un güije que deambula por un túnel que sale desde su presbiterio; la de un peregrino que talló la imagen que se venera en la capilla del suroeste de la nave; la de un gallo de oro que tenía el altar mayor y fue robado por los piratas; la de una señora que pidió que al morir fuese inhumada debajo de la puerta principal para pagar sus pecados; en fin, riquísimas manifestaciones del patrimonio intangible.

    En 1816, don Leandro Agustín Ramírez, sobrino del anterior y su heredero, vendió a don Rudesindo Antonio del Rijo y Feo, las partes que le correspondían en la casa de la Plaza de la Iglesia, sin que se tengan noticias de que entonces fuera de dos plantas.

Teatro

    En 1838, se inauguró el coliseo. Su constructor, el maestro de obra Blas Cabrera, avezado en estos menesteres, empleó 11 meses en su edificación -tiempo récord para la época– sin terminar comenzó a dar representaciones, cuyas utilidades se revertían en su beneficio. Respondía a las coordenadas específicas del neoclásico, se convirtió en joya arquitectónica de reducida escala con sugerentes palcos y lunetarios matizados del sabor colonial. Entre los años 1878 a 1973 fue sometido a varias reparaciones hasta que por último fue convertido en un cine en el año 1974

Otras construcciones realizadas

    Muchas de las fachadas de las casonas espirituanas presentan características que posibilitan una buena iluminación. A partir de investigaciones realizadas sobre arquitectura colonial de la villa, se citan las que evidencian claramente la influencia foránea en la ciudad espirituana. La arquitectura del siglo XVIII, se corresponden plenamente con las referencias documentales de diferentes construcciones.

Imagen 2. Casona Antigua, actual centro de belleza “Renacer”

    Responde al siglo XIX, con una planta cerrada, organizada alrededor de un patio central, es esquinera y de un solo nivel. Sus techos inclinados de madera preciosa y tejas criollas, con sólo algún detalle en sus tirantes principales, lo propio de la influencia neoclásica que se manifiesta en su época, sin el cuatriestriado de los siglos anteriores. Sobre la erección de la primera casa en el lugar se conoce poco, pero en 1827 ya la parcela estaba ocupada por un inmueble al que se describe con zaguán y con cuartos alquilados a otros que no eran de la familia propietaria.

Imagen 3. Casona Antigua, actual: Escuela Primaria “Rubén Martínez Villena”

    Construcción esquinera de una planta con ampliación en altos. Presenta valiosos elementos interiores y exteriores de la arquitectura del siglo XIX, pero las características de la cubierta corresponden a una intervención anterior, posiblemente hecha por don Miguel de Pina.

    Donde hoy está situada la Biblioteca Provincial, Rubén Martínez Villena, su construcción se empleó una tecnología artesanal, pero algunos elementos fueron fabricados industrialmente, mientras que el montaje se realizó con lo mas avanzado de la época Los materiales que se usaron fueron, hormigón armado para su estructura, cristal y madera en puertas y ventanas, mármol en las escaleras y pisos, así como yeso para las decoraciones interiores y cemento en las exteriores.

Imagen 4. Biblioteca Provincial “Rubén Martínez Villena”

    En investigaciones realizadas sale a la luz de las transformaciones que se le hicieron a esta casa de la Plaza Mayor: aumentaron varias piezas y la salita en altos. Después la hereda su hija doña María del Rosario Rijo y Gil, con don José Manuel García Cañizares, médico, propietario de fincas rústicas y urbanas valoradas en cerca de ciento treinta mil pesos oro, miembro de la Sociedad Patriótica y de la Junta de Educación Local y otros. Al morir don José Manuel en 1886, parte de sus capitales los heredó su hijo don Antonio Rudesindo, quien también obtuvo esta casa al fallecer su madre doña María del Rosario.

    En este inmueble de la Plaza Mayor, don Antonio Rudesindo, instaló su consulta desde que llegó a Sancti Spíritus, tras graduarse de médico en Francia. Desde entonces y hasta su muerte acaecida en 1912, se dedicó a hacer obras de beneficio social y una intensa actividad científica que le hizo ganar el respeto y el cariño de sus coterráneos.1 Cuando fue asesinado, el pueblo donó dinero para erigirle la estatua del centro de la Plaza Mayor, que aun existe. Su viuda abandona Cuba y va a residir a Argel, dejando el edificio alquilado a la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, que en 1915 había fundado el Colegio del Apostolado en Sancti Spíritus, escuela privada para señoritas.

    El Colegio del Apostolado radicó en el inmueble hasta finales de la década de 1940, cuando se trasladó para su nueva sede en calle Marcos García (hoy Avenida de los Mártires) y Carretera Central. Entonces el empresario Segundo Díaz alquiló el edificio anteriormente historiado y le realizó las más crueles modificaciones, con el fin de trasformarlo en un hospedaje, uso que mantuvo hasta poco después de 1959.

Imagen 5. Colegio del Apostolado, Universidad de Sancti Spíritus.

    Terminada su restauración en el año 2000, se adecuó para Hotel Hostal del Rijo, regenteado por la Corporación Cubanacán SA.

Imagen 6. Hotel “Hostal El Rijo”

    Construcción esquinera de una planta con ampliación en altos en su parte posterior. Presenta valiosos elementos interiores y exteriores de la arquitectura del siglo XIX, pero las características de la cubierta de la primera crujía corresponden a una intervención anterior, posiblemente hecha por don Miguel de Pina que la vendió al comerciante canario Don José del Carmen Rodríguez y Gutiérrez, siendo ya, según los documentos una casa vieja.

Imagen 7. Antigua Casona

    Construcción de una planta, de muros de ladrillos asentados con mortero tradicional, con cubierta de madera y tejas criollas; hace esquina a las calles Hernán López y San Félix, ambas perpendiculares a Pancho Jiménez. Hacia esta última vía tiene su fachada principal que es asimétrica con dos ventanas con rejas de hierro, un vano ocupado por la puerta de acceso y otro en la habitación esquinera, posiblemente sede de un establecimiento comercial en el pasado. Su alero de gola doble es quizás el elemento más elegante del conjunto.

    Actualmente su planta está compuesta por dos crujías paralelas a la calle principal y un martillo lateral derecho (entrando) pero su antiguo patio se ha reducido a un simple pasillo. Sus componentes arquitectónicos y especialmente su cubierta desprovista de decoración, con un tirante doble con lacería interior, llevan a suponer que fue construida en la tercera o cuarta década del siglo XIX lo que se reafirma con la tasación de bienes de Petronila Bencomo hecha en 1842 que describe una casa como la actual.

    Aunque no se ha podido precisar su fecha exacta de construcción, el análisis tipológico de sus techos nos lleva a afirmar que pudo edificarse a inicios del siglo XIX. Además se sabe que durante cinco décadas fueron sus propietarios los miembros de la familia Echemendía Pina que la vendieron en 1911.

Imagen 8. Antigua casona

    Construcción esquinera, de dos plantas con los vanos de fachada alterados pero que conserva casi toda la carpintería interior intacta así como su entrepiso y cubierta cuatriestriada. Su portal de arquería en bajos y el balcón de los altos, de magnífico trabajo de hierro fundido, mantienen las características originales y le dan gran lucidez al edificio.

    Actualmente está dividida en cuatro partes, tres con función de vivienda y una de almacén de insumos de la Dirección de Bufetes Colectivos. Su tipología se corresponde con los elementos en boga a fines del siglo XVIII en Sancti Spíritus y los documentos encontrados refieren sobre la ejecución de su balcón después de esa época.

Conclusiones

  • Las acciones tomadas por las altas esferas de dirección en el País y la Provincia, han contribuido a la preservación del Patrimonio, representado por las edificaciones que se muestran en el desarrollo de este trabajo.

  • Su conservación y restauración posibilita que las nuevas generaciones de espirituanos, cubanos y extranjeros, en sentido general, conozcan de manera palpable la historia de la localidad con todos sus secretos espirituales y materiales.

Nota

  1. APHSS. Fondo Hemeroteca. Revista Brisas del Yayabo. Año 1, Nº 6, p. 1-2.

Bibliografía

  • Almazán, S. (2004). Cultura cubana siglo XX. La Habana: Editorial Félix Varela.

  • Echevarría Gómez, M. (2004). La otra mirada: la cultura espirituana en la prosa periodística. Sancti Spíritus: Ediciones Luminaria.

  • Eli Rodríguez, V. (2005). Haciendo música cubana. La Habana: Editorial Félix Varela.

  • García Álvarez, R. (s.a). Sancti Spíritus villa de vitrales. La Habana: Pablo de la Torriente.

  • Jiménez Margolles, M. A. (2009). Apuntes sobre las construcciones espirituanas. Sancti Spíritus: Ediciones Luminaria.

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